EL PAPA ARGENTINO Y LATINOAMERICANO FRENTE A LA IGLESIA ACTUAL
Por
Sergio Daniel Aronas – 17 de marzo de 2013
“Que
dirá el Santo Padre
Que vive
en Roma
Que le
están degollando a su paloma”
Violeta
Parra, compositora y cantante chilea
En estas breves líneas
daremos en la primera parte un análisis general de la Iglesia Católica acerca
de la importancia que tiene en el mundo, el lugar que ocupa y el papel que
desempeña. En la segunda parte, nos abocaremos a algunas ideas y pensamientos
principales del nuevo Papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio cuyo
encumbramiento a la cúpula de la Santa Sede ha originado una fuerte polémica en
nuestro país por su pasado durante la dictadura militar y como presidente de la
Conferencia Episcopal Argentina ya en plena vigencia de la democracia iniciada
en 1983.
1) La importancia de la Iglesia
en el mundo actual
El nombramiento del
arzobispo de Buenos Aires, de formación jesuita como Papa de la Iglesia
Apostólica Católica y que ha elegido como nombre el de Francisco I, quizás en
honor a Francisco de Asís, ha desatado grandes polémicas en todo el mundo cada
vez que se elige a un nuevo Pontífice para ver si será capaz de transformar la
política interior y exterior del Vaticano o si continuará la línea de sus
predecesores. Sobre esta base, me gustaría dar mi punto de vista sobre la
elección decidida por el Colegio de Cardenales el miércoles 13 de marzo de 2013.
La Iglesia Católica con
sus 1200 millones de feligreses es la religión más grande entre los credos
cristianos y es la más influyente en el mundo porque las decisiones políticas
que toman repercuten en forma inmediata en todos los países donde la población que
la practican sean o no la mayoría. Y a pesar de sus reiteradas crisis, sigue
siendo un poderoso centro económico y financiero fabuloso cuyos tesoros tienen
un valor incalculable y le ha permitido estar indemne de toda conmoción
económica y financiera como la que actualmente atraviese el continente europeo.
Es parte integrante de los poderes mundiales y se mete y opina de todo aunque
nadie se lo pida. Y ese poder incluso es más fuerte que el gobierno del país
donde actúa. La Iglesia ahora no envía ni soldados, tanques, aviones o misiles,
sino que con su poder económico puede enviar a sus representantes y apoyar con legiones
de dinero todo lo necesario para financiar medios de comunicación, radios, televisión,
periódicos, internet, que apunte a la desestabilización de gobiernos como
hicieron con Polonia entre 1980 y 1981.
El cardenal argentino
llega al Papado en una situación donde el Vaticano está viviendo una profunda
crisis política, económica, financiera y moral en cuanto al comportamiento de
debería tener los sacerdotes frente a sus feligreses, a la envestidura que
representan y por una práctica aberrante que no se conciben en una institución
de estas características.
El renunciante Benedicto
XVI, que colgó la sotana de Papa, por su incapacidad para resolver los
problemas que aquejan a la Iglesia, en una actitud inédita, se vio abrumado por
las crecientes denuncias por los abusos sexuales realizados por sacerdotes de
Iglesias de varios países, muchos de los cuales fueron demandados y llevados a
tribunales. A eso se le agrega la reiterada crisis financiera de la poderosa banca
Vaticana con sus negocios sucios, lavado de dinero, evasión de impuestos,
tráfico de influencias y otras delicias de vida eclesiástica. Es bueno recordar
que en su momento, en 1978 el olvidado Juan Pablo I (Albino Luciani, y último
italiano), en su corto papado de 33 días, había empezado a investigar
seriamente todos los manejos ilegales del Banco Ambrosiano, del Instituto de
Obras Religiosas (IOR) que implicaba destapar una cloaca muy podrida, terminó
con la vida del propio Sumo Pontífice en circunstancias nunca aclaradas y su
sucesor Juan Pablo II de Polonia, cerró todas las causas y las investigaciones realizadas
por Juan Pablo I y las personas acusadas fueron reincorporadas a sus antiguos
puestos como si nada hubiera pasado. Treinta y cinco años después aparecen otra
vez los elementos de esta crisis estructural de las finanzas vaticanas y es
poco probable que el nuevo Papa, el argentino Francisco I tenga la suficiente
fuerza, coraje y empuje para limpiar el Vaticano con su peso de 2000 años de
existencia, a menos que él dé ejemplos de austeridad, de ahorro, honradez y cautela
en la administración de sus gigantescas finanzas y cuente con colaboradores
comprometidos en el saneamiento y superación de los problemas fundamentales que
afecta a la Iglesia Católica que motivaron la insólita renuncia del alemán
Benedicto XVI en febrero de 2013.
El sistema político del
Vaticano encarnado en la figura del Papa es una forma de gobierno en el que el
poder está concebido como una especie de monarquía absoluta y en el
convencimiento total acerca de su infalibilidad, es decir, que en sus
decisiones, actos, escritos, el Papa nunca puede equivocarse, nunca puede
cometer errores. La autoridad del Papá lo convierte por esta razón, en un ser
sobrehumano, de otra dimensión y en el que no existe la mínima posibilidad de
cometer fallos. Este es un postulado dogmático cuya validez para la Iglesia
viene del Concilio Vaticano I de 1870 y lo mantiene en forma invariable hasta
hoy. Por lo tanto, en la Santa Sede no corre la expresión latina “errare humane
est”. El Papa es el representante de Dios en la tierra; y como Dios es
perfecto, su encarnación en el hombre como Dios lo convierte en el ser perfecto
que nunca se equivoca. Aunque esta infalibilidad debe cumplir ciertos
requisitos, igualmente goza de este privilegio que ningún hombre en la Tierra
puede tener.
Estas cuestiones
teológicas como la cuestión crucial del celibato, no estarán en la agenda del
nuevo Papa, como así tampoco le importará la situación de las mujeres
religiosas dentro de la iglesia quienes tienen prohibido ser ordenadas como
sacerdotisas; no pueden participar en la elección para nombrar papas ni tampoco
pueden tener acceso a cargos de alto nivel en el gabinete del Vaticano, ni
mucho menos pueden ser embajadoras o nuncios apostólicos. La actitud de la Iglesia
hacia las mujeres no se condice con los grandes logros que la mujer ha venido consiguiendo
en su lucha permanente por tener los mismos derechos que los hombres, pero en
la iglesia estos derechos a la igualdad se los tiene vedados. En pleno siglo
XXI no deberían tratar tan mal y ser tan crueles hacia quienes les dan la vida
a los futuros hombres que deciden seguir la carrera de religiosa y trabajar en
la iglesia.
A la Iglesia le preocupa
muchísimo la aparición de nuevas sectas o grupos que enarbolando el discurso
religioso y utilizando los texto de la Biblia como doctrina, se vayan
desplazando de las parroquias cristianas hacia estas nuevas expresiones de fe
que le quitan feligreses a la misa de los domingos, muchos cansados de los discursos
y que no le dan soluciones a sus problemas o no encuentran en ella la forma de
canalizar sus inquietudes y estar mejor preparados para enfrentar la vida. Esto
pasa en la Argentina y muchos países latinoamericanos donde se cuestiona que la
Iglesia se siente al lado de los poderosos y no defienda y no se interese por
la situación de los más débiles, los desamparados y los pobres.
A la Iglesia también le
preocupa muchísimo y ahí es donde se activan sus servicios de información y
control, cuando aparecen sacerdotes que cuestionan las posturas oficiales del
Vaticano en temas no sólo relativos a los dogmas religiosos sino que frente a
situaciones de la vida de las personas como el aborto, los matrimonios entre
personas del mismo sexo, la educación sexual, el uso de preservativos en las
relaciones amorosas con el fin de evitar contagiarse de enfermedades, el
divorcio, e incluso a la posición que debe tomar ante la crisis económica y sus
consecuencias como el desempleo, la miseria, la pobreza y la falta de
esperanza, la Iglesia siempre se pone en contra de todos esos temas, asumiendo
posiciones que son rechazadas por muchos feligreses que no pueden entender porque
se ponen del lado equivocado, incluso si estas cuestiones son reglamentadas por
leyes aprobadas con mayoría parlamentaria en los distintos países.
La prohibición a las
mujeres de ejercer el derecho del voto convertirán en el año 2015 al Vaticano
en el único lugar en el mundo donde no pueden hacerlo. Compartía con la
monarquía petrolera de Arabia Saudita los dos países que aun mantenían a las
mujeres fuera de la posibilidad de vota. Pero dentro de dos años, sólo la
Ciudad del Vaticano seguirá negando el voto femenino. Y por más razones que
pueda ofrecer la Curia Romana no tiene ningún justificativo.
Con la asunción del
argentino Jorge Mario Bergoglio como el Papa número 266 bajo el nombre de
Francisco I, ha desencadenado una multitud de opiniones a favor y en contra de
su designación por su pasado durante la dictadura cívico-militar que entre 1976
y 1983 se llevó la vida de 30.000 compatriotas incluyendo muchos sacerdotes. Tanto
en el libro de Emilio Mignone (Iglesia y dictadura. El papel de la Iglesia a la
luz de sus relaciones con la dictadura militar) como en el de Eduardo L.
Duhalde (El estado terrorista argentino) el nombre de Bergoglio no aparece en
ninguna página. Creo que como todos los curas (que en ese año fatídico de 1976)
con cuarenta años de edad, seguramente estaba al tanto de todos los desastres
que cometía las fuerzas represivas argentinas y porque a muchas iglesias
acudieron ciudadanos desesperados buscando tener noticias del paradero de sus
seres queridos y porque esas mismas personas buscaban en la iglesia un lugar
donde esconderse de la persecución criminal de las grupos de tareas, ya que
quien caía en sus manos difícilmente saldría con vida. Estoy seguro que conocía
todo lo que pasaba y no hizo lo suficiente para ayudar a sus hermanos como sí
hicieron otros como los sacerdotes de la iglesia de Santa Cruz perteneciente a
la congregación de los curas pasionarios donde se reunieron las mujeres que
fundarían las Madres de Plaza de Mayo.
Las críticas por parte de
sectores que consideran al nuevo Papa Francisco I un cómplice de la dictadura
no pueden ponerlo en el mismo nivel que algunos siniestros personajes de la
Iglesia argentina que sí fueron no sólo cómplices, sino defensores entusiastas
del terrorismo de estado como Adolfo Tortolo (obispo de Paraná), Victorio
Bonamín (Provicario castrense), Raúl Primatesta (Arzobispo de Córdoba), Juan
Carlos Aramburu (Arzobispo de Buenos Aires), José Miguel Medina (obispo de
Jujuy y vicario castrense); todo el cuerpo de capellanes militares y los
integrantes de la Conferencia Episcopal en calidad de máximo organismo
eclesiástico que fija las posiciones de la Iglesia argentina sobre las
cuestiones doctrinarias y políticas del momento. En el citado libro de Emilio
Mignone, solo cuatro obispos, miembros del organismo rector de la Iglesia,
denunciaron con suma valentía los crímenes de la dictadura: el obispo de La
Rioja, monseñor Enrique Angelelli, asesinado por los grupos de tareas de la
represión militar que en nombre de Dios y la Santa Religión no respetaron ni
siquiera la vida de tan dignos representantes por su presunto discurso
izquierdista como miembros del Movimiento de Obispos del Tercer Mundo; el
obispo de Viedma, Monseñor Miguel Hesayne; el obispo de Neuquén, Jaime de
Nevares y el obispo de Quilmes, Jorge Novak.
Entonces, ¿cuál puede ser
la complicidad de Jorge Bergoglio con los crímenes de la dictadura? En primer
lugar, no haber defendido a los sacerdotes de su congregación cuando fueron
secuestrados por los grupos de tareas de la dictadura. En segundo lugar, que
habiendo sido en dos ocasiones presidente de la Conferencia Episcopal y Primado
de la Argentina, nunca se atrevió a denunciar el nefasto papel desempeñado por
la cúpula de la Iglesia durante esa misma dictadura; que nunca se atrevió a
formular un arrepentimiento y reconocer que se equivocaron con el apoyo
irrestricto y justificando todas las violaciones de los militares en el poder.
Es lógico: cómo van a decir que se equivocaron si pertenecen a una iglesia cuya
cabeza central es infalible. Sería estar en contra de uno de sus dogmas
fundamentales. Tuvo su momento y oportunidad de realizar un mea culpa y no lo
hizo. No dijo ni una palabra de sus predecesores que al frente de la Iglesia
Católica apoyaron, sostuvieron y brindaron ayuda moral y espiritual a los
integrantes de las bandas criminales que secuestraban, torturaban y asesinaban.
Ahora convertido en Papa
tampoco hará comentarios sobre la participación de la Iglesia oficial Argentina
durante la represión ilegal. Es que el secretismo forma parte de un método
propio de la institución vaticana, en cuanto a revelar la actuación de otros
que tienen comprometido con los preceptos que predica el evangelio que la Curia
Romana dice defender y cumplir para todos los fieles, principalmente para
quienes son sus genuinos voceros en la Tierra. De modo que no venga ahora el
Vaticano a decir que las denuncias del pasado del nuevo Papa Francisco I son
una conspiración y patraña de la “izquierda anticlerical”. Y del pasado nazi
hitleriano como miembro de la juventud fascista del renunciante alemán Joseph
Ratzinger ¿de dónde vino la denuncia y quienes publicaron su foto con el
uniforme militar, alistado para la defensa antiaérea para que lo reclutaron? Acaso ¿trasnochados y demoníacos
izquierdistas ocultos en las catacumbas italianas? No; fue la propia prensa de
investigación de Alemania la que descubrió el desconocido pasado de Benedicto
XVI durante la época del nazismo. Y en la Argentina lo mismo: fueron
periodistas con años de trabajo estudiando a la Iglesia los que dieron a
conocer la historia desconocida del nuevo Papa. Para el premio Nobel de la Paz
1980, Bergoglio no fue cómplice de la dictadura en el sentido que sí lo
tuvieron otros siniestros personajes y le echa en cara con razón es que no
acompañó la lucha de los organismos de derechos Humanos en la denuncia de los
desastres cometidos por la dictadura ni en conocer la verdad de qué pasó con
los desaparecidos. De esto, la Iglesia nunca dijo ni hizo nada: ni antes ni
después. Es más, si se leen atentamente los documentos de la Conferencia
Episcopal Argentina entre 1976 y 2012, todos los párrafos dedicados a la
dictadura son terribles y espeluznantes justificativos del golpe militar.
La Iglesia nunca hizo
manifestaciones de arrepentimiento por apoyar a un régimen tan salvaje y
criminal como fue la dictadura argentina entre 1976 y 1983. Ahora, si para el
Vaticano toda crítica que se le haga la califican de “izquierda anticlerical”, evidentemente
nos espera un papado de fuerte contenido ideológico y político por más que a
muchos no les guste esta forma de analizar los actos de la Curia Romana.
En este sentido, es un
grave error creer que el Vaticano es una institución neutral, inmaculada,
impoluta, que solo le interesa las cuestiones relativas a la aplicación de las
normas de su fe católica apostólica en el mundo. El Vaticano es un pequeño y poderoso
estado cuyo Papa siempre ha sido considerado como la personalidad internacional
mejor informada del mundo. Es la única religión en el mundo que tiene un centro
de difusión, control y cumplimiento de los contenidos de su doctrina y los
clérigos que ocupan los cargos de relevancia en la jerarquía de la iglesia en
cada país son designados por el mismo Papa con prescindencia del gobierno del
país respectivo. La capacidad que tiene la Iglesia de estar bien informada y
tener datos precisos de todos los países donde actúa se debe al magnífico
servicio de inteligencia que posee cuyo origen se remonta al siglo XVI cuando
el Papa Paulo IV creó en 1566 la “Santa Alianza”, una amplia de red de
información conformado por espías que se dedicaban a recopilar datos de las
actividades de los gobiernos amigos y enemigos de la Iglesia con el fin de
proteger los intereses de la Santa Sede. Este organismos fue creado luego de
pronunciado el Cisma Protestante que puso fin a la unidad religiosa en
Occidente y que como consecuencia de él, varios estados europeos rompieron con
Roma y adoptaron las nuevas ideas inspiradas en Martín Lutero, Juan Calvino y
otros reformadores. Y si alguien tiene duda acerca de la eficiente labor de la
Iglesia en su tarea de obtener información, escuchemos a Simón Wisenthal quien
decía: “La organización mejor informada y más poderosa del mundo es el servicio
de inteligencia del Estado Vaticano” (Ver Eric Frattini, Los espías del Papa,
Espasa Calpe, Buenos Aires, página 23).
Cuando finalmente en la
última sesión fue elegido ser Papa por el voto de los cardenales, Bergoglio les
dijo: “Soy un pecador, pero acepto”. ¿Cuáles son los pecados que cometió? ¿No
es acaso la confesión un rito substancial del catolicismo? Si tiene que
confesar sus pecados ¿debe ser mantenido en el secreto más absoluto y cerrado
de la esfera privada de la Santa Sede? Si el nuevo Papa es un pecador y dada la
importancia ecuménica que su autoridad y poder tiene para el mundo ¿porqué no
dice en público los pecados que cometió en su vida? ¿A quién le tiene miedo de
confesar sus actos? Si la religión se lo prohíbe que por primera vez se rebele
contra este sacrosanto y sagrado sacramento y se muestre como un hombre de
carne y hueso.
Lo único que se puede
esperar que la Iglesia encuentre en Francisco I un verdadero pastor que haga de
la opción por los pobres la auténtica y única política de su magisterio al
frente de la Iglesia. ¿Podrá renunciar a las riquezas del poder que tiene el
Vaticano? Esto se verá con el tiempo.
2) Ideas principales del nuevo
Papa Francisco I
No cabe duda que en la
Argentina en particular y el América Latina en general, ha sido bien recibida
la noticia de la designación de un Papa latinoamericano, porque en esta región
del mundo la religión católica es la que abrumadoramente ejerce la población en
más del 95% y tiene un peso propio en la vida política, social, económica y
cultural de nuestros países.
En el caso específico de
la Argentina, la Iglesia Católica Argentina no está separada del Estado como
sucede en la República Oriental del Uruguay. Esta situación está firmemente consagrada
en el artículo 2 de la Constitución cuando claramente dice que el “gobierno
federal sostiene el culto católico apostólico romano”, lo cual quiere decir que
el estado está obligado a mantener por la vía financiera y económica el
funcionamiento de sus instituciones. El presupuesto nacional fija todos los
años la partida millonaria de dinero destinada a “sostener”, como dice la
Constitución, la existencia de la iglesia, ya de por sí muy rica y poderosa.
Como consecuencia de esto, la Iglesia está exenta del pago de impuestos
Este artículo 2 que fue
refrendado por el texto ordenado en la reforma de 1994, ha sido mantenido en
todos los textos constitucionales a lo largo de la historia argentina, desde
1811 hasta la fecha. Siempre y en todo momento se ha defendido que en la
Argentina es deber del estado garantizar el financiamiento de la Iglesia
Católica. Y en eso consiste la palabra sostener.
Por primera vez, en 1300
años se nombra como Papa a un sacerdote no europeo, lo cual pueda significar un
nuevo impulso para ganarse la simpatía de regiones en la cuales la Iglesia no
tiene todavía influencia determinante como en Asia y África.
No deben confundirse los
mal informados amigos europeos y norteamericanos de que con el cardenal Jorge
Bergoglio de la Argentina, convertido en el Papa Francisco I por su origen
latinoamericano, implique el nombramiento de un sacerdote del Movimiento de
Tercer Mundo. Nada pero absolutamente nada que ver. Nunca firmó ni adhirió ni
participó de los cónclaves de esta importantísima agrupación que surgió en la
Argentina entre 1967 y 1968. Ni mucho menos intentar ubicarlo en la línea de la
Teología de la Liberación a cual Juan Pablo II la combatió y rechazó
tajantemente. El nuevo Papa es un hombre conservador en toda la línea dogmática
de la Iglesia y no se mueve de ese rumbo un milímetro. No tiene ninguna
vinculación con los sacerdotes del Tercer Mundo ya que su prédica nunca estuvo relacionada
por la “opción por los más pobres” por más que la proclame y la manifieste.
Así como Juan Pablo II, un
Papa nacido en la muy católica Polonia, gobernada desde el fin de la Segunda
Guerra Mundial por un gobierno comunista, no fue casualmente elegido al frente
de la Iglesia Romana. Con su elección comenzó la cruzada contrarrevolucionaria
para la destrucción del socialismo en el este de Europa y ahora no sería nada
descabellado creer que la asunción de un Papa Latinoamericano, que seguirá al
pie de la letra las orientaciones implantadas por Wojtyla y continuada por el
alemán Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), tenga como objetivo estratégico
fundamental que su papado se oriente a modificar e impulsar cambios de
regímenes en los gobiernos sudamericanos de izquierda y centroizquierda que no
son del gusto ni del imperio americano ni mucho menos de la Santa Sede. Habrá
que prestarle, mucha atención a los movimientos de este nuevo Papa en sus
relaciones con Latinoamérica porque es una región que está viviendo un proceso
de transformaciones radicales de sus estructuras económicas y sociales sobre
todo en Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador y también en la Argentina, su
tierra natal. Como prueba de que el
Papa latinoamericano no fue una casualidad sino que responde a una política de
largo alcance, tomamos la opinión del vaticanista italiano Vittorio Messori quien
piensa que la elección de Jorge Bergoglio por cálculo, no cabalístico sino
estratégico, basándose en su conocimiento de la realidad de la Iglesia. En la
nota que publica el diario Infobae en su página web del 16-03-2013 leemos lo
siguiente: “Messori, autor de una entrevista con Juan Pablo II que acabó en
libro (Cruzando el umbral de la esperanza), escribió en el Corriere della Sera
que la elección de Franciscoes una opción geopolítica tan fuerte como en su
momento la de Karol Wojtyla. Si aquella vez se trató de contribuir a la
liberación de medio continente del yugo del autoritarismo soviético, la opción
geopolítica “verdaderamente urgente, incluso urgentísima,” que se imponía esta
vez, dice Messori, venía de un desafío: “La Iglesia de Roma está por perder al
que consideraba ‘el Continente de la Esperanza’, el continente católico por
excelencia: Sudamérica abandona el catolicismo a un ritmo de miles de hombres y
mujeres cada día”. Afirmando que casi un cuarto de los creyentes se han ido de
las filas de la Iglesia Católica hacia diversas corrientes del llamado
neopentecostalismo, tiene por razón “la falta de espiritualidad de la curia y
por contención social y económica. Este alejamiento de las masas del catolicismo,
Messori responsabiliza en parte a “las teologías políticas de los últimos
decenios, predicadas por curas y monjes convertidos enactivistas ideológicos”
(Consultado en: http://america.infobae.com/notas/68168-Razones-geopoliticas-detras-de-la-eleccion-de-Bergoglio).
Es probable que en el nuevo panorama mundial, el Vaticano haya decidido volver
sus miradas hacia una región donde se concentra la mitad de sus casi 1200
millones de seguidores, como un intento de largo alcance con el objetivo de
recuperar posiciones perdidas.
En los últimos años el
actual Francisco I, tuvo varios encontronazos y enfrentamientos políticos e
ideológicos con los dos gobiernos del Matrimonio Kirchner por lo que es
importante conocer algunos de sus puntos de vista sobre los siguientes temas
(tomo como fuente de sus expresiones una nota publicado en el diario La Gazeta
de Tucumán (la más pequeña provincia argentina pero dotada de una inmensa riqueza
y donde se declaró la Independencia en 1816. Es una hermosa ciudad que merece
ser llamada “Ciudad Héroe de la Independencia Sudamericana)
a) Matrimonio igualitario: Desde su presentación,
el proyecto de modificación del Código Civil para que se permita el matrimonio
entre personas del mismo sexo (convertido en ley en julio de 2010) motivó una
férrea oposición por parte de la Iglesia Católica. El por entonces cardenal
Jorge Bergoglio se transformó en un activista contra la iniciativa. Estas
fueron sus palabras contra el proyecto:
"Aquí
está la envidia del demonio, que pretende destruir la imagen de Dios: hombre y
mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la Tierra. No seamos
ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión
destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo, sino
de una 'movida' del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los
hijos de Dios. Hoy la Patria necesita de la asistencia especial del Espíritu
Santo que ponga la luz de la verdad en medio de las tinieblas del error; que
nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar
este proyecto de ley. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los
senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por
situaciones de coyuntura, sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les
señala". (Fragmento de la carta a las monjas Carmelitas de Buenos Aires, del
22 de junio de 2010)
b)
Sobre el aborto en general: Es conocida la negación de la Iglesia Católica respecto
de la interrupción voluntaria del embarazo. En diversas ocasiones, Bergoglio
dejó en claro el rechazo a cualquier proyecto de despenalización o de
legalización del aborto. A principios de 2004 se refirió por primera vez a este
tema en una homilía: "Sin estas tres actitudes -ternura, esperanza,
paciencia- no se puede respetar la vida y el crecimiento del niño por nacer. La
ternura nos compromete, la esperanza nos lanza hacia el futuro, la paciencia
acompaña nuestra espera en el cansino pasar de los días. (...) Cuando estas
actitudes no están, entonces el niño pasa a ser un 'objeto' alejado de su padre
y de su madre y muchas veces 'algo' que molesta, alguien intruso en la vida de
los adultos, quienes pretenden vivir tranquilos, replegados sobre sí mismos en
un egoísmo paralizante". (Homilía con motivo de la Jornada por la Vida,
realizada en la Universidad Católica Argentina el 25 de marzo de 2004). Un poco
más de un año después decía: "este chico que está en camino molesta a la
familia, '¡uy! para qué, qué sé yo, descartémoslo y mandémoslo al remitente';
eso es lo que nos predica la cultura de la muerte". (Homilía en la misa en
honor del santo protector de las embarazadas, San Ramón Nonato, el 31 de agosto
de 2005)
c)
Sobre el aborto no punible: se opuso a la sanción de la ley en la ciudad de
Buenos Aires con los argumentos típicos de la Iglesia en septiembre de 2012 con
estas palabras en un comunicado titulado “El aborto no es la solución: “Al
hablar de una madre embarazada hablamos de dos vidas; ambas deben ser
preservadas y respetadas, pues la vida es de un valor absoluto”. Asimismo pidió
“respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden
preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda
de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.
“Esta
decisión que amplía la despenalización del aborto cediendo a la presión del
fallo de la Corte Suprema de la Nación, la cual excediendo sus competencias
exhortó a aprobar protocolos, afectando de esta manera la división de poderes y
vulnerando el federalismo, tiene consecuencias jurídicas, culturales y éticas
porque las leyes configuran la cultura de los pueblos y una legislación que no
protege la vida favorece una “cultura de la muerte” (Evangelium vitae, n° 21)”,
manifiesta el comunicado. Fuente: http://www.infobae.com/notas/669751-.html)
d) Sobre
el terrorismo de estado durante la dictadura: Es su costado más polémico sobre
el cual nos extendimos más arriba. En agosto de 2006, Bergoglio conmemoró los
30 años del asesinato del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, ocurrido el 4
de agosto de 1976, presuntamente a manos de la dictadura. Antes de Angelelli,
el 18 de julio del 76, los padres Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville
fueron secuestrados, torturados y asesinados. Una semana después apareció
muerto el laico Wenceslao Pedernera. A todos ellos recordó en la ocasión el
actual Papa. "Yo conocí en La Rioja una Iglesia perseguida, que se llamó
Wenceslao, Gabriel, Carlos, testigos de la fe que predicaban y que dieron su
sangre para la Iglesia, para el pueblo de Dios, por la predicación del
Evangelio. Pienso que ese día alguno se puso contento, creyó que era su
triunfo; pero fue la derrota de los adversarios. El recuerdo de Wenceslao,
Carlos, Gabriel y el obispo Enrique no es una simple memoria encapsulada; es un
desafío que hoy nos interpela a que miremos el camino de ellos, hombres que
solamente miraron el Evangelio" (Catedral de La Rioja, 4 de agosto de
2006). Pero de la relación desastrosa que la cúpula de la Iglesia tuvo con la
dictadura nunca dijo nada. Nada dijo de los 150 sacerdotes de diferentes
congregaciones fueron secuestrados y asesinados ni siquiera como Jefe de la
Iglesia. El caso más terrible y emblemático fue el asesinato de los cinco Curas
Palotinos, en lo que se llamó la masacre de San Patricio, por ser en dicha
iglesia donde se cometieron las muertes.
d)
Sobre el dinero: En su último mensaje a la comunidad católica argentina,
Bergoglio habló sobre la corrupción en un amplio sentido. "El sufrimiento
de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos
de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el
imperio del dinero con sus demoníacos efectos, como la droga, la corrupción, la
trata de personas, incluso de niños, junto con la miseria material y moral son
moneda corriente.(...) Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de
los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea,
presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos y
convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y
conflictos". (Carta para la Cuaresma, Buenos Aires, 13 de febrero de 2013).
De la corrupción de la institución que ahora es el Jefe Supremo tampoco dice
nada.
e)
Sobre la Paternidad: En el Foro de Padres que se realizó en 2009, el entonces
arzobispo de Buenos Aires reclamó que los padres deben hacerse cargo de sus
hijos que están sin rumbo. "Es necesario que salgan de ustedes para
dialogar, para abrirse a sus hijos, para jugar con ellos, para que los hicos no
se sientan abandonados por sus padres. Eso cansa, es verdad, pero es la cruz
que ustedes como padres católicos debe cargar; es, sin embargo, una cruz
fecunda", indicó el 31 de octubre de 2009
f) Sobre
la trata y esclavitud laboral: El 30 de marzo de 2006, un incendio destruyó un
taller de costura clandestino en Caballito, Buenos Aires. Allí murieron seis
personas; cuatro de ellas eran niños. En una misa, Bergoglio habló sobre las
diferentes formas de esclavitud. "La dignidad la tenemos por el trabajo,
porque nos ganamos el pan, y eso nos hace mantener la frente alta. Pero cuando
el trabajo no es lo primero sino que lo primero es la ganancia, la acumulación
de dinero, ahí empieza una catarata descendente de degradación moral. Y termina
esta catarata en la explotación de quien trabaja. Esta frase no es mía, la dijo
ayer el Papa (por Benedicto XVI) en una audiencia (...) Justicia por estos
hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros:
talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y
los cartoneros que no han podido todavía unificarse, como algunos de ustedes lo
han podido hacer gracias a Dios". (Homilía en la misa en memoria de las
víctimas del trabajo esclavo, el 27 de marzo de 2011)
g)
Sobre la Educación.- Luego de la crisis de 2001, el actual Papa Francisco envió
un mensaje a la comunidad educativa en el que sugería apostar a la educación
para crecer en ese momento decisivo. "El hijo del gaucho, el migrante del
interior que llegaba a la ciudad, y hasta el extranjero que desembarcaba en
esta tierra, encontraron en la educación básica los elementos que les permitieron
trascender la particularidad de su origen para buscar un lugar en la
construcción común de un proyecto. También hoy, desde la pluralidad
enriquecedora de propuestas educadoras, debemos volver a apostar: a la
educación, todo". (Abril de 2002, tras una misa con motivo del inicio de
clases; el primero luego de la crisis de 2001). Falta agregar qué tipo de
educación laica o religiosa. Como buen católico desea la educación religiosa
que no dice en el texto.
h)
Sobre las mujeres: En una declaración que publicó la agencia oficial de
noticias argentina Telam el entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires tuvo
esta desopilante afirmación: "las mujeres son naturalmente ineptas para
ejercer cargos políticos", refiriéndose a la candidatura presidencial de
la Senadora Cristina Fernández de Kirchner. Y más adelante agregó: "El
orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por
excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del
hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso". La mujer a la casa, a
la cocina, a lavar y a planchar, cuidar los hijos y coser. Todo lo demás no existe
para ellas. Buenísimo. En sus polémicas declaraciones, el arzobispo de Buenos
Aires agregó que "hay que tener memoria; tuvimos una mujer como Presidente
de la Nación y todos sabemos qué pasó", refiriéndose a la ex presidente
Estela María Martínez de Perón. Las organizaciones de derechos humanos y movimientos
feministas no hicieron esperar su respuesta.
i)
Sobre la ley de medios: Cuando la Cámara de Diputados aprobó la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley de Medios) el 16 de septiembre de 2009,
el entonces cardenal Jorge Bergoglio se sumó indirectamente al debate durante
la XII Jornada de Pastoral Social, que se realizó en el Colegio San Cayetano,
del barrio porteño de Liniers. Con estas palabras dio a entender que estaba en
contra de esta ley ya que para él, el gobierno pretendía monopolizar el control
de los medios de comunicación: "El peor riesgo, la peor enfermedad, es
homogeneizar el pensamiento, el autismo del intelecto, del sentimiento, que nos
lleva a concebir las cosas dentro de mi burbuja. Por eso es importante
recuperar la alteridad y el diálogo", dijo el 19 de septiembre de 2009.
Esta legislación fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner. El proyecto fue muy polémico y debatido. De
hecho, hasta el momento está en litigio judicial su plena aplicación por las
medidas cautelares que están impidiendo la plena vigencia de esta ley sumamente
importante para el país. En todos los temas fundamentales el actual Papa fue un
duro opositor a los gobiernos de los Kirchner.
En otras de sus actividades políticas
no debemos olvidar el fuerte apoyó que dio a las entidades empresariales del
agro argentino agrupadas en la Mesa de Enlace cuando estalló el conflicto entre
el gobierno y los sectores exportadores de granos cuando el Ministerio de
Economía aprobó la resolución 125 que establecía las retenciones móviles para
los cereales.
Como presidente de la Conferencia
Episcopal Argentina, toda la cúpula de la Iglesia fue recibida por el vicepresidente
Julio Cobos antes del debate en el Senado para aprobar o rechazar el sistema de
las retenciones móviles en un proyecto elevado por el Poder Ejecutivo.
Seguramente en dicha reunión le habrán dado la bendición de que Dios lo
protegerá por oponerse a la norma. Y así fue: con su conocido voto no positivo,
el proyecto fue rechazado, lo que desató la algarabía de los grandes
terratenientes y exportadores de la Argentina y del lado del gobierno significó
la ruptura definitiva entre Presidente y Vice donde se dio el increíble hecho
de que el vicepresidente rechace un proyecto de su propio gobierno.
Hemos tratado de brindar un panorama
global de la Iglesia y el nuevo Papa. Para el bien de la humanidad se espera
mucho de él y que pueda terminar con la corrupción, con los manejos ilegales y
que la idea de una Iglesia del pueblo, para el pueblo y con el pueblo sea la
brújula central de su Papado. De eso se trata.