MANUEL BELGRANO REFUTA A MACRI
Por Sergio Daniel Aronas - 07 de junio de 2017
El General Manuel Belgrano no
solo se lo conoce por sus campañas militares durante la revolución de Mayo en
las guerras de la independencia contra el reino de España, sino que fue un
profundo economista y conocedor del país que le tocó vivir. Y gracias a sus
escritos publicados como Memorias podemos leer con qué claridad podría refutar
en un hipotético debate a Mauricio Macri con sus reiteradas mentiras sobre
trabajo y educación cuyos desastres están a la vista de todos los argentinos.
Claro que no asombra ni preocupa a los presidentes de las potencias
capitalistas que ven en este rumbo económico lo que ellos buscan y quieren que
es la “seguridad jurídica” para sus fantásticas inversiones que harán crecer a
nuestro país hasta niveles nunca visto. Por supuesto, nada de eso ha ocurrido y
ya todos se han olvidado de las prometidas inversiones por 100 mil millones de
dólares anunciadas bajo la gestión del dandy ex ministro de economía Alfonso
Prat Gay.
Leamos al Dr. Manuel Belgrano y
cualquier parecido con la realidad actual es pura coincidencia o no tan pura,
sino la permanencia de un cuadro de situación que no ha cambiado en 220 años de
existencia:
“He visto con dolor sin salir de
esta capital una infinidad de hombres ociosos en quienes no se ve otra cosa que
la miseria y la desnudez; una infinidad de familias que solo deben su
subsistencia a la feracidad del país, que está por todas partes denotando la
riqueza que encierra, esto es la abundancia; y apenas se encuentra alguna
familia que esté destinada a un oficio útil, que ejerza un arte o que se emplee
de modo que tenga más comodidades en su vida. Esos miserables ranchos donde ve
uno la multitud de criaturas que llegan a la edad de pubertad sin haber
ejercido otra cosa que la ociosidad deben ser atendidos hasta el último punto.
La lana es bien abundante en este país, el algodón del Paraguay, Chaco, etc.,
otras infinitas materias primas que tenemos y podemos tener con nuestra
industria pueden proporcionar mil medios de subsistencia a estas infelices
gentes que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto, desde
niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y o resultan unos salteadores
o unos mendigos; estados seguramente deplorables que podrían cortarse si se les
diese auxilio desde la infancia proporcionándoles una regular educación que es
el principio de donde resultan ya los bienes y los males de la sociedad. Unos
de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas
gratuitas adonde pudiesen los infelices mandar a sus hijos sin tener que pagar
cosa alguna por su instrucción, allí se les podría dictar buenas máximas e
inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde no reine este, decae el
comercio y toma su lugar la miseria, las artes que producen la abundancia, que
las multiplica después en recompensa, perecen, y todo en una palabra desaparece
cuando se abandona la industria porque se cree que no es de utilidad alguna.
Para hacer felices a los hombres es forzoso ponerlos en la precisión del
trabajo con el cual se precave la holgazanería y ociosidad que es el origen de
la disolución de costumbres.”
Medios generales de fomentar la
agricultura, animar la industria y proteger el comercio en un país agricultor.
Memoria que leyó el licenciado Don Manuel Belgrano, abogado de los Reales
Consejos y Secretario por S.M. del Real Consulado de esta Capital, en la sesión
que celebró su Junta de Gobierno el 15 de junio de 1794