LA INSURRECCIÓN DEL GHETTO DE VARSOVIA
Por Sergio D. Aronas – 19 de abril de 2015
“En la fidelidad a las tradiciones lo importante no es
guardar las cenizas, sino sostener la llama”
(Jean Jaures, Fundador del Partido Socialista Francés y
el periódico L´Humanité)
El 19 de abril pasado se cumplieron 72 años de la
Insurrección del Ghetto de Varsovia, la primera sublevación realizada contra el
invasor fascista alemán en los años de la Segunda Guerra Mundial y que puso en
lo más alto de la historia las tradiciones combativas y de heroica resistencia
del pueblo judío, que al igual que en otras épocas y circunstancias, volvió a
emerger con toda fuerza la idea de la libertad e independencia.
Este año la celebración pasó casi desapercibida, en un
silencio total como si ya no importara record este acontecimiento glorioso de
la historia durante la Segunda Guerra Mundial. Se impone por lo tanto, realizar
una breve
De los 18 millones de judíos que vivían en el mundo antes
del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, entre los cuales 11 millones vivían
en el continente europeo, fueron asesinados por la maquinaria industrial del
crimen organizado hitleriano planificado y ejecutado con tenebrosa y diabólica precisión
genocida por la Alemania nazi entre 1939 y 1945, unos 6 millones, la gran
mayoría judíos polacos y soviéticos y entre ellos 1 millón de niños en los
campos de concentración y exterminio por medio de fusilamientos, asesinatos
masivos, torturas, hambre, en los siniestros experimentos, por las
enfermedades, en las cámaras de gas y en los hornos crematorios. Aquí no tienen
cabida las opiniones de los revisionistas y neonazis viejos y nuevos que cada
año ante este aniversario o cualquier otro relacionada con la Segunda Guerra
Mundial plantean la negación de esa operación este genocidio llevado por los
nazis.
El intento de borrar de la faz de la tierra a todo un
pueblo fue el más sanguinario intento realizado por la dirección política de un
Estado desde la más alta instancia de su gobierno y el más sanguinario cumplimiento
de un objetivo supuesto que Hitler proclamó en un libro de cabecera escrito en
la cárcel y que el genocidio del pueblo armenio por Turquía en plena primera
guerra mundial, fue su “fuente de inspiración”. Me permito aplicar las palabras
de Miguel Cervantes Saavedra cuando al comienzo de “El ingenioso hidalgo Don
Quijote de la Mancha”, habla de nombre del lugar que no quisiera recordar. El
nombre de ese horrendo y siniestro no quisiera recordar cómo se llama por el
asco que me causa leer aunque sea las citas de otros autores que han tenido el
vomitivo disgusto de leerlo. Ninguna biblioteca en el mundo pública o privada
debería alegrarse o enorgullecerse por tener en alguno de sus estantes
semejante mamotreto.
El 1º de septiembre de 1939, la Alemania nazi lanza por
tierra, mar y aire, la invasión a Polonia, hecho que inicia la carnicería más
grande de la historia de la humanidad hasta 1945. Derrotada por completo en una
operación de guerra relámpago que destrozó toda resistencia, el gobierno polaco
fue obligado a firmar la capitulación definitiva el 9 de octubre y el país
quedó bajo el control del fascismo lo que permitió organizar la política de
terror en las zonas ocupadas.
El Ghetto de Varsovia surgió como consecuencia de la
política racista antisemita del fascismo alemán que ordenó concentrar a toda la
población judía en los barrios de Muranów, Powązki, Nowolipki, Śródmieście
Północne y Mirów, separándolo de los demás habitantes por altas murallas
construidas ex profeso, bajo la estúpida excusa el contagio de enfermedades y
evitar epidemias. Fue creado por decreto del gobernador Fischer el 2 de octubre
de 1940 obligó a todos los judíos de la capital polaca a trasladarse a esa
zona, con lo cual 550.000 personas vivieron hacinadas durante más de tres años.
La descripción de todo lo que pasó ahí ha sido escrito miles de veces. Están
las fotografías y las películas de la época han reflejado con claridad absoluta
los desastres de esta creación que el genio maligno del fascismo engendró en
toda Europa. Las consecuencias del Ghetto fueron que de esos 550.000, unos
150.000 murieron de hambre; 300.000 en los campos de concentraciones en la
serie de traslados realizados entre julio y septiembre de 1942; 70.000 fueron
asesinados entre la primavera y el otoño de 1943 (de marzo a diciembre según
las estaciones climáticas europeas). Esto quiere decir que el 5% de los
habitantes del Ghetto murieron salvándose sólo el 5% aproximadamente unas
30.000 personas.
Todas las formas de matar estaban “sabiamente calculadas”,
sobre todo el exterminio por hambre porque hubo una política premeditada de
discriminación hacia los habitantes del Ghetto. Los nazis ocupantes de la
ciudad de Varsovia, podían a acceder a alimentos con 2.310 calorías diarias;
los extranjeros que simpatizaban con los nazis, 1790; los polacos a 634 y los judñios apenas a 184
calorías por día.
A la luz de la gloriosa rebelión de los combatientes del
Ghetto de Varsovia se me ocurre afirmar sin lugar a dudas que todos ellos pelearon a
la manera sanmartiniana. ¿A qué me estoy refiriendo? No estoy diciendo nada
descabellado ni estoy aseverando cualquier cosa. Seguramente los héroes del
Ghetto no conocieron la figura del Libertador de América, el Gral. José de San
Martín. Ni tampoco habrán leído su bando más poderoso, es decir, el que redactó
el 27 de julio de 1819 en el que llamaba a los jefes y oficiales a hacer la
guerra a los absolutistas españoles “del modo que podamos”. Y así la llevaron a
cabo a partir del 19 de abril de 1943 cuando comenzó el levantamiento porque
tuvieron que luchar como pudieron y con las armas que consiguieron. Pero no fue
solo eso, porque contando con armamento precario (con fusiles, revólveres y
bombas molotov) pelearon contra varios batallones nazis armados hasta los
dientes apoyados con tanques y cañones, resistiendo casi un mes en condiciones
de lucha completamente desiguales y murieron con las armas de la mano como hombres
y mujeres de coraje hasta ver a su país completamente libre. Desgraciadamente
la mayoría no llegó a verlo y los que sobrevivieron al finalizar los combates
ya sea porque se rindieron o porque fueron capturados, los nazis los fusilaron
en el lugar donde los encontraron.
El Levantamiento del Ghetto
de Varsovia que marcó
el inicio de las insurrecciones armadas en los territorios ocupados por las
tropas fascistas hitlerianas, al pasar de la resistencia clandestina al combate
abierto y directo. Esta sublevación fue la más
importante, formidable y heroica realizada por la resistencia judía y que como
onda expansiva tuvo profunda repercusión para que los prisioneros de otros
campos situados en Polonia, también tomen el camino de la armas bajo el lema
“Por vuestra y nuestra libertad”.
Es preciso saber y entender
que no fue ningún acto desesperado, sino el resultado de un largo trabajo de
preparación y organización para el elegir el momento propicio para la lucha en
la que se puso de manifiesto con gran fuerza, la unión patriótica de los
antifascistas de todas las tendencias políticas dentro del Ghetto. De ahí que
fue desde el punto de vista histórico, político e ideológico fue la expresión
más genuina de las mejores tradiciones combativas y revolucionarias de la
población judía en Polonia y de la propia historia de la nación polaca porque
forma parte inseparable de ella.
La
resistencia en el Ghetto de Varsovia fue llevada a cabo por varias
organizaciones revolucionarias que editaban sus periódicos clandestinos con el
fin de mantener la unidad de los judíos del Ghetto. Haremos una breve reseña de
las formaciones políticas y los periódicos que editaron la resistencia
clandestina en el Ghetto porque para muchos parece que la insurrección vino de
la nada porque no se conoce a las organizaciones que tomaron las armas para
terminar con el exterminio fascista.
1) El primer grupo de importancia fue el Bloque
Antifascista de Lucha” fundado en marzo de 1942 gracias al trabajo incansable
de Josef Lewartowski quien fuera el
inspirador de esa unida antifascista en el Ghetto de Varsovia. De ese bloque
saldría más tarde la Organización Judía de Combate. Lo formaron el Partido
Obrero Polaco, y los grupos Haschomer Hatzair (de donde surgió Mordejai
Anielevich, quien sería el Comandante en Jefe de las fuerzas combatientes del Ghetto
y con solo 22 años), Poale Sion, He Jalutz (Pioneros) y el Dror, todos
formaciones juveniles sionistas de diversos matices y puntos de vista. El
bloque Antifascista editaba el periódico “El Llamado” que dirigía el propio
Lewartowski
2) Grupo Espartaquista: fue una organización de la
juventud judía que editaba el periódico “El Fogonazo” desde septiembre de 1939.
Dos años después sale a luz “Amanecer” escrito en idish. En este grupo llevaron
a tener unos 200 militantes activos entre ellos Rosa Rosenfeld, Sofia Iamalka y
Luisa Albertsman.
3) Sociedad de Amigos de la Unión Soviética. Esta
formación estaba dentro del Ghetto con buenas relaciones con el “Poale-Sion” y
con la agrupación homónima del lado “ario”.
4) Grupo K.M.Z.P. Esta agrupación la integraban antiguos
jóvenes comunistas y en el activaban grupos de maestros, obreros, gente sin
partido, sindicalistas.
5) Organización “La Hoz y el Martillo”. De todos esos
grupos dispersos del Ghetto, este era el mejor constituido formado por
militantes del Partido Comunista Polaco en cuya dirección se encontraba Jaim
Ankierman y Arem Kohn. Su periódico se llamaba “Mañana Libre” que se editó
entre febrero y diciembre de 1941 cambiando de nombre por el de “Aurora de la
Libertad”. Fueron los primeros en realizar acciones armadas como sabotajes
junto con los militantes del Haschomer Hatzair (La Guardia de la Juventud).
6) Partido Obrero Polaco. Surgido en los primeros días de
enero de 1942, tuvo una enorme gravitación no solo en la lucha por la
liberación del Ghetto sino en toda la Polonia ocupada por los nazis alemanes.
Su influencia fue muy importante en la determinación de las formas de la lucha
clandestina de la resistencia en el Ghetto. Editaba su periódico “Tribuna
campesina”. En reemplazo del periódico “La Aurora de la Libertad” aparecieron
las publicaciones propias del partido obrero polaco “Al combate”, “La Chispa”, “El
Martillo”, y otros más cuyos nombres reivindican la tradición combativa de los
trabajadores judíos y del pueblo polaco.
7) Organización Obrera y Campesina de Combate. Si bien se
formó fuera de los límites del Ghetto de Varsovia, se propusieron como
objetivos centrales preparar la resistencia y los sabotajes, ayudar a los
habitantes del Ghetto formando una sección de este grupo y ayudar a los
prisioneros soviéticos. Las primeras operaciones las realizaron entre junio de
1941 y enero de 1942. Entre los integrantes del Comité Central del Partido
Obrero Polaco encontramos a Andrzej Schmidt, a Iosef Lewartowsky a Adam Meretik
(responsable de orgnazación), Edward Fondamisnki, Schjane Faingold, Iscob
Dreir, Dvid Wlosko, todos provenientes del Partido Comunista Polaco.
8) Bund: Nombre dado al partido socialista reformista
judío que fue muy popular en le período anterior a la guerra. Fue fundado en
1897 como partido obrero judío. Ideológicamente eran partidarios de que el
problema judío en cuanto a su autonomía,
valores, cultura y tradiciones debía resolverse en cada país y no como lo
creían los sionistas de fundar una nación propia en Israel. No era proclives a
la resistencia armada pero la juventud del Bund y la sionista de izquierda aspiraban
a la resistencia y a la venganza como métodos de lucha. De la juventud del Bund
surgió Marek Edelman comandante de uno de los grupos más importantes de los
insurgentes que sobrevivió a la guerra-
9) Haschomer Hatzair (La Guardia de la Juventud) fue un
relevante grupo político de origin sionista que el Ghetto tuvo destacada
participación ya que de su sector juvenil surgió Mordejai Anielevich, elegido
jefe militar para el día de la insurrección del 19 de abril de 1943. Su ideología
era la más cercana al marxismo aunque eran partidarios de tener una patria
nacional para los judíos en Israel. En general los grupos sionistas crearon sus
propias formaciones militares y es así como nace la Unión Judía de Combate (ZZW).
10) Po’alei Sión (Trabajadores de Sión) de
Izquierda: Más pequeño que el Bund y el Partido Comunista antes de la guerra,
pero se hizo más influyente en el gueto, debido a la actividad de su juventud. Tenía
buenas relaciones con el Partido Comunista.
11) Dror: Movimiento Juvenil ligado al Po’alei
Sión de Izquierda: Tenían más de 1.000 miembros y fueron integrantes del bloque
Antifascista"... la creación de Israel está sin duda relacionado con el
colapso del capitalismo, un Israel socialista se levantará o caerá con el éxito
o el fracaso del socialismo [en el mundo]". Tenía más de 1.000 miembros.
12) La Guardia Popular. Fue el brazo armado del bloque
Antifascista que actuó como fuerza guerrillera, siendo sus primeras operaciones
en el distrito de Cracovia. La Guardia Popular proveía al Ghetto de armas a
través de los muros deteriorados. Las brigadas de la Guardia la formaban los
prisioneros soviéticos evadidos o los judíos en forma autónoma.
13) La Organización Judía de Combate (ZOB): Fue creada el
20 de octubre de 1942 que reemplazó al Bloque Antifascista en Lucha” ya que se
amplió y fortaleció la unidad judía y combativa con la incorporación de los
grupos sionistas del Bund y tuvo esta dirección política: Edward Fondamisku por
el PPR, Abraham Blum por el Bund, Mordejai Anielevich y Iojanim Morgenstern por
el Haschomer Hatzair y los sionistas socialistas- Anilievich fue elegido jefe
militar y en el estado mayor colaboraron Marek Edelman del Bund, Isaac
Zuckierman de la juventud del Hejaluts t R. Rosenfeld del PPR. La Organización
Judía de Combate tuvo la responsabilidad de organizar, dirigir, realizar y
combatir en la insurrección del Ghetto de Varsovia.
Nota: Es probable que falten nombres y también que haya
errores. En este artículo me basé en el libro de Ber Mark (1908-1966) “La Sublevación
del Ghetto de Varsovia”, Editorial Aporte, Buenos Aires, 1956, que heredé de la
biblioteca de mi padre y está bien conservado.
A mi modo de ver, es una de las mejores y documentadas
fuentes escrita sobre la historia de este levantamiento que no se difunde mucho
su obra porque fue un historiador comunista que vivió en la Unión Soviética
durante la guerra.
Un próximo artículo estará dedicado a los bandos,
mensajes y llamados de la resistencia para oponerse al ocupante nazi que
publicaron en los periódicos clandestinos.