MANIFIESTO DE JULIO ANTONIO MELLA
Por Sergio Daniel Aronas
El documento que
presentamos “Cuba, un pueblo que jamás ha sido libre” fue escrito en 1924 por el
gran revolucionario cubano que fue Julio Antonio Mella nacido en 1903 y
asesinado en la ciudad de México en 1929 que truncó el futuro de una figura
prominente no sólo para la juventud cubana sino para toda América Latina. Y a
90 años de este manifiesto mantiene una vigencia inalterable como todo su
pensamiento político, a punto tal que se lo sigue leyendo, estudiando y
publicando.
Aquí plantea una
durísima crítica a la política imperialista de dominación de los Estados Unidos
en todo el mundo con particular atención en su país, que aquellos tiempos de
neocolonia, a Cuba le habían impuesto la terrible enmienda Platt por la cual el
imperio podía intervenir en los asuntos internos de la isla sin consultar al
gobierno cubano para seguir ejerciendo su dominio absoluto sobre el país caribeño.
Y esto es lo que denuncia Mella afirmando que los deseos imperialistas de los
Estados Unidos por apoderarse de Cuba viene de hace un siglo porque los
esclavos negros que podían escaparse de las plantaciones algodoneras de los
terratenientes sureños podían encontrar en Cuba una especie de tierra prometida
donde alcanzarían la libertad que se les tenía negada y eso podía suceder
únicamente si Cuba pudiera romper las cadenas que la ataban al colonialismo
español desde hacía 400 años. Por eso en la guerra de la independencia que se
inicia en 1895, los Estados Unidos intervienen, invadiendo la isla y
apropiándoles a los cubanos no sólo la victoria sino la definitiva
independencia tan anhelada.
Considera que Cuba
es una país no industrializada y que paga tributo a los Estados Unidos cuyos
monopolios tomaron el control de la economía del país, sobre en la producción de
caña de azúcar que por aquellos años, Cuba era el primer productor mundial.
América Latina está bajo el dominio de los Estados Unidos por el poderío
económico del imperio a través del dólar, ha logrado vencer al ciudadano, según
sus palabras, cuando de lo que se trata es que el ciudadano venza al dólar.
La única salida que
ve Mella para terminar con esta situación espantosa es la lucha por la
revolución social, una revolución que iniciaron los bolcheviques rusos y es
necesario realizar en el continente americano. Habla de revolución social,
realizar un revolución social con el domino del dólar porque los pueblos no son
nada, ya que las sociedades están construidas para ser dominadas por el dólar.
Vencer al dólar es una forma de decir que se debe combatir al imperialismo y
hacer la revolución tanto en América Latina como en los mismos Estados Unidos. Propone una revolución de los ciudadanos, anticipándose ochenta años antes a la propuesta del Presidente ecuatoriano Rafael Correa, que con su revolución ciudadana, al margen de los problemas y vaivenes que este movimiento está teniendo, es una forma de reivindicar la lucha titánica con que Mella se jugó la vida y toda su energía.
CUBA: UN PUEBLO QUE JAMÁS HA SIDO LIBRE
Julio Antonio Mella , 1924
Como un centinela
avanzado, o como una primera línea de trincheras protectoras de la América del
Sur, las Grandes Antillas forman una cadena de rotos eslabones, que el
capitalismo yanqui ha unido con su comercio, su política y su dominio absoluto
sobre ellas. De todas las Antillas, Cuba es la más hermosa, al decir de Colón y
de los agentes turistas de la Florida. Cuenta la isla con dos millones y medio
de habitantes, de los cuales el medio está en la Capital, y es el primer país
productor de azúcar del mundo. Esto es lo único importante, y la principal
causa de su pertenencia a los capitalistas sajones (principalmente
estadounidenses).
El capitalismo yanqui ha sido siempre enemigo de la
independencia de Cuba.
No es de ahora que
el capitalismo yanqui desea poseer esta Isla, sino desde hace más de un siglo.
Durante la centuria XIX más de una vez intentaron comprársela a España. En la
época de las conspiraciones por la Independencia, persiguieron tenazmente a los
revolucionarios, y sólo alimentaron las tendencias de ciertos cubanos
anexionistas que soñaban con la separación de España para caer bajo el dominio
de los Estados Unidos. Así la expedición invasora de Narciso López en 1850, que
no encontró eco en el pueblo de Cuba por esta misma razón. El anexionismo fue
en una época la doctrina de los graves intelectuales, como luego lo fue el
autonomismo, durante la guerra del 95, y lo es hoy la gratitud y la cooperación
con el capitalismo yanqui, "que da riquezas a la patria pobre", (Casi
siempre el intelectual se presenta en la sociedad como un ser fosilizado, a
quien no se debe oír, y sí tratar como a momias con vida artificial. Cuando
adquieren el éxito, y su nombre se hace famoso, es porque se han mediocratizado
aceptando las ideas retrógradas del medio, con la excepción de las épocas
idealistas de renovación.)
De todos es
conocido el fracaso del Congreso de Panamá, donde se trataba de hacer independiente
a toda la América, y cómo los Estados Unidos hicieron fracasar el proyecto del
Libertador.
La carta de un
Secretario de Estado americano, demuestra bien claro cuál es la causa del odio
a la independencia de Cuba. Decía el citado estadista que esta isla en caso de
ser libre sería un fácil refugio de todos los esclavos de los estados
algodoneros y agrícolas del Sur de los Estados Unidos, cosa ésta que traería
graves e injustas pérdidas a los ciudadanos americanos... El infeliz Secretario
no contaba con los esclavos de este país, los de Cuba, tanto los negros como
los blancos. Hace ya un siglo de esto, y el mismo interés económico hace que
los Estados Unidos declaren por su Congreso "que Cuba es y de derecho debe
ser libre e independiente" de España, para servir a los capitalistas
americanos, que se han apropiado las dos terceras partes de la producción
azucarera, y de una de las más grandes bahías del mundo: Guantánamo.[1] Un
embajador para hacer las veces de censor del Gobierno, y una Enmienda Platt, reverenciada
por todos los gobiernos "honestos y patrióticos", asegura, con una
intervención de las fuerzas armadas de marina, como en 1899 y 1906 la
"protección a la vida e intereses de los extranjeros". Los cubanos
parecen no tener necesidad de esa protección, y si alguna vez se necesita son
las fuerzas armadas de los Estados Unidos, también, las que las ofrecen, lo
cual hace creer, con mucha razón, a los individuos que les gusta deducir, que
las fuerzas armadas cubanas están de más, lo mismo que las autoridades.
La soberanía de Cuba ante el derecho político
Una de las mayores
ingenuidades que cree el pueblo de Cuba es su Soberanía, su Independencia
absoluta, y considera a 1os Estados Unidos como un fiel aliado, o padre
protector.
La vida diaria
enseña que un hombre sin independencia económica es un servidor, un esclavo,
muchas veces, de quien depende para subsistir. De la misma manera un pueblo,
enseña la historia y la realidad actual, sin independencia económica es un
servidor, un esclavo, muchas veces, de quien depende para el sustento de sus
habitantes.
No es necesario
demostrar con ejemplos eruditos y basados en la ciencia política y económica la
dependencia de Cuba al Estado capitalista del gringo Sam. Todo ser con sentido
común ve y palpa esta dependencia, este coloniaje económico y por consiguiente
político.
En el régimen
actual la producción de todo país que no es industrialista, es tributario de
los otros grandes países civilizados, es decir, industrializados bárbaramente
por la civilización burguesa. No importa la enormidad de sus territorios y lo
numeroso de su población: India es una colonia a pesar de su extensión y de sus
300 millones de habitantes, y la China si no fuese por el auxilio magnánimo de
Rusia, continuaría siendo un feudo del Japón, Estados Unidos, Inglaterra y
demás países imperialistas.
Aun dentro de las
teorías políticas de moda en las universidades, .Cuba no es un Estado Libre, no
tiene Soberanía.
Para Orlando
"obrar como soberano, equivale a decidir en última instancia, sin ulterior
ni superior recurso, de un modo inapelab1e". Posada nos recuerda que
soberanía significa etimológicamente "sobre todo", es decir, el
Estado con sus súbditos ejerce la suprema autoridad, y en sus relaciones
internacionales no tiene más limitaciones que las naturales prerrogativas de
los demás Estados. Burgess, el ídolo en Ciencia Política en las universidades
de los E. U., considera la Soberanía como atributo esencial del Estado
("es el carácter más importante del Estado y de él se derivan los
otros").
Otro de los
atributos de un Estado es la "Exclusividad", o sea, donde exista el
poder de un Estado (manifiesto, desde luego, por el Gobierno de la clase
privilegiada), no puede existir el poder de otro Estado.
Veamos todas estas
teorías universales aceptadas, y su relación con parte de la Carta Fundamental
de Cuba:
Enmienda Platt
Art. 1° El Gobierno
de Cuba nunca celebrará con ningún Poder o Poderes extranjeros ningún Tratado u
otro pacto… (No está "sobre todo" el Estado cubano en sus relaciones
internacionales, sino "debajo" de la Enmienda Platt. No hay
"Exclusividad" del Poder del Estado Cubano, tampoco, porque el Estado
americano puede impedir, inmiscuyéndose, la concertación de los Tratados.)
Art. 2° El Gobierno
de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercer el derecho de
intervenir para la preservación de la independencia de Cuba y el sostenimiento
de un gobierno adecuado a la protección de la vida, la "propiedad" y
la libertad individual... “(Resulta que la propiedad es en su inmensa mayoría
americana, y cuando entra en lucha el interés de la propiedad americana con el
interés de la propiedad nativa, garantizada en la parte "cubana" de
la Constitución, la Enmienda Platt, o lo que es lo mismo, la protección a los
intereses imperialistas americanos, puede más. No hay que decir lo que sucede
cuando la pugna es entre la propiedad americana y la vida o la libertad
individual del obrero nativo o español. El Gobierno cubano nunca ha vacilado en
ponerse al lado de la Constitución y de la "defensa de la Patria",
protegiendo, de acuerdo con la Enmienda Platt, la propiedad extranjera; porque,
"de lo contrario, las tropas americanas intervendrían, trayendo una
humillación para la República". De aquí se deduce bien claro que cualquier
petición obrera es siempre "antipatriótica”... Hay algo cómico en este
asunto, que nunca han visto los famosos internacionalistas cubanos y yanquis de
los Congresos Panamericanos y europeos. Si un Estado es Soberano tiene, siempre
la suficiente fuerza armada para imponer su Soberanía a todos sus súbditos o
ciudadanos luego, si Cuba es Estado Soberano, como dicen en la Universidad de
La Habana y en todos los lugares donde hay hipócritas, ¿para qué necesita la
fuerza armada de los Estados Unidos?, ¿para imponer ese respeto y protección
garantizados en la parte cubana y en la parte americana de nuestra
Constitución? Falta Estado verdadero, o sobra protección.)
Art. 7° Para poner
en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba, y
"proteger" al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el
Gobierno de Cuba venderá o arrendará a
los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras, o estaciones
navales... (Se acaba de expresar de manera clara lo que es Cuba: una nación
protegida. Está como Egipto, o cualquier otro protectorado, sometido a la
tutela de un Estado imperialista con la máscara de la protección. La única
diferencia es que en esos pueblos los nativos conocen valientemente su
situación y luchan por obtener su independencia. Aquí, los capitalistas
nacionales y los gobernantes, hacen creer a todo el mundo que el capitalismo
americano, tiránico y absorbente, es el maná del pueblo cubano.)
He aquí demostrada la falsedad, aun dentro de
las teorías de la ciencia oficial, de la vana ilusión predicada en escuelas y
cátedras universitarias, que aceptan nuestros gobernantes e intelectuales, de
la independencia absoluta de Cuba. Para el hombre de sentido común la realidad
le enseña que no hay tal independencia, que no somos ya colonia de España; pero
que sí lo somos de la plutocracia norteamericana.
Para el que desee
conocer la verdad valientemente, debemos recordarle con Marx, el
revolucionario, o Duguit, el reformista, si el primer nombre le asusta, que el
Estado no ha sido, ni es, otra cosa que la protección y el abuso de la clase
dominante en un país.
La América Latina,
en mayor o menor grado, no es libre, pertenece al solo Estado, al solo Poder,
que absorbe a todos los otros: los Estados Unidos de Wall Street. Los países
como Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, que por situaciones especiales no
están bajo la influencia directa del capitalismo imperialista, son también,
Estados capitalistas nacionales: feudos de una casta explotadora.
¿Qué han de hacer
los nuevos colonos de la América? ¿Organizar una nueva guerra de Independencia
como en el siglo pasado, y hacerse libre? No, ya veremos la única salida.
Otras manifestaciones del dominio yanqui en Cuba
No es solamente
imponiendo la Enmienda Platt que los Estados Unidos han intervenido en Cuba.
Roig de Leuchsenring, en un valiente y admirable trabajo presentado a la
Sociedad Cubana de Derecho Internacional, demuestra cómo Estrada Palma, el
Primer Presidente, después de provocar una rebelión del Partido Liberal,
ultrajado y robado en los comicios, renunció a su cargo. Estando por esta
renuncia la República acéfala -más de lo que estaba cuando el pedagogo ocupaba
la silla presidencial vino la Primera Intervención de acuerdo con la Enmienda
Platt. Magoon fue el ladrón que entró como un Rafless en el Tesoro, enseñando
el mayor vicio de los políticos actuales. Restaurador de la República, por
gracia de los yanquis, que hicieron una legislación por decretos y órdenes
militares adecuada a sus intereses. José Miguel Gómez, gobernó, en lo posible
alejado políticamente de los imperialistas; pero pagó su tributo al capital
extranjero en el cambio del Arsenal por Villanueva y en la Ley del Dragado de
los Puertos.
Cuando ocupó la
presidencia el tirano Mario García, que conociendo la vulgaridad de su nombre
se añadió vanidosamente el de Menocal, la intervención fue descarada. Primero
se impuso cuatro años por una traición del Partido Liberal, y para vencer a la
segunda rebelión de este Partido cuando lo volvió a atropellar con motivo de
sus deseos de reelegirse, pactó un empréstito con Wall Street. (Este era el
segundo empréstito de la República, pues el bueno de don Tomás había pactado el
primero de 35 millones de pesos.) Con este motivo el Ministro de los Estados
Unidos se hizo una especie de Dictador-diplomático. Hizo del Palacio
Presidencial su casa particular donde tenía, además de las consideraciones
propias de su Cargo, las que en una corte versallesca ofrecían algunos miembros
de la familia real con los favoritos de moda. Declaró ante su Gobierno que los
rebeldes eran pagados por el oro alemán, y lanzó una Proclama afirmando que los
Estados Unidos jamás reconocerían un gobierno nombrado por los alzados. Esta
sola declaración bastó para que el ejército sublevado se entregase, y
para" que los políticos en rebeldía saliesen del país, sin hacer uso de
sus fuerzas. El antiguo administrador del Central americano, Mario García
Menocal, hizo de la República lo que antes había hecho del feudo azucarero Chaparra.
Vinieron expertos americanos para organizar las finanzas, y tropas de la U. S.
Army ocuparon el territorio cubano para guardar el "orden y la
propiedad" a la vez que no se exponía en las trincheras europeas la vida
de algunos hijos de millonarios que eran los que formaban las tropas de
ocupación. Sabían que el clima de Cuba y los Hombres de Cuba, serían más
benignos que los fríos de la frontera francesa, y la ferocidad de los alemanes.
El segundo
Procónsul de la época menocalista fue Crowder. Llegó a bordo de un acorazado y
desde allí dirigió las nuevas elecciones. Hizo un código electoral, que impuso
al Congreso de la República, y fue el árbitro de la situación en los últimos
tiempos del gobierno del más tirano y sanguinario de los cubanos. Al actual
Presidente, que se titula "restaurador de las libertades" le formó un
Consejo de Secretarios, donde uno de los miembros era su ayudante. Para
permitir la vida del Gobierno le impuso, a pesar de sus protestas de niño que
no desea tomar la medicina hasta que no le den un regalo, un gravoso
empréstito, donde el Ministro elevado a Embajador cobró su buena comisión a los
Morgan y repartió entre el Presidente, el Congreso y los periódicos. La
"plus valía" extraída al trabajador de los Estados Unidos por sus ricos
explotadores encontraba, por tercera vez, colocación en Cuba.
Para sellar la
historieta cómica de Cuba que acabamos de hacer, recordemos que no [hace]
muchos días partió para los Estados Unidos el Presidente electo. No fue
solamente con su familia y sus amigos, sino que de Washington vinieron sus
magnates ferrocarrileros para acompañado en sus viajes por los bancos de la
Unión. Fue con el propósito de rendir pleito homenaje a la Metrópoli de la
América Latina: la Casa Blanca, y a contratar el cuarto empréstito para hacer
una carretera central, que dejará pingues ganancias a todos los favorecidos del
actual régimen.
La única salida
Desde Scott Nearing
en Chicago, el formidable sociólogo americano, hasta Ingenieros en Buenos
Aires, el también sociólogo argentino, todos están contestes en estudiar esta
cuestión con honradez y darle "una misma y única salida".
El dominio yanqui
en la América no es como el antiguo dominio romano de conquista militar, ni
como el inglés, dominio imperial comercial disfrazado de Home Rule, es de
absoluta dominación económica con garantías políticas cuando son necesarias.
Para estas
garantías se confeccionó la Enmienda Platt, se ocupó militarmente a naciones
como Haití y Santo Domingo con el fin de imponer el terror asesinando, para
asegurar así la colocación de sus sobrantes monetarios.
Muchos escritores
pregonan para solucionar el problema de la América "una dosis mayor de
patriotismo y de honradez". Nosotros no sabemos ya lo que se quiere decir
con patriotismo; pues vemos que es la primera virtud de todos los gobiernos que
hacen los empréstitos, entregan la tierra a los extranjeros y asesinan o
expulsan a los obreros que se levantan a pedir simples derechos
constitucionales contra las compañías americanas (Estrada Palma, Menocal,
Zayas, Leguía, J. V. Gómez, Estrada Cabrera, Orellana, Porfirio Díaz, etc.,
etc.) Se nos dirá que no es éste el patriotismo que se pide. Nosotros afirmamos
que no puede haber otro en el poder, pues no permitirán los Estados Unidos su
elevación. ¿Acaso en nuestra propia república no han impuesto siempre los
magnates de Washington y Wall Street al Presidente que le convenía a sus
intereses? y, ¿no han cerrado la principal puerta de avance de los pueblos: la
Revolución, al manifestar que no se reconocería a ningún gobierno
revolucionario... hasta que rinda su vasallaje a los señores del azúcar y del
petróleo?
En toda la América
sucede igual. No se sostiene un gobierno sin la voluntad de los Estados Unidos,
ya que el apoyo del oro yanqui, es más sólido que el voto del pueblo
respectivo. Hoy los pueblos no son nada, ya que la sociedad está hecha para ser
gobernada por el Dólar y no por el ciudadano. Cualquier gran rico de
Yanquilandia tiene más dólares que ciudadanos todos los países de la América. El
Dólar vence hoy al Ciudadano; hay que hacer que el Ciudadano venza al Dólar.
Para esto, se dirá, es necesario una revolución. Si lo es; pero no una
revolución más como la [s] que se ven todos los días en los países de América:
revolución de hambrientos politiqueros deseosos de hartarse con el presupuesto
y empréstitos de los Estados unidos. Hay que hacer, en fin, la Revolución
Social en los países de la América.
Hay que hacer la
Revolución de los ciudadanos, de los pueblos, contra el Dólar. En todos, inclusive,
o mejor, en los Estados Unidos de Norteamérica.
Luchar por la
Revolución Social en la América, no es una utopía de locos o fanáticos, es
luchar por el próximo paso de avance en la historia. Solo los de mentalidad
tullida, podrán creer que la evolución de los pueblos de la América se ha de
detener en las guerras de independencia, que han producido estas factorías
llamadas Repúblicas, donde gobiernan hombres iguales, peores algunas veces, que
los virreyes y los capitanes generales españoles.
Si la revolución
social fuera a producirse sólo en el antiguo país de los zares, habría que
creer que el esfuerzo gigantesco de los bolcheviques es inferior a los de los
revolucionarios de 1789, que hicieron sentir la fuerza de su credo hasta en la
independencia de la lejana América. Muchos creen que el hecho ruso ha de quedar
limitado a las actuales fronteras de la república Socialista; pero su miopía
intelectual es digna de la mayor lástima, aunque sean universitarios los
sostenedores de esta ignorancia histórica.
La Revolución
Social es un hecho fatal e histórico, independiente de la voluntad de los
visionarios propagandistas. No se provoca el desbordamiento de los ríos, por la
voluntad de los hombres, sino el río sale de su cauce cuando éste es pequeño
para su caudal. Así la revolución en los pueblos. Así los hombres de la
América, como los de Europa, no pueden soportar la sociedad capitalista que
decidió suicidarse, según la feliz expresión de Ingenieros, en la barbarie
iniciada en 1914.
El movimiento
revolucionario de profesores y estudiantes de la América, se ha unido al viejo
y fuerte movimiento de los trabajadores, y ya toda la América no es, en sus
talleres y aulas, más que una congregación de iluminados luchando ardorosamente
pro lo que ya presienten en sus sociedades, y han visto despuntar en otro
lugar…
Los iniciadores de
la nueva era en la humanidad, los revolucionarios rusos, han dado una
organización efectiva al movimiento en este continente, de acuerdo con las
necesidades del medio. A la organización y protección de partidos
revolucionarios en los países de todo el mundo. La Internacional comunista ha
iniciado en la América la formación de Ligas Antiimperialistas, donde tienen
cabida todos los enemigos del mayor enemigo de la justicia y de la libertad en
América: el imperialismo. Obrero de todos matices, campesinos, estudiantes,
intelectuales libres, son invitados a formar un frente único formidable contra
el enemigo en común ¡a quien es necesario vencer, y a quien se vencerá! Las
fuerzas son muchas en los Estados Unidos, y en toda la América Latina no hay un
hombre puro que no sea enemigo del imperio capitalista.
La hora es de
lucha, de lucha ardorosa, quien no tome las armas y se lance al combate
pretextando pequeñas diferencias, puede calificarse de traidor o cobarde.
Mañana se podrá discutir, hoy sólo es honrado luchar.
Delenda est Wall
Street. He aquí el grito nuevo y salvador. Quien no lo dé, se pone a servir,
aunque sólo sea con su inanición, al poderoso enemigo común.
Contra el
Imperialismo; por la Justicia Social de América.
Notas
[1] Es un hecho
conocido de todos los estudiosos de estas materias, y afirmado por el Gobierno
de Cuba en la "Memoria de la Exposición de San Luis", editado
oficialmente por las autoridades cubanas que de 1897 a 1898, hasta que se
acordó la hipócrita JOINT RESOLUTION el Gobierno Revolucionario de la República
en Armas gastó más de dos millones de pesos comprando a los congresistas
americanos para que prestaran su apoyo a los mambíses. El Gobierno americano ha
recogido toda la edición de esa memoria, habiendo visto el que esto escribe
una, por rara casualidad. (Nota de J. A. Mella.)
Fuente: http://www.revistacaliban.cu/clasico.php?numero=4