El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

sábado, 23 de junio de 2012

GOLPE DE ESTADO EN PARAGUAY

GOLDPE DE ESTADO EN PARAGUAY:
EL DERROCAMIENTO DEL PRESIDENTE LUGO

            Lo que más llama la atención del derrocamiento del presidente de la República del Paraguay, Fernando Lugo, es su increíble y rápida claudicación, su ausencia de combatividad para defender su gestión de gobierno, su falta de confianza en el pueblo que lo llevó a la presidencia no solo para que lo apoye sino que impida con su movilización este golpe palaciego. ¿Acaso el voto destituyente de 39 senadores puede más que el voto de los más de 700 mil ciudadanos que lo eligieron? La historia de América Latina demuestra que en todos los golpes de estado, cualquiera sea su forma, siempre está la mano negra, siniestra y criminal del imperialismo de los Estados Unidos y en esta oportunidad no sería una excepción teniendo en cuenta los poderosos intereses que el imperio tiene en el Paraguay por sus deseos de instalar bases militares en su territorio y por la protección que brinda a sus multinacionales por más tropelías y execraciones que cometan en el desenvolvimiento de sus negocios y negociados. Si Vladimir I. Lenin alguna vez escribió acerca de lo grande que es el secreto que se esconde detrás del surgimiento de las guerras, podemos aplicar esta idea para tratar de entender la compleja maraña de intereses que se esconde detrás del derrocamiento “institucional” del presidente Lugo. Un antecedente puede remontarse a agosto de 2011 cuando la Comisión de Defensa Nacional, Seguridad y Orden Interno de la Cámara de Diputados de Paraguay fue visitada por una temible delegación de 21 militares norteamericanos para analizar la necesidad de instalar una base militar en el Chaco paraguayo en la ciudad Mariscal Estigarribia con capacidad para albergar a 16.000 efectivos con inmunidad garantizada y dotada de una pista aérea de casi 4.000 km para aviones de combate y Hércules de carga y descarga. Esta base el sirve para presionar a la Bolivia de Evo Morales, tener el control de la triple frontera, combatir el narcotráfico, dominar el acuífero guaraní y permitir que las multinacionales yankis como Monsanto destruyan el suelo paraguayo. No es casual que Syngenta, una transnacional de origen suizo productora pesticidas, llame a esta región de nuestra América como la República Unida de la Soja. Todos este entramado de relaciones peligrosas a los que tuvo que enfrentar el Presidente Lugo, son los que estuvieron involucrados y provocaron la masacre de Curuguaty, con la misma metodología que la derecha fascista de Bolivia asesinó a los campesinos en la ciudad de Pando en septiembre de 2008 para luego culpar a Evo Morales de incompetencia y mal desempeño como presidente de la Nación. Paraguay es un país dominado por terratenientes que siendo el 2% del país tienen en sus manos el 85% de las tierras aptas para la agricultura y ganadería; poseen puertos propios sobre el río Paraguay y están vinculados con las multinacionales exportadoras de cereales en el negocio de transgénicos y agrotóxicos que lleva al desplazamiento y a la desaparición de miles de campesinos que están reclamando una mejor distribución de la tierra. Es esta poderosa oligarquía de latifundistas evasores y explotadores de campesinos pobres los que dominan el Congreso de Paraguay, hijos directos de la sangrienta dictadura de Alfredo Stroessner, la que se puede dar el lujo de expulsar a un presidente legítima y legalmente constituido y con la autorización no admitida por la embajada y el gobierno de los Estados Unidos quienes acostumbrados al elíptico lenguaje de la diplomacia se rasgarán las vestiduras pretendiendo defender lo indefendible como es la destitución de un presidente del mismo modo que procedieron con Manuel Zelaya de Honduras en junio de 2009. Por la política del secreto de los archivos de estado, deberemos esperar unos 25 o 30 años para que otra vez los imperialistas digan lo que hicieron, pero que todos saben quien está detrás de este golpe. La gravedad del hecho es que pone en peligro la unidad que los diversos gobiernos latinoamericanos han conseguido con la constitución de organismos fuera del alcance del imperio. Este golpe es otro intento por frustrar este proceso de unidad continental. En abril de 2002 quisieron destruir a Hugo Chávez y su revolución bolivariana que fracasó por la rápida acción popular; en septiembre de 2008 intentaron derrocar a Evo Morales de Bolivia, en junio de 2009 echaron a Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras; el año pasado trataron de asesinar al Presidente de Ecuador, Rafael Correa; ahora derrocan a Lugo de Paraguay ¿a quién le tocará la próxima vez? Pueblos de América: estad alertas!