DOCUMENTOS SOBRE LA CRISIS GRIEGA - IV
Por Sergio Daniel Aronas - 18 de julio de 2015
En cuarta parte dedicada a los documentos, investigaciones y artículos sobre la crisis política, económica y social que atraviesa Grecia, presentamos el vibrante discurso de la Presidente del Parlamento Griego, la abogada y diputada por la coalición Syriza, Zoe Konstantopoulou pronunciado en la mañana del sábado 11 de julio de 2015 en la sesión dedicada a la discusión de la propuesta de ls Unión Europea sobre el nuevo paquete de medidas para "solucionar" esta crisis. Pese a ser una mujer valiente, aguerrida y combativa, tiene que soportar el peso de la traición de su Jefe y Primer Ministro Alexis Tsipras quien decidió firma este verdadero pacto de rendición incondicional, de la que saldrán perdiendo el propio gobierno y sobre todo el pueblo de Grecia.
En este discurso traza un balance y una historia del origen de la deuda externa, critica fuertemente a Alemania por ser el abanderado de este plan monstruoso que quiebra la independencia, la soberanía y el poder de decisión de la nación helénica-
Desde este blog afirmamos que la solución no pasa por las propuestas coloniales de los imperialistas de la troika y de la OTAN porque hay que tener en cuenta la existencia de las bases militares de esta alianza militar-terrorista en suelo griego y que no piensan ni abandonar ni desmantelar. La solución a esta está en el propio pueblo griego, en sus hombres y mujeres que tienen elevados conocimientos de economía y política para elaborar un plan propio y que responda a los intereses de su patria y de su pueblo que no tienen nada que ver con los que firmaron este plan de demolición.
Podemos decir que cuando el FMI y sus socios hablan de reforma laboral, están diciendo, liquidar los sindicatos, reducir los salarios, eliminar las convenciones colectivas y se congelan los ingresos de los trabajadores quienes no recibirán ningún aumento. La experiencia argentina fue exactamente la que pretender para Grecia los dinosaurios de Europa y en la Argentina estuvimos diez años sin aumentos de sueldos, en una redistribución de ingresos que benefició ampliamente a las clases capitalistas de la industria, el agro y la ganadería, además de los sectores financieros que se llevaron la parte del león de la riqueza creada por los trabajadores.
En su lenguaje criptogámico con el cual intentan engañar al pueblo y a la opinión pública acerca del verdadero contenido de las medidas que deberán poner en marcha el gobierno de Syriza, no es más que una declaración de guerra por la troika para destruir a la clase obrera y campesina de Grecia, la que ya ha dado su veredicto y sentencia en el referéndum y que el gobierno ha omitido descaradamente.
Mucho estarán de acuerdo con las palabras de la Presidente del Parlamento, sin embargo, debe cargar sobre sus espaldas el peso de la responsabilidad por apoyar este pacto, pues de haber sido una verdadera militante de izquierda, tendría que renunciar a su cargo y a su partido, porque sus palabras nada tienen que ver con lo finalmente firmado y eso es en definitiva, lo que en la política concreta vale y se impone.
Se debe seguir defendiendo al pueblo griego y generar toda la solidaridad posible denunciando a los fascistas del mercado, a los imperialistas de todo tipo, incluyendo los fondos buitres, sobre los que no se dice nada y que están festejando con total alegría la rendición de este gobierno, Nuestras críticas las decimos por experiencia propia, por haber vivido 30 bajo el yugo del FMI y el Banco Mundial y en las actuales condiciones de la situación internacional tan difícil, el problema de la deuda, por que el gobierno argentino lo tape, la bomba de la deuda nos va a estallar en la cara y en el momento menos esperado.
EL DISCURSO PRONUNCIADO LA MAÑANA DEL 11 DE JULIO DE 2015
POR ZOE KONSTANTOPOULOU, PRESIDENTE DEL PARLAMENTO GRIEGO, SOBRE LA PROPUESTA
DEL GOBIERNO A LOS ACREEDORES:
Señoras
y señores, estimados colegas,
En
momentos como estos, debemos actuar y hablar con sinceridad institucional y
coraje político. Debemos asumir la responsabilidad que recae en todos y cada
uno de nosotros.
Debemos
defender, de acuerdo a los dictados de nuestra conciencia, las causas justas y
los derechos sagrados, inviolables y no negociables de nuestro pueblo y de
nuestra sociedad. Debemos proteger el legado de aquellos que dieron sus vidas y
su libertad para que hoy podamos vivir como personas libres. Debemos preservar
la herencia de las nuevas generaciones y de las futuras, así como la de la
civilización humana. También debemos preservar esos valores irrenunciables que
definen y alientan nuestra existencia personal y colectiva.
Cómo
elige y decide actuar cada persona puede variar y nadie tiene el derecho de
trivializar las decisiones que se toman a partir de un juicio personal y
existencial, para denigrarlas o explotarlas políticamente.
Todos
y cada uno de nosotros somos juzgados y seremos juzgados por nuestras actitudes
y nuestras decisiones, por nuestro sí y por nuestro no, por nuestras acciones y
omisiones, por nuestra coherencia y nuestras resistencias, por nuestra
abnegación y generosidad.
Desde
hace cinco meses, el Gobierno, teniendo a la izquierda como su corriente
principal y con las fuerzas anti-memorandos en su núcleo, ha estado librando
una batalla desigual en condiciones de asfixia y chantaje, contra una Europa
que ha traicionado sus principios fundacionales, el bienestar de sus pueblos y
sociedades. Dentro de una Europa que utiliza la moneda común, el euro, no como
un medio para alcanzar el bienestar social, sino como una palanca y una
herramienta para la coerción y la humillación de los pueblos rebeldes y sus
líderes. Dentro de una Europa que se está transformando en una prisión de
pesadilla para sus pueblos, a pesar de que fue construida para ser un hogar
común y hospitalario.
El
pueblo griego confió a este Gobierno la gran causa de su liberación de las
cadenas del Memorando, de la vigilancia y supervisión impuesta a la sociedad
bajo el pretexto de la deuda. Esa deuda ilegal, ilegítima, odiosa e
insostenible, cuya naturaleza, como se demuestra en los resultados preliminares
del Comité para la Verdad sobre la Deuda Pública, ya era conocida por los
acreedores desde 2010.
Esa
deuda que no surgió como un fenómeno meteorológico, sino que fue creada por los
gobiernos anteriores a través de la corrupción en la contratación, los
sobornos, cláusulas leoninas, y tipos de interés astronómicos, todo en
beneficio de los bancos y de las empresas extranjeras.
Una
deuda que la Troika, junto con los gobiernos griegos anteriores, convirtió en
forma fraudulenta de deuda privada a pública, rescatando a los bancos privados
franceses y alemanes, así como a los griegos, condenado al pueblo griego a
vivir en condiciones de crisis humanitaria. Y además, utilizó a los órganos de
la corrupción mediática para aterrorizar y engañar a la ciudadanía.
Esa
deuda ni se creó ni se incrementó por el pueblo o por el Gobierno actual.
Durante cinco años se ha utilizado como una herramienta para esclavizar a la
gente, por las fuerzas que operan en Europa bajo las reglas del totalitarismo
económico.
En
el desprecio a la moral y al derecho, Alemania aún no ha pagado sus deudas
(N.de T.: correspondiente a la ocupación alemana) a la pequeña Grecia de la
época de la resistencia, de la que la historia reconoce su heroísmo. Esas
deudas superan el valor de la actual deuda pública griega.
Según los cálculos
moderados de la Comisión del Tribunal de Cuentas creada por el gobierno
precedente, la deuda de Alemania representa unos 340.000 millones de euros,
mientras que la pretendida deuda pública actual de Grecia se estima en 325.000
millones de euros.
Después
de la Segunda Guerra Mundial, Alemania disfrutó de la mayor condonación de la
deuda de la historia, para permitirle volver a empezar de cero. Esto se hizo
con la generosa colaboración de Grecia. Sin embargo, ahora Alemania ha
protegido a los responsables de actos de corrupción con los gobiernos griegos
anteriores y sus partidos políticos, como es el caso de Siemens, y les ha dado
protección evitándoles enfrentarse a la justicia griega.
Sin
embargo, Alemania se está comportando como si la historia y el pueblo griego
estuvieran en deuda con ella, como si quisiera tomarse una revancha histórica
por sus propias atrocidades. Alemania está aplicando e imponiendo una política
que constituye un crimen, no sólo contra el pueblo griego, sino un crimen
contra la humanidad. En el sentido penal del término ya que se trata de una
agresión sistemática y de gran envergadura contra una población con el objetivo
bien premeditado de lograr su destrucción parcial o total.
Y,
por desgracia, los gobiernos y las instituciones que deberían cumplir con sus
responsabilidades, y estar a la altura del momento histórico, se han vuelto
cómplices de esta agresión.
Señoras
y señores, estimados colegas,
Someter
al pueblo y al gobierno en condiciones de asfixia y bajo la amenaza de una
quiebra caótica, por la creación artificial y premeditada de unas condiciones
de catástrofe humanitaria, constituye una violación directa de todos los
tratados internacionales de protección de los derechos humanos, incluida la
Carta de las Naciones Unidas, los tratados europeos, e incluso los estatutos
del Tribunal Penal Internacional.
El
chantaje no es una fatalidad. Y la creación y la implantación de condiciones
cuyo objetivo es suprimir el libre arbitrio, no permite a nadie hablar de la
libertad de «elección».
Los
prestamistas están chantajeando al gobierno. Ellos están actuando de manera
fraudulenta, ya que saben desde 2010 que esta deuda es insostenible. Están
actuando conscientemente, ya que en sus declaraciones anticipan la necesidad de
conceder una ayuda humanitaria a Grecia. ¿Una ayuda humanitaria para qué? ¿Para
un desastre natural inesperado y accidental? ¿Por un terremoto imprevisto, una
inundación, un incendio?
No.
Una ayuda humanitaria que es la consecuencia de una elección consciente y
calculada para privar al pueblo de sus medios de subsistencia, cerrando el
grifo de la liquidez en represalia por la decisión democrática del gobierno y
del parlamento de llamar a un referéndum y dejar a las personas decidir su
propio futuro.
El
pueblo griego honró al Gobierno que confió en él, y al Parlamento que les
permitió el derecho a tomar sus vidas y sus destinos en sus propias manos. Con
valentía y orgullo ha dicho No.
NO
al chantaje
NO
a ningún ultimátum
NO
a los Memorandos de servidumbre
NO
al pago de una deuda que el pueblo no creó y de la que no es responsable
NO
a las nuevas medidas de miseria y sumisión
Los
prestamistas han insistido obstinadamente en la transformación de ese NO en un
SI, con la complicidad pérfida de aquellos responsables de los memorandos y que
se beneficiaron de ellos, de los que crearon la deuda.
Este
NO del pueblo nos trasciende a todos y nos obliga a defender su derecho a
luchar por sus vidas, luchar para no vivir una media vida o una vida de
rodillas. Para estar orgullosos de lo que legamos a las generaciones siguientes
y a la humanidad.
Hoy
el Gobierno está siendo chantajeado para que dé su consentimiento a las
condiciones que no le representan, que no provienen de él, y que combate. El
Primer Ministro habló con honestidad, valentía, coraje y abnegación. Él es el
Primer Ministro más joven que ha habido en Grecia y ha luchado como ninguno de
sus predecesores por los derechos democráticos y sociales de las personas y de
las generaciones más jóvenes, que representó y representa nuestra generación, y
nos da esperanzas. Yo le honro y le honraré siempre por su firmeza y sus
opciones. Y al mismo tiempo, considero que es mi responsabilidad institucional,
como presidenta del Parlamento, no cerrar los ojos y no fingir que no entiendo
el chantaje. Yo nunca podré votar y legitimar el contenido de este acuerdo.
Creo que lo mismo vale y valdrá para el Primer Ministro, quien hoy es
chantajeado con un arma que amenaza la supervivencia de su pueblo. Creo que lo
mismo vale para el Gobierno y para los grupos parlamentarios que lo apoyan.
Voy
a asumir mi responsabilidad vinculante con la historia de esta institución
diciendo «presente», en el debate y la votación de hoy. Creo que de esta manera
me hago más útil a la gente, al Gobierno y al Primer Ministro, a las
generaciones futuras y a las sociedades europeas, al exponer públicamente las
verdaderas condiciones en las que el Parlamento griego debe tomar decisiones,
rechazando el chantaje, de acuerdo al párrafo 4 del artículo 120 de la
Constitución.
El
pueblo griego es el segundo en sufrir esta forma de guerra en la zona euro,
precedido por Chipre en marzo de 2013. Este intento de imponer medidas
rechazadas por el pueblo en un referéndum, mediante el chantaje de los bancos
cerrados y la amenaza de quiebra, constituye una violación brutal de la
Constitución griega y priva al Parlamento de la autoridad que le otorga esa
misma Constitución.
Toda
persona tiene el derecho y la obligación de resistir. No hay resistencia en la
historia que haya sido fácil. Pero hemos pedido el voto y la confianza del
pueblo para afrontar las dificultades, y es frente a estas dificultades que
ahora debemos salir adelante. Y sin temores
Fuente:
www.cadtm.org.ar