El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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viernes, 29 de diciembre de 2017

CONTRARREFORMA IMPOSITIVA EN LA ARGENTINA

Por Sergio Daniel Aronas – 29 de diciembre de 2017

Una contrarreforma tributaria a la medida de los grandes empresas capitalistas porque quienes gobiernan la Argentina son multimillonarios empresarios, ricos y famosos evasores de impuestos, lavadores de dinero cuyos fondos los tienen depositados en el exterior y en cuentas off shore de paraísos fiscales y estos delincuentes le piden a los monopolios que confíen en el país para que “inviertan” y a nosotros nos dan con el garrote vil. Esto fue en resumidas cuentas lo que aprobó el Congreso:

1) Rebajan los impuestos a la importación de autos de lujo y alta gama

2) En contrapartida le aumentan los impuestos a productos de consumo popular como la cerveza.

3) Mantienen el impuesto a las ganancias a los salarios de los trabajadores en relación de dependencia pese al aumento del mínimo no imponible.

4) Se irá eliminando el impuesto a los bienes personales con la reducción gradual de la tasa que se aplica al importe sujeto a este tributo

5) Se reducen los aportes y contribuciones patronales a la seguridad social

6) Se le roban a los jubilados $100 mil millones para compensar la quita de las cargas a las empresas. Macabro método de sustitución.

7) La tasa del impuesto a las ganancias del 35% se reducirá al 25%.

8) El importe para que te apliquen la ley penal tributaria por evasión de impuestos era de $400.000. Con la nueva ley basura ahora será de $1.000.000.=

9) No hay nada de impuesto al patrimonio como sucede en los países capitalistas desarrollados. Acá seguimos con teorías y métodos que ya fracasaron por completo.

10) Los impuestos a las rentas financieras son tan limitados que no alcanzan a cubrir la fabulosa pérdida por la baja de los aportes patronales.

11) No se toca ni se menciona los millones de dólares de los residentes argentinos que quedaron en las cuentas en el extranjero luego del blanqueo. Este es monto gigantesco de miles de millones de dólares que la ley los deja libre de tributar.

Es la perversidad elevada a la enésima potencia que ha sido elaborada para beneficiar a los grandes grupos económicos nacionales e internacionales por el cual el gobierno se baja los pantalones con la excusa de conseguir inversiones a los efectos de reactivar la economía; es una contrarreforma que con la mentirosa pretensión de dar trabajo, se le dan todas las facilidades a los monopolios capitalistas que seguirán viviendo alegremente del casino que el gobierno les ofrece en bandeja.

Todo este paquete impositivo que retoma medidas de otros períodos que fracasaron estrepitosamente como la rebaja de los aportes patronales, volverán a fracasar con lo cual lo único que van a conseguir es echar más combustible al incendio. Y algo que escribí en julio de 2001 anticipando la crisis que se desató en diciembre de aquel año, del mismo modo que es irracional apagar un incendio con gasolina, el incendio lo va a tener el gobierno sino modifica de raíz toda su política económica.

Esta ley basura fue promulgada por el Pode Ejecutivo y publicada en el Boletín Oficial con lo cual ya está vigencia. Aquí no hay que ver cómo reaccionarán los “mercados” sino cómo se van a repartir el botín gracias al acuerdo pérfido con los gobernadores peronistas que garanticen el funcionamiento de la economía sin sobresaltos de ninguna especie.

Es canibalesco el espectáculo que brindan los esperpentos señores del fascismo de mercado, esos fanáticos del capitalismo que no hacen otra cosa que multiplicar la miseria en todo el pueblo y jugar a ver quién es el más salvaje en aplicar el torniquete a los trabajadores y aplastar los derechos laborales en la Argentina. Y a esta jauría los grandes medios los convocan para que hablen como los salvadores de la Patria, cuando no son más que defensores de un sistema corrupto de la cabeza a los pies.

Ellos mismos provocan todos los desbarajustes que se vienen dando en la economía. Ellos son los responsables y culpables de la situación actual y se quejan con tono amenazante de las protestas de los miles que sales a las calles a defender sus derechos.

La Argentina es un país donde cobrar impuestos a los poderosos sigue siendo una misión imposible y esta situación se mantendrá en la medida que quienes nos gobiernen sean los representantes de esas clases poderosas y multimillonarias, que se creen los furibundos patriotas; son los que por su enorme peso en la economía pueden evadir impuestos y son los que realmente evaden o declaran y no pagan nada presentando sus ejercicios contables anuales con pérdidas tributarias, cuando le están mintiendo al propio estado porque si no pagan impuestos ¿de qué pérdida impositiva pueden hablar? Así funciona la contabilidad y el aparato fiscal de la burguesía en la argentina.

Otra de las polémicas que desató esta ley es el tema de los trabajadores en relación de dependencia donde se han publicado análisis donde se afirma que decir “el salario no es ganancia” es una falacia porque se priva de una fuente muy importante de ingreso al fisco. Resulta muy extraño que gente supuestamente “progresista”, de “izquierda” pueda sostener que dicha definición esa una falacia. Y lo fundamentan con el hecho de que el mínimo no imponible en la Argentina es excesivamente alto al fijarlo en $40.000 para trabajadores solteros y 51.500 para trabajadores casados, como si estas remuneraciones brutas fuesen sueldos millonarios. Además el salario no tiene nada que ver con las ganancias en cuanto a su origen para tributar. Solo puede tenerlo en la medida que participa con fuerza en la puja distributiva, quien se queda con la mayor parte de la riqueza que generan únicamente los trabajadores y no la clase capitalista, que como todos sabemos, menos el gobierno, que los capitalistas se quedan con la riqueza producida gratuitamente por los trabajadores y que su función en la cadena productiva es precisamente fabricar plusvalía. No podemos pretender que un gobierno capitalista aplique esquemas marxistas en sus leyes impositivas. Pero sí el análisis de Marx permite entender cómo funciona el modo de producción capitalista y que nos dice con claridad que la sobrecarga de los impuestos no es una incidencia, no es un hecho casual sino un principio, una norma rectora del capitalismo en su conjunto. Y lo que trata de hacer la burguesía es lograr que cada día se le cobre menos impuestos y porque esta razón esgrimen sus críticas al estado por mantener impuestos “distorsivos” que les perjudican sus tasas de ganancia. En la cuestión impositiva también se verifica en plenitud la lucha de clases

Un país como la Argentina con tantos megamillonarios que tiene y que quedó demostrado con el blanqueo, es increíble lo poco que esta gente paga de ganancias. La aristocracia capitalista, terrateniente, bancaria e industrial seguirá gozando de altos beneficios que le brinda un gobierno de su clase, a su imagen y semejanza para disfrutar plenamente de toda la riqueza que generan los trabajadores y enviarla a sus guaridas muy secretas.