EL
CONFLICTO ENTRE LOS TRABAJADORES
Y
LA EMPRESA KRAFT
FOODS
EN
EL MARCO DEL DERECHO LABORAL ARGENTINO
Por Sergio Daniel Aronas – 04 de junio de 2016
Temario
- Prólogo
- Introducción
- Las partes intervinientes en el conflicto
- Causas del problema
- Desarrollo de los acontecimientos
- Intervención del Ministerio de Trabajo
- Las medidas de acción directa
- Conclusiones
- Apéndice Documental
1) Prólogo
Entre julio y septiembre de 2009
estalló un serio conflicto entre los trabajadores y la empresa Kraft Foods de
la ex Terrabusi, centenaria compañía tradicional de la fabricación de
galletitas por cuestiones salariales y condiciones de trabajo que terminó con
una salvaje represión llevada a cabo por la policía de la Provincia de Buenos
Aires y el cuerpo de la Montada a caballo, al mejor estilo de los tiempos de la
dictadura. A siete años de este recordado y terrible conflicto, creemos válido
analizar todo su desarrollo como ejemplo para las nuevas luchas sociales que
pueden estallar en la Argentina del gobierno de derecha pro imperialista,
antiobrero y antipopular que encabeza la coalición “Cambiemos” con Mauricio
Macri como presidente de la Nación.
Todavía hay
muchos que se sorprendieron por este resultado electoral. Sin embargo, nosotros
en este blog cuando analizamos las primarias de agosto de 2013 advertimos la
posibilidad de un triunfo del partido de Macri y de la derecha en general y que
podía darse esa victoria. La gran diferencia fue que en aquel momento era más
viable una alianza con el Frente Renovador que con la Unión Cívica Radical
porque los hechos lo evidenciaban. La UCR le dio base territorial que el Frente
Renovador no tenía y ahí está el cambio principal de la estrategia de la
derecha que finalmente resultó efectiva para sus propósitos.
2) Introducción
La huelga de los trabajadores de la
empresa de alimentos de capitales norteamericanos Kraft Foods puso en el orden
del día el alto grado de conflictividad laboral que existe en la Argentina en el marco de
una situación nacional e internacional muy complicada. Este conflicto es una
dura prueba de la capacidad de resistencia de los trabajadores y de su unidad
para sostener una lucha prolongada cuya extensión es aprovechada por la
patronal para ablandar a los dirigentes sindicales. También es una prueba para
quienes están obligados a defender el régimen legal en las relaciones laborales
en la Argentina ,
ya que la empresa no tiene ningún problema en implantar los métodos que se usan
en su país de origen donde el despido sin causa puede ocurrir en cualquier
momento.
Analizaremos este problema a partir
de las partes intervinientes, las causas lo motivaron, sus distintas etapas de
su desarrollo y desde este punto de vista cerraremos el trabajo con una
conclusión para marcar las perspectivas que se abren, porque lo que marcó este conflicto gremial es el carácter de
las formas en que se ejerce el derecho de huelga en la Argentina al amparo de
las leyes laborales en particular y bajo el amparo de la Constitución Nacional
que garantiza este derecho que se pretende restringir.
1) Partes intervinientes en el conflicto
Representantes de la Nación , autoridades del
gobierno de la provincia de Buenos Aires, representantes de Kraft, delegados
gremiales y trabajadores. La representación nacional estuvo encabezado por el
Ministerio de Trabajo que es la autoridad de aplicación y de contralor en el
cumplimiento de las leyes laborales del país como así también de los convenios
firmados con la OIT
y que forma parte del derecho de trabajo en el país. Su tarea fue la de mediar
entre las partes imponiendo la conciliación obligatoria y buscando acercarlas
en la solución del conflicto. Las autoridades provinciales están representadas
por el gobierno de la provincia y el Ministerio de Trabajo bonaerense.
El sector de los trabajadores fue representado
por la Comisión Interna
de la fábrica de la Kraft Food (ex Terrabusi) que mantener y sostener la huelga
ha contado con el apoyo de sus compañeros y con la más amplia solidaridad de
organizaciones y movimientos sociales, centro de estudiantes de facultades y
también de trabajadores de distintas empresas y sectores. Se trata de un cuerpo
de delegados que está en franca oposición con la actual conducción del
sindicato de la alimentación dirigido por Rodolfo Daher, un personaje que fue
Secretario de la CGT
durante el gobierno de Menem y que ignoró la lucha gremial en la empresa
La empresa Kraft Foods es una
poderosa multinacional nacida en los Estados Unidos en 1767 y con el paso de
los años se convirtió en la más grande y rentable productora de alimentos en su
país y la segunda en el mundo detrás de la suiza Nestlé. Sus ventas estimadas
en 38 mil millones de dólares equivalen al 85% del presupuesto de la Argentina. Entre
principales marcas globales se destacan Suchard, Jacobs, Milka, Oreo, Royal,
Philadelphia, Tang, Ritz, Club Social y Chips Ahoy.
Kraft Foods Argentina nació en el año 2000, a partir de la
integración mundial de Kraft con Nabisco. Nabisco había llegado al país 1981 y,
desde entonces, fue comprando algunas de las empresas más valoradas por los
consumidores argentinos, como Terrabusi, Canale, Mayco y Vizzolini. Kraft Foods
desembarcó en Argentina en 1990,
a partir de la adquisición de Suchard. En 1992, compró
Alimentos Especiales y relanzó el Tang y Clight.
Kraft Foods tiene operaciones en 140
países del mundo y plantas industriales en 66. Entre las marcas líderes que
Kraft comercializa en la
Argentina se destacan, en la categoría galletitas: Terrabusi,
Canale, Mayco y Capri; en pastas: Don Felipe, Vizzolini, Canale y Barilla; en
jugos en polvo: Tang, Clight y Frisco; en chocolates: Milka, Rhodesia, Tita,
Toblerone y Shot; y, en premezclas: Royal. En la Argentina exporta por 14
millones de dólares; su venta anual ronda los 1.400 millones de pesos y la
ganancia neta – después del pago de impuestos – está en los 60 millones de
pesos. Es la cuarta empresa argentina detrás de Arcor, Bagley y Ledesma en
fabricación de alimentos.
Kraft Foods Argentina es parte de
uno de los monopolios de la alimentación más grandes del mundo. La empresa cuenta
con 159 plantas, más de 90.000 empleados, y durante el 2007 obtuvo una
facturación de 37.000 millones de dólares. La ganancia neta de Kraft en Estados
Unidos, en el segundo trimestre de 2008, fue de 732 millones de dólares. En
nuestro país, como denunciaron los trabajadores, el año pasado Terrabusi Kraft
tuvo un récord de producción, con un incremento del 15%, y con salarios que no
llegan a cubrir la mitad de la canasta familiar. Así explotan a los obreros
argentinos para aumentar los envíos de dinero a su casa matriz.
2) Causas del conflicto
Como hace muchos años no pasaba, una
importantísima huelga obrera irrumpió en la escena política nacional. La
fortaleza de una huelga que creció desde la base, soportando una tremenda
presión, rompió el cerco informativo y se convirtió en tema destacado de
diarios, radios y noticieros de la televisión de todo el país. Así, lograron
desbaratar la operación política y comunicacional, que intentaba hacer aparecer
esta lucha como una aventura de un grupo minoritario de trabajadores
“ideologizados”, por pertenecer a corrientes combativas de izquierda y
demostrando que esta importantísima huelga sólo pudo sostenerse por el
convencimiento, la organización democrática y de base de sus 2600 trabajadores.
Todo comenzó el 3 de julio, cuando
los trabajadores y trabajadoras de la ex Terrabusi hicieron un paro en reclamo
de medidas de salubridad e higiene por la pandemia de gripe A. “Pedíamos que
desinfectaran la fábrica porque había compañeros enfermos, la empresa respondió
que iba a cerrar al jardín maternal, pero no les dio licencia a las madres, que
no tenían dónde dejar a sus bebés. Se pusieron duros y no querían dar el asueto
correspondiente con tal de sacar la producción. Después del paro les dieron la
licencia, se dictó la conciliación obligatoria y el ministerio intervino
obligando a la empresa a que dejara faltar a las personas con problemas
respiratorios, a que les pagara a las madres esos días de licencia”, relató una
delegada del sector de chocolates.
Cuando la Gripe A era un problema
sentido a nivel nacional, y varios hijos de obreros y obreras que asisten a la
guardería de la fábrica de Pacheco ya se habían contagiado, los trabajadores
junto a su Comisión interna y los delegados exigieron las mínimas condiciones
de salubridad para garantizar su salud y la de sus hijos. Pero la empresa
desestimó su pedido. Sólo el paro de la producción y la presión a los gerentes
logró el asueto con pago durante una semana y la desinfección de la planta.
Días más tarde, el 18 de Agosto, se produjeron casi 160 despidos con “causa” y
una fiscal los acusó a través de una denuncia penal de privación ilegítima de
la libertad de los gerentes. Entre los despedidos, varios son integrantes de la Comisión interna y otros
tantos delegados.
´
Sin embargo, además de una revancha
empresaria, lo que está detrás de los despidos es un plan de imponer el “turno
americano” como lo vienen haciendo en otros países. Kraft, segunda alimenticia
del mundo que reporta ganancias millonarias ya es un pulpo insaciable. Y ahora
en su planta de Argentina se propuso barrer con el turno noche y reducir la
jornada laboral a 2 turnos de 12 horas, dejando a unos 600 más en la calle, lo
que sería imposible con la actual Comisión interna y los delegados. Por eso, los
despidos fueron selectivos haciendo foco en los representantes de los
trabajadores y en el activismo gremial.
3) Desarrollo del conflicto
Desde que estalló el conflicto, las
cámaras y entidades empresarias gritaron a coro pidiendo la “solución” del conflicto
para “reestablecer la paz”: lo que para ellos supone una fuerte represión sobre
los trabajadores para que en la “paz de los cementerios” vuelva a reinar la
dictadura patronal.
Así, el presidente de cámara
empresaria alimenticia (COPAL), Jorge Zorreguieta (quien fue secretario de
Agricultura de la dictadura militar de Videla) pidió al gobierno una
“solución”. Y la cúpula de la UIA
se reunió con Aníbal Fernández un día antes de la represión para reclamarle que
desalojara la planta, mencionando a “cuarenta tipos que siempre generan
problemas”. “Nos vamos a mover”, prometió esa noche el jefe de Gabinete a la
delegación patronal. Al día siguiente, un operativo conjunto de la montada, la
bonaerense y la gendarmería descargó brutalmente contra los trabajadores y las
organizaciones sociales y políticas que los apoyaban.
Como ya nadie espera que sea de otro
modo, la CGT jugó
otra vez para la patronal. Así, Hugo Moyano, Secretario General de la CGT, salió a justificar la falta de apoyo de la Central
Sindical a los trabajadores por el hecho de que su comisión interna "se
politiza, y llevan a la ultraizquierda". Además, dejó de lado sus disputas
internas con Daer, titular del Sindicato de Alimentación, y salió a
respaldarlo. Y es que el avance de la organización independiente de la clase
mete miedo y ellos están entre los más perjudicados.
Antes de que empiece la represión,
los trabajadores habían colgado una bandera del techo de la fábrica que decía:
“Señora Presidenta ¿Dónde está?”. Y es que sabían que Cristina Fernández estaba
en EEUU entrevistándose con los directivos de Kraft a quienes les aseguró que
sus inversiones estaban a salvo.
Después del paro les dieron la
licencia, se dictó la conciliación obligatoria y el ministerio intervino
obligando a la empresa a que dejara faltar a las personas con problemas
respiratorios, a que les pagara a las madres esos días de licencia.
El lunes 17 de agosto terminó la
conciliación obligatoria y al día siguiente mandaron los telegramas de despido.
Se sacaron de encima a los que les molestaban, dieron de baja a los
gremialistas y a toda la gente que se ponía al frente para reclamar porque
quieren implementar el sistema americano de doce horas de trabajo, que ya
impusieron en San Luis, y así reducir un turno. Dicen que antes de recibir a
esta gente, que marcaron a dedo, prefieren pagar multas, decían los
trabajadores en huelga.. La comisión interna, liderada por el histórico
delegado Ramón Bogado, avaló esta interpretación con un dato: despidieron gente
de todos los turnos, cuando el paro lo hizo el turno tarde. Los trabajadores
denunciaron que la empresa los trató de delincuentes, porque tomaron de rehenes
a los de administración, que no podían salir por el paro. La situación en la
planta era desesperante, no se trabajaba, la empresa no les daba comida a los
despedidos y tuvieron que donar sus bonos y terminaron todos acampando dentro
de la empresa.
El 20 de agosto empezaron a recibir
apoyo de otras fábricas, como Pepsico y Stani, y cortaron la Panamericana , como
habían hecho en 2007. Al día siguiente volvieron a cortarla, a pesar de que la Gendarmería quiso
impedirlo. El sábado 22 y domingo 23 se realizaron los primeros de sucesivos
festivales artísticos solidarios, recibieron la adhesión de los docentes de
Suteba y el dibujante Rep les mandó un dibujo.
El 25 de agosto el Ministerio de
Trabajo dictó una nueva conciliación obligatoria, por lo cual los obreros se
presentaron a trabajar. A las seis, cuando cruzaron la reja perimetral, se
encontraron con decenas de policías, y a los despedidos los llevaron a un
quincho donde les proyectaron el video El orgullo de ser Kraft, sin dejarlos
salir ni tener contacto con sus compañeros. “La idea era empezar un operativo
ablande como se hizo en General Motors con el famoso Chevy Club y al final de
la conciliación proceder al despido de los que verdaderamente les molesten”,
denunció la comisión interna. El 26 volvieron a parar la producción y esa
semana recibieron el apoyo del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez
Esquivel y organismos de derechos humanos.
El viernes 4 de septiembre la
empresa dio asueto, lo cual fue denunciado por los trabajadores como lockout
(paro patronal). Estaba por terminar el plazo de una nueva conciliación
obligatoria y el lunes 7 se presentaron a cumplir sus tareas, pero sólo pudo
entrar a la planta de Pacheco un grupo de despedidos y delegados. La policía
estaba adentro de la fábrica y reprimió con balas de goma a los empleados que
hacían ruido contra la reja. Adentro los uniformados intentaron detener a
miembros de la comisión interna, pero sus compañeros respondieron con una
batahola de sillas y bandejas para impedirlo. El Ministerio de Trabajo se
comprometió a investigar lo sucedido y convocó a las partes a una mesa de
diálogo. El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia repudió la represión.
Esa semana los familiares de los
despedidos se manifiestan frente a la quinta de Olivos y comenzaron las marchas
en Capital de agrupaciones estudiantiles y universitarias. Hubo nuevos cortes
de la Panamericana ,
el escritor Osvaldo Bayer se pronunció a favor de los trabajadores, hubo
marchas en Rosario, Bahía Blanca y Quilmes, y se solidarizaron los obreros de
Zanon. El 15 marcharon a la
Embajada de Estados Unidos. Víctor Hugo Morales difundió
detalles del conflicto y dos pibes irrumpieron en el programa Justo a tiempo,
que conduce Julián Weich, para reclamar por los despedidos. Jorge Zorreguieta,
presidente de la Copal (la cámara empresaria que agrupa a las empresas
fabricantes de alimentos) fue repudiado por instar al Gobierno a reprimir para
desalojar la fábrica.
Esta semana el clima se recalentó
con los dos cortes de la
Panamericana. Las declaraciones del titular del gremio de la
alimentación, Rodolfo Daer, y del líder de la CGT , Hugo Moyano, que afirmaron que el conflicto
está “ideologizado”, contribuyeron a aislar a los obreros de Kraft. Sin
embargo, los despedidos sostuvieron casi 40 días de toma, con actividad
productiva sólo en dos jornadas, porque contaron con el apoyo mayoritario del
resto de los trabajadores que conservan sus puestos. Por la denuncia de
ocupación que hizo la empresa, la fiscal Laura Capra intentó desde el primer
momento concretar el desalojo. La
Cámara de San Isidro dijo que el poder político debía instar
a las partes al diálogo, pero advirtió que si no se concretaba esa negociación
procedería a darle la razón a la fiscal. No fue necesario, porque el viernes lo
hizo el juez Ricardo Costa.
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Los voceros de Kraft desmintieron
haber acudido a la Embajada
de los Estados Unidos. Tanto la
Justicia como el gobierno nacional dejaron en manos del
gobernador Daniel Scioli la resolución del conflicto, que a todas luces
fracasó. Y ordenó a la
Bonaerense ponerse a disposición de la orden judicial de
desalojo.
En la puerta de Kraft, el delegado Javier
Hermosilla aseguró que no es que “no pudo” frenar el desalojo, sino que “no
quiso porque desde el gobierno nacional le habían pedido mayor contundencia”. A
juzgar por las vehementes explicaciones de los funcionarios del ministro de
Trabajo, Carlos Tomada, ellos hicieron “denodados esfuerzos” para que las
partes volvieran al diálogo. Sin embargo, cuando la empresa acudió al
ministerio el viernes lo hizo acompañada por funcionarios de la cartera laboral
provincial y presentó un paquete cerrado que nada tuvo de acuerdo ni de
negociación.
“Hablamos con ellos (los despedidos)
hasta último momento para que salgan de la fábrica pacíficamente, pero no
logramos que cedieran”, decían. El sábado a la madrugada una joven que había
estado detenida varias horas en la planta tras el desalojo contaba otra
versión. “Alejandro Chavarría (jefe de la delegación regional Tigre del
Ministerio de Trabajo provincial) nos leyó el acta y le pedimos cinco minutos
para salir, pero entraron enseguida los policías y no nos dieron tiempo a
nada”, dijo mientras mostraba a las cámaras los golpes recibidos.
El gobierno “popular y de los
derechos humanos” que se jacta en las últimas semanas de enfrentar a los
monopolios a través de la Ley
de medios, puso el aparato estatal -Ministerios de Trabajo, del Interior y
fuerzas de seguridad- al servicio de los intereses de una de las más grandes
multinacionales yankis. Y así, legitimó y legalizó todas las violaciones de las
leyes argentinas que llevó adelante Kraft: despido de los delegados, desacato
de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio, aprietes y maltrato
psicológico a los trabajadores, por sólo nombrar algunas.
El pico del conflicto encontró en el
exterior a la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner y a la delegación
argentina, entre ellos el ministro de Trabajo Carlos Tomada. El gobierno
nacional no supo desactivar a tiempo un conflicto que suma erosión a la
gestión, que en plena crisis aportó decisiones desacertadas cuando el jefe de
Gabinete, Aníbal Fernández, apuntó contra Scioli, y en un encuentro con la Unión Industrial ,
según deslizaron voceros de la UIA ,
habría dicho que desplazarían a los trabajadores que ocupaban la planta. Así se
llegó al viernes 25.
Con derechos laborales violentados,
con el coro de prenseros canallas agitando desde sus usinas de comunicación
institucional “el perfil que deben tomar las empresas para defenderse en los
medios de ataques sindicales”, voceritos a sueldo que alguna vez se asumieron
como periodistas y ahora pregonan miedo “por el temor a que se generalice el
acoso sindical”, llaman a evitar “eventuales contagios” de la situación que se
suscitó en Kraft, lo que se estaría “convirtiendo en una de las crisis
empresarias más graves de la
Argentina en décadas”; así, entonces, se llegó al viernes 25
de septiembre cuando a las 17.30 comenzó la mayor –y más brutal– represión
desde aquel día en fueron asesinados Kosteki y Santillán el 26 de junio de 2002
en el Puente Pueyrredón, en Avellaneda.
4) Intervención del Ministerio de Trabajo
La reunión en el Ministerio de Trabajo entre los
representantes de Kraft, delegados de la comisión interna de la fábrica y
dirigentes del Sindicato de la
Alimentación terminó sin acuerdo.
El
ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su vice, Noemí Rial, aseguran que su
intervención en el conflicto en Kraft Foods (ex Terrabusi) fue la misma que
habrían tenido con cualquier otro sector. Los delegados gremiales le reclaman
la falta de decisión para intimar a la empresa.
Después de que la compañía ofreciera
reincorporar a 30 de los 86 despedidos y 36 suspendidos para destrabar el
conflicto, uno de los trabajadores adelantó que no están de acuerdo (por ser
una decisión unilateral de la empresa) y que iban a decidir en asamblea los
pasos a seguir.
5) Resoluciones
Poco después de que comenzara la
audiencia, Bogado, uno de los delegados despedidos, advirtió que los cortes
podrían extenderse a distintos puntos del país. El gremialista denunció que la
comisión interna a la que pertenece, y que está enfrentada con Daer, no
participó del encuentro con Tomada. "No
hay representantes nuestros. Si se llega a un acuerdo mañana probablemente haya
piquetes en todo el país", amenazó Bogado.
Asimismo, el Ministerio de Trabajo
advirtió a la compañía que podría ser sancionada si no permite el ingreso de
delegados a la planta de General Pacheco, tal como estaba establecido por el
acta de compromiso firmada.
Los trabajadores de Kraft habían
exigido la intervención directa de Cristina Kirchner en el conflicto. "Acá
tiene que dar una solución la
Presidenta , que tiene la oportunidad de reivindicarse con los
compañeros despedidos y suspendidos injustamente", afirmó el delegado
Ramón Bogado. A Bogado no se le permitió ingresar en la fábrica de Pacheco pese
al impasse que la empresa y los trabajadores acordaron.
5) Medidas de acción directa
Consultado sobre una posible
resistencia de la empresa a que ingrese la comisión interna, Rial (Viceministra
de Trabajo) respondió que "entonces van a tener una acción directa de la justicia
porque nosotros le hemos dado el apoyo al ponerle a la empresa la intimación
del artículo
30 (del Decreto 467/88 Reglamentario de la Ley 23.55)" y que eso "un juez
puede resolverlo en 24 horas".
ARTICULO 30.-
(Artículo 52 de la Ley )
- La medida cautelar prevista por el artículo 52, párrafo 1 in fine, podrá ser requerida
por el empleador en momento en que surja o mientras perdure un peligro
potencial para las personas, se desempeñen o no en la empresa (trabajadores,
consumidores, proveedores, usuarios, etc), los bienes, ya sean éstos materiales
o inmateriales, usados, consumidos, producidos u ofrecidos por la empresa o el
eficaz funcionamiento de ésta, siempre que dicho peligro se evite o reduzca con
la suspensión de la prestación laboral del titular de la garantía de
estabilidad. El empleador podrá liberar de prestar servicios al trabajador
amparados por las garantías previstas en los artículos 40, 48, o 50 de la Ley , en cuyo caso deberá
comunicarlo, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas hábiles, al Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social y mantener el cumplimiento de la totalidad de los
deberes que la ley o convenciones colectivas ponen a su cargo, como
consecuencia de la relación laboral; así como el de aquellos que le impone el
artículo 44 de la Ley
de modo directo y los artículos 40 y 43 como correlato de los derechos del
representante, cuando se tratare de un delegado en ejercicio de su función. En
este supuesto deberá promover dentro de los quince (15) días, ante Juez
competente acción declarativa para que se compruebe la concurrencia de los
motivos fundados que autoriza el artículo 78 de la Ley de Contrato de Trabajo o,
en su caso, requerir la exclusión de la garantía con el alcance que justifique
la causa que invoque. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social podrá intimar
a promover una de estas acciones al empleador que omitiera hacerlo dentro de
este término, si hubiere razones para ello. El representante electo, en
ejercicio de su mandato o, concluido éste, mientras perdure la estabilidad
garantizada por el artículo 52 de la
Ley , podrá en caso de que el empleador lo despidiere,
suspendiere, o modificare a su respecto las condiciones de trabajo, colocarse
en situación de despido indirecto, si e empleador no hiciese efectiva la
reinstalación o no restableciere las condiciones de trabajo alteradas, dentro
del plazo que fije a ese efecto la decisión judicial firme que le ordene
hacerlo. Podrá ejercer igual opción, dentro del quinto día de quedar notificado
de la decisión firme que rechazare la demanda articulada por el empleador para
obtener la exclusión de la garantía. Si el trabajador amparado por la garantía
contenida en el artículo 52 de la
Ley no fuera electo, la decisión judicial que declare,
haciendo lugar a una acción o a una defensa, no perdida la garantía, dispondrá
de inmediato la obligación de reparar en los términos del párrafo cuarto del
artículo reglamentado y, en su caso, se procederá a liquidar el importe
correspondiente a dicha obligación en la etapa de ejecución de sentencia.
En el marco de las medidas de acción
directa adoptado por el sindicato, la filial argentina de Kraft Foods no hizo
otra cosa que aplicar los métodos ya puesto en práctica por sus filiales de
Colombia, Perú, Honduras y Venezuela. La sede de Buenos Aires no dudó en
incluir entre las decenas de despedidos a 40 de los 44 delegados por sector, de
los cuales diez forman la comisión interna, de la que Kraft echó a ocho,
intentando borrar con telegramas derechos constitucionales vigentes que fueron
el producto de años y años de historia de luchas obreras. Derechos laborales
que Alberto Pizzi, ex subteniente de caballería del Ejército argentino, casado,
padre de cuatro hijos, que a sus 47 años dirige el Área Cono Sur de Kraft
Foods, no puede desconocer. Su currículum como licenciado en Administración de
Empresas, egresado de la
Universidad de Belgrano, expone una vasta experiencia como
para desconocer normativas sindicales: fue empleado de Marcelo Tinelli con el
cargo de gerente general de Ideas del Sur, y pasó como director de Marketing
por Pepsi Cola Argentina, entre otros trabajos, antes de encumbrase en una de
las mayores productoras de alimentos del mundo. El señor Pizzi evitó la
exposición pública durante el conflicto. Su lugar lo ocupó el abogado Pedro
López Matheu, director de Asuntos Corporativos y Gubernamentales de Kraft, que
se desempeñó antes de asumir su actual cargo en 2006 como gerente de Asuntos
Institucionales del Grupo Clarín durante 10 años, lo que le permitió ocupar la
presidencia de la Comisión
de Libertad de Prensa de ADEPA. Su estilo de gestión lo recordó Página 12: “El
viernes 3 de septiembre de 2004 se produjeron 119 despidos por reclamos de
mejoras en las condiciones laborales. La semana previa 350 empleados pararon la
planta donde se imprime las revistas Viva y Genios. Ese viernes fueron
cesanteados todos los trabajadores hasta el lunes 8, y con 500 efectivos de la Infantería de la Policía Federal
sacaron la edición de Viva de los galpones para ser distribuida. El ideólogo de
aquella movida no fue otro que López Matheu”. Todo un estilo.
Acá en la Argentina pretenden
concretar su viejo anhelo de reducir un turno. Pero los 2.700 trabajadores de
Terrabusi están dispuestos a pagar una crisis que no fue generada por ellos. Terrabusi
Kraft Foods en el año 2007 felicitó a sus trabajadores por batir records de
producción, y hoy ante la crisis pretende dejar cientos de familias en la
calle. En medio del conflicto se hizo público que Kraft ofreció 16.700 millones
de dólares para comprar el grupo inglés Cadbury. Esto traerá
consecuencias de más despidos en la Argentina. Así pasó con Canale, Capri, Mayco,
Vizzolini, Royal, Suchard, Bagley, entre otras.
6) Conclusiones
La huelga de la ex Terrabusi tiene
todavía un final abierto. La lucha en General Pacheco mostró hasta qué punto
está quebrada la capacidad de arbitraje del kirchnerismo. El gobierno no quiso,
primero, llevar adelante los recursos de regimentación de las relaciones
laborales establecidas por ley.
La crisis del arbitraje estatal afecta
a la burocracia de los sindicatos. El conflicto de Kraft desnudó a la CGT como sucursal del
oficialismo. Hugo Moyano, el secretario
general de la central obrera (¿?), justificó la no intervención de su
organización debido a que en la comisión interna de la empresa actúan sectores
"de ultraizquierda" que "politizan" los reclamos. El
dirigente sindical reconoció que la situación de los trabajadores de Kraft
"es extremadamente difícil", aunque deslindó la responsabilidad de la CGT. "Estos sectores no
aceptaron" la intervención de la
CGT cuando comenzó el diferendo, sostuvo Moyano, quien
advirtió que "ahora, cuando la cosa está crítica, quieren ayuda".
A su vez, en la UIA se habla de “exacerbación
social” que generó todo un movimiento popular debido a este conflicto, como si
fuese una respuesta “desmedida” a la actitud deliberadamente endurecida que a
tenido la empresa en cuanto a su posición.
Las Cámara Patronales siempre
plantean ese caballito de batalla llamado “seguridad jurídica” como si las
grandes empresas monopólicas son las únicas que tienen derecho a gozar de los
beneficios de las leyes y que por lo tanto, dado su poder de negociación, su
capacidad de maniobra y al lobby que ejercen ante las altas esferas del
gobierno, se creen autorizados para hacer lo que les plazca y las empresas que
los representan se consideran con las facultades suficientes para pisotear y
vulnerar todas las leyes argentinas. Para la defensa de su sagrada propiedad
privada, se olvidan del mercado, de la mano invisible y reclaman que el Estado intervenga
para que se las garantice. Y para los trabajadores ¿qué? ¿No tienen ellos
también los mismos derechos establecidos en el art. 14 y art. 14bis de la Constitución
Nacional ? ¿Por qué nunca se habla de la seguridad jurídica
para los trabajadores? Toda medida de protesta es respondida con el código
penal y si no les alcanza tienen a su disposición los métodos represivos como
se vio el viernes 25 de septiembre en el desalojo de la planta.
Y como si fuera poco, también se habla de “presiones” por parte de
la embajada de EEUU hacia el Ministerio de Trabajo para que todo esto se
resuelva de forma clara. Desde la embajada de los Estados Unidos, el afable
Thomas Nelly, encargado de Negocios y un fino conocedor de las relaciones con funcionarios
argentinos, fue clave en la búsqueda de un consenso que apaciguara los ánimos.
Dialogó con el gobernador Daniel Scioli. Desde la legación diplomática se
resaltó la importancia de apoyar “la plena aplicación de los derechos y
protecciones laborales, así como el respeto de los derechos de propiedad y del
sistema judicial”. Y se remarcó que la embajada norteamericana no intervino en
las negociaciones. La diplomacia, bajo el manto de la flamante embajadora Vilma
Martínez, quedó a la izquierda de los halcones criollos de Kraft. Claro que
esto depende, de la posición en que se lo mire.
ANEXO DOCUMENTAL
1) Comunicado de prensa de la Comisión Interna
de Terrabusi-Kraft
La empresa Kraft miente y ejerce revanchismo dentro de la planta fabril
El viernes 25
de septiembre, a 38 días de paro dentro de fábrica, ratificado masivamente en
31 asambleas generales, los trabajadores de Terrabusi que nos enfrentamos al
segundo monopolio mundial de la alimentación y primero en Estados Unidos,
fuimos violentamente reprimidos, con decenas de compañeros heridos y detenidos.
Es lamentable
el papel del gobierno nacional que resolvió ponerse al lado de la patronal
yanqui, contra las obreras y obreros y contra todo el pueblo argentino que nos
dio una extraordinaria muestra de solidaridad.
En ese viernes
a la madrugada un impresionante operativo de la policía bonaerense se desplegó
dentro de la fábrica. Policía montada, infantería, perros, fuerzas especiales
de provincia y helicópteros ocupaban nuestro lugar de trabajo.
El salvajismo
de la represión fue brutal adentro y afuera, pegándole a trabajadores y
familiares, incluso niños, y sobre todo a las mujeres. Tiraron con balas de
goma y gases lacrimógenos y atacaron con perros, palos y caballos. Luego de una
represión que solamente recordamos de la época de la dictadura, la justicia
argentina usó las instalaciones de la
Kraft como una comisaría. Allí nos tomaron declaración, allí
actuaban libremente los funcionarios judiciales y del gobierno, la seguridad de
la empresa ordenaba a la policía quién podía entrar y quién no, impidiendo el
ingreso de los abogados.
Denunciamos
que quienes supuestamente velan por el cumplimiento de la ley, nos robaron el
fondo de huelga, así como efectos personales y dinero. Una verdadera vergüenza
a la que se prestó este gobierno.
Así la Kraft volvió a pisotear la
soberanía argentina, luego de haber violado reiteradamente, las leyes laborales
durante todo el conflicto.
La firmeza de
los trabajadores de Kraft Terrabusi, junto a la extraordinaria jornada de
solidaridad del lunes 28, con más de 100 cortes desde Jujuy a Tierra del Fuego,
paros solidarios de varias fábricas, entre ellas Astillero Río Santiago, y una
inmensa movilización a Plaza de Mayo, permitieron volver a reabrir las
negociaciones.
Así fue que los ministros de Trabajo de Nación y Provincia convocaron ala Comisión Interna ,
al sindicato y a la patronal. Luego de una prolongada negociación el Ministerio
saca una resolución donde intima a la empresa a:
Así fue que los ministros de Trabajo de Nación y Provincia convocaron a
1º- La
empresa deberá abonar los haberes adeudados incluyendo los correspondientes
salarios caídos como consecuencia del conflicto, dentro de las 48 horas.
2º- La empresa
debe revisar los despidos y las suspensiones y evaluar los resultados el 1º de
octubre en una nueva reunión.
3º- Retirar
paulatinamente la policía de la fábrica.
4º- La empresa
debe permitir el ingreso de los cinco miembros de Comisión Interna, debiendo
cumplir en plenitud sus funciones gremiales y laborales.
5º- Se intima
a la empresa a garantizar a todos los delegados suspendidos el pleno ejercicio
de sus funciones, dentro del establecimiento.
De los cinco
puntos el 1º, 3º, 4º y 5º no fueron cumplidos por parte de la patronal. Está
planteado cual va a ser la actitud del gobierno ante este monopolio
norteamericano que desconoce las leyes de nuestro país y castiga sin piedad a
sus obreros, y ha desplegado un brutal revanchismo sobre los trabajadores.
Dentro de la planta no permite que se junten más de tres a conversar, violó los
cofres que quiso, hasta pretendió que las fuerzas represivas compartieran el
comedor con los trabajadores, cosa que fue rechazada por estos. En medio de
esta situación, el sindicato, dentro de fábrica se ofrece como garantía para
volver a la producción. Y afuera, avala la denuncia en el Ministerio de Trabajo
de un grupo de trabajadoras carneras, pagadas por la empresa, para injuriar a la Comisión Interna.
¡Que vergüenza!
En medio de la
violación de todos los acuerdos por parte de Kraft, mañana jueves 31, se
vuelven a sentar las partes.
Reafirmamos
que en este conflicto hay dos lados. En uno estamos los 2.700 trabajadores, en
el otro, la patronal yanqui. En estos más de 40 días de conflicto quedó claro
que el pueblo argentino está de nuestro lado. El gobierno nacional y provincial
permitió que la empresa viole todas las leyes argentinas. ¿Va a seguir siendo
el brazo ejecutor de la patronal yanqui?
Hoy en Capital
Federal marchamos junto con la
Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Corriente Clasista
y Combativa (CCC), al Ministerio de Trabajo.
Comisión Interna de Terrabusi Kraft Foods
General
Pacheco, 30 de septiembre de 2009
www.trabajadoresdeterrabusi.blogspot.com
2) Comunicado de
prensa de la comisión interna - Pacheco, 12 de octubre de 2009
El
verdadero plan de Kraft
El domingo 11, la empresa Kraft
Foods sacó una solicitada en todos los diarios, renovando sus mentiras, en este
caso sobre lo que pasó en la audiencia del 9 de octubre con el Ministerio de
Trabajo y el Sindicato. Dice que siempre tuvo “voluntad de diálogo y
flexibilidad”, cuando durante los 38 días que los compañeros despedidos
permanecieron en la planta se negó a realizar ninguna reunión.
Habla de la
“intransigencia” de la
Comisión Interna , intentando hacerla responsable de que
“quedó sin tratarse la propuesta de reincorporaciones efectuadas por la
empresa”. Pero la empresa nunca mostró la nómina de los 20 compañeros
despedidos, que había acordado reincorporar el martes 6 de octubre.
La mejor
demostración de la mentira de la
Kraft , es lo que dice la abogada de la empresa, Ana María
Coza, en el escrito pidiendo la “exclusión de tutela sindical”, es decir el
desafuero, de Ramón Bogado. Allí la patronal expresa claramente “El día 8 de
julio de 2009 el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación , en un marco en el
que la empresa ya daba comienzo a medidas de intimación y eventualmente
despidos de trabajadores, en número cercano a 750, dispuso una audiencia de
partes…”.
Queda claro el
plan de fondo de Kraft, y porqué no firmó el acta en la audiencia del viernes 9
en el Ministerio de Trabajo. Además, Kraft vuelve a amenazar a los trabajadores
con causas penales, porque para esta patronal norteamericana un paro es un
“acto de violencia”, y no un derecho constitucional de los trabajadores
argentinos.
En la
solicitada, la Kraft
afirma que “continuará desarrollando todas sus actividades con total apego a
las leyes argentinas”, y sigue incumpliendo, como desde el comienzo del
conflicto, con las intimaciones del Ministerio de Trabajo.
El gobierno,
en vez de hacer cumplir la legislación argentina, sigue otorgando
extraterritorialidad a la empresa, garantizándole la presencia policial dentro
de la planta
La dirección
del sindicato, en vez de denunciar este plan de ajuste junto a los trabajadores,
vuelve a ponerse del lado de la empresa, negando la representatividad gremial
de la Comisión
Interna , y preparando un alevoso fraude electoral, sin
importarle las decenas de compañeros despedidos y suspendidos que están en la
calle
Frente a la
maniobra del sindicato de convocar a elecciones ya, algunos, con el argumento
de que “ganamos cómodos”, entran en el juego de Daer, y se lanzan a preparar
listas y a meterse de lleno en campaña electoral. Creemos que es una posición
equivocada.
Hay que poner
por delante la lucha por la reincorporación de todos los compañeros, y
denunciar a la dirección del gremio, que vuelve a ser funcional a los planes de
la empresa de descabezar a la actual Comisión Interna. En estas condiciones,
una campaña electoral ayuda a la división. Tenemos que pelear por elecciones
sin despidos.
Esta semana
retomaremos nuestro plan de lucha, dentro y fuera de la planta. Estaremos
acompañados nuevamente por miles de compañeras y compañeros de todo el país, lo
que nos llena de fuerza y nos compromete para seguir adelante en esta ya
histórica lucha de los 2600 trabajadores de Terrabusi Kraft. El martes
movilizamos a los Tribunales de San Isidro para exigir el ingreso a planta del
compañero de la
Comisión Interna Javier Hermosilla (esta negativa es un hecho
totalmente injusto y arbitrario, y tienen que dejarlo entrar
inmediatamente).
El miércoles
asistiremos a la nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo, con la esperanza
de encontrar un principio de acuerdo en este largo conflicto, sobre la base de
que no sean los trabajadores los que paguen por una crisis que no generaron. Y
marcharemos de Congreso a Plaza de Mayo a las 17.30 hs.
Por la reincorporación de todos los despedidos y suspendidos.
Por el retiro
de la policía de la planta.
Por la
libertad gremial sin restricciones dentro de la fábrica.
Por el ingreso
de todos los miembros de la
Comisión Interna con sus funciones gremiales.
No al fraude electoral.
No al fraude electoral.
Viva la
heroica lucha de los 2.600 trabajadores de Terrabusi Kraft.
Blog de la Comisión Interna
- www.trabajadoresdeterrabusi.blogspot.com
3) Testimonio sobre el desalojo y la represión
Policial
–¿Cómo
fue el desalojo? –le preguntó Página/12 a Coria.
–Fue tremendo. En el mismo momento en
que un funcionario del Ministerio de Trabajo de la provincia nos leía un acta
de un acuerdo con la empresa vemos que los policías de Infantería rompían las
ventanas del segundo piso para llegar a la terraza. Enseguida nos rodean y
empiezan a tirar con balas de goma. Algunos compañeros trataron de proteger a
las mujeres y otros tiraron lo que tuvieron a mano para frenarlos: unos conos
de plástico, algunas piedras, no lo voy a negar, era lo poco que había.
–¿Cuántos
eran ustedes?
–Eramos 25 en total, varias mujeres.
–¿Cómo
siguió?
–Se nos vinieron encima. Algunos
compañeros se entregaron. A uno, con las manos levantadas, le dispararon y lo
hirieron debajo de la rodilla. A otra compañera la levantaron de los pelos y le
golpearon la cabeza contra el piso varias veces, me han dicho que se ve con claridad
en Crónica. Y no contentos con eso, cuando está totalmente dominada, la patean.
–¿Cuáles
son las heridas más graves?
–Hay varios con balas de goma. A algunos
compañeros les rompieron la cabeza con garrotes.
–¿Fueron
dados de alta?
–Sí, a la madrugada. Los atendieron en
el Hospital de Pacheco.
–¿A
dónde los llevaron después del desalojo?
–Cuando estuvimos todos reducidos nos
subieron a un celular, en compartimientos que yo no conocía, de cincuenta
centímetros por menos de un metro, de a dos, apretados, con una rejilla que
apenas dejaba respirar.
–¿Los
llevaron a una comisaría?
–No, la fábrica se convirtió en una
comisaría. Tanto en la oficina de personal como en el departamento médico nos
tomaron declaraciones, nos sacaron las huellas, era como una comisaría.
Compañeros más viejos contaban que la imagen les recordaba el campo de
concentración que funcionó en la
Ford durante la dictadura.
–¿Quién
les tomó declaración?
–La misma policía. Y no dejaron entrar a
nuestros abogados.
–¿Estaba
el fiscal?
–Entiendo que sí.
–¿Las
declaraciones las tomaban policías uniformados?
–Sí, y nos querían hacer firmar un acta
con todas las acusaciones. Nos negamos.
–¿A
qué hora los liberaron?
–Nos tuvieron ahí hasta cerca de las
4.30. Nos liberaron a todos juntos.
–¿Qué
pasó hoy?
–Hoy nos reunimos unos cien compañeros,
de los tres turnos. No fue una asamblea. Las asambleas son por turnos y más
representativas. La última noche éramos entre 400 y 500 trabajadores.
–¿Cuál
es la actitud de los trabajadores que no fueron despedidos?
–De gran indignación. De hecho una gran
cantidad de compañeros estaba ayer (por el sábado a la madrugada) esperándonos
en la puerta, preocupados. Si se puede garantizar que haya asamblea, no tenemos
dudas de que va a seguir el paro adentro de la fábrica. La duda es si la
empresa va a dejar que entre la comisión interna para conducir la asamblea.
–¿Todos
los miembros de la comisión interna fueron despedidos?
–Despidieron a los principales, cuatro
miembros sobre diez.
–¿Qué
expectativa tienen?
–La expectativa era de una intervención
del Gobierno a favor de los trabajadores, pero lamentablemente se frustró.
Habíamos hecho marchas con banderas pidiendo la intervención de la Presidenta en el
conflicto y vimos que jugaron en contra de los trabajadores.
–¿Qué le
reprocha al Ministerio de Trabajo?
–Que teniendo el poder de policía
dictaron dos veces una conciliación obligatoria, la empresa no la acató y no se
la hicieron cumplir. La empresa avasalló un montón de leyes, como la que impide
despedir a delegados con fueros. Trabajo tenía la fuerza necesaria para hacerla
cumplir. Teníamos expectativas, pero nos terminamos dando cuenta de que tuvimos
que enfrentarnos no sólo con la empresa, también con el sindicato, el
ministerio y la Justicia.