LA GUERRA DE MALVINAS
III: LOS ARCHIVOS BRITÁNICOS
Por Sergio Daniel Aronas – 12 de abril de 2015
"En la
guerra moderna, los elevados costos en armas de fuego dan una clara ventaja a
la nación que esté en mejores condiciones de permitírselas y, por consiguiente,
a los pueblos ricos y civilizados. En la antigüedad, los ricos y civilizados
tenían problemas para defenderse de los pueblos pobres y bárbaros. En los
tiempos modernos, los pueblos pobres y bárbaros tienen dificultades para
defenderse de los ricos y civilizados". (Adam Smith, Investigación sobre
el origen de la riqueza de las naciones, Libro V, Cap. I, 1776)
“Hay que explicar a la gente lo grande que es
el secreto
que se esconde en el
surgimiento de las guerras” (Vladimir Ilich Lenin)
Nota aclaratoria:
Hace una par de años publiqué este artículo y
como resultado de nuevos análisis, he decido agregar algunos aspectos que
permitan tener un mejor panorama de los secretos aun no revelados de la guerra
de Malvinas. Para diferenciarlo del anterior, lo subo como tercera parte
ampliada respecto del original y que espero sea del agrado de todos los
lectores.
Al cumplirse treinta y dos años de
la guerra por las Malvinas que tuvo lugar desde el 2 de abril de 1982 cuando
tropas argentinas desembarcaron sorpresivamente en las islas hasta el 14 de
junio cuando terminaron los combates con la derrota de nuestro país, entre todos
los análisis que se han estado haciendo existe particularmente uno que es muy
llamativo y sobre el cual muy poco o casi nunca se habla. Se trata de la
decisión del gobierno británico de declarar como secreto militar todos los
archivos del conflicto bélico por el término de 90 años, de modo que recién
podrán conocerse dichos archivos secretos de esta guerra el 14 de junio de
2072, es decir, cuando todos los protagonistas que participaron tanto del lado
argentino como del británico ya no estarán vivos y ninguno de ellos podrá saber
en qué consisten los grandes enigmas y misterios que aun el gobierno inglés
mantiene tan rigurosamente vedado.
Este
dato es muy importante porque es prácticamente desconocido. Nunca antes los
británicos pusieron tanto celo en guardar por tantos años sus archivos
militares sobre su participación en una guerra. En este sentido, podemos ver
que durante la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña tuvo que lamentar la
pérdida de más 400.000 personas, soportó bombardeos, la destrucción de ciudades
y de su infraestructura básica, sus archivos militares entre 1939 y 1945 se
mantuvieron guardados durante cuarenta años y cuando se hicieron público se
pudo conocer el plan Dropshot (Golpe
Instantáneo), es decir, el programa que el Departamentos de Defensa de los
Estados Unidos diseño para la destrucción atómica de la Unión Soviética con
apoyo del Reino Unido. Aun así todavía están cerrados bajo cuatro llaves los
documentos relacionados con la actividad de su Primer Ministro Winston
Churchill mientras estuvo al frente de la dirección político y militar del
gobierno de Gran Bretaña durante la
guerra. Los archivos de la inteligencia militar británica relacionados con el
descifrado de la máquina de órdenes y códigos militares de la Alemania nazi conocida
con el nombre Enigma estuvieron guardados por 25 años y recién fueron conocidos en 1970.
¿Por qué el gobierno inglés decidió
guardar por tanto tiempo todos los informes y documentos oficiales acerca de la
actuación de sus Fuerzas Armadas en un conflicto que duró 74 días y a 12.000 kilómetros
de distancia? ¿Cuál son los grandes secretos que aún no pueden develarse? O en
todo caso ¿Cuál es el gran secreto que se esconde tras semejante medida y que
ninguno de los que pelearon en los combates estará vivo para conocerlos? ¿Qué
clase de crímenes y de aberraciones varias veces denunciados habrán cometido la
fuerza de tareas inglesa? ¿Acaso tendrá con ver los sueños nucleares de la
Thatcher? ¿Tendrán que ver con la
participación de Gran Bretaña en futuras guerras? ¿Tendrán relación con
el tipo de operaciones militares que se llevaron a cabo, por errores cometidos
como fue el caso del hundimiento del HMS Sir Galahad y HMS Sir Tristam?
¿Estarán relacionados con el tipo de armas desplegadas y que llevaron los navíos
de guerra británicos? Acaso, sus buques ¿no llevaban armas nucleares? Y de los
barcos ingleses hundidos, ¿cuántos tenían el arma nuclear y en qué
proporciones? ¿Cuántos soldados británicos murieron realmente durante la
batalla por las Malvinas pues nunca reconocieron oficialmente su número
verdadero de bajas? ¿Fue tan grande la humillación que un país militarmente
poco poderoso como la Argentina se atrevió a desafiar al gran coloso de la OTAN
y que los daños infligidos a la flota británica por la Fuerza Aérea Argentina
que no tenía experiencia de combate aeronaval fue de un magnitud que no faltó
mucho para ser derrotada? Todos recordamos la espantosa rendición del grupo de
lagartos en las islas Georgias del Sud al mando del represor y asesino Alfredo Astiz
quien firmó su capitulación sin disparar un solo tiro. Fue detenido y llevado a
Inglaterra ¿qué pasó con esta detención? ¿Si fue interrogado por la
inteligencia militar inglesa, develó algún dato acerca del dispositivo
argentino para la defensa de las islas? ¿Hizo alguna declaración acerca de su
participación en la represión ilegal de la que ya se conocían sus siniestros
antecedentes?
Vamos a
tratar de dar algunas hipótesis sobre cuáles son las cuestiones que motivaron al
gobierno inglés para mantener cerrados sus archivos de la guerra por las islas
Malvinas por un período tan prolongado:
1) La urgente necesidad de reconquistar
las islas Malvinas
Con
relación a los grandes secretos o al gran secreto sobre la decisión británica
de poner en acción la flota de tareas en la llamada Operación Corporate con la
que enviaron casi 120 buques de todo tipo para movilizar a unos 30 mil soldados
armados hasta los dientes con el armamento de infantería más moderno para una
guerra de invierno como ser chalecos protectores térmicos, equipos infrarrojos,
lentes especiales para la visión nocturna y toda una logística altamente
planificada para tener a la tropa en condiciones de combatir aun en los climas
más rigurosos, habría que analizar cuidadosamente que esta decisión se tomó
teniendo en consideración la estrategia y la política de poder global del
imperialismo en cuanto a la necesidad de conservar la fortaleza Malvinas por el
hecho de que Estados Unidos en el marco de los Tratados Torrijos-Carter firmados
en 1977 debía abandonar la zona del canal de Panamá y con el consiguiente
desmantelamiento de todas las bases militares ahí instaladas.
La guerra por el control de la
soberanía en las Islas Malvinas puso de manifiesto con gran fuerza la
determinación de las fuerzas imperialistas de sostener a ultranza el sistema de
alianzas entre los Estados Unidos y Gran Bretaña para mantener el control de
las islas del Atlántico Sur (Malvinas, Georgias y Sandwich del Sud) y de esa
forma incorporarlas a sus planes estratégicos de dominación mundial.
Si todavía existen dudas respecto
al interés de los Estados Unidos por la región austral es importante poner en
conocimiento de un párrafo del documento “Free Oceans Plan (Plan para el Océano
Libre) elaborado por el Consejo Nacional de Seguridad en enero de 1980 durante
la presidencia de James Carter donde se dice:
“Aun cuando
EE.UU. pueda contar con un apoyo efectivo y duradero de la Unión Sudafricana y
de Chile, y eventualmente de la Argentina, que facilite la ejecución de sus planes
para el extremo sur de los tres océanos, es indispensable contar con el apoyo
de Gran Bretaña … Este debe ser nuestra principal aliada en el área, no sólo
porque todavía ocupa diversas islas en el Atlántico Sur que, en caso necesidad,
podrían convertirse en bases aeronavales, de acuerdo al modelo de Diego García
en el Océano Indico, o en punto de apoyo logístico, como la isla de Ascensión
(en el Atlántico entre América y África), las Islas Tristán da Cunha (al oeste
del Cabo Buena Esperanza), Georgias, Sándwich del Sur y Falkland podrían servir
de enlace entre las islas del Príncipe Eduardo (Canadá) y el Cabo de Hornos.
Gran Bretaña deber ser alentada a mantener aquellas islas bajo su soberanía
ante cualquier circunstancia, incluso en las islas que Argentina reivindica
para sí, como las Falkland, Sándwich y Georgias del Sur. Debe persuadirse a
Gran Bretaña de que su permanencia en las Falkland será de gran importancia
estratégica para la seguridad del mundo libre”.
Esto quiere decir que el
imperialismo de los Estado Unidos alentaba a su par británico a que mantuviera
a toda costa el control de las Malvinas, prolongando indefinidamente cualquier
clase de negociación con la Argentina en cuanto a la disputa por la soberanía e
incluso si dada una hipotética circunstancia en la cual el imperio británico se
retirara de ellas por las razones que fuera, debería facilitarle el camino para
que el nuevo dueño de las islas no fuera la Argentina sino los Estados Unidos.
De ahí puede venir la rápida movilización de la diplomacia estadounidense
apenas estalló el conflicto para tratar de mediar entre la Argentina y Gran
Bretaña, donde el Secretario de Estado, Alexander Haig, ex comandante en Jefe
de la OTAN, cumplió dignamente su tarea de distraer a la dictadura para que en
el momento propicio volcaran todo el peso de su condición de primera potencia
mundial a favor del Reino Unido. Vale la pena traer este documento que se
conoce desde junio de 1982 (aunque solo se conoce lo transcripto) porque es el
antecedente a tener en cuenta sobre las razones que impulsaron al gobierno de
los Estados Unidos a dar su apoyo total a Gran Bretaña, además de las razones
de ser su aliado preferencial en la OTAN con el que comparten mutuos intereses
y objetivos imperiales. Y no sólo le brindó asistencia militar sino que a
nuestro país le aplicó sanciones punitivas económicas y financieras.
Y esta firme decisión de reconquistar las islas Malvinas queda evidenciado en este análisis realizado en un documento presentado en un seminario realizado en abril de 1984 dedicado al estudio de las guerras desde 1945 en adelante, en el que se puede leer lo siguiente referido al conflicto de abril y junio de 1982, donde pone relieve la importancia estratégica de las islas como vía de comunicación y como reserva de recursos energéticos de gas natural y petróleo:
“Potencialmente, las islas Malvinas podrían contribuir más a una nación a quien las controle que a la lana que pudiera obtenerse. La distancia que cubre la ruta de navegación por el cabo de Hornos entre los océanos Atlántico y Pacífico, las islas podrían servir como una base para proteger o perturbar el envío de tráfico a lo largo de esta importante ruta marítima. También, puesto que una de las cuencas sedimentarias inexploradas más grandes del mundo se encuentra en el océano al este de las Islas Malvinas, las islas podrían proporcionar acceso a enormes cantidades de petróleo y gas natural. Así, las Malvinas podrían para ser estratégicamente valiosa en el futuro”. (Major Timothy J. Hannigan, USMC. British Triumph on East Falkland. War since 1945 Seminar, 2 April 1984).
El
interés de los Estados Unidos por el Atlántico Sur ya estaba entre sus
objetivos estratégicos de largo alcance. En un artículo publicado en la revista
“Air Magazine” en su edición de Marzo/Abril de 1975, Richard Bisell, politólogo
y uno de los cerebros del proyecto de la OTAS, es decir, una OTAN para la
región con participación de Sudáfrica e Israel, escribía lo siguiente sobre la
importancia de zona para los Estados Unidos:
“En lo que
solía ser un rincón ignorado del mundo, se están produciendo cambios. El
Atlántico Sur es el escenario de ambos a largo plazo y cambios inmediatos en
fórmulas estratégicas. Los Estados Unidos, en adición a los países de la
región, está mirando las cuestiones militares y de políticas exterior sobre esa
área con gran cuidado. Los problemas que hay que afrontar tienen implicaciones
para las próximas décadas, y las respuestas tendrán que incluir un poco de
pensamiento a largo plazo sobre el futuro de esa región. Este artículo, por
supuesto, sólo puede esbozar algunos de los escenarios alternativos, pero
cualquier persona interesada en la política de defensa querrá explorar con
mayor profundidad las implicaciones de la política estadounidense en el
Atlántico Sur. Con esto en mente, vamos a considerar la política estadounidense
en el pasado, el reto de presentar el desarrollo y el futuro posible.”
La clave de todo el entramado
Malvinas para los intereses imperios criminales de Occidente es el
mantenimiento y fortalecimiento de las islas como base militar como la garantía
para la protección de la seguridad nacional de los Estados Unidos, de
Inglaterra y de la OTAN en su conjunto porque en definitiva, toda la OTAN salió
en defensa y apoyo de Gran Bretaña en su guerra contra la Argentina. Además en
la estrategia global de los Estados Unidos, imaginarse unas islas Malvinas bajo
soberanía argentina, le puede plantear serios inconvenientes a los planes
expansionistas del imperialismo y también dilemas referentes con el poderío
militar estadounidense en la región. Por tal razón, entre otras, relanzaron la
IV Flota con amplio despliegue para controlar la región sudamericana que
proyectado a las islas Malvinas es una zona de una tremenda importancia
geoestratégica, geopolítica y geoeconómica de primer orden.
2) La movilización de la diplomacia de los
Estados Unidos.
La
rápida movilización del Departamento de Estado de los Estados Unidos durante la
guerra para intentar ser un mediador que evite el derramamiento de sangre, tuvo
como fundamento principal la relación especial que siempre han tenido
norteamericanos y británicos a lo largo de su historia y en esta guerra en
particular obraron de modo tal para convencerlos de que no vayan a la guerra
sino todo lo contrario: llevar a cabo un poderosa expedición punitiva y
recuperar para la OTAN ese territorio tan apreciado, tan importante y tan vital
para las vías de comunicación por su cercanía a la Antártida, otro territorio
fuertemente en disputa, pese a la existencia de un tratado que fija las normas
y la distribución geográfica de cada país. No olvidemos ni por un instante que
el Secretario de Estado de los Estados Unidos durante la guerra de Malvinas venía
de ser el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la OTAN, es decir, un
general con experiencia de combate en Vietnam y qué conocía muy bien las
Fuerzas Armadas británicas que tenían asignadas la defensa del flanco Norte de
la Alianza Atlántica en caso de un hipotético ataque de los países miembros del
Pacto de Varsovia que encabezaba la entonces temible Unión Soviética. Y en su
mediación nunca fue neutral ni mucho menos imparcial: jugó decididamente por la
defensa de los intereses británicos y los alentó a que vayan a la guerra y no
agotó las vías diplomáticas porque no confiaban en ellas..
El
decidido apoyo de los Estados Unidos a Gran Bretaña durante la guerra de las
Malvinas, brindándole asistencia de todo tipo de materiales y equipos que
solicitaran, fue una clarísima venganza contra la dictadura militar argentina
que en enero de 1980 rechazó adherirse al embargo cerealero proclamado por el
entonces presidente Jimmy Carter contra la Unión Soviética debido a su
incursión en Afganistán a finales de diciembre de 1979. Esta decisión que el gobierno de Ronald
Reagan anunció el 30 de abril, sorprendió a la dictadura argentina porque aun
confiaban en la neutralidad estadounidense y en la imagen de “majestuosidad” de
Galtieri cuando visitó los Estados Unidos en 1981. Un error de cálculo garrafal
creer que se puede confiar en el imperialismo. Al día siguiente, la Fuerza
Aérea británica inició la guerra con el bombardeo al aeropuerto y a las
posiciones defensivas argentinas en Puerto Argentino.
3) Las relaciones de los Estados Unidos
con América Latina
La
guerra de Malvinas destapó para siempre quienes son los amigos y quiénes son
los enemigos de la Argentina en particular y de América Latina en general. Los Estados
Unidos, como la nación dominante en el continente y sin importarle la doctrina
Monroe de 1823, sin importarle la existencia del Ministerio de la Colonias que
fue la Organización de Estados Americanos, sin importarle los acuerdos
defensivos del continente como el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR), ni el pacto de Río de Janeiro, no se obligó en cumplir con
los artículos del TIAR que llamaban a defender a la Argentina por ser país
americano que estaba siendo atacado por un potencia extracontinental. Lo único
que le importaba y lo primero que saltó a la vista para la diplomacia de los
Estados Unidos era la necesidad fundamental de recuperar las islas por y para
el imperio británico sobre la base de la diplomacia de las cañoneras. Así como
todo el sistema interamericano estalló por los aires y provocó una profunda
crisis entre Estados Unidos y los países latinoamericanos del continente porque
quedó en evidencia la complicidad del imperialismo estadounidense por sostener
la agresión británica contra la Argentina.
El
compromiso del gobierno de Ronald Reagan con su par británica de Margaret
Thatcher fue total en cuanto al abastecimiento y ayuda técnica y material de
todo tipo para asegurar la victoria colonial inglesa. Además de los medios
militares, contó con la ayuda tecnológica que les brindaban los satélites
espías para ubicar las posiciones de las tropas argentinas y en la información
necesaria para llevar a cabo la guerra.
La
guerra de Malvinas de 1982 provocó una profunda crisis en el sistema de
relaciones interamericanas que hoy sigue vigente porque las naciones
latinoamericanas se consideraron traicionados por su socio mayor por no
respetar los tratados existentes que garantizaban la defensa mutual del
continente frente a una agresión europea. Nunca en la historia los Estados
Unidos movieron un dedo para ayudar a nuestros países agredidos, bombardeados o
invadidos por los países europeos y tenemos montones de casos desde México en
1861, Perú en 1864, pasando por Venezuela en 1902 hasta llegar a Malvinas.
A
partir de Malvinas, las relaciones con los Estados Unidos se hicieron
complicadas porque se expandió por toda la región un sentimiento
antiimperialista como pocas veces se vio por el fuerte protagonismo de los
pueblos que apoyaron la causa Malvinas, no por la dictadura, sino por un
sentimiento patriótico de casi 150 años de un enclave colonial irresuelto. Los
gobiernos latinoamericanos en casi todos feroces dictaduras y la única que
apoyó la guerra británica para recuperar las islas fue la sangrienta dictadura
chilena del General Pinochet que hicieron todo lo posible para que Gran Bretaña
derrote a la Argentina. La debilidad diplomática y política de la región fue
una causa importante en la imposibilidad de concretar la ayuda militar que la
Argentina necesitaba. Pero es culpa de la desastrosa Junta Militar argentina
que rechazó el envió de tropas y armas de países hermanos como Cuba, Panamá,
Perú y Nicaragua que estaban dispuestos a luchar por nuestras islas
decidamente-
Los
archivos británicos, en caso de revelarse, pueden dar información sobre cómo se
movió la diplomacia inglesa y sus servicios de inteligencia para conocer las
posiciones de los diversos gobiernos de
América Latina, algunos de los cuales integraron el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas cuando se voto la resolución 502/82 que pedía a la Argentina y
a Gran Bretaña a que cesaran las hostilidades, que la Argentina desmovilización
de las fuerzas argentinas en Malvinas, pero no decía nada a que los ingleses
detuvieran en pleno mar, el envío de su flota de guerra equipada con armas
nucleares.
4) La ayuda chilena a la fuerza de tareas
británica.
También
el tema de los archivos puede estar relacionado con el apoyo que la dictadura
chilena de Augusto Pinochet brindó al imperio colonial británico durante la
contienda, como se deprende del efusivo agradecimiento de Margaret Thatcher a
Pinochet durante la detención de éste en Londres. Ahí se rompió un pacto de
silencio entre estos dos gobiernos con las gracias de la ex Dama de Hierro al
criminal y genocida general chileno. Por otra parte, en este video del sitio de
internet “youtube” se puede ver al ex General de la Fuerza Aérea de Chile,
Fernando Matthei, muy suelto de cuerpo y muy contento por haber ayudado a
Inglaterra a ganar la guerra y por haber contribuido a la derrota argentina (http://www.youtube.com/watch?v=sEAX-Mofbrw).
En ese mismo video, el Gral. Matthei confiesa que recibió a un importante jefe
militar británico quien le solicitó ayuda de inteligencia sobre los movimientos
y posiciones de las tropas argentinas. También está el incidente con el
helicóptero Sea King que cayó en el sur chileno realizando no se sabe qué tipo
de tareas: ¿reconocimiento? ¿Espionaje? ¿A quién, contra quién y para quién? Se
cree que formó parte de una operación cuyo nombre en clave fue Mikado con el
fin de destruir los aviones Super Etendard y los misiles Exocet, ambos de
fabricación francesa que resultaron muy efectivos en el hundimiento de varios
buques británicos como el HMS Scheffield y el HMS Atlantic Conveyor.
Se sabe
que la dictadura chilena aprovechando la circunstancia de la guerra de la
Argentina contra Inglaterra, movilizó parte de su ejército hacia la cordillera
como forma de presionar a nuestro país y evitar que envíe sus mejores unidades
al conflicto con Malvinas. Para la dictadura argentina, la verdadera hipótesis
de guerra era con Chile contra el estuvo a punto de ir a la guerra a finales de
1978 por el diferendo de las islas Picton, Lennox y Nueva ubicadas al sur del
canal de Beagle.
5) El hundimiento del Crucero ARA General
Belgrano.
Es un
tema que no para de provocar polémicas, pero que de nuestra parte argentina no
hay ningún lugar a dudas en calificarlo como un crimen de guerra, ya que el
hundimiento del crucero General Belgrano, navegaba fuera la zona de exclusión, es
decir, que ya había salido del círculo, que alrededor de las islas, había creado
el mando británico y que determinaba que todo navío o avión que surcara dentro
de dicha zona sería sometido a ataque inmediato por sus unidades de combate. El
cambio de órdenes para autorizar la agresión al crucero argentino fue una
decisión basada en cálculos estratégicos desde el punto de vista militar por la
supuesta amenaza que representaba para la Royal Navy dado el poderío del
alcance de fuego de sus cañones y porque formaba parte de un grupo de buques
que esperaba la llegada a los navíos ingleses para rodearlos en un movimiento
de pinzas con otro de grupo de barcos y atacarlos por los flancos. Ese
movimiento estaba preparado para darse el 30 de abril que fue la gran oportunidad
que tuvo el mando argentino de asestar un golpe demoledor con el apoyo de toda
la fuerza aérea en una jugada donde pondría todo el potencial de ataque. Esta
situación puede entenderse en su verdadera dimensión si se despliega un mapa
del Atlántico Sur y se ubica la flota inglesa y los dos grupos de navíos
argentinos ese 30 de abril. La orden de ataque nunca llegó ni el jefe de las
fuerzas operativas argentinas tuvo la decisión de asumir por su propia
iniciativa la responsabilidad de esta maniobra que pudo haber marcado otra
historia en la guerra por las Malvinas. O quizás no, pero esa posibilidad se
perdió y nunca más las fuerzas argentinas dispusieron de una situación para
sorprender a la Royal Navy en plena travesía.
En
cuanto a la diplomacia, el hundimiento del General Belgrano fue un hecho que
frustró definitivamente el camino a una solución negociada del conflicto justo
cuando el presidente peruano Fernando Belaúnde Terry hacía conocer su propuesta
de paz. Esta paz se hundió junto con el Belgrano y quedó abierto el camino de
la guerra que era precisamente lo que deseaban los imperialistas británicos y estadounidenses
como un modo de escarmentar y castigar a un país que se atrevió a desafiar a
una potencia mundial de primer orden.
6) Las armas nucleares en Malvinas
Entre
las unidades navales que fueron enviados a la reconquista de Malvinas, se
encontraban seis submarinos, de los cuales cinco eran nucleares como el
Conqueror cuyos torpedos Mark 24 fabricados durante la Segunda Guerra Mundial
hundieron al crucero General Belgrano argentino. Otros buques según denuncias
hechas en su momento, como las fragatas HMS Brilliant y HMS Broadsword portaban
armamento nuclear y la entonces primer ministro Margaret Thatcher había
amenazado con bombardear el territorio continental argentino con armas atómicas
si el presidente de Francia, Francois Mitterando no le daba los códigos
secretos de los aviones Super Etendard y sus precisos misiles Exocet. Pero los
sueños nucleares de la Thatcher no quedaban ahí porque había pensaba seriamente
en bombardear la provincia de Córdoba con un misil atómico y a la ciudad de
Buenos Aires con un misil bacteriológico. A esas ciudades se les sumaban Rosario
y Mar del Plata (esta última por ser puerto y sede de los submarinos argentinos)
como objetivos nucleares para ser bombardeadas. Si los mandos ingleses se
atrevieron a violar sus propias reglas de combate cuando decidieron hundir al
Belgrano, porque no iban a tomar otras diabólicas medidas quien gobernó su país
como fuese una dictadura bajo la máscara democrática de un Parlamento y un
sistema electoral en la que dos partidos hace siglos dirigen los destinos del
imperio británico.
7) Los aviones franceses Super Etendard y
sus misiles Exocet
Cuando
la Argentina decidió ocupar las islas en abril de 1982, había encargado la
compra de la versión más moderna de dicho misil, la versión AM39 que se dispara
a casi la velocidad del sonido por encima de las olas y a una distancia de 30
millas cargando su poderosos explosivos. Gran Bretaña sabía de estas
negociaciones pero no creyó que la Argentina podía tener listos en tan poco
tiempo los aviones para el combate. El compromiso francés con Gran Bretaña no
sólo fue acompañarlos en las medidas de embargo económico y financiero, sino
que les proporcionó los aviones Mirages del tipo que tenía la Argentina, de
modo realizar prácticas de ataque y así estar en condiciones para derribarlos
cuando se enfrenten a ellos. Además les proporcionó todos los datos secretos de
estos aviones. De acuerdo con el contrato que estipulaba el viaje de técnicos
franceses para ayudar a los argentinos a acoplar los misiles a los aviones, el
gobierno francés suspendió esta misión y debieron arreglarse solos en el armado
final de los aparatos (Ver todo este tema en “Una cara de la moneda”. La guerra
de las Malvinas, Versión completa del The Sunday times Insight Team, Londres.
Editorial Hyspamérica, Buenos Aires, 1983. Páginas 248 a 250).
8) Las bajas británicas de la guerra.
Debe
ser quizás uno de los secretos mejores guardados y cuyos verdaderos números no
quieren que se conozcan porque la Argentina, en inferioridad de condiciones
técnicas y de experiencia de combate, le produjo a la fuerza de tareas
británicas una cantidad de bajas que aun no quieren reconocer. Sólo admiten que
la cantidad de buques hundidos y/o averiados fue la más grande que le causaron
desde la Segunda Guerra Mundial, pero no dicen nada acerca de los ataques
realizados contra sus dos naves principales: los portaaviones Hermes e
Invencibles. En cuanto a las bajas en sí el dato oficial del gobierno británico
es que tuvieron 255 muertos y 777 heridos durante la guerra. Pero estas cifras
para muchos son ridículas dado la violencia de los combates y la ferocidad de
la lucha tanto en las acciones de Pradera del Ganso para la toma del Puerto
Darwin entre el 28 y 30 de mayo como en las batallas terrestres siguientes. El
capitán de Fragata Carlos Hugo Robacio que comandó al Batallón de Infantería de
Marina Nº 5 en la defensa de los montes Williams, Tumbledown y Sapper Hill
afirmó que los ingleses sufrieron el triple de bajas que los argentinos en
dichos lugares y que no pueden declararlo públicamente ya que estos datos son
secretos militares y que si se divulgan pueden ser sometidos a Corte Marcial.
Gran
Bretaña tiene la obligación y el deber moral de informar las verdaderas bajas
que tuvieron en la guerra y si no lo quieren a dar a conocer es porque deben
sentirse avergonzados que un país subdesarrollado como la Argentina le haya
infringido un daño tan grande y tan severo como para que recién en 2072 se
revelen cuántos muertos y heridos tuvieron en la guerra. Es verdad que tuvieron
que reconocer que si hubiese sido por la ayuda de los Estados Unidos y a las
fallas mecánicas de las espoletas de las bombas de los aviones argentinos que
no explotaron, corrían un grave riesgo su operación colonial de reconquista. Lo
mismo sucede con relación a las pérdidas que tuvieron durante las operaciones
aeronavales, es decir, cuántas naves fueron alcanzadas por los ataques argentinos
y cuantos fueron los aviones y helicópteros que perdieron en la guerra. Todos
concuerdan en que hubiesen sido muchísimos más grandes las pérdidas de buques
ingleses si las bombas lanzadas hubiesen explotado en el punto de impacto ya
que muchas atravesaron las naves y cayeron al mar. Esto lo reconocen los
oficiales ingleses si uno mira los videos de la guerra. Pero el quid está en
que el imperio inglés confirme plenamente los dichos por sus comandantes.
Esperemos que algún día pueda
conocerse la verdad de los desastres que causó esta guerra y que sólo sirvió
para mostrar la podredumbre de una dictadura fascista argentina que se caía a
pedazos por la lucha de los trabajadores que tres días antes salió con valentía
a exigir cambios urgentes desafiando la represión sanguinaria de la policía y
las miserias de un gobierno conservador británico sacudido por una ola de
huelgas y por la crisis económica que la golpeaba duramente por las medidas de
privatizaciones neoliberales, con las que quiso recuperar su vieja estirpe
colonial e imperialista. Los muertos, heridos y mutilados los aportó y soportó
como siempre los pueblos de ambos países.
ANEXO DOCUMENTAL
Texto
completo de la resolución 502/82 del 3 de abril de 1982, del Consejo de
Seguridad de la ONU:
"EL
CONSEJO DE SEGURIDAD: Recordando la declaración formulada por el Presidente del
Consejo de Seguridad en la 2345a Sesión del Consejo de Seguridad, celebrada el
1o de abril de 1982 (S/14944), en la que se instaba a los Gobiernos de
Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a que se
abstuvieran del uso o la amenaza de la fuerza en la región de las Islas
Malvinas (Falkland).
Profundamente
preocupado por los informes acerca de una invasión por fuerzas armadas de la
Argentina el 2 de abril de 1982. Declarando que existe un quebrantamiento de la
paz en la región de las Islas Malvinas (Falkland).
1)
Exige la cesación inmediata de las hostilidades.
2)
Exige la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las Islas
Malvinas (Falkland).
3) Exhorta
a los Gobiernos de Argentina y el Reino Unido a que procuren hallar una
solución diplomática a sus diferencias y a que respeten plenamente los
propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas."
Fue
aprobada por 10 votos a favor por los siguientes países: Estados Unidos,
Francia, Guyana, Irlanda, Japón, Jordania, Reino Unido, Togo, Uganda y Zaire.
Uno solo votó en contra: Panamá. Y cuatro se abstuvieron: China, URSS, Polonia,
España.