MEMORIAS OLVIDADAS: LA PRESIDENCIA DE
BILL CLINTON (1993-2001)
Por Sergio Daniel Aronas – 24 de octubre de 2015
Los
comentarios del libro de memorias de Bill Clinton que viene realizando la
prensa escrita circunscripto únicamente al caso de la becaria, es una muestra
flagrante de la increíble capacidad de olvido que reina en este mundo al
pretender callar y borrar lo que caracterizó verdaderamente la presidencia de
este imperialista elevado a la enésima potencia. El señor Clinton a lo largo de
sus ocho años de reinado se la pasó enviando tropas al extranjero, invadió
países tanto por propia decisión o por mandatos de las Naciones Unidas,
bombardeó ciudades y pueblos, fortaleció embargos comerciales y bloqueos
económicos contra países que por ninguna causa
resultan una amenaza a la seguridad nacional del país más imperialista
del mundo, denunció en forma unilateral acuerdos y tratados firmados por
presidentes anteriores, como así también rechazó adherirse a otros importantes,
firmó las salvajes e inmundas leyes de extraterritorialidad contra empresas no estadounidenses
que comercien con Cuba y fortaleció el poderío
y la presencia militar de los Estados Unidos en el mundo.
Su primer
acto de gobierno en política exterior fue dar la orden de bombardear un radar
militar en Iraq el 21 enero de 1993, es decir en el primer día de su mandato,
con lo cual fue preparando desde el comienzo de su presidencia, el terrero y
las circunstancias para que su sucesor republicano George W. Bush diez años más
tarde consumara la solución final contra el pueblo, la cultura y las riquezas iraquíes.
La
presidencia de Clinton estuvo marcada por desarrollarse en plena era de la
globalización imperialista donde los Estados Unidos por primera vez desde 1945
quedaron como la única potencia mundial y contribuyeron de manera decisiva al
fortalecimiento de las instituciones financieras multilaterales de crédito como
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Estados
Unidos encabezó, propició, alentó y apoyó la ola neoliberal que arrasó con los
países subdesarrollados, en particular en América Latina, donde la
extranjerización de la economía, la privatización de las empresas estatales, la
desaparición del control del Estado Nacional, las políticas de ajuste
estructural, la apertura comercial, bancaria y financiera y las desregulaciones
en todos los mercados donde el Estado fijaba las pautas y las reglamentaciones
para su funcionamiento, marcaron con su sello la nueva era del capitalismo
neoliberal de los nefastos años noventa. Los negativos, perniciosos y
devastadores resultados en los cambios estructurales en la organización
económica de los países donde pisó su suelo la marea del mercado, el impacto de
la mutación política de los estados en sus formas y regímenes de gobierno, se
sentirán por muchos años y muchos serán los años que se necesitarán para salir
de esta crisis terminal. Mientras en América Latina la miseria, la indigencia,
el hambre, la desocupación, la exclusión asolaba a la región y cuyas finanzas
eran vaciadas por la fuga de capitales y por los pagos de los intereses de una
deuda externa fraudulenta, ilegal e ilegítima, las arcas de los bancos de los
Estados Unidos se llenaban con estos miles de millones de dólares con lo cual
se convirtieron en una máquina succionadora de dólares para abastecer al mundo
de liquidez que muchos países.
Este es
el gran secreto de tras del cual se esconde la negativa del imperialismo para
dar una salida política y definitiva al problema de la deuda externa de los
países subdesarrollados porque cada dólar que transfieren, los Estados Unidos
inmediatamente los vuelcan en la financiación de sus programas de desarrollo
militar como el sistema nacional de defensa sobre la base del sistema de
misiles, los invierten en la formidable fortificación de su red de bases
militares en el planeta, en la ampliación y expansión de la OTAN en Europa
atrapando a los países que fueron sus enemigos en el Pacto de Varsovia y éstos
ahora creen que estando del lado imperialista resolverán los problemas que la
naturaleza rapaz del capitalismo les ha metido en sus sociedades.
Bill
Clinton no vaciló en bombardear a países como Afganistán, Sudán e Iraq y a
liquidar a los países que se atrevieran a no seguir la línea dictada por el
imperio. El caso extremo fue la intervención de la OTAN encabezada por la
fuerza aérea norteamericana en la guerra para la “protección” de la provincia
de Kosovo en marzo de 1999 donde tuvieron la osadía de presentar sus ataques
militares como "bombardeos humanitarios". La única verdad es que la
entrada en guerra de la OTAN bajo la dirección de los Estados Unidos fue la que
provocó el desastre de los refugiados quienes huían despavoridos y desesperados
por la criminal masacre que estaban cometiendo, errores de cálculo en los
objetivos atacados que fueron llamados “daños colaterales”.
La
verdadera razón de esta intervención criminal fue el intento de derrocar a
Slobodan Milosevic que resistía para que su país Serbia siguiera siendo
socialista, ya que la guerra de secesión impulsada por las potencias europeas,
en primer lugar, Alemania, había conseguido extirpar y destruir la República
Federativa Yugoslava y reconocer la independencia de Crocia, Bosnia-Herzegovina
y Eslovenia.
Bill
Clinton realizó una profunda militarización de la economía estadounidense para
estar preparados para lanzarse a nuevas guerras de agresión y convertirse no
sólo en árbitros de los destinos del mundo, sino también en gendarme y policía
a escala continental y mundial. Durante los años del Clinton, los Estados
Unidos se metieron en una serie de conflictos a los que nadie los llamó, se
entrometieron en asuntos internos de países soberanos sobre los cuales no
tenían ni la menor idea de qué se trataba, como ocurrió con sus intervenciones
en Kosovo, Albania, Tanzania, Kenia, Egipto, Turquía, Somalía. Esta escalada
intervencionista en países de religión musulmana y cuyo odio al imperialismo es
ampliamente conocido, fue el caldo de cultivo que multiplicó a las
organizaciones terroristas a planificar ataques contra los Estados Unidos.
La
decisión de intervenir militarmente en el conflicto interno en Somalía terminó
en un fracaso completo que afectaron seriamente la imagen del presidente y el
prestigio de los Estados Unidos.
El
profesor Ivan Eland, director de estudios para la defensa del Instituto Cato,
en un breve artículo publicado en el sitio de Internet www.cato.org
en marzo de 1999, vaticinó las posibilidades de un ataque terrorista contra
EE.UU. y dio nombre y apellido: Osama Bin Laden, capacitado para golpear
objetivos norteamericanos dentro y fuera de su territorio. El profesor Eland
afirmaba en dicho artículo que si los terroristas deciden tomar represalias por
la manía imperial de entrometerse en las cuestiones de sus países, "las
consecuencias podrían ser catastróficas". Y en último párrafo escribió:
"El gobierno de Estados Unidos debe considerar seriamente si jugar el
papel de policía internacional vale medio millón de muertos en una ciudad
norteamericana".
Por todas
estas razones, la era Clinton fue, en resumidas cuentas, un verdadero proyecto
de resurgimiento del poder militar y de la arrogancia agresiva e imperialista
de los Estados Unidos. De ahí que comentar la presidencia de este siniestro
personaje tomando como el hecho principal en sus ocho años de gobierno por una
fellatio agrede la inteligencia de las personas, significa tomarnos por
estúpidos y conspira contra la seriedad de los medios que se unen a las agencias
de información capitalistas que propalan estos "análisis" para que se
nos borre del registro histórico los auténticos alcances y reales dimensiones
de una de las presidencias más horrendas que tuvimos que soportar en especial
hacia América Latina. Precisamente, el bombardero de Arkansas se lanzó con todo
contra nuestra región y esta es la lista negra:
1993: Invasión militar a Haití
1994: Imposición del Tratado de Libre Comercio con
Canadá y México. Pregúntele a los hermanos mexicanos los brillantes resultados
de tal acuerdo.
1996: Anuncia la entrada en vigor de la Ley
Helms-Burton que recrudece el bloqueo contra Cuba y se convierte en el
principal instrumento de su política agresiva contra el pueblo de Cuba, su
gobierno y su revolución.
No nos olvidemos que el siniestro senador Helms fue el
director de la CIA en la época en que el Che Guevara había entrado en Bolivia y
se lanzó a su cacería implacable en 1967 aprobando su ejecución inmediata a su
captura.
1998: Proclamación oficial para la imposición del
Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, es decir, un simple eufemismo para
ratificar el dominio y rapacidad de las multinacionales de los Estados Unidos
para devorarse al continente.
1999: Imposición del Plan Colombia que bajo el
pretexto de combatir al narcotráfico, es el intento más ambicioso del
imperialismo norteamericano para liquidar a los movimientos de liberación
nacional no sólo de Colombia sino de toda Latinoamérica.
1999: Ordena a los altos mandos de la OTAN el
bombardeo y la agresión militar con la República de Serbia con el fin de
proteger a los civiles de la provincia de Kosovo que pretendía independizarse
bajo la dirección de un ejército de fascistas apoyados, financiados y armados
por el imperialismo. Los desastrosos bombardeos dejaron una secuela de muertos
incalculables en la población que estos campeones de la libertad y la
democracia iban a defender. A Serbia como único representante legítimo que
quedaba de la antigua Yugoeslavia y que no se había entregado a la asquerosa
voracidad del capitalismo, terminó rindiéndose deteniendo a su presidente por
“crímenes de guerra”. La hipocresía imperialista nunca se vio tan clara en
estos acontecimientos porque si hay alguien que se caracteriza por los
asesinatos y crímenes de lesa humanidad, es precisamente el imperialismo
encarnado en la Organización Terrorista del Atlántico Norte y su gendarme el
gobierno de los Estados Unidos
2000: Desembarco de tropas yankis en la provincia de
Misiones en la República Argentina a cuyo amparo estos salvajes invasores
pretenden la inmunidad para sus soldados y oficiales en caso de ser cometer
delitos.
En cuanto a la política interna, el presidente Clinton
resultó ser un hombre caracterizado por sus manejos poco transparente en los
asuntos públicos, que un país como los Estados Unidos tan apegados a las reglas
y a la puntillosidad que debe guardar el primer magistrado, por lo que se le
imputaron las siguientes faltas en el ejercicio del gobierno:
1)
Es el primer presidente de Estados Unidos que ha sido
acusado de violar a una mujer y que ha rehusado contestar esa acusación.
2)
El primer presidente que confronta un proceso legal que
le prohibiría ejercer la profesión de abogado.
3)
El primer presidente en pagar dinero a una ex
subordinada como compensación por daños.
4)
El primer presidente de quien se sospecha haber
ordenado bombardeos para desviar la atención de sus problemas personales (Sudán
y Kosovo).
5)
El primer presidente que ha “alquilado” la habitación
de Lincoln en la Casa Blanca para obtener fondos para sus campañas políticas.
6)
El primer presidente que ha pedido excusas públicamente
por algo que no ha admitido haber hecho.
7)
El primer presidente que trata de definir en público lo
que es y lo que no es una relación sexual, añadiendo que todo ello depende del
significado que se le dé a la palabra “es”.
8)
Le mintió abiertamente a sus ministros y asesores.
9)
Politizó abiertamente el departamento de Justicia.
Y ahora tenemos a su desdichada esposa, la Señora
Hillary cuya capacidad de olvido es asombroso, sale en plena campaña electoral
por el partido Demócrata para decir, muy libre de cuerpo que: “El embargo contra Cuba
tiene que eliminarse de una vez por todas. Debemos reemplazarlo por una
política más inteligente que empodere al sector privado cubano, la sociedad
civil cubana, y la comunidad cubanoamericana a espolear el progreso y mantenga
la presión sobre el régimen” en La
Habana, argumentó Clinton, ovacionada durante un discurso en la Universidad Internacional de Florida (FIU) en
Miami. (Fuente: http://www.eldiariony.com/2015/07/31/clinton-el-embargo-contra-cuba-tiene-que-eliminarse-de-una-vez-por-todas/)
En resumen, dentro de la estrategia de cambio de
régimen, como hicieron en Libia y quieren hacer en Siria, llama a reemplazar el
embargo por una política más violenta y más agresiva para derrocar al gobierno
cubano, a su revolución y destruir todo lo bueno que hizo el socialismo en
Cuba. Por eso habla de espolear, de alentar, incitar y motivar a la
contrarrevolución interna para que se subleve contra las autoridades cubanas.
Claro como no pueden instalar en Cuba una guerrilla terrorista, criminal y
fascista como el Estado Islámico en Iraq, Siria y Libia, no sería ninguna
sorpresa que estos salvajes imperialistas, vuelvan contra Cuba con métodos de
los más aberrantes para demoler al primer Estado Socialista de América.
Este es el legado de la presidencia de Bill Clinton
y que al igual que otros presidentes en el caso cubano, comienzan con buenas
intenciones y terminan rompiendo todo lo alcanzado, promoviendo medidas de
presión más virulentas destinadas a ahogar la revolución. Cuando fueron
presidentes hicieron todo lo posible para aplastar a Cuba y cuando se van,
declaran sin que se les caiga la cara de vergüenza, que esas políticas son un
fracaso y critican a los presidentes que las mantienen pero nada dicen de
porqué no las levantaron durante su propia presidencia. El ejemplo más claro de
esto fue la presidencia de Jimmy Carter (1977-1981).
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