LOS 30 AÑOS DE GOBIERNOS CONSTITUCIONALES EN LA
ARGENTINA
Por Sergio D. Aronas – 27 de diciembre de 2013 –
Publicado 03 de febrero de 2014
PRIMERA PARTE: Del fin de la dictadura al Gobierno de
Raúl Alfonsín
Introducción
Este 10 de
diciembre se cumplieron treinta años de la terminación de la más sangrienta y
genocida dictadura cívico-militar y de todos los ciclos de golpes de estado que
marcaron a fuego el desarrollo político, económico y social de la Argentina
durante más de cincuenta años.
Con la terminación
de esa dictadura, se inicia el actual período de gobiernos elegidos por el
pueblo que a lo largo de estos treinta años, tuvieron que pasar por severas
crisis de diverso tipo que pusieron a prueba la capacidad de resistir los
embates de los sectores golpistas y revanchistas que intentaron derrocar a los
nuevos gobiernos surgido por el voto popular-
La apertura política en el año que estalló la
dictadura
La derrota de que
los militares sufrieron en Malvinas en junio de 1982 desencadenó una profunda
crisis de gobernabilidad que hizo estallar la permanencia de esta dictadura en
el gobierno por no se soportaba más la grave situación y como para salir de
esta crisis terminal no tuvieron mejor idea que reconquistar brevemente
nuestras islas, que es el sentimiento patriótico más caro de todos los
argentinos, mandando a la guerra a soldados conscriptos para la cual no estaba
preparados, cuando ahí debieron ir los soldados de carrera y oficiales
profesionales. En el único momento del siglo XX en que los militares argentinos
tuvieron la oportunidad de demostrar si son verdaderos patriotas y auténticos
defensores del patrimonio territorial de la Argentina, fueron un desastre en el
arte de la conducción y dirección de la guerra. Hubo honrosas y magníficas
excepciones de militares que cumplieron con honor su misión en el campo de
batalla y en el combate aéreo. Esta derrota provocó la reacción del pueblo en
todo el país que ya no quería más dictadura.
En julio de 1982 se
levanta la veda política y se permite la actividad de los partidos políticos,
lo que no significara su reconocimiento por las autoridades. Se abrió para
todas las organizaciones partidarias del país, la campaña de afiliación masiva
que era la garantía que la “justicia” de la dictadura autorizara a esos
partidos a participar de las elecciones de octubre de 1983. Solo se determinó
la fecha del comicio pero no la entrega del gobierno. La dictadura quería irse
recién en enero o febrero de 1984, pero el candidato radical Raúl Alfonsín
(esto me acuerdo bien porque se lo escuché decir) se opuso terminantemente y
exigió el cambio de gobierno en diciembre.
Todo ese período de
julio de 1982 a octubre de 1983 estuvo caracterizado por una movilización
masiva de loa partidos políticos que salieron con toda energía a ofrecerse como
alternativa válida, única e indispensable para que el pueblo pueda encontrar
los caminos a la solución de sus problemas como la fuente que garantice el
estado de derecho y recuperar la soberanía perdida por el golpe de marzo de
1976. Esta movilización consistió en campañas masivas de afiliación para que
los partidos sean reconocidos a nivel nacional y puedan presentarse a las
elecciones generales de octubre. A medida que la “justicia” electoral recibía la
documentación de las agrupaciones se le asignaba el número con el que se los
reconocerían en las boletas el día del comicio. Esta numeración aun se
mantiene. Como consecuencia de este proceso, el primer partido político
reconocido por la justicia fue el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID)
que recibió el número 1; el número 2 fue el Partido Justicialista que fue quien
más afiliados logró con 3.200.000; el número 3 fue la Unión Cívica Radical y
así sucesivamente los demás partidos que iban completando los duros requisitos
para dicho reconocimiento.
La lista del orden
en que obtuvieron el reconocimiento electoral a los partidos políticos
argentinos es la siguiente:
Cuadro I: Número de lista adjudicada a los Partidos
Políticos en el orden nacional
LISTA Nº
|
AGRUPACION
|
1
|
Movimiento de Integración y Desarrollo
|
2
|
Partido Justicialista
|
3
|
Unión Cívica Radical
|
4
|
Partido Demócrata Cristiano
|
5
|
Partido Demócrata Progresista
|
6
|
Partido Intransigente
|
7
|
Partido Socialista Democrático
|
8
|
Partido Federal
|
9
|
Unión de Centro Democrático
|
10
|
Partido Socialista Popular
|
11
|
Frente de Izquierda Popular
|
12
|
Partido Comunista
|
13
|
Movimiento al Socialismo
|
14
|
Partido Obrero
|
Es probable que
haya algunos errores, pero esta fue la lista de los partidos a nivel nacional,
porque se presentaron partidos provinciales que promovieron candidatos a la
presidencia, como fue el caso del Partido Autonomista Liberal de Corrientes,
con el terrateniente Romero Feris, del Movimiento Popular Neuquino de Felipe
Sapag, el Movimiento Popular Jujeño, el Bloquista de San Juan, el Renovador de
Salta.
El año 1982 estuvo
marcado por la derrota de la guerra de Malvinas y cuando la Multipartidaria,
que era un conjunto de partidos políticos de la burguesía formado por el
Justicialista (peronismo), la Unión Cívica Radical, el Intransigente, el Demócrata
Cristiano y el Movimiento de Integración y Desarrollo. Nunca fue convocado a
integrarlo los partidos de izquierda aunque sí fueron invitados a rondas de
consulta, convoca la marcha del 16 de diciembre para presionar a la dictadura,
ésta desató una violentísima represión que duró hasta la medianoche y en la que
fue asesinado el obrero mecánico Dalmiro Flores (nacido en Salta). La
envergadura de la represión fue demencial de la misma intensidad con la que
actuaron el 30 de marzo (la gran convocatoria de la CGT) y el 14 junio cuando
se dio a conocer la rendición de las tropas argentinas en Malvinas y el pueblo
salió a repudiar a los militares.
El último año de la
dictadura fue de una efervescencia política tremenda porque empezaban a
conocerse los casos de las desapariciones de personas, la dimensión de la
represión y las consecuencias terribles de la política económica puesta en
vigencia desde el 2 de abril de 1976. En el tema de los desaparecidos no
creemos que el conjunto del pueblo no sabía lo que estaba sucediendo. El
problema gravísimo era el terror que existía y cualquier movimiento o intento
de denunciar podía tener represalias incalculables. Que hubo abogados que
presentaron habeas corpus y se jugaron, claro que los hubo fueron tan valientes
que merecen el mayor respeto y reconocimiento.
La dictadura que se
retiraba hizo todo lo posible para condicionar al nuevo gobierno surgido de las
urnas y eso se manifestó en los contratos sobre la renegociación de la deuda
externa que todos afirmaban que era ilegal e ilegítima y prometían investigar
su origen de porqué se endeudó al país, por cuánto y cómo. Cuando asumió la
presidencia el radical Raúl Alfonsín nunca promovió dicha investigación; no repudió
la deuda que hubiera sido un acto de justicia que nadie podía negar ni rechazar
sino que aceptó la doctrina de la continuidad jurídica de los estados y asumió
como propia la deuda externa generada por la dictadura que fue el principal
problema económico y financiero que tuvieron que resolver los gobiernos
constitucionales.
Los resultados de
las elecciones generales del 30 de octubre dieron el triunfo a la fórmula
radical de Raúl Alfonsín y Víctor Martínez (dirigente de la UCR de Córdoba) con
el 52% de los votos, lo que le daba un amplio margen para imponerse en el
colegio electoral quienes definían los comicios. Vale aclarar que en aquellos
años, la Constitución Argentina permitía un sistema de voto indirecto, puesto
que los sufragios obtenidos por cada partido, en realidad, son electores que en
el llamado Colegio Electoral resuelven quién gana las elecciones que estaba
integrado por 600 electores. La fecha de reunión de los colegios electorales en
cada distrito estaba prevista para el 28 de noviembre de 1983 y la de la
Asamblea Legislativa de escrutinio el 7 de diciembre de 1983. Con un padrón
electoral de 17.929.591 inscriptos, votaron en total 15.350.186, lo que da una
participación electoral del 85,61%. La más alta desde esa fecha.
Hacia las elecciones generales de octubre de 1982
Los
partidos de derecha y centro derecha dominaron absolutamente los comicios de
octubre de 1983, donde la fórmula presidencial electas triunfante que la Raúl
Ricardo Alfonsín - Víctor H. Martínez (Unión Cívica Radical-UCR). Un partido
que se sorprendió por este triunfo, ya que se esperaba otra victoria del
peronismo, cuyas cabezas dirigentes pasaron a ser llamados como los mariscales
de la derrota, lo que condujo a una renovación del Partido, justamente bajo el
nombre de Peronismo Renovador con Antonio Cafiero como su principal referente.
Las otras
fórmulas fueron de los partidos nacionales (porque los partidos de base
provincial también pelearon por la presidencia): Italo Argentino Lúder -
Deolindo F. Bittel (PJ), Oscar Alende-Lisandro M. Viale (Partido Intransigente/PI),
Rogelio Frigerio-Antonio Salonia (MID), Francisco Manrique-Guillermo Rawson (AF-Alianza
Federal), Rafael Martínez Raymonda-René Balestra (Alianza Demócrata Socialista).
Guillermo Estévez Boero-Edgardo Rossi (Partido Socialista Popular). Francisco
Cerro - Arturo Ponsati (Partido Demócrata Cristiano).
En cuanto
a la Izquierda, como siempre sucede con estas agrupaciones se presentaron en
forma separada e incluso peleándose entre ellos por discusiones bizantinas que
nada tienen que ver con la historia argentina y el momento político que se
vivía. El Partido Comunista decidió apoyar la fórmula presidencial del
Justicialismo y presentando su propios candidato a diputados y consejeros
vecinales por los municipios. Su consigna fue “Luder Presidente, con bancada
comunista”. Esta posición electoral comunista fue justificada en el XIV Congreso
Extraordinario del Partido donde Athos Favo, a la sazón Secretario General,
presentó el informe político diciendo que “como las derechas están apoyando la
fórmula radical, los comunistas no podemos dejar de percibir el peligro que
esto representa para la continuidad constitucional del próximo gobierno por los
compromisos que se están tomando para asegurar no alterar el orden capitalista
vigente”. Esta fueron a groso modo, la justificación a la que se añadió “la
historia frentista del Partido Comunista y su apoyo a la base obrera y popular
del peronismo”. No fue nada fácil para la militancia comunista digerir
semejante decisión porque en sus sectores medios, el antiperonismo era muy
fuerte y consideraban que era tirar por la borda todo el crecimiento e influencia
que el Partido había logrado en toda la campaña electoral. No cabe duda que la
sabiduría militante superó a la inteligencia de la dirección partidaria porque
para ellos fue un golpe durísimo no lograr ni siquiera un concejal ni en la
Capital Federal ni en la provincia de Buenos Aires. Solo en Tafi Viejo en
Tucumán y alguna otra remota ciudad del interior, los candidatos comunistas
lograron llegar a ser elegidos.
Luis
Zamora - Silvia Díaz (MAS)
Jorge
Abelardo Ramos - Elisa Colombo (FIP)
Gregorio
Flores - Catalina de Guagnini (PO)
Cuadro II: Resultados de las elecciones a
Presidente-Octubre de 1983
Partido político o alianza Votos Cantidad %
|
Unión Cívica Radical 7.724.559 51,75
|
Justicialista 5.995.402 40,16
|
Intransigente
347.654 2,33
|
MID 177.426 1,19
|
Pacto Autonomista-Liberal 104.052 0,70
|
Bloquista 58.038 0,39
|
Mov.Pop. Neuquino 30.546 0,20
|
Tres Banderas (Tucumán)
22.583 0,15
|
Mov. Pop. Jujeño 22.303 0,15
|
Renovador de Salta 18.844 0,13
|
Mov. Federalista Pampeano 15.298 0,10
|
Alianza Federal Federal 57.026 0,38
|
Al. Demócrata Socialista 47.736 0,32
|
Demócrata Cristiano 46.544 0,31
|
MAS 42.500 0,28
|
U.Ce.De 25.263 0,17
|
Socialista Popular 21.177 0,14
|
Fte. Izquierda Popular 14.093 0,09
|
Obrero 13.067 0,09
|
Confed. Nac. de Centro 7.745 0,05
|
Conservador Popular 13 0,00
|
Otros
112.638 0,75
|
Votos positivos 14.927.512 97,25
|
Votos en blanco 334.946 2,18
|
Anulados 87.728 0,57
|
TOTALES 15.350.186
100,00
|
En el
caso de la Unión de Centro Democrático es el más importante y más
representativo partido de los intereses del imperialismo en al Argentino, no
presentaron candidatura a Presidente y Vice en la gran mayoría de las
provincias, sino que compitieron para diputados logrando entrar al Congreso su
principal exponente, Álvaro Alsogaray que luego se convertiría en el increíble
aliado de la era neoliberal del peronismo de Carlos Menem. En resumidas
cuentas, las elecciones de octubre de 1983 se caracterizaron por la alta
polarización entre los dos partidos mayoritarios que absorbieron el 92% de los
votos del electorado, la formación de una bancada de derecha muy fuerte y la
ausencia total de la izquierda en el cuerpo legislativo.
1) EL GOBIERNO DE ALFONSÍN (1983-1989)
Sobre el
gobierno de Raúl Alfonsín no vamos hablar de lo que todo el mundo sabe y
conoce: el juicio a la juntas militares; la creación de la Conadep, la defensa
por los derechos humanos, las libertades y todo eso que es muy importante y que
constituye la esencia y razón de ser de la Unión Cívica Radical como partido
defensor de los derechos individuales que debe ser reconocido. Sí hablaremos de
sus claudicaciones que lo llevaron a impulsar las nefastas leyes de impunidad:
Punto final y Obediencia debida y al aspecto más desastroso de su gobierno que
fueron sus políticas económicas que llevaron a la bancarrota.
Alfonsín
asume la presidencia el sábado 10 de diciembre de 1983 en día soleado caluroso,
en cuyos actos la Confederación General del Trabajo no fue invitada cuando
merecía estar participando de esta celebración por el compromiso que asumió en
la lucha contra la dictadura, en la se destacó la CGT de Brasil (por la calle
de la ciudad de Buenos Aires donde estaba ubicada su sede) que encabezaba el
dirigente del gremio cervecero Saúl Ubaldini. Quizás su afiliación peronista no
le permitió estar porque nunca se llevaron bien.
a) Los planes económicos
Asume
luego de la dictadura y condicionado por la terrible crisis económica y social
que dejaron los militares y emprendieron la tarea de reorganizar el cuerpo de
la nación. El principal problema, como ya dijimos, fue el de la deuda externa
tema sobre el cual se pía a gritos revisar todo lo actuado por la dictadura y
en el único intento de someter al congreso este tema fue un debate que fue
cortado por la presión de Henry Kissinger, quien preocupado por el futuro de
las empresas yanquis comprometidas en sus balances con la deuda de los países
subdesarrollados y teniendo en cuenta la experiencia nefasta de la declaración
de cesación de pagos de la deuda de México en septiembre de 1982, y por otro,
lado, dada la imposibilidad de pagar tanto el capital como los intereses con
dólares genuinos provenientes de las exportaciones, el camarada Kissinger
propuso en 1984 el mecanismo de capitalización de la deuda externa mediante la
privatización de las empresas estatales.
La
situación económica, el desempleo y la pobreza fueron los temas que más
afectaban a la Argentina y para encararlo, Alfonsín con Bernardo Grinzpun en
Economía impulso un aumento de salarios durante 1984, estableció la
distribución de las cajas del Plan Alimentario Nacional en los sectores más
pobres de la población y se establecieron controles de precios para combatir la
inflación que no podía ser controlada. Como muestra de lo difícil que le sería
al nuevo gobierno llevar a cabo sus planes, es que se produce la derrota en el
Senado para la necesaria reforma laboral porque chocó duramente con la oposición
peronista y los sindicatos que dominaban. Alfonsín ilusionado por su victoria,
pretendió que ponía construir un nuevo movimiento histórico como lo habían
hecho Hipólito Yrigoyen entre 1916 y 1930 y Juan Domingo Perón a partir de
1946. Ese tercer movimiento histórico fue solo un sueño que se truncó en los
primeros años de su gobierno. El año 1984 se lograron importantes logros y es a
partir de este año cuando empieza a cambiar la orientación del gobierno muy
presionado por el FMI y la banca internacional para impedir que la Argentina no
solo no repudie el pago de los intereses de la deuda sino que no deje de
cumplir los compromisos firmados por la dictadura y como Grinzpun era
partidario de limitar las presiones del FMI y pagar lo que la Argentina esté en
condiciones de pagar, el presidente Alfonsín decide sacarlo del Ministerio y
reemplazarlo por el Secretario de Planificación Económica, Juna Vital
Sourroille en marzo de 1985 quien había elaborado un informe “Lineamientos
sobre la Estrategia de Crecimiento Económico para la Argentina” fue la base
para que el 15 de junio de ese año, frente a la inflación galopante, se
implantara el Plan Austral que tuvo un gran apoyo en toda la población y en los
sectores empresarios. Con estas medidas que sorprendieron, incluso al propio
FMI que no sabía de este plan, empezó a regir una nueva moneda, el austral con
cuatro ceros menos del anterior peso argentino y dada la extravagancia de
nuestra clase dirigente lo cotizaron más caro que el dólar a razón de 0,80
australes por un dólar. Se estableció un congelamiento total de salarios,
precios y tarifas que en definitiva perjudicaron a los trabajadores porque las
empresas públicas y privadas lograron acordar un aumento previo a la puesta en
marcha del plan. La tasa mensual de inflación bajo del 30% a menos del 1%
gracias al fuerte control de precios establecido donde empleados del INDEC
(Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) tenían autorización para pedir
listas de precios a las industrias. Por otro lado, la Secretaria de comercio
interior obligó a todos los fabricantes a presentar su lista de precios al 15
de junio con la expresa prohibición de aumentarlos sin autorización de dicha
Secretaria. Para efectuar pagos, establecieron una tabla de desagio que se
aplicaba a las facturas, basado en un coeficiente que intentaba mitigar el
impacto inflacionario y las distorsiones monetarias entre las vieja moneda y la
nueva que estaba circulando. Gracias a
estas medidas lograron detener el alza de precios y temporalmente se apaciguaron
las aguas lo que le permitió al gobierno ganar con amplio margen las elecciones
legislativas de ese año, aunque los problema económicos seguían afectando a la
Argentina. Durante ese año, Alfonsín viajó a los Estados Unidos para convencer
a los petroleros estadounidenses que inviertan en la Argentina, en lo que se
llamó el Plan Houston. En su visita y encuentro con Ronald Reagan, Alfonsín
tuvo un entredicho sobre política exterior con el presidente estadounidense que
los radicales lo tomaron como un ejemplo de “antiimperialismo consecuente”. En
realidad fue el inicio de la futura privatización de YPF y un fracaso total
para el país y un jugoso negocio para los empresarios ya que por decreto y sin
intervención del Congreso Nacional, se ofrecieron en licitación 1,3 millones de
kilómetros cuadrados en áreas continentales y marítimas, que serían entregadas
en concesión por treinta años. En 1983, cuando el partido radical llegó al
gobierno, YPF tenía reservas petrolíferas por 390 millones de metros cúbicos.
En 1988, tres años después de lanzado el plan Houston, esas reservas habían
caído a 362 millones de metros cúbicos. Ese solo dato señala el fracaso ruidoso
de aquella entregada. ¿Por qué entregada? Entre muchas otras, pueden enumerarse
cuatro razones: 1) Muchas regiones cedidas a los pulpos ya habían sido
exploradas por YPF, con evaluaciones sísmicas y perforaciones. No había allí,
por lo tanto, el anunciado ‘riesgo minero’ que según el gobierno asumirían las
compañías extranjeras; 2) Por imposición de los monopolios petroleros, los
capitalistas locales sólo podían intervenir en las licitaciones si se asociaban
con capitalistas del exterior; 3) Todo el proyecto se orientaba hacia las
exportaciones, no a atender las necesidades del mercado interno (exportar petróleo
fue la política comercial con la que la española Repsol agotó las reservas
argentinas); 4) YPF se vio obligada a ceder áreas que ya tenía en explotación.
Aquello, de todos modos, empezó mal: se licitaron 165 áreas, pero de 105
ofertas sólo pudieron aceptarse 77. Los pulpos petroleros tomaron por asalto
las explotaciones que YPF ya había explorado o ya tenía en explotación, y no
hicieron (como ahora, durante los diez años de gobierno K) una sola inversión
de riesgo. Fracasado el Houston, su impulsor, Rodolfo Terragno, ministro de
Obras y Servicios Públicos, diseñó el Petroplán, que promovía la asociación de
YPF con capitales privados para explotar áreas centrales (Ver Alejandro
Guerrero. http://prensa.po.org.ar/blog/2012/05/10/el-plan-houston-la-privatizacion-de-ypf-que-arranco-con-alfonsin-2/
El plan
austral había sido precedido de una amplia movilización popular a plaza de Mayo
cuando Alfonsín denunció maniobras de los sectores poderosos concentrados de la
economía y de los medios de comunicación que amenazaban con un golpe. Sea
cierto o falso la denuncia del Presidente, la respuesta de todos los sectores
políticos fue apoyada ampliamente y una columnas compactas llegaron a la Plaza
para sostener el estado derecho recién recuperado. Pero Alfonsín, lanzó un
discurso completamente contrario a las causas que condujeron a una abrumadora
participación popular. Y es ahí, donde anunció la “economía de guerra” y la
gran mayoría de los partidos y organizaciones se retiraron decepcionados de la
plaza al grito de: “Con el hambre del pueblo, no vamos a pagar, los misiles de
la OTAN”. Quien escribe estuvo presente ese día y la bronca de todos los que
estuvimos ese día no podemos describirla porque la proclamación de la economía
de guerra fue una declaración de guerra al pueblo. A partir de ese momento, la
situación dio un brusco giro por la derechización evidente que se dio en el
contenido de las palabras del Presidente y el idilio con una buena parte del
pueblo cambió para siempre en forma irreconciliable.
La
segunda consecuencia importante de esta marcha frustrada fue para la izquierda,
sobre todo para el Partido Comunista que aun tenía cierto peso en los debates
políticos, plantear la moratoria de la deuda externa bajo la consigna “FMI o
pueblo”, dado que las tenazas del pago de los intereses de la deuda que el
gobierno radical asumió como propia, comenzaba a hacer estragos en las finanzas
públicas y en la política global del gobierno en cuanto a los planes sociales,
educación y salud.
Para 1986
el plan austral empezó a mostrar sus debilidades y el gobierno empezó a tomar
medidas como las minidevaluaciones periódicas (crawling Pegs) como formar de
recuperar el tipo de cambio favorable a las exportaciones que eran muy
apremiantes para obtener divisas y pagar los intereses de la deuda. De ahí
tuviera tres grandes correcciones: la primera en abril de 1986, la segunda en
febrero de 1987 y la tercera en octubre de 1987 (el llamada plan San Martín
porque fue anunciado en el Teatro del mismo nombre)): todos tuvieron la misma
impronta pues no fueron otra cosa los clásicos salvajes ajustes de inspiración
fondomonetarista que, al margen de las características técnicas de cada uno de
ellos, ninguno resolvió los problemas económicos y fueron agravando la
situación social que se manifestaba en las altas tasas de inflación que
consumían rápidamente los aumentos salariales que llegaron a acordarse como
pauta de aumentos mensuales al 90% del índice de precios al consumidor. Esto se
tradujo en que si el IPC de un mes era del 30%, el aumento salarial para el mes
siguiente equivalía al 27%.
b) Las sublevaciones militares: La crisis de la Semana
Santa de 1987
A la
crisis económica le sigue la crisis política de mayor envergadura que debió
enfrentar el gobierno de Alfonsín cuando una sublevación de militares que se
oponían a ir a los tribunales para declarar por los delitos cometidos durante
la dictadura, desató la crisis de Semana Santa de abril de 1987 donde hubo un
serio intento de golpe militar que fue parado por la rápida movilización del
pueblo en todo el país. La solución que se logró para superar esta crisis dejó
muy debilitado al gobierno radical porque fue obligado a enviar el proyecto de
ley que terminen con los juicios a los militares responsables de crímenes de
lesa humanidad. Estos militares que en Campo de Mayo se presentaban ante las
cámaras de los medios televisivos en formación de combate y con las caras
pintadas, recibieron el nombre de “carapintadas” y a partir este hecho se la
llamó así todos los militares golpistas que en plena vigencia del estado de
derecho, intentaron derribar al gobierno constitucional.
El motivo
de esta insurrección de los militares encabezada por el Teniente Coronel Aldo
Rico, fue que muchos de ellos no fueron contemplados por la ley de punto final
de diciembre de 1986 que establecía la conclusión de las investigaciones por los crímenes ocurridos durante
el terrorismo de estado y a lograr la impunidad de quienes no fueron citados en
el plazo que el texto legal estipulaba (60 días). Esta ley
de impunidad terminó con la credibilidad y confianza de Alfonsín y todo este
conjunto de circunstancia lo llevaron a la derrota en los comicios legislativos
de 1987, a partir del cual, nunca más pudo recuperar la confianza en el pueblo.
La recordada increíble lentitud del General Alais, jefe del II Cuerpo de
Ejército con sede la ciudad de Rosario, para reprimir a las fuerzas sublevadas
le granjeó a Alfonsín una falta de autoridad para imponer orden y disciplinas a
las tropas. Con la inacción de este jefe fue que nunca llegó a destino tras
cuatro días de marcha para recorrer 300 km.
La
sublevación de Semana dio a luz “Acta de Compromiso Democrático” que firmaron
las fuerzas políticas legalmente reconocidas con o sin representación
parlamentaria, donde se afirma que: “la reconciliación de los argentinos sólo
será posible en el marco de la Justicia, el pleno acatamiento de la ley y del
debido reconocimiento de los niveles de responsabilidad de las conductas y
hechos del pasado”. Reconciliarse con estos criminales fue un claro ejemplo de
debilidad del sistema político argentino porque accedieron a todo lo que
pidieron los militares. Y lo demuestra el hecho de la sanción de la ley de
obediencia debida Se presume sin admitir prueba en contrario que quienes a la
fecha de comisión del hecho revistaban como oficiales jefes, oficiales
subalternos, suboficiales y personal de tropa de las Fuerzas Armadas, de
seguridad, policiales y penitenciarias, no son punibles por los delitos a que
se refiere el artículo 10 punto 1 de la ley Nº 23.049 por haber obrado en
virtud de obediencia debida cuyo artículo 1º establecía que: “La misma presunción
será aplicada a los oficiales superiores que no hubieran revistado como
comandante en jefe, jefe de zona, jefe de subzona o jefe de fuerza de
seguridad, policial o penitenciaria si no se resuelve judicialmente, antes de
los treinta dias de promulgación de esta ley, que tuvieron capacidad decisoria
o participaron en la elaboración de las órdenes. En tales casos se considerará de pleno
derecho que las personas mencionadas obraron en estado de coerción bajo subordinación
a la autoridad superior y en cumplimiento de órdenes, sin facultad o
posibilidad de inspección, oposición o resistencia a ellas en cuanto a su
oportunidad y legitimidad”.
Esta ley
fue sancionada el 4 de junio de 1987 casi dos meses después de la sublevación y
fue la cerró definitivamente la posibilidad de enjuiciar a los responsables de
los crímenes causado por el terrorismo de estado y la represión ilegal. Al
establecer una presunción “iuris et de iure” (es decir, que no admitía prueba
en contrario) respecto de que los delitos cometidos por los miembros de las
Fuerzas Armadas no eran punibles, por haber actuado en virtud de la denominada
"obediencia debida" -concepto militar según el cual los subordinados
se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores.
c) La segunda sublevación; La crisis militar de Monte
Caseros de 1988
Sin
embargo, esta nueva ley no terminó con los problemas en el frente militar ya
que enero de 1988, el teniente coronel Aldo Rico, jefe del sublevación de 1987,
nuevamente se alzó en armas contra las autoridades nacionales y declaró no
reconocer al nuevo comandante del
Ejército, Dante Caridi y estar al frente de un “Ejército Nacional en
Operaciones” y se movió con inusitada rapidez para llegar a tomar el regimiento
de infantería Nº 4 de la ciudad correntina de Monte Caseros para eludir la
acción de la justicia sobre su persona y la situación de los oficiales de baja
graduación. En esta oportunidad no tiene el apoyo de unidades como las tuvo en
Semana Santa y ante la presencia de las tropas del Ejército, deciden rendirse
sin presentar combate.
En las
dos sublevaciones los militares planteaban básicamente cuatro cuestiones:
1)
Reconocer y reivindicar el accionar de las fuerzas armadas en la “guerra”
antisubversiva.
2) Poner
fin a la política antimilitar del gobierno de Alfonsín
3)
Producir cambios en la cúpula del Ejército favorable a este grupo sedicioso
4) Dar
una solución política a todos los juicios contra los oficiales implicados en la
represión.
Tras el
fin de los sucesos de Monte Caseros que implicó la rendición de Rico con más de
350 militares que lo acompañaban, el gobierno comenzó a impulsar la sanción de una
ley de defensa nacional que prohíbe la participación de los militares en los
asuntos de represión interna. Y se lo logró.
d) El incidente con la Sociedad Rural en agosto de
1988
Ese año
1988 no sería el único conflicto grave que enfrentó el gobierno de Alfonsín.
Durante la inauguración de la exposición ganadera y agrícola de la Sociedad
Rural en agosto, ocurrió un hecho casi sin precedentes en la historia de esta
institución de los grandes propietarios y terratenientes de la Argentina,
cuando silbaron constantemente el discurso del Presidente de la Nación quien lo
calificó como los que están ahí son los que muertos de miedo se han metido debajo
de la cama para venir ahora a hablar en nombre de la democracia”. Ese fue más o
menos el tono de la réplica del presidente Alfonsín a quienes los silbaban y
los calificó de “fascistas por no escuchar al orador” y negó rotundamente que
quienes lo insultaban desde las tribunas no eran productores agropecuarios.
Pocas veces un Presidente constitucional fue hostigado tan duramente por los
sectores ganaderos y terratenientes como ese sábado de agosto de 1988 en el que
Alfonsín no se achicó en absoluto y les dijo varias cosas que ningún otro
presidente se haya atrevido a decirles a los dueños de los campos del país.
e) La continuidad de los programas de ajuste
En eses
mismo mes se lanzó el plan primavera, un conjunto de medidas económicas
tendiente a sostener la estrategia del gobierno hasta las elecciones de 1989.
Este plan que contaba con la presencia de Rodolfo Terragno como Ministro de
Obras y Servicios Públicos, fue el que inició los planes de privatización de
las empresas del sector público como fue el caso Aerolíneas (para asociarla a
la escandinava SAS) y Entel. Implantó el régimen de capitalización de los
títulos de deuda externa para modificar la propiedad de las empresas estatales
en la áreas de transporte, energía, bancos, seguros, servicios de ingeniería,
destinado a favorecer los intereses del capital financiero internacional.
Este plan
terminó en un estrepitoso fracaso por las presiones del capital internacional,
el desborde inflacionario y la falta de poder del gobierno para contrarrestar
la crisis que se estaba incubando.
Si en
enero las dificultades financieras del gobierno lo obligaron a vender 900
millones de dólares, el 6 de febrero de 1989 la crisis se agrava por la devaluación
y la fuga de dólares del Banco Central que intervino con 500 millones de
dólares para sostener la cotización del dólar, lo cual desató la escalada de
precios terminó en la hiperinflación que derrocó al gobierno de Alfonsín por un
golpe de mercado. Los sectores dominantes de la economía hicieron todo lo
imposible para que la situación económica y social se hiciera inmanejable e
incontrolable. Los precios industriales
como los de servicios y de la canasta básica familiar aumentaban todos los días
a ritmos galopantes impidiendo el normal desenvolvimiento de la actividad
comercial porque no se sabían ni los precios de costos y ni los de ventas. Las
empresas frente a este cuadro, suspendieron personal y la producción comenzó a
caer a ritmos alarmantes. La gravedad de la crisis llevó a la festejada
renuncia de Juan Vital Sourrouille como Ministro de Economía y fue reemplazado
por el presidente de la Cámara de Diputados Juan Carlos Pugliese, es una clara
demostración de la debilidad del gobierno ya que nadie quería tomar la
conducción de este incendio.
El
gobierno se vio obligado a adelantar las elecciones presidenciales para el 14
de mayo para evitar males mayores. En la confrontación electoral salió
triunfador la fórmula peronista de Carlos Menem y Eduardo Duhalde que se
presentó como Frente Justicialista Popular (Frejupo) en un intento por revivir
al movimiento triunfador en las elecciones de 1973 que se llamó FREJULI (Frente
Justicialista de Liberación).
El
gobierno de Alfonsín completamente debilitado decidió rendirse y adelantar la
entrega del gobierno el sábado 8 de julio de 1989, medio año antes. Con la
asunción de Menem se inicia la segunda década infame porque nombra a como
integrantes de su gabinete a lo más liberal y procapitalista de la Argentina.
Sobre estos diez años hablaremos el próximo capítulo.
f) El intento de trasladar la Capital a Viedma
Desde el
punto de vista institucional, el proyecto de traslado de la capital a la ciudad
de Viedma, fue el sueño más promisorio y a su vez, un intento que con buenas
intenciones terminó sin poder concretarse y cuyo resultado final fue una
pérdida de dinero, tiempo y esfuerzos. Todo esto estuvo diseñado en el Plan
Patagonia y avalado por la ley 23512 de 1987 que declaraba la nueva capital de
la Argentina. Alfonsín anunció este plan en un discurso televiso a todo el país
el 16 de abril de 1986 con el objeto de descentralizar y desburocratizar el
funcionamiento del aparato estatal del gobierno nacional en una sola ciudad. Se
creó el “ENTECAP¨ (Ente nacional para el estudio del traslado de la capital)
que proyectaba la nueva instalación en doce años. Su anunció provocó una suba
de los precios de las tierras y de los inmuebles y una euforia en la provincia
de Río Negro que tomó esta idea como una reivindicación del federalismo tantas
veces postergado. No cabe duda que el proyecto más ambicioso de Alfonsín
g) Aspectos legislativos
Otros
aspectos legislativos que tuvieron alto impacto en la situación del país, fue
la imposibilidad del gobierno por reformar la ley de entidades financieras y la
ley de radiodifusión, pese a la existencia de más de 10 proyectos que nunca
pudieron ser tratados en el recinto del Congreso.
El logro
más importante fue la sanción de la ley de divorcio vincular que permitió la
legalización de los matrimonios en dicha condición y cuyo debate y preparación,
fue una discusión de alto voltaje, que implicó un fuerte choque de Alfonsín con
los miembros de la Iglesia que hicieron todo lo posible para impedir su
sanción. Finalmente el proyecto del gobierno fue votado en mayoría en ambas
cámaras y la ley fue aprobada.
El
gobierno de Alfonsín impuso la ley de reforma del Código de Justicia Militar
donde los militares debían someterse a la justicia federal y no a algún fuero
especial, que de acuerdo al antiguo código, los militares solo podían ser
juzgados por sus pares. El no reconocimiento de algunos oficiales de los
tribunales federales no solo cometieron desacato y que como fue el caso del
mayor Barreiro desataron la crisis de Semana Santa de 1987 ya comentada.
h) El movimiento obrero
Los
trabajadores de la Argentina, especialmente los obreros de las grandes fábricas
industriales, fueron las principales víctimas del terrorismo de estado ya que
más del 35% de los desaparecidos, torturados y asesinados por la dictadura,
provenían de la clase obrera que venía de un período de más de 10 años de lucha
y experiencias que habían elevado su consciencia política e ideológica,
planteando seriamente la construcción de un movimiento revolucionario capaz de
sustituir el capitalismo en la Argentina. A este nivel de abstracción es
importante llegar para poder comprender y entender en toda su expresión, el
tipo de represión criminal y terrorista empleada por la dictadura para destruir
al movimiento obrero organizado de la Argentina de todas sus tendencias. Y
tuvieron que acudir al fascismo y al terror para defender los apetitos
hegemónicos de los intereses de clase de la burguesía y de los grandes
terratenientes que temía perder sus propiedades. Por esa razón es que a los
militares los llamaron esa clase parasitaria, propietaria, dueña de las
tierras, de las vacas y de las empresas que temían seriamente en la
radicalización de los trabajadores hacia posiciones de izquierda revolucionaria
que plantee el socialismo como modelo siguiente la experiencia chilena. De ahí
que la expresión dictadura cívico-militar es correcta y se ajusta al papel
desempeñado por la burguesía para defender sus granjerías y privilegios de
clase como dijo Salvador Allende en su último discurso como presidente de Chile
el 11 de septiembre de 1973 y que muy bien grafica la situación que se dio en
la Argentina casi tres años más tarde.
Instalada
la democracia con el gobierno de Alfonsín, las relaciones con la CGT y sus
sindicatos fueron de una confrontación virulenta durante todo su mandato, el
cual tuvo que soportar 13 jornadas de paros, movilizaciones, jornadas de
protestas porque la situación salarial eran incuestionables, del mismo modo que
las condiciones de trabajo y la situación general de los trabajadores de la
industria y de los servicios. Estas relaciones empezaron mal cuando el peronismo
con su bancada sindical derrotó el proyecto de reforma sindical propuesto por
el primer Ministro de Trabajo radical, Antonio Mucci cuyo fracaso lo obligó a
presentar la renuncia.
Durante su
gobierno, Alfonsín debió soportar un paro cada seis meses en promedio y si bien
en el cuadro ponemos como causa el reclamo salarial, en su significado más
amplio quiere decir, que cada huelga se realizó en contra de la política
económica del gobierno
Cuadro III: Los paros de la CGT contra el Gobierno de
Alfonsín
NRO.
|
FECHA
|
MOTIVO
|
DURACION
|
MINISTRO DE TRABAJO
|
ACATAMIENTO
|
MOVILIZACION
|
1
|
03-09-84
|
Reclamo
Salarial
|
24 hs.
|
Juan M.
Casella
|
Alto en
la industria
|
No hubo
|
2
|
23-05-85
|
Reclamo
Salarial
|
12 hs.
|
Hugo
Barrionuevo
|
Alto
|
300.000
|
3
|
29-08-85
|
Reclamo
Salarial
|
12 hs
|
Hugo
Barrionuevo
|
Amplio
|
350.000
|
4
|
21-01-86
|
Reclamo
Salarial
|
24 hs
|
Hugo
Barrionuevo
|
Alto
|
No hubo
|
5
|
25-03-86
|
Reclamo
Salaria
|
12 hs
|
Hugo
Barrionuevo
|
Diverso
|
300.000
|
6
|
13-06-86
|
Reclamo
salarial
|
24 hs
|
Hugo
Barrionuevo
|
Diverso
|
No hubo
|
7
|
09-10-86
|
Reclamo
Salarial
|
12 hs,
|
Hugo
Barrionuevo
|
Parcial
|
400.000
|
8
|
26-01-87
|
Reclamo
Salarial
|
24 hs.
|
Hugo
Barrionuevo
|
Amplio
|
No hubo
|
9
|
04-11-87
|
Reclamo
Salarial
|
12 hs.
|
Hugo
Barrionuevo
|
Amplio
|
150.000
|
10
|
08/09-12-87
|
Reclamo
Salarial
|
36 hs
|
Ideler
Tonelli
|
Amplio
|
25.000
|
11
|
14-04-88
|
Reclamo
Salaria
|
24 hs
|
Ideler
Tonelli
|
Amplio
|
No hubo
|
12
|
09-09-88
|
Reclamo
Salarial
|
8 hs
|
Ideler
Tonelli
|
Amplio
|
40.000
|
13
|
12-09-88
|
Contra la
represión
|
24 hs
|
Ideler
Tonelli
|
Parcial
|
No hubo
|
En
síntesis, el gobierno de Alfonsín terminó en un fracaso estrepitoso por sus
tremendos tropiezos cometidos en sus políticas económicas, cuestión que lo
llevó descrédito, hastío y cansancio de toda la sociedad. Se fue del gobierno
que en su último año, el fatídico 1989, entre enero y julio, dejó al país con
un índice de inflación del 2400%, con el dólar que aumentó más del 3200%, una
caída del PBI del 4%, un empobrecimiento del pueblo que se refleja en la
pérdida del poder adquisitivo de los salarios y el fuerte aumento del
desempleo. Alfonsín no modificó en absoluto el orden económico imperante
durante la dictadura, sino que fortaleció la presencia de los grandes grupos
empresarios quienes agrupados dentro de los que se llamó los “capitanes de la
industria” finalmente fueron quienes provocaron su caída. El país quedó con una
deuda externa cercana a los 65 mil millones de dólares, una 20 mil millones más
de los que recibió de herencia de la dictadura. Su política industrial basada
en la promoción y radicación de empresas en las provincias bajo el impulso de
los incentivos fiscales y exención de determinados impuestos, en algunos casos
tuvo resultados positivos como la expansión que se apreció en Tierra del Fuego,
pero al mismo tiempo fue utilizado para realizar maniobras fraudulentas y
estafas al estado como fue el caso del grupo Koner-Salgado.
Calificarlo
como el “Padre de la democracia” como sus aduladores y militantes radicales
pretenden, es un error absoluto, porque hubo quienes lucharon mucho más que él
e hicieron mayores méritos a la hora de determinar quienes contribuyeron a la
terminación de la dictadura. Y ahí hay que ubicar a los organismos defensores
de los derechos humanos, a los trabajadores y a los combatientes que pelearon
en la guerra de Malvinas con denuedo, valor y heroísmo reconocido por el
enemigo imperial británico, porque esa guerra justa conducido por un gobierno
injusto, ilegítimo e ilegal, evidenció la inoperancia, la impericia y
desconocimiento de unas Fuerzas Armadas que ni en lo suyo (defender la
soberanía del país frente a un ataque de un potencia extranjera) supieron estar
a la altura de la historia.
APENDICE ESTADISTICO
Cuadro IV: Indicadores macroeconómicos durante el
gobierno de Alfonsín
AÑO
|
%
PBI
|
INFLACION
|
SALARIOS
INDUSTRIALES |
TIPO
DE CAMBIO
|
DESEMPLEO
|
SUBEMPLEO
|
1983
|
2.6
|
433.8%
|
106.5
|
155.3
|
5.5%
|
5.9%
|
1984
|
2.2
|
686.8%
|
129.5
|
148.4
|
4.7%
|
5.4%
|
1985
|
-4.6
|
385.4%
|
104.1
|
167.6
|
6.3%
|
7.5%
|
1986
|
5.6
|
81.9%
|
106.3
|
186.0
|
5.6%
|
7.2%
|
1987
|
1.8
|
174.8%
|
99.9
|
213.0
|
6.0%
|
8.2%
|
1988
|
-3.0
|
387.7%
|
95.0
|
192.4
|
6.5%
|
8.9%
|
1989
|
-4.4
|
4923.5%
|
86.2
|
212.6
|
8.4%
|
9.3%
|
Fuente:
Elaboración propia a base del Cuadro 8.14 del libro de Mario Rapoport. Historia
económica, política y social de la Argentina (1800-2003), Emece, 1985, página
753.
Cuadro V: Indicadores del
sector externo (Millones de dólares)
AÑO
|
EXPORTACIONES
|
IMPORTACIONES
|
SALDO DE LA BALANZA COMERCIAL
|
SERVICIOS FINANCIEROS
|
DEUDA EXTERNA
|
1983
|
7.836
|
4.504
|
3.331
|
5.408
|
45.069
|
1984
|
8107
|
4.585
|
3.523
|
-5.712
|
46.903
|
1985
|
8.396
|
3.814
|
4.582
|
-5.303
|
49.326
|
1986
|
6.852
|
4.724
|
2.128
|
-4.416
|
51.422
|
1987
|
6.360
|
5.819
|
540
|
-4.485
|
58.300
|
1988
|
9.133
|
5.322
|
3.810
|
-5.127
|
58.500
|
1989
|
9.579
|
4.203
|
5.374
|
-6.422
|
63.300
|
Fuente:
Elaboración propia a base del Cuadro 8.11 del libro de Mario Rapoport. Historia
económica, política y social de la Argentina (1800-2003), Emece, 1985, página 746.
Cuadro VI: Composición de las exportaciones (Millones de dólares)
AÑO
|
PRODUCTOS PECUARIOS
|
PRODUCTOS
AGRÍCOLAS |
INDUSTRIALES
|
1983
|
1.171
|
4.899
|
1.601
|
1984
|
1.020
|
5.210
|
1.745
|
1985
|
945
|
4.985
|
2.318
|
1986
|
1.067
|
3.762
|
1.808
|
1987
|
1.231
|
2.908
|
1.961
|
1988
|
1.360
|
4.500
|
3.020
|
1989
|
1.462
|
3.996
|
3.841
|
Fuente: Elaboración
propia a base del Cuadro 8.16 del libro de Mario Rapoport. Historia económica,
política y social de la Argentina (1800-2003), Emece, 1985, página 755.