EN EL CENTENARIO DE OCTUBRE DE 1917-NOTA III
Por Sergio Daniel Aronas - 23 de noviembre de 2017
En esta tercera nota presentamos la ponencia del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) en el encuentro internacional de los Partidos Comunistas y Obreros realizado el 3 de noviembre de 2017 cuyo eje central fue el llamado hacia la creación de un Gran Frente Mundial Antiimperialista debido a que los retos y desafíos del Movimiento Comunista Internacional son "extraordinarios" y "la necesidad de superar las actuales debilidades y hacer avanzar las posiciones revolucionarias es apremiante". De ahí que los comunistas de todas las naciones, los que aun reivindican llamarse COMUNISTAS y no renuncian a ese glorioso nombre para sus partidos deben crean un frente común ante la ofensiva generalizada del capitalismo contra los derechos de los trabajadores en todo el planeta y surge que deben estar a la altura de los acontecimientos mundiales-
La tesis del capitalismo parasitario y en descomposición enunciada por Vladimir Ilich Lenin en su famoso libro "El imperialismo, etapa superior del capitalismo, tiene cien años de existencia y debería ser más estudiada, más elaborada, más justificada y más profundamente presentada con la ayuda de datos más contundentes que demuestren ese estado parasitario y descompuesto ya que si vamos a informes de partidos comunistas producidos a lo largo del siglo XX, siempre se defendió esa característica del capitalismo que daba la idea de que con solo golpearlo, el edificio imperialista se vendría a abajo y el que se derrumbó finalmente fue el socialismo.
Hoy debemos decir que el capitalismo cuenta con vastos y considerables recursos y reservas económicas y financieras altamente cuantiosas, considerables y muy poderosas y esas son las que en última instancias, están siendo utilizadas contra los derechos de todos los trabajadores en todo el mundo.
Creemos firmemente en que el socialismo es la sociedad del presente y del futuro. La gran tarea de los comunistas y de todos los revolucionarios del mundo consiste en reconstruir precisamente, una teoría de la revolución sobre la experiencia del pasado, sobre la base del conocimiento de aquellos partidos que estuvieron en el poder y otros que aun lo conservan y construyen un nuevo camino para sus pueblos.
Por eso es muy válido que se vuelva a hablar de revolución y socialismo en el mundo y los aportes de esta conferencia internacional en el marco del Centenario de la Revolución de Octubre van en esa dirección.
Por eso es que compartimos las tesis del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) por que merece ser leída, estudiada y analizada.
La tesis del capitalismo parasitario y en descomposición enunciada por Vladimir Ilich Lenin en su famoso libro "El imperialismo, etapa superior del capitalismo, tiene cien años de existencia y debería ser más estudiada, más elaborada, más justificada y más profundamente presentada con la ayuda de datos más contundentes que demuestren ese estado parasitario y descompuesto ya que si vamos a informes de partidos comunistas producidos a lo largo del siglo XX, siempre se defendió esa característica del capitalismo que daba la idea de que con solo golpearlo, el edificio imperialista se vendría a abajo y el que se derrumbó finalmente fue el socialismo.
Hoy debemos decir que el capitalismo cuenta con vastos y considerables recursos y reservas económicas y financieras altamente cuantiosas, considerables y muy poderosas y esas son las que en última instancias, están siendo utilizadas contra los derechos de todos los trabajadores en todo el mundo.
Creemos firmemente en que el socialismo es la sociedad del presente y del futuro. La gran tarea de los comunistas y de todos los revolucionarios del mundo consiste en reconstruir precisamente, una teoría de la revolución sobre la experiencia del pasado, sobre la base del conocimiento de aquellos partidos que estuvieron en el poder y otros que aun lo conservan y construyen un nuevo camino para sus pueblos.
Por eso es muy válido que se vuelva a hablar de revolución y socialismo en el mundo y los aportes de esta conferencia internacional en el marco del Centenario de la Revolución de Octubre van en esa dirección.
Por eso es que compartimos las tesis del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) por que merece ser leída, estudiada y analizada.
PONENCIA
DEL PCPE EN EL 19º ENCUENTRO INTERNACIONAL
DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS (EIPCO)
DE PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS (EIPCO)
El Centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre: las ideas del Movimiento Comunista, revitalizando la lucha contra las guerras imperialistas, por la paz, el socialismo
TRABAJEMOS POR LA CREACIÓN DE UN GRAN FRENTE MUNDIAL ANTIIMPERIALISTA
Cuando se cumplen cien años de
la gran revolución socialista de octubre el capitalismo internacional se
encuentra en su fase imperialista de desarrollo más avanzada, donde todas las
tendencias analizadas por Lenin se han confirmado y desarrollado según las
líneas políticas que él analizó. Su violencia, la mayor explotación de la clase
obrera, la mayor parte del planeta sometida a su lógica de acumulación,
militarismo y rapiña. Los retrocesos producidos en los años noventa del siglo
pasado han dejado a la clase obrera en una situación de desventaja. La ausencia
del bloque socialista del Este ha dejado a la clase obrera en una situación de
mayor desventaja para la lucha por su emancipación.
En una tal situación los retos
para el Movimiento Comunista Internacional son extraordinarios. La necesidad de
superar las actuales debilidades y hacer avanzar las posiciones revolucionarias
es apremiante. Los Partidos Comunistas y Obreros estamos situados ante la
responsabilidad de dar una respuesta a la altura de las exigencias del momento
histórico. La barbarie del imperialismo es tal que se encuentra en juego el
mismo futuro de la Humanidad.
Este agotamiento histórico de
la formación capitalista tiene una doble consecuencia para la lucha de clases
concreta hoy en día: por un lado, de forma general, nos enfrenta a un
capitalismo cada día más parasitario y en descomposición desde el punto de
vista de su lógica integral, y por otro lado nos enfrenta a unas grandes
potencias capitalistas presas de una enloquecida espiral de violencia, para
ellas imprescindible, ante el agotamiento y el bloqueo de los mecanismos
necesarios para dar continuidad a la acumulación del capital. En este contexto
los riesgos son tan extremos que afectan, incluso, a la misma continuidad de la
existencia de la Humanidad.
Desde estos dos determinantes,
todos los aspectos de la vida de la clase obrera internacional, de los pueblos
y de las naciones, quedan sujetos a las violencias diversas que, de forma
continua, el sistema capitalista genera como consecuencia de su desesperada
situación, que se agravó aún más con el estallido de la última crisis mundial
en agosto de 2017.
Los grandes monopolios, con
mano férrea, ejercen su dictadura a todos los niveles, imponiendo un orden
internacional donde las principales víctimas son los países capitalistas más
débiles de la cadena. El proceso de concentración y centralización del capital
se acelera y agiganta con dimensiones mundiales.
Capitalismo parasitario y en
descomposición que necesariamente está sujeto a una espiral en su violencia
explotadora. La clase obrera internacional es sometida a una mayor tasa de
explotación y a una mayor pobreza, aparejadas a una pérdida generalizada de
derechos en la relación directa capital-trabajo. Aumentan las agresiones contra
la naturaleza, afectando a la estabilidad necesaria del hábitat para la
continuidad de la vida de la especie humana, como consecuencia de la
desesperada competencia entre esos gigantescos monopolios. La Humanidad entera
es sometida a todo tipo de mecanismos de alienación y coerción por la ideología
burguesa hoy hegemónica, degradando los valores identitarios y cohesionadores de
los grupos humanos, incluyendo el violento sometimiento patriarcal y mercantil
de las mujeres, el racismo, la discriminación sexual, la exclusión de las
minorías, el embrutecimiento cultural, ……, buscando con ello anular todas las
capacidades más avanzadas de las sociedades humanas (que se han producido en
buena medida en el mismo interior del sistema capitalista), y que éste –como
toda sociedad en etapa de muerte- considera que son un peligro para el
sostenimiento de su brutal dominación.
Por último, la guerra imperialista como recurso extremo de violencia
para tratar de remontar la profunda crisis económica, se ha expresado en las
últimas décadas en una diversidad de criminales agresiones a Libia, Irak,
Somalia, Líbano, Siria, Yemen, Mali, Afganistán, etc. lo que, actualmente, se expresa en la amenaza
militar continuada contra la RPD de Corea. Mientras tanto, permanecen a lo
largo de los años otras situaciones que no siendo de guerra sí son de violencia
permanente contra los pueblos, como son los casos de Palestina o el Sáhara
Occidental, o el criminal bloqueo contra Cuba, entre otros.
Esta situación, tan extrema, y
mientras perviva el sistema capitalista, está abocada en el próximo futuro al
incremento de todas sus tendencias más negativas. Solo la intervención de otras
fuerzas distintas puede impedir esta deriva hacia una barbarie mayor y, por
ello, nos coloca a las organizaciones del Movimiento Comunista Internacional
ante responsabilidades de importancia histórica, a las que tenemos que dar
respuesta sin mayores aplazamientos.
1.
|
INTERVENIR EN LA LUCHA DE
CLASES INTERNACIONAL
|
Una de las expresiones más
incontestables de las dificultades por las que pasa hoy el MCI es su ausencia
de intervención, de una forma unitaria, en cualquier aspecto práctico de la
lucha de clases internacional, por pequeño que éste sea.
Ello no solo es reflejo de las
actuales dificultades internas del movimiento en su conjunto, sino que, además,
es expresión de una alta irresponsabilidad ante las exigencias de intervención
práctica que la situación demanda, que es algo ineludible para toda
organización revolucionaria. Este hecho pone de manifiesto un problema mayor
que es necesario enfrentar.
Que estos Encuentros
internacionales no hayan tenido hasta el presente la capacidad para acordar una
mínima agenda de intervención unitaria, anual o ante determinadas situaciones
concretas, es una grave situación que tiene consecuencias directas sobre las
condiciones de vida de la clase obrera de todos los países. También sobre las
condiciones de la capacidad de esa clase obrera para organizar las luchas para
su emancipación en mejores condiciones.
Esta es una cuestión que hay
que abordar en clave de debate entre organizaciones revolucionarias. A nuestra
propia manera.
Este estado de cosas, que se
mantiene inalterado en las últimas décadas, es un obstáculo para que la clase
obrera internacional pueda percibir que existe una alternativa de futuro -para
las trabajadoras, los trabajadores, y para toda la Humanidad-, frente a la
actual situación de barbarie y de hegemonía absoluta del capitalismo, a pesar
de su profunda crisis.
El capitalismo, con su mismo
desarrllo, ha creado ya la base material necesaria para el tránsito a la
sociedad socialista. Si estamos de acuerdo, esa cuestión se ha de considerar
central para la lucha revolucionaria y para el programa que ha de dirigir las
luchas del MCI.
Hoy el MCI, como conjunto de
organizaciones, tiene que hacer un responsable esfuerzo revolucionario para
crear las condiciones que le permitan enfrentar la actual situación de la lucha
de clases con las capacidades que la situación exige.
¿Qué hacer ante esta
situación? Como siempre, buscar el camino.
Nuestro objetivo, dicho de una
forma generalista, es conseguir que el paradigma del socialismo se convierta en
el horizonte de aspiraciones de la clase obrera y, también, de amplios sectores
populares. Descartemos, por tanto, una vía reduccionista que considere que no
es imprescindible tener una propuesta para un cambio de la subjetividad de las
amplias masas que les posibilite reconocer la vía de salida.
Ese cambio de la subjetividad
refiere a un proceso de acumulación de fuerzas que articule el bloque obrero y
popular, que ha de cambiar la actual correlación de fuerzas frente al bloque de
la clase dominante hoy. Refiere a una táctica con el objetivo de cambiar tal
correlación de fuerzas, sumando a quienes queremos el cambio con quienes no se
oponen a la posibilidad del cambio (Lenin), que generaría la fuerza necesaria
para hacer posible la derrota y destrucción total del enemigo de clase. Todo
ello bajo conducción revolucionaria. Siguiendo la premisa de la fusión del
Partido de Vanguardia con las masas.
2.
|
ACORDAR UNAS NORMAS INTERNAS
DEL MCI PARA AVANZAR EN LA UNIDAD
|
Y ese proceso no será posible
sin el Partido de Vanguardia. Entendido éste como la organización que se dote
de las capacidades necesarias para armar los liderazgos imprescindibles en un
proceso revolucionario. Un Partido que trabaje para cambiar la correlación de
fuerzas a favor de la clase obrera, sabiendo elevar la lucha de clases a una
situación de crisis revolucionaria. Ahí es donde el MCI tiene que entrar a
concretar, de forma detallada, el desarrollo táctico de su intervención hoy.
El PCPE quiere aprovechar esta
ocasión para exponer de forma sintética su visión de por donde sería posible
avanzar para revertir la actual situación desfavorable a la causa
revolucionaria. Tenemos un gran interés en atender todas las propuestas que se
presentarán en este Encuentro.
Nuestras propuestas, de una
forma resumida, son:
Un MCI comprometido en dar
solución a sus actuales dificultades, derivadas en lo fundamental de
diferencias ideológicas no pequeñas y de las diversas experiencias en la lucha;
acordando un método de debate y un temario dentro de un calendario de trabajo
compartido. Ello vinculado al compromiso de la práctica política concreta, para
que sea operativo.
Un MCI que se comprometa con
una práctica de acciones puntuales que ayuden a unificar al movimiento, a
visibilizarlo ante la clase obrera, y a abrir camino para resolver las
cuestiones ideológicas con apoyo en esa línea de práctica de acción, fundiendo
debate y práctica en una unidad dialéctica superior. Unidad práctica de acción
que debe buscar el liderazgo en la conducción revolucionaria de las más amplias
masas.
Un MCI capaz de analizar las
diversas violencias del capitalismo actual en el día a día, de forma concreta,
e intervenir en el combate (teórico y práctico) contra las mismas. Diversas
violencias que se corresponden con diversas contradicciones internas al sistema
de dominación que, basculando alrededor de la contradicción principal
capital-trabajo, tienen la capacidad de articular sujetos sociales diversos que
han de formar parte del necesario e imprescindible proceso de acumulación de
fuerzas para la lucha revolucionaria. El racismo, la violencia contra las
mujeres, la destrucción de la naturaleza, el gasto militar, las
privatizaciones, las contrarreformas laborales, etc. Todas éstas, y otras colisiones,
nos aportan la base necesaria para la acumulación de fuerzas como resultado de
una política de alianzas, en resumen. Siendo uno de los factores decisivos en
el desarrollo del factor subjetivo necesario en el camino para la toma del
poder por la clase obrera.
Un MCI que sustenta su acción
práctica en el análisis concreto de la formación capitalista tal como existe
hoy. Considerando las condiciones actuales de reproducción del capital, en la
sociedad de altas capacidades científicas y tecnológicas nunca conocidas antes
en la historia, en la internacionalización global, y en la alta concentración y
centralización del capital, como una oportunidad especial para hacer avanzar
las posiciones sustentadas en el materialismo histórico entre las grandes masas
obreras y populares. Valorando este contexto como el momento más favorable,
antes nunca visto en la historia, para el avance de las posiciones por la
emancipación de la clase obrera en la historia de la lucha de clases.
Un MCI que reconozca la
soberanía de los procesos, y el protagonismo insustituible de sus sujetos, y
que asuma el internacionalismo proletario como una práctica concreta en la
lucha política diaria, y no como una formulación retórica incapaz de
trasladarse a la práctica frente a las violencias más concretas del
imperialismo. Internacionalismo proletario del que forma parte irrenunciable el
reconocimiento del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos.
Un MCI que se relacione sobre
la base del respeto a la soberanía de los sujetos revolucionarios concretos,
sin injerencias en los asuntos internos de cada organización.
Un MCI que haga del
marxismo-leninismo la ciencia necesaria para guiar los desarrollos de la lucha
de clases internacional, que se nutre y se perfecciona con las mejores
aportaciones de la historia de la lucha revolucionaria internacional, con los
aprendizajes nuevos y con las experiencias en el combate diario en la realidad
concreta de cada organización.
Un MCI que ha de aspirar
siempre a conseguir mayores niveles de coordinación y unidad, en lo político y
en lo ideológico. Entendiendo que ese objetivo está vinculado a una práctica
internacional basada en los principios anteriores, y al mismo desarrollo de la
lucha de clases y al avance de las capacidades de las organizaciones del campo
revolucionario. Solo dando pasos en estos primeros objetivos, asumiendo
compromisos prácticos, será posible colocar en la agenda otras metas
superiores.
Para concretar avances en la
coordinación internacional revolucionaria es posible empezar por asumir el
compromiso de trabajar en la formación de un Frente Mundial Antiimperialista,
como marco de alianzas y como frente de masas, para intervenir con posición propia
frente a la agresividad actual del imperialismo contra la clase obrera y los
pueblos, contra la guerra imperialista y el armamentismo en general. Demandas
ampliamente sentidas que facilitarán la intervención del MCI en amplias masas
con el objetivo central de confrontar con la agresividad de las políticas del
imperialismo.
El mejor homenaje a la Gran
Revolución Socialista de Octubre sería iniciar el camino para la coordinación
internacional revolucionaria, en un primer paso, impulsando este Frente Mundial
Antiimperialista. La clase obrera internacional y los pueblos del mundo
comenzarán a reconocer a los Partidos Comunistas y Obreros como guías de sus
ansias de emancipación.
El año del 100 Aniversario de
la Revolución Socialista de Octubre es, sin duda, una buena ocasión para
avanzar en lo que hoy nos exige la lucha de clases.