El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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sábado, 14 de julio de 2018


JAVIER MILEI, EL NUEVO ENCANTO DE LA ECONOMIA BURGUESA

Por Sergio Daniel Aronas – 10 de julio  de 2018

El señor Javier Milei, un economista mediático recibido en la Universidad de Belgrano (UB) con excelentes calificaciones y obteniendo dos títulos de posgrado, uno en el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) y el otro en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), ha cobrado mucha notoriedad por sus agresivos y virulentos comportamientos que lejos de presentarse como un académico, se lo ve como una bestia desesperada que quiere pelearse y noquear a cualquiera que trate de desafiarlo. Es más, se hace el fanfarrón, el que se las sabe todas y los medios masivos y hegemónicos de comunicación aprovechan su “popularidad” para levantarlo como el hombre providencial que domina todas las variables de la economía y que puede conducir el buque capitalista de Macri que cada día se hunde más profundamente en las aguas turbias de sus propias miserias.
E
ste nuevo producto de los medios se lanza al ruedo del debate político y económico mediante sus bravuconadas, insultos y toda una caterva de mecanismos para imponer, supuestamente, sus recontra viejas y fracasadas ideas de la teoría económica, apoyándose en autores no solo muy poco creíbles, sino que nadie recuerda su existencia. No ofrece nada nuevo desde el punto de vista de las concepciones burguesas que ya han mostrado su rotunda bancarrota en todo el mundo. Pero los medios y clases dominantes tienen ahora a un hombre que quiere expresar el “descontento” del “ciudadano común” y levantan inusitada fuerza y con desmedida propaganda a este simpático personaje y que no es otra manera de expresar el “populismo” de derecha, que en el plano estrictamente económico se llama “economía popular de mercado”, un término que apareció a finales de los años cuarenta del siglo pasado en Alemania, que en buen romance significa no nombrar al capitalismo y de esa forma darle un contenido más ameno, más tragable, más digerible al pensar y al sentir de las personas.  

En sus consideraciones y análisis económicas tiene una formación estrictamente basada en la concepción neoclásica, una corriente del pensamiento económico que surgió en el campo de la burguesía capitalista a finales del siglo XIX con el único fin de derribar, destruir, demoler y rebatir las ideas que Karl Marx expuso al servicio de la clase obrera mundial para abolir el capitalismo en su impresionante libro El Capital, cuyas ediciones en tres tomos se publicaron en 1867, 1885 y 1894.

La teoría neoclásica que forma parte de la abrumadora mayoría de los libros de textos de Economía, es la que afirma que el valor de la producción está formado por tres factores productivos esenciales: capital, trabajo y tierra, de modo que cada una contribuye de la misma forma y en la misma proporción en la determinación del valor final de los bienes. La formulación de esta teoría nace de los factores de producción de Say a la que se le une la idea de la productividad máxima posible. Esta participación tripartita de estos factores se determina por la productividad que crea. Aquí queda planteado por los neoclásicos que en la producción de bienes esos factores contribuyen de igual manera a la creación del producto, de modo tal que su distribución sería igualitaria para los tres, lo cual es un disparate por más que el aparato matemático neoclásico basado en las funciones de producción intente demostrar este planteo.

El señor Milei defiende esta doctrina según la cual no existe la división de clases contrapuestas en la sociedad capitalista; no toma en cuenta la existencia de la propiedad privada sobre los medios e instrumentos de producción, que es el poderoso factor que determina la distribución y el ingreso a las distintas clases que participan en el reparto de la llamada torta nacional que es el producto bruto interno.

El señor Milei con sus catilinarias y vocinglerías pretende ser un economista capaz de resolver todo pero no es más que otro economista vulgar como bien llamaba Karl Marx en su época a los “artistas económicos de la tormenta”, estos que en medio del diluvio aparecen como los sagrados salvadores de la Patria. Ya hemos conocido a esta clase de economistas que solo muestran la podredumbre de su cuerpo ideológico, político y doctrinario que solo pueden profundizar la crisis y llevarnos a la bancarrota.

Esta fórmula de los factores de producción capital, trabajo y tierra de las que se derivan sus fuentes de remuneración respectivamente ganancia + salarios + renta del suelo, es lo que denomina Marx como la fórmula trinitaria que “encierra todos los misterios del proceso  social de producción” (Karl Marx. El Capital. Tomo III, Cap. 48). Estas relaciones capital-ganancia (ganancia empresaria más la tasa de interés), trabajo-salario y tierra-renta del suelo, es la base sobre la cual los neoclásicos construyeron su teoría, es decir, que ya Marx preveía la posibilidad de que aparezca una nueva corriente del pensamiento económico para oponerse a la suya. Podríamos decir que Marx  les hubiera dijo que ahí “les regalo” unas relaciones y a ver si son capaces de refutarme”. Por supuesto que no lo lograron.

El señor Milei se presenta en términos de Marx como un economista vulgar, que en los hechos de la realidad cotidiana “se limita a trasladar al plano doctrinario, a sistematizar, las representaciones de los agentes de la producción, prisioneros de las relaciones de producción burguesas y a hacer la apología de esas ideas. No resulta sorprendente entonces, que se presente muy a sus anchas, precisamente en esa apariencia exterior enajenada de relaciones económicas, en las cuales aparecen estas contradicciones prima facie absurdas”. Y es aquí donde Marx da una definición histórica según la cual “la ciencia estaría de más si se confundiese la esencia con la apariencia de las cosas (Marx, El Capital, Tomo 3, Cap. 48)    

Se declara un enemigo de John Maynard Keynes (1883-1946) al que califica de “basura” y otros términos más agresivos como forma de desprestigiar al economista inglés y su obra más influyente en la historia del pensamiento económico burgués del siglo veinte la “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” con la que fundamentó y creó la macroeconomía capitalista moderna.  
Nosotros a Keynes no lo defendemos ni lo defenderemos porque fue un conspicuo adalid y apologista del capitalismo, un declarado anticomunista y antimarxista hasta la médula y siempre estuvo del lado de la burguesía contra la clase obrera, ideas que expresó en varios de sus escritos y de los cuales jamás se retractó.

El señor Milei parece que no se da cuenta que comparte su anticomunismo, antisocialismo y antimarxismo como su enemigo Keynes y además es un furibundo defensor de la escuela capitalista más ortodoxa por antonomasia que es la escuela austríaca al sostener los pilares de Ludwig von Misses (1881-1973) y Friedrich von Hayek (18992-1992), al cual debemos unir su preferencia por el monetarista Milton Friedman (1912-2006), cuyas doctrinas a nivel mundial empezaron aplicarse con el golpe fascista del criminal Augusto Pinochet en Chile, el nefasto 11 de septiembre de 1973. Sólo con el terror fascista y el apoyo del imperialismo estadounidense pudieron ponerse en práctica la economía del capitalismo más salvaje durante segunda mitad del siglo XX. 

El Señor Milei, desde 2012, lidera la división de Estudios Económicos de la Fundación Acordar, un think tank de ámbito nacional. También es miembro del B20, Grupo de Política Económica de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), asesor del G20 y del Foro Económico Mundial. Se hace el gritón recalcitrante cuando no es más que otro gurú de la gran burguesía que lo levanta como el mago de la economía que salvará a la Argentina proponiendo recetas que solo pueden ser rescatadas del basurero de la historia.

Dos burradas de Javier Milei que seguro no conocéis

El nuevo paladín de la economía argentina, el nuevo justiciero pro-capitalista en su variante neoclásica (por ser la principal escuela del pensamiento económico de la que se nutre para formulas sus ideas) que disimula muy bien gracias a la parafernalia de los medios que lo apañan, ha tenido dos espantosas afirmaciones que revelan su verdadera esencia, en dos cuestiones que muestran su verdadero rostro. Tiene una manera de calificar a los demás cuando cree que no saben nada y los llama “burros” si son hombres o “burras”  si son mujeres, sin importarle el tono o su estilo agresivo. Con estos dos ejemplos que vamos mostrar ese calificativo se le vuelva como un boomerang en todo sentido. Miremos las “burradas” que dijo:

1) Al referirse a la Escuela de Economía de la Universidad de Buenos Aires, ha afirmado que: "el principal productor de economistas argentinos es un centro de adoctrinamiento marxista", que dio como resultado "la proliferación ubicua de brutos keynesianos". (Cronista, 15/2/2018), Típico lenguaje de la dictadura militar-empresaria. Una burrada por partida doble: porque en la UBA ni en ninguna otra facultad de ciencias económicas pueden surgir economistas que formados en el marxismo se transformen en keynesianos y viceversar. Ya dijimos lo anticomunista y antimarxista que fue Keynes para que diga semejante comentario. El problema de los economistas como Milei es su desesperación porque según ellos no se ve nada de la escuela austríaca, pero parece que no recuerda que el 99% de los libros de economía se basan en la escuela neoclásica y también en las ideas de Milton Friedman y otros dignatarios del monetarismo. Se quejan por la proliferación de Karl Marx, pero no es culpa de Marx que muchos se interesen por sus ideas y sus obras. Es la crisis ideológica y estructural del capitalismo que lleva a muchos a ver en Marx el origen de los problemas que acucian a los países en pleno siglo XX.
Estudiando a Mises, a Von Hayek no vamos a encontrar las respuestas a los problemas que afectan a nuestra América y a nuestra Argentina en particular. Ya se ha visto con total magnitud hacia adónde conduce las teoría de los economistas de la escuela austríaca y los demás representantes del capitalismo salvaje. Y fueron  ellos y no los keynesianos ni mucho menos los marxistas los que llevaron a la crisis terminales en nuestros países.

2) La burrada mayor del señor Milei es la que considera que: "Domingo Cavallo fue el mejor Ministro de Economía que Argentina haya tenido" (La Nación, 17/2/2018)-
Sigan creyendo en este sicofante burgués de la aristocracia terrateniente (definición que Karl Marx le hizo a Robert Malthus). La muy privadísima Universidad de Belgrano ha graduado a esta clase de brutos liberales-libertarios que pululan por los medios junto a otros esperpentos de su misma especie que, haciéndose la mosquita muerta, llaman a ajustar la economía de la manera más brutal y salvaje y a manu militari y si le permitieses,
Decir que Cavallo fue “el mejor ministro de Economía” de la Argentina es verdaderamente no conocer la historia de nuestro países desde 1982 a 2001. Casi veinte años ajustes perpetuos que terminaron en la gran bancarrota del país en diciembre de 2001 gracias a la magistral conducción económica de Cavallo, un hombre que con total impunidad sigue hablando como si nada hubiera pasado en la Argentina y al mismo tiempo le da consejos al desastroso gobierno de Mauricio Macri.

En esta clase de economistas se apoya la burguesía capitalista no solo la argentina sino también la de sus representantes internacionales.
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