El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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jueves, 14 de junio de 2012

AMARGA COSECHA


Sergio Daniel Aronas

AMARGA COSECHA:

LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES
PROVOCADOS POR EL CULTIVO DE LA SOJA
TRANSGÉNICA EN LA ARGENTINA

Trabajo Presentado para la Cátedra de
 Metodología de la Investigación
en las Ciencias Sociales

Instituto de Formación
Técnico Superior Nº 8

Diciembre de 2008

INDICE GENERAL

PROLOGO.. 3
INTRODUCCION.. 5

CAPITULO I: EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LA SOJA TRANSGÉNICA.. 6
1) Consideraciones Generales. 6
2) La agricultura actual donde se inserta el complejo sojero. 6
3) Características de la soja en general 9
4) Características de la soja transgénica en particular 11
6) El uso del glifosato. 16

CAPITULO II: LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES. 18
1) Consideraciones Generales. 18
2) El caso de la Provincia de Entre Ríos. 19
2.1) Testimonios de pobladores de Entre Ríos (Diario La Nación 25-02-2006) 20
3) Las comunidades indígenas del Chaco. 21
3.1) Testimonio de los pobladores del Chaco. 22

CONCLUSIONES. 26

ANEXO ESTADISTICO.. 28

CUADRO V: PRODUCTORES MUNDIALES DE SOJA 2007/2008. 28
CUADRO VI: PRINCIPALES DATOS DE LOS CENSOS NACIONALES AGROPECUARIO 2002 Y 1988  28
 
ANEXO DOCUMENTAL. 30

1) LOS LLORONES DEL “CAMPO” Y LA SEGUIA DE LOS SALARIOS. 30
2) LAS NACIONES INDÍGENAS DEL CHACO PIDEN AL ESTADO ARGENTINO QUE SE PROHIBA LA SOJA TRANSGÉNICA (30 de Junio de  2008). 35
3) POR TERCERA VEZ RECHAZAMOS  LA  MENTIRA DE LA SOJA RESPONSABLE: DECLARACIÓN MARZO 2008. 38
4) UN ESTUDIO REALIZADO EN EL  AÑO  2001 POR MIEMBROS DEL PESTICIDE ACTION NETWORK QUE REFUTA ASEVERACIONES DE MONSANTO ACERCA DE LOS EFECTOS DEL GLIFOSATO EN LA SALUD   40

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA   43

PROLOGO

  El propósito de este trabajo es analizar y mostrar los profundos cambios en la estructura de la producción agraria en la Argentina como consecuencia de la expansión salvaje y descontrolada del cultivo de la soja transgénica (conocida como soja RR – Roundup Ready) en las mejores tierras aptas para la agricultura.

 Nunca antes en la historia económica argentina un producto originado en la tierra y de cuya cosecha se destina casi íntegramente a la exportación, ha traído tantos problemas sociales y ha producido enormes modificaciones en las regiones donde su utilización masiva ha causado una verdadera mutación demográfica con todo lo que ello implica. Las principales víctimas de la aplicación demencial de la soja son los campesinos y los pequeños agricultores y por supuesto los campos destinados a la siembra de esta planta que ha conducido a denominar a la Argentina como la Republiqueta Sojera.

   En muchos sectores de la población del país aun se ha tomado debida consciencia de la gravedad de este hecho y el gobierno nacional - bendecido por la lluvia de dólares que le ha reportado la soja milagrosa – no tiene aun en sus planes sociales nacionales una política que ayude a mitigar sus perniciosos efectos.

  La Argentina históricamente siempre se ha caracterizado, gracias a la asombrosa fertilidad de sus suelos, a su clima y a su régimen de lluvias, por desarrollar una agricultura diversificada, con variedad y rotación permanente de cultivos que no sólo permitió tener a la población alimentada sino producir un excedente capaz de dar alimento a más de 450 millones de personas, es decir, a diez veces su población original. Hoy nos encontramos con un cuadro peligrosísimo porque la soja abarca el 50% de la superficie sembrada y de la producción total y no se ve la existencia de programas que desde el Estado impongan una política equilibrada y sustentable para el desarrollo de nuestro agro que no solo controle la expansión de la soja sino que evite la destrucción de importantes actividades del campo, como ganadería, algodón, alfalfa, arroz y especialmente la desaparición de miles de pequeños y medianos productores.

   Como consecuencia de este proceso, la producción de soja transgénica ha convertido a la Argentina en un país de monocultivo con consecuencias sociales que vamos a demostrar.

     El nuevo paradigma productivo en la agricultura que se ha impuesto en la Argentina en forma generalizada durante el gobierno de Carlos Menem con Domingo Cavallo como Ministro de Economía y Felipe Solá como Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, es decir, en los años del neoliberalismo a toda máquina, es un complejo agrario-industrial que tiene tres componentes:

1)    Para la siembra: se tiene a la semilla de soja genéticamente modificada, como modo tecnológico de producción y que le ha servido de base y sustento para su desarrollo explosivo en un período muy corto de tiempo;
2)      Para las labores de la tierra: se impuso el sistema de la siembra directa; y
3)  Para controlar las plagas y malezas: está la aplicación intensiva y descomunal del agroquímico glifosato.

  La combinación de estos tres factores es el proceso que se conoce con el nombre de “sojización” cuyos partidarios lógicamente rechazan afirmando que se trata de un proceso natural que ha permitido el despegue del agro argentino. Nosotros demostraremos la falsedad de esta argumentación.

  Las manifestaciones más relevantes de los problemas económicos y sociales que ha causado el vertiginoso avance de la soja transgénica se resumen en la siguiente lista:

1) La desaparición de más del 20% de las explotaciones agropecuarias del país, y el surgimiento de la violencia rural y la actuación de “guardias blancas” o “paramilitares” como custodios de la gran propiedad terrateniente.
2) Los nuevos desplazamientos en la vida económica y social campesina que impacta directamente en las distintas actividades agropecuarias vinculadas al mercado local y las modificaciones en la estructura productiva de muchas economías regionales.
3) La expulsión de sus tierras de comunidades indígenas por las empresas productoras de soja que no respetan el derecho ancestral que tienen nuestros paisanos los indios de vivir en las tierras donde nacieron desde tiempo inmemorial.
4) El consecuente aumento de la canasta básica nacional de alimentos.
5) El aumento de la concentración de la propiedad de la tierra, es decir, aumento de la concentración económica y de poder en el agro y como derivación directa la centralización del capital.
6) La invasión de las islas del río Paraná por el ganado desplazado por este cultivo
7) El permanente desmonte, la erosión y pérdida de fertilidad de los suelos.
8) Las inundaciones por falta de retención de agua de lluvia en los campos.
9) La desaparición de especies de anfibios y otros componentes de la flora y fauna nativa.
10) La aparición de los “pueblos fumigados” por la contaminación de las poblaciones del campo por los cócteles de glifosato, 2.4D, etc. (causantes de problemas de respiración, hígado, cáncer o linfomas, malformaciones, etc.).
11) Los problemas de tránsito por el aumento del caudal de camiones de carga del grano en las rutas.
12) Los sueldos miserables que se pagan a los peones de campo, el mantenimiento del trabajo en negro y al bajo empleo que esta producción genera.

   De todos los problemas enumerados nuestra hipótesis se centrará en demostrar como el modelo de la soja RR-Siembra Directa-Glifosato conduce al despoblamiento de importantes pueblos de las provincias del país, especialmente en los sectores más pobres como las poblaciones indígenas y los pequeños productores.

   En sentido tomaremos los casos de la Provincia de Entre Ríos y del Chaco. La primera por ser una zona emblemática de la agricultura por su historia y por sus tradiciones y la segunda por ser una de las importantes en albergar en su seno a comunidades indígenas que están sufriendo las terribles consecuencias de la soja indiscriminada por parte de los cazadores de tierras y la complicidad del gobierno provincial.

 Nuestro método será investigar esta hipótesis sobre la base de cómo surgió en la historia del país el fenómeno del crecimiento exponencial del cultivo de la soja transgénica, cuáles fueron las distintas etapas de su desarrollo y desde este punto de vista en que se ha convertido hoy este problema. Para ello utilizaremos fuentes fidedignas de investigadores, especialistas y centros de estudios que no sólo contribuyan la esclarecer la raíz de esta cuestión sino también intentar dar una propuesta de solución para el bien de la Argentina y sus habitantes

INTRODUCCION

  Entre los cambios estructurales producidos en la organización económica de la República Argentina por el modelo neoliberal en el marco de la globalización económica financiera del capitalismo de fin del siglo XX y comienzos del XXI, se destaca, entre otros, el fuerte impacto que ha tenido en toda la cadena de la producción y generación de valor en la agricultura. Estos cambios pueden constatarse en la modificación de la composición de los cultivos a sembrar (donde se verifica un dominio abismal de la soja transgénica), en los métodos de producción, la aparición de nuevos operadores en el negocio agrícola que no tenían ningún vínculo con el sector y cuya actividad preponderante ha dado origen a los llamados agronegocios y el surgimiento de nuevos sectores sociales y la desaparición de otros. Teniendo en cuenta que nuestra hipótesis consiste en demostrar cómo la utilización de la indiscriminada de la soja ha llevado a un desplazamiento de muchas poblaciones campesinas, nuestro trabajo se desarrollará de la siguiente manera:

  En el Capítulo I haremos una exposición general de las principales características  de la soja, donde describiremos qué tipo de planta es, a qué grupo y familia pertenece y cuáles son los beneficios y perjuicios que su consumo tiene para el consumo humano. Luego pasaremos a analizar a la soja transgénica en particular, donde veremos en qué consiste la transgénesis (procedimiento que realiza la modificación genética de la semilla), quien desarrolló este organismo que ha inundado a nuestro país y varios de América Latina. También haremos mención a los aspectos legales que autorizaron la introducción de los organismos genéticamente modificados y a la controversia que existe entre la empresa multinacional estadounidense Monsanto con la Argentina por el cobro de las patentes y regalías por los derecho de propiedad. Haremos una mención acerca del nuevo sistema productivo que ha acompañado el crecimiento de la soja y la aplicación del glifosato con sus efectos devastadores en muchas poblaciones de nuestro país.

  El capítulo II analizaremos la hipótesis acerca de los cambios demográficos que está provocando en distintas regiones y sectores poblacionales de la Argentina la expansión descontrolada del cultivo de la soja transgénica cuyo final aun se está por ver.

   Se trata de los nuevos desplazamientos económicos y sociales en la vida campesina, es decir, una nueva especie de migración interna del campo a las ciudades que ha llevado a la desaparición de pequeños y medianos productores como así también de trabajadores del campo en busca de nuevas oportunidades laborales dados los bajos salarios, el alto grado de explotación de la mano de obra, que con los paupérrimos salarios que pagan se ven obligados a emigrar a otras ciudades a la búsqueda de un trabajo que le permita sostener a sus familias. La persecución política a las organizaciones de lucha campesinas que resisten los desalojos de sus tierras, el elevado trabajo no registrado que las agrupaciones sindicales que reúnen a los trabajadores agrícolas viene denunciando reiteradamente son algunos de los factores que han contribuido a su expulsión, para que los pool de siembra y grandes empresas exportadoras ganen esas tierras y extender el cultivo de la soja.

   Como dato relevante podemos decir que la soja fue el único cultivo que entre 1992 y 2005 dio ganancias en todas las cosechas y los rendimientos por hectáreas se duplicaron con relación a los de 1975. Y esto fue posible básicamente por la extraordinaria demanda que se presentó a nivel mundial y que provocó un fuerte aumento de su precio internacional. Estos altos precios fueron la causa principal del millonario negocio que hicieron no sólo los grandes exportadores sino todos los que participan del negocio de la soja.

CAPITULO I: EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LA SOJA TRANSGÉNICA

1) Consideraciones Generales

   Con el fin de esclarecer en que consiste el sistema productivo de la soja transgénica, este capítulo tendrá cinco apartados en el que desarrollaremos los siguientes temas: En primer lugar, describiremos la estructura de la agricultura argentina en que se inserta el cultivo de la soja RR; en segundo lugar, hablaremos sobre la soja en general (origen, características, propiedades, etc.); en tercer lugar, nos dedicaremos al estudio de la soja transgénica en particular;  en cuarto lugar, se brindará un panorama de la siembra directa, es decir, del método utilizado para plantar y desarrollar la soja y en quinto y último lugar, nos dedicaremos a explicar la utilización del agroquímico glifosato, el herbicida que cierre el paquete tecnológico del sistema productivo de la soja transgénica.

2) La agricultura actual donde se inserta el complejo sojero

 Antes de describir las características del sistema productivo de la soja transgénica se importante mencionar cuál es la estructura de la agricultura argentina en la que se inserta la soja como cultivo dominante.

  Lo que se llama "campo", en realidad, es una estructura piramidal compuesta en su vértice por grupos y empresas súper concentrados y diversificados de producción, comercialización y exportación de recursos y productos agropecuarios, que operan como lobbys de control y de formación de precios sobre el mercado interno y el comercio exterior de la Argentina.

  Según el INDEC (censo oficial) en el primer bimestre de 2008, la exportación de productos argentinos al exterior  aumentó  30% en promedio, mientras que los volúmenes de ventas se incrementaron en un 19%. De ese total, la producción agropecuaria (el campo) representó el 61% del total exportado por Argentina.

  Los datos oficiales reflejan el récord de los precios de los commodities, y las mayores exportaciones fueron de harina y pelletes de soja, maíz, trigo, petróleo crudo y carne. Pero, más del 90% de la renta capitalista de esa producción exportada no se distribuye entre el conjunto de los productores e industrializadores agropecuarios, sino que va al bolsillo de los mega-consorcios diversificados que controlan la estructura del comercio interior y exterior de la Argentina.

 Los datos de los mil principales exportadores del país compilados en el ranking de Prensa Económica representan el 97% del total exportado el año pasado, medido en dólares, valor FOB,  y los10 primeros puestos se los reparten aceiteras, petroleras y cerealeras (que lideran los rubros de productos exportados).

 Según el último Censo Agropecuario Nacional, del año 2002, en la Argentina hay 170 millones de hectáreas agropecuarias y 317.816 productores. El 69% de las explotaciones tienen menos de 200 hectáreas, pero representan sólo el 3% del total de la tierra agropecuaria. En la otra punta de la pirámide, el 10% de los grandes establecimientos, con más de 1.000 hectáreas, ocupan un 78% de la superficie agropecuaria. Pero sólo 4.000 de ellos poseen 74,3 millones de hectáreas (más de la mitad del total de extensión de la tierra).

   En la Pampa Húmeda la concentración es mayor: 4.110.600 hectáreas están en manos de 116 dueños (los mega-consorcios del vértice de la pirámide) que controlan la comercialización interna y externa y la formación de precios en el rubro.

  Los pequeños y medianos productores, en campos que producen hasta 1.500 toneladas por año, son el 96% del total de los establecimientos, pero levantan apenas el 40% de la cosecha.

 El otro 60% lo producen 2.817 grandes explotaciones controladas por el lobby de consorcios exportadores que, a través de la diversificación comercial, también controlan una gran parcela del mercado interno.

 Como resultado de esta gran concentración de la renta y de la propiedad de la tierra, los grandes productores (los pulpos concentradores) exportan materias primas y alimentos en dólares (o venden a paridad dólar en el mercado interno), y pagan costos y mano de obra en pesos devaluados (a tres por un dólar).

 El pequeño productor (más del 70% del sector) vende a los grandes grupos concentradores (que dominan el mercado interno y la exportación) su producción en pesos devaluados, y paga parte de los insumos (gasoil fertilizante etc.,) en dólares, además de alquilar (en su gran mayoría) sus parcelas a precio tasados en dólares.

 Analizando el Censo Agropecuario 2002 se puede estimar que 1.000 personas o grupos económicos cuentan con 35.515.000 hectáreas, casi 35.000 para cada uno. Estos son los poderosos terratenientes que pegan el grito en el cielo cuando se trata establecer políticas redistributivas del ingreso como ocurrió con el caso de las retenciones móviles. Una cuestión de tipo impositiva, que no cuestionaba ni atacaba, la propiedad de la tierra provocó una reacción en cadena de estos sectores que arrastró a buena parte de la población y también por culpa del gobierno por no saber distinguir las distintas capas y niveles de productores que participan de la producción agraria. En el otro extremo de la pirámide nos encontramos con 137.021 agricultores que solo tienen 2.288.000 hectáreas: les toca apenas 16,70 hectáreas para cada uno.

  Los que se benefician de la exportación y de los altos precios las materias primas, no es el pueblo argentino en su conjunto ni el 90% de los productores, sino los grandes grupos súper concentrados que controlan la exportación y se benefician de los precios en dólares y los costos en pesos devaluados.

 De acuerdo a los datos relevados por la Federación Agraria Argentina (F.A.A) en la Pampa Húmeda quedan 100.000 productores que adquieren insumos por 1.300 millones de dólares De estos agricultores, 31.000 medianos y grandes adquieren insumos por un monto cercano a 880 millones de dólares (70%), mientras que los casi 70.000 pequeños agricultores y campesinos restantes compran sólo el equivalente a 30% del valor de los insumos.

   La crisis entre el Gobierno y las patronales del “campo” por las retenciones móviles puso a la orden día la importancia del sector agraria como factor de poder, con capacidad de movilización y de ejercer presión hasta las más altas esferas del gobierno para torcerle el rumbo a su favor. Si en el censo 1913 figuraban 35 familias tradicionales hoy 30 de ellos siguen siendo grandes propietarios de tierras. Noventa años después, el panorama no parece haber mejorado mucho. Según el último censo agropecuario de 2002, la superficie agropecuaria ronda los 175 millones de hectáreas, explotadas por 330.000 explotaciones agrícolas, una cantidad sensiblemente menor que las 420.000 del censo de 1988 o las 600.000 de veinte años antes.

  Aún más aleccionador es desagregar esa cifra por tamaño: 936 explotaciones de más de 20.000 hectáreas suman más de 35 millones de hectáreas, presumiblemente de las más fértiles del país. Y si se consideran losa los propietarios de entre 5.000 y 20.000 hectáreas, se llega a que 6.160 “productores” poseen 87 millones de hectáreas. ¡Prácticamente la mitad de las tierras explotables de todo el país, es decir, una concentración brutal en materia de propiedad de la tierra! Y hay quienes dicen que la oligarquía terrateniente no existe.

   En el otro polo, existen 170.000 explotaciones agropecuarias de entre 5 y 100 hectáreas que sólo suman unos 5 millones de hectáreas. Es decir, más de la mitad de las unidades productivas sólo reúnen el 3% de las tierras. Entre ambos extremos hay unas 75.000 explotaciones de entre 100 y 500 hectáreas, que suman unos 18 millones de hectáreas, y las explotaciones “medianas” de entre 500 y 5000 hectáreas, son unas 44.000, y totalizan cerca de 67 millones de hectáreas. En cuanto a la situación de la zona núcleo, es decir, el sector geográfico que comprende el sur de Santa Fe y el norte de la provincia de Buenos Aires, entre 1988 y 2002 la región pampeana es la que registra la mayor caída (–29%) en la cantidad de “productores”, y el mayor crecimiento en materia de concentración de la tierra: 5.127 explotaciones abarcan 30 millones de hectáreas en la zona más rica del país. Y en la provincia de Buenos Aires, existen cinco grupos económicos y 35 grupos agropecuarios que lograron ampliar sus dominios en el campo en los 90. Los primeros son Bunge y Born, Loma Negra, Bemberg, Werthein y la familia Blaquier (grupo Ledesma) en total poseen 396.765 hectáreas en la provincia de Buenos Aires, lo que arroja un promedio de 79.353 hectáreas cada uno.

    Por su parte, los grupos agropecuarios están constituidos mayormente por familias de la aristocracia, que dieron origen a la Sociedad Rural. Son 35, que reúnen un total de 1.564.091 hectáreas, a razón de 44.688 hectáreas cada una. Entre ellos figuran familias tradicionales (algunas de las financiaron la guerra contra el Indio en 1829 y en 1879 cuando Roca planteó la solución final para los pueblos originarios de la Patagonia) como Gómez Álzaga (60.000 has), los Anchorena (40.000 has), Balcarce, Larreta, Avellaneda, Duhau, Pereyra Iraola, Ballester, Zuberbuhler, Vernet Basualdo, Pueyrredón, Bullrich, Udaondo, Ayerza, Colombo, Magliario y Lanz, etc.

   En total existen en la provincia de Buenos Aires 1.294 propietarios con más de 2.500 hectáreas; 800 entre 2.500 y 5.000; 242, entre 5.000 y 7.500; 92, entre 7.500 y 10.000; 108, entre 10.000 y 20.000, y 534 de 20.000 en adelante. En conjunto son dueños de 8,8 millones de hectáreas, algo más del 32% del total de la provincia[1].

  Hace 10 años la soja sólo ocupaba menos de 5 millones de hectáreas, en la actualidad supera los 16 millones de hectáreas. El área destinada a frutas cayó casi 100 mil hectáreas. Lo mismo ocurrió con las hortalizas. En 1998 el total del área sembrada para otros cultivos era de 26,2 millones de hectáreas, de las que sólo el 0,5 se destinaba a soja. En la actualidad se extendió la frontera agropecuaria al norte del país con lo que la superficie de siembra estimada para el 2008 es de 30,2 millones de hectáreas. De ella, 16,6 millones serán sembradas de soja. Es decir, que el área sembrada total creció 4 millones de hectáreas y la de soja 11 millones.

   El incremento de los precios en la soja y algunos productos agrícolas valoriza las tierras destinadas a ellos. El valor de mercado de los campos registró una verdadera estampida desde la devaluación, al punto que los 12.000 dólares por hectárea que llagaban a pagarse en la Pampa Húmeda superan los valores de las mejores tierras productivas de los Estados Unidos.

   La superficie sembrada de soja en la campaña 2006/2007 creció 152 por ciento respecto del promedio de la década del noventa. La de trigo avanzó apenas el 1 por ciento y la de maíz el 12 por ciento. El campo genera sólo el 6 por ciento del PBI y emplea un porcentaje reducido de la mano de obra, 11,4 por ciento de la población económicamente activa. Hay 70.000 productores de soja: 69.000 manejan el 20 por ciento de la producción, mientras que 2.000 producen el otro 80 por ciento. Las 218 mil familias que representan el 71 por ciento de los productores del campo, siembran 21, 3 millones de hectáreas y aportan el 53 por ciento del empleo rural, pero no tienen ni un dirigente en la mesa de negociaciones que está dialogando con el gobierno. Argentina produce alimentos como para una población 12 veces mayor que la actual. Sin embargo, dos millones de personas no llegan a comer o comen mal en un país record de producción. Y lo continuarán pasando por las mismas condiciones extraordinarias del campo por sus altos precios de los alimentos. Son 135 millones de toneladas de alimentos básicos suficientes como para 450 millones de personas y que es también la cantidad de habitantes que puede albergar la República Argentina pues en ella caben perfectamente 14 países europeos.

3) Características de la soja en general

   La soja es una planta originaria de China que cultivada desde hace más de 4.000 años, es un importante complemento alimenticio para este país y el Japón con sus dietas básicamente vegetarianas. La forma que se presenta en el menú de esos países es el frijol de soja salado y fermentado derivado del poroto tausí. La soja pertenece a la familia de las leguminosas cuyas semillas son utilizadas para alimentación y la producción de aceites. Su alto valor proteico (entre 38-40%) es superior al de la mayoría de los cereales. También se la utiliza como alimento para animales en forma de harina de soja que compite en ese rubro con la harina de pescado.

  El cultivo de la soja en los países Occidentales, sobre todo en el Medio Oeste de los Estados Unidos, Argentina, Brasil, Paraguay, México y el Oriente de Bolivia, obtuvo su primer auge productivo en los años ’70 y fue en la década de los ’90 donde alcanzó su expansión explosiva y que en el caso de la Argentina lo hizo a expensa de otras producciones a las que terminó sustituyendo por completo como fue el caso del trigo, girasol, arroz y el maíz y en otros casos eliminó a la ganadería, amenazando con su fuerte crecimiento a las áreas forestales, depredando bosques para plantar soja.

 Las propiedades de la soja para el consumo humano sigue siendo tema de discusiones entre los especialistas. Se sabe que es rica por sus aminoácidos esenciales, por su fibra, por sus hidratos de carbono y por sus lípidos lo cual está indicado para el tratamiento de la obesidad, estreñimiento, diabetes, diverticulosis, enfermedades celíacas, hiperlipidemias e hipercolesterolemias. Puede proteger contra el cáncer de mama, el cáncer de próstata, ayudaría a disminuir el riesgo de las osteoporosis y tendría un efecto beneficioso para prevenir enfermedades cardiovasculares. Es una alta fuente de vitaminas del complejo B y proveedora de minerales como el hierro, calcio, fósforo y zinc. Para la Sociedad Argentina de Nutrición es segura tanto en adultos como en niños, y “es un alimento valioso para incorporar a nuestra alimentación en el contexto de un plan de nutrición equilibrado en calidad y cantidad”.[2]

                                                Cuadro I: Valor Proteico de los Cereales

CULTIVO
PROTEINAS
Cebada
9,5 -17,0
Maíz
9,4 – 14,22
Arroz
7,5
Trigo
14,0 – 17,0
Soja
34,6


    El ciclo productivo de la soja se caracteriza por abarcar todo el año calendario. Este se inicia con las tareas de labranza ente julio y octubre, donde se acondiciona la estructura del suelo, el nivel de minerales, su composición orgánica y el manejo de la fertilidad. La siembra se realiza en los meses de noviembre y diciembre. Entre diciembre y mayo viene la tercera etapa y más larga del ciclo generalmente llamada de crecimiento y desarrollo. En ésta se verifica la germinación de la semilla, se controla la evolución de la planta y es aquí donde se produce la formación del grano de soja en forma de vaina. Cuando la planta cambia su típico color verde intenso a amarillento se considera que ha llegado a su madurez fisiológica, es decir, el período donde el gano comienza a perder humedad. Al llegar a un nivel cercano al 14% se puede comenzar la cuarta etapa que es la cosecha que tiene lugar entre los meses de mayo y junio. El siguiente esquema brinda un panorama aclaratorio del proceso de producción de la soja en la Argentina:

Esquema 1: Ciclo Productivo de la Soja

JUL.
AGO.
SEP.
OCT.
NOV.
DIC.
ENE.
FEB.
MAR.
ABR.
MAY.
JUN.
LABRANZA-BARBECHO












SIEMBRA












CRECIMIENTO Y DESARROLLO











COSECHA
           
   El ciclo comercial tiene sus propias particularidades según el tipo de productor que participa en el mercado de esta oleaginosa. Generalmente, el pequeño productos no exporta generalmente la soja sino que la vende a los acopiadores, es decir, a las empresas propietarias de los silos donde se almacena. Estos la venden, a su vez, a las grandes compañías exportadoras de cereales quienes finalmente llevan a cabo la exportación, con lo cual se convierten en los principales protagonistas del negocio porque son los que obtienen los mayores beneficios. Se trata de las corporaciones multinacionales. Algunas poseen puertos propios sobre el Río Paraná, sus propios silos, sus propias vías fluviales y hasta sus propias terminales de carga como el caso de la empresa Noble Argentina, que también tiene su puerto propio (Puerto Noble Lina). Las grandes empresas exportadoras en la Argentina como Cargill, Noble Argentina, Dreyfus, Bunge, Nidera, Toepfer, Aceitera General Deheza, ADM Argentina, ACA representaron en 2007 más del 97% del total exportado de soja. El complejo sojero comprende la producción de la semilla de soja, en la fabricación de aceites y como derivado de éste, el pellets. La estructura productiva de la soja nuestra que el 22% de los productores concentra el 80% de la producción total, mientras que el 78% de los productores lo tiene el 20% del total. Estos son alrededor de 61.300 con un volumen productivo menor a las 500 toneladas. La fuerte expansión exportadora ha tenido en la República Popular China un factor preponderante en el proceso de sojización en la Argentina que ocupa nada más ni nada menos que el 50% de la superficie cultivable. China con su población de 1.300 millones de habitantes autoriza el ingreso de materias primas en lugar de productos elaborados. Ellos destinan las semillas de soja para obtener aceites y en segundo lugar para alimentar a sus cerdos y aves, es decir, como alimento balanceado. De acuerdo a los datos de la Secretaría de Agricultura el 87% de las exportaciones de soja van para China. El otro destino de las exportaciones argentinas es la Unión Europea con el 8,6% del total, quienes demandan principalmente el pellets de soja, es decir, un subproducto de la industrialización del aceite que queda como residuo y va destinado como alimento del ganado debido a la presencia de proteínas vegetales en reemplazo de las harinas animales, situación que comenzó a manifestarse después de la aparición de la enfermedad conocida como “vaca loca”. En la Argentina más del 80% del transporte se realiza en camión, fenómeno que ha provocado un fuerte congestionamiento en las rutas y una pequeña parte va en ferrocarril.


CUADRO II: SOJA: EXPORTACIONES TOTALES POR FIRMA AÑO 2007
Firma
País
Volumen
Por.
CARGILL  
EE.UU.
2.329.058,00
20,5%
NOBLE ARGENTINA S.A.
CHINA
1.499.346,00
13,2%
A.D.M. ARGENTINA  
EE.UU.
1.488.907,00
13,1%
NIDERA  
HOLANDA
1.462.194,00
12,9%
BUNGE ARGENTINA  
ARGENTINA  
1.453.704,00
12,8%
DREYFUS  
FRANCIA
1.195.605,00
10,5%
TOEPFER  
ALEMANIA
903.204,00
7,9%
A.C.A.  
ARGENTINA  
659.194,00
5,8%
A.G.D.  
ARGENTINA  
90.449,00
0,8%
TOTAL GENERAL EXPORTADO
11.365.874,00
100,0%
TOTAL PRIMERAS NUEVES EXPORTADORAS
11.081.661,00
97,5%
Fuente: Elaboración propia sobre datos de la Secretaría de Agricultura.

4) Características de la soja transgénica en particular

   A partir del año 1991 comienza a experimentarse en la Argentina el interés por desarrollar los cultivos con semillas transgénicas, es decir, con organismos genéticamente modificados. El procedimiento para lograr dicha modificación se llama  transgénesis que consiste en transferir genes en un organismo a otro mediante las técnicas de la ingeniería gen, la cual permite crear plantas transgénicas.

   La transformación casi total de la agricultura a base de soja transgénica en nuestro país es el resultado de una decisión política en las esferas más alta del Estado y de los funcionarios que tenían a su cargo la dirección y administración de la República y que están muy relacionados con los tratados de paz firmados con el imperio británico en 1990 por la guerra de las Malvinas. Se trata en resumidas cuentas de lograr que la Argentina desaparezca como competidor internacional del comercio de granos y carnes de los Estados Unidos y la Unión Europea. Es la política iniciada en la infame década de los noventa con las privatizaciones, apertura, desregulación, desaparición del estado nacional, crecimiento exponencial de la deuda externa que contribuyó a la destrucción de la Argentina.
  
  La soja fue el primer cultivo en incorporarse al mercado argentino a través de dicho método de transgénesis. La planta transplantada puede adquirir los genes deseados de la planta original, pero también pueden mezclarse elementos no deseados, como por ejemplo, tener un fruto grande pero con un sabor desagradable. Esto es lo que evita la transgénesis, que logra identificar de manera bien precisa los genes de modo que el organismo modificado no tenga alteraciones en su composición, Hoy casi el 100% de la superficie cultivable de soja corresponde a la forma transgénica cuya característica principal es la de ser resistente al herbicida glifosato, un herbicida de amplio espectro que se lo utiliza con el fin de combatir a las malezas. En el caso de la Argentina tanto la semilla transgénica como el glifosato es producida por la tristemente célebre empresa norteamericana Monsanto[3]. Un tema particularmente importantísimo en la agricultura es la soberanía y control de las semillas por parte de los agricultores. El poderío de Monsanto es tal magnitud que ha avanzado no sólo en el ramo de las  transgénicas sino en todas las variedades de semillas porque ha conseguido adquirir las empresas semilleros del mundo, con lo cual ha pasado a tener ella sola el 20% del mercado mundial. Si a Monsanto se le unen Dupont y Syngenta abarcan el 44% del comercio mundial y las diez más grandes son dueñas del 55% del total global del mercado de semillas.

   La agricultura de la soja transgénica – denominada soja RR por ser resistente al hercibida glifosato Round Ready – ha modificado de manera sustancial la producción agrícola en la Argentina que ha pasado a ser el cultivo dominante y de seguir esa tendencia, es decir, que cada año que transcurre aumenta la superficie cultivada de Soja RR, es probable que nos convirtamos en un país de monocultivo con todos los peligros que esto ocasiona. Una de las consecuencias más graves de la política agraria del gobierno neoliberal de Menem-Cavallo-Solá al aliarse en forma incondicional y unilateral a los Estados Unidos, fue entregar la colección de germoplasma[4] a los semilleros transnacionales que de esa manera se apropiaron de los secretos de la producción nacional y unido a la liquidación de la Junta Nacional de Granos y con el INTA al servicio de las multinacionales, crearon las condiciones para permitir la expansión de la soja RR por su facilidad de manejo y sobre todo la rentabilidad que generaba a las empresas productoras.

Cuadro III: Expansión del Cultivo de Soja Transgénica en la Argentina
CAMPAÑA
AGRICOLA
SIEMBRA
EN HAS.
COSECHA
EN HAS.
PRODUCION
EN Tn
RENDIMIENTO
4/3
AUMENTO
SIEMBRA
AUMENTO
SIEMBRA EN %
1
2
3
4
5
6
7
91/92
5.004.000
4.935.710
11.310.000
2.291,46
-
0,0%
92/93
5.319.600
5.116.235
11.045.400
2.158,89
315.600
6,3%
93/94
5.817.490
5.748.910
11.179.000
1.944,54
497.890
9,4%
94/95
6.011.240
5.934.160
12.133.000
2.044,60
193.750
3,3%
95/96
6.002.155
5.913.415
12.448.200
2.105,08
-9.085
-0,2%
96/97
6.069.500
6.363.780
11.004.890
1.729,30
67.345
1,1%
97/98
7.176.250
6.954.120
18.732.172
2.693,68
1.106.750
18,2%
98/99
8.400.000
8.180.000
20.000.000
2.444,99
1.223.750
17,1%
99/00
8.790.500
8.637.503
20.206.600
2.339,40
390.500
4,6%
00/01
10.665.160
10.400.778
26.882.912
2.584,70
1.874.660
21,3%
01/02
11.639.240
11.405.247
30.000.000
2.630,37
974.080
9,1%
02/03
12.606.845
12.419.995
34.818.552
2.803,43
967.605
8,3%
03/04
14.509.306
14.287.239
31.554.251
2.208,56
1.902.461
15,1%
04/05
14.400.000
14.037.246
38.300.000
2.728,46
-109.306
-0,8%
05/06
15.200.000
15.600.000
41.814.000
2.680,38
800.000
5,6%
06/07
16.141.000
16.379.310
47.500.000
2.900,00
941.000
6,2%
07/08
16.666.000
16.725.100
48.018.443
2.871,04
525.000
3,3%
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de Secretaría de Agricultura, INTA
y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

   Este cuadro es revelador del fuerte crecimiento de la soja en la Argentina que entre 1991 y 2007 registró un aumentó del área sembrada del 230% que indica la preferencia masiva de los productores por este cultivo cuya producción en el mismo lapso creció un 325%. Esta evolución de la soja transgénica está acompañada, en cuanto al  aumento del área sembrada y de la producción, no tanto a modificaciones en la estructura de propiedad y tenencia de la tierra, sino a un proceso de tecnificación de maquinaria agrícola basada en los tractores (que reemplazan a 5 millones de caballos), en roturadoras, sembradoras, cosechadoras de granos, máquinas de forestar para arruinar bosques y ganarlos para la soja provocando una alteración del sistema ecológico con graves consecuencias para el medio ambiente. Se desarrollaron los elevadores hidráulicos para la carga de los contenedores en los buques y provocó una importante disminución de los estibadores y se pusieron en práctico la utilización de silos dotados de elementos electrónicos.

   Mientras la soja avanza a pasos agigantados por todo el territorio de la República Argentina, producciones tradicionales y ancestrales como el arroz, algodón, lentejas, caña de azúcar, maíz, alfalfa, remolacha, leche y carne, se reducen de manera alarmante y ese es una de las causas que en pleno siglo XXI tengamos que hablar de la existencia del hambre en el país de los alimentos y lo más terrible que argentinos mueran por desnutrición[5]. Esta reducción de producciones básicas de nuestra alimentación dio origen al desabastecimiento, al aumento de sus precios y al empobrecimiento de los sectores más débiles de la Argentina y esto ha modificado también los hábitos alimenticios de los argentinos. Y esto se dio así porque en la Argentina se ha impuesto un sistema agropecuario destinado al comercio exterior basado en el cultivo de la soja transgénica RR, que ocupa el 50% de la producción agraria y un 54% del área sembrada. El 95% se exporta a China y a la Unión Europea, mientras que en el país solo queda el 5% restante del cual apenas el 2% se destina al consumo humano. Ahí  hay que buscar la raíz y el origen de los cuadros de hambre detectados en varias regiones del país. La Argentina siempre tuvo como base de su alimentación una rica y nutrida variedad de carne, leche, huevos, quesos, frutas y verduras de todo tipo. El nuevo modelo productivo de la soja RR que no tiene nada que ver con el gusto típico de nuestros habitantes y que ha derivado en una espantosa importación de alimentos tipo diet, light, que           ni alimentan, ni nutren a ninguna persona. Es pura propaganda que llena los bolsillos de las grandes multinacionales que las fabrican y participando en esa cadena productiva y de comercialización los mega supermercados que contribuyen a su difusión y consumo.

  La invasión de la soja transgénica fue llevada sin realizar ningún estudio de factibilidad que midiera su impacto ecológico, ambiental, sanitario y demográfico y sin ninguna discusión o debate tanto a nivel parlamentario como así también académico universitario. Es preciso saber, es preciso darse cuenta que la implantación de la soja ha sido consecuencia de un plan global del imperio USA para ubicar y condenar a la Argentina a la condición de país simplemente agroexportador, para lo cual necesitaron destruir la base industrial de nuestra agricultura para que no pueda competir en los mercados mundiales con otras potencias y no sería descabellado afirmar que todo este proceso ha sido un gran experimento de las multinacionales norteamericanas para comprobar los efectos de los productos que ellos fabrican y sin cobrar los derechos de propiedad intelectual por sus dos maravillosas invenciones: la soja RR y el veneno agroquímico glifosato. Ahora cuando los resultados del supuesto éxito del modelo sojero está a la vista de todos, los usureros de Monsanto pretenden cobrar esos derechos de propiedad por el uso de la patente de invención de la soja y el tóxico, para lo cual no sólo se atreven a amenazar al gobierno argentino con “abandonar la inversión en investigación científica en el país” cuando en realidad lo que quieren es que el estado no se meta en la defensa de la investigación científica en el país. En los años noventa las presiones del gobierno de los Estados Unidos del Presidente Bill Clinton nos obligó a destruir importantes desarrollos en nuestra industria espacial, nuclear, coheteril y misilística, y militar en general. ¿No estaremos viviendo un nuevo intento del imperio norteamericano de destruir nuestra industria madre: la agricultura?
           
5) La siembra directa

   En la agricultura tradicional o convencional, unos dos o tres meses antes de la siembra se realizan las tareas de labranza para acondicionar y preparar el suelo para la nueva plantación de semillas que inicia la campaña productiva. Se utiliza el arado que corta la tierra y vertedera que levanta e invierte la capa superior. El entierro de las malezas y los residuos vegetales de la última cosecha produce su descomposición y facilita la asimilación despejando la superficie para la siembra. Luego se pasa el arado con rastras de disco y de dientes que permite aflojar, airear y homogeneizar la tierra para favorecer la humedad que ayuda a descomponer las malezas y facilitar el uso de abonos y herbicidas. En los últimos años se ha dejado de utilizar el arado por que erosiona el suelo prefiriéndose otros sistemas menos agresivos para el suelo. Así es como surge la siembra directa o labranza cero que se lo ha adoptado para el desarrollo del cultivo de a soja transgénica. En la siembra directa no se rompe el suelo; los restos de la cosecha anterior quedan en la superficie formando el rastrojo (tallos y hojas) y las malezas se matan con herbicidas. Las semillas se entierran con máquinas que perforan el suelo y se depositan a unos pocos centímetros de profundidad, para aprovechar la materia orgánica del suelo. La siembra directa consiste centralmente en el reemplazo de la labranza de la tierra por la cobertura de los rastrojos que quedan de los diferentes cultivos que se van sembrando. Apenas se abre un surco que tiene el ancho y la profundidad suficiente para colocar la semilla cubierta, y no se hace ninguna otra preparación mecánica sobre la tierra. El suelo permanece cubierto con residuos de cultivos comerciales o de abonos verdes y que la mayor parte de los residuos permanecen sin remover en la superficie del suelo después de la siembra.

  Las ventajas que ofrece la siembra directa es que su método mecanizado reduce el tiempo de trabajo invertido en la labranza con lo cual permite la doble cosecha que conlleva a un aumento de la superficie cultivable. Esto se verifica al comparar la relación tiempo de trabajo por hectárea: si en la agricultura de labranza la relación hombre/hectárea era de 3 horas, en la siembra directa se reduce a 40 minutos hombre/hectárea. ¿Qué significa este dato que a simple vista parece espectacular? Esta reducción del tiempo significa la pérdida de 4 por cada 5 puestos de trabajo en la agricultura bajo el sistema de siembra directa[6]. Para otros autores el aumento del desempleo en la agricultura causado por la técnica de la siembra directa es comparable a los resultados producidos por la robotización y la automatización en la industria a partir de los años `80.[7]

    En la Argentina ya en el año 2006 la superficie cultivada con la técnica de la siembra directa no-labranza abarcaba alrededor 30 millones de hectáreas. En 2005, la siembra directa 80% de la soja cultivada, el 70% del maíz, 60% del trigo y el 30% del girasol. A nuestro país le corresponde el 20% de las superficies cultivadas con siembra directa en todo el mundo. A este sistema lo llaman sus defensores como la “segunda revolución verde”, aunque en realidad ha provocado una involución generalizada en toda la agricultura argentina, mientras la soja ha crecido a un ritmo imparable, las áreas sembradas para otros cultivos se han reducido en promedio en más del 20% y todo este sistema va acompañado de un uso masivo de los herbicidas y agrotóxicos.
    
  La siembra directa se realiza con maquinaria constituida por la sembradora, los trituradores desparramadores de rastrojos para las cosechadoras, pulverizadoras,  sistemas localizadores de fertilizantes y completando el círculo, la cosechadora que para lograr una mayor eficiencia, incluye plataformas de corte y nuevos rodados para minimizar la compactación del suelo y esparcidores de granza.
 
  El desarrollo de esta técnica para las labores buscó compensar los efectos de la agriculturización, consistentes en mayor erosión hídrica y en el agotamiento de la fertilidad del suelo por la falta de rotación entre agricultura y ganadería. Pero las pretendidas mejoras que implicaría el proceso de siembra directa por someter la tierra a menos labores, quedan más que compensadas por el paquete tecnológico que va asociado a la misma. La siembra directa estuvo limitada hasta el desarrollo de la semilla transgénica ya que al no realizar labranza, el cultivo quedaba sometido al desarrollo de malezas y plagas. Con la introducción del gen RR8, el cultivo queda inmunizado a la acción al herbicida glifosato, del tipo “no selectivo y sistémico”, es decir que arrasa todo lo que encuentra. Es con este paquete tecnológico que la siembra directa alcanza pleno desarrollo.

6) El uso del glifosato

     El glifosato es un herbicida, es decir, un agroquímico utilizado para matar las malezas (hierbas y arbustos) que crecen en los sembradíos. En definitiva, se lo aplica para matar plantas indeseadas que pueden alterar y perjudicar el ciclo normal del cultivo en cuestión, impidiendo perturbaciones para la cosecha. El glifosato es de tipo no selectivo porque ayuda a limpiar grandes terrenos matando a toda planta que entra en su contacto. Cuando se lo aplica en la planta, lo absorbe la hoja y no las raíces por lo que queda expuesto al aire libre.
           
     En la Argentina el glifosato fue autorizado a partir del año 1996 y es fabricado por Monsanto bajo el nombre de herbicida Roundup Ready (RR) con lo cual la Argentina se convirtió en una especie de Pampa Verde por el típico color de la soja.
           
    Para tener idea de lo que significa el glifosato es importante señalar éste fue el elegido por el gobierno colombiano para fumigar sus campos de marihuana y hojas de cocas de acuerdo a los consejos del gobierno de los Estados Unidos como medio para combatir al narcotráfico. Los resultados de esta política fueron desastrosos[8]
           
    En la Argentina no existen estudios oficiales que muestren los efectos nocivos sobre la salud por el uso descontrolado del glifosato. No obstante, investigaciones de médicos, organizaciones defensoras del medio ambiente, científicos sociales han demostrado con estudio de campo la aparición cáncer, deformaciones, abortos espontáneos, alergias y demás patologías graves, como también el daño al ambiente. 

    La Argentina ha sido fumigada con más de 150 millones de litros de glifosato en los últimos quince años y como el cáncer es una enfermedad que se desarrolla en un período de 30 a 35 años, no es posible aún medir los casos o establecer una vinculación directamente proporcional[9]. Sin embargo, estudios elaborados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) clasificó los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, dentro de la categoría de los altamente tóxicos. La Organización Mundial de la Salud señaló que el glifosato es extremadamente tóxico (categoría I) por ser irritantes a los ojos. Estudios de científicos independientes demostraron que el glifosato ha sido erróneamente calificado como "toxicológicamente benigno".
           
   El equipo norteamericano independiente Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides (NCAP) revisó la toxicología del glifosato e identificó efectos adversos: subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos.
           
   Los efectos en humanos, que han podido comprobarse, incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.
           
    Monsanto podrá negar todo esto, pero el trabajo de los integrantes del  Pesticide Action Network de 2001 que pondremos en el anexo refuta las aseveraciones de la multinacional  cuyo pasado y presente la condena.
           
    La Argentina presenta un cuadro de situación donde 16 millones de hectáreas han sido fumigadas con 150 millones de litros de una serie de agroquímicos de todo tipo (herbicidas, insecticidas, pesticidas) en el que el glifosato es la “estrella” principal.

CAPITULO II: LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES

1) Consideraciones Generales

 Ya hemos planteado el cuadro general de la agricultura en general y las características del sistema productivo de la soja transgénica en particular que presenta en la Argentina. Ahora nos proponemos a demostrar nuestra hipótesis según la cual la expansión descontrolada del modelo sojero RR, siembra directa y glifosato conduce al despoblamiento de importantes pueblos y ciudades de la Argentina en donde la oleaginosa tiene un lugar hegemónico.

 La Argentina no ha sufrido ninguna guerra en su territorio desde que finalizaron las guerras civiles entre los sesenta y setenta del siglo XIX, tampoco sufrió cataclismos naturales tipo terremotos devastadores o maremotos tipo tsunami y mucho menos huracanes o tornados que arrasan poblaciones y países como sucede en la zona de mar Caribe y las Antillas. Sin embargo, hemos sabido crear nuestro propio aparato destructor masivo: este se denomina complejo soja RR+Siembra Directa+Glifosato. Siendo el tercer productor mundial de la soja, su avance imparable no traído otra cosa que desolación, hambre, exclusión y devastación en las provincias donde se ha implantado. Se calcula que alrededor de 500 poblaciones en la zona de la producción sojera (la región pampeana, Mesopotamia y la llanura Chaqueña) sufren y seguirán sufriendo por muchos años por los desplazamientos poblaciones de sus habitantes.

     Por su supuesto que para los apologistas de este sistema de agricultura, hablar de consecuencias sociales de la soja es un sin sentido, algo que está sólo en la mente de los que “están en contra del progreso del país”. Para los pools de siembra, estos nuevos piratas invasores de la producción agrícola, toda referencia sobre las consecuencias sociales de la hoja son quimeras de sabios que viven en la luna y se esfuerzan por hacernos creer que este sistema productivo es la única alternativa que tiene nuestro país para seguir avanzando. Pero ¿a qué costo? Al costo de desarrollar una agricultura sin agricultores, una agricultura sin campesinos, de modo de poner claramente en la práctica el nombre con que se identifica a los dueños de la tierra: la oligarquía, es decir, gobierno de unos pocos y que aplicado al agro significa agricultura para pocos, o sea, para los poderosos propietarios de las tierras, esa misma clase social que los viejos fisiócratas llamaban clase estéril, improductiva y parasitaria.

    La entrada de la soja transgénica provocó cambios poblacionales que sufrieron las  áreas rurales que van desde la desaparición de productores hasta la emigración de familias enteras del campo a la ciudad.

    Las provincias más afectadas por la emigración de su población rural son Buenos Aires, lugar que tiene la mayor superficie de soja transgénica, Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Chaco, Formosa. Entre Ríos y Santiago del Estero donde los trabajadores como recolectores de frutas, los “mencho” a caballo (los que andan sobre las mulas), los peones de campo, los esquiladores, los hacheros, son los expulsados de sus tierras porque ya no pueden aguantar con sus pequeñas producciones, ni son tomados para trabajar en otras propiedades, debido a la tecnificación de la siembra directa cuya mecanización acelerada reemplaza a los trabajadores. Y éstos se ven obligados a buscar nuevos horizontes que les permita seguir viviendo.

   El siguiente cuadro compara el crecimiento de la población urbana con la rural. Mientras la urbana crece en todas las provincias en promedio en un 23,24%, la rural disminuye en el -12,15%
Cuadro IV: Migración de las áreas rurales a las ciudades
                                  
PROVINCIA
URBANA
RURAL
RURAL
AGRUPADA
RURAL
DISPERSA
Buenos Aires
10,94%
-14,32%
13,15%
-25,97%
Córdoba
14,22%
-11,23%
7,13%
-22,56%
Santa Fe
10,03%
-12,10%
63,00%
-20,87%
La Pampa
25,72%
-16,61%
-6,87%
-28,66%
Chaco
35,51%
-23,17%
24,01%
-29,57%
Formosa
39,14%
-13,87%
-1,05%
-16,03%
Entre Ríos
20,22%
-10,31%
16,21%
-13,16%
Sgo.del Estero
30,11%
4,38%
9,28%
2,94%
PROMEDIO
23,24%
-12,15%
15,61%
-19,24%

Fuente: Joensen Lilian y Semino Stella. Argentina: estudio de caso sobre el impacto de la soja RR, Grupo de Reflexión Rural, Pág. 25, Abril de 2004 (Fila Promedio Agregado por SDA).

2) El caso de la Provincia de Entre Ríos

 Entre Ríos fue una provincia que pasó a tener una población rural del 58% al 12%, la pérdida de productores agropecuarios fue del 30% y la población en los establecimientos agrícolas entre los censos 1988 y 2002 disminuyó de 85.600 a 68.500 habitantes[10]. La superficie sembrada de soja entre los dos últimos censos agropecuarios (1988/ 2002) en Entre Ríos creció el 2251,00%, mientras que en el total país solo aumento el 150,3 %, y el 84 % de la superficie implantada se efectúa como siembra directa. Se concluye en que se observan tendencias a la concentración de la propiedad y gestión del suelo, en las inversiones en maquinarias, además del aumento del alquiler del suelo de grandes superficies, pero a pesar de ello las explotaciones siguen siendo de tipo familiar. Sin embargo, el éxodo rural ha sido muy importante en localidades como Echagüe, Altamirano Sur, Las Guachas y Guardamonte que entre 1991 a 2001 casi todas las juntas de gobierno y las zonas rurales de ese departamento mediterráneo se achicaron y las familias de campo-campo bajaron allí de 2561 personas a 788. En Nogoyá, lo mismo: registraba 41.289 habitantes en 1960, y en 2001 sólo 38.840. En el pueblo de Irazusta ha quedado la mitad "Ha quedado menos de la mitad. Antes había barrios que estaban poblados y ahora son terrenos baldíos. Estos pueblos se van apocando porque no hay trabajo". La decadencia acá es palpable: "Yo lo noto en la carnicería misma; cuando la puse hace 45 años mataba una vaca grande por día, y ahora a veces una ternera por semana. Ahí está la diferencia. Era una romería, a cualquier hora estaba lleno de gente. Ahora se han ido. De los chacareros no quedó ninguno, salvo en  la colonia Stauber, que son propietarios, pero los de 50, 100 hectáreas, no quedó ninguno, se ven taperas nada más". El periodista del Diario La Nación siguió recogiendo testimonios de los pobladores de esta manera:
- "¿Y otros lugares vecinos?". "Parera está más destruido que Irazusta. Almada también. Pastor Britos va desapareciendo. No queda nada, unas casitas solamente. Talitas, Las Flores, no quedó nadie. Y de las estaciones del tren no funciona casi ninguna. Si pudiera pedir algo pediría una fábrica, ¡es lo principal para repoblar esto! O lo imposible: que se vuelvan a poblar los campos", respondió Riolfo.[11]

       En el mismo artículo del Diario La Nación hay una serie de datos y testimonios que ponen de manifiesto la gravedad del problema en esta provincia tan tradicional en la agricultura y las formas de producción familiar, además de ser una de que más y mejor recibió a la inmigración europea entre 1880 y 1938. Por ejemplo, la Asociación Responde detectó que hay 42 poblados en vías de desaparición, distribuidos en la mayoría de los departamentos, inclusive los de mayor producción, como Diamante, Paraná o Gualeguaychú. El éxodo repercute en las aulas del campo, que perdieron el 12% de su matrícula entre 1996 y 2000. “En 2005, el Consejo General de Educación de Entre Ríos categorizó 148 escuelas: ascendió a 50 establecimientos y bajó a 98, entre los cuales hay 95 que pasaron a funcionar con una sola maestra, porque cuentan con menos de 18 alumnos de primero a sexto grado.
Algunas maestras con menos de 5 alumnos comentaron su inquietud por la posible clausura de sus escuelas, por falta de alumnos. "Hace 14 años que estoy aquí, llegué a tener 27 alumnos y este año me quedé sin ninguno, así que en esta semana clausuran la escuela", relató Miriam Cardoso de Francisconi, en la escuela 107, de Colonia Güemes, 120 kilómetros al norte de Paraná” concluye el informe del cronista de La Nación.
Con la voz quebrada, esta maestra reconoció que el gobierno había pintado el establecimiento el año pasado, pero ya no tiene alumnos.

2.1) Testimonios de pobladores de Entre Ríos (Diario La Nación 25-02-2006)

   Reneé Hurovich de Hecker: "Siento dolor porque la gente se fue yendo porque no daba el campo para vivir, los hijos se iban a la ciudad y después llamaban a sus padres, y esos campos fueron comprados por gente de otro lugar. Hace dos años ya que nos vinimos a Basavilbaso, pero el campo se extraña, fueron muchos años."

  Ramón Balbuena: "Mis hijos están por Buenos Aires. Son seis varones, y uno está aquí en San Víctor. Las mujeres son dos y una está aquí. El mayor está en Balcarce, trabaja en una estancia... en el pago de Las Mulitas, en donde había mucho vecindario, quedaron pocos... antes había mucha gente."
           
    Roberto Riolfo: "Cuando puse mi carnicería mataba una vaca grande por día, y ahora sólo una ternera por semana. En Irazusta ha quedado menos de la mitad de la gente. Antes había barrios que estaban poblados y ahora son terrenos baldíos. Estos pueblos se van apocando, porque no hay trabajo."
           
  Segunda Taborda: "El momento de mayor actividad fue con los obrajes de leña y carbón hasta mediados del siglo XX... luego mi familia y las demás empezaron a desmembrarse y a mirar hacia la gran capital... mis tres hijas se radicaron en Buenos Aires y me han regalado varios nietos porteños."

3) Las comunidades indígenas del Chaco

            Ni siquiera la provincia del Chaco pudo escapar de la locura por la soja. Es una de las provincias más castigadas por esta expansión desmesurada debido a la tala de bosques, al desmonte, la deforestación y la degradación general del ecosistema. El sur chaqueño es la región más golpeada. Ya cerraron varios centros educativos y otros están bajo amenaza de hacerlo. Las familias venden o arriendan sus campos y se trasladan a otros centros urbanos. Según el Director del Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela, Rolando Núñez la situación tiende a empeorar. Ahí es donde más se evidenció la obligada emigración de las familias al vender o arrendar a los pooles sojeros sus tierras. La consecuencia indeseada, o efecto colateral en el lenguaje de los estrategas, es que varias escuelas de la región tuvieron que cerrar sus puertas o están en vías de hacerlo porque las multinacionales plantan soja y fumigan con el glifosato sin respetar las distancias donde hay una escuela o zona urbanizada. Esto es lo que denuncia el Centro Nelson Mandela (organización no gubernamental chaqueña), a través de una investigación que refleja la profundización del éxodo rural en el sur provincial a raíz del incremento del cultivo de soja.

  El documento, firmado por el coordinador y abogado Rolando Núñez, retrata la situación en estos términos: “La Escuela 488 se encuentra a la vera de la ruta provincial 5, en el paraje Campos Las Puertas, situado a pocos kilómetros de Santa Silvina. Fue una escuela modelo; se mantiene intacta y hermosa, salvo por el grave hecho de que año a año pierde alumnos y camina inexorablemente al cierre. En 1998 contaba con una matrícula de 80 alumnos; actualmente concurren 25 estudiantes. Esto se da como consecuencia de que la mayoría de los minifundistas arrendaron o vendieron sus pequeños campos”.
           
   El cultivo de soja, además, requiere de aerofumigación con glifosato y otros productos tóxicos, tanto para el medio ambiente como para los seres humanos. En teoría, los terrenos fumigados y las tierras aledañas no pueden ser habitados por familias campesinas, minifundistas o pequeños y medianos productores agrícolas y ganaderos. Pero los aviones pasan rasantes sobre las casas o ranchos de los pobladores rurales, que se ven expulsados de su hábitat ancestral. El campo, entonces, se transforma en un desierto verde, el de la soja, un escenario en el que las escuelas se vacían de alumnos.
           
   La región forma parte del sudoeste chaqueño, donde la soja avanzó sobre los campos de los pequeños y medianos productores que se sumaron al inmenso lote de los que tuvieron que emigrar. Además de la escuela mencionada por Núñez, otro caso notable es el de la Nº 716 –también está ubicada en el paraje Campos Las Puertas, entre Santa Sylvina y Venados Grandes–, que hace una década contaba con 70 alumnos regulares provenientes del paraje. Hoy imparte clases para siete.
           
  Y a pocos kilómetros de Venados Grandes, rodeada de chacras con plantaciones transgénicas y viviendas en ruinas –cuyos dueños ahora habitan modestas casas en la ciudad, sin futuro ni destino– la escuela Nº 769 cerró sus puertas. El imparable avance del modelo de la soja que extendió sus fronteras a zonas impensables como la provincia del Chaco, el crecimiento del área sembrada pasó de 50.000 hectáreas en 1990 a 410.000 has en el 2000 estimándose que para la campaña 2014/2015 llegue a 1.088.000 hectáreas.

  La concentración de la propiedad de las tierras en el Chaco es alarmante: apenas el 7% de los propietarios son dueños del 70% de las tierras y el 80% de la producción está en manos del 20% de los productores. La privatización masiva de las tierras fiscales que deberían ser entregadas a los pueblos originarios, son vendidas a precio vil a los pooles sojeros, empresas privadas y millonarios extranjeros que expulsan a las poblaciones indígenas y rurales que se traduce en los cuadros de violencia, persecuciones, detenciones, desalojos, cárcel y amenazas de vida a quienes se resisten. En el Chaco para plantar soja se talan 250.000 hectáreas de bosques nativos y la clase política de la provincia en connivencia con los expansionistas sojeros modificaron ley provincial de Bosques Nº 5285 que les da rienda suelta para desarrollar la tala indiscriminada del monte nativo donde viven los pueblos Wichis, Mocovíes, Tobas, Pilagás, Matacos, Chorrotes, Chulupies y Chiriguanos-Chanés que en un número aproximado a los 90.000 luchan por subsistir con sus formas de vida originarias, manteniendo los patrones comunitarios y alternando con la realidad de los contextos regionales en los cuales se asientan.

  A los problemas que vienen arrastrando desde hace años comos y que ningún gobierno nacional o provincial ha logrado resolver, tales como la discriminación, la explotación, el racismo, la burla, la indiferencia, las enfermedades, la falta de respeto a sus tradiciones y cultura, ahora se le agrega la voracidad imparable de los productores de soja que arrasan con todo que tienen las tierras de los antiguos habitantes de la llanura y bosques del Chaco.

  Las topadoras de la soja los arrancan de su tierra, los arrinconan a través del alambrado, les bloquean el acceso al agua y a sus medicinas naturales, no pueden alimentar a sus hijos y unido al grave panorama de las enfermedades que los afectan y al estado provincial que mira para otro lado, crean las bases para la extinción de sus comunidades. Porque ¿adónde van a ir si les quitan la tierra que es su forma de vida, su razón de ser y existir?

   El despoblamiento forzoso de los pueblos indígenas del Chaco, causado por los métodos criminales de las multinacionales de la soja y sus derivados es un grave retroceso político, social y cultural. Político porque las autoridades provinciales que debería defenderlos se unen a los saqueadores del territorio chaqueño violando la Constitución Nacional y provincial; social, porque destruyen la base familiar de su agricultura y sus formas auto sustentables; y cultural, porque su expulsión deja un vacío en los saberes y técnicas tradicionales y naturales para el dominio armónico de la tierra.

3.1) Testimonio de los pobladores del Chaco

  Un informe elaborado por la agencia de Noticias IPS (Internet Press Service)[12] realizado el 27 de agosto de 2007 brinda un panorama dramático por la que están atravesando varios pueblos chaqueños como consecuencia del avance de la soja transgénica, situación que un año después no se ha modificado, ya que la revista Veintitrés en su edición del 28 de octubre de este año ratifica los problemas que afectan a los pueblos indígenas de la provincia norteña

   El estudio comienza con “las imágenes de cuerpos adultos degradados por el hambre y la tuberculosis en el municipio de Villa Río Bermejito, noroeste de la provincia, son apenas el epílogo de una larga historia de abandono y reclamos desoídos de indígenas toba, wichí y mocoví de Chaco, 700 kilómetros al norte de Buenos Aires”.

  Luego de una huelga de hambre llevada a cabo por indígenas en protesta por graves irregularidades en el otorgamiento de tierras fiscales, el Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela denunció la muerte de 13 miembros de esas comunidades en los últimos meses. La desnutrición aguda combinada con la tuberculosis y otro tipo de enfermedades como la parasitosis confirma que el Chaco está ante un desastre humanitario", como lo afirma Rolando Núñez, director del Centro Mandela.

  La entidad sostuvo que un estudio realizado por el gobierno nacional en Villa Río Bermejito detectó este mes 92 casos de desnutrición de diverso grado. El gobierno provincial, de la opositora Unión Cívica Radical, considera que en las denuncias hay "intencionalidad política" de Buenos Aires.

 "No ocultamos nunca el hambre, la miseria ni la pobreza", se defiende el gobernador Roy Nikisch. "Sabemos perfectamente que por su propia cultura e idiosincrasia -los indígenas- no dejan que el Estado los atienda correctamente, no usan los medicamentos y rechazan los tratamientos", afirmó.

  En un informe presentado este mes ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Centro Mandela advirtió que "la sustracción masiva de tierras fiscales y el desmonte irracional del bosque nativo" están provocando la enfermedad y muerte de poblaciones "famélicas" en Chaco, describe.

  "Como síntesis trágica de la sistemática degradación institucional, política, social, económica y educativa de la provincia, están las comunidades indígenas que viven en la extrema pobreza, bajo un régimen de hambre perpetuo y continuo, seguido de enfermedades propias de una situación de desastre", reza la denuncia.

 Orlando Charole, presidente del Instituto del Aborigen de Chaco (Idach), puso el problema en una perspectiva histórica. "Por siglos los indígenas sufrimos el avasallamiento integral en todo el continente con un impacto destructor sobre cientos de pueblos que fueron arrasados", dijo a IPS.

  No obstante, las comunidades que se aferraron a su organización tradicional y a sus costumbres lograron sobrevivir, sostuvo. Lo que está en juego hoy es el territorio, base de su modo de vida. "Un pueblo no puede vivir sin territorio", advirtió Charole, que lideró las protestas por el derecho a la tierra en 2006.

   "¿Dónde podemos vivir según nuestras creencias? ¿Dónde cazar, pescar, recolectar alimentos? ¿Con qué hacer jugos cuando no hay agua? ¿De dónde obtenemos nuestras medicinas?", dijo este hombre de origen toba que representa a más de 60.000 indígenas de Chaco, casi seis por ciento de la población provincial de 980.000 habitantes. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, en Argentina hay algo más de 600.000 indígenas descendientes de unos 25 pueblos originarios. De acuerdo con denuncias de organizaciones sociales y ambientalistas, la tala de bosques está haciendo estragos entre los que viven más alejados de los centros urbanos.

   La Fundación para la Defensa del Ambiente denuncia desde 2004 la lenta extinción de los mbya guaraníes en la provincia nororiental de Misiones. La filial argentina de la organización ecologista Greenpeace sostiene que la tala del bosque nativo para cultivo de soja en Salta, en el noroeste, destruye el hábitat de comunidades wichí.
  "Talan el bosque, alambran, y nosotros somos extraños en nuestra propia tierra", resumió Charole sobre Chaco. El Estado "parece tener un escudo" para rechazar los reclamos, dice. "El Ministerio de Desarrollo Social manda alimentos, pero eso es para resolver un momento. Lo que necesitamos es tierra, educación, salud", reclamó.

   Charole se refería a la decisión de la cartera de enviar desde mayo y cada dos meses una partida de 30 kilogramos de alimentos para cada una de las 2.000 familias del área más vulnerable. Esa partida incluye 10 kilos de harina, tres de fideos, tres de arroz, cinco de leche en polvo, dos de azúcar y latas de picadillo de carne y duraznos.

  "Es una cantidad como para una alimentación modesta durante 15 días", sostuvo Núñez, del Centro Mandela. Para lograr una dieta balanceada, los pobladores deberían complementar con animales de caza y frutos del monte, pero la deforestación en esa zona los arrincona y les resta posibilidades de obtener esos recursos.

   Según la Dirección Nacional de Bosques, Chaco es la tercera de las 23 provincias argentinas en porcentaje de tierras deforestadas en los últimos años, debido al avance de la frontera agropecuaria. El maíz y la soja son los cultivos predilectos en desmedro del bosque o de otras plantaciones tradicionales, como el algodón. No obstante, senadores de Chaco y de otras provincias afectadas por la tala se niegan a aprobar un proyecto de ley de bosques ya sancionada por la cámara baja que prevé la suspensión de la tala, ordenamiento territorial y la emisión de autorizaciones para cortar bosques sólo en casos en que no peligre el ambiente y sus comunidades.

 En los últimos 10 años, la superficie chaqueña cultivada con algodón pasó de 700.000 a 100.000 hectáreas, y las posibilidades que tenían los indígenas de emplearse como jornaleros en la cosecha mermaron en la misma proporción. La falta de agua también constituye en un problema grave. El Centro Mandela afirma que cerca del municipio chaqueño de Miraflores, en el paraje Techat, poblaciones wichí sobreviven en condiciones "totalmente desfavorables para la vida humana". En 1996 las autoridades instalaron allí una cisterna para bombear agua, que funcionaba con energía solar.

  Pero meses después del acto inaugural se llevaron el motor. Los pobladores están condenados a beber agua de charcos, de represas y lagunas, y algunos se acostumbraron a no beber hasta la deshidratación, asegura la entidad. La única sala de primeros auxilios médicos
allí está desabastecida por completo y sin personal.

  Charole afirma que se necesita una política del Estado nacional indígena que permita planificar el acceso a la tierra, planes de salud que contemplen el saber de la medicina tradicional y la incorporación de maestros bilingües en las escuelas. "Con dos o tres bolsas de alimentos esto no se soluciona", alertó.

 Los indígenas de Chaco habían protestado en junio de 2006 mediante una marcha de 3.000 personas desde Villa Río Bermejito hasta Resistencia, la capital provincial situada a más de 400 kilómetros. Ante la negativa de las autoridades provinciales a dialogar, ocuparon la sede del gobierno y allí iniciaron una huelga de hambre. La medida, adoptada por una decena de indígenas, se prolongó por 32 días y culminó con la salud de esas personas gravemente deteriorada y una promesa de soluciones que no han llegado. Por entonces, El Centro Mandela había afirmado que de 3,9 millones de hectáreas de tierras fiscales que había en la provincia en 1995 quedan poco más de 660.000 hectáreas. La ley provincial establece que esas tierras debieron ser cedidas a comunidades indígenas o a pequeños productores en parcelas familiares de entre 650 y 1.200 hectáreas cada una, acompañadas de políticas de fomento a la actividad productiva. Pero nada de eso ocurrió. Pero resulta ser que cuando vienen los multimillonarios de los Estados Unidos, de Europa, de Australia o Japón se le abren todas las puertas para que se queden con las tierras y haga lo que se le plazca en desmedro de los habitantes autóctonos de la provincia.

  La entidad afirmó que las concesiones beneficiaron a grandes cultivadores de soja y de otros cultivos, algunos de ellos radicados en otras provincias, y que los lotes cedidos tenían más de 10.000 hectáreas cada uno. Más de un año después, el resultado es más hambre, enfermedad y muerte.

CONCLUSIONES

  El neoliberalismo puesto a sangre y fuego en la Argentina desde el golpe militar que instauró la dictadura militar de 1976 a 1983 y que bajo el gobierno de Carlos Menem puso en marcha el mayor plan de destrucción de las fuerzas productivas en la historia económica argentina, ha provocado un mar de transformaciones estructurales de carácter tan regresivo que se tardarán años en reponerse. A pesar de los importantes logros alcanzados en los años 2003 y 2007 persisten situaciones de extrema gravedad que requieren una solución planificada por parte del estado como principal gestor de un nuevo modelo de desarrollo armónico e integral que termine con el monopolio de la soja transgénica y se vuelva a una agricultura diversificada como siempre se dio en la Argentina. Nuestro rico país posee una gran variedad de climas, suelos, vías fluviales, régimen de lluvias con plena capacidad para desarrollar todo tipo de cultivos que permitan tener sus habitantes bien alimentados y donde el hambre que padecen muchos sectores no puede ser posible en el país de los alimentos.
   En el marco de la situación nacional e internacional tan complicada, la Argentina está frente a este cuadro lamentable:

 1) La Argentina está siendo sometido a un gigantesco laboratorio donde se experimenta la extinción de la vida rural. Se registran actualmente más de 500 pueblos abandonados o en vías de desaparición. Posiblemente, la mayor proporción en el mundo de este fenómeno de emigración hacia los cinturones de pobreza urbana. Los efectos de esta pérdida progresiva de la cultura y del arraigo, tienen efectos directos sobre la vida política y social del resto de la República y se refleja en un debilitamiento progresivo de la vida ciudadana que con un esfuerzo enorme trata de subsistir.

 
2) Las multinacionales de las semillas. Cargill, Nidera y Monsanto nos convirtieron en un país inviable, productor de sojas transgénicas y exportador de forrajes. Producimos lo que a todos le sobra y lo que cada vez vale menos. Y cuanto más producimos más pobres somos y menos población queda en el campo. La apropiación sistemática de los patrimonios genéticos nos ha transformado en dependientes de las semillas transnacionales que nos obligan a tributar a quienes hacen una industria de patentar la vida. Mientras tanto nuestros propios bancos de germoplasma están sujetos a las políticas biotecnológicas.
            3) Con la despoblación del campo, las inundaciones y la creciente pobreza subsidiamos de hecho la producción de carnes estabuladas en Europa. Nos hemos especializado en proveer de insumos a los países productores de proteínas animales. Se nos impuso el productivismo junto a los paquetes tecnológicos, y con ello una competencia despiadada para bajar los costos de producción y un pensar siempre en aumentar las cantidades y nunca la calidad. Las consecuencias son la primarización de la economía, la falta de manufacturas agropecuarias, la extinción de la vida rural y las crisis de superproducción en paralelo a enormes carencias alimentarias de la población.
            4) La mitad de la población argentina se encuentra actualmente por debajo de los niveles de pobreza y cinco millones sufren hambre. Los bolsones de comida que se distribuyen a los hambrientos son en gran medida provenientes de la importación, con lo cual se transforma la protesta en funcional al modelo ya que la importación de alimentos golpea aún más todavía sobre los pequeños productores residuales. Mientras tanto continúa la polémica entre los planes trabajar que propone el gobierno, los subsidios al empleo que propone la oposición y otros modos de paliar la situación y de discutir siempre lo accesorio
            5) Cuando los grandes productores nadan con los millones de dólares que reciben por sus exportaciones, el Estado para impedir los abusos de estas corporaciones de trasladen al mercado interno los precios que obtienen de sus ventas al exterior y evitar una escalada inflacionaria, establece con pleno derecho las retenciones a los exportadores de granos. Estas medidas instalan la crisis del modelo en un campo más vasto de conflictos políticos. Los exportadores eluden las retenciones y amparados en antiguas leyes de la dictadura militar secuestran las divisas para que se dispare el dólar, mientras proponen calmar el hambre de los indigentes con raciones de soja transgénica forrajera. Las milanesas de soja transgénica que se nos propone representan hoy las migajas de un banquete de los grandes productores y exportadores sojeros, pero son también y sobre todo el soborno con que se asegura la continuación del modelo.
            6) La solución a la crisis es la de cambiar el modelo rural y repoblar el campo para volver a producir alimentos sanos, como lo pensaba Juan Bautista Alberdi con su consigna de gobernar es poblar. Y necesitamos poblar a la Argentina que es un país semidesértico con la espléndida extensión territorial que tiene (somos el octavo país del mundo en cuanto a superficie).
            7) Necesitamos hacer de la Soberanía Alimentaria un capítulo de la nueva Constitución Nacional que reclaman las Asambleas de Vecinos. Asimismo necesitamos con urgencia terminar con las regulaciones a las pequeñas producciones agropecuarias, para establecer un escalón libre de impuestos que posibilite los mercados y los Desarrollos Locales.
            8) Debe terminarse con el modelo de la soja transgénica que no alimenta a los argentinos sino que engorda las arcas de las multinacionales. Y que la Argentina tenga que importar alimentos porque la soja se devoró los campos donde antes se cultivaba, es una situación inaceptable y que no puede extenderse más en el tiempo.

  9) El Estado debe retomar la iniciativa en el control del comercio exterior, en la regulación y planificación de la producción agraria y volver a ser la nación agraria industrial, subsidiando un plan de recolonización de las zonas rurales y fortaleciendo a   las economías regionales

   Estamos convencidos que la opción por una Argentina sustentable no tiene que basarse en los criterios de los que quieren destruir a nuestra Patria: las multinacionales, EE.UU., la Unión Europea, el FMI, el Banco Mundial (ideólogo de la inviabilidad de las provincias del Norte y Noroeste del país).
 
  El gran patriota cubano José Martí (1853-1895) como si supiera lo que está pasando en Sudamérica en general y en la Argentina en particular con la cuestión de la soja, nos advierte: “El pueblo que confía su subsistencia a un solo cultivo se suicida”.
           
  El lugar de la Argentina en el mundo está indisolublemente ligado a los países Latinoamericanos que actuando como un bloque unido, sea capaz de enfrentar los nuevos desafíos que la globalización imperialista nos impone para garantizar el porvenir y el progreso
de la Argentina y sus habitantes.

ANEXO ESTADISTICO

CUADRO V: PRODUCTORES MUNDIALES DE SOJA 2007/2008

PAIS
PRODUCCION (Tn)
PORCENTUAL
1. Estados Unidos
70.358 millones
32,0%
2. Brasil
60.500 millones
27,5%
3. Argentina
47.000 millones
21,4%
4. China
14.300 millones
  6,5%
5. India
  9.200 millones
  4,2%
6. Paraguay
  7.000 millones
  3.2%
7. Canadá
  2.700 millones
  1.2%
8. Otros Países
  9.010 millones
  4,1%

Fuente: Elaboración propia sobre datos del Departamento de Agricultura de EE.UU.

CUADRO VI: PRINCIPALES DATOS DE LOS CENSOS NACIONALES AGROPECUARIO 2002 Y 1988

Conceptos
CNA 1988
CNA 2002
Variación Intercensal absoluta
Variación Intercensal relativa
Cantidad de EAP
421.221
317.816
(103.405)
(24,5) %
Superficie total de las EAP (has.)
177.437.398
171.331.163
(6.106.235)
(3,4) %
Sup. Implantada en primera ocupación (has.)
30.822.068
32.422.707
1.600.639
5,2 %
Sup. Media de las EAP (has.)
421
538
117
27,8 %
Cabezas ganado bovino
47.075.156
46.964.059
(111.097)
(0,2) %
Superficie Implantada en primera ocupación con oleaginosas (has.)
5.430.710
9.018.447
3.587.737
66 %
Superficie en cultivos industriales  NOA y NEA (has.)
973.588
731.059
(242.529)
(24,9)%

Fuente: Elaboración propia sobre la base de los del Indec.

ANEXO DOCUMENTAL

1) LOS LLORONES DEL “CAMPO” Y LA SEGUIA DE LOS SALARIOS

(Análisis sobre la crisis entre las patronales del “Campo” y el Gobierno Nacional)

Por Sergio Daniel Aronas – 22 de marzo de 2009

El derecho de los terratenientes tiene su origen en el robo”
(Jean Baptiste Say, Tratado de Economía, Tomo I, 1803)

“El terrateniente hace valer el origen noble de su propiedad, los recuerdos feudales, las reminiscencias, la poesía del recuerdo, su entusiástica naturaleza, su importancia política, etc., y cuando habla en economista dice que sólo la agricultura es productiva.”.
 Karl Marx, Manuscritos Económicos y Filosóficos, 2º Manuscrito, XLII, 1844

            La pobrecita oligarquía terrateniente y latifundista de la Argentina, que tiene una  historia escrita con sangre y cuya riqueza se construyó sobre los miles de cadáveres de los pueblos originarios exterminados y reducidos por el ejército al mando del General Julio Argentino Roca en la mal llamada Campaña del Desierto planteada y lanzada con toda violencia en 1879, no para todos los días, todas las semanas, todos los meses y todos los años de llorar, de patalear y de implorar por toda una serie de problemas que afecta a una parte de la producción agrícola-ganadera y que por el grado de manifestación de sus representantes patronales parecería que estos aristócratas del terruño estuvieran fundidos y quebrados, no tuvieran capitales, ni efectivo, ni bienes materiales y ni propiedades con el que puedan satisfacer su despilfarrado y derrochador modo de vida.
            Quienes representan a los “Señores del Campo” (una entelequia que mezcla mucho y no aclara nada acerca de las distintas estructuras que componen la producción agropecuaria en la Argentina) no son nada más ni nada menos que los dueños de las tierras más extensas y de mayor fertilidad de todo el país. Son los propietarios de las mejores tierras para la agricultura y la ganadería por cuya superficie son las más grandes y amplias de todas las que existen en la Argentina y en la cual caben varios países del continente europeo. ¿Qué otra cosa representa la Sociedad Rural Argentina, las Confederaciones Rurales Argentinas y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria que la de ser fabulosos propietarios de tierras, que acumulan tierras y que dicen vivir de la tierra?  Sería interesante saber cuántos de ellos le habrán sentido el olor a la bosta y si no que muestren sus manos a ver si las tienen curtidas y llenas de cayos, como las tienen sus explotados peones.
            Estas organizaciones se presentan como las vacas sagradas de la Nación y por el lugar que ocupan y el papel que desempeñan se consideran un sector intocable, inmaculado, sacrosanto y tienen la desfachatez de autoproclamarse como la reserva moral de la producción de la Nación en el sentido de que si ellos no existieran, no existiría la Argentina. A su lado aparece integrando el Cuartetazo del Apocalipsis Campero, la Federación Agraria Argentina. Pues bien, que la FAA esté al lado de las otras tres patronales ruralistas en contra el gobierno en esta protesta inaudita, es una clara evidencia de una mutación total de sus dirigentes y en la orientación que le están dando a su Entidad que surgió en la historia del agro precisamente para luchar contra los abusos de los grandes terratenientes allá lejos y hace en tiempo en 1912. Este cambio de posición que ya venía verificándose en otros pronunciamientos, no sólo contra este gobierno, también indica que la locomotora destructiva del neoliberalismo imperialista no pasó en vano en la Argentina puesto que, entre sus terribles resultados, y como una muestra cabal de ello, es el encumbramiento de los antiguos chacareros en poderosos arrendatarios a punto tal que sus reclamos ahora coinciden con las quejas de los potentados estancieros y hacendados de la Mesa de Enlace.
            Los cambios estructurales en la organización económica del agro argentino bajo el impulso de la globalización capitalista han sido tan grandes y tan profundos que quien sabe cuanto tardaremos en recuperarnos de los perjuicios que nos han causado los  monopolios de la soja y que se pueden comprobar en la transformación de la Argentina en un país de monocultivo; en la aparición de poderosos grupos inversores sin ningún historial en el sector (como los llamados pool de siembra); en el surgimiento de nuevos grandes terratenientes extranjeros que se apoderan a precio vil de vastas extensiones de tierras lo que les ha permitido tener en sus manos alrededor de 300.000 ha ¡El 10% de la superficie de la Argentina!. Entre ellos podemos mencionar a los italianos Luciano Benetton y Florent Pagny, los estadounidenses Douglas Tomkins, Joseph Lewis y Ted Turner, el canadiense Ward Lay, el belga Hubert Grosse; en la desaparición de miles de productores; en la despoblación de vastas regiones; en el desastre ecológico y ambiental provocado por el desmonte, la tala de bosques y la deforestación para permitir la  imparable expansión de la soja transgénica; en la salvaje y despiadada persecución de las comunidades indígenas para expulsarlos de sus tierras como sucede en las provincias de Salta, Formosa, Chaco y Jujuy; la desaparición de cultivos regionales y en el modelo de agricultura diversificada y rotativa, en el aumento de la concentración de la propiedad terrateniente donde los datos del Censo Agropecuario de 2002 revelan que 936 propietarios tienen 35.515.000 has. (Un promedio de casi 38.000 has. para cada uno), mientras que 137.021 productores suman 2.288.000 (correspondiéndole a cada uno apenas 16 has.). Está claro que todas estas cuestiones no son de interés de los Gordos Campestres y ni les importa mencionarlos.
            En las condiciones de una situación nacional e internacional muy complicada, toda la Banda de Estancieros plantean cuestiones al gobierno como si se trataran de gente empobrecida por la furia de la naturaleza que los ha castigado con la sequía, en lo que ellos llaman “la ausencia de políticas hacia el campo”, por los altos impuestos en general y por las retenciones en particular, por la caída de los precios internacionales de los productos que exportan, exigiendo “ayuda” al Padrecito Estado para sacarlos de la crisis - extrayendo recursos al Tesoro Nacional - cuando en realidad se trata de un sector poderoso, multimillonario, de mucho peso y con muchos pesos, que tiene mucha fuerza e influencia en determinados sectores de la sociedad, que impone la agenda política, que tienen a su alcance los medios masivos de comunicación: TV, radio, diarios, revistas, periódicos, periodistas, analistas, ideólogos, centros de estudios, consultores; tiene capacidad de movilizar a sus seguidores que se manifiestan como si se tratara de nuevos indigentes que tienen que andar mendigando en sus tremendas camionetas importadas cortando rutas, tirando productos, ejerciendo coacción directa, propalando amenazan, agrediendo a quienes se oponen a sus métodos y de esa forma tratan de colocarse en el mismo plano de aquellos compatriotas que verdaderamente sufren los rigores de la crisis porque están sumidos en la pobreza y luchan por salir de ella. Sin embargo, los integrantes de la aristocracia terrateniente siempre se queja como se muestra en este breve resumen:

1)      Si hay retenciones: lloran
2)      Si las retenciones suben: lloran
3)      Si las retenciones no las rebajan como ellos quieren: lloran
4)      Si tienen que pagar impuestos: lloran
5)      Si hay sequía: lloran
6)      Si no llueve: lloran
7)      Si hay granizo: lloran
8)      Si hay inundaciones: lloran
9)      Si hay heladas: lloran
10)  Si hay plaga de langosta: lloran
11)  Si no pueden exportar :lloran
12)  Si tienen pérdidas: lloran
13)  Si no ganan lo que esperaban ganar: lloran
14)  Si no obtienen los rindes calculados: lloran
15)  Si tienen que aumentar los salarios a los peones de campo: lloran
16)  Si la AFIP los fiscalizan en materia de impuestos: lloran
17)  Si el dólar está muy bajo: lloran
18)  Si el dólar está muy alto: lloran

            No hay nada que les venga bien sino el deseo irrefrenable de tener ellos mismos el poder y gobernar a su imagen y semejanza. Hace un año que esta casta de privilegiados viene reclamando la eliminación de las retenciones. Se vienen reuniendo con el gobierno en todas sus instancias del cual obtuvieron todo tipo de medidas favorables a la solución de sus “problemas”, como por ejemplo la postergación del pago de impuestos, la disminución de la tasa de interés para pagar su créditos, liberalización de las trabas a la exportación de trigo, compensaciones a la producción de leche y carnes, para las economía regionales acordaron una rebaja del 50 % las retenciones a productos como lana, yerba, mosto, porotos y arroz) y como la voracidad de estos terratenientes no tiene límites (ya voltearon a un ministro de Economía, obligaron a cambiar a los titulares del INTA, el ONCCA, de la AFIP y la Secretaría de Agricultura), siguen presionando con una increíble osadía y descaro que hasta se dan el lujo de promover sesiones especiales del Congreso Nacional para tratar la abolición de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, especialmente en soja y en girasol. ¿Podremos alguna vez los 20 millones de trabajadores convocar a una Asamblea Legislativa para que los “representantes del pueblo y de las provincias” traten un urgente aumento de salarios y jubilaciones? ¿Qué importa más: la situación de un grupo de estancieros potentados o la situación de los maestros y profesores universitarios que ganen una miseria? 
            Hace un año que no paran de llorar y sólo por una cuestión impositiva que tiene como eje las retenciones a las exportaciones que de ningún modo les afecta a su patrimonio, a sus propiedades o las ganancias que muy bien saben conseguir. ¿Acaso en  vimos en este año a algún socio de esta Mesa de Enlace presentarse en convocatoria de acreedores?
            Hace un año que sus quejas y protestas ya están cansando al pueblo como si fuesen los únicos que en la Argentina tienen problemas. Su problema principal por el cual pegan el grito en el cielo, se relaciona con el típico comportamiento de las clases adineradas a la ahora de pagar impuestos: los terratenientes argentinos y sus aliados son absolutamente indomables e incorregibles para pagar la parte impositiva que por ley le corresponde y no por capricho del gobierno o de un comisario político o de una dictadura. Precisamente, ellos añoran a la dictadura porque fue la que les abolió varios impuestos, la que reprimía a los trabajadores de los obrajes y los campos, era la que mejor defendía sus intereses y era el mejor exponente de su modelo de país: el modelo agroexportador. Quien en pleno siglo XXI esté reclamando una vuelta de la Argentina agro exportadora es un regreso directo al siglo XIX y la tendencia actual del agro con la siembra masiva de soja y su componente asesino el glifosato, está llevando a nuestro país a convertirse en un país de monocultivo.
            Imaginemos por un instante si el gobierno hubiese enviado un proyecto de ley de reforma agraria que planteara la modificación del régimen de propiedad y el régimen de tenencia de la tierra. ¿Cómo hubiesen reaccionado estos del movimiento gauchesco? Pensemos en como hubiese reaccionado la dirigencia patronal del agro si al gobierno se le hubiese ocurrido restituir mediante la actualización correspondiente, la ley 20.538 de 1973 que implantaba el Impuesto a la Renta Normal Potencial de la Tierra y el Impuesto a la Tierra Libre de Mejoras. En ambos casos, seguramente, hubiésemos tenido un malón patronal agropecuario con todos los medios de comunicación radiales, gráficos y televisivos a su favor; hubiesen llevado la cuestión hasta la Corte de Suprema de Justicia por un supuesto intento gubernamental de confiscación. Al mismo tiempo,  recurrirían a la Corte Interamericana de Justicia, a la OEA, al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Ni que hablar de protestar ante el FMI, el Banco Mundial, el BID, el Departamento de Estado y la Embajada de los Estados Unidos y la Unión Europea. Hubiesen pedido la solidaridad internacionalista de la jungla de sus amigos de bien: el Papa Benedicto XVI, George Bush, Tony Blair, Silvio Berlusconi, el Dalai Lama, José M. Aznar, Vaclav Havel, la Reina de Inglaterra, el Rey de España, el Príncipe de Asturias, el Príncipe de Gales y todo aquel que quiera anotarse para darle su apoyo en su lucha contra el gobierno “montonero”, “izquierdista”, “socialista”, “castrista” y “guevarista” del matrimonio presidencial de los Kirchner.
            En lugar de dar audiencia a estos llorones del movimiento gauchesco que constituyen un número de 80.000 a 110.000 pobrecitos montados en terribles vehículos importados último modelo que todo el año lagrimean como mujer despechada, es hora de que el gobierno atienda las necesidades del pueblo, cuyos temas principales son el mantenimiento de los puestos de trabajo y el aumento de los salarios cuestión de la que nadie habla ya que parece ser que sólo hay aumentos de sueldos para los honorarios de la plutocracia de los administradores de la clase gobernante, como sucede con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mientras mantiene a un gran número de trabajadores contratados por un sueldo horroroso no sólo por lo bajo, escaso y escandaloso sino porque este nivel de ingresos es lo que estos funcionarios gastan en un día. Mientras tanto los potentados gobernantes se aumentan sus ingresos en forma desvergonzadamente exponencial que de enterarse de eso Don Manuel Belgrano se levantaría de su tumba y ordenaría de inmediato el fusilamiento de todos aquellos funcionarios que se beneficiaron de un incremento mal habido.
            De la sequía salarial que afecta a 20 millones de los trabajadores argentinos de la ciudad y de los campesinos que trabajan la tierra, esos auténticos hombres del campo, nadie abre la boca. De esta verdadera sequía, la de los salarios de los trabajadores y de los jubilados, es un tema que está afuera de la agenda mediática y como los caballeros de los principales sindicatos disfrutan de los suculentos beneficios que le proporciona tener el manejo de las obras sociales, no mueven un dedo para obligar al gobierno y a las patronales empresarias a reiniciar las conversaciones donde se discutan las correspondientes paritarias que impulse la recuperación de los ingresos de la gran mayoría de los trabajadores y jubilados de la Argentina. En cambio, aceptan mansamente el juego del gobierno y de los generales del poder económico de no alarmarlos con pedir aumentos de salarios y “ser prudentes” con sus reclamos.
            Al mismo tiempo, los furibundos patriotas de la Cámaras Empresarias, aprovechándose de la situación internacional provocada por la crisis financiera originada en las mismas entrañas del capitalismo de los Estados Unidos que ellos adoran y toman como ejemplo, no tienen mejor medida para salvar a sus empresas que descargar el peso de la crisis en su personal: o lo despiden directamente o le reducen la jornada de trabajo al mismo tiempo que les congelan o bajan sus sueldos. Pero ¡Guarda! Dicen ahí los barones del mercado: “Nosotros, los sublimes defensores de la suprema belleza de la producción capitalista, no nos bajamos un peso en nuestros honorarios profesionales como directores. Nosotros, los ejecutivos, no podemos reducir nuestros ingresos porque quedaríamos muy mal parados frente a nuestros hermanos de clase millonarios. Y para que nuestras empresas sigan ganando no podemos darnos el lujo de reducir nuestras tasas de beneficios tanto en valores absolutos como en valores relativos. Echar gente es la mejor y única salida a la crisis”. Así razonan todas las grandes organizaciones empresarias del campo, de la industria, del comercio, de la construcción, de los bancos, de los servicios, de los seguros, del transporte, de las multinacionales y en este sentido se atreven a hablar, a proferir y profesar como santo dogma de fe del buen comportamiento de las corporaciones esa basura llamada “responsabilidad social empresaria” y que en esta crisis mundial demuestran que no son más que una banda de extorsionadores que sólo ven la situación de sus propios bolsillos y andan recorriendo los pasillos de los ministerios y del gobierno para que les conceda privilegios increíbles que los saque de la crisis en la que ellos se metieron porque fueron quienes la provocaron. Pregunten y recorran los campos llenos de soja envenenados con el agente agrotóxico del glifosato de Monsanto y vean lo espléndida que es la responsabilidad social de este monopolio. ¿Se hará cargo Monsanto de todas las enfermedades que está provocando en nuestros habitantes el uso indiscriminado y descontrolado de su maravillosa invención? ¿Cuál es la responsabilidad social empresaria que esgrimen los patrones del campo que tienen a su mayoría de sus trabajadores en negro, obligándolos a trabajar de sol a sol como si aun estuviéramos bajo el dominio de la monarquía española con su salvaje régimen de encomienda? ¿De qué responsabilidad social empresaria pueden hablar la aristocracia del campo cuando fomentan el trabajo de niños debido al hambre que padece muchas familias especialmente en período de cosechas violentando todas las leyes nacionales que prohíbe el trabajo y la explotación infantil?
            Mientras gozaron de la lluvia de dólares gracias a una coyuntura internacional favorable donde una combinación excepcional de factores como el alza de los precios de los granos destinados a la exportación, una gran sequía en las principales zonas de producción agrícola en los Estados Unidos, el estallido de la enfermedad de la vaca loca en varios países de Europa y la necesidad de abastecer el gran mercado de China, amasaron una gigantesca masa de dinero sin mover un solo dedo.
            Aquí no se niega ni se ocultan los problemas que existen en el sector agrícola y ganadero. El problema es que quienes llevan la voz cantante de sus reivindicaciones son los más ricos y pudientes, gente que vive nadando en plata y que la han juntado en pala  y que siempre se muestran como los condenados de la tierra. El gobierno debe saber que existen en todas las provincias argentinas movimientos de base campesinos que luchan para que la tierra pertenezca al que la trabaja y los debe llamar a una mesa de diálogo para que conozca sus problemas que son mil veces más terribles e importantes que los de los Gordos del Campo ya que éstos lo único que reclaman es que el gobierno no se meta en sus negocios, que las retenciones o derechos a la exportación sean eliminados de un plumazo y con su accionar de lobby pretenden deslegitimar la atribución del Poder Ejecutivo para aplicar políticas fiscales que aseguren al pueblo que pueda seguir  comprando alimentos a precios razonables para ser consumidos por toda la población ya que las retenciones actúan como una barrera para que los terratenientes cobren en el mercado interno el mismo precio al que exportan.
            El gobierno no debe dejarse presionar ni por esta casta de estancieros ni por la inmunda y asquerosa derecha que acompañando a los reyes de la soja los incentivan a que tomen medidas temerarias que provoquen el caos en el país, es decir, que creen condiciones para inducir a un desabastecimiento, situación que lleven a las prostitutas capas medias de la ciudad y el campo a exigir cambios en la orientación política y económica, incluyendo la hipótesis de máxima que sería la renuncia de la Presidente y de su gobierno.
            No debe descartarse ninguna posibilidad acerca de cómo podrían marchar los acontecimientos en este enfrentamiento con los potentados de la tierra. Estamos en una situación que, en resumidas cuentas, se expresa en una exacerbación en gran escala de la lucha de clases, es decir, una lucha por el poder y la actual administración debe enfrentarlos con sólidas explicaciones que justifiquen su política tributaria, y sin olvidarse de diferenciar a los distintos grupos y sectores que conviven en la producción agropecuaria y que quienes llevan la voz cantante del “campo” son sus organizaciones empresarias, que debe ser aislados, porque son una máquina de mentir y el gobierno, aprendiendo de los errores cometidos, debe salir a tomar la iniciativa para impedir que la aristocracia agraria se consolide.
            Ellos tienen casi 150 años de experiencia y saben como manejarse con los gobiernos. En este marco, resultan ridículos los intentos de echar a perdurar y presentarse en calidad de guardines de la producción agropecuaria y hasta de la Patria por parte de la dirigencia patronal campestre que no tienen argumentos para justificar sus apetitos vampirescos por las ganancias.
            En la Argentina no existe otro sector de la economía donde las contradicciones y la anarquía de la producción capitalista se revelen con mayor fuerza. Por un lado, están los trabajadores del campo, representados por los campesinos que desarrollan sus tareas en condiciones paupérrimas; una gran parte de ellos no están registrados, ganan sueldos bajísimos y constantemente emigran de una ciudad a otra en busca de una situación mejor que les permite mejorar las condiciones de vida para sus familias. Por otro lado, están los grandes propietarios de tierras que nunca están satisfechos con nada: ni los acuerdos a los que arribaron con el gobierno borrando con el codo lo que suscriben con la mano, ni con la coparticipación federal de la recaudación fiscal de las retenciones de la soja por la que tanto reclamaban, ni con los subsidios, ni con los créditos blandos, ni con las compensaciones, ni con la postergación del pago de impuestos.
            Nunca dejará de importar la forma en que se resuelva este conflicto porque dada la gravedad del enfrentamiento, lo que está en juego no sólo es la estabilidad de la democracia en la Argentina sino el tipo de economía que el país necesita para desarrollar sus fuerzas productivas. Las patronales del campo se han manifestado en forma abierta y peligrosa reivindicando los tiempos de la dictadura, a su ministro de Economía (al tristemente célebre José Martínez de Hoz), a sus métodos y a sus políticas. Se han expresado con el mismo lenguaje de la dictadura y no ahorran esfuerzos en convencer al país de que el camino que ellos desean es el que más le conviene a la Argentina.
            Semejante patraña no puede ni debe permitirse porque la historia política, económica y social de la Argentina durante todo el siglo XX es una clara manifestación de que cuando llega al poder la oligarquía se acaban las libertades, se llenan las cárceles y el santo oficio de la represión es el medio que tienen para vigilar y castigar a la población. Si los del campo aún teniendo todo el poder económico, aun teniendo todos los contactos políticos para crear su propia fuerza que le permita acceder a puestos colegiados del poder por la vía electoral y no por la violencia como en 1879, 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976 y si todavía no han logrado conseguir una masa de adherentes para su causa, eso se debe a que el pueblo está aprendiendo de las lecciones del pasado, sabe que significa cuando son los que gobiernan y adónde conducen.

2) LAS NACIONES INDÍGENAS DEL CHACO PIDEN AL ESTADO ARGENTINO QUE SE PROHIBA LA SOJA TRANSGÉNICA (30 de Junio de  2008)

            Las comunidades indígenas del norte argentino estamos sufriendo desde hace unos veinte años un proceso acelerado de exterminio de nuestras comunidades y nuestros pueblos, la frontera de la soja nos expulsan y nos mata. Exterminar, en el mismo sentido de exterminio de la colonización española o de la política del régimen liberal con Julio Argentino Roca. De repente, comunidades que no habían sido percibidas –invisibles en tierras no rentables- durante más de sesenta años, hoy son atacadas con topadoras, sus hogares destrozados con cadenas, envenenados los campos y los ríos, comunidades enteras son trasladadas a zonas urbanas sin ninguna herramienta para poder sobrevivir en ellas, sin entender culturalmente un sistema hospitalario de salud, sin contar con monte que nos proveía de remedios, sin saber cómo alimentarse y muchos cargando con un solo idioma sobre el hombro, han visto morir a sus hijos y a los ancianos en la plena miseria no sin antes ser tratados como delincuentes por ir a asentarse en algún lugar de la ciudad, lugar que siempre es de otro. Estos desalojos compulsivos extrajudiciales o por medio de la acción penal, con máquinas topadoras que, unidas con cadenas tiran nuestras casas y nuestro hogar, que es el monte, lo hacen en nombre de una sola palabra: soja. La soja transgénica ha traído los desalojos que faltaban para despojar a las comunidades guaraníes, kollas, wichis, pilagás, mocobíes y tobas que estaban en la llanura (chaco) restante en este país, las anteriores llanuras fueron ‘despejadas’ por obra del General Roca. Además de la reacción natural en contra de esta semilla que nos golpeo, nos encarceló, nos despojó, nos quitó alimentos, remedios y cultura, arrojándonos hacia la autodiscriminación en un ambiente totalmente hostil y discriminador; aparte de lo que sentimos, sabemos que esta semilla:
1. NO ES NATURAL: no es natural, es un invento de laboratorio para resistir el 99% de las plagas que afectaban a la semilla original;
2. DESERTIFICA LA TIERRA: como el sueño del avaro que planta 10 centavos y quiere que florezcan 10.000 en un minuto, la soja tiene el efecto de desertificar la tierra en 20 años de uso ‘conforme a lo recomendado’. Ahora los científicos blancos descubrieron que una capa fértil de tierra solo se logra con 700 a mil años de bosques nativos, nosotros lo sabemos desde siempre y muchos secretos más, porque la tierra tiene vida propia;
3. ENVENENA LA TIERRA, LA GENTE Y EL MEDIO AMBIENTE: es una semilla pensada para no dar trabajo ni siquiera a los desmalezadores: está inventada para resistir los venenos poderosísimos –tirados desde un avión- que matan toda maleza pero no a la soja; en todo el chaco tenemos casos de muertes, cegueras y malformados por los venenos soja;
4. NO ES ALIMENTO PARA HUMANOS: es una semilla inventada para alimentar animales (o biodiesel), un oleaginoso que nadie come (ni siquiera quien la planta) y rechazado por el organismo humano, para desactivar lo incomestible hacen falta horas de energía bajo la olla, no nutre enteramente;
5. EL CRIMEN DE QUITAR ALIMENTOS Y ARRANCAR UN MOTOR CON ELLOS: peor todavía, con ella se produce biodiesel, ese crimen incomprensible e inhumano de estos días, de llenar un tanque con el alimento que le falta a diecisiete familias en este u otro lado del mundo;
6. DE LA FALTA DE LIBERTAD A LA INEXISTENCIA: antes venían los terratenientes, nos esclavizaban, nos hacían plantar caña de azúcar o cualquier otra plantación hasta que fuimos asalariados de esos que nos despojaron pero no nos echaron, hoy la soja ni siquiera da trabajo, solo somos arrojados por grandes capitales hacia la muerte en las ciudades o muchas veces a la vera de la ruta (no decimos que lo anterior fuera preferible);
7. CAMPOS DE SOJA DESIERTOS DE HUMANOS: puede criticarse que nuestros campos sean extensos, pero vivimos de y en ellos, cuidamos la naturaleza porque siempre vivimos así, vivimos muchísimas familias en nuestro territorio, cultivando y criando, defendiendo los árboles, plantas y animales que nos dan la vida; en cambio, nadie vive en los campos de soja, es lo que llaman los blancos desierto, un desierto de soja;
8. DESALOJO COMO DRAMA SOCIAL: la soja no solo ha desalojado a los verdaderos campesinos en una cifra que supera los 320.000, los verdaderos chacareros y puesteros, también ha desalojado a enormes poblaciones de comunidades indígenas que hoy pasan a formar más del 50% de ciudades como Tartagal u Orán en Salta y mucho más en las ciudades del Chacho y Formosa;
9. PERDIDA DE DIVERSIDADES CULTURALES: al desalojar tan bruscamente, se pierden diversidades culturales convirtiéndolas en discriminación y autodiscriminación, pérdida de idiomas, sabidurías y costumbres que eran queridas para cuidar la tierra argentina por miles de años más;
10. PERDIDAS DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA: desde cientos y miles de años vivimos de la diversidad biológica, de esos animales y plantas que nos dan los alimentos, nos dan los remedios, nos dan cultura para vestirnos y hasta para maquillarnos en rituales y fiestas comunitarias, nos dan leyendas que nos enseñan a vivir, la soja corta toda comunicación de los bosques nativos para extinguirlos en especies hasta que sean desiertos y nunca más vuelvan a tener la riqueza de las mieles, osos, árboles, chaguar y miles de especies que eran de esta tierra y ni siquiera ellos saben cuando las volverán a necesitar, todo perdido para siempre por la avaricia de la soja;
11. MAFIAS SOJERAS: nadie puede negar que la soja ha creado verdaderas mafias en el chaco, de topadoras con guardaespaldas pertenecientes a mafias como “los ales” de Tucumán como paramilitares que cuidan la labor de las topadoras, de innumerables sobornos a jueces, fiscales y gobernantes inversores en campos sojeros;
12. EXTRANJERIZACIÓN DE LA TIERRA: la extranjerización de nuestro suelo, excluyéndonos, exportando la soja y su renta, ha sido otro efecto de la soja;
13. AVARICIA SIN LÍMITES: esta semilla genera la avaricia que vimos en los últimos meses: blancos que en el 2003 ganaban 208 dólares con una tonelada de soja retenidos al 35%, hoy ganan 297 dólares con la misma tonelada de soja con las retenciones al 45%, tratamos de entender el conflicto y ahora lo entendemos, es el Paro de la avaricia, de los que teniendo más quieren más; podemos entender que salgan a manifestar sobre la ruta a los que no tienen trabajo por meses, a nosotros nos ha pasado y murieron nuestros hijos pequeños porque en los 23 días de manifestación por nuestra vida (puente internacional del Mercosur Pilcomayo 1996) nadie nos daba de comer, la gente se muere si no tiene y lucha por su vida, es la única forma de defender cuando te quitan todo, pero no podemos entender a quienes manifiestan sobre la ruta porque ganan mucho, quieren ganar mucho más, hacer de toda la tierra un mar de soja y llevar los productos de la tierra a precios internacionales que nosotros no podemos pagar, porque también existimos y comemos pan; peor aún, nosotros nunca manifestamos sobre la ruta para desabastecer, sí para hacer conocer nuestros reclamos;
Nosotros ya sabíamos hablar de qué es una frontera, modelos económicos, políticas públicas, pero este conflicto de la soja en que la patronal agraria pide nuestro porte de muerte, la liberación de la soja, y el gobierno pide retenciones al 45% que también son nuestra muerte porque mantienen a la soja con un alto nivel de rentabilidad. Esas dos soluciones siguen siendo la carta que llevan los sojeros para exterminarnos, entonces nosotros pedimos al Estado una solución justa: prohibir la soja transgénica, que está destruyendo la tierra de forma irrecuperable, que no trae bien a la sociedad y que se ha convertido en un monstruo que nos devoraba a nosotros (un monstruo, por que no decirlo alentado por el gobierno) que ahora quiere devorar un gobierno ha promocionado la plantación de esta semilla. Prohíban la soja y tendremos bosques nativos, 16 millones de hectáreas plantadas con alimentos que se consuman internamente, comunidades que vivan conforme a sus costumbres y a la constitución nacional, suelo cultivable para siempre, un Estado en paz que nos contente a TODOS sin egoísmos. Nosotros, los hijos de la tierra, pedimos a la presidenta y a los legisladores; se lo pedimos así, muéstrenos UN solo beneficio social de la soja transgénica y retiramos nuestro pedido.
COMUNIDADES:
  • COMUNIDAD DEL PUEBLO TUPI GUARANÍ IGUOPEIGENDA DE RIO BLANCO BANDA SUR
  • COMUNIDAD ABORIGEN LAS JUNTAS (KOLLA)
  • COMUNIDAD AVA GUARANÍ CAMPO CHICO
  • COMUNIDAD AVA GUARANÍ MITRE DE ORAN
  • COMUNIDAD AVA GUARANI 2 DE ABRIL
  • COMUNIDAD GUARANI MISIÓN SAN FRANCISCO
  • COMUNIDAD AVA GUARANI TAPE IGUAPEGUI DEL RIO TARIJA
  • COMUNIDAD AVA GUARANÍ CUA CUARIÑO GE ZENTA
  • COMUNIDAD AVA GUARANI EL PROGRESO PICHANAL
  • ORGANIZACIONES.
  • DEFENSA INDIGENA ORÁN

3) POR TERCERA VEZ RECHAZAMOS  LA  MENTIRA DE LA SOJA RESPONSABLE: DECLARACIÓN MARZO 2008

Declaración de Organizaciones sociales, indígenas, campesinas y movimientos urbanos de la Argentina, Latinoamérica y otros continentes, en rechazo a la tercera reunión sobre soja responsable (i), a celebrarse los días 23 y 24 de abril en el Hotel Hilton de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

            Los agronegocios son responsables de la devastación de nuestros suelos, la deforestación, la contaminación de ríos y acuíferos, la desaparición de la biodiversidad, la expoliación del patrimonio natural y cultural y la eliminación de la agricultura familiar que antes alimentaba a nuestros pueblos.
            La expansión de los monocultivos de soja atenta principalmente contra la soberanía territorial, alimentaria y cultural de los Estados nacionales y los derechos de los Pueblos Originarios y Campesinos. El modelo de la soja excluye, empobrece y enferma a la población. Este modelo de ocupación territorial viola los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Los monocultivos industriales se expanden vaciando el territorio con su violencia estructural inherente, causan la migración rural y marginalización de la población en las ciudades y finalmente, generan la criminalización de la pobreza y los movimientos sociales.
            A pesar de esto, en la actualidad los agronegocios de la soja se están fortaleciendo con los crecientes mercados de la industria de alimentos procesados, la cría industrial de carne y la producción de agrocombustibles que, dicen, nos salvará del cambio climático.  En la práctica se consolida la hidrovía parte del IIRSA (II), aparecen nuevos sistemas ferroviarios, se implementan más transgénicos y aumentan las importaciones de pesticidas y maquinaria para expoliar más rápidamente nuestros suelos.
            Cada vez avanza más el agronegocio y vemos consternados como muchos gobiernos europeos, frente al aumento de críticas y denuncias de la situación de nuestros países, están ciegamente confinado en las Mesas Redondas de Negocios Sustentables de la WWF. Se las reconoce como casos exitosos de referencia para los nuevos criterios legales de sustentabilidad, específicamente para la producción de agrocombustibles (III). De esta forma los gobiernos europeos están ciegamente cayendo en la trampa del maquillaje verde de las transnacionales.
            Los movimientos sociales del norte y del sur rechazamos plenamente todos los intentos de las Corporaciones y ONG's de instalar en la opinión pública, criterios de sustentabilidad o de responsabilidad, en relación a los monocultivos de Soja transgénica (IV). Objetamos los programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que pretenden, a través de mesas de diálogo y medidas voluntarias, invisibilizar la responsabilidad de los crímenes cometidos por las corporaciones y donde éstas reemplazan al Estado en sus funciones públicas con políticas privadas asistencialistas.  Nos oponemos al proyecto neocolonial de dominación por parte de los agronegocios, que sistemáticamente tergiversan de manera perversa muchos de nuestros propios discursos, y denunciamos ese maquillaje verde con que las corporaciones internacionales disputan los mercados calificados de certificaciones.
            Recordamos que en marzo del año 2005, organizaciones campesinas y ecologistas de nuestros países, incluyendo la Vía Campesina de Argentina, Paraguay y Brasil, marchamos juntas hasta Foz de Iguazú para denunciar la 1era Reunión de Soja Sustentable (V). Simultáneamente activistas holandeses se solidarizaron protestando frente a la sede de la industria de piensos PROVIMI en el puerto de Rótterdam (VI). En el 2006, los movimientos sociales paraguayos, organizaciones urbanas y campesinas se manifestaron repudiando la 2da Mesa de Soja Responsable en Asunción (VII).          Recientemente, la Vía Campesina del Paraguay rechazó públicamente el intento de involucrarlos en campañas maquilladas por la Soja Responsable (VIII).
            Por eso ahora volvemos a rechazar este proyecto corporativo liderado por la WWF, Fondo Mundial de la Naturaleza, los grupos sojeros de agronegocios AAPRESID (IX) de Argentina, ABIOVEx, MAGGI y APROSOJA de Brasil, DAP de Paraguay, Bunge y Cargill de Estados Unidos, la banca ABN-AMRO BANK de Holanda y las ONG´s FUNDAPAZ de Argentina, GUYRA (Birdlife) de Paraguay, Solidaridad de Holanda, entre otras.
            Ratificamos una vez más nuestro compromiso de marchar juntos en procura de recuperar la Soberanía Alimentaria de nuestros pueblos y de enfrentar las maniobras de desinformación y seducción del agronegocio. ¡Exigimos la liberación de nuestros territorios de estos agronegocios criminales y justicia para todas las víctimas del modelo sojero!
¡DONDE HAY MONOCULTIVO NO PUEDE EXISTIR SUSTENTABILIDAD!
¡DONDE HAY AGRO NEGOCIOS NO PUEDEN EXISTIR CAMPESINOS!

I) http://www.responsiblesoy.org/
II) Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) esta construyendo hidrovías de 4200km desde Bolivia a Uruguay Para la exportación de materias primas incuyendo la soja. Carreteras y sistemas ferroviarios están planificados dentro de este sistema. Toda esta infraestructura afectara masivamente ecosistemas, comunidades indígenas y campesinas.
III) Esto se verifica con la nueva presencia en la mesa redonda de Shell International;BP International LtD;Carrefour Brasil;Greenergy International;Glencore Grain B.V.;Neste Oil;COOP;ED&F Man France;US Soybean Export Council;Wheb Biofuels;Cert ID Certificadora, LTDA; Royal Dutch Grain and Feed Trade Association
http://www.responsiblesoy.org/eng/index.htm
IV) Open Letter to Support the Iguazú Counter Conference: No Greenwash for the soy industry! 28 Febrero 2005. ASEED, XminY
http://prod.biotech.indymedia.org/es/topic/soy2005/archive.shtml
V) Contra encuentro de Iguazú. 16-18 /03/ 2008. http://www.grr.org.ar/iguazu/
VI) Acción en la sede de Provimi - Empresa de forraje animal, No a la soja para la ganadería intensiva!' Holanda, Marzo 16 2005.Convocada por ASEED.
http://prod.biotech.indymedia.org/es/2005/03/4101.shtml
VII) El Modelo de Desarrollo Irresponsable, Insustentable y Antidemocrático en el Paraguay actual. Junio 2006, Paraguay. http://www.grr.org.ar/ceparaguay/
VIII) 28 de Febrero 2008. En contra de las Mentiras de la Mesa de Soja Sustentable. Vía Campesina en Paraguay manifiesta.
IX) Iniciada en 1988 con fondos de Monsanto,
http://www.cababstractsplus.org/fts/Uploads/PDF/20023109946.pdf y
http://www.aapresid.org.ar/
X) Abiove representa a 17 compañías aceiteras entre ellas se incluye el grupo Andre Maggi, Bunge Alimentos S.A. Cargill Agrícola S.A: Louis Dreyfus e Incopa.

4) UN ESTUDIO REALIZADO EN EL  AÑO  2001 POR MIEMBROS DEL PESTICIDE ACTION NETWORK QUE REFUTA ASEVERACIONES DE MONSANTO ACERCA DE LOS EFECTOS DEL GLIFOSATO EN LA SALUD.

Aseveraciones de Monsanto Hallazgos de Investigaciones Independientes
El Roundup posee un bajo potencial irritativo para ojos y la piel y además no constituye un riesgo para la salud humana. • El Roundup está entre los pesticidas más denunciados por ocasionar incidentes de envenenamiento en varios países.
• El Roundup ocasiona un espectro de síntomas agudos, incluyendo eczema recurrente, problemas respiratorios, hipertensión arterial y reacciones alérgicas.
El Roundup no ocasiona ningún efecto adverso reproductivo. • En ensayos de laboratorio sobre conejos el glifosato efectos dañinos duraderos sobre la calidad del esperma y el recuento espermático.
El Roundup no es mutagénico en mamíferos. • En experimentos de laboratorio se observó daño en el ADN de órganos y tejidos de ratones.
El Roundup es ambientalmente seguro. • En el medioambiente agrícola, el glifosato es tóxico para organismos benéficos del suelo y artrópodos predadores benéficos, e incrementa la susceptibilidad a enfermedades de los cultivos.
• El uso de glifosato en forestación y agricultura genera efectos indirectos perjudiciales en pájaros y pequeños mamíferos al dañar su provisión alimenticia y su hábitat.
• El contenido de POEA en el Roundup es letal para los renacuajos de tres especies de sapos terrestres y arbóreos en Australia. El gobierno australiano prohibió es uso de estos productos cerca de aguas.
• Dosis sub-letales de glifosato provenientes de la deriva dañan las comunidades de plantas silvestres y pueden afectar algunas especies situadas hasta a 20 metros del fumigador.
• El uso de glifosato en zonas arables ocasiona acronecrosis o gangrena regresiva en árboles perimetrales.
• El glifosato promueve el crecimiento poblacional de un caracol acuático que es el huésped intermedio de fasciolosis hepática en mamíferos.
• La degradación del glifosato por microorganismos en el agua puede estimular los efectos eutroficativos
El Roundup es rápidamente inactivado en el suelo y el agua. • El glifosato es muy persistente en el suelo y los sedimentos.
• El glifosato inhibió la formación de nódulos fijadores de nitrógeno en trébol durante 120 días luego de su aplicación.
• Residuos de glifosato fueron hallados en lechuga, zanahoria y cebada cuando fueron plantados un año después de la aplicación de glifosato.
• Los fertilizantes en base a fosfatos pueden inhibir la degradación en suelo del glifosato.
El Roundup es inmóvil y no percola en los suelos. • El glifosato puede desorberse fácilmente de las partículas del suelo
en un amplio espectro de tipos de suelos. Puede ser extensivamente móvil y percolar hacia capas más profundas del suelo.
• El glifosato puede ser transportado por partículas del suelo en forma de deriva secundaria.
El Roundup no contamina el agua potable cuando es utilizado por autoridades locales sobre superficies duras. • En Inglaterra, la Welsh Water Company detectó niveles de glifosato superiores al límite establecido por la Unión Europea todos los años desde 1993. El Inspectorado de Agua Potable recomienda que el glifosato sea monitoreado, especialmente en áreas donde es utilizado por autoridades locales sobre superficies duras.
Es virtualmente imposible que se desarrolle resistencia a glifosato en malezas. • En 1996, se descubrió una gramínea forrajera resistente al glifosato en Australia.
El desplazamiento de genes desde cultivos transgénicos a especies convencionales o malezas y la transferencia horizontal ocurren a corta distancia y pueden manejarse con facilidad.
• En aquellos cultivos que han sido examinados, las densidades de polen son mucho más altas y sus patrones de dispersión difieren de los de campos grandes en comparación con aquellos constatados en lotes experimentales. La dispersión de polen por el viento sucede a distancias mucho mayores y a concentraciones más altas que las predichas por extrapolaciones a partir de cultivos experimentales.
La transferencia genética desde cultivos de oleaginosas transgénicos es inevitable.
Los cultivos Roundup Ready reducirán los niveles de utilización de herbicidas.
• Los cultivos tolerantes a herbicidas intensificarán e incrementarán la dependencia del uso agrícola de herbicidas más que conducir a reducciones significativas. Una variedad de herbicidas tendrá que ser reintroducida para controlar voluntarios glifosato-resistentes y malezas resistentes.


(Fuente: Impactos sanitarios y ambientales del glifosato: Las implicaciones del aumento en la utilización de glifosato en asociación con cultivos genéticamente modificados. Julio de 2001. Informe realizado por David Buffin y Topsy Jewell, miembros del Pesticide Action Network, UK. Tabla basada en datos de: Monsanto Company, 1985, Toxicology of Glyphosate and Roundup Herbicide. Monsanto Company, Department of Medicine and Environmental Health, Missouri, USA; Monsanto Company, Web Site: www.monsanto.com., 18th January 1998; Monsanto Advertising Supplements in Farmers?s Weekly, Roundup 91, 7 June 1991, and Roundup 92, 5th June 1992; Pesticide Outlook, Dec. 1997, Royal Society of Chemistry, Vol. 8, No. 6, pp3-4.)


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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Diario La Nación - Diario Página 12- Revista Veintitrés


NOTAS
[1] Datos tomados de David Cufré. Los gordos de 20.000 hectáreas, Página 12, 13/07/2008, Suplemento de Economía Cash.
[2] Sociedad Argentina de Nutrición. Soja, propiedades nutricionales y su impacto en la salud. Buenos Aires, 2006, pág. 29, 1º Ed. (http://www.sanutricion.org.ar/pdf/soja.pdf).

[3] Monsanto, una empresa criminal que tiene presencia en 64 países, es la misma que proveyó al ejército imperial de los EE.UU. del agente naranja con el cual bombardearon durante años los campos de arroz en Vietnam dejando estas tierras con tal grado de contaminación que no están aptas ni para la agricultura y la ganadería.

[4] El Banco de Germoplasma es una colección de material vegetal vivo, en forma de semillas y esporas. Sus objetivos generales son: 1. Localizar, recolectar y conservar plantas consideradas de interés prioritario para nuestra sociedad. 2. Trabajar para el conocimiento científico orientado a la optimización de la conservación y uso de los recursos fitogenéticos. Es el catálogo donde se guardan todos los tipos de semillas que existen con el objeto de preservarlas para el futuro.

[5] Un ejemplo de la grave situación en la provincia del Chaco lo brinda Mariela Zunino en su artículo Argentina: Lo que la soja se llevó. Desnutrición y hambre en el país de los alimentos, 21-09-07 (http://www.ecoportal.net/content/view/full/72703.)

[6] Ver G. Botta, y D. Selis. Diagnóstico sobre el impacto producido por la adopción de la técnica de siembra directa sobre el empleo rural. Una recopilación. Universidad Nacional de La Plata..
http://www.unlu.edu.ar/~maqagro/Sd%20Botsels.pdf

[7]Ver Alberto J. Lapolla: Sojización: Retorno al mundo agroexportador (“agroindustrial”), latifundio y dependencia, 17-12-2005.

[8] Pueden consultar a Tolkatlian Juan, Globalización, Narcotráfico y Violencia. Siete ensayos sobre Colombia, Capítulo III, pág. 91. Ed. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2000.

[9] Ver el estudio de Silva María A. Los desafíos de la Argentina en torno al crecimiento rural a espaldas del medio ambiente y la salud, pág. 12. En Observatorio de la Economía Latinoamericana, Enero 2008. (www.eumed.net/cursecon/ar/index.htm)

[10] Ver Domínguez Néstor y Orsini Germán. Crecimiento de la producción de soja en Entre Ríos, impacto económico, especialización y concentración. Asociación Argentina de Economía Agraria. Facultad de Ciencias Económica, Entre Ríos, Octubre de 2007, pág. 14.
(www.fceco.uner.edu.ar/docentes/deconhum/publicdoceh/sojadominguezorsini.pdf)

[11] Diario La Nación, Cronista Por Daniel Tirso Fiorotto. El éxodo rural, Edición del 25-02-2006.

[12] Ver Marcela Valente: Indígenas Argentinas: Desastre humanitario en Chaco, Agencia IPS
(http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=41962)