Esta es una de las canciones más extraordinarias del canto popular latinoamericano que marcó toda la década del setenta del siglo XX cuando en nuestra región el volcán de la revolución abarcaba todo el continente con la Cuba de Fidel, el Chile de Salvador Allende y los movimientos de liberación que intentaban abrirse camino para forjar la unidad latinoamericana. Es también un homenaje al Comandante Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías recientemente fallecido, por el forjador de que esta vez no haya Guayaquil sino Mar del Plata cuando esa ciudad argentina quedó sepultado el proyecto de dominación imperialista ALCA, en noviembre de 2005.
Gloria Eterna al Presidente Chávez!
EL CÓNDOR VUELVE
(Letra: Armando Tejada Gómez
(Música: Eduardo Aragón)
El cielo del cóndor abre de par
en par
las puertas del Tiawanaco por donde pasa la
tempestad.
Despierta mi pueblo andino, y al despertar
conmueve la luz del siglo su grito macho de
libertad.
Allá en los valles dormidos, la soledad
está preñada de furia y al rojo vivo como un
volcán.
Ardiendo están las raíces, ardiendo están,
las ramas del árbol nuevo, la llamarada
continental.
De la tierra me viene la voz
suena a tierra este pueblo que soy,
labrador, sembrador… Juan sin Tierra.
Ahí va el general Sandino y el Ecuador
dibuja el mapa caliente de Nicaragua en mi
corazón.
Con Prestes soy la columna del cafetal
y voy con Camilo Torres, ¡Che, pueblo en
armas! ¡Che, vendaval!
Artigas, toma esta sangre donde la luz
se vuelve a Fidel y encuentra que Güemes cuida
la Cruz del Sur.
Allende la cordillera regresa el sol
y América es esta sangre por donde va la
liberación.
Vuelve el cóndor del Alto Perú.
Esta vuelta no habrá Guayaquil,
hay que unir todo el sur en un grito:
¡Libertad! ¡Tierra y pan!
¡Libertad!