¿LA ARGENTINA DE MACRI O DEL
VIRREYNATO?
Por Sergio Daniel Aronas – 10 de
julio de 2018-07-14
La problemas económicos y
sociales en la población de la República Argentina del siglo XXI viene muy
complicada desde diciembre de 2015 cuando la coalición de derecha “Cambiemos”
encabezada por el empresario multimillonario Mauricio Macri, asume la presidencia
del país con causas penales pendientes en la justicia federal y comienza a
aplicar un severo plan de ajuste que efectos devastadores en amplios sectores
de trabajadores, pequeñas y medianas empresas, comerciantes, cuentapropistas y
que nuestras notas venimos reflejando el cuadro dantesco de las medidas
impulsadas por este nefasto gobierno.
A Macri solo tiene apoyo de los
gobiernos extranjeros, de las instituciones financieras internacionales, de las
grandes empresas multinacionales y también de los fondos buitres quienes ven
con mucho agrado toda la política de endeudamiento del gobierno argentino, a
todas luces, demencial y desproporcionado.
En la Argentina cuenta con el
apoyo de los grandes medios masivos de comunicación sea terminó en una grave
crisis bancaria por la que tuvieron que renunciar el presidente del Banco Central,
los ministros de producción y energía porque ninguno tuvo la energía y
capacidad suficiente y necesaria para contener la escalada alcista del dólar y
que en un país como la Argentina, el aumento del tipo de cambio tiene
consecuencias directas y un fuerte impacto en los precios de los bienes que se
producen en el país. Una historia que tiene cincuenta años de trascendencia en
la economía argentina porque está totalmente monopolizada o oligopolizada en
los principales sector productivos y de servicios,
Aquí reproducimos un párrafo de
una memoria que el Dr, Manuel Belgrano leyó cuando era Secretario del Consulado
de Buenos Aires y que parece ser escrito ayer, por el increíble parecido con la
situacióican argentina. En el texto debemos aclarar que la palabra “ocioso” no
significa ni vagabundos ni holgazanes, sino personas que no pueden trabajar o
que no tienen o no consiguen trabajo.
Belgrano conocía muy bien los
pueblos del antiguo Virreynato, por esa razón podía describir estos cuadros
dramáticos de la situación de los habitantes de las provincias y no ofrecía
soluciones mágicas o de realización imposible, sino todo lo contrario,
porque como podrán ver en este breve
pasaje, Belgrano daba respuestas a partir de las claras posibilidades de
desarrollar y crear fuentes de trabajo genuina, con un plan claro y preciso en
el cual muestra tanto su tristeza por la situación existente como así también
su confianza en la alternativa analizada y entusiasmo por ponerla en práctica.
Todos sabemos que Belgrano fue un
economista adscripto a la escuela fisiocrática, es decir, aquella que venía en
la agricultura y las producciones agrarias el fundamento principal de la
económica del estado, las empresas y las personas.
Basta de palabras: es hora de
leer al primer economista argentino.
“He visto con dolor sin salir de
esta capital una infinidad de hombres ociosos en quienes no se ve otra cosa que
la miseria y la desnudez; una infinidad de familias que solo deben su
subsistencia a la feracidad del país, que está por todas partes denotando la
riqueza que encierra, esto es la abundancia; y apenas se encuentra alguna
familia que esté destinada a un oficio útil, que ejerza un arte o que se emplee
de modo que tenga más comodidades en su vida. Esos miserables ranchos donde ve
uno la multitud de criaturas que llegan a la edad de pubertad sin haber
ejercido otra cosa que la ociosidad deben ser atendidos hasta el último punto.
La lana es bien abundante en este país, el algodón del Paraguay, Chaco, etc.,
otras infinitas materias primas que tenemos y podemos tener con nuestra
industria pueden proporcionar mil medios de subsistencia a estas infelices
gentes que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde
niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y o resultan unos salteadores
o unos mendigos; estados seguramente deplorables que podrían cortarse si se les
diese auxilio desde la infancia proporcionándoles una regular educación que es
el principio de donde resultan ya los bienes y los males de la sociedad. Unos
de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas
gratuitas adonde pudiesen los infelices mandar a sus hijos sin tener que pagar
cosa alguna por su instrucción, allí se les podría dictar buenas máximas e
inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde no reine este, decae el
comercio y toma su lugar la miseria, las artes que producen la abundancia, que
las multiplica después en recompensa, perecen, y todo en una palabra desaparece
cuando se abandona la industria porque se cree que no es de utilidad alguna.”
“Medios generales de fomentar la
agricultura, animar la industria y proteger el comercio en un país agricultor”.
Memoria que leyó el licenciado don Manuel Belgrano, abogado de los Reales
Consejos y secretario por Su Majestad del Real Consulado de esta capital, en la
sesión que celebró su Junta de Gobierno el 15 de julio del presente año de
1796.