SAN MARTIN ORDENA APLICARSE LA
VACUNA ANTIVARIOLICA
Por Sergio D. Aronas – 30 de enero
de 2013
Un hecho muy poco conocido
en la vida del Gral. José de San Martín como Gobernador-Intendente de la
provincia de Cuyo es el bando expedido con fecha 17 de septiembre de 1814 por
el cual obligaba a toda la población a vacunarse contra la viruela la cual debía presentarse los días miércoles de cada
semana en el horario de cinco a siete de la tarde para vacunarse “todo individuo,
sea de la edad, clase o condición que fuere, que no hubiera pasado por la
viruela o recibido inoculación” (Art. 1 de dicho bando). Si no fue el primero, fue
seguramente uno de los impulsores en aplicarla en esta parte del mundo ya que
la viruela fue una enfermedad traída por los españoles que causó terribles
estragos en los pueblos originarios de América y una de las causas
fundamentales de su exterminio, además de los sanguinarios sistemas de
explotación económica implantado para extraer la riqueza de las tierras
conquistadas por la fuerza de las armas de fuego. El profesor Darcy Ribeiro
(1922-1997) en su obra Las Américas y la Civilización decía que la viruela era
una “enfermedad desconocida, repugnante y fatal, que quemaba con su fiebre y
pudría en vida las carnes, para la que no había ningún remedio posible,
presentaba todos los signos de un castigo sobrenatural. La rapidez de su
propagación - continúa el profesor Ribeiro – en una población carente de
inmunidad, hizo que muy pronto se diseminara por todos los núcleos, diezmando
tal cantidad de personas, que llegó un momento en que prácticamente no había ya
manos sanas capaces de cuidar los enfermos, de alimentar a los vivos o enterrar
a los muertos”[i].
San Martín conocía esta historia o por lo menos sabía de los peligros que
significaba esta enfermedad. De ahí que convocó a dos médicos, los Dres.
Anacleto García y Juan Isidro Zapata para que vean el modo de instrumentarla a
ocho sacerdotes y así puedan propagarla por toda la provincia y que no quede ni
un habitante sin vac paunarse.
El texto completo del bando
firmado por San Martín es el siguiente:
"Don José de San Martín, Coronel del Regimiento de Granaderos a Caballo,
Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo,
Convencido que en nuestro estado político, uno de los primeros cuidados del
gobierno debe ser el aumento de la población, y conservación del Hemisferio
Americano para que haya brazos suficientes al cultivo de la agricultura y
ejercicio de las artes y comercio, al mismo tiempo que no falten quienes
presenten sus pechos al tirano que intenta oprimir los sagrados derechos de
nuestra civil libertad que con gloria sostenemos y viendo que la peste anual de
viruelas consume una porción preciosa de aquellos en esta Provincia sin más
causa que el no querer permitir, bien por su preocupación e ignorancia, los
padres de familia, se les ocurra con único específico de la vacuna, capaz de
contener sus estragos, y que ha sido descubierto con demasiada vitalidad, ha
venido en ordenar se establezca una junta compuesta de los facultativos Dn.
Juan Isidro Zapata y Dn. Anacleto García, para que éstos, instruyendo en el
modo de administrarla a ocho reverendos religiosos, que se han prestado
gustosos a propagarla por toda la Provincia, haciendo en ello un servicio
relevante a la humanidad y al Estado, lo verifiquen en esta Capital bajo las
instrucciones que han acordado al efecto, y para que no puede ilusorio lo dispuesto,
ordeno y mando lo siguiente:
1º) Los miércoles de cada
semana, se presentará en casa del facultativo Dn. Anacleto García, desde las
cinco hasta las siete de la tarde, a vacunarse todo individuo, sea de la edad,
clase o condición que fuere, que no hubiere pasado la viruela o recibido la
inoculación.
2º) Para poder obligar de sí
mismos o por una pura preocupación no den cumplimiento al anterior capítulo,
los respectivos Decuriones de los cuarteles de la ciudad y suburbios, tomarán
una razón de los que existan en ellos sin la vacuna, con expresión de los
propietarios o inquilino, y la pasarán a los facultativos encargados para
compelerlos en caso necesario.
3º) Como la conservación del
fluido no es menos interesante que su propagación, se servirán los Sres. Curas
Párrocos dar mensualmente una noticia exacta a dichos facultativos, de los
niños que se bauticen en su parroquia con expresión del barrio, casa y nombre
de los padres, para que recibiendo la vacuna “ad invicen” se conserve y pueda
transmitirse de brazo en brazo,
4º) Luego que haya suficiente
vacuna se designarán por número los cuarteles que correspondan a cada uno de
los dos departamentos que han de formarse de la ciudad y sus arrabales, para
que ocurran los vecinos de ellos a la casa del facultativo encargado de la
operación y se comunicará y anunciará por carteles al público.
5º) Encargo muy
particularmente a los padres de familia, el cumplimiento del capítulo 1º de
este bando, como tan interesados en la conservación de sus hijos. Los señores curas en las partes que les
corresponden, no dudo pongan de su parte todo esmero y exhorten a sus
feligreses por el bien que resulta a la humanidad; e igualmente advierten a los
Decuriones que serán responsables a este gobierno, sino ejecutan los prevenido
en el capítulo segundo. ´
Y para los fines propuestos,
publíquese por bando, sáquense copias autorizadas y fíjense en los parajes de
estilo. Mendoza, 17 de diciembre de 1814.
José de San Martín
Manuel J. Amite Sarobe
Secretario
Fuente:
Carlos Galván Moreno. Bandos y
Proclamas del General San Martín. Una exposición documental de su gesta
libertadora. Editorial Claridad, Buenos Aires, 1947.
[i] Darcy Ribeiro. Las Américas y la Civilización.
Proceso de formación y causas del desarrollo desigual de los pueblos
americanos. Bibliotecas Universitas. Centro Editor de América Latina, Buenos
Aires, 1985, página 112.