EL DIA QUE EL GRAL. JOSÉ DE SAN MARTÍN
SE REBAJÓ SU SUELDO
Por Sergio Daniel Aronas – 07 de
noviembre de 2016
Este artículo está dedicado a los diputados y
senadores del Congreso de la Argentina que se aumentaron en forma asquerosa sus
honorarios (dietas) para votar leyes aberrantes contra el pueblo.
Mientras algunos se quejan de que sus
emolumentos son escasos y no les alcanzan para su vida acomodada, lujosa y
privilegiada, al pueblo en todo este año de gobierno fascista de mercado,
antiobrero y antipopular de la peor calaña y especie, no ha recibido ni un solo
aumento de esta espantosa Administración, pero sí está obligado a pagar
impuestos y tarifazos a lo bestia y especialmente el aberrante impuesto a las
ganancias por sueldos a los trabajadores en relación de dependencia.
¿Sabrá el miserable Federico Pinedo, uno de
los más abominables macristas y que se quejó con todo desparpajo de qué no le
alcanzan sus $83.000 para vivir, qué significa verdaderamente que el salario no
alcance como le pasa al 90% de las familias de nuestro país que tienen ingresos
menores a los $15.000 y que el salario mínimo está en $ 8.060? A un dólar que
se cotiza, en términos generales, a $15,60 pueden tener Uds la brutal
diferencia entre los ingresos de la casta putrefacta de estos legisladores y la
inmensa mayoría de los trabajadores. Todo esto no hace más que enfurecer a
todos los que vivimos de un ingreso fijo y sin contar con los beneficios que
gozas estos ladrones en el Congreso.
Aquí va completo el texto del decreto del
Libertador General Don José de San Martín cuando en medio del peligro que
recaía sobre las Provincias Unidas del Río de la Plata de ser invadidas por
tropas españolas con el fin de recuperar el único bastión que no pudieron
recuperar, frente a un cuadro de escasez financiera para formar el Ejército de
Los Andes, el General San Martín llama a la consciencia del pueblo para
defender la obra de la revolución y que todo debe sacrificarse por el bien de
la Patria, resuelve reducirse su sueldo y el de sus colaboradores en un 50%,
una decisión que jamás harán nuestros legisladores que sólo piensan en
convertirse en millonarios desde la gestión pública.
Don José de San Martín, Coronel Mayor de los
Ejércitos de la Patria y Gobernador Intendente de la Provincia de Cuyo (así
empezaba este bando) por el cual se reducía su sueldo a la mitad
Es llegada la hora de los verdaderos
patriotas. La última crisis de la Libertad. Entre su triunfo o su sepulcro no
hay recurso. Se acerca al Río de la Plata una expedición de diez mil españoles,
de otras tantas fieras para devorarnos. Ya no se trata de encarecer y exaltar
las virtudes republicanas. No es tiempo de exhortar a la conservación de las
fortunas y las relaciones familiares. El interés del día es el de la vida, de
este único bien de los mortales.
Acabada la existencia todo ha perecido para
nosotros. Si ella, perece también con nosotros la Patria. Así que basta de ser
egoístas para empeñar el último esfuerzo en este momento único que para siempre
fijará nuestra suerte. A la idea del bien común y de nuestra propia existencia,
todo debe sacrificarse. Desde este instante el lujo y las comodidades deben
avergonzarnos como un crimen de traición contra la Patria y contra nosotros
mismos. Los jefes somos responsables de nuestras operaciones con especialidad
en el presente conflicto.
La pobreza de la caja de esta provincia no
alcanza a sus primeras atenciones al paso que ellas deben multiplicarse. Desde
hoy quedan nuestros sueldos reducidos a la mitad. El empleado que no quisiera
donar lo que deja de percibir, recibirá un boleto para su abono en mejores
condiciones. Yo graduaré del patriotismo de los habitantes mi provincia por la
generosidad, mejor diré, por el cumplimiento de la obligación de sus
sacrificios. Al indolente se los arrancará imperiosamente. Estrechada a servir
a la ley santa de la seguridad individual y general. Ella y no un arbitrio del
poder me impone este fuerte deber. Yo seré tan inflexible al desempeñarlo como
constante en los trabajos que a todos exige la salud pública. Todos somos ya
soldados. Cada uno es un centinela de su vida. El que a la voz de la alarma no
la aprecie, será como parricida y enemigo público. Yo me lisonjeo de hablar a
hombres que quieren ser libres. El suplicio está decretado al monstruo que con su indiferencia defrauda nuestras
esperanzas, desacredita el honor de la América y auxilia la codicia sangrienta
de los invasores. Para realizar pues los efectos de tan importante medida se
observarán religiosamente los siguientes artículos:
1) El Honorable Cabildo abrirá una suscripción
de donativos voluntarios que será el crisol del patriotismo.
2) El Honorable Cabildo está autorizado para nombrar los
individuos que en su Sala recibirán la oblación.
3) Los comisionados darán cuenta del resultado
de su encargo dentro de ocho días perentorios, y el Cabildo pasará a este
Gobierno y al Supremo un estado individual de las cantidades contribuyentes, y
de los que pudiendo hacerlo no lo han verificado, para acordar la remesa de
aquellos en auxilio de la capital, reserva de las necesarias a esta Provincia y
ejecución contra los indolentes si por desgracia hubiera alguno que merezca tan
infamante título.
4) Estas providencias se tomarán en los demás
Cabildos de la provincia, a ellos y al de esta capital concurrirán los
patriotas de esta campaña comarcana por sí o apoderado. Los Ayuntamientos de
fuera darán la misma razón del artículo anterior por medio de los Tenientes
Gobernadores, con remisión a estas cajas de lo colectado en el término
prescripto. Y para que llegue a noticia de todos, publíquese por bando y
sacándose copias autorizadas, fíjense en los parajes de estilo.
Dado en la ciudad de Mendoza, 5 de junio de
1815.