LA IMPORTANCIA DE CHINA EN LA
ECONOMIA DE LOS ESTADOS UNIDOS
Por Sergio Daniel Aronas – 19 de julio de 2018
Comparto
con Uds un esclarecedor artículo de Michel Chossudovsky titulado “China y la
restauración del capitalismo: La fábrica de mano de obra barata más grande del
mundo”, donde expone la importancia que tiene los productos fabricado por la
mano de obra barata Chinaes en la economía de los Estados Unidos, en el
marco de la guerra comercial desatada por la Administración Trump. Vale leer
antentamente esta primera partes (la segunda está dedica a la restauración
capitalista en China a partir de las reformas de 1978).
El profesor Michael Chossudovsky es
profesor de Economía por la Universidad de Ottawa y director del sitio web
canadiense “Globalresearch” uno de los mejores centros de información y
análisis de política, economía, seguridad, comercio y cuestiones militares
internacionales, por la profundidad de sus investigaciones que abarca la
situación de todas las regiones del mundo. Es a nuestro modo de ver, uno de los
mejores sitios de internet para conocer la situación internacional sobre los
temas más complicados que se dan en el mundo actual.
En el primer párrafo, el profesor
Chossudovsky afirma que:
“China
es una economía capitalista avanzada integrada al mercado mundial. Los salarios
de mano de obra no calificada en las fábricas chinas son tan bajos como 100 $
al mes, una pequeña fracción del salario mínimo en los países occidentales.
El
costo de fabricación fábrica de un producto en China es del orden del 10% del
precio minorista en los países occidentales.
Esta es toda una definición del sistema económico imperante en la República
Popular China que no reconoce el XIX Congreso del Partido Comunista Chino ya
que promueve, insiste y se define como “un país es un país socialista
con una dictadura democrática popular dirigido por la clase obrera y basado en
la alianza obrero-campesina, y todos los poderes del Estado pertenecen al
pueblo. La democracia socialista de nuestro país es la democracia más amplia,
auténtica y eficaz para la salvaguardia de los intereses fundamentales del
pueblo. El desarrollo de la política democrática socialista tiene como objetivo
encarnar la voluntad del pueblo, garantizarle sus derechos e intereses, activar
su vigor creativo y garantizarle su condición de dueño del país mediante el
sistema institucional.” (Texto tomado del primer párrafo del Capítulo VIII del
Informe al Comité Central, octubre de 2017).
Es más la palabra capitalista ni
aparece en el informe del PC Chino y la denominación “capitalismo” se la puede
leer solo una vez para mencionar a quienes fueron los enemigos históricos de la
revolución y el pueblo chino: el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo
burocrático, las “tres grandes montañas” que pesaban sobre el pueblo chino y
que la Revolución de 1949 derrocó, según el informe al XIX Congreso del año
pasado.
China
es una potente máquina industrial, fabricante de cualquier tipo de bienes y con
una economía destinada plenamente a la exportación como lo revelan sus datos
del comercio exterior y eso es lo que altera a la estrategia de dominación del
imperio estadounidense. Es el “taller del mundo del siglo XXI” como en su
momento lo fue Inglaterra durante el siglo XIX y motor de la revolución
industrial. China es el motor productivo mundial que en esencia es un
formidable productor de plusvalía de su propia clase obrera, la que produce
todos los bienes que exporta y que ha permitido la formación de una poderosa
clase de 250 millonarios que gozan de los enormes beneficios que le brinda
producir tan barato y vender a precios que enriquece no solo a la clase
capitalista china sino a las grandes empresas estadounidenses instaladas en
China y las que en Estados Unidos importan desde el país asiático.
Esto
es así porque los monopolios estadounidense que están instalados en China
aprenden a reducir el “costo de mano de obra de sus “colegas” chinos y esos
métodos de producción basados en salarios bajos, lo trasladan a sus casa
matrices para competir en productividad y de esa forma intentar reducir el
fuerte déficit de balanza de pagos que tienen los Estados Unidos con China y
fuente y causa principal de esta guerra comercial, desatada por el presidente
Donald Trump y que es parte integrante de las contradicciones imperialistas.
El
profesor Chossudovsky sigue analizando las relaciones sino-estadounidense de
esta manera:
“En desarrollos recientes,
Trump ha instruido debidamente a su administración para que imponga aranceles
sobre aproximadamente $ 50 mil millones en importaciones chinas.
Su objetivo declarado es
reducir el déficit comercial con China.
De lo que Trump no se da
cuenta es que el déficit comercial con China no solo contribuye a sostener la
economía minorista de los Estados Unidos, sino que también contribuye al
crecimiento del PBI de los Estados Unidos.
Las sanciones comerciales
dirigidas contra China reaccionarían inmediatamente contra Estados Unidos.
En
cuanto a las relaciones comerciales entre China y los Estados Unidos, el
profesor canadiense que tiene escrito un profundo libros sobre el paso de China
del socialismo al capitalismo, continua analizando:
“El déficit comercial de los Estados Unidos
con China es de -375 mil millones de dólares y es este hecho el árbol que tapa
el bosque de la furia imperial de los Estados Unidos contra la avalancha
exportadora china hacia los Estados Unidos.
China no depende de las importaciones de los Estados Unidos. Todo lo contrario. Estados Unidos es una economía de importación con una base industrial y de fabricación débil, que depende en gran medida de las importaciones procedentes de China. Imagínese lo que sucedería si China, tras las amenazas de Washington, decidiera de un día para otro limitar significativamente sus exportaciones de productos "Made in China" a los EE. UU. Sería absolutamente devastador, interrumpiría la economía de consumo, un caos económico y financiero. "Hecho en China" es la columna vertebral del comercio minorista en EE. UU. que mantiene indeleblemente el consumo familiar en prácticamente todas las principales categorías de productos, desde ropa, calzado, hardware, electrónica, juguetes, joyas, accesorios domésticos, alimentos, televisores, teléfonos móviles, etc. Importar desde China es una lucrativa operación multimillonaria. Es la fuente de enormes ganancias y riqueza en los Estados Unidos, porque los productos de consumo importados de la economía de bajos salarios de China a menudo se venden al por menor más de diez veces su costo de fabricación. La producción no tiene lugar en los Estados Unidos. Los fabricantes han abandonado la producción. El déficit comercial de EE.UU. con China es fundamental para alimentar la economía de consumo impulsada por los beneficios que depende de los bienes de consumo Made in China.”
La
balanza comercial de los Estados Unidos, es decir, la diferencia entre los
bienes y servicios que exporta con los que importa alcanzó en 2017 un récord
formidable al alcanzar un rojo de 566.000 millones de dólares, un 12,1% mayor
que el año anterior, mientras que la brecha negativa con China llegó a los USD
375.100 millones. Es decir, que el comercio negativo con China representa el
66% del total del déficit y causa de la ira desembocada del presidente
estadounidense Donald Trump para lanzarse a una guerra comercial que le puede resultar
un boomerang por la capacidad de respuesta que tiene la economía china en las
condiciones actuales.
Sobre
la política agresiva del imperialismo de los Eatados Unidos contra China con el
fin de someterla y frenar su carrera exportadora, algo que a los chinos no les
asusta en absoluto, nuestro autor continúa diciendo:
“Las
amenazas recientes de Trump contra China siguen a las formuladas en 2017 en
relación con el comercio de China con Corea del Norte, que se analizan en la
primera parte de este artículos que o.
Los
políticos chinos son plenamente conscientes de que la economía de los EE.UU.
depende en gran medida de "Hecho en China".
Y
con un mercado interno de más de 1.400 millones de personas, junto con un
mercado de exportación global, estas amenazas veladas del presidente Trump no
se tomarán en serio en Beijing.”
China
lo tenía engrampado a los Estados Unidos porque es el principal tenedor de los
Bonos del Tesoro a largo plazo y si de un día para el otro el gobierno chino
decidiera vender toda esta tenencia del capital ficticio, desataría una crisis
financiera e industrial en los Estados Unidos que no podría ser controlada por
nadie y llevaría los imperialista a un estado de bancarrota imprevisible.
El
gobierno de los Estados Unidos sabe muy bien esta situación. Y parece que
algunos funcionarios del gobierno de Trump pudieron calmar las excentricidades
del presidente y sus virulentos discursos contra China y llevarlo a negociar en
lugar de entrar en un conflicto del que seguramente saldrá perdiendo.ç
Anexo
estadístico
Fuente
consultada: Alfonso Sánchez. Estados Unidos-China: Guerra comercial. Consejo
Nacional de Competitividad. Dirección de Información Estratégica. Ver la página
web en: