El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)
El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

sábado, 26 de enero de 2013

ASAMBLEA GENERAL DEL AÑO XIII


LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DEL AÑO X1II

Por Sergio Daniel Aronas – 23 de enero de 2013

Breve reseña

   Derrocado el Primer Triunvirato en octubre de 1812, la revolución anticolonialista iniciada el 25 de Mayo de 1810 en las Provincias Unidas del Río de la Plata, recobraba nuevos impulsos, nuevos bríos y empezaba a consolidarse la idea de fortalecer el gobierno para hacer frente a las amenazas invasoras de los ejércitos españoles que juraron escarmentar a quienes se atrevieron a insurreccionarse contra su Majestad el Rey para recuperar y limpiar esos territorios “infestados de Revolución Francesa”, como aseveraba la monarquía de Fernando VII.

   El Segundo Triunvirato toma la iniciativa de convocar a un Congreso con el fin de establecer las  nuevas bases sobre las cuales deberá regirse el nuevo sistema de libertad, darse una forma de gobierno y qué tipo de relaciones iban a poner en práctica con el mundo. Se trataba en resumidas cuentas de si era o no la hora de romper definitivamente los vínculos con España declarando la independencia y al mismo tiempo dictar una Constitución que reglamente el ejercicio del poder político, legislativo y judicial como así también las relaciones con todas las provincias y dar una solución al problema de la esclavitud, la situación de la población india.

     El artículo sexto de la convocatoria al Congreso decía lo siguiente en cuanto a la forma de elección de los representantes: “Esta Capital tendrá cuatro Diputados por su mayor población é importancia política; las demás Capitales de Provincia nombrarán dos y uno cada ciudad de su dependencia, á excepción de Tucumán, que podrá á discreción concurrir con 2 Diputados á la Asamblea”

       Los diputados electos conforme a este artículo y que participaron en las deliberaciones de la Asamblea fueron:

 Ø  Por Buenos Aires: Hipólito Vieytes, Valentín Gómez, Vicente López y Planes y José Julián Pérez;
 Ø  Por Salta: Pedro Agrelo y José Moldes;
 Ø  Por Córdoba: Juan Larrea y Gervasio Posadas;
 Ø  Por Corrientes: Carlos María de Alvear;
 Ø  Por San Juan: Tomás Antonio Valle;
 Ø  Por Mendoza: Bernardo Monteagudo;
 Ø  Por Santiago del Estero: Mariano Perdriel;
 Ø  Por Catamarca: José Fermín Sarmiento;
 Ø  Por La Rioja: José Ugarteche;
 Ø  Por Tucumán: Nicolás Laguna y Juan Ramón Balcarce;
 Ø  Por San Luis: Agustín José Donado;
 Ø  Por Jujuy: Pedro Vidal;
 Ø  Por Entre Ríos: Ramón Eduardo Anchoris;  
 Ø  Por Santa Fe: José Amenábar;
 Ø  Por Luján: Francisco Argerich.

            También fueron elegidos a la Asamblea los representantes del Alto Perú lugar donde la guerra contra los ejércitos realistas cobró inusitada violencia y la defensa de la frontera norte cobró vital importancia para asegurar el camino iniciado en 1810.

 Ø  Por Santa Cruz de la Sierra: Antonio Suárez y Cosme Damián Urtubey (no se incorporaron);
 Ø  Por Cochabamba: Miguel José Cabrera y Andrés Pacheco de Figueroa (no se incorporaron);
 Ø  Por Chuquisaca: José Mariano Serrano y Ángel Mariano Toro;
 Ø  Por Potosí: Simón Díaz de Ramila y Gregorio Ferreira;
 Ø  Por La Paz: Ramón Mariaca (no se incorporó) ;
 Ø  Por Mizque: Pedro Ignacio de Rivera.

            De todo este proceso que tantas esperanzas abría para profundizar y unir a los revolucionarios, tuvo su momento de lamentable discordia y desencuentro cuando fueron rechazados los representantes de la Banda Oriental conducido por el gran Jefe de los Orientales José Gervasio de Artigas. A partir de este instante comenzó una terrible persecución contra él y sus seguidores que terminó un enfrentamiento armado de gravísimas consecuencias porque Artigas nunca propuso separarse del ni proclamar la independencia de la Banda Oriental del gobierno de Buenos Aires, sino unir a todas las fuerzas en pugna para estar en mejores condiciones a la hora de derrotar tanto a los ejércitos realistas como los intentos del imperio del Brasil para apoderarse de la Banda Oriental.

Los Presidentes de la Asamblea fueron los siguientes representantes:

En 1813
·         Febrero: Carlos María de Alvear
·         Marzo: Tomás Antonio Valle
·         Abril: Pedro José Agrelo
·         Mayo: Juan Larrea
·         Junio: Vicente López y Planes
·         Julio: Gervasio Antonio Posadas
·         Agosto: Ramón Eduardo de Anchoris
·         Septiembre: Pedro Pablo Vidal
·         Octubre: Tomás Antonio Valle
·         Noviembre: José Moldes

1814
·         Enero: Valentín Gómez
·         Agosto: Tomás Antonio Valle

1815
Enero: Nicolás Laguna

Secretarios
1813: Febrero: Hipólito Vieytes

            Los dos objetivos trazados por la Asamblea (declarar la Independencia y establecer una Constitución Política del nuevo estado) no pudieron cumplirse pese a que la mayoría de sus integrantes eran miembros de la Logia Lautaro pero de los que apoyaban al presidente Carlos María de Alvear, ya que San Martín fue enviado con su recién creado regimiento de granaderos a caballo a perseguir a una flota española que estaba saqueando las poblaciones ribereñas del Paraná y aledaños. Alvear fue un caso particular de esta historia de la Asamblea ya que fue nombrado presidente con solo 23 años de edad, sin ninguna experiencia de conducción política previa sino que gracias a la portación de su apellido lo indicaba como un “hombre ilustre” entre la naciente clase dirigente porteña. Rechazó la representación de los diputados de la Banda Oriental y desencadenó una salvaje represión contra el movimiento de Artigas y sus partidarios. Este enfrentamiento fue sin duda una terrible tragedia para la lucha por la independencia porque se desató una sangrienta guerra civil por el solo hecho de que Artigas –quien siempre rechazó todo intento de declarar la independencia unilateral del territorio oriental porque se consideraba parte integrante de las  Provincias Unidas del Río de la Plata- en las instrucciones redactadas a sus diputados ordenaba luchar por la independencia, romper los vínculos con el reino de España, establecer la igualdad jurídica y política de todos los pueblos que las forman, la división e independencia de los tres poderes; que el gobierno central atienda sus cuestiones y los de las provincias los suyos; declarar una constitución general para el nuevo estado y que cada provincia tenga la propia; que la sede del gobierno central no sea la ciudad de Buenos Aires. Semejante programa conspiraba con los objetivos centralistas porteños porque eran inaceptables que Buenos Aires no sea sede del gobierno, que no pueda entrometerse en la vida de las otras provincias y muchos menos permitir un tratamiento igualitario entre ellas.

            Por estas razones, la guerra contra Artigas mostró la oligarquía ganadera criolla una completa y absoluta estrechez estratégica para declararlo “ilegal y traidor” cuando los verdaderos enemigos eran los que conspiraban contra el nuevo sistema de libertad nacido en Mayo de 1810: los ejércitos realistas de la España de Fernando VII en franca decadencia y sus potencias aliadas. ¿Cómo puede declararse la independencia si se pelean los pueblos integrantes de las provincias? ¿Qué tipo de unión puede crearse entre ellas si por un disenso, por opinar diferente respecto de las aspiraciones del gobierno porteño, se le declara la guerra en forma arbitraria y que llevaría a una matanza entre hermanos? La Asamblea que se denominó Constituyente para aprobar una precisamente una constitución, era imposible en medio de una guerra discutirla o ponerse de acuerdo sobre las formas de gobierno, organización de la justicia, las relaciones con las provincias y con los países sudamericanos y con Europa que su apoyaba la restauración de Fernandito como rey absoluto. Lo interesante de la lucha por una Constitución es que se presentaron cuatro proyectos, que ninguno terminó por concretarse y sólo recién en 1815 se aprobada el Estatuto Provisional durante el Directorio ejercido por Ignacio Álvarez Thomas.
           
            Un dato curioso de la historia de la Asamblea del Año XIII es que sus sesiones comenzaron el 31 de enero bajo la presidencia de Carlos María de Alvear y fue disuelta durante el directorio del mismo Alvear cuando se sublevaron los jefes militares enviados por él para reprimir a Artigas y para sacar a San Martín de la gobernación intendencia de Cuyo donde estaba preparando el ejército para la campaña libertadora. El derrocamiento de Alvear como Director Supremos es lo que se conoce como la Revolución Federal de 1815 cuando Álvarez Thomas se rebela en Fontezuelas (cerca Arrecifes); el General Miguel Estanislao Soler se pronuncia en Buenos Aires junto con el Cabildo para pedir la renuncia de Alvear.

            Así terminó la historia de la Asamblea General del Año XIII en medio de un conflicto creado por las autoridades de Buenos Aires empecinados en destruir a los enemigos equivocados. Sin embargo, su legado basado en las leyes promulgadas, serían retomadas por el Congreso de Tucumán que apoyándose en una dirección políticas más decidida, más resuelta  y más valiente declararía finalmente la independencia del reino de España, sus sucesores, metrópoli y de toda otra potencia extranjera el glorioso 9 de julio de 1816, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata era el único bastión libre de la América del Sur que no pude ser reconquistado por los ejércitos realistas. Con este acto magnífico, el General San Martín al mando del Ejército de Los Andes daría inicio - tras el increíble y casi matemático cruce de la cordillera – la contraofensiva de las fuerzas revolucionarias para terminar definitivamente con los trescientos años de la dominación española. Quedó pendiente nuevamente el tema de la Constitución que sería caldo de cultivo y motivo de nuevas discordias, desunión que provocaron las terribles guerras civiles que por casi cuarenta años ensangrentaron a nuestros antepasados hermanos.
  
FUENTES CONSULTADAS

1) Internet

Wikipedia.
Héctor B. Petrocelli. Historia Constitucional Argentina. La Asamblea del Año XIII. http://argentinahistorica.com.ar/intro_libros.php?tema=1&doc=57&cap=93
2) Libros

Miron Burgin. Aspectos económicos del federalismo argentino (1946). Ediciones Solar. Bs. As. 1987

Halperín Donghi Tulio. Revolución y guerra (1972). Siglo XXI, Bs. As, 2002.

Hugo Galmarini. Los negocios del poder. Reforma y crisis del estado (1776-1826). Corregidor, Buenos Aires, 2000.

Abad de Santillán Diego. Historia Argentina. Tomo I, Buenos Aires, 1965.

Leiva Alberto David. Fuentes para el estudio de la historia institucional argentina. Ediciones Previas. Eudeba, Buenos Aires, 1982.