El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

martes, 24 de abril de 2018


¿QUIÉN AMENAZA A LA PAZ MUNDIAL Y DONDE PROCEDEN
LAS GUERRAS EN EL MUNDO ACTUAL?

Por Sergio Daniel Aronas – 10 de abril de 2018

En las condiciones actuales de la situación internacional tan difícil y complicada, no hay conflicto bélico en el mundo donde esté la mano siniestra de los Estados Unidos y sus socios guerreristas de la OTAN, quienes para ejercer su dominio total en el planeta encienden la llama de la guerra en los llamados “puntos calientes”, esas regiones ricas en recursos energéticos y que por su ubicación estratégica en el mapa, están bajo la atenta mirada de la voracidad insaciable de las fuerzas imperialistas.

1) Estados Unidos cuenta con 1.314.000 efectivos en sus fuerzas armadas  (ejército, marina, aviación y el cuerpo de marines), más la reserva activa de estas cuatro fuerzas en 814.900 hombres, da un total de 2.129.900 hombres, a lo que deben agregarse otros 200.000 más de las fuerzas de despliegue rápido creadas por el “pacifista” Jimmy Carter. En el extranjero más 250.000 militares brindan “servicios” criminales.  

2) Posee 20.000 tanques, 4.000 cazabombarderos, 150 cruceros, destructores y fragatas, 20 portaaviones diseminados por todos los mares del mundo (y otros 6 de reserva); 50.000 vehículos blindados para el transporte de tropas; 2.000 helicópteros; 15.000 cañones; 80 submarinos nucleares de ataque y otros 18 armados con misiles balísticos; 700 sistemas misilísticos autopropulsados; 500 misiles antimisiles Patriot y un poderoso sistema de misiles balísticos intercontinentales situados en silos bajo tierra y en submarinos.

3) Posee uno de los mayores arsenales atómicos del mundo con 4.000 ojivas nucleares, de las cuales 800 están en los misiles balísticos intercontinentales (ICBM): 1.920 en los misiles balísticos en submarinos (SSBN); 980 en bombarderos estratégicos y 300 en aviones de combate. Es el primer productor mundial de armas de destrucción masiva del tipo químicas, radiológicas y bacteriológicas y ha desarrollado las “mini-bombas” atómicas de profundidad. Su presupuesto militar para el año 2019 es de 710 mil millones de dólares.

4) La presencia militar del imperialismo estadounidense se encuentra desparramada en 900 bases de la armada, 250 del ejército y 214 de la fuerza aérea, tanto en su propio país como en otras regiones del mundo que abarca unos 80 países. Estas bases están en Guantánamo, en la isla de Cuba, en contra de las leyes, del derecho internacional y del pueblo, gobierno y constitución de la revolución cubana), Canadá, Puerto Rico, Honduras, Guatemala, Colombia, Grenada, Islandia, Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Italia, España, Grecia, Turquía, Kosovo, Polonia, Letonia, Estonia, Lituania, Kazajtán, Ucrania, Moldavia, Macedonia, República Checa, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Afganistán, Tailandia, Arabia Saudita, Kuwait, Bahrein, Egipto, Omán, Qatar, y en las islas de Ascensión, Bahamas, Antillas Menores, Azores, Reunión, Seychelles, Filipinas, Diego García, Guam, Hawaii, en Singapur, Corea del Sur y Japón, con el cual forma un vasto imperio que abarca todos los mares, océanos y continentes. 

5) Es la única potencia militar que tiene centros de mandos para cada continente que forma parte integrante de todo su dispositivo bélico en el planeta para sus planes militaristas y expansionistas.

Con esta infernal maquinaria de destrucción total ¿quién amenaza a quién a la paz y de dónde vienen 
las actuales guerras que sacuden al mundo?

Si las potencias agresoras agrupados en la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN) están tan enloquecidos en lanzarse a la guerra contra aquellos países que supuestamente fabrican armas de destrucción masiva, los imperios criminales de Occidente, deberían atacar a las 12 naciones que tienen programas de desarrollo de armas nucleares, entre las cuales se encuentran los seis países que oficialmente hicieron detonaciones atómicas además de los Estados Unidos y que son Rusia, Gran Bretaña, Francia, China, India y Pakistán o las 16 que tienen armas químicas, a las 13 que tienen armas biológicas o las 36 que poseen misiles balísticos de diverso tipo y alcance (Ver America at Risk, The Citizen´s guide to missile defense, by James H. Anderson, Ph.D., The Heritage Foundation, 1999).

Aquí habría que decir lo siguiente: no creemos que casi en veinte años se haya modificado substancialmente esta cantidad de naciones que tienen algún tipo de esas armas letales. Con la salvedad de Iraq, con cuya invasión ilegal en marzo de 2003, se demostró que no tenía ningún tipo de arma de destrucción masiva, hecho que el gobierno de Saddam Hussein aseveraba en todo momento. La segunda aclaración es la incorporando a esta lista de potencias nucleare a Israel cuyo gobierno sigue negando la existencia de sus reservas atómicas, pero se estima en 200 el número de ojivas en sus arsenales. Y la tercera aclaración es la situación de Corea del Norte, un país comunista como pocos, que defiende su sistema político, económico y social y por esa razón se arma en defensa de su patria socialista, por lo cual el imperialismo -empecinado en destruirla- debería pensarlo dos veces si tomara la insensata opción de iniciar una ofensiva militar.

Los Estados Unidos es el primer productor mundial de todas esas armas destructivas: posee uno de los mayores arsenales de armas atómicas, la mayor reserva de armas químicas, bacteriológicas y radiológicas como así también encaró proyectos para la fabricación del arma neutrónica, iniciado durante la presidencia del “pacifista” Jimmy Carter cuando el 6 de agosto de 1979 autorizó los fondos para su producción, es decir, el mismo día del aniversario de la explosión de la bomba nuclear en Hiroshima. Y como el imperialismo tiene quien le escriba para justificar sus invasiones militares, toma las relaciones internacionales como “choque de civilizaciones” de acuerdo a la “teoría” de Samuel Huntington, actualizada con la doctrina de “cambio de régimen”. Si esto sucede es porque la dictadura capitalista se ve obligada a vivir de la guerra permanente para que su sistema de dominación siga manejando los asuntos mundiales. 

Es por ello que resultan ridículos los intentos del gobierno de los Estados Unidos de presentarse en calidad de guardianes de la moral y la seguridad internacional al atacar a países subdesarrollados que procuran defenderse de las amenazas y de las agresiones militares imperialistas como así también explicar los inexplicables motivos de sus dementes bombardeos criminales.



domingo, 8 de abril de 2018


LA BANDERA ROJA UMPLE 100 AÑOS


Por Sergio Daniel Aronas – 8 de abril de 2018-04-08

Estos aniversarios son poco recordados, casi diríamos  completamente olvidados de la historia política de los últimos 30 años, especialmente a partir del derrumbe del Muro de Berlín con su peor consecuencia que fue la reunificación alemana y la desaparición geográfica, jurídica y política de la República Democrática Alemana (RDA), que aquí será recordada con gloriosa memoria.

Hace 100 años, el 8 abril de 1918, la bandera roja de la hoz y el martillo. se convirtió oficialmente en la bandera estatal de la Rusia Soviética, nación que recién el 30 de diciembre de 1922 se constituiría como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
En la reunión de la mesa del Comité Ejecutivo Central ruso de los Consejos de Trabajadores, Campesinos y Diputados cosacos, al presidente de la mesa Jakov Sverdlovsk, se le pidió que hiciera un modelo de "nuestra bandera nacional". El diseño final fue obra del artista moscovita Yevgueni Kamzolkin. En el verano de 1918, en el marco del V Congreso de los Soviets, se aprobó oficialmente y por unanimidad este símbolo. 

El rojo soviético se convirtió en un símbolo de la unión y la justicia, símbolo de la voluntad y el poder del primer estado de obreros y campesinos; la hoz y el martillo el emblema de la unión obrera y campesina como las dos clases laboriosas más importantes de la naciente Rusia revolucionaria; expresión vital de los lazos indestructibles de los trabajadores que por primera vez en la historia de la humanidad tomaron el poder político, económico y militar dirigidos por el Partido Comunista.

Esa bandera fue la que inmortalizó la gran victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi al ser izada en mayo de 1945 en lo más alto de las ruinas del Reischtag, momento decisivo en la historia que marcó el momento más alto del poderío soviético en el mundo.

Esa bandera es la que todos los 9 de mayo inicia el Gran Desfile de la Victoria para el recuerdo de las nuevas generaciones de la proeza extraordinaria que realizaron todos los pueblos soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial y que es también una advertencia temible a los lunáticos imperialistas que ni les ocurra poner en marcha nuevas aventuras cuyos resultados sería catastróficos para los agresores militaristas del imperio capitalista mundial.


BICENTENARIO DE LA BATALLA DE MAIPÚ

Por Sergio Daniel Aronas – 05 de abril de 1818

El 5 de abril de 1818 tuvo lugar en el territorio de Chile la batalla de Maipú, que fue sin dudas, la más violenta, sangrienta, encarnizada, disputada y la de mayor duración de todas las que se dieron en las guerras de la independencia de la América del Sur contra el dominio colonial español. Se trató del enfrentamiento militar decisivo entre el ejército español que, envalentonado por su triunfo en Cancha Rayada el 19 de marzo de 1818, se lanzó a la ofensiva para reconquistar la capital chilena y que en caso lograrlo hubiera significado una durísima derrota al movimiento emancipador americano. En vista de ello, el Gral. San Martín salió con todo el ejército a su mando a cerrarle el paso y plantearle batalla en las condiciones que mejor le convenía a sus fuerzas.

La batalla según la crónica del General John Miller empezó a las 11 de la mañana y los combates cesaron alrededor de las 20 hs cuando se rindió el último grupo realista dirigido por coronel español José Ordóñez, el más bravo de todos los jefes realistas. Fue la más mortífera de la historia de la emancipación americana con más de 3.000 bajas entre muertos y heridos por ambos bandos, lo cual es una nuestra cabal de la intensidad de la lucha. Si se leen las instrucciones redactada por el General San Martín a sus jefes y oficiales de cada cuerpo, se podrán dar cuenta de la importancia y trascendencia que se jugaba ese día. Así el punto 16 dice: “Los señores Jefes del Ejército deben estar prevenidos de que esta batalla va a decidir la suerte de toda la América, y que es preferible una muerte honrosa en el campo del honor que sufrirla en manos de nuestros verdugos: yo estoy seguro de la victoria con la ayuda de los Jefes del Ejército, a los que encargo tengan presentes estas recomendaciones”.

San Martín no confiaba de las fuerzas guerrilleras que dirigía Manuel Rodríguez que realizó importantes tareas de distracción y hostigamiento a los españoles del general Manuel Osorio. Por ese motivo no participó en este combate, pues dada la formación que tenía San Martín solo aceptaba militares profesionales. Las cartas de los jefes españoles lamentando esta tremenda derrota evidencian el hecho increíble de saber que su causa quedó definitivamente perdida y no podían aceptar que unos “insurgentes infestados de Revolución francesa” sean capaces de vencer a los ejércitos del rey.

Aseguró la independencia de Chile y de las Provincias Unidas del Río de la Plata (el nombre República Argentina sería consagrad recién en la Constitución de 1826) y con ello se abrió paso para iniciar la campaña para libertar el Perú cuya capital la ciudad de Lima, era el centro neurálgico, político y militar de la presencia española en nuestra región.

Sin Maipú no pudo haber ni Carabobo, ni Pichincha, ni Junín, ni Riobamba ni la misma batalla final de Ayacucho que puso fin al dominio del reino de España por 332 años desde 1492 hasta 1824 en tierras americanas. Es por eso que la batalla de Maipú fue el verdadero principio del fin del colonialismo español en la América del Sur. 


Las dos primeras cartas que San Martín escribió para dar la noticia de esta formidable victoria fueron dirigidas a sus amigos y compañeros Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes. Ya las voy a publicar.


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lunes, 2 de abril de 2018


EL ESTADO BARBÁRICO DE LA CONDICIÓN DE LA MUJER EN LA ARGENTINA

Por Sergio Daniel Aronas - 02 de abril de 2018

Continuamos con nuestras investigaciones sobre la situación de la mujer trabajadora en la Argentina porque ellas vienen desempeñando un enorme papel y ocupan un destacado lugar en todos los quehaceres de la vida social, política, económica y cultural y sin embargo su aporte no es ni bien reconocido ni bien remunerado como lo merecen las mujeres de nuestro país.

En un sector tan decisivo como las relaciones laborales  ahí se verifica con gran fuerza todo el peso de la desigualdad tanto en la valoración del trabajo, en sus capacidades y de ahí se deriva que existan tantas diferencias en el ingreso que perciben con relación a los hombres, como asimismo se ven impedidas de llegar a los puestos más altos de la dirección de las empresas sean grandes o pequeñas, de la industria o de los servicios-

El peor de los problemas que enfrenta la mujer en nuestro país es la violencia que se ejerce contra ellas, violencia que ha producido una cantidad de asesinatos que ya tiene niveles alarmantes en la Argentina por que la mortíferas estadísticas revelan que cada 30 horas se produce un crimen contra una mujer en algún rincón del territorio nacional.  

Algunos datos de la situación barbárica que viven las mujeres argentina lo dan estas cifras:

Hay 47 femicidios en 60 días.
El 20% había denunciado previamente.
El 17% tenía medidas de protección.
El 44% fue asesinada por su pareja.
El 52% eran madres.
El 51% de los asesinatos tuvieron lugar en la casa de la mujer

Son cifras que alarman, perturban y dan miedo por la ferocidad y saña con que muchas mueren. Y más aun si tomamos el período que va de 2003 a 2017 la cantidad de mujeres que fueron asesinadas asciende a la escalofriante cantidad de 2.679.

De acuerdo a un análisis realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) sobre trabajo no remunerado extraen estas conclusiones:

I) las mujeres destinan un tiempo sustantivamente mayor que los varones al TNR;
II) las jornadas de TNR de las mujeres se incrementan en la edad central, cuando son cónyuges, cuando hay menores de 6 años en el hogar, cuanto menor es la jornada de trabajo en el mercado laboral, y cuanto peor es el nivel de ingreso del hogar en el que viven;
III) aun cuando las mujeres desocupadas e inactivas destinan mayor cantidad de tiempo al TNR, las mujeres ocupadas destinan un tiempo sustantivo (casi 6 horas diarias), lo que se expresa en jornadas de trabajo total muy prolongadas diariamente, lo que les limita la disponibilidad de tiempo “para sí” (dedicadas al autocuidado, al esparcimiento o la capacitación);
IV) la situación ocupacional, el nivel de ingreso, la posición en el hogar, el nivel educativo, la edad, no producen ninguna modificación en la cantidad de tiempo que los varones destinan al TNR;
V) la única razón por la cual los varones incrementan moderadamente su dedicación al
TNR es ante la presencia de menores de 6 años en el hogar, pero siempre en proporciones sustantivamente menores a las mujeres;
VI) la desigualdad en el uso del tiempo y en la intensidad del tiempo dedicado al TNR es una experiencia socio-económicamente estratificada, que se convierte por tanto en un vector reproductor de desigualdades.

“Esta situación desafía a las políticas públicas, necesarias para ampliar la libertad de las personas para elegir la manera en que quieren utilizar su tiempo. La posibilidad de una distribución más equitativa del tiempo requiere la redistribución simultánea del trabajo tanto remunerado como no remunerado.

Para ello se requiere un plan integral de políticas públicas que aborde las cuestiones macroeconómicas que determinan la generación de oportunidades laborales para varones y mujeres, la manera de garantizar ingresos suficientes y protección social, el fortalecimiento del nivel educativo y la formación permanente de las personas para el empleo, la expansión de servicios de cuidado accesibles y adaptados a las necesidades diversas de la población, la transformación de los estereotipos de género”.

Los dos estudios que vamos a presentar son uno referido a la situación de la mujer en el trabajo y el segundo está dirigido a la cuestión más candente que es la violencia de género,


I) La situación de la mujer en el trabajo –

Informe elaborado por Gonzalo Andrés – Fuente: http://www.pausa.com.ar/2018/03/la-situacion-de-la-mujer-en-el-trabajo/ Con fecha 14 de marzo de 2018

La participación femenina en el mercado laboral pasó del 37% en 1990 al 48% en 2017. Sin embargo, aún persiste la desigualdad salarial y un menor acceso a los cargos de jerarquía.

Es sabido que las mujeres se encuentran en desventaja con respecto a los varones. Ser mujer y vivir en una cultura machista es una condición riesgosa. Quizás el indicio más obvio y cruento de esta situación sean los femicidios, pero también hay otras formas de desigualdad producto de la estructura social patriarcal, como las condiciones laborales y las posibilidades profesionales.
A nivel mundial, según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU), por cada dólar que gana un varón, una mujer gana 77 centavos. Esta diferencia salarial radica en que las mujeres trabajan menos horas remuneradas, lo hacen en sectores peor pagos o no llegan a ocupar cargos jerárquicos en las empresas. En este contexto, el panorama en la Argentina no es una excepción: al analizar la situación de la mujer en el mundo del trabajo, queda claro que el desempleo, la precarización y, en efecto, la pobreza tienen rostro de mujer.

Precarización y pobreza

Según el informe “Las mujeres en el mundo del trabajo”, publicado en enero de 2018 por el Ministerio de Trabajo de la Nación, la tasa de participación de mujeres en el mercado laboral creció significativamente: pasó del 37% en 1990 a 48% en el primer trimestre del 2017.

No obstante, si bien es cierto que la participación femenina en el mercado laboral creció, ese aumento se enmarcó en condiciones de informalidad, inestabilidad y con salarios más bajos que los varones. Es decir, los sectores con mayor participación femenina son también los de menores ingresos o con mayores índices de empleo no registrado: servicio doméstico, enseñanza, servicios sociales y de salud, hotelería y restaurantes, sector textil y confecciones, e investigación y desarrollo.

Entonces son las mujeres las que le pusieron el cuerpo al crecimiento de la subocupación y del empleo informal de las últimas dos décadas en la Argentina. Encima aún la mayoría de los desocupados son mujeres. De acuerdo con la Encuesta Permanente a Hogares (EPH) que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) a comienzos de 2017, en el Gran Santa Fe apenas el 37% de las mujeres tiene empleo y el 60,4% está en inactividad. La situación es peor en Formosa (72%), Santiago del Estero (72%), Resistencia (69%), San Juan (65%), San Luis (64%), Comodoro Rivadavia (61%), Tucumán (61%).

Asimismo, siguiendo los datos del Indec sobre la distribución del ingreso durante el tercer trimestre de 2017, puede decirse que existe una marcada feminización de la pobreza. Por un lado, en el 10% de la población con menores ingresos había 1.138.566 mujeres y 529.847 varones. Por otro lado, en el 10% mejor posicionado económicamente, la proporción era inversa: 1.100.902 varones y 567.389 mujeres.

Brecha salarial

Las desigualdades de género no se evidencian solamente entre quienes están desocupados o no, sino también entre aquellos que tienen empleo. Según la misma encuesta del Indec, entre los asalariados registrados el ingreso promedio de los varones durante el año pasado se ubicó en $17.038, mientras que para las mujeres  la remuneración era de $13.517, lo que implica una brecha de 21%. Y esa diferencia llega al 35% en el segmento de los trabajados no registrados.

Los especialistas marcan que una de las causas de esta desigualdad radica en que las mujeres trabajan menos cantidad de horas debido a que destinan parte de su rutina diaria a las labores domesticas (no reconocidas ni remuneradas).
Esta situación no ocurre solamente en nuestro país sino que es una tendencia mundial. De acuerdo con una estimación de la ONU, ellas reciben en promedio sueldos inferiores a los de sus compañeros varones por hacer el mismo trabajo. El dato es significativo: por cada dólar que gana un hombre, una mujer gana 77 centavos.

Además esta diferencia salarial se agrava con la edad, especialmente con la llegada de los hijos: se estima que con cada nacimiento, una mujer pierde 4% de su salario con respecto a un hombre, mientras que para el padre los ingresos aumentan alrededor de 6%. Al respecto, la economista e investigadora del Conicet, Corina Rodríguez Enríquez, sostiene que esto demuestra que buena parte del problema es el trabajo familiar no remunerado que realizan las mujeres.

Trabajo doméstico

De acuerdo con el informe “Las mujeres en el mundo del trabajo”, las principales fuentes de empleo femenino en Argentina son el trabajo doméstico, la enseñanza y los servicios sociales y de salud. Por caso, el 98,7% de los trabajadores del empleo doméstico remunerado son mujeres.

A esta situación se suma el trabajo que cada una de ellas realiza en su hogar. En una primera encuesta sobre la problemática, realizada por el Indec en 2013, se constató que las mujeres dedican casi el doble de tiempo que los varones en las tareas de cuidado. Esto es, para el total nacional urbano se estima que las mujeres destinan diariamente seis horas y medias al trabajo de cuidado, mientras que los varones sólo tres y media.
Ellas destinan gran parte del día al cuidado del hogar y de otras personas, mucho más que los hombres. De hecho, según un informe de la ONU publicado en enero de 2018, el trabajo hogareño es una de las causas a nivel mundial de que las mujeres trabajen fuera del hogar menos horas que los varones y, por ende, perciban menos salario.
Además, en la Argentina esta desigualdad de género también es social: las mujeres que pertenecen al 20% de la población de mayores ingresos, destinan cuatro horas diarias al trabajo doméstico y de cuidado, y las mujeres que pertenecen al 20% de los hogares de menores ingresos destinan ocho horas.
Por tanto, la mayoría de las mujeres dedican gran parte de su vida a las actividades domésticas, remuneradas o no. En un contexto de innumerables conquistas logradas por las mujeres en pos de su realización personal, laboral y social, el debate sobre los roles y las funciones dentro del hogar sigue pendiente.
Un techo de cristal

En el informe “Las mujeres en el mundo del trabajo”, del Ministerio de Trabajo de la Nación, se presentan datos que demuestran las dificultades de las mujeres para ingresar y permanecer en el mercado laboral y las marcadas desigualdades de género.

Uno de los principales resultados refiere a lo que se denomina la segregación vertical: las dificultades para acceder a puestos jerárquicos y directivos.

El informe indica que “la participación diferenciada de varones y mujeres en puestos de decisión, según rama de actividad, muestra en general una mayor concentración de los varones en puestos directivos y jefaturas intermedias. Esto ocurre en todos los sectores, excepto en servicios sociales y personales, donde se registra la relación inversa, dado que la dotación de mujeres en este sector es un 65% y la de los varones es de un 35%. Aun en los casos en que las mujeres acceden a puestos jerárquicos, en general son gerencias con menores remuneraciones, como las de administración o recursos humanos, mientras que los varones suelen ocupar gerencias financieras, de ventas o productivas, mejor remuneradas”.

Este fenómeno es conocido como “techo de cristal”: las mujeres se encuentran en algún momento de su desarrollo profesional con el impedimento de escalar en la jerarquía de decisión (y por tanto, también de remuneraciones). Esta situación es más frecuente en ámbitos de empresas privadas y les sucede a las que poseen títulos terciarios o universitarios.

II) La violencia de género – Informe de la Casa de Encuentro – Nota realizada por Natalia Iglesias publicada en el diario Clar

https://www.clarin.com/sociedad/violencia-mujeres-2017-anos-femicidios_0_r1iACUpdM.html

No para la violencia contra las mujeres: 2017 fue uno de los años con más femicidios
El año pasado se registraron 295 asesinatos de mujeres. La cifra iguala el récord de los últimos diez años, alcanzado en 2013

Pasaron diez años desde que La Casa del Encuentro comenzó a hacer las primeras y únicas estadísticas de femicidios en el país. El último informe de esa asociación civil muestra no sólo que los femicidios no han bajado, sino que la violencia contra las mujeres creció. En esta década han sido asesinadas 2.679 mujeres, un promedio de un femicidio cada 30 horas. Pero en 2008 hubo 208 mujeres asesinadas y en 2017 hubo 295, cifra máxima de las registradas por año y que solo se había alcanzado en 2013.

Y la saña es mayor: aumentaron los casos de mujeres apuñaladas, golpeadas, estranguladas, incineradas, asfixiadas, ahorcadas.
Los datos se repiten año a año, con patrones inamovibles: los asesinos son en su mayoría (62 %) parejas y ex parejas de las víctimas. Y los femicidios ocurren en las casas donde viven las mujeres (51 %).

En las estadísticas surge otro dato: a medida que la violencia de género se fue visibilizando, las denuncias de las mujeres fueron aumentando, pero luego bajaron. En 2008, de las mujeres asesinadas, diez tenían denuncias previas, cuando en 2014 fueron 39 las que habían denunciado y en 2017 sólo 26. Por otra parte, del total de asesinadas en 2008, sólo cuatro tenían una medida cautelar de la Justicia de exclusión o prohibición de acercamiento, contra las 21 en la misma situación de 2017. Estos dos indicadores hablan de la falla en la respuesta de la Justicia en las medidas de protección y de la credibilidad que genera el sistema en las mujeres.

Otro dato a tener en cuenta por el Estado: 154 femicidios fueron cometidos por hombres de fuerzas de seguridad, que poseen armas reglamentarias.

se duplicaron los femicidios con abuso sexual previo: en 2008 fueron 24 casos, en 2017, 45. Las estadísticas también muestran que 80 de estas mujeres estaban embarazadas, que 165 eran nenas menores de 12 años, que 101 eran migrantes y 81 eran mujeres en situación de prostitución o víctimas de trata.

“Tenemos muy buenas leyes pero no se implementan. Acá hay una gran falla de la Justicia. Si una mujer hizo una denuncia, tiene una prohibición de acercamiento que se viola y el hombre no es sancionado, el mensaje es malo. Por eso hay un alto porcentaje de mujeres que no denuncia, porque no confía, porque no se anima, porque no siente que la van a proteger”, dice a Clarín Ada Rico, al frente de La Casa del Encuentro.

“Tiene que haber un trabajo integral. La mujer todavía no sabe cuáles son sus derechos, tiene que estar asesorada, acompañada. Una denuncia puede ser riesgosa, primero tiene que estar fortalecida. Tiene que haber un trabajo previo con psicólogos, asistentes sociales, abogados. Es responsabilidad del Estado”, agrega Rico, que también habla de la cuestión cultural.

“La repetición de circunstancias similares en las que se dan los femicidios tiene que hacer reflexionar a las autoridades con responsabilidad en la ejecución de las política públicas, en los problemas que hay de articulación entre los diferentes ámbitos del Estado, la Policía, la Justicia, los municipios, los espacios de atención de la salud; y tienen que reflexionar a partir del análisis de cuáles fueron las oportunidades fracasadas del Estado. Cada femicidio es un fracaso. Es el fracaso de la actuación deficiente de las políticas públicas de atención de una persona en situación de violencia. Hay que desandar ese camino y ver cuántas veces, dónde y de qué maneras fracasó el Estado en sus distintas instituciones, para dar una respuesta eficiente”, asegura Natalia Gherardi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).

“Realmente es frustrante que diez años después y con tanta mayor sensibilidad social y tanto mayor compromiso de varios espacios del Estado finalmente los resultados no sean distintos, no sean mejores. Es un enorme llamado de atención para el Estado y para la sociedad. Pero principalmente para el Estado, que es el que tiene la responsabilidad”, opina Gherardi.

Además del informe de femicidios, desde La Casa del Encuentro se hicieron varios reclamos: presupuesto para políticas de género en todas las dependencias del Estado tanto a nivel nacional, provincial y municipal; estadísticas oficiales unificadas y completas; capacitaciones obligatorias para jueces, fiscales, abogados y fuerzas de seguridad en materia de género; la sanción a nivel nacional de la “Ley de Reparación económica para niñas, niños y adolescentes víctimas colaterales de Femicidio” (Proyecto de Ley con media sanción de Senado); efectiva implementación de la “Ley de paridad de género en ámbitos de representación política” (Ley 27.412); creación de Fueros Especializados en 

Violencia de Género en el ámbito de la Justicia y sistema de turnos las 24 horas; plena implementación del “Abogado del niño, niña y adolescente” (Ley 14.56); asignación de un subsidio económico equivalente a una jubilación mínima por tres años a las mujeres en situación de violencia; inclusión de la “Licencia por violencia de género” en la Ley de Contrato de trabajo y Convenios Colectivos de Trabajo y la incorporación de la temática de violencia sexista en todas las currículas educativas de los diferentes niveles.

Fuente de la infografía: www,redeco,com.ar