El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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domingo, 17 de marzo de 2013

EL NUEVO PAPA ARGENTINO


EL PAPA ARGENTINO  Y LATINOAMERICANO FRENTE A LA IGLESIA ACTUAL

Por Sergio Daniel Aronas – 17 de marzo de 2013

“Que dirá el Santo Padre
Que vive en Roma
Que le están degollando a su paloma”

Violeta Parra, compositora y cantante chilea

            En estas breves líneas daremos en la primera parte un análisis general de la Iglesia Católica acerca de la importancia que tiene en el mundo, el lugar que ocupa y el papel que desempeña. En la segunda parte, nos abocaremos a algunas ideas y pensamientos principales del nuevo Papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio cuyo encumbramiento a la cúpula de la Santa Sede ha originado una fuerte polémica en nuestro país por su pasado durante la dictadura militar y como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina ya en plena vigencia de la democracia iniciada en 1983.

1) La importancia de la Iglesia en el mundo actual

            El nombramiento del arzobispo de Buenos Aires, de formación jesuita como Papa de la Iglesia Apostólica Católica y que ha elegido como nombre el de Francisco I, quizás en honor a Francisco de Asís, ha desatado grandes polémicas en todo el mundo cada vez que se elige a un nuevo Pontífice para ver si será capaz de transformar la política interior y exterior del Vaticano o si continuará la línea de sus predecesores. Sobre esta base, me gustaría dar mi punto de vista sobre la elección decidida por el Colegio de Cardenales el miércoles 13 de marzo de 2013.

            La Iglesia Católica con sus 1200 millones de feligreses es la religión más grande entre los credos cristianos y es la más influyente en el mundo porque las decisiones políticas que toman repercuten en forma inmediata en todos los países donde la población que la practican sean o no la mayoría. Y a pesar de sus reiteradas crisis, sigue siendo un poderoso centro económico y financiero fabuloso cuyos tesoros tienen un valor incalculable y le ha permitido estar indemne de toda conmoción económica y financiera como la que actualmente atraviese el continente europeo. Es parte integrante de los poderes mundiales y se mete y opina de todo aunque nadie se lo pida. Y ese poder incluso es más fuerte que el gobierno del país donde actúa. La Iglesia ahora no envía ni soldados, tanques, aviones o misiles, sino que con su poder económico puede enviar a sus representantes y apoyar con legiones de dinero todo lo necesario para financiar medios de comunicación, radios, televisión, periódicos, internet, que apunte a la desestabilización de gobiernos como hicieron con Polonia entre 1980 y 1981.               

            El cardenal argentino llega al Papado en una situación donde el Vaticano está viviendo una profunda crisis política, económica, financiera y moral en cuanto al comportamiento de debería tener los sacerdotes frente a sus feligreses, a la envestidura que representan y por una práctica aberrante que no se conciben en una institución de estas características.

            El renunciante Benedicto XVI, que colgó la sotana de Papa, por su incapacidad para resolver los problemas que aquejan a la Iglesia, en una actitud inédita, se vio abrumado por las crecientes denuncias por los abusos sexuales realizados por sacerdotes de Iglesias de varios países, muchos de los cuales fueron demandados y llevados a tribunales. A eso se le agrega la reiterada crisis financiera de la poderosa banca Vaticana con sus negocios sucios, lavado de dinero, evasión de impuestos, tráfico de influencias y otras delicias de vida eclesiástica. Es bueno recordar que en su momento, en 1978 el olvidado Juan Pablo I (Albino Luciani, y último italiano), en su corto papado de 33 días, había empezado a investigar seriamente todos los manejos ilegales del Banco Ambrosiano, del Instituto de Obras Religiosas (IOR) que implicaba destapar una cloaca muy podrida, terminó con la vida del propio Sumo Pontífice en circunstancias nunca aclaradas y su sucesor Juan Pablo II de Polonia, cerró todas las causas y las investigaciones realizadas por Juan Pablo I y las personas acusadas fueron reincorporadas a sus antiguos puestos como si nada hubiera pasado. Treinta y cinco años después aparecen otra vez los elementos de esta crisis estructural de las finanzas vaticanas y es poco probable que el nuevo Papa, el argentino Francisco I tenga la suficiente fuerza, coraje y empuje para limpiar el Vaticano con su peso de 2000 años de existencia, a menos que él dé ejemplos de austeridad, de ahorro, honradez y cautela en la administración de sus gigantescas finanzas y cuente con colaboradores comprometidos en el saneamiento y superación de los problemas fundamentales que afecta a la Iglesia Católica que motivaron la insólita renuncia del alemán Benedicto XVI en febrero de 2013.

            El sistema político del Vaticano encarnado en la figura del Papa es una forma de gobierno en el que el poder está concebido como una especie de monarquía absoluta y en el convencimiento total acerca de su infalibilidad, es decir, que en sus decisiones, actos, escritos, el Papa nunca puede equivocarse, nunca puede cometer errores. La autoridad del Papá lo convierte por esta razón, en un ser sobrehumano, de otra dimensión y en el que no existe la mínima posibilidad de cometer fallos. Este es un postulado dogmático cuya validez para la Iglesia viene del Concilio Vaticano I de 1870 y lo mantiene en forma invariable hasta hoy. Por lo tanto, en la Santa Sede no corre la expresión latina “errare humane est”. El Papa es el representante de Dios en la tierra; y como Dios es perfecto, su encarnación en el hombre como Dios lo convierte en el ser perfecto que nunca se equivoca. Aunque esta infalibilidad debe cumplir ciertos requisitos, igualmente goza de este privilegio que ningún hombre en la Tierra puede tener.

            Estas cuestiones teológicas como la cuestión crucial del celibato, no estarán en la agenda del nuevo Papa, como así tampoco le importará la situación de las mujeres religiosas dentro de la iglesia quienes tienen prohibido ser ordenadas como sacerdotisas; no pueden participar en la elección para nombrar papas ni tampoco pueden tener acceso a cargos de alto nivel en el gabinete del Vaticano, ni mucho menos pueden ser embajadoras o nuncios apostólicos. La actitud de la Iglesia hacia las mujeres no se condice con los grandes logros que la mujer ha venido consiguiendo en su lucha permanente por tener los mismos derechos que los hombres, pero en la iglesia estos derechos a la igualdad se los tiene vedados. En pleno siglo XXI no deberían tratar tan mal y ser tan crueles hacia quienes les dan la vida a los futuros hombres que deciden seguir la carrera de religiosa y trabajar en la iglesia.

            A la Iglesia le preocupa muchísimo la aparición de nuevas sectas o grupos que enarbolando el discurso religioso y utilizando los texto de la Biblia como doctrina, se vayan desplazando de las parroquias cristianas hacia estas nuevas expresiones de fe que le quitan feligreses a la misa de los domingos, muchos cansados de los discursos y que no le dan soluciones a sus problemas o no encuentran en ella la forma de canalizar sus inquietudes y estar mejor preparados para enfrentar la vida. Esto pasa en la Argentina y muchos países latinoamericanos donde se cuestiona que la Iglesia se siente al lado de los poderosos y no defienda y no se interese por la situación de los más débiles, los desamparados y los pobres.

            A la Iglesia también le preocupa muchísimo y ahí es donde se activan sus servicios de información y control, cuando aparecen sacerdotes que cuestionan las posturas oficiales del Vaticano en temas no sólo relativos a los dogmas religiosos sino que frente a situaciones de la vida de las personas como el aborto, los matrimonios entre personas del mismo sexo, la educación sexual, el uso de preservativos en las relaciones amorosas con el fin de evitar contagiarse de enfermedades, el divorcio, e incluso a la posición que debe tomar ante la crisis económica y sus consecuencias como el desempleo, la miseria, la pobreza y la falta de esperanza, la Iglesia siempre se pone en contra de todos esos temas, asumiendo posiciones que son rechazadas por muchos feligreses que no pueden entender porque se ponen del lado equivocado, incluso si estas cuestiones son reglamentadas por leyes aprobadas con mayoría parlamentaria en los distintos países. 

            La prohibición a las mujeres de ejercer el derecho del voto convertirán en el año 2015 al Vaticano en el único lugar en el mundo donde no pueden hacerlo. Compartía con la monarquía petrolera de Arabia Saudita los dos países que aun mantenían a las mujeres fuera de la posibilidad de vota. Pero dentro de dos años, sólo la Ciudad del Vaticano seguirá negando el voto femenino. Y por más razones que pueda ofrecer la Curia Romana no tiene ningún justificativo.

            Con la asunción del argentino Jorge Mario Bergoglio como el Papa número 266 bajo el nombre de Francisco I, ha desencadenado una multitud de opiniones a favor y en contra de su designación por su pasado durante la dictadura cívico-militar que entre 1976 y 1983 se llevó la vida de 30.000 compatriotas incluyendo muchos sacerdotes. Tanto en el libro de Emilio Mignone (Iglesia y dictadura. El papel de la Iglesia a la luz de sus relaciones con la dictadura militar) como en el de Eduardo L. Duhalde (El estado terrorista argentino) el nombre de Bergoglio no aparece en ninguna página. Creo que como todos los curas (que en ese año fatídico de 1976) con cuarenta años de edad, seguramente estaba al tanto de todos los desastres que cometía las fuerzas represivas argentinas y porque a muchas iglesias acudieron ciudadanos desesperados buscando tener noticias del paradero de sus seres queridos y porque esas mismas personas buscaban en la iglesia un lugar donde esconderse de la persecución criminal de las grupos de tareas, ya que quien caía en sus manos difícilmente saldría con vida. Estoy seguro que conocía todo lo que pasaba y no hizo lo suficiente para ayudar a sus hermanos como sí hicieron otros como los sacerdotes de la iglesia de Santa Cruz perteneciente a la congregación de los curas pasionarios donde se reunieron las mujeres que fundarían las Madres de Plaza de Mayo.

            Las críticas por parte de sectores que consideran al nuevo Papa Francisco I un cómplice de la dictadura no pueden ponerlo en el mismo nivel que algunos siniestros personajes de la Iglesia argentina que sí fueron no sólo cómplices, sino defensores entusiastas del terrorismo de estado como Adolfo Tortolo (obispo de Paraná), Victorio Bonamín (Provicario castrense), Raúl Primatesta (Arzobispo de Córdoba), Juan Carlos Aramburu (Arzobispo de Buenos Aires), José Miguel Medina (obispo de Jujuy y vicario castrense); todo el cuerpo de capellanes militares y los integrantes de la Conferencia Episcopal en calidad de máximo organismo eclesiástico que fija las posiciones de la Iglesia argentina sobre las cuestiones doctrinarias y políticas del momento. En el citado libro de Emilio Mignone, solo cuatro obispos, miembros del organismo rector de la Iglesia, denunciaron con suma valentía los crímenes de la dictadura: el obispo de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli, asesinado por los grupos de tareas de la represión militar que en nombre de Dios y la Santa Religión no respetaron ni siquiera la vida de tan dignos representantes por su presunto discurso izquierdista como miembros del Movimiento de Obispos del Tercer Mundo; el obispo de Viedma, Monseñor Miguel Hesayne; el obispo de Neuquén, Jaime de Nevares y el obispo de Quilmes, Jorge Novak.

            Entonces, ¿cuál puede ser la complicidad de Jorge Bergoglio con los crímenes de la dictadura? En primer lugar, no haber defendido a los sacerdotes de su congregación cuando fueron secuestrados por los grupos de tareas de la dictadura. En segundo lugar, que habiendo sido en dos ocasiones presidente de la Conferencia Episcopal y Primado de la Argentina, nunca se atrevió a denunciar el nefasto papel desempeñado por la cúpula de la Iglesia durante esa misma dictadura; que nunca se atrevió a formular un arrepentimiento y reconocer que se equivocaron con el apoyo irrestricto y justificando todas las violaciones de los militares en el poder. Es lógico: cómo van a decir que se equivocaron si pertenecen a una iglesia cuya cabeza central es infalible. Sería estar en contra de uno de sus dogmas fundamentales. Tuvo su momento y oportunidad de realizar un mea culpa y no lo hizo. No dijo ni una palabra de sus predecesores que al frente de la Iglesia Católica apoyaron, sostuvieron y brindaron ayuda moral y espiritual a los integrantes de las bandas criminales que secuestraban, torturaban y asesinaban.

            Ahora convertido en Papa tampoco hará comentarios sobre la participación de la Iglesia oficial Argentina durante la represión ilegal. Es que el secretismo forma parte de un método propio de la institución vaticana, en cuanto a revelar la actuación de otros que tienen comprometido con los preceptos que predica el evangelio que la Curia Romana dice defender y cumplir para todos los fieles, principalmente para quienes son sus genuinos voceros en la Tierra. De modo que no venga ahora el Vaticano a decir que las denuncias del pasado del nuevo Papa Francisco I son una conspiración y patraña de la “izquierda anticlerical”. Y del pasado nazi hitleriano como miembro de la juventud fascista del renunciante alemán Joseph Ratzinger ¿de dónde vino la denuncia y quienes publicaron su foto con el uniforme militar, alistado para la defensa antiaérea para que lo  reclutaron? Acaso ¿trasnochados y demoníacos izquierdistas ocultos en las catacumbas italianas? No; fue la propia prensa de investigación de Alemania la que descubrió el desconocido pasado de Benedicto XVI durante la época del nazismo. Y en la Argentina lo mismo: fueron periodistas con años de trabajo estudiando a la Iglesia los que dieron a conocer la historia desconocida del nuevo Papa. Para el premio Nobel de la Paz 1980, Bergoglio no fue cómplice de la dictadura en el sentido que sí lo tuvieron otros siniestros personajes y le echa en cara con razón es que no acompañó la lucha de los organismos de derechos Humanos en la denuncia de los desastres cometidos por la dictadura ni en conocer la verdad de qué pasó con los desaparecidos. De esto, la Iglesia nunca dijo ni hizo nada: ni antes ni después. Es más, si se leen atentamente los documentos de la Conferencia Episcopal Argentina entre 1976 y 2012, todos los párrafos dedicados a la dictadura son terribles y espeluznantes justificativos del golpe militar.

            La Iglesia nunca hizo manifestaciones de arrepentimiento por apoyar a un régimen tan salvaje y criminal como fue la dictadura argentina entre 1976 y 1983. Ahora, si para el Vaticano toda crítica que se le haga la califican de “izquierda anticlerical”, evidentemente nos espera un papado de fuerte contenido ideológico y político por más que a muchos no les guste esta forma de analizar los actos de la Curia Romana.

            En este sentido, es un grave error creer que el Vaticano es una institución neutral, inmaculada, impoluta, que solo le interesa las cuestiones relativas a la aplicación de las normas de su fe católica apostólica en el mundo. El Vaticano es un pequeño y poderoso estado cuyo Papa siempre ha sido considerado como la personalidad internacional mejor informada del mundo. Es la única religión en el mundo que tiene un centro de difusión, control y cumplimiento de los contenidos de su doctrina y los clérigos que ocupan los cargos de relevancia en la jerarquía de la iglesia en cada país son designados por el mismo Papa con prescindencia del gobierno del país respectivo. La capacidad que tiene la Iglesia de estar bien informada y tener datos precisos de todos los países donde actúa se debe al magnífico servicio de inteligencia que posee cuyo origen se remonta al siglo XVI cuando el Papa Paulo IV creó en 1566 la “Santa Alianza”, una amplia de red de información conformado por espías que se dedicaban a recopilar datos de las actividades de los gobiernos amigos y enemigos de la Iglesia con el fin de proteger los intereses de la Santa Sede. Este organismos fue creado luego de pronunciado el Cisma Protestante que puso fin a la unidad religiosa en Occidente y que como consecuencia de él, varios estados europeos rompieron con Roma y adoptaron las nuevas ideas inspiradas en Martín Lutero, Juan Calvino y otros reformadores. Y si alguien tiene duda acerca de la eficiente labor de la Iglesia en su tarea de obtener información, escuchemos a Simón Wisenthal quien decía: “La organización mejor informada y más poderosa del mundo es el servicio de inteligencia del Estado Vaticano” (Ver Eric Frattini, Los espías del Papa, Espasa Calpe, Buenos Aires, página 23).

            Cuando finalmente en la última sesión fue elegido ser Papa por el voto de los cardenales, Bergoglio les dijo: “Soy un pecador, pero acepto”. ¿Cuáles son los pecados que cometió? ¿No es acaso la confesión un rito substancial del catolicismo? Si tiene que confesar sus pecados ¿debe ser mantenido en el secreto más absoluto y cerrado de la esfera privada de la Santa Sede? Si el nuevo Papa es un pecador y dada la importancia ecuménica que su autoridad y poder tiene para el mundo ¿porqué no dice en público los pecados que cometió en su vida? ¿A quién le tiene miedo de confesar sus actos? Si la religión se lo prohíbe que por primera vez se rebele contra este sacrosanto y sagrado sacramento y se muestre como un hombre de carne y hueso.

            Lo único que se puede esperar que la Iglesia encuentre en Francisco I un verdadero pastor que haga de la opción por los pobres la auténtica y única política de su magisterio al frente de la Iglesia. ¿Podrá renunciar a las riquezas del poder que tiene el Vaticano? Esto se verá con el tiempo.  

2) Ideas principales del nuevo Papa Francisco I

            No cabe duda que en la Argentina en particular y el América Latina en general, ha sido bien recibida la noticia de la designación de un Papa latinoamericano, porque en esta región del mundo la religión católica es la que abrumadoramente ejerce la población en más del 95% y tiene un peso propio en la vida política, social, económica y cultural de nuestros países.
           
           En el caso específico de la Argentina, la Iglesia Católica Argentina no está separada del Estado como sucede en la República Oriental del Uruguay. Esta situación está firmemente consagrada en el artículo 2 de la Constitución cuando claramente dice que el “gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”, lo cual quiere decir que el estado está obligado a mantener por la vía financiera y económica el funcionamiento de sus instituciones. El presupuesto nacional fija todos los años la partida millonaria de dinero destinada a “sostener”, como dice la Constitución, la existencia de la iglesia, ya de por sí muy rica y poderosa. Como consecuencia de esto, la Iglesia está exenta del pago de impuestos
         
            Este artículo 2 que fue refrendado por el texto ordenado en la reforma de 1994, ha sido mantenido en todos los textos constitucionales a lo largo de la historia argentina, desde 1811 hasta la fecha. Siempre y en todo momento se ha defendido que en la Argentina es deber del estado garantizar el financiamiento de la Iglesia Católica. Y en eso consiste la palabra sostener.

            Por primera vez, en 1300 años se nombra como Papa a un sacerdote no europeo, lo cual pueda significar un nuevo impulso para ganarse la simpatía de regiones en la cuales la Iglesia no tiene todavía influencia determinante como en Asia y África.

            No deben confundirse los mal informados amigos europeos y norteamericanos de que con el cardenal Jorge Bergoglio de la Argentina, convertido en el Papa Francisco I por su origen latinoamericano, implique el nombramiento de un sacerdote del Movimiento de Tercer Mundo. Nada pero absolutamente nada que ver. Nunca firmó ni adhirió ni participó de los cónclaves de esta importantísima agrupación que surgió en la Argentina entre 1967 y 1968. Ni mucho menos intentar ubicarlo en la línea de la Teología de la Liberación a cual Juan Pablo II la combatió y rechazó tajantemente. El nuevo Papa es un hombre conservador en toda la línea dogmática de la Iglesia y no se mueve de ese rumbo un milímetro. No tiene ninguna vinculación con los sacerdotes del Tercer Mundo ya que su prédica nunca estuvo relacionada por la “opción por los más pobres” por más que la proclame y la manifieste.

            Así como Juan Pablo II, un Papa nacido en la muy católica Polonia, gobernada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por un gobierno comunista, no fue casualmente elegido al frente de la Iglesia Romana. Con su elección comenzó la cruzada contrarrevolucionaria para la destrucción del socialismo en el este de Europa y ahora no sería nada descabellado creer que la asunción de un Papa Latinoamericano, que seguirá al pie de la letra las orientaciones implantadas por Wojtyla y continuada por el alemán Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), tenga como objetivo estratégico fundamental que su papado se oriente a modificar e impulsar cambios de regímenes en los gobiernos sudamericanos de izquierda y centroizquierda que no son del gusto ni del imperio americano ni mucho menos de la Santa Sede. Habrá que prestarle, mucha atención a los movimientos de este nuevo Papa en sus relaciones con Latinoamérica porque es una región que está viviendo un proceso de transformaciones radicales de sus estructuras económicas y sociales sobre todo en Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador y también en la Argentina, su tierra natal. Como prueba de que el Papa latinoamericano no fue una casualidad sino que responde a una política de largo alcance, tomamos la opinión del vaticanista italiano Vittorio Messori quien piensa que la elección de Jorge Bergoglio por cálculo, no cabalístico sino estratégico, basándose en su conocimiento de la realidad de la Iglesia. En la nota que publica el diario Infobae en su página web del 16-03-2013 leemos lo siguiente: “Messori, autor de una entrevista con Juan Pablo II que acabó en libro (Cruzando el umbral de la esperanza), escribió en el Corriere della Sera que la elección de Franciscoes una opción geopolítica tan fuerte como en su momento la de Karol Wojtyla. Si aquella vez se trató de contribuir a la liberación de medio continente del yugo del autoritarismo soviético, la opción geopolítica “verdaderamente urgente, incluso urgentísima,” que se imponía esta vez, dice Messori, venía de un desafío: “La Iglesia de Roma está por perder al que consideraba ‘el Continente de la Esperanza’, el continente católico por excelencia: Sudamérica abandona el catolicismo a un ritmo de miles de hombres y mujeres cada día”. Afirmando que casi un cuarto de los creyentes se han ido de las filas de la Iglesia Católica hacia diversas corrientes del llamado neopentecostalismo, tiene por razón “la falta de espiritualidad de la curia y por contención social y económica. Este  alejamiento de las masas del catolicismo, Messori responsabiliza en parte a “las teologías políticas de los últimos decenios, predicadas por curas y monjes convertidos enactivistas ideológicos” (Consultado en: http://america.infobae.com/notas/68168-Razones-geopoliticas-detras-de-la-eleccion-de-Bergoglio). Es probable que en el nuevo panorama mundial, el Vaticano haya decidido volver sus miradas hacia una región donde se concentra la mitad de sus casi 1200 millones de seguidores, como un intento de largo alcance con el objetivo de recuperar posiciones perdidas.
          
          En los últimos años el actual Francisco I, tuvo varios encontronazos y enfrentamientos políticos e ideológicos con los dos gobiernos del Matrimonio Kirchner por lo que es importante conocer algunos de sus puntos de vista sobre los siguientes temas (tomo como fuente de sus expresiones una nota publicado en el diario La Gazeta de Tucumán (la más pequeña provincia argentina pero dotada de una inmensa riqueza y donde se declaró la Independencia en 1816. Es una hermosa ciudad que merece ser llamada “Ciudad Héroe de la Independencia Sudamericana)

a) Matrimonio igualitario: Desde su presentación, el proyecto de modificación del Código Civil para que se permita el matrimonio entre personas del mismo sexo (convertido en ley en julio de 2010) motivó una férrea oposición por parte de la Iglesia Católica. El por entonces cardenal Jorge Bergoglio se transformó en un activista contra la iniciativa. Estas fueron sus palabras contra el proyecto:

"Aquí está la envidia del demonio, que pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la Tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo, sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios. Hoy la Patria necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la verdad en medio de las tinieblas del error; que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura, sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala". (Fragmento de la carta a las monjas Carmelitas de Buenos Aires, del 22 de junio de 2010)

b) Sobre el aborto en general: Es conocida la negación de la Iglesia Católica respecto de la interrupción voluntaria del embarazo. En diversas ocasiones, Bergoglio dejó en claro el rechazo a cualquier proyecto de despenalización o de legalización del aborto. A principios de 2004 se refirió por primera vez a este tema en una homilía: "Sin estas tres actitudes -ternura, esperanza, paciencia- no se puede respetar la vida y el crecimiento del niño por nacer. La ternura nos compromete, la esperanza nos lanza hacia el futuro, la paciencia acompaña nuestra espera en el cansino pasar de los días. (...) Cuando estas actitudes no están, entonces el niño pasa a ser un 'objeto' alejado de su padre y de su madre y muchas veces 'algo' que molesta, alguien intruso en la vida de los adultos, quienes pretenden vivir tranquilos, replegados sobre sí mismos en un egoísmo paralizante". (Homilía con motivo de la Jornada por la Vida, realizada en la Universidad Católica Argentina el 25 de marzo de 2004). Un poco más de un año después decía: "este chico que está en camino molesta a la familia, '¡uy! para qué, qué sé yo, descartémoslo y mandémoslo al remitente'; eso es lo que nos predica la cultura de la muerte". (Homilía en la misa en honor del santo protector de las embarazadas, San Ramón Nonato, el 31 de agosto de 2005)

c) Sobre el aborto no punible: se opuso a la sanción de la ley en la ciudad de Buenos Aires con los argumentos típicos de la Iglesia en septiembre de 2012 con estas palabras en un comunicado titulado “El aborto no es la solución: “Al hablar de una madre embarazada hablamos de dos vidas; ambas deben ser preservadas y respetadas, pues la vida es de un valor absoluto”. Asimismo pidió “respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.  
“Esta decisión que amplía la despenalización del aborto cediendo a la presión del fallo de la Corte Suprema de la Nación, la cual excediendo sus competencias exhortó a aprobar protocolos, afectando de esta manera la división de poderes y vulnerando el federalismo, tiene consecuencias jurídicas, culturales y éticas porque las leyes configuran la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una “cultura de la muerte” (Evangelium vitae, n° 21)”, manifiesta el comunicado. Fuente:   http://www.infobae.com/notas/669751-.html)

d) Sobre el terrorismo de estado durante la dictadura: Es su costado más polémico sobre el cual nos extendimos más arriba. En agosto de 2006, Bergoglio conmemoró los 30 años del asesinato del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, ocurrido el 4 de agosto de 1976, presuntamente a manos de la dictadura. Antes de Angelelli, el 18 de julio del 76, los padres Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron secuestrados, torturados y asesinados. Una semana después apareció muerto el laico Wenceslao Pedernera. A todos ellos recordó en la ocasión el actual Papa. "Yo conocí en La Rioja una Iglesia perseguida, que se llamó Wenceslao, Gabriel, Carlos, testigos de la fe que predicaban y que dieron su sangre para la Iglesia, para el pueblo de Dios, por la predicación del Evangelio. Pienso que ese día alguno se puso contento, creyó que era su triunfo; pero fue la derrota de los adversarios. El recuerdo de Wenceslao, Carlos, Gabriel y el obispo Enrique no es una simple memoria encapsulada; es un desafío que hoy nos interpela a que miremos el camino de ellos, hombres que solamente miraron el Evangelio" (Catedral de La Rioja, 4 de agosto de 2006). Pero de la relación desastrosa que la cúpula de la Iglesia tuvo con la dictadura nunca dijo nada. Nada dijo de los 150 sacerdotes de diferentes congregaciones fueron secuestrados y asesinados ni siquiera como Jefe de la Iglesia. El caso más terrible y emblemático fue el asesinato de los cinco Curas Palotinos, en lo que se llamó la masacre de San Patricio, por ser en dicha iglesia donde se cometieron las muertes.    

d) Sobre el dinero: En su último mensaje a la comunidad católica argentina, Bergoglio habló sobre la corrupción en un amplio sentido. "El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos, como la droga, la corrupción, la trata de personas, incluso de niños, junto con la miseria material y moral son moneda corriente.(...) Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos y convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos". (Carta para la Cuaresma, Buenos Aires, 13 de febrero de 2013). De la corrupción de la institución que ahora es el Jefe Supremo tampoco dice nada.

e) Sobre la Paternidad: En el Foro de Padres que se realizó en 2009, el entonces arzobispo de Buenos Aires reclamó que los padres deben hacerse cargo de sus hijos que están sin rumbo. "Es necesario que salgan de ustedes para dialogar, para abrirse a sus hijos, para jugar con ellos, para que los hicos no se sientan abandonados por sus padres. Eso cansa, es verdad, pero es la cruz que ustedes como padres católicos debe cargar; es, sin embargo, una cruz fecunda", indicó el 31 de octubre de 2009

f) Sobre la trata y esclavitud laboral: El 30 de marzo de 2006, un incendio destruyó un taller de costura clandestino en Caballito, Buenos Aires. Allí murieron seis personas; cuatro de ellas eran niños. En una misa, Bergoglio habló sobre las diferentes formas de esclavitud. "La dignidad la tenemos por el trabajo, porque nos ganamos el pan, y eso nos hace mantener la frente alta. Pero cuando el trabajo no es lo primero sino que lo primero es la ganancia, la acumulación de dinero, ahí empieza una catarata descendente de degradación moral. Y termina esta catarata en la explotación de quien trabaja. Esta frase no es mía, la dijo ayer el Papa (por Benedicto XVI) en una audiencia (...) Justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que no han podido todavía unificarse, como algunos de ustedes lo han podido hacer gracias a Dios". (Homilía en la misa en memoria de las víctimas del trabajo esclavo, el 27 de marzo de 2011)

g) Sobre la Educación.- Luego de la crisis de 2001, el actual Papa Francisco envió un mensaje a la comunidad educativa en el que sugería apostar a la educación para crecer en ese momento decisivo. "El hijo del gaucho, el migrante del interior que llegaba a la ciudad, y hasta el extranjero que desembarcaba en esta tierra, encontraron en la educación básica los elementos que les permitieron trascender la particularidad de su origen para buscar un lugar en la construcción común de un proyecto. También hoy, desde la pluralidad enriquecedora de propuestas educadoras, debemos volver a apostar: a la educación, todo". (Abril de 2002, tras una misa con motivo del inicio de clases; el primero luego de la crisis de 2001). Falta agregar qué tipo de educación laica o religiosa. Como buen católico desea la educación religiosa que no dice en el texto.

h) Sobre las mujeres: En una declaración que publicó la agencia oficial de noticias argentina Telam el entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires tuvo esta desopilante afirmación: "las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos", refiriéndose a la candidatura presidencial de la Senadora Cristina Fernández de Kirchner. Y más adelante agregó: "El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso". La mujer a la casa, a la cocina, a lavar y a planchar, cuidar los hijos y coser. Todo lo demás no existe para ellas. Buenísimo. En sus polémicas declaraciones, el arzobispo de Buenos Aires agregó que "hay que tener memoria; tuvimos una mujer como Presidente de la Nación y todos sabemos qué pasó", refiriéndose a la ex presidente Estela María Martínez de Perón. Las organizaciones de derechos humanos y movimientos feministas no hicieron esperar su respuesta.

i) Sobre la ley de medios: Cuando la Cámara de Diputados aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley de Medios) el 16 de septiembre de 2009, el entonces cardenal Jorge Bergoglio se sumó indirectamente al debate durante la XII Jornada de Pastoral Social, que se realizó en el Colegio San Cayetano, del barrio porteño de Liniers. Con estas palabras dio a entender que estaba en contra de esta ley ya que para él, el gobierno pretendía monopolizar el control de los medios de comunicación: "El peor riesgo, la peor enfermedad, es homogeneizar el pensamiento, el autismo del intelecto, del sentimiento, que nos lleva a concebir las cosas dentro de mi burbuja. Por eso es importante recuperar la alteridad y el diálogo", dijo el 19 de septiembre de 2009. Esta legislación fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El proyecto fue muy polémico y debatido. De hecho, hasta el momento está en litigio judicial su plena aplicación por las medidas cautelares que están impidiendo la plena vigencia de esta ley sumamente importante para el país. En todos los temas fundamentales el actual Papa fue un duro opositor a los gobiernos de los Kirchner.

            En otras de sus actividades políticas no debemos olvidar el fuerte apoyó que dio a las entidades empresariales del agro argentino agrupadas en la Mesa de Enlace cuando estalló el conflicto entre el gobierno y los sectores exportadores de granos cuando el Ministerio de Economía aprobó la resolución 125 que establecía las retenciones móviles para los cereales.

            Como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, toda la cúpula de la Iglesia fue recibida por el vicepresidente Julio Cobos antes del debate en el Senado para aprobar o rechazar el sistema de las retenciones móviles en un proyecto elevado por el Poder Ejecutivo. Seguramente en dicha reunión le habrán dado la bendición de que Dios lo protegerá por oponerse a la norma. Y así fue: con su conocido voto no positivo, el proyecto fue rechazado, lo que desató la algarabía de los grandes terratenientes y exportadores de la Argentina y del lado del gobierno significó la ruptura definitiva entre Presidente y Vice donde se dio el increíble hecho de que el vicepresidente rechace un proyecto de su propio gobierno.

            Hemos tratado de brindar un panorama global de la Iglesia y el nuevo Papa. Para el bien de la humanidad se espera mucho de él y que pueda terminar con la corrupción, con los manejos ilegales y que la idea de una Iglesia del pueblo, para el pueblo y con el pueblo sea la brújula central de su Papado. De eso se trata.