MACRI CON LOS TERRATENIENTES ARGENTINOS
Por Sergio Daniel Aronas – 31 de julio de 2016
El día sábado 30 de julio, el presidente
Marioneta Macri estuvo en la verdadera casa de gobierno que no es para él la
Casa Rosada, sino la sede de la Sociedad Rural Argentina (SRA), representantes
de la aristocracia terrateniente con un historial manchado de sangre y fuego
por todos los poros desde que parieron al mundo.
Fueron quienes apoyaron y financiaron el
exterminio de los pueblos indígenas de la Patagonia en la mal llamada Campaña
del Desierto de 1879 que fue la base de su acumulación originaria que formó su
poder a lo largo de su historia.
Como consecuencia de la liquidación y
expulsión vía militar de las comunidades indígenas, fue la principal
beneficiada en el reparto de las tierras entre las familias que la
fundaron, en un proceso lleno de corrupción y negociados escandalosos que esta institución
nunca va a reconocer.
La presencia de Macri en la Exposición de la
Ganadería y Agricultura que todos los años realiza en su predio que nunca pagó,
sino que fue un regalo que le dio el gobierno de Carlos Menem, hizo trinar de
algarabía, felicidad y locura a los presentes que hoy se sienten como nunca
antes los dueños del país. Tanta manifestación de júbilo pareció que lo
hubieran llevado en el carro de los vencedores, galardonado y coronados con los
laureles del triunfo y con las tribunas gritando con salvaje alegría por
favorecerlos con su política de transferencia de ingresos para con esta
plutocracia potentada, es una clara demostración para quién vino a gobernar
Macriy compañía.
La SRA
no es otro cosa que una institución manejada por la clase social más poderosa de
la Argentina, que apoyó todos los golpes de estado que tuvieron lugar durante
el siglo XX, que endeudó al país, que evaden impuestos, fugan capitales, y que
su única preocupación ha sido siempre la composición de su cuenta corriente
bancaria y que nadie se atreva a tocarlos un 1% de su riqueza.
Ya lo expresó claramente en 1803 el francés
Jean Bauptiste Say, cuando escribió: “El derecho de los terratenientes tiene su
origen en el robo”. Toda la historia de la humanidad,
no hace más que comprobar este axioma.
El apoyo entusiasta de los terratenientes de
la Argentina al gobierno de Macri no solo es por la eliminación y reducción de
las retenciones o impuestos a las exportaciones que solo un pequeño número de
empresas festejaron esta medida de la actual administración, sino por toda las
políticas que vienen aplicando, incluyendo la modificación de la ley de
tierras, el nuevo plan de exteriorización de dineros no declarados mediante la
ley de blanqueo de capitales, sino también por su nueva política de alianzas
internacionales, las promesas de inversiones pero por sobre todo por ser
gobernado por alguien de su misma casta empresaria.
En su discurso de saludo, Macri dijo que: "Desde hace 7 meses trabajamos en el
Gobierno para que el campo sienta que se le ha sacado la pata de encima y que
se le está tendiendo la mano. El campo es mucho más de lo que puede producir o
los impuestos que puede pagar. Es nuestro emblema, nuestra cultura. Para mí el
campo es un ejemplo de solidaridad. Por algo gauchada viene de gaucho". Cuando
habla de la pata de encima, hace referencia a la eliminación de los impuestos
aduaneros, un tributo justo y bien aplicado, pero como esta aristocracia con
olor a bosta tiene su propio gobierno ha logrado que se le quite esta carga
tributaria que no tiene puede constituir un problema para los exportadores
porque tiene como contrapartida y que lo neutraliza, la devolución de impuestos
que el Estado nacional devuelve a las empresas. De esto no dicen nada los
miserables llorones oligarcas.
En otra parte de su discurso poco original,
miente descaradamente cuando dice: "No
ha habido decisión que no haya tenido como objetivo central y fundamental
crecer, generar empleo y reducir la pobreza. La eliminación de cada retención
ha buscado devolverle el protagonismo a cada provincia, a cada región del país,
porque este país es un país federal”. Todas las medidas que han tomado a
multiplicado el desempleo, la pobreza, la miseria, el hambre, la caída del
consumo y el cierre de empresas lo provocó este gobierno, cuyas horrendas
medidas que toma las justifica en la “herencia recibida”. Son solo excusas para
ocultar sus intenciones de clase de ajustar los tornillos contra los
trabajadores y que todo el pueblo pague el ajuste salvaje a la medida del Fondo
Monetario, los fondos buitres, las grandes empresas y por su supuesto, esta
oligarquía deprepadora.
Sr,
Macri deje de mentir. El campo no es el motor del país. Lea atentamente la
composición del PBI argentino, mire la matriz insumo-producto y verá cuál es el
verdadero sector dominante de la economía argentina. Deje de bendecir a los
llorones del campo, esa aristocracia con olor a bosta como la llamaba Domingo
F. Sarmiento. Es la industria manufacturera el motor de la economía tanto en la
participación en el PBI, como en el volumen de la producción, en el personal
ocupado y en los puestos de trabajo que genera. Son datos del Indec elaborados
por la dirección nombrada por este gobierno.
Es la clase terrateniente que apoya la
liberación del negocio de tierras, la que fomenta la expansión de la soja
transgénica, inundando y contaminando los campos con el agente tóxico del
glifosato y luego se queja al estado nacional porque disminuye el stock
ganadero en forma alarmante. Y como no va reducirse la producción ganadera si
estos productores se ven inducidos a transformar sus campos de pastoreo en
campo de labranza para sembrar soja que le produce mayores beneficios
económicos y financieros.