El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)
El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

jueves, 31 de mayo de 2018

LA NUEVA CRISIS DE DEUDA Y LA "VUELTA" AL FMI

Por Sergio Daniel Aronas - 22 de mayo de 2018

“El sistema de crédito cuyo centro son las llamados bancos nacionales, y los prestamistas y usureros que gravitan en torno de ellos, representa una enorme centralización, y otorga a esta clase de parásitos un poder fabuloso, no sólo con diezmar  periódicamente a los capitalistas industriales, sino además el de intervenir en la forma más peligrosa en la producción. Y estos bandidos nada saben acerca de la producción y nada tiene que ver con ella”. Karl Marx, El Capital, Tomo III, Cap. XXXIII.

Introducción

Ningún programa de reestructuración o arreglo de deuda externa realizados desde 1982 hasta la fecha no resolvió nunca este problema sino que lo fue agravando, complicando y perjudicando seria y severamente toda la estructura del aparato financiero, económico y administrativo del estado argentino. El problema de la deuda externa fue la que terminó provocando violentos ajustes a lo largo de las décadas finales del siglo XX que culminaron  con la explosión de diciembre de 2001. Y la historia económica argentina muestra que cada diez años estalla una crisis de deuda con la particularidad que el nuevo ciclo de la crisis es más grave que el anterior cuando aun no finalizaron los efectos de la crisis desencadenante.

Breve reseña de las crisis de deuda de 1982 a 2010

Un breve resumen de esta historia de tragedias entre 1982 y 2016, son una muestra elocuente de que pagar los intereses no resuelve nada porque cuanto más se paga más debe conforme al método imperante de la deuda perpetua y que solo beneficia a las potencias imperialistas, a sus bancos, fondos de inversión y tenedores de bonos-

1982: La dictadura militar-empresaria decide la estatización de la deuda privada.
1984: El “amigo del pueblo” y criminal de guerra Henry Kissinger propone el sistema basado en la capitalización de la deuda por medio de la venta de empresas públicas. Viaja a nuestro país para abortar el único debate parlamentario sobre la deuda externa convocado por Raúl Alfonsín en ese año. Este es un hecho que nadie se acuerda ni el debate ni la presión del gendarme imperial.
1992: La Argentina bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem ingreso al Plan Brady que produce la transformación de la deuda comercial en deuda financiera. Los bancos privados le pasan sus pasivos al gobierno federal de los Estados Unidos y la deuda se convierte en títulos y bonos del estado con la participación del Fondo Monetario Internacional que declara a la Argentina “alumno ejemplar” en la aplicación de los “ajustes estructurales”: privatización de empresas públicas, desregulaciones, apertura de la economía y para financiarse se recurre al endeudamiento externo.

2000: El gobierno de Fernando De la Rúa acuerda con el FMI un “blindaje” financiero que no hace más que echar más combustible al incendio que se avecina.
2001: Se firma con el FMI otro acuerdo llamado “Megacanje” por el cual se cambian bonos viejos por nuevos a largo plazo que hace aumentar la deuda en 50 mil millones de dólares tras el pago de 150 millones de dólares por comisiones. El acto de traición más abominable de esta historia fue la condecoración al agente imperial David Muldford con la Orden del Libertador General José de San Martín. La deuda externa llega a los 150 mil millones de dólares y el ciclo de endeudamiento termina con un terremoto político.

El 19 y 20 de diciembre de 2001: explota el modelo del endeudamiento masivo con movilizaciones en todo el país para que se vaya el gobierno más desastroso de la historia argentina. La represión en la ciudad de Buenos Aires provoca la muerte de 35 personas asesinadas por la acción combinada de la policía, la gendarmería y el cuerpo de la montada, especializados en reprimir y torturar. Hay miles de detenidos y el presidente renuncia huyendo en helicóptero desde la Casa de Gobierno. Es cuando la crisis política e institucional del país hace que en diez días sean presidentes de la Nación cinco personas.

A finales de diciembre de 2001, el presidente interino Adolfo Rodríguez Saa con el apoyo de todo el Congreso Nacional que lo aplaude de pie, declara la suspensión del pago de los intereses de la deuda externa que la prensa capitalista y proimperialista califica este acto como el “default más grande de la historia” lo cual no es cierto, porque el más grande e insuperable de todos fue el decretado por Nixon en agosto de 1971 por 500.000 millones de dólares al declarar la inconvertibilidad del oro al dólar, en un acto unilateral que desató nuevas crisis en el sistema capitalista mundial.

2005: Bajo la presidencia de Néstor Kirchner con Roberto Lavagna como Ministro de Economía y Alfonso Prat Gay como titular del Banco Central de la República Argentina, presentan el primer plan de restructuración de la deuda declarada en cesación de pagos mediante la emisión de toda una serie de bonos para canjearlos porque los que quedaron impagos desde finales de diciembre de 2001. Este plan que implicaba una quita en el monto total de la deuda fue aceptado por el 78% de los tenedores de títulos argentinos y para el Fondo Monetario Internacional fue un “programa modelo” para ser tomado en cuenta por otros países. A partir de esta medida de política económica internacional, el gobierno argentino comenzó a hablar del mito del “desendeudamiento”, una falacia completa porque lo que empezó a pagarse fueron los intereses devengados de los bonos conforme a la doctrina imperante de la deuda perpetua, por la cual siempre se pagan los intereses y nunca el capital. De modo que con este esquema colonial, la deuda siempre aumenta junto con los intereses que genera.

Este primer canje fue un conjunto de bonos agrupados en tres clases: par, con descuento y cuasi par cuyos vencimiento respectivamente se producirán en 2038, 2033 y 2045 y tienen un “premio” basado en el crecimiento del PBI en el sentido de que si éste llegara a tener un evolución superior a cierto nivel, el gobierno se comprometía a distribuir entre los titulares de estos el excedente del 5%. Este fue un negocio extraordinario para los tenedores de los nuevos títulos de deuda que convirtieron a la Argentina en un pagador serial de cumplimiento absoluto.

En 2010 ya bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner se pone en marcha el segundo canje con una ley cerrojo por el cual ingresaron definitivamente a la restructuración de deuda casi el 97% de los tenedores de bonos con los que no lo hicieron en 2005. Los únicos que no ingresaron fueron los mercenarios fondos buitres que se dedicaron a comprar títulos de deuda de países en bancarrota a precios basura para luego iniciar demandas en tribunales internacionales para cobrarlos al 100% de su valor nominal. La Argentina se enfrentó durante cuatro largos e intensos años contra esta banda de delincuentes con fallos en contra, con embargo de propiedades y bienes del estado argentino en el exterior done el caso más resonante fue el bloqueo de la fragata Libertad cuando atracó en Ghana.
  .
El gobierno de Cristina Fernández resistió los embates de los fallos en contra del fallecido juez Thomas Griesa que incluso impidió a nuestro a realizar los pagos que puntualmente venía haciendo a los bonistas que estaban en los canjes de 2005/2010..

Lo que no se debe perder de vista es que entre 2003 y 2015 y a pesar de toda la propaganda en contra, es que la Argentina por más que no le haya pagado a los fondos buitres, nunca se “fue del mundo” porque los canjes de la deuda 2005/2010 se hicieron con supervisión del FMI; nunca dejó de pagarse los intereses de esta deuda y no solo eso, sino que superó a todos los gobiernos anteriores en el pago de intereses que se puede comprobar por fuentes directas de la ex presidente: primero, por su discurso ante las Naciones Unidas en septiembre de 2014 y en segundo término, por el último discurso que dio como mandataria de la Argentina el 1º de marzo de 2015 al inaugurar el período ordinario de sesiones del Congreso Nacional.  

La situación actual

¿Por qué puede surgir una nueva crisis de deuda? Por que las dimensiones de la deuda pública son colosales (vean los informes del FMI sobre Argentina y los del Ministerio de Hacienda y Finanzas del II y III Trimestre de 2017; y el estudio del INDEC sobre la situación del balance de pagos); porque la Argentina tiene compromisos de pagos de deuda hasta el año 2089, es decir, que pasará más de un siglo pagando y pagando.

Entre 1976 y 2018 la Argentina transfirió a la banca extranjera, financieras, gobiernos, fondos buitres y toda la progenie de instituciones capitalistas la cifra bestial de 540 mil millones de dólares por intereses y la deuda no sólo no se ha reducido (ni siquiera con los muy promocionados canjes de 2005 y 2010) sino que aumenta en forma constante por el carácter criminal del sistema colonial imperante de la deuda que cuanto más se paga más se debe.
Así funciona el muy respetable esquema de la deuda perpetua. La única solución es repudiar definitivamente todo el mecanismo que genera la deuda contra nuestro país. Sin embargo, nadie se atreve a dar ese paso ni aun teniendo todo el derecho internacional público y económico a nuestro favor.

Es hora de debatir no solo el repudio de la deuda con todas sus implicancias sino acabar con   

Sobre el brutal incremento de la deuda pública por los Macriboys en 81.000 millones de dólares en solo dos años de gestión, consultamos al Dr. Karl Marx, que algo sabe de estos temas:

"La deuda pública se convierte en una de las más poderosas palancas de la acumulación originaria. Es como unavarita mágica que infunde virtud procreadora al dinero improductivo y lo convierte en capital sin exponerlo a los riesgos ni al esfuerzo que siempre lleva consigo la inversión industrial e incluso la usuraria. En realidad, los acreedores del estado no entregan nada, pues la suma prestada se convierte en títulos de la deuda pública, fácilmente negociables, que siguen desempeñando en sus manos el mismísimo papel del dinero. Pero, aun prescindiendo de la clase de rentistas ociosos que así se crea y de la riqueza improvisada que va a parar al regazo de los financieros que actúan de mediadores entre el gobierno y el país –así como de la riqueza regalada a los rematantes de impuestos, comerciantes y fabricantes particulares, a cuyos bolsillos afluye una buena parte de los empréstitos del estado, como un capital llovido del cielo–, la deuda pública ha venido a dar impulso tanto a las sociedades anónimas, al tráfico de todo tipo de papeles negociables a las operaciones aleatorias como al agio; en una palabra, a la lotería de la bolsa y a la bancarrota moderna". Karl Marx. El Capital. Tomo I. Génesis del capitalista industrial. Cap. XXXI.

La supuesta vuelta al FMI

En el marco de la crisis cambiaria y financiera que ocurrió durante mayo de este convulsionado 2018, al gobierno de Macri –por iniciativa del mismo presidente, según sus propias confesiones- resolvió solicitar “ayuda” al Fondo Monetaria Internacional para resolver el catastrófico déficit de la balanza de pagos donde se verifica un rojo de 30 mil millones de la balanza comercial y como no tiene forma de cubrirlo, no tuvo mejor idea que recurrir a los lagartos impunes del terrorismo financiero internacional, cuyos vínculos con la Argentina están manchados de sangre por los 35 ciudadanos asesinados por las balas represivas de la burguesía defensora de la línea fondomonetarista.
Cuando el 18 de diciembre de 2000 la Argentina firmó el espantoso blindaje financiero con el FMI por 40 mil millones de dólares para el desastroso gobierno de la Alianza, este acuerdo colonial tenía estas condiciones para refrescar la memoria al desmemoriado ministro de Hacienda off shore Nicolás Duvojne: :
Reforma Previsional: eliminar la Prestación Básica Universal y elevar la edad jubilatoria de las mujeres.

Racionalización de la administración pública: es decir, achicar el Estado.

Reducción del gasto público: el objetivo era garantizar el equilibrio fiscal. Para eliminar el déficit promulgaron incluso una ley llamada de Déficit Cero. En el segundo semestre de 2001 el gobierno ajustaría el gasto en 4.000 millones de pesos, cifra equivalente al 1,5% del PBI. 2.100 millones de esos 4.000 serían recortados a las provincias. Las otras dos partidas ajustadas serían las prestaciones a la seguridad social (jubilaciones) y los salarios del sector público.

Reestructuración de la ANSES y del PAMI: se le agregaba la desregulación de las obras sociales.
Firma por parte de todas las provincias del Compromiso Federal para el Crecimiento y la Disciplina Fiscal: congelaría el gasto primario público de la Administración Nacional y Provincial

Si leen los actuales documentos del FMI para la Argentina, hoy veinte años después, exigen la misma y más feroces medidas antipopulares. ¿De dónde este ministro de la banca extranjera que este “es un nuevo FMI?

La Argentina no volvió al FMI porque nunca se fue, ni pateó el tablero ni rompió relaciones, ni se desvinculó del mundo, siguió pagando sus cuotas como miembro permanente ni renunció a su cuenta de derechos especiales de giro y la elaboración y presentación del balance de pagos mantuvo el sistema de cuentas que diseña el FMI. Nunca dejaron de ser socios- Consulten "Ámbito financiero" del 02/09/2009 y podrán ver que siempre se le consultó al FMI y cuando emitieron decretos sobre las cuestiones de la deuda soberana declaraban que los litigios se sometían a los tribunales extranjeros, nunca de la Argentina.

Todavía se cree que la decisión de pagarle la deuda al FMI fue una decisión tomada por iniciativa de Néstor Kirchner, cuando en realidad fue el FMI quien presionó a nuestro país para que le cancele dicha deuda de 10 mil millones dólares con las reservas del Banco Central en solo pago y por adelantado, orden que cumplieron en forma inmediata. Esta cancelación no significó ninguna ruptura ni hubo pedido de salir del FMI, cuyo ingreso bajo la dictadura de 1955 a 1958 fue la que incorporó a la Argentina a los organismos financieros internacionales fundamentales bajo la conducción del imperialismo: el FMI por Europa Occidental y el Banco Mundial por los Estados Unidos.

La Argentina siempre ha sido fiel cumplidora de las ideas y de los planes elaborados por el FMI y aun en los años de los Kirchner que despotricaban contra esta institución, nunca renunciaron a ella ni exigieron la devolución de la parte aportada por nuestro país.