El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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domingo, 17 de marzo de 2013

A 130 AÑOS DE LA MUERTE DE KARL MARX


EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE KARL MARX (1883-2013)

Por Sergio Daniel Aronas – 17 de marzo de 2013

            Se han cumplido 130 años de la muerte del alemán Karl Marx, la mente más brillante que dio el siglo XIX cuya obra sigue asombrando, sigue siendo fuente de permanente consulta y sobre el cual no paran de publicarse libros, notas o artículos, organizarse seminarios de estudios, celebrarse congreso, reimprimir sus libros, etcétera. Quienes proclamaron hace 20 años el fin de la historia y que el pensamiento marxista pasó a ser una pieza de museo, han tenido que reconocer su equivocación ya que la nuevas crisis que devora a Europa y a los Estados Unidos obligó a muchos a desempolvar los viejos libros del titán alemán para comprender porque el mundo está en semejante crisis y hacia adónde conduce. Precisamente los que declararon su defunción definitiva ya nadie se acuerda de ellos. En cambio, es Karl Marx el que regresa con gloria a la faz de la tierra proclamando que tenía razón y que sus análisis para entender el funcionamiento del sistema capitalista mantiene plena vigencia, pese a los formidables cambios que se han producido en los métodos y en las relaciones sociales de producción, en los medios de transporte y comunicaciones, en la ciencia, en la tecnología, en el intercambio internacional de mercancías, en la organización de la clase obrera, en los campesinos y en los trabajadores intelectuales (maestros, profesores, periodistas, empleados administrativos, bancarios y otras actividades).

            Uno de los aspectos más importantes de la teoría de Karl Marx está con su metodología, sobre el que trabajo desde sus primeros escritos en 1844 y tomó forma definitiva con la aparición del primer tomo de “El Capital”, su obra más monumental y grandiosa y quizás el trabajo sobre ek cual más libros se han escrito para explicar su contenido. Por lo tanto, vamos a exponer brevemente los principales puntos del modelo epistemológico marxista, es decir, el método de análisis a partir del cual arranca con sus investigaciones. En otras palabras, desde qué lado Marx se ubica para estudiar el mundo que lo rodea, con sus interconexiones, relaciones y contradicciones. Las principales características de su modelo son las siguientes:

            a) El conocimiento científico forma parte y está dentro del proceso de producción y de reproducción de la existencia de las personas (esto incluye también a la ciencias sociales). Esto se resume en la expresión de Karl Marx en su famosa introducción a su libro “Contribución a la crítica de la economía política” de 1859. Ahí escribió: “No es la consciencia la que forma su ser sino que es el ser social el que forma su consciencia”. Esta fue su primera ruptura con los modelos epistemológicos anteriores.

            b) La base filosófica del modelo epistemológico marxista es el materialismo dialéctico que le aporta la principales categorías con la que opera y le da forma y contenido a su concepción del mundo en que el devenir histórico es el ascenso de una etapa inferior a otra superior. La base metodológica del modelo epistemológico marxista es el materialismo dialéctico. El enfoque dialéctico implica el conocimiento de todos los fenómenos sociales y punto de partida de toda investigación. Esto significa estudiar a la sociedad como un proceso en desarrollo teniendo en cuenta sus contradicciones, como se ha dado un determinado fenómeno social en un lugar u otro, cómo y por qué se originó y bajo qué circunstancias. El método dialéctico obliga a continuación a explicar las distintas etapas de su desarrollo (se evolución posterior) y a qué grado ha llegado en el presente (en qué se ha convertido hoy) y cuáles son las tendencias que pueden dar en el futuro cercano. Como consecuencia de ello, la dialéctica trabaja en el campo de la investigación social como un enfoque histórico. Por esta razón, Marx y Engels afirman que: “Reconocemos una ciencia, la ciencia de la historia. La historia, considerada desde dos puntos de vista, puede dividirse en la historia de la naturaleza y en la historia de los hombres. Ambos conceptos, con todo, no son separables mientras existan hombres, la historia de naturaleza y la historia de los hombres se condicionarán recíprocamente. No tocaremos aquí la historia de la naturaleza, las llamadas ciencias naturales; abordaremos en cambio, la historia de los hombres, pues casi toda la ideología se reduce o a una concepción tergiversada de esa historia o a una abstracción total de ella. La propia ideología es tan sólo uno de los aspectos de esta historia” (Karl Marx y Friedrich Engels. La ideología alemana. Compilación de artículos escritos entre 1845 y 1846. El libro se publicó en forma completa por primera vez en 1932 en la ex URSS. Santiago Rueda Editores, Buenos Aires, 2005, página 676).

            b) Las teorías sociales cumplen una función dentro de la reproducción de las relaciones sociales que para Marx son las relaciones sociales de producción. Por lo tanto, por el lugar que ocupan y el papel que desempeñan dentro del proceso de trabajo, expresarán los puntos de vista y las concepciones de una clase social determinada, los cuales tienden a legitimar los intereses particulares de esa clase y también justificar su existencia.

            c) La sociedad debe ser estudiada en su totalidad donde conviven diferentes tipos de relaciones sociales. La sociedad se estudia como un todo y con todos los fenómenos que se desarrollan en ella. El modelo epistemológico marxista rechaza el análisis unilateral de lo social de modo que se separe un tipo específico de relaciones del conjunto social.

            d) No todas las relaciones sociales tienen el mismo valor sino que se supeditan a una jerarquía. De ahí que las relaciones sociales de producción ocupen el primer lugar en la metodología marxista ya que de ella se desprenden y se construyen los espacios del poder social.

            e) Para Marx las sociedades tienen una historia, una evolución en el tiempo, por lo tanto no permanecen estancadas o estacionarias (en el lenguaje de Adam Smith) por el transcurso de los siglos, sino que son producto de un largo proceso histórico. La historia permite evitar que se caiga en la naturalización de las relaciones sociales existentes, es decir, como si éstas fuesen únicas y eternas. Con este enfoque se produce una segunda ruptura al determinar el carácter histórico y transitorio de las distintos tipos de sociedades que se han conocido.

            f) La historia no es teleología, es decir, que no posee un fin al que se debe llegar necesaria e inexorablemente. La historia no tiene un fin en sí mismo, ni un resultado establecido de antemano, sino que hay siempre un final abierto dentro de un esquema de un limitado marco de opciones.

            g) Las contradicciones se presentan como conflictos y son inherentes a todas las sociedades divididas en clases. Dichas contradicciones promueven el desarrollo y la transformación de dichas sociedades. Los cambios y comportamientos en las mismas nunca pueden y deben ser considerados como patología, es decir, como un organismo enfermo. La contradicción principal en el capitalismo para Marx reside en el carácter social de la producción y la forma privada de la apropiación de sus frutos y beneficios.

            h) La objetividad en las ciencias sociales no puede lograrse por medios técnicos o rechazando la ideología, sino que debe basarse en tres supuestos: en la concepción de la sociedad como una totalidad de relaciones sociales, en la afirmación del carácter histórico de los fenómenos sociales y en el papel que juegan las contradicciones internas en el desarrollo de una sociedad.

            El modelo epistemológico marxista se opone al individualismo metodológico encarnado en la escuela económica y filosófica de Adams Smith por las siguientes razones:

            a) La metodología marxista parte del estudio de la sociedad en su totalidad siendo el sujeto un elemento pasivo en el proceso del conocimiento. En el modelo individualista, el punto de partida para estudiar a la sociedad eran los individuos con sus características particulares. Marx para conocer a la sociedad, estudia a la sociedad misma desde sus orígenes, con sus elementos integrantes y sus contradicciones.

            b) En el modelo marxista el objeto -que es el elemento activo-, consiste en que es el fenómeno a estudiar y se parte de él para llegar al sujeto, que el elemento pasivo porque es el que recibe la información. Por lo tanto, el conocimiento para Marx surge de una relación entre objeto y sujeto. En el modelo individualista, los sujetos eran los portadores y creadores del conocimiento.

            c) Para Adam Smith la economía era la doctrina y la base teórica sobre la cual se sustentaba la ideología de la burguesía y era impensable imaginar otras formas de producir que no fueran capitalistas. En cambio para Marx, la economía era una ciencia que no solo estudiaba el modo de producción capitalista con el fin de conocerlo en todas sus formas y dimensiones sino que era una herramienta indispensable para descubrir  otra forma superior de producción y reemplazarlo. Estudiar economía es estudiar la anatomía de la sociedad civil.

            En vida fue un duro crítico de los economistas a los que clasificó en dos grandes grupos: los clásicos representados por Adam Smith y David Ricardo, por los que tenía un profundo respeto y admiración por sus libros que los estudió al detalle punto por punto, sin dejar nada al azar y esto puede comprobarse cuando se lee los tres fabulosos tomos de sus Teorías de la Plusvalía. De libro “Miseria de la Filosofía” en respuesta al francés J. Proudhon “Filosofía de la miseria” extraemos este párrafo acerca de lo que pensaba sobre sus colegas (también en El Capital hay varias referencias al “sicofante del capital”.

            “Los economistas razonan de singular manera. Para ellos no hay más que dos clases de instituciones: las unas, artificiales, y las otras, naturales. Las instituciones del feudalismo son artificiales, y las de la burguesía son naturales. En esto los economistas se parecen a los teólogos, que a su vez establecen dos clases de religiones. Toda religión extraña es pura invención humana, mientras que su propia religión es una emanación de Dios.”
           
            El propio Marx se encarga de explicar el significado de este texto cuando afirma que las relaciones de producción burguesa son naturales quiere decir que los economistas dan a entender que se tratan precisamente de unas relaciones bajos las cuales se crea la riqueza y se desarrollan las fuerzas productivas de acuerdo con las leyes de la naturaleza. Por consiguiente estas relaciones son en sí leyes naturales, independientes de la influencia del tiempo. Son leyes eternas que deben regir siempre la sociedad. En consecuencia si habido una historia ahora ya no existe. Ha habido historia porque ha habido instituciones feudales y porque en estas instituciones feudales nos encontramos con unas relaciones de producción completamente diferentes de las relaciones de producción de la sociedad burguesa que nacieron de los escombros del capitalismo y que hoy los economistas quieren hacer pasar por naturales, y por lo tanto, eternas e inmutables. De ahí que presentan sus teorías como si estuviesen regidas por fenómenos imperecederos para introducir las relaciones capitalistas en la sociedad en la que se desenvuelven.

            El carácter teológico de los economistas se demuestra al presentar sus teorías y puntos de vista como un dogma, que nada puede ser cuestionado, por lo que es imposible y absurdo pretender cambiarlas, ni siquiera controlarlas. Y cualquiera que lo intente puede ser condenado al infierno o sufrir la condena pública de parte de sus colegas. 

            Estos son los rasgos esenciales del método de análisis y estudio que creó Karl Marx para abordar las características de la sociedad capitalista y es un pequeño homenaje a un gigante del pensamiento universal que hasta sus más enconados enemigos tienen que rendirse ante su sabiduría y conocimientos grandiosos. Pocos hombres de ciencias continúan vigentes y tan actuales como los libros de Karl Marx sobre la cual su amigo de toda la vida Friedrich Engels pronunció esas proféticas palabras ante su tumba que aseguraban que el nombre y la obra de Marx perdurará por los siglos.