Sergio Daniel
Aronas
AMARGA COSECHA:
LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES
PROVOCADOS POR EL CULTIVO DE LA SOJA
TRANSGÉNICA EN LA ARGENTINA
Trabajo
Presentado para la Cátedra
de
Metodología de la Investigación
en las
Ciencias Sociales
Instituto
de Formación
Técnico
Superior Nº 8
Diciembre
de 2008
INDICE
GENERAL
PROLOGO
INTRODUCCION
CAPITULO
I: EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LA SOJA TRANSGÉNICA
1) Consideraciones Generales
2) La agricultura actual donde
se inserta el complejo sojero
3) Características de la soja
en general
4) Características de la soja
transgénica en particular
6) El uso del glifosato
CAPITULO
II: LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES
1) Consideraciones Generales
2) El caso de la Provincia de
Entre Ríos
2.1) Testimonios de pobladores
de Entre Ríos (Diario La Nación 25-02-2006)
3) Las comunidades indígenas
del Chaco
3.1) Testimonio de los pobladores
del Chaco
CONCLUSIONES
ANEXO
ESTADISTICO
CUADRO
V: PRODUCTORES MUNDIALES DE SOJA 2007/2008
CUADRO
VI: PRINCIPALES DATOS DE LOS CENSOS NACIONALES AGROPECUARIO 2002 Y 1988
ANEXO
DOCUMENTAL
1)
LOS LLORONES DEL “CAMPO” Y LA SEGUIA DE LOS SALARIOS
2)
LAS NACIONES INDÍGENAS DEL CHACO PIDEN AL ESTADO ARGENTINO QUE SE PROHIBA LA
SOJA TRANSGÉNICA (30 de Junio de 2008)
3)
POR TERCERA VEZ RECHAZAMOS LA MENTIRA DE LA SOJA RESPONSABLE: DECLARACIÓN
MARZO 2008
4)
UN ESTUDIO REALIZADO EN EL AÑO 2001 POR MIEMBROS DEL PESTICIDE ACTION
NETWORK QUE REFUTA ASEVERACIONES DE MONSANTO ACERCA DE LOS EFECTOS DEL
GLIFOSATO EN LA SALUD
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
PROLOGO
El propósito de este trabajo es analizar y mostrar los
profundos cambios en la estructura de la producción agraria en la Argentina
como consecuencia de la expansión salvaje y descontrolada del cultivo de la
soja transgénica (conocida como soja RR – Roundup Ready) en las mejores tierras
aptas para la agricultura.
Nunca
antes en la historia económica argentina un producto originado en la tierra y
de cuya cosecha se destina casi íntegramente a la exportación, ha traído tantos
problemas sociales y ha producido enormes modificaciones en las regiones donde
su utilización masiva ha causado una verdadera mutación demográfica con todo lo
que ello implica. Las principales víctimas de la aplicación demencial de la
soja son los campesinos y los pequeños agricultores y por supuesto los campos
destinados a la siembra de esta planta que ha conducido a denominar a la
Argentina como la
Republiqueta Sojera.
En muchos
sectores de la población del país aun se ha tomado debida consciencia de la
gravedad de este hecho y el gobierno nacional - bendecido por la lluvia de
dólares que le ha reportado la soja milagrosa – no tiene aun en sus planes
sociales nacionales una política que ayude a mitigar sus perniciosos efectos.
La Argentina históricamente
siempre se ha caracterizado, gracias a la asombrosa fertilidad de sus suelos, a
su clima y a su régimen de lluvias, por desarrollar una agricultura
diversificada, con variedad y rotación permanente de cultivos que no sólo
permitió tener a la población alimentada sino producir un excedente capaz de
dar alimento a más de 450 millones de personas, es decir, a diez veces su
población original. Hoy nos encontramos con un cuadro peligrosísimo porque la
soja abarca el 50% de la superficie sembrada y de la producción total y no se
ve la existencia de programas que desde el Estado impongan una política
equilibrada y sustentable para el desarrollo de nuestro agro que no solo
controle la expansión de la soja sino que evite la destrucción de importantes
actividades del campo, como ganadería, algodón, alfalfa, arroz y especialmente
la desaparición de miles de pequeños y medianos productores.
Como
consecuencia de este proceso, la producción de soja transgénica ha convertido a
la Argentina en un país de monocultivo con consecuencias sociales que vamos a
demostrar.
El nuevo
paradigma productivo en la agricultura que se ha impuesto en la Argentina en
forma generalizada durante el gobierno de Carlos Menem con Domingo Cavallo como
Ministro de Economía y Felipe Solá como Secretario de Agricultura, Ganadería y
Pesca, es decir, en los años del neoliberalismo a toda máquina, es un complejo
agrario-industrial que tiene tres componentes:
1) Para la siembra: se tiene a la
semilla de soja genéticamente modificada, como modo tecnológico de producción y
que le ha servido de base y sustento para su desarrollo explosivo en un período
muy corto de tiempo;
2) Para las labores de la tierra: se
impuso el sistema de la siembra directa; y
3) Para controlar las plagas y
malezas: está la aplicación intensiva y descomunal del agroquímico glifosato.
La
combinación de estos tres factores es el proceso que se conoce con el nombre de
“sojización” cuyos partidarios lógicamente rechazan afirmando que se trata de
un proceso natural que ha permitido el despegue del agro argentino. Nosotros
demostraremos la falsedad de esta argumentación.
Las
manifestaciones más relevantes de los problemas económicos y sociales que ha
causado el vertiginoso avance de la soja transgénica se resumen en la siguiente
lista:
1) La desaparición de más del 20% de las explotaciones
agropecuarias del país, y el surgimiento de la violencia rural y la actuación
de “guardias blancas” o “paramilitares” como custodios de la gran propiedad
terrateniente.
2) Los nuevos desplazamientos en la vida económica y social
campesina que impacta directamente en las distintas actividades agropecuarias
vinculadas al mercado local y las modificaciones en la estructura productiva de
muchas economías regionales.
3) La expulsión de sus tierras de comunidades indígenas por
las empresas productoras de soja que no respetan el derecho ancestral que
tienen nuestros paisanos los indios de vivir en las tierras donde nacieron
desde tiempo inmemorial.
4) El consecuente aumento de la canasta básica nacional de
alimentos.
5) El aumento de la concentración de la propiedad de la
tierra, es decir, aumento de la concentración económica y de poder en el agro y
como derivación directa la centralización del capital.
6) La invasión de las islas del río Paraná por el ganado
desplazado por este cultivo
7) El permanente desmonte, la erosión y pérdida de fertilidad
de los suelos.
8) Las inundaciones por falta de retención de agua de lluvia
en los campos.
9) La desaparición de especies de anfibios y otros
componentes de la flora y fauna nativa.
10) La aparición de los “pueblos fumigados” por la
contaminación de las poblaciones del campo por los cócteles de glifosato, 2.4D,
etc. (causantes de problemas de respiración, hígado, cáncer o linfomas,
malformaciones, etc.).
11) Los problemas de tránsito por el aumento del caudal de
camiones de carga del grano en las rutas.
12) Los sueldos miserables que se pagan a los peones de campo,
el mantenimiento del trabajo en negro y al bajo empleo que esta producción
genera.
De todos los problemas enumerados nuestra
hipótesis se centrará en demostrar como el modelo de la soja RR-Siembra
Directa-Glifosato conduce al despoblamiento de importantes pueblos de las
provincias del país, especialmente en los sectores más pobres como las
poblaciones indígenas y los pequeños productores.
En sentido tomaremos los casos de la Provincia de Entre Ríos
y del Chaco. La primera por ser una zona emblemática de la agricultura por su
historia y por sus tradiciones y la segunda por ser una de las importantes en
albergar en su seno a comunidades indígenas que están sufriendo las terribles
consecuencias de la soja indiscriminada por parte de los cazadores de tierras y
la complicidad del gobierno provincial.
Nuestro
método será investigar esta hipótesis sobre la base de cómo surgió en la
historia del país el fenómeno del crecimiento exponencial del cultivo de la
soja transgénica, cuáles fueron las distintas etapas de su desarrollo y desde
este punto de vista en que se ha convertido hoy este problema. Para ello
utilizaremos fuentes fidedignas de investigadores, especialistas y centros de
estudios que no sólo contribuyan la esclarecer la raíz de esta cuestión sino
también intentar dar una propuesta de solución para el bien de la Argentina y
sus habitantes
INTRODUCCION
Entre los cambios estructurales producidos en la
organización económica de la República Argentina por el modelo neoliberal en
el marco de la globalización económica financiera del capitalismo de fin del
siglo XX y comienzos del XXI, se destaca, entre otros, el fuerte impacto que ha
tenido en toda la cadena de la producción y generación de valor en la agricultura.
Estos cambios pueden constatarse en la modificación de la composición de los
cultivos a sembrar (donde se verifica un dominio abismal de la soja
transgénica), en los métodos de producción, la aparición de nuevos operadores
en el negocio agrícola que no tenían ningún vínculo con el sector y cuya
actividad preponderante ha dado origen a los llamados agronegocios y el
surgimiento de nuevos sectores sociales y la desaparición de otros. Teniendo en
cuenta que nuestra hipótesis consiste en demostrar cómo la utilización de la
indiscriminada de la soja ha llevado a un desplazamiento de muchas poblaciones
campesinas, nuestro trabajo se desarrollará de la siguiente manera:
En el
Capítulo I haremos una exposición general de las principales
características de la soja, donde
describiremos qué tipo de planta es, a qué grupo y familia pertenece y cuáles
son los beneficios y perjuicios que su consumo tiene para el consumo humano.
Luego pasaremos a analizar a la soja transgénica en particular, donde veremos
en qué consiste la transgénesis (procedimiento que realiza la modificación
genética de la semilla), quien desarrolló este organismo que ha inundado a
nuestro país y varios de América Latina. También haremos mención a los aspectos
legales que autorizaron la introducción de los organismos genéticamente
modificados y a la controversia que existe entre la empresa multinacional
estadounidense Monsanto con la Argentina por el cobro de las patentes y
regalías por los derecho de propiedad. Haremos una mención acerca del nuevo
sistema productivo que ha acompañado el crecimiento de la soja y la aplicación
del glifosato con sus efectos devastadores en muchas poblaciones de nuestro
país.
El capítulo II analizaremos la
hipótesis acerca de los cambios demográficos que está provocando en distintas
regiones y sectores poblacionales de la Argentina la expansión descontrolada
del cultivo de la soja transgénica cuyo final aun se está por ver.
Se trata
de los nuevos desplazamientos económicos y sociales en la vida campesina, es
decir, una nueva especie de migración interna del campo a las ciudades que ha
llevado a la desaparición de pequeños y medianos productores como así también
de trabajadores del campo en busca de nuevas oportunidades laborales dados los
bajos salarios, el alto grado de explotación de la mano de obra, que con los
paupérrimos salarios que pagan se ven obligados a emigrar a otras ciudades a la
búsqueda de un trabajo que le permita sostener a sus familias. La persecución
política a las organizaciones de lucha campesinas que resisten los desalojos de
sus tierras, el elevado trabajo no registrado que las agrupaciones sindicales
que reúnen a los trabajadores agrícolas viene denunciando reiteradamente son algunos de los factores que han contribuido a su expulsión, para que los pool de siembra y grandes empresas exportadoras ganen esas tierras y extender el cultivo de la soja.
Como dato
relevante podemos decir que la soja fue el único cultivo que entre 1992 y 2005
dio ganancias en todas las cosechas y los rendimientos por hectáreas se
duplicaron con relación a los de 1975. Y esto fue posible básicamente por la
extraordinaria demanda que se presentó a nivel mundial y que provocó un fuerte
aumento de su precio internacional. Estos altos precios fueron la causa
principal del millonario negocio que hicieron no sólo los grandes exportadores
sino todos los que participan del negocio de la soja.
CAPITULO I: EL SISTEMA PRODUCTIVO DE LA SOJA TRANSGÉNICA
1) Consideraciones Generales
Con el fin
de esclarecer en que consiste el sistema productivo de la soja transgénica,
este capítulo tendrá cinco apartados en el que desarrollaremos los siguientes
temas: En primer lugar, describiremos la estructura de la agricultura argentina
en que se inserta el cultivo de la soja RR; en segundo lugar, hablaremos sobre
la soja en general (origen, características, propiedades, etc.); en tercer
lugar, nos dedicaremos al estudio de la soja transgénica en particular; en cuarto lugar, se brindará un panorama de
la siembra directa, es decir, del método utilizado para plantar y desarrollar
la soja y en quinto y último lugar, nos dedicaremos a explicar la utilización
del agroquímico glifosato, el herbicida que cierre el paquete tecnológico del
sistema productivo de la soja transgénica.
2) La agricultura actual donde se inserta el complejo sojero
Antes de
describir las características del sistema productivo de la soja transgénica se
importante mencionar cuál es la estructura de la agricultura argentina en la
que se inserta la soja como cultivo dominante.
Lo que se
llama "campo", en realidad, es una estructura piramidal compuesta en
su vértice por grupos y empresas súper concentrados y diversificados de
producción, comercialización y exportación de recursos y productos
agropecuarios, que operan como lobbys de control y de formación de
precios sobre el mercado interno y el comercio exterior de la Argentina.
Según el
INDEC (censo oficial) en el primer bimestre de 2008, la exportación de
productos argentinos al exterior aumentó 30% en promedio, mientras
que los volúmenes de ventas se incrementaron en un 19%. De ese total, la
producción agropecuaria (el campo) representó el 61% del total exportado por
Argentina.
Los datos
oficiales reflejan el récord de los precios de los commodities, y las mayores
exportaciones fueron de harina y pelletes de soja, maíz, trigo, petróleo crudo
y carne. Pero, más del 90% de la renta capitalista de esa producción exportada
no se distribuye entre el conjunto de los productores e industrializadores
agropecuarios, sino que va al bolsillo de los mega-consorcios diversificados
que controlan la estructura del comercio interior y exterior de la Argentina.
Los datos
de los mil principales exportadores del país compilados en el ranking de Prensa
Económica representan el 97% del total exportado el año pasado, medido en
dólares, valor FOB, y los10 primeros puestos se los reparten aceiteras,
petroleras y cerealeras (que lideran los rubros de productos exportados).
Según el
último Censo Agropecuario Nacional, del año 2002, en la Argentina hay 170
millones de hectáreas agropecuarias y 317.816 productores. El 69% de las
explotaciones tienen menos de 200 hectáreas, pero representan sólo el 3% del
total de la tierra agropecuaria. En la otra punta de la pirámide, el 10% de los
grandes establecimientos, con más de 1.000 hectáreas,
ocupan un 78% de la superficie agropecuaria. Pero sólo 4.000 de ellos poseen
74,3 millones de hectáreas (más de la mitad del total de extensión de la
tierra).
En la Pampa Húmeda la
concentración es mayor: 4.110.600 hectáreas están en manos de 116
dueños (los mega-consorcios del vértice de la pirámide) que controlan la
comercialización interna y externa y la formación de precios en el rubro.
Los
pequeños y medianos productores, en campos que producen hasta 1.500 toneladas
por año, son el 96% del total de los establecimientos, pero levantan apenas el
40% de la cosecha.
El otro
60% lo producen 2.817 grandes explotaciones controladas por el lobby de
consorcios exportadores que, a través de la diversificación comercial, también
controlan una gran parcela del mercado interno.
Como
resultado de esta gran concentración de la renta y de la propiedad de la
tierra, los grandes productores (los pulpos concentradores) exportan materias
primas y alimentos en dólares (o venden a paridad dólar en el mercado interno),
y pagan costos y mano de obra en pesos devaluados (a tres por un dólar).
El pequeño
productor (más del 70% del sector) vende a los grandes grupos concentradores
(que dominan el mercado interno y la exportación) su producción en pesos
devaluados, y paga parte de los insumos (gasoil fertilizante etc.,) en dólares,
además de alquilar (en su gran mayoría) sus parcelas a precio tasados en dólares.
Analizando
el Censo Agropecuario 2002 se puede estimar que 1.000 personas o grupos
económicos cuentan con 35.515.000 hectáreas, casi 35.000 para cada
uno. Estos son los poderosos terratenientes que pegan el grito en el cielo
cuando se trata establecer políticas redistributivas del ingreso como ocurrió
con el caso de las retenciones móviles. Una cuestión de tipo impositiva, que no
cuestionaba ni atacaba, la propiedad de la tierra provocó una reacción en
cadena de estos sectores que arrastró a buena parte de la población y también
por culpa del gobierno por no saber distinguir las distintas capas y niveles de
productores que participan de la producción agraria. En el otro extremo de la
pirámide nos encontramos con 137.021 agricultores que solo tienen 2.288.000
hectáreas: les toca apenas 16,70 hectáreas para cada uno.
Los que se
benefician de la exportación y de los altos precios las materias primas, no es
el pueblo argentino en su conjunto ni el 90% de los productores, sino los
grandes grupos súper concentrados que controlan la exportación y se benefician
de los precios en dólares y los costos en pesos devaluados.
De acuerdo a los datos
relevados por la Federación Agraria Argentina (F.A.A) en la Pampa Húmeda quedan
100.000 productores que adquieren insumos por 1.300 millones de dólares De estos agricultores, 31.000 medianos y grandes adquieren
insumos por un monto cercano a 880 millones de dólares (70%), mientras que los
casi 70.000 pequeños agricultores y campesinos restantes compran sólo el
equivalente a 30% del valor de los insumos.
La crisis
entre el Gobierno y las patronales del “campo” por las retenciones móviles puso
a la orden día la importancia del sector agraria como factor de poder, con
capacidad de movilización y de ejercer presión hasta las más altas esferas del
gobierno para torcerle el rumbo a su favor. Si en el censo 1913 figuraban 35
familias tradicionales hoy 30 de ellos siguen siendo grandes propietarios de
tierras. Noventa años después, el panorama no parece haber mejorado mucho.
Según el último censo agropecuario de 2002, la superficie agropecuaria ronda
los 175 millones de hectáreas, explotadas por 330.000 explotaciones agrícolas,
una cantidad sensiblemente menor que las 420.000 del censo de 1988 o las
600.000 de veinte años antes.
Aún más
aleccionador es desagregar esa cifra por tamaño: 936 explotaciones de más de 20.000 hectáreas
suman más de 35 millones de hectáreas, presumiblemente de las más fértiles del
país. Y si se consideran losa los propietarios de entre 5.000 y 20.000 hectáreas,
se llega a que 6.160 “productores” poseen 87 millones de hectáreas.
¡Prácticamente la mitad de las tierras explotables de todo el país, es decir,
una concentración brutal en materia de propiedad de la tierra! Y hay quienes
dicen que la oligarquía terrateniente no existe.
En el otro
polo, existen 170.000 explotaciones agropecuarias de entre 5 y 100 hectáreas que
sólo suman unos 5 millones de hectáreas. Es decir, más de la mitad de las
unidades productivas sólo reúnen el 3% de las tierras. Entre ambos extremos hay
unas 75.000 explotaciones de entre 100 y 500 hectáreas, que
suman unos 18 millones de hectáreas, y las explotaciones “medianas” de entre
500 y 5000 hectáreas,
son unas 44.000, y totalizan cerca de 67 millones de hectáreas. En cuanto a la
situación de la zona núcleo, es decir, el sector geográfico que comprende el
sur de Santa Fe y el norte de la provincia de Buenos Aires, entre 1988 y 2002
la región pampeana es la que registra la mayor caída (–29%) en la cantidad de
“productores”, y el mayor crecimiento en materia de concentración de la tierra:
5.127 explotaciones abarcan 30 millones de hectáreas en la zona más rica del
país. Y en la provincia de Buenos Aires, existen cinco grupos económicos y 35
grupos agropecuarios que lograron ampliar sus dominios en el campo en los 90.
Los primeros son Bunge y Born, Loma Negra, Bemberg, Werthein y la familia
Blaquier (grupo Ledesma) en total poseen 396.765 hectáreas
en la provincia de Buenos Aires, lo que arroja un promedio de 79.353 hectáreas
cada uno.
Por su
parte, los grupos agropecuarios están constituidos mayormente por familias de
la aristocracia, que dieron origen a la Sociedad Rural.
Son 35, que reúnen un total de 1.564.091 hectáreas,
a razón de 44.688
hectáreas cada una. Entre ellos figuran familias
tradicionales (algunas de las financiaron la guerra contra el Indio en 1829 y
en 1879 cuando Roca planteó la solución final para los pueblos originarios de la Patagonia) como Gómez
Álzaga (60.000 has), los Anchorena (40.000 has), Balcarce, Larreta, Avellaneda,
Duhau, Pereyra Iraola, Ballester, Zuberbuhler, Vernet Basualdo, Pueyrredón,
Bullrich, Udaondo, Ayerza, Colombo, Magliario y Lanz, etc.
En total
existen en la provincia de Buenos Aires 1.294 propietarios con más de 2.500 hectáreas;
800 entre 2.500 y 5.000; 242, entre 5.000 y 7.500; 92, entre 7.500 y 10.000;
108, entre 10.000 y 20.000, y 534 de 20.000 en adelante. En conjunto son dueños
de 8,8 millones de hectáreas, algo más del 32% del total de la provincia[1].
Hace 10
años la soja sólo ocupaba menos de 5 millones de hectáreas, en la actualidad
supera los 16 millones de hectáreas. El área destinada a frutas cayó casi 100
mil hectáreas. Lo mismo ocurrió con las hortalizas. En 1998 el total del área
sembrada para otros cultivos era de 26,2 millones de hectáreas, de las que sólo
el 0,5 se destinaba a soja. En la actualidad se extendió la frontera
agropecuaria al norte del país con lo que la superficie de siembra estimada
para el 2008 es de 30,2 millones de hectáreas. De ella, 16,6 millones serán
sembradas de soja. Es decir, que el área sembrada total creció 4 millones de
hectáreas y la de soja 11 millones.
El
incremento de los precios en la soja y algunos productos agrícolas valoriza las
tierras destinadas a ellos. El valor de mercado de los campos registró una
verdadera estampida desde la devaluación, al punto que los 12.000 dólares por
hectárea que llagaban a pagarse en la Pampa Húmeda superan los valores de las mejores
tierras productivas de los Estados Unidos.
La superficie sembrada de soja en la campaña 2006/2007 creció 152 por ciento
respecto del promedio de la década del noventa. La de trigo avanzó apenas el 1
por ciento y la de maíz el 12 por ciento. El campo genera sólo el 6 por ciento
del PBI y emplea un porcentaje reducido de la mano de obra, 11,4 por ciento de
la población económicamente activa. Hay 70.000 productores de soja: 69.000
manejan el 20 por ciento de la producción, mientras que 2.000 producen el otro
80 por ciento. Las 218 mil familias que representan el 71 por ciento de los
productores del campo, siembran 21, 3 millones de hectáreas y aportan el 53 por
ciento del empleo rural, pero no tienen ni un dirigente en la mesa de
negociaciones que está dialogando con el gobierno. Argentina produce alimentos
como para una población 12 veces mayor que la actual. Sin embargo, dos millones
de personas no llegan a comer o comen mal en un país record de producción. Y lo
continuarán pasando por las mismas condiciones extraordinarias del campo por
sus altos precios de los alimentos. Son 135 millones de toneladas de alimentos
básicos suficientes como para 450 millones de personas y que es también la
cantidad de habitantes que puede albergar la República Argentina
pues en ella caben perfectamente 14 países europeos.
3) Características de la soja en general
La soja es
una planta originaria de China que cultivada desde hace más de 4.000 años, es
un importante complemento alimenticio para este país y el Japón con sus dietas
básicamente vegetarianas. La forma que se presenta en el menú de esos países es
el frijol de soja salado y fermentado derivado del poroto tausí. La soja
pertenece a la familia de las leguminosas cuyas semillas son utilizadas para
alimentación y la producción de aceites. Su alto valor proteico (entre 38-40%)
es superior al de la mayoría de los cereales. También se la utiliza como
alimento para animales en forma de harina de soja que compite en ese rubro con
la harina de pescado.
El cultivo
de la soja en los países Occidentales, sobre todo en el Medio Oeste de los
Estados Unidos, Argentina, Brasil, Paraguay, México y el Oriente de Bolivia,
obtuvo su primer auge productivo en los años ’70 y fue en la década de los ’90
donde alcanzó su expansión explosiva y que en el caso de la Argentina lo hizo a
expensa de otras producciones a las que terminó sustituyendo por completo como
fue el caso del trigo, girasol, arroz y el maíz y en otros casos eliminó a la
ganadería, amenazando con su fuerte crecimiento a las áreas forestales,
depredando bosques para plantar soja.
Las propiedades de la soja para el
consumo humano sigue siendo tema de discusiones entre los especialistas. Se
sabe que es rica por sus aminoácidos esenciales, por su fibra, por sus hidratos
de carbono y por sus lípidos lo cual está indicado para el tratamiento de la
obesidad, estreñimiento, diabetes, diverticulosis, enfermedades celíacas,
hiperlipidemias e hipercolesterolemias. Puede proteger contra el cáncer de
mama, el cáncer de próstata, ayudaría a disminuir el riesgo de las osteoporosis
y tendría un efecto beneficioso para prevenir enfermedades cardiovasculares. Es
una alta fuente de vitaminas del complejo B y proveedora de minerales como el
hierro, calcio, fósforo y zinc. Para la Sociedad Argentina
de Nutrición es segura tanto en adultos como en niños, y “es un alimento valioso para incorporar
a nuestra alimentación en el contexto de un plan de nutrición equilibrado en
calidad y cantidad”.[2]
Cuadro
I: Valor Proteico de los Cereales
CULTIVO
|
PROTEINAS
|
Cebada
|
9,5
-17,0
|
Maíz
|
9,4
– 14,22
|
Arroz
|
7,5
|
Trigo
|
14,0
– 17,0
|
Soja
|
34,6
|
El ciclo
productivo de la soja se caracteriza por abarcar todo el año calendario. Este
se inicia con las tareas de labranza ente julio y octubre, donde se acondiciona
la estructura del suelo, el nivel de minerales, su composición orgánica y el
manejo de la fertilidad. La siembra se realiza en los meses de noviembre y
diciembre. Entre diciembre y mayo viene la tercera etapa y más larga del ciclo
generalmente llamada de crecimiento y desarrollo. En ésta se verifica la germinación
de la semilla, se controla la evolución de la planta y es aquí donde se produce
la formación del grano de soja en forma de vaina. Cuando la planta cambia su
típico color verde intenso a amarillento se considera que ha llegado a su
madurez fisiológica, es decir, el período donde el gano comienza a perder
humedad. Al llegar a un nivel cercano al 14% se puede comenzar la cuarta etapa
que es la cosecha que tiene lugar entre los meses de mayo y junio. El siguiente
esquema brinda un panorama aclaratorio del proceso de producción de la soja en
la Argentina:
Esquema 1: Ciclo Productivo de la Soja
JUL.
|
AGO.
|
SEP.
|
OCT.
|
NOV.
|
DIC.
|
ENE.
|
FEB.
|
MAR.
|
ABR.
|
MAY.
|
JUN.
|
LABRANZA-BARBECHO
|
|||||||||||
SIEMBRA
|
|||||||||||
CRECIMIENTO Y
DESARROLLO
|
|||||||||||
COSECHA
|
El ciclo
comercial tiene sus propias particularidades según el tipo de productor que
participa en el mercado de esta oleaginosa. Generalmente, el pequeño productos
no exporta generalmente la soja sino que la vende a los acopiadores, es decir,
a las empresas propietarias de los silos donde se almacena. Estos la venden, a
su vez, a las grandes compañías exportadoras de cereales quienes finalmente
llevan a cabo la exportación, con lo cual se convierten en los principales
protagonistas del negocio porque son los que obtienen los mayores beneficios.
Se trata de las corporaciones multinacionales. Algunas poseen puertos propios
sobre el Río Paraná, sus propios silos, sus propias vías fluviales y hasta sus
propias terminales de carga como el caso de la empresa Noble Argentina, que
también tiene su puerto propio (Puerto Noble Lina). Las grandes empresas
exportadoras en la Argentina como Cargill, Noble Argentina, Dreyfus, Bunge,
Nidera, Toepfer, Aceitera General Deheza, ADM Argentina, ACA representaron en
2007 más del 97% del total exportado de soja. El complejo sojero comprende la
producción de la semilla de soja, en la fabricación de aceites y como derivado
de éste, el pellets. La estructura productiva de la soja nuestra que el 22% de los
productores concentra el 80% de la producción total, mientras que el 78% de los
productores lo tiene el 20% del total. Estos son alrededor de 61.300 con un
volumen productivo menor a las 500 toneladas. La fuerte expansión exportadora
ha tenido en la República
Popular China un factor preponderante en el proceso de
sojización en la Argentina que ocupa nada más ni nada menos que el 50% de la
superficie cultivable. China con su población de 1.300 millones de habitantes
autoriza el ingreso de materias primas en lugar de productos elaborados. Ellos
destinan las semillas de soja para obtener aceites y en segundo lugar para
alimentar a sus cerdos y aves, es decir, como alimento balanceado. De acuerdo a
los datos de la Secretaría
de Agricultura el 87% de las exportaciones de soja van para China. El otro
destino de las exportaciones argentinas es la Unión Europea con el 8,6% del
total, quienes demandan principalmente el pellets de soja, es decir, un
subproducto de la industrialización del aceite que queda como residuo y va
destinado como alimento del ganado debido a la presencia de proteínas vegetales
en reemplazo de las harinas animales, situación que comenzó a manifestarse
después de la aparición de la enfermedad conocida como “vaca loca”. En la
Argentina más del 80% del transporte se realiza en camión, fenómeno que ha
provocado un fuerte congestionamiento en las rutas y una pequeña parte va en
ferrocarril.
CUADRO II: SOJA:
EXPORTACIONES TOTALES POR FIRMA AÑO 2007
|
|||
Firma
|
País
|
Volumen
|
Por.
|
CARGILL
|
EE.UU.
|
2.329.058,00
|
20,5%
|
NOBLE ARGENTINA S.A.
|
CHINA
|
1.499.346,00
|
13,2%
|
A.D.M. ARGENTINA
|
EE.UU.
|
1.488.907,00
|
13,1%
|
NIDERA
|
HOLANDA
|
1.462.194,00
|
12,9%
|
BUNGE ARGENTINA
|
ARGENTINA
|
1.453.704,00
|
12,8%
|
DREYFUS
|
FRANCIA
|
1.195.605,00
|
10,5%
|
TOEPFER
|
ALEMANIA
|
903.204,00
|
7,9%
|
A.C.A.
|
ARGENTINA
|
659.194,00
|
5,8%
|
A.G.D.
|
ARGENTINA
|
90.449,00
|
0,8%
|
TOTAL GENERAL
EXPORTADO
|
11.365.874,00
|
100,0%
|
|
TOTAL
PRIMERAS NUEVES EXPORTADORAS
|
11.081.661,00
|
97,5%
|
|
Fuente: Elaboración propia sobre datos de la Secretaría de
Agricultura.
|
4) Características de la soja transgénica en particular
A partir
del año 1991 comienza a experimentarse en la Argentina el interés por
desarrollar los cultivos con semillas transgénicas, es decir, con organismos
genéticamente modificados. El procedimiento para lograr dicha modificación se
llama transgénesis que consiste en
transferir genes en un organismo a otro mediante las técnicas de la ingeniería
gen, la cual permite crear plantas transgénicas.
La
transformación casi total de la agricultura a base de soja transgénica en
nuestro país es el resultado de una decisión política en las esferas más alta
del Estado y de los funcionarios que tenían a su cargo la dirección y
administración de la República y que están muy relacionados con los tratados de
paz firmados con el imperio británico en 1990 por la guerra de las Malvinas. Se
trata en resumidas cuentas de lograr que la Argentina desaparezca como
competidor internacional del comercio de granos y carnes de los Estados Unidos
y la Unión Europea.
Es la política iniciada en la infame década de los noventa con las
privatizaciones, apertura, desregulación, desaparición del estado nacional,
crecimiento exponencial de la deuda externa que contribuyó a la destrucción de la Argentina.
La soja
fue el primer cultivo en incorporarse al mercado argentino a través de dicho
método de transgénesis. La planta transplantada puede adquirir los genes
deseados de la planta original, pero también pueden mezclarse elementos no
deseados, como por ejemplo, tener un fruto grande pero con un sabor
desagradable. Esto es lo que evita la transgénesis, que logra identificar de
manera bien precisa los genes de modo que el organismo modificado no tenga
alteraciones en su composición, Hoy casi el 100% de la superficie cultivable de
soja corresponde a la forma transgénica cuya característica principal es la de
ser resistente al herbicida glifosato, un herbicida de amplio espectro que se
lo utiliza con el fin de combatir a las malezas. En el caso de la Argentina
tanto la semilla transgénica como el glifosato es producida por la tristemente
célebre empresa norteamericana Monsanto[3].
Un tema particularmente importantísimo en la agricultura es la soberanía y
control de las semillas por parte de los agricultores. El poderío de Monsanto
es tal magnitud que ha avanzado no sólo en el ramo de las transgénicas sino en todas las variedades de
semillas porque ha conseguido adquirir las empresas semilleros del mundo, con
lo cual ha pasado a tener ella sola el 20% del mercado mundial. Si a Monsanto
se le unen Dupont y Syngenta abarcan el 44% del comercio mundial y las diez más
grandes son dueñas del 55% del total global del mercado de semillas.
La
agricultura de la soja transgénica – denominada soja RR por ser resistente al
hercibida glifosato Round Ready – ha modificado de manera sustancial la
producción agrícola en la Argentina que ha pasado a ser el cultivo dominante y
de seguir esa tendencia, es decir, que cada año que transcurre aumenta la
superficie cultivada de Soja RR, es probable que nos convirtamos en un país de
monocultivo con todos los peligros que esto ocasiona. Una de las consecuencias
más graves de la política agraria del gobierno neoliberal de Menem-Cavallo-Solá
al aliarse en forma incondicional y unilateral a los Estados Unidos, fue entregar
la colección de germoplasma[4]
a los semilleros transnacionales que de esa manera se apropiaron de los
secretos de la producción nacional y unido a la liquidación de la Junta Nacional de
Granos y con el INTA al servicio de las multinacionales, crearon las
condiciones para permitir la expansión de la soja RR por su facilidad de manejo
y sobre todo la rentabilidad que generaba a las empresas productoras.
Cuadro III: Expansión del Cultivo de Soja Transgénica en la
Argentina
CAMPAÑA
AGRICOLA |
SIEMBRA
EN HAS. |
COSECHA
EN HAS. |
PRODUCION
EN Tn |
RENDIMIENTO
4/3 |
AUMENTO
SIEMBRA |
AUMENTO
SIEMBRA EN % |
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
91/92
|
5.004.000
|
4.935.710
|
11.310.000
|
2.291,46
|
-
|
0,0%
|
92/93
|
5.319.600
|
5.116.235
|
11.045.400
|
2.158,89
|
315.600
|
6,3%
|
93/94
|
5.817.490
|
5.748.910
|
11.179.000
|
1.944,54
|
497.890
|
9,4%
|
94/95
|
6.011.240
|
5.934.160
|
12.133.000
|
2.044,60
|
193.750
|
3,3%
|
95/96
|
6.002.155
|
5.913.415
|
12.448.200
|
2.105,08
|
-9.085
|
-0,2%
|
96/97
|
6.069.500
|
6.363.780
|
11.004.890
|
1.729,30
|
67.345
|
1,1%
|
97/98
|
7.176.250
|
6.954.120
|
18.732.172
|
2.693,68
|
1.106.750
|
18,2%
|
98/99
|
8.400.000
|
8.180.000
|
20.000.000
|
2.444,99
|
1.223.750
|
17,1%
|
99/00
|
8.790.500
|
8.637.503
|
20.206.600
|
2.339,40
|
390.500
|
4,6%
|
00/01
|
10.665.160
|
10.400.778
|
26.882.912
|
2.584,70
|
1.874.660
|
21,3%
|
01/02
|
11.639.240
|
11.405.247
|
30.000.000
|
2.630,37
|
974.080
|
9,1%
|
02/03
|
12.606.845
|
12.419.995
|
34.818.552
|
2.803,43
|
967.605
|
8,3%
|
03/04
|
14.509.306
|
14.287.239
|
31.554.251
|
2.208,56
|
1.902.461
|
15,1%
|
04/05
|
14.400.000
|
14.037.246
|
38.300.000
|
2.728,46
|
-109.306
|
-0,8%
|
05/06
|
15.200.000
|
15.600.000
|
41.814.000
|
2.680,38
|
800.000
|
5,6%
|
06/07
|
16.141.000
|
16.379.310
|
47.500.000
|
2.900,00
|
941.000
|
6,2%
|
07/08
|
16.666.000
|
16.725.100
|
48.018.443
|
2.871,04
|
525.000
|
3,3%
|
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de
Secretaría de Agricultura, INTA
y la Bolsa de Cereales
de Buenos Aires.
Este
cuadro es revelador del fuerte crecimiento de la soja en la Argentina que entre
1991 y 2007 registró un aumentó del área sembrada del 230% que indica la
preferencia masiva de los productores por este cultivo cuya producción en el
mismo lapso creció un 325%. Esta evolución de la soja transgénica está
acompañada, en cuanto al aumento del
área sembrada y de la producción, no tanto a modificaciones en la estructura de
propiedad y tenencia de la tierra, sino a un proceso de tecnificación de
maquinaria agrícola basada en los tractores (que reemplazan a 5 millones de
caballos), en roturadoras, sembradoras, cosechadoras de granos, máquinas de
forestar para arruinar bosques y ganarlos para la soja provocando una
alteración del sistema ecológico con graves consecuencias para el medio
ambiente. Se desarrollaron los elevadores hidráulicos para la carga de los
contenedores en los buques y provocó una importante disminución de los
estibadores y se pusieron en práctico la utilización de silos dotados de
elementos electrónicos.
Mientras
la soja avanza a pasos agigantados por todo el territorio de la República Argentina,
producciones tradicionales y ancestrales como el arroz, algodón, lentejas, caña
de azúcar, maíz, alfalfa, remolacha, leche y carne, se reducen de manera
alarmante y ese es una de las causas que en pleno siglo XXI tengamos que hablar
de la existencia del hambre en el país de los alimentos y lo más terrible que
argentinos mueran por desnutrición[5].
Esta reducción de producciones básicas de nuestra alimentación dio origen al
desabastecimiento, al aumento de sus precios y al empobrecimiento de los
sectores más débiles de la Argentina y esto ha modificado también los hábitos
alimenticios de los argentinos. Y esto se dio así porque en la Argentina se ha
impuesto un sistema agropecuario destinado al comercio exterior basado en el
cultivo de la soja transgénica RR, que ocupa el 50% de la producción agraria y
un 54% del área sembrada. El 95% se exporta a China y a la Unión Europea,
mientras que en el país solo queda el 5% restante del cual apenas el 2% se
destina al consumo humano. Ahí hay que
buscar la raíz y el origen de los cuadros de hambre detectados en varias
regiones del país. La
Argentina siempre tuvo como base de su alimentación una rica
y nutrida variedad de carne, leche, huevos, quesos, frutas y verduras de todo
tipo. El nuevo modelo productivo de la soja RR que no tiene nada que ver con el
gusto típico de nuestros habitantes y que ha derivado en una espantosa
importación de alimentos tipo diet, light, que ni
alimentan, ni nutren a ninguna persona. Es pura propaganda que llena los
bolsillos de las grandes multinacionales que las fabrican y participando en esa
cadena productiva y de comercialización los mega supermercados que contribuyen
a su difusión y consumo.
La
invasión de la soja transgénica fue llevada sin realizar ningún estudio de
factibilidad que midiera su impacto ecológico, ambiental, sanitario y
demográfico y sin ninguna discusión o debate tanto a nivel parlamentario como
así también académico universitario. Es preciso saber, es preciso darse cuenta
que la implantación de la soja ha sido consecuencia de un plan global del
imperio USA para ubicar y condenar a la Argentina a la condición de país
simplemente agroexportador, para lo cual necesitaron destruir la base
industrial de nuestra agricultura para que no pueda competir en los mercados
mundiales con otras potencias y no sería descabellado afirmar que todo este
proceso ha sido un gran experimento de las multinacionales norteamericanas para
comprobar los efectos de los productos que ellos fabrican y sin cobrar los
derechos de propiedad intelectual por sus dos maravillosas invenciones: la soja
RR y el veneno agroquímico glifosato. Ahora cuando los resultados del supuesto
éxito del modelo sojero está a la vista de todos, los usureros de Monsanto
pretenden cobrar esos derechos de propiedad por el uso de la patente de
invención de la soja y el tóxico, para lo cual no sólo se atreven a amenazar al
gobierno argentino con “abandonar la inversión en investigación científica en
el país” cuando en realidad lo que quieren es que el estado no se meta en la
defensa de la investigación científica en el país. En los años noventa las
presiones del gobierno de los Estados Unidos del Presidente Bill Clinton nos
obligó a destruir importantes desarrollos en nuestra industria espacial,
nuclear, coheteril y misilística, y militar en general. ¿No estaremos viviendo
un nuevo intento del imperio norteamericano de destruir nuestra industria
madre: la agricultura?
5) La siembra directa
En la agricultura tradicional o
convencional, unos dos o tres meses antes de la siembra se realizan las tareas
de labranza para acondicionar y preparar el suelo para la nueva plantación de
semillas que inicia la campaña productiva. Se utiliza el arado que corta la
tierra y vertedera que levanta e invierte la capa superior. El entierro de las
malezas y los residuos vegetales de la última cosecha produce su descomposición
y facilita la asimilación despejando la superficie para la siembra. Luego se
pasa el arado con rastras de disco y de dientes que permite aflojar, airear y
homogeneizar la tierra para favorecer la humedad que ayuda a descomponer las
malezas y facilitar el uso de abonos y herbicidas. En los últimos años se ha
dejado de utilizar el arado por que erosiona el suelo prefiriéndose otros
sistemas menos agresivos para el suelo. Así es como surge la siembra directa o
labranza cero que se lo ha adoptado para el desarrollo del cultivo de a soja
transgénica. En la siembra directa no se rompe el suelo; los restos de la
cosecha anterior quedan en la superficie formando el rastrojo (tallos y hojas)
y las malezas se matan con herbicidas. Las semillas se entierran con máquinas
que perforan el suelo y se depositan a unos pocos centímetros de profundidad,
para aprovechar la materia orgánica del suelo. La siembra directa consiste centralmente en el reemplazo
de la labranza de la tierra por la cobertura de los rastrojos que quedan de los
diferentes cultivos que se van sembrando. Apenas se abre un surco que tiene el
ancho y la profundidad suficiente para colocar la semilla cubierta, y no se
hace ninguna otra preparación mecánica sobre la tierra. El suelo permanece
cubierto con residuos de cultivos comerciales o de abonos verdes y que la mayor
parte de los residuos permanecen sin remover en la superficie del suelo después
de la siembra.
Las ventajas que ofrece la siembra directa es que su método
mecanizado reduce el tiempo de trabajo invertido en la labranza con lo cual
permite la doble cosecha que conlleva a un aumento de la superficie cultivable.
Esto se verifica al comparar la relación tiempo de trabajo por hectárea: si en
la agricultura de labranza la relación hombre/hectárea era de 3 horas, en la
siembra directa se reduce a 40 minutos hombre/hectárea. ¿Qué significa este
dato que a simple vista parece espectacular? Esta reducción del tiempo
significa la pérdida de 4 por cada 5 puestos de trabajo en la agricultura bajo
el sistema de siembra directa[6].
Para otros autores el aumento del desempleo en la agricultura causado por la
técnica de la siembra directa es comparable a los resultados producidos por la
robotización y la automatización en la industria a partir de los años `80.[7]
En la
Argentina ya en el año 2006 la superficie cultivada con la técnica de la
siembra directa no-labranza abarcaba alrededor 30 millones de hectáreas. En
2005, la siembra directa 80% de la soja cultivada, el 70% del maíz, 60% del
trigo y el 30% del girasol. A nuestro país le corresponde el 20% de las
superficies cultivadas con siembra directa en todo el mundo. A este sistema lo
llaman sus defensores como la “segunda revolución verde”, aunque en realidad ha
provocado una involución generalizada en toda la agricultura argentina,
mientras la soja ha crecido a un ritmo imparable, las áreas sembradas para
otros cultivos se han reducido en promedio en más del 20% y todo este sistema
va acompañado de un uso masivo de los herbicidas y agrotóxicos.
La siembra
directa se realiza con maquinaria constituida por la sembradora, los trituradores
desparramadores de rastrojos para las cosechadoras, pulverizadoras, sistemas localizadores de fertilizantes y
completando el círculo, la cosechadora que para lograr una mayor eficiencia,
incluye plataformas de corte y nuevos rodados para minimizar la compactación
del suelo y esparcidores de granza.
El
desarrollo de esta técnica para las labores buscó compensar los efectos de la
agriculturización, consistentes en mayor erosión hídrica y en el agotamiento de
la fertilidad del suelo por la falta de rotación entre agricultura y ganadería.
Pero las pretendidas mejoras que implicaría el proceso de siembra directa por
someter la tierra a menos labores, quedan más que compensadas por el paquete
tecnológico que va asociado a la misma. La siembra directa estuvo limitada
hasta el desarrollo de la semilla transgénica ya que al no realizar labranza,
el cultivo quedaba sometido al desarrollo de malezas y plagas. Con la
introducción del gen RR8, el cultivo queda inmunizado a la acción al herbicida
glifosato, del tipo “no selectivo y sistémico”, es decir que arrasa todo lo que
encuentra. Es con este paquete tecnológico que la siembra directa alcanza pleno
desarrollo.
6) El uso del glifosato
El
glifosato es un herbicida, es decir, un agroquímico utilizado para matar las malezas
(hierbas y arbustos) que crecen en los sembradíos. En definitiva, se lo aplica
para matar plantas indeseadas que pueden alterar y perjudicar el ciclo normal
del cultivo en cuestión, impidiendo perturbaciones para la cosecha. El
glifosato es de tipo no selectivo porque ayuda a limpiar grandes terrenos
matando a toda planta que entra en su contacto. Cuando se lo aplica en la
planta, lo absorbe la hoja y no las raíces por lo que queda expuesto al aire
libre.
En la
Argentina el glifosato fue autorizado a partir del año 1996 y es fabricado por
Monsanto bajo el nombre de herbicida Roundup Ready (RR) con lo cual la
Argentina se convirtió en una especie de Pampa Verde por el típico color de la
soja.
Para tener
idea de lo que significa el glifosato es importante señalar éste fue el elegido
por el gobierno colombiano para fumigar sus campos de marihuana y hojas de
cocas de acuerdo a los consejos del gobierno de los Estados Unidos como medio
para combatir al narcotráfico. Los resultados de esta política fueron
desastrosos[8]
En la
Argentina no existen estudios oficiales que muestren los efectos nocivos sobre
la salud por el uso descontrolado del glifosato. No obstante, investigaciones
de médicos, organizaciones defensoras del medio ambiente, científicos sociales
han demostrado con estudio de campo la aparición cáncer, deformaciones, abortos
espontáneos, alergias y demás patologías graves, como también el daño al
ambiente.
La Argentina ha sido fumigada con más de 150 millones de litros de
glifosato en los últimos quince años y como el cáncer es una enfermedad que se
desarrolla en un período de 30
a 35 años, no es posible aún medir los casos o
establecer una vinculación directamente proporcional[9].
Sin embargo, estudios elaborados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) clasificó
los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, dentro de la categoría
de los altamente tóxicos. La Organización Mundial de la Salud señaló que el
glifosato es extremadamente tóxico (categoría I) por ser irritantes a los ojos.
Estudios de científicos independientes demostraron que el glifosato ha sido
erróneamente calificado como "toxicológicamente benigno".
El equipo
norteamericano independiente Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides
(NCAP) revisó la toxicología del glifosato e identificó efectos adversos:
subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos.
Los
efectos en humanos, que han podido comprobarse, incluyen irritaciones dérmicas
y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea,
reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido
gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos,
electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.
Monsanto
podrá negar todo esto, pero el trabajo de los integrantes del Pesticide Action Network de 2001 que
pondremos en el anexo refuta las aseveraciones de la multinacional cuyo pasado y presente la condena.
La
Argentina presenta un cuadro de situación donde 16 millones de hectáreas han
sido fumigadas con 150 millones de litros de una serie de agroquímicos de todo
tipo (herbicidas, insecticidas, pesticidas) en el que el glifosato es la
“estrella” principal.
CAPITULO II: LOS DESPLAZAMIENTOS POBLACIONALES
1) Consideraciones Generales
Ya hemos
planteado el cuadro general de la agricultura en general y las características
del sistema productivo de la soja transgénica en particular que presenta en la Argentina. Ahora
nos proponemos a demostrar nuestra hipótesis según la cual la expansión
descontrolada del modelo sojero RR, siembra directa y glifosato conduce al
despoblamiento de importantes pueblos y ciudades de la Argentina en donde la
oleaginosa tiene un lugar hegemónico.
La Argentina no ha sufrido ninguna guerra en su
territorio desde que finalizaron las guerras civiles entre los sesenta y
setenta del siglo XIX, tampoco sufrió cataclismos naturales tipo terremotos
devastadores o maremotos tipo tsunami y mucho menos huracanes o tornados que
arrasan poblaciones y países como sucede en la zona de mar Caribe y las
Antillas. Sin embargo, hemos sabido crear nuestro propio aparato destructor
masivo: este se denomina complejo soja RR+Siembra Directa+Glifosato. Siendo el
tercer productor mundial de la soja, su avance imparable no traído otra cosa
que desolación, hambre, exclusión y devastación en las provincias donde se ha
implantado. Se calcula que alrededor de 500 poblaciones en la zona de la
producción sojera (la región pampeana, Mesopotamia y la llanura Chaqueña)
sufren y seguirán sufriendo por muchos años por los desplazamientos poblaciones
de sus habitantes.
Por su
supuesto que para los apologistas de este sistema de agricultura, hablar de
consecuencias sociales de la soja es un sin sentido, algo que está sólo en la
mente de los que “están en contra del progreso del país”. Para los pools de
siembra, estos nuevos piratas invasores de la producción agrícola, toda
referencia sobre las consecuencias sociales de la hoja son quimeras de sabios
que viven en la luna y se esfuerzan por hacernos creer que este sistema
productivo es la única alternativa que tiene nuestro país para seguir
avanzando. Pero ¿a qué costo? Al costo de desarrollar una agricultura sin
agricultores, una agricultura sin campesinos, de modo de poner claramente en la
práctica el nombre con que se identifica a los dueños de la tierra: la
oligarquía, es decir, gobierno de unos pocos y que aplicado al agro significa
agricultura para pocos, o sea, para los poderosos propietarios de las tierras,
esa misma clase social que los viejos fisiócratas llamaban clase estéril,
improductiva y parasitaria.
La entrada
de la soja transgénica provocó cambios poblacionales que sufrieron las áreas rurales que van desde la desaparición
de productores hasta la emigración de familias enteras del campo a la ciudad.
Las
provincias más afectadas por la emigración de su población rural son Buenos
Aires, lugar que tiene la mayor superficie de soja transgénica, Córdoba, Santa
Fe, La Pampa,
Chaco, Formosa. Entre Ríos y Santiago del Estero donde los trabajadores como
recolectores de frutas, los “mencho” a caballo (los que andan sobre las mulas),
los peones de campo, los esquiladores, los hacheros, son los expulsados de sus
tierras porque ya no pueden aguantar con sus pequeñas producciones, ni son
tomados para trabajar en otras propiedades, debido a la tecnificación de la
siembra directa cuya mecanización acelerada reemplaza a los trabajadores. Y
éstos se ven obligados a buscar nuevos horizontes que les permita seguir
viviendo.
El
siguiente cuadro compara el crecimiento de la población urbana con la rural.
Mientras la urbana crece en todas las provincias en promedio en un 23,24%, la
rural disminuye en el -12,15%
Cuadro IV: Migración de las
áreas rurales a las ciudades
PROVINCIA
|
URBANA
|
RURAL
|
RURAL
AGRUPADA |
RURAL
DISPERSA |
Buenos Aires
|
10,94%
|
-14,32%
|
13,15%
|
-25,97%
|
Córdoba
|
14,22%
|
-11,23%
|
7,13%
|
-22,56%
|
Santa Fe
|
10,03%
|
-12,10%
|
63,00%
|
-20,87%
|
La Pampa
|
25,72%
|
-16,61%
|
-6,87%
|
-28,66%
|
Chaco
|
35,51%
|
-23,17%
|
24,01%
|
-29,57%
|
Formosa
|
39,14%
|
-13,87%
|
-1,05%
|
-16,03%
|
Entre Ríos
|
20,22%
|
-10,31%
|
16,21%
|
-13,16%
|
Sgo.del Estero
|
30,11%
|
4,38%
|
9,28%
|
2,94%
|
PROMEDIO
|
23,24%
|
-12,15%
|
15,61%
|
-19,24%
|
Fuente: Joensen Lilian y Semino Stella. Argentina: estudio
de caso sobre el impacto de la soja RR, Grupo de Reflexión Rural, Pág. 25,
Abril de 2004 (Fila Promedio Agregado por SDA).
2) El caso de la Provincia de Entre Ríos
Entre Ríos
fue una provincia que pasó a tener una población rural del 58% al 12%, la
pérdida de productores agropecuarios fue del 30% y la población en los
establecimientos agrícolas entre los censos 1988 y 2002 disminuyó de 85.600 a 68.500 habitantes[10].
La superficie sembrada de soja entre los dos últimos censos agropecuarios
(1988/ 2002) en Entre Ríos creció el 2251,00%, mientras que en el total país
solo aumento el 150,3 %, y el 84 % de la superficie implantada se efectúa como
siembra directa. Se concluye en que se observan tendencias a la concentración
de la propiedad y gestión del suelo, en las inversiones en maquinarias, además del
aumento del alquiler del suelo de grandes superficies, pero a pesar de ello las
explotaciones siguen siendo de tipo familiar. Sin embargo, el éxodo rural ha
sido muy importante en localidades como Echagüe, Altamirano Sur, Las Guachas y
Guardamonte que entre 1991 a
2001 casi todas las juntas de gobierno y las zonas rurales de ese departamento
mediterráneo se achicaron y las familias de campo-campo bajaron allí de 2561
personas a 788. En Nogoyá, lo mismo: registraba 41.289 habitantes en 1960, y en
2001 sólo 38.840. En el pueblo de Irazusta ha quedado la mitad "Ha quedado
menos de la mitad. Antes había barrios que estaban poblados y ahora son
terrenos baldíos. Estos pueblos se van apocando porque no hay trabajo". La
decadencia acá es palpable: "Yo lo noto en la carnicería misma; cuando la
puse hace 45 años mataba una vaca grande por día, y ahora a veces una ternera
por semana. Ahí está la diferencia. Era una romería, a cualquier hora estaba
lleno de gente. Ahora se han ido. De los chacareros no quedó ninguno, salvo
en la colonia Stauber, que son
propietarios, pero los de 50, 100 hectáreas, no quedó ninguno, se ven taperas
nada más". El periodista del Diario La Nación siguió recogiendo
testimonios de los pobladores de esta manera:
- "¿Y otros lugares vecinos?". "Parera está
más destruido que Irazusta. Almada también. Pastor Britos va desapareciendo. No
queda nada, unas casitas solamente. Talitas, Las Flores, no quedó nadie. Y de
las estaciones del tren no funciona casi ninguna. Si pudiera pedir algo pediría
una fábrica, ¡es lo principal para repoblar esto! O lo imposible: que se
vuelvan a poblar los campos", respondió Riolfo.[11]
En el
mismo artículo del Diario La Nación hay una serie de datos y testimonios que
ponen de manifiesto la gravedad del problema en esta provincia tan tradicional
en la agricultura y las formas de producción familiar, además de ser una de que
más y mejor recibió a la inmigración europea entre 1880 y 1938. Por ejemplo, la Asociación Responde
detectó que hay 42 poblados en vías de desaparición, distribuidos en la mayoría
de los departamentos, inclusive los de mayor producción, como Diamante, Paraná
o Gualeguaychú. El éxodo repercute en las aulas del campo, que perdieron el 12%
de su matrícula entre 1996 y 2000. “En 2005, el Consejo General de Educación de
Entre Ríos categorizó 148 escuelas: ascendió a 50 establecimientos y bajó a 98,
entre los cuales hay 95 que pasaron a funcionar con una sola maestra, porque
cuentan con menos de 18 alumnos de primero a sexto grado.
Algunas maestras con menos de 5 alumnos comentaron su
inquietud por la posible clausura de sus escuelas, por falta de alumnos.
"Hace 14 años que estoy aquí, llegué a tener 27 alumnos y este año me
quedé sin ninguno, así que en esta semana clausuran la escuela", relató Miriam
Cardoso de Francisconi, en la escuela 107, de Colonia Güemes, 120 kilómetros al
norte de Paraná” concluye el informe del cronista de La Nación.
Con la voz quebrada, esta maestra reconoció que el gobierno
había pintado el establecimiento el año pasado, pero ya no tiene alumnos.
2.1) Testimonios de pobladores de Entre Ríos (Diario La Nación 25-02-2006)
Reneé
Hurovich de Hecker:
"Siento dolor porque la gente se fue yendo porque no daba el campo para
vivir, los hijos se iban a la ciudad y después llamaban a sus padres, y esos
campos fueron comprados por gente de otro lugar. Hace dos años ya que nos
vinimos a Basavilbaso, pero el campo se extraña, fueron muchos años."
Ramón
Balbuena: "Mis hijos están
por Buenos Aires. Son seis varones, y uno está aquí en San Víctor. Las mujeres
son dos y una está aquí. El mayor está en Balcarce, trabaja en una estancia...
en el pago de Las Mulitas, en donde había mucho vecindario, quedaron pocos...
antes había mucha gente."
Roberto
Riolfo: "Cuando puse mi
carnicería mataba una vaca grande por día, y ahora sólo una ternera por semana.
En Irazusta ha quedado menos de la mitad de la gente. Antes había barrios que
estaban poblados y ahora son terrenos baldíos. Estos pueblos se van apocando,
porque no hay trabajo."
Segunda
Taborda: "El momento de
mayor actividad fue con los obrajes de leña y carbón hasta mediados del siglo
XX... luego mi familia y las demás empezaron a desmembrarse y a mirar hacia la
gran capital... mis tres hijas se radicaron en Buenos Aires y me han regalado
varios nietos porteños."
3) Las comunidades indígenas del Chaco
Ni
siquiera la provincia del Chaco pudo escapar de la locura por la soja. Es una
de las provincias más castigadas por esta expansión desmesurada debido a la
tala de bosques, al desmonte, la deforestación y la degradación general del
ecosistema. El sur chaqueño es la región más golpeada. Ya cerraron varios
centros educativos y otros están bajo amenaza de hacerlo. Las familias venden o
arriendan sus campos y se trasladan a otros centros urbanos. Según el Director
del Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela, Rolando Núñez la
situación tiende a empeorar. Ahí es donde más se evidenció la obligada
emigración de las familias al vender o arrendar a los pooles sojeros sus
tierras. La consecuencia indeseada, o efecto colateral en el lenguaje de los
estrategas, es que varias escuelas de la región tuvieron que cerrar sus puertas
o están en vías de hacerlo porque las multinacionales plantan soja y fumigan
con el glifosato sin respetar las distancias donde hay una escuela o zona
urbanizada. Esto es lo que denuncia el Centro Nelson Mandela (organización no
gubernamental chaqueña), a través de una investigación que refleja la
profundización del éxodo rural en el sur provincial a raíz del incremento del
cultivo de soja.
El
documento, firmado por el coordinador y abogado Rolando Núñez, retrata la
situación en estos términos: “La Escuela 488 se encuentra a la vera de la ruta
provincial 5, en el paraje Campos Las Puertas, situado a pocos kilómetros de
Santa Silvina. Fue una escuela modelo; se mantiene intacta y hermosa, salvo por
el grave hecho de que año a año pierde alumnos y camina inexorablemente al
cierre. En 1998 contaba con una matrícula de 80 alumnos; actualmente concurren
25 estudiantes. Esto se da como consecuencia de que la mayoría de los
minifundistas arrendaron o vendieron sus pequeños campos”.
El cultivo
de soja, además, requiere de aerofumigación con glifosato y otros productos
tóxicos, tanto para el medio ambiente como para los seres humanos. En teoría,
los terrenos fumigados y las tierras aledañas no pueden ser habitados por
familias campesinas, minifundistas o pequeños y medianos productores agrícolas
y ganaderos. Pero los aviones pasan rasantes sobre las casas o ranchos de los pobladores
rurales, que se ven expulsados de su hábitat ancestral. El campo, entonces, se
transforma en un desierto verde, el de la soja, un escenario en el que las
escuelas se vacían de alumnos.
La región
forma parte del sudoeste chaqueño, donde la soja avanzó sobre los campos de los
pequeños y medianos productores que se sumaron al inmenso lote de los que
tuvieron que emigrar. Además de la escuela mencionada por Núñez, otro caso
notable es el de la Nº
716 –también está ubicada en el paraje Campos Las Puertas, entre Santa Sylvina
y Venados Grandes–, que hace una década contaba con 70 alumnos regulares
provenientes del paraje. Hoy imparte clases para siete.
Y a pocos
kilómetros de Venados Grandes, rodeada de chacras con plantaciones transgénicas
y viviendas en ruinas –cuyos dueños ahora habitan modestas casas en la ciudad,
sin futuro ni destino– la escuela Nº 769 cerró sus puertas. El imparable avance del modelo de la soja que extendió sus
fronteras a zonas impensables como la provincia del Chaco, el crecimiento del
área sembrada pasó de 50.000
hectáreas en 1990 a 410.000 has en el 2000 estimándose que
para la campaña 2014/2015 llegue a 1.088.000 hectáreas.
La
concentración de la propiedad de las tierras en el Chaco es alarmante: apenas
el 7% de los propietarios son dueños del 70% de las tierras y el 80% de la
producción está en manos del 20% de los productores. La privatización masiva de
las tierras fiscales que deberían ser entregadas a los pueblos originarios, son
vendidas a precio vil a los pooles sojeros, empresas privadas y millonarios
extranjeros que expulsan a las poblaciones indígenas y rurales que se traduce
en los cuadros de violencia, persecuciones, detenciones, desalojos, cárcel y
amenazas de vida a quienes se resisten. En el Chaco para plantar soja se talan 250.000 hectáreas
de bosques nativos y la clase política de la provincia en connivencia con los
expansionistas sojeros modificaron ley provincial de Bosques Nº 5285 que les da
rienda suelta para desarrollar la tala indiscriminada del monte nativo donde
viven los pueblos Wichis, Mocovíes, Tobas, Pilagás, Matacos, Chorrotes,
Chulupies y Chiriguanos-Chanés que en un número aproximado a los 90.000 luchan
por subsistir con sus formas de vida originarias, manteniendo los patrones
comunitarios y alternando con la realidad de los contextos regionales en los
cuales se asientan.
A los
problemas que vienen arrastrando desde hace años comos y que ningún gobierno
nacional o provincial ha logrado resolver, tales como la discriminación, la
explotación, el racismo, la burla, la indiferencia, las enfermedades, la falta
de respeto a sus tradiciones y cultura, ahora se le agrega la voracidad
imparable de los productores de soja que arrasan con todo que tienen las
tierras de los antiguos habitantes de la llanura y bosques del Chaco.
Las topadoras de la soja los arrancan de su
tierra, los arrinconan a través del alambrado, les bloquean el acceso al agua y
a sus medicinas naturales, no pueden alimentar a sus hijos y unido al grave
panorama de las enfermedades que los afectan y al estado provincial que mira
para otro lado, crean las bases para la extinción de sus comunidades. Porque
¿adónde van a ir si les quitan la tierra que es su forma de vida, su razón de
ser y existir?
El despoblamiento forzoso de los pueblos
indígenas del Chaco, causado por los métodos criminales de las multinacionales
de la soja y sus derivados es un grave retroceso político, social y cultural.
Político porque las autoridades provinciales que debería defenderlos se unen a
los saqueadores del territorio chaqueño violando la Constitución Nacional
y provincial; social, porque destruyen la base familiar de su agricultura y sus
formas auto sustentables; y cultural, porque su expulsión deja un vacío en los
saberes y técnicas tradicionales y naturales para el dominio armónico de la
tierra.
3.1) Testimonio de los pobladores del Chaco
Un informe
elaborado por la agencia de Noticias IPS (Internet Press Service)[12]
realizado el 27 de agosto de 2007 brinda un panorama dramático por la que están
atravesando varios pueblos chaqueños como consecuencia del avance de la soja
transgénica, situación que un año después no se ha modificado, ya que la
revista Veintitrés en su edición del 28 de octubre de este año ratifica los
problemas que afectan a los pueblos indígenas de la provincia norteña
El estudio
comienza con “las imágenes de cuerpos adultos degradados por el hambre y la
tuberculosis en el municipio de Villa Río Bermejito, noroeste de la provincia,
son apenas el epílogo de una larga historia de abandono y reclamos desoídos de
indígenas toba, wichí y mocoví de Chaco, 700 kilómetros al
norte de Buenos Aires”.
Luego de
una huelga de hambre llevada a cabo por indígenas en protesta por graves
irregularidades en el otorgamiento de tierras fiscales, el Centro de Estudios e
Investigación Social Nelson Mandela denunció la muerte de 13 miembros de esas
comunidades en los últimos meses. La desnutrición aguda combinada con la
tuberculosis y otro tipo de enfermedades como la parasitosis confirma que el
Chaco está ante un desastre humanitario", como lo afirma Rolando Núñez,
director del Centro Mandela.
La entidad
sostuvo que un estudio realizado por el gobierno nacional en Villa Río
Bermejito detectó este mes 92 casos de desnutrición de diverso grado. El gobierno
provincial, de la opositora Unión Cívica Radical, considera que en las
denuncias hay "intencionalidad política" de Buenos Aires.
"No
ocultamos nunca el hambre, la miseria ni la pobreza", se defiende el
gobernador Roy Nikisch. "Sabemos perfectamente que por su propia cultura e
idiosincrasia -los indígenas- no dejan que el Estado los atienda correctamente,
no usan los medicamentos y rechazan los tratamientos", afirmó.
En un
informe presentado este mes ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Centro
Mandela advirtió que "la sustracción masiva de tierras fiscales y el
desmonte irracional del bosque nativo" están provocando la enfermedad y
muerte de poblaciones "famélicas" en Chaco, describe.
"Como
síntesis trágica de la sistemática degradación institucional, política, social,
económica y educativa de la provincia, están las comunidades indígenas que
viven en la extrema pobreza, bajo un régimen de hambre perpetuo y continuo,
seguido de enfermedades propias de una situación de desastre", reza la
denuncia.
Orlando
Charole, presidente del Instituto del Aborigen de Chaco (Idach), puso el
problema en una perspectiva histórica. "Por siglos los indígenas sufrimos
el avasallamiento integral en todo el continente con un impacto destructor
sobre cientos de pueblos que fueron arrasados", dijo a IPS.
No
obstante, las comunidades que se aferraron a su organización tradicional y a
sus costumbres lograron sobrevivir, sostuvo. Lo que está en juego hoy es el
territorio, base de su modo de vida. "Un pueblo no puede vivir sin
territorio", advirtió Charole, que lideró las protestas por el derecho a
la tierra en 2006.
"¿Dónde
podemos vivir según nuestras creencias? ¿Dónde cazar, pescar, recolectar
alimentos? ¿Con qué hacer jugos cuando no hay agua? ¿De dónde obtenemos
nuestras medicinas?", dijo este hombre de origen toba que representa a más
de 60.000 indígenas de Chaco, casi seis por ciento de la población provincial
de 980.000 habitantes. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos, en Argentina hay algo más de 600.000 indígenas descendientes de unos 25
pueblos originarios. De acuerdo con denuncias de organizaciones sociales y
ambientalistas, la tala de bosques está haciendo estragos entre los que viven
más alejados de los centros urbanos.
La Fundación para la Defensa del Ambiente
denuncia desde 2004 la lenta extinción de los mbya guaraníes en la provincia
nororiental de Misiones. La filial argentina de la organización ecologista
Greenpeace sostiene que la tala del bosque nativo para cultivo de soja en
Salta, en el noroeste, destruye el hábitat de comunidades wichí.
"Talan
el bosque, alambran, y nosotros somos extraños en nuestra propia tierra",
resumió Charole sobre Chaco. El Estado "parece tener un escudo" para
rechazar los reclamos, dice. "El Ministerio de Desarrollo Social manda
alimentos, pero eso es para resolver un momento. Lo que necesitamos es tierra,
educación, salud", reclamó.
Charole se
refería a la decisión de la cartera de enviar desde mayo y cada dos meses una
partida de 30
kilogramos de alimentos para cada una de las 2.000
familias del área más vulnerable. Esa partida incluye 10 kilos de harina, tres
de fideos, tres de arroz, cinco de leche en polvo, dos de azúcar y latas de
picadillo de carne y duraznos.
"Es
una cantidad como para una alimentación modesta durante 15 días", sostuvo
Núñez, del Centro Mandela. Para lograr una dieta balanceada, los pobladores
deberían complementar con animales de caza y frutos del monte, pero la
deforestación en esa zona los arrincona y les resta posibilidades de obtener
esos recursos.
Según la Dirección Nacional
de Bosques, Chaco es la tercera de las 23 provincias argentinas en porcentaje
de tierras deforestadas en los últimos años, debido al avance de la frontera
agropecuaria. El maíz y la soja son los cultivos predilectos en desmedro del
bosque o de otras plantaciones tradicionales, como el algodón. No obstante,
senadores de Chaco y de otras provincias afectadas por la tala se niegan a
aprobar un proyecto de ley de bosques ya sancionada por la cámara baja que
prevé la suspensión de la tala, ordenamiento territorial y la emisión de
autorizaciones para cortar bosques sólo en casos en que no peligre el ambiente
y sus comunidades.
En los
últimos 10 años, la superficie chaqueña cultivada con algodón pasó de 700.000 a 100.000 hectáreas,
y las posibilidades que tenían los indígenas de emplearse como jornaleros en la
cosecha mermaron en la misma proporción. La falta de agua también constituye en
un problema grave. El Centro Mandela afirma que cerca del municipio chaqueño de
Miraflores, en el paraje Techat, poblaciones wichí sobreviven en condiciones
"totalmente desfavorables para la vida humana". En 1996 las
autoridades instalaron allí una cisterna para bombear agua, que funcionaba con
energía solar.
Pero meses
después del acto inaugural se llevaron el motor. Los pobladores están
condenados a beber agua de charcos, de represas y lagunas, y algunos se
acostumbraron a no beber hasta la deshidratación, asegura la entidad. La única
sala de primeros auxilios médicos
allí está desabastecida por completo y sin personal.
Charole
afirma que se necesita una política del Estado nacional indígena que permita
planificar el acceso a la tierra, planes de salud que contemplen el saber de la
medicina tradicional y la incorporación de maestros bilingües en las escuelas.
"Con dos o tres bolsas de alimentos esto no se soluciona", alertó.
Los
indígenas de Chaco habían protestado en junio de 2006 mediante una marcha de
3.000 personas desde Villa Río Bermejito hasta Resistencia, la capital
provincial situada a más de 400 kilómetros. Ante la negativa de las
autoridades provinciales a dialogar, ocuparon la sede del gobierno y allí
iniciaron una huelga de hambre. La medida, adoptada por una decena de
indígenas, se prolongó por 32 días y culminó con la salud de esas personas
gravemente deteriorada y una promesa de soluciones que no han llegado. Por
entonces, El Centro Mandela había afirmado que de 3,9 millones de hectáreas de
tierras fiscales que había en la provincia en 1995 quedan poco más de 660.000 hectáreas.
La ley provincial establece que esas tierras debieron ser cedidas a comunidades
indígenas o a pequeños productores en parcelas familiares de entre 650 y 1.200 hectáreas
cada una, acompañadas de políticas de fomento a la actividad productiva. Pero
nada de eso ocurrió. Pero resulta ser que cuando vienen los multimillonarios de
los Estados Unidos, de Europa, de Australia o Japón se le abren todas las
puertas para que se queden con las tierras y haga lo que se le plazca en
desmedro de los habitantes autóctonos de la provincia.
La entidad
afirmó que las concesiones beneficiaron a grandes cultivadores de soja y de
otros cultivos, algunos de ellos radicados en otras provincias, y que los lotes
cedidos tenían más de 10.000
hectáreas cada uno. Más de un año después, el resultado
es más hambre, enfermedad y muerte.
CONCLUSIONES
El
neoliberalismo puesto a sangre y fuego en la Argentina desde el golpe militar
que instauró la dictadura militar de 1976 a 1983 y que bajo el gobierno de Carlos
Menem puso en marcha el mayor plan de destrucción de las fuerzas productivas en
la historia económica argentina, ha provocado un mar de transformaciones
estructurales de carácter tan regresivo que se tardarán años en reponerse. A
pesar de los importantes logros alcanzados en los años 2003 y 2007 persisten
situaciones de extrema gravedad que requieren una solución planificada por
parte del estado como principal gestor de un nuevo modelo de desarrollo
armónico e integral que termine con el monopolio de la soja transgénica y se
vuelva a una agricultura diversificada como siempre se dio en la Argentina. Nuestro
rico país posee una gran variedad de climas, suelos, vías fluviales, régimen de
lluvias con plena capacidad para desarrollar todo tipo de cultivos que permitan
tener sus habitantes bien alimentados y donde el hambre que padecen muchos
sectores no puede ser posible en el país de los alimentos.
En el
marco de la situación nacional e internacional tan complicada, la Argentina
está frente a este cuadro lamentable:
1) La
Argentina está siendo sometido a un gigantesco laboratorio donde se experimenta
la extinción de la vida rural. Se registran actualmente más de 500 pueblos
abandonados o en vías de desaparición. Posiblemente, la mayor proporción en el
mundo de este fenómeno de emigración hacia los cinturones de pobreza urbana.
Los efectos de esta pérdida progresiva de la cultura y del arraigo, tienen
efectos directos sobre la vida política y social del resto de la República y se
refleja en un debilitamiento progresivo de la vida ciudadana que con un
esfuerzo enorme trata de subsistir.
2) Las
multinacionales de las semillas. Cargill, Nidera y Monsanto nos convirtieron en
un país inviable, productor de sojas transgénicas y exportador de forrajes.
Producimos lo que a todos le sobra y lo que cada vez vale menos. Y cuanto más
producimos más pobres somos y menos población queda en el campo. La apropiación
sistemática de los patrimonios genéticos nos ha transformado en dependientes de
las semillas transnacionales que nos obligan a tributar a quienes hacen una
industria de patentar la vida. Mientras tanto nuestros propios bancos de
germoplasma están sujetos a las políticas biotecnológicas.
3) Con la despoblación del campo,
las inundaciones y la creciente pobreza subsidiamos de hecho la producción de
carnes estabuladas en Europa. Nos hemos especializado en proveer de insumos a
los países productores de proteínas animales. Se nos impuso el productivismo
junto a los paquetes tecnológicos, y con ello una competencia despiadada para
bajar los costos de producción y un pensar siempre en aumentar las cantidades y
nunca la calidad. Las consecuencias son la primarización de la economía, la
falta de manufacturas agropecuarias, la extinción de la vida rural y las crisis
de superproducción en paralelo a enormes carencias alimentarias de la
población.
4) La mitad de la población
argentina se encuentra actualmente por debajo de los niveles de pobreza y cinco
millones sufren hambre. Los bolsones de comida que se distribuyen a los
hambrientos son en gran medida provenientes de la importación, con lo cual se
transforma la protesta en funcional al modelo ya que la importación de
alimentos golpea aún más todavía sobre los pequeños productores residuales.
Mientras tanto continúa la polémica entre los planes trabajar que propone el
gobierno, los subsidios al empleo que propone la oposición y otros modos de
paliar la situación y de discutir siempre lo accesorio
5) Cuando los grandes productores
nadan con los millones de dólares que reciben por sus exportaciones, el Estado
para impedir los abusos de estas corporaciones de trasladen al mercado interno
los precios que obtienen de sus ventas al exterior y evitar una escalada
inflacionaria, establece con pleno derecho las retenciones a los exportadores
de granos. Estas medidas instalan la crisis del modelo en un campo más vasto de
conflictos políticos. Los exportadores eluden las retenciones y amparados en
antiguas leyes de la dictadura militar secuestran las divisas para que se
dispare el dólar, mientras proponen calmar el hambre de los indigentes con
raciones de soja transgénica forrajera. Las milanesas de soja transgénica que
se nos propone representan hoy las migajas de un banquete de los grandes
productores y exportadores sojeros, pero son también y sobre todo el soborno
con que se asegura la continuación del modelo.
6) La solución a la crisis es la de
cambiar el modelo rural y repoblar el campo para volver a producir alimentos
sanos, como lo pensaba Juan Bautista Alberdi con su consigna de gobernar es
poblar. Y necesitamos poblar a la Argentina que es un país semidesértico con la
espléndida extensión territorial que tiene (somos el octavo país del mundo en
cuanto a superficie).
7) Necesitamos hacer de la Soberanía Alimentaria
un capítulo de la nueva Constitución Nacional que reclaman las Asambleas de
Vecinos. Asimismo necesitamos con urgencia terminar con las regulaciones a las
pequeñas producciones agropecuarias, para establecer un escalón libre de
impuestos que posibilite los mercados y los Desarrollos Locales.
8) Debe terminarse con el modelo de
la soja transgénica que no alimenta a los argentinos sino que engorda las arcas
de las multinacionales. Y que la Argentina tenga que importar alimentos porque
la soja se devoró los campos donde antes se cultivaba, es una situación
inaceptable y que no puede extenderse más en el tiempo.
9) El Estado debe retomar la
iniciativa en el control del comercio exterior, en la regulación y
planificación de la producción agraria y volver a ser la nación agraria
industrial, subsidiando un plan de recolonización de las zonas rurales y
fortaleciendo a las economías
regionales
Estamos convencidos que la opción
por una Argentina sustentable no tiene que basarse en los criterios de los que
quieren destruir a nuestra Patria: las multinacionales, EE.UU., la Unión
Europea, el FMI, el Banco Mundial (ideólogo de la inviabilidad de las
provincias del Norte y Noroeste del país).
El gran patriota cubano José Martí
(1853-1895) como si supiera lo que está pasando en Sudamérica en general y en
la Argentina en particular con la cuestión de la soja, nos advierte: “El pueblo
que confía su subsistencia a un solo cultivo se suicida”.
El lugar de la Argentina en el mundo
está indisolublemente ligado a los países Latinoamericanos que actuando como un
bloque unido, sea capaz de enfrentar los nuevos desafíos que la globalización
imperialista nos impone para garantizar el porvenir y el progreso
de la Argentina
y sus habitantes.
ANEXO ESTADISTICO
CUADRO V: PRODUCTORES MUNDIALES DE SOJA 2007/2008
PAIS
|
PRODUCCION (Tn)
|
PORCENTUAL
|
1. Estados Unidos
|
70.358 millones
|
32,0%
|
2. Brasil
|
60.500 millones
|
27,5%
|
3. Argentina
|
47.000 millones
|
21,4%
|
4. China
|
14.300 millones
|
6,5%
|
5. India
|
9.200 millones
|
4,2%
|
6. Paraguay
|
7.000 millones
|
3.2%
|
7. Canadá
|
2.700 millones
|
1.2%
|
8. Otros Países
|
9.010 millones
|
4,1%
|
Fuente: Elaboración
propia sobre datos del Departamento de Agricultura de EE.UU.
CUADRO VI: PRINCIPALES DATOS DE LOS CENSOS NACIONALES AGROPECUARIO 2002 Y 1988
Conceptos
|
CNA
1988
|
CNA
2002
|
Variación
Intercensal absoluta
|
Variación
Intercensal relativa
|
Cantidad de EAP
|
421.221
|
317.816
|
(103.405)
|
(24,5)
%
|
Superficie total de las EAP (has.)
|
177.437.398
|
171.331.163
|
(6.106.235)
|
(3,4)
%
|
Sup. Implantada en primera ocupación (has.)
|
30.822.068
|
32.422.707
|
1.600.639
|
5,2
%
|
Sup. Media de las EAP (has.)
|
421
|
538
|
117
|
27,8
%
|
Cabezas ganado bovino
|
47.075.156
|
46.964.059
|
(111.097)
|
(0,2)
%
|
Superficie Implantada en primera ocupación con
oleaginosas (has.)
|
5.430.710
|
9.018.447
|
3.587.737
|
66 %
|
Superficie en cultivos industriales NOA y NEA (has.)
|
973.588
|
731.059
|
(242.529)
|
(24,9)%
|
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los del Indec.
1) LOS LLORONES DEL “CAMPO” Y LA SEGUIA DE LOS SALARIOS
(Análisis sobre la
crisis entre las patronales del “Campo” y el Gobierno Nacional)
Por Sergio Daniel Aronas – 22
de marzo de 2009
“El derecho de los
terratenientes tiene su origen en el robo”
(Jean Baptiste Say, Tratado de Economía, Tomo I, 1803)
“El terrateniente hace valer el origen noble
de su propiedad, los recuerdos feudales, las reminiscencias, la poesía del
recuerdo, su entusiástica naturaleza, su importancia política, etc., y cuando
habla en economista dice que sólo
la agricultura es productiva.”.
Karl Marx,
Manuscritos Económicos y Filosóficos, 2º Manuscrito, XLII, 1844
La
pobrecita oligarquía terrateniente y latifundista de la Argentina, que tiene
una historia escrita con sangre y cuya
riqueza se construyó sobre los miles de cadáveres de los pueblos originarios
exterminados y reducidos por el ejército al mando del General Julio Argentino
Roca en la mal llamada Campaña del Desierto planteada y lanzada con toda
violencia en 1879, no para todos los días, todas las semanas, todos los meses y
todos los años de llorar, de patalear y de implorar por toda una serie de
problemas que afecta a una parte de la producción agrícola-ganadera y que por
el grado de manifestación de sus representantes patronales parecería que estos
aristócratas del terruño estuvieran fundidos y quebrados, no tuvieran
capitales, ni efectivo, ni bienes materiales y ni propiedades con el que puedan
satisfacer su despilfarrado y derrochador modo de vida.
Quienes
representan a los “Señores del Campo” (una entelequia que mezcla mucho y no
aclara nada acerca de las distintas estructuras que componen la producción
agropecuaria en la Argentina) no son nada más ni nada menos que los dueños de
las tierras más extensas y de mayor fertilidad de todo el país. Son los
propietarios de las mejores tierras para la agricultura y la ganadería por cuya
superficie son las más grandes y amplias de todas las que existen en la
Argentina y en la cual caben varios países del continente europeo. ¿Qué otra
cosa representa la
Sociedad Rural Argentina, las Confederaciones Rurales
Argentinas y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria que la de ser
fabulosos propietarios de tierras, que acumulan tierras y que dicen vivir de la
tierra? Sería interesante saber cuántos
de ellos le habrán sentido el olor a la bosta y si no que muestren sus manos a
ver si las tienen curtidas y llenas de cayos, como las tienen sus explotados
peones.
Estas
organizaciones se presentan como las vacas sagradas de la Nación y por el lugar que
ocupan y el papel que desempeñan se consideran un sector intocable, inmaculado,
sacrosanto y tienen la desfachatez de autoproclamarse como la reserva moral de
la producción de la Nación en el sentido de que si ellos no existieran, no
existiría la Argentina. A
su lado aparece integrando el Cuartetazo del Apocalipsis Campero, la Federación
Agraria Argentina. Pues bien, que la
FAA esté al lado de las otras tres patronales ruralistas en
contra el gobierno en esta protesta inaudita, es una clara evidencia de una
mutación total de sus dirigentes y en la orientación que le están dando a su
Entidad que surgió en la historia del agro precisamente para luchar contra los
abusos de los grandes terratenientes allá lejos y hace en tiempo en 1912. Este
cambio de posición que ya venía verificándose en otros pronunciamientos, no
sólo contra este gobierno, también indica que la locomotora destructiva del
neoliberalismo imperialista no pasó en vano en la Argentina puesto que, entre
sus terribles resultados, y como una muestra cabal de ello, es el encumbramiento
de los antiguos chacareros en poderosos arrendatarios a punto tal que sus
reclamos ahora coinciden con las quejas de los potentados estancieros y
hacendados de la Mesa
de Enlace.
Los
cambios estructurales en la organización económica del agro argentino bajo el
impulso de la globalización capitalista han sido tan grandes y tan profundos
que quien sabe cuanto tardaremos en recuperarnos de los perjuicios que nos han
causado los monopolios de la soja y que
se pueden comprobar en la transformación de la Argentina en un país de
monocultivo; en la aparición de poderosos grupos inversores sin ningún
historial en el sector (como los llamados pool de siembra); en el surgimiento
de nuevos grandes terratenientes extranjeros que se apoderan a precio vil de
vastas extensiones de tierras lo que les ha permitido tener en sus manos
alrededor de 300.000 ha
¡El 10% de la superficie de la Argentina!. Entre ellos podemos mencionar a los
italianos Luciano Benetton y Florent Pagny, los estadounidenses Douglas
Tomkins, Joseph Lewis y Ted Turner, el canadiense Ward Lay, el belga Hubert
Grosse; en la desaparición de miles de productores; en la despoblación de
vastas regiones; en el desastre ecológico y ambiental provocado por el
desmonte, la tala de bosques y la deforestación para permitir la imparable expansión de la soja transgénica;
en la salvaje y despiadada persecución de las comunidades indígenas para
expulsarlos de sus tierras como sucede en las provincias de Salta, Formosa,
Chaco y Jujuy; la desaparición de cultivos regionales y en el modelo de
agricultura diversificada y rotativa, en el aumento de la concentración de la
propiedad terrateniente donde los datos del Censo Agropecuario de 2002 revelan
que 936 propietarios tienen 35.515.000 has. (Un promedio de casi 38.000 has.
para cada uno), mientras que 137.021 productores suman 2.288.000
(correspondiéndole a cada uno apenas 16 has.). Está claro que todas estas
cuestiones no son de interés de los Gordos Campestres y ni les importa
mencionarlos.
En las
condiciones de una situación nacional e internacional muy complicada, toda la Banda de Estancieros
plantean cuestiones al gobierno como si se trataran de gente empobrecida por la
furia de la naturaleza que los ha castigado con la sequía, en lo que ellos
llaman “la ausencia de políticas hacia el campo”, por los altos impuestos en
general y por las retenciones en particular, por la caída de los precios
internacionales de los productos que exportan, exigiendo “ayuda” al Padrecito
Estado para sacarlos de la crisis - extrayendo recursos al Tesoro Nacional -
cuando en realidad se trata de un sector poderoso, multimillonario, de mucho
peso y con muchos pesos, que tiene mucha fuerza e influencia en determinados
sectores de la sociedad, que impone la agenda política, que tienen a su alcance
los medios masivos de comunicación: TV, radio, diarios, revistas, periódicos,
periodistas, analistas, ideólogos, centros de estudios, consultores; tiene
capacidad de movilizar a sus seguidores que se manifiestan como si se tratara
de nuevos indigentes que tienen que andar mendigando en sus tremendas
camionetas importadas cortando rutas, tirando productos, ejerciendo coacción
directa, propalando amenazan, agrediendo a quienes se oponen a sus métodos y de
esa forma tratan de colocarse en el mismo plano de aquellos compatriotas que
verdaderamente sufren los rigores de la crisis porque están sumidos en la
pobreza y luchan por salir de ella. Sin embargo, los integrantes de la
aristocracia terrateniente siempre se queja como se muestra en este breve resumen:
1) Si hay retenciones: lloran
2) Si las retenciones suben: lloran
3) Si las retenciones no las rebajan
como ellos quieren: lloran
4) Si tienen que pagar impuestos:
lloran
5) Si hay sequía: lloran
6) Si no llueve: lloran
7) Si hay granizo: lloran
8) Si hay inundaciones: lloran
9) Si hay heladas: lloran
10) Si hay plaga de langosta: lloran
11) Si no pueden exportar :lloran
12) Si tienen pérdidas: lloran
13) Si no ganan lo que esperaban
ganar: lloran
14) Si no obtienen los rindes
calculados: lloran
15) Si tienen que aumentar los
salarios a los peones de campo: lloran
16) Si la AFIP los fiscalizan en
materia de impuestos: lloran
17) Si el dólar está muy bajo: lloran
18) Si el dólar está muy alto: lloran
No hay
nada que les venga bien sino el deseo irrefrenable de tener ellos mismos el
poder y gobernar a su imagen y semejanza. Hace un año que esta casta de
privilegiados viene reclamando la eliminación de las retenciones. Se vienen
reuniendo con el gobierno en todas sus instancias del cual obtuvieron todo tipo
de medidas favorables a la solución de sus “problemas”, como por ejemplo la
postergación del pago de impuestos, la disminución de la tasa de interés para
pagar su créditos, liberalización de las trabas a la exportación de trigo,
compensaciones a la producción de leche y carnes, para las economía regionales
acordaron una rebaja del 50
% las retenciones a productos como lana, yerba, mosto, porotos y arroz) y como
la voracidad de estos terratenientes no tiene límites (ya voltearon a un
ministro de Economía, obligaron a cambiar a los titulares del INTA, el ONCCA,
de la AFIP y la Secretaría de
Agricultura), siguen presionando con una increíble osadía y descaro que hasta
se dan el lujo de promover sesiones especiales del Congreso Nacional para
tratar la abolición de las retenciones a las exportaciones agropecuarias,
especialmente en soja y en girasol. ¿Podremos alguna vez los 20 millones de
trabajadores convocar a una Asamblea Legislativa para que los “representantes
del pueblo y de las provincias” traten un urgente aumento de salarios y
jubilaciones? ¿Qué importa más: la situación de un grupo de estancieros
potentados o la situación de los maestros y profesores universitarios que ganen
una miseria?
Hace un
año que no paran de llorar y sólo por una cuestión impositiva que tiene como
eje las retenciones a las exportaciones que de ningún modo les afecta a su
patrimonio, a sus propiedades o las ganancias que muy bien saben conseguir.
¿Acaso en vimos en este año a algún
socio de esta Mesa de Enlace presentarse en convocatoria de acreedores?
Hace un
año que sus quejas y protestas ya están cansando al pueblo como si fuesen los
únicos que en la Argentina tienen problemas. Su problema principal por el cual
pegan el grito en el cielo, se relaciona con el típico comportamiento de las
clases adineradas a la ahora de pagar impuestos: los terratenientes argentinos
y sus aliados son absolutamente indomables e incorregibles para pagar la parte
impositiva que por ley le corresponde y no por capricho del gobierno o de un
comisario político o de una dictadura. Precisamente, ellos añoran a la
dictadura porque fue la que les abolió varios impuestos, la que reprimía a los
trabajadores de los obrajes y los campos, era la que mejor defendía sus
intereses y era el mejor exponente de su modelo de país: el modelo
agroexportador. Quien en pleno siglo XXI esté reclamando una vuelta de la
Argentina agro exportadora es un regreso directo al siglo XIX y la tendencia
actual del agro con la siembra masiva de soja y su componente asesino el
glifosato, está llevando a nuestro país a convertirse en un país de monocultivo.
Imaginemos
por un instante si el gobierno hubiese enviado un proyecto de ley de reforma
agraria que planteara la modificación del régimen de propiedad y el régimen de
tenencia de la tierra. ¿Cómo hubiesen reaccionado estos del movimiento gauchesco?
Pensemos en como hubiese reaccionado la dirigencia patronal del agro si al
gobierno se le hubiese ocurrido restituir mediante la actualización
correspondiente, la ley 20.538 de 1973 que implantaba el Impuesto a la Renta Normal
Potencial de la Tierra
y el Impuesto a la Tierra
Libre de Mejoras. En ambos casos, seguramente, hubiésemos
tenido un malón patronal agropecuario con todos los medios de comunicación
radiales, gráficos y televisivos a su favor; hubiesen llevado la cuestión hasta
la Corte de
Suprema de Justicia por un supuesto intento gubernamental de confiscación. Al
mismo tiempo, recurrirían a la Corte Interamericana
de Justicia, a la OEA,
al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Ni que
hablar de protestar ante el FMI, el Banco Mundial, el BID, el Departamento de
Estado y la Embajada
de los Estados Unidos y la
Unión Europea. Hubiesen pedido la solidaridad
internacionalista de la jungla de sus amigos de bien: el Papa Benedicto XVI,
George Bush, Tony Blair, Silvio Berlusconi, el Dalai Lama, José M. Aznar,
Vaclav Havel, la Reina
de Inglaterra, el Rey de España, el Príncipe de Asturias, el Príncipe de Gales
y todo aquel que quiera anotarse para darle su apoyo en su lucha contra el
gobierno “montonero”, “izquierdista”, “socialista”, “castrista” y “guevarista”
del matrimonio presidencial de los Kirchner.
En lugar
de dar audiencia a estos llorones del movimiento gauchesco que constituyen un
número de 80.000 a
110.000 pobrecitos montados en terribles vehículos importados último modelo que
todo el año lagrimean como mujer despechada, es hora de que el gobierno atienda
las necesidades del pueblo, cuyos temas principales son el mantenimiento de los
puestos de trabajo y el aumento de los salarios cuestión de la que nadie habla
ya que parece ser que sólo hay aumentos de sueldos para los honorarios de la
plutocracia de los administradores de la clase gobernante, como sucede con el
gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, mientras mantiene a un gran número de trabajadores contratados
por un sueldo horroroso no sólo por lo bajo, escaso y escandaloso sino porque
este nivel de ingresos es lo que estos funcionarios gastan en un día. Mientras
tanto los potentados gobernantes se aumentan sus ingresos en forma
desvergonzadamente exponencial que de enterarse de eso Don Manuel Belgrano se
levantaría de su tumba y ordenaría de inmediato el fusilamiento de todos
aquellos funcionarios que se beneficiaron de un incremento mal habido.
De la
sequía salarial que afecta a 20 millones de los trabajadores argentinos de la
ciudad y de los campesinos que trabajan la tierra, esos auténticos hombres del
campo, nadie abre la boca. De esta verdadera sequía, la de los salarios de los
trabajadores y de los jubilados, es un tema que está afuera de la agenda mediática
y como los caballeros de los principales sindicatos disfrutan de los suculentos
beneficios que le proporciona tener el manejo de las obras sociales, no mueven
un dedo para obligar al gobierno y a las patronales empresarias a reiniciar las
conversaciones donde se discutan las correspondientes paritarias que impulse la
recuperación de los ingresos de la gran mayoría de los trabajadores y jubilados
de la Argentina. En
cambio, aceptan mansamente el juego del gobierno y de los generales del poder
económico de no alarmarlos con pedir aumentos de salarios y “ser prudentes” con
sus reclamos.
Al mismo
tiempo, los furibundos patriotas de la Cámaras Empresarias,
aprovechándose de la situación internacional provocada por la crisis financiera
originada en las mismas entrañas del capitalismo de los Estados Unidos que
ellos adoran y toman como ejemplo, no tienen mejor medida para salvar a sus
empresas que descargar el peso de la crisis en su personal: o lo despiden
directamente o le reducen la jornada de trabajo al mismo tiempo que les
congelan o bajan sus sueldos. Pero ¡Guarda! Dicen ahí los barones del mercado:
“Nosotros, los sublimes defensores de la suprema belleza de la producción
capitalista, no nos bajamos un peso en nuestros honorarios profesionales como
directores. Nosotros, los ejecutivos, no podemos reducir nuestros ingresos
porque quedaríamos muy mal parados frente a nuestros hermanos de clase
millonarios. Y para que nuestras empresas sigan ganando no podemos darnos el
lujo de reducir nuestras tasas de beneficios tanto en valores absolutos como en
valores relativos. Echar gente es la mejor y única salida a la crisis”. Así
razonan todas las grandes organizaciones empresarias del campo, de la
industria, del comercio, de la construcción, de los bancos, de los servicios,
de los seguros, del transporte, de las multinacionales y en este sentido se
atreven a hablar, a proferir y profesar como santo dogma de fe del buen
comportamiento de las corporaciones esa basura llamada “responsabilidad social
empresaria” y que en esta crisis mundial demuestran que no son más que una
banda de extorsionadores que sólo ven la situación de sus propios bolsillos y
andan recorriendo los pasillos de los ministerios y del gobierno para que les
conceda privilegios increíbles que los saque de la crisis en la que ellos se
metieron porque fueron quienes la provocaron. Pregunten y recorran los campos
llenos de soja envenenados con el agente agrotóxico del glifosato de Monsanto y
vean lo espléndida que es la responsabilidad social de este monopolio. ¿Se hará
cargo Monsanto de todas las enfermedades que está provocando en nuestros
habitantes el uso indiscriminado y descontrolado de su maravillosa invención?
¿Cuál es la responsabilidad social empresaria que esgrimen los patrones del
campo que tienen a su mayoría de sus trabajadores en negro, obligándolos a
trabajar de sol a sol como si aun estuviéramos bajo el dominio de la monarquía
española con su salvaje régimen de encomienda? ¿De qué responsabilidad social
empresaria pueden hablar la aristocracia del campo cuando fomentan el trabajo
de niños debido al hambre que padece muchas familias especialmente en período
de cosechas violentando todas las leyes nacionales que prohíbe el trabajo y la
explotación infantil?
Mientras
gozaron de la lluvia de dólares gracias a una coyuntura internacional favorable
donde una combinación excepcional de factores como el alza de los precios de
los granos destinados a la exportación, una gran sequía en las principales
zonas de producción agrícola en los Estados Unidos, el estallido de la
enfermedad de la vaca loca en varios países de Europa y la necesidad de
abastecer el gran mercado de China, amasaron una gigantesca masa de dinero sin
mover un solo dedo.
Aquí no se
niega ni se ocultan los problemas que existen en el sector agrícola y ganadero.
El problema es que quienes llevan la voz cantante de sus reivindicaciones son
los más ricos y pudientes, gente que vive nadando en plata y que la han juntado
en pala y que siempre se muestran como
los condenados de la tierra. El gobierno debe saber que existen en todas las
provincias argentinas movimientos de base campesinos que luchan para que la
tierra pertenezca al que la trabaja y los debe llamar a una mesa de diálogo
para que conozca sus problemas que son mil veces más terribles e importantes
que los de los Gordos del Campo ya que éstos lo único que reclaman es que el
gobierno no se meta en sus negocios, que las retenciones o derechos a la
exportación sean eliminados de un plumazo y con su accionar de lobby pretenden
deslegitimar la atribución del Poder Ejecutivo para aplicar políticas fiscales
que aseguren al pueblo que pueda seguir
comprando alimentos a precios razonables para ser consumidos por toda la
población ya que las retenciones actúan como una barrera para que los terratenientes
cobren en el mercado interno el mismo precio al que exportan.
El
gobierno no debe dejarse presionar ni por esta casta de estancieros ni por la
inmunda y asquerosa derecha que acompañando a los reyes de la soja los
incentivan a que tomen medidas temerarias que provoquen el caos en el país, es
decir, que creen condiciones para inducir a un desabastecimiento, situación que
lleven a las prostitutas capas medias de la ciudad y el campo a exigir cambios
en la orientación política y económica, incluyendo la hipótesis de máxima que
sería la renuncia de la
Presidente y de su gobierno.
No debe
descartarse ninguna posibilidad acerca de cómo podrían marchar los
acontecimientos en este enfrentamiento con los potentados de la tierra. Estamos
en una situación que, en resumidas cuentas, se expresa en una exacerbación en
gran escala de la lucha de clases, es decir, una lucha por el poder y la actual
administración debe enfrentarlos con sólidas explicaciones que justifiquen su
política tributaria, y sin olvidarse de diferenciar a los distintos grupos y
sectores que conviven en la producción agropecuaria y que quienes llevan la voz
cantante del “campo” son sus organizaciones empresarias, que debe ser aislados,
porque son una máquina de mentir y el gobierno, aprendiendo de los errores
cometidos, debe salir a tomar la iniciativa para impedir que la aristocracia
agraria se consolide.
Ellos
tienen casi 150 años de experiencia y saben como manejarse con los gobiernos.
En este marco, resultan ridículos los intentos de echar a perdurar y
presentarse en calidad de guardines de la producción agropecuaria y hasta de la Patria por parte de la
dirigencia patronal campestre que no tienen argumentos para justificar sus
apetitos vampirescos por las ganancias.
En la
Argentina no existe otro sector de la economía donde las contradicciones y la
anarquía de la producción capitalista se revelen con mayor fuerza. Por un lado,
están los trabajadores del campo, representados por los campesinos que
desarrollan sus tareas en condiciones paupérrimas; una gran parte de ellos no
están registrados, ganan sueldos bajísimos y constantemente emigran de una
ciudad a otra en busca de una situación mejor que les permite mejorar las
condiciones de vida para sus familias. Por otro lado, están los grandes
propietarios de tierras que nunca están satisfechos con nada: ni los acuerdos a
los que arribaron con el gobierno borrando con el codo lo que suscriben con la
mano, ni con la coparticipación federal de la recaudación fiscal de las
retenciones de la soja por la que tanto reclamaban, ni con los subsidios, ni
con los créditos blandos, ni con las compensaciones, ni con la postergación del
pago de impuestos.
Nunca
dejará de importar la forma en que se resuelva este conflicto porque dada la
gravedad del enfrentamiento, lo que está en juego no sólo es la estabilidad de
la democracia en la Argentina sino el tipo de economía que el país necesita
para desarrollar sus fuerzas productivas. Las patronales del campo se han
manifestado en forma abierta y peligrosa reivindicando los tiempos de la
dictadura, a su ministro de Economía (al tristemente célebre José Martínez de
Hoz), a sus métodos y a sus políticas. Se han expresado con el mismo lenguaje
de la dictadura y no ahorran esfuerzos en convencer al país de que el camino
que ellos desean es el que más le conviene a la Argentina.
Semejante
patraña no puede ni debe permitirse porque la historia política, económica y
social de la Argentina durante todo el siglo XX es una clara manifestación de
que cuando llega al poder la oligarquía se acaban las libertades, se llenan las
cárceles y el santo oficio de la represión es el medio que tienen para vigilar
y castigar a la población. Si los del campo aún teniendo todo el poder
económico, aun teniendo todos los contactos políticos para crear su propia
fuerza que le permita acceder a puestos colegiados del poder por la vía
electoral y no por la violencia como en 1879, 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y
1976 y si todavía no han logrado conseguir una masa de adherentes para su causa,
eso se debe a que el pueblo está aprendiendo de las lecciones del pasado, sabe
que significa cuando son los que gobiernan y adónde conducen.
2) LAS NACIONES INDÍGENAS DEL CHACO PIDEN AL ESTADO ARGENTINO QUE SE PROHIBA LA SOJA TRANSGÉNICA (30 de Junio de 2008)
Las comunidades indígenas del norte argentino estamos
sufriendo desde hace unos veinte años un proceso acelerado de exterminio de
nuestras comunidades y nuestros pueblos, la frontera de la soja nos expulsan y
nos mata. Exterminar, en el mismo sentido de exterminio de la colonización
española o de la política del régimen liberal con Julio Argentino Roca. De
repente, comunidades que no habían sido percibidas –invisibles en tierras no
rentables- durante más de sesenta años, hoy son atacadas con topadoras, sus
hogares destrozados con cadenas, envenenados los campos y los ríos, comunidades
enteras son trasladadas a zonas urbanas sin ninguna herramienta para poder
sobrevivir en ellas, sin entender culturalmente un sistema hospitalario de
salud, sin contar con monte que nos proveía de remedios, sin saber cómo
alimentarse y muchos cargando con un solo idioma sobre el hombro, han visto
morir a sus hijos y a los ancianos en la plena miseria no sin antes ser
tratados como delincuentes por ir a asentarse en algún lugar de la ciudad,
lugar que siempre es de otro. Estos desalojos compulsivos extrajudiciales o por
medio de la acción penal, con máquinas topadoras que, unidas con cadenas tiran
nuestras casas y nuestro hogar, que es el monte, lo hacen en nombre de una sola
palabra: soja. La soja transgénica ha traído los desalojos que faltaban para
despojar a las comunidades guaraníes, kollas, wichis, pilagás, mocobíes y tobas
que estaban en la llanura (chaco) restante en este país, las anteriores
llanuras fueron ‘despejadas’ por obra del General Roca. Además de la reacción
natural en contra de esta semilla que nos golpeo, nos encarceló, nos despojó,
nos quitó alimentos, remedios y cultura, arrojándonos hacia la
autodiscriminación en un ambiente totalmente hostil y discriminador; aparte de
lo que sentimos, sabemos que esta semilla:
1. NO ES NATURAL: no es
natural, es un invento de laboratorio para resistir el 99% de las plagas que
afectaban a la semilla original;
2. DESERTIFICA LA TIERRA: como el sueño del
avaro que planta 10 centavos y quiere que florezcan 10.000 en un minuto, la
soja tiene el efecto de desertificar la tierra en 20 años de uso ‘conforme a lo
recomendado’. Ahora los científicos blancos descubrieron que una capa fértil de
tierra solo se logra con 700 a
mil años de bosques nativos, nosotros lo sabemos desde siempre y muchos
secretos más, porque la tierra tiene vida propia;
3. ENVENENA LA TIERRA, LA GENTE Y EL MEDIO AMBIENTE:
es una semilla pensada para no dar trabajo ni siquiera a los desmalezadores:
está inventada para resistir los venenos poderosísimos –tirados desde un avión-
que matan toda maleza pero no a la soja; en todo el chaco tenemos casos de
muertes, cegueras y malformados por los venenos soja;
4. NO ES ALIMENTO PARA
HUMANOS: es una semilla inventada para alimentar animales (o biodiesel), un
oleaginoso que nadie come (ni siquiera quien la planta) y rechazado por el
organismo humano, para desactivar lo incomestible hacen falta horas de energía
bajo la olla, no nutre enteramente;
5. EL CRIMEN DE QUITAR ALIMENTOS
Y ARRANCAR UN MOTOR CON ELLOS: peor todavía, con ella se produce biodiesel, ese
crimen incomprensible e inhumano de estos días, de llenar un tanque con el
alimento que le falta a diecisiete familias en este u otro lado del mundo;
6. DE LA FALTA DE LIBERTAD A LA INEXISTENCIA: antes
venían los terratenientes, nos esclavizaban, nos hacían plantar caña de azúcar
o cualquier otra plantación hasta que fuimos asalariados de esos que nos
despojaron pero no nos echaron, hoy la soja ni siquiera da trabajo, solo somos
arrojados por grandes capitales hacia la muerte en las ciudades o muchas veces
a la vera de la ruta (no decimos que lo anterior fuera preferible);
7. CAMPOS DE SOJA
DESIERTOS DE HUMANOS: puede criticarse que nuestros campos sean extensos, pero
vivimos de y en ellos, cuidamos la naturaleza porque siempre vivimos así,
vivimos muchísimas familias en nuestro territorio, cultivando y criando,
defendiendo los árboles, plantas y animales que nos dan la vida; en cambio,
nadie vive en los campos de soja, es lo que llaman los blancos desierto, un
desierto de soja;
8. DESALOJO COMO DRAMA
SOCIAL: la soja no solo ha desalojado a los verdaderos campesinos en una cifra
que supera los 320.000, los verdaderos chacareros y puesteros, también ha
desalojado a enormes poblaciones de comunidades indígenas que hoy pasan a
formar más del 50% de ciudades como Tartagal u Orán en Salta y mucho más en las
ciudades del Chacho y Formosa;
9. PERDIDA DE
DIVERSIDADES CULTURALES: al desalojar tan bruscamente, se pierden diversidades
culturales convirtiéndolas en discriminación y autodiscriminación, pérdida de
idiomas, sabidurías y costumbres que eran queridas para cuidar la tierra
argentina por miles de años más;
10. PERDIDAS DE
DIVERSIDAD BIOLÓGICA: desde cientos y miles de años vivimos de la diversidad
biológica, de esos animales y plantas que nos dan los alimentos, nos dan los
remedios, nos dan cultura para vestirnos y hasta para maquillarnos en rituales
y fiestas comunitarias, nos dan leyendas que nos enseñan a vivir, la soja corta
toda comunicación de los bosques nativos para extinguirlos en especies hasta
que sean desiertos y nunca más vuelvan a tener la riqueza de las mieles, osos,
árboles, chaguar y miles de especies que eran de esta tierra y ni siquiera
ellos saben cuando las volverán a necesitar, todo perdido para siempre por la
avaricia de la soja;
11. MAFIAS SOJERAS:
nadie puede negar que la soja ha creado verdaderas mafias en el chaco, de
topadoras con guardaespaldas pertenecientes a mafias como “los ales” de Tucumán
como paramilitares que cuidan la labor de las topadoras, de innumerables
sobornos a jueces, fiscales y gobernantes inversores en campos sojeros;
12. EXTRANJERIZACIÓN DE
LA TIERRA: la
extranjerización de nuestro suelo, excluyéndonos, exportando la soja y su renta,
ha sido otro efecto de la soja;
13. AVARICIA SIN LÍMITES: esta semilla genera la avaricia
que vimos en los últimos meses: blancos que en el 2003 ganaban 208 dólares con
una tonelada de soja retenidos al 35%, hoy ganan 297 dólares con la misma
tonelada de soja con las retenciones al 45%, tratamos de entender el conflicto
y ahora lo entendemos, es el Paro de la avaricia, de los que teniendo más
quieren más; podemos entender que salgan a manifestar sobre la ruta a los que
no tienen trabajo por meses, a nosotros nos ha pasado y murieron nuestros hijos
pequeños porque en los 23 días de manifestación por nuestra vida (puente
internacional del Mercosur Pilcomayo 1996) nadie nos daba de comer, la gente se
muere si no tiene y lucha por su vida, es la única forma de defender cuando te
quitan todo, pero no podemos entender a quienes manifiestan sobre la ruta
porque ganan mucho, quieren ganar mucho más, hacer de toda la tierra un mar de
soja y llevar los productos de la tierra a precios internacionales que nosotros
no podemos pagar, porque también existimos y comemos pan; peor aún, nosotros
nunca manifestamos sobre la ruta para desabastecer, sí para hacer conocer
nuestros reclamos;
Nosotros ya sabíamos hablar de qué es una frontera, modelos
económicos, políticas públicas, pero este conflicto de la soja en que la
patronal agraria pide nuestro porte de muerte, la liberación de la soja, y el
gobierno pide retenciones al 45% que también son nuestra muerte porque
mantienen a la soja con un alto nivel de rentabilidad. Esas dos soluciones
siguen siendo la carta que llevan los sojeros para exterminarnos, entonces
nosotros pedimos al Estado una solución justa: prohibir la soja transgénica,
que está destruyendo la tierra de forma irrecuperable, que no trae bien a la
sociedad y que se ha convertido en un monstruo que nos devoraba a nosotros (un
monstruo, por que no decirlo alentado por el gobierno) que ahora quiere devorar
un gobierno ha promocionado la plantación de esta semilla. Prohíban la soja y
tendremos bosques nativos, 16 millones de hectáreas plantadas con alimentos que
se consuman internamente, comunidades que vivan conforme a sus costumbres y a
la constitución nacional, suelo cultivable para siempre, un Estado en paz que
nos contente a TODOS sin egoísmos. Nosotros, los hijos de la tierra, pedimos a
la presidenta y a los legisladores; se lo pedimos así, muéstrenos UN solo
beneficio social de la soja transgénica y retiramos nuestro pedido.
COMUNIDADES:
- COMUNIDAD DEL PUEBLO TUPI GUARANÍ IGUOPEIGENDA DE RIO BLANCO BANDA SUR
- COMUNIDAD ABORIGEN LAS JUNTAS (KOLLA)
- COMUNIDAD AVA GUARANÍ CAMPO CHICO
- COMUNIDAD AVA GUARANÍ MITRE DE ORAN
- COMUNIDAD AVA GUARANI 2 DE ABRIL
- COMUNIDAD GUARANI MISIÓN SAN FRANCISCO
- COMUNIDAD AVA GUARANI TAPE IGUAPEGUI DEL RIO TARIJA
- COMUNIDAD AVA GUARANÍ CUA CUARIÑO GE ZENTA
- COMUNIDAD AVA GUARANI EL PROGRESO PICHANAL
- ORGANIZACIONES.
- DEFENSA INDIGENA ORÁN
3) POR TERCERA VEZ RECHAZAMOS LA MENTIRA DE LA SOJA RESPONSABLE: DECLARACIÓN MARZO 2008
Declaración
de Organizaciones sociales, indígenas, campesinas y movimientos urbanos de la
Argentina, Latinoamérica y otros continentes, en rechazo a la tercera reunión
sobre soja responsable (i), a celebrarse los días 23 y 24 de abril en el Hotel
Hilton de la Ciudad
de Buenos Aires, Argentina.
Los agronegocios son responsables de
la devastación de nuestros suelos, la deforestación, la contaminación de ríos y
acuíferos, la desaparición de la biodiversidad, la expoliación del patrimonio
natural y cultural y la eliminación de la agricultura familiar que antes
alimentaba a nuestros pueblos.
La expansión de los monocultivos de
soja atenta principalmente contra la soberanía territorial, alimentaria y
cultural de los Estados nacionales y los derechos de los Pueblos Originarios y
Campesinos. El modelo de la soja excluye, empobrece y enferma a la población.
Este modelo de ocupación territorial viola los derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales. Los monocultivos industriales se expanden vaciando el
territorio con su violencia estructural inherente, causan la migración rural y
marginalización de la población en las ciudades y finalmente, generan la
criminalización de la pobreza y los movimientos sociales.
A pesar de esto, en la actualidad
los agronegocios de la soja se están fortaleciendo con los crecientes mercados
de la industria de alimentos procesados, la cría industrial de carne y la
producción de agrocombustibles que, dicen, nos salvará del cambio
climático. En la práctica se consolida
la hidrovía parte del IIRSA (II), aparecen nuevos sistemas ferroviarios, se implementan
más transgénicos y aumentan las importaciones de pesticidas y maquinaria para
expoliar más rápidamente nuestros suelos.
Cada vez avanza más el agronegocio y
vemos consternados como muchos gobiernos europeos, frente al aumento de
críticas y denuncias de la situación de nuestros países, están ciegamente
confinado en las Mesas Redondas de Negocios Sustentables de la WWF. Se las reconoce como
casos exitosos de referencia para los nuevos criterios legales de
sustentabilidad, específicamente para la producción de agrocombustibles (III).
De esta forma los gobiernos europeos están ciegamente cayendo en la trampa del
maquillaje verde de las transnacionales.
Los movimientos sociales del norte y
del sur rechazamos plenamente todos los intentos de las Corporaciones y ONG's
de instalar en la opinión pública, criterios de sustentabilidad o de
responsabilidad, en relación a los monocultivos de Soja transgénica (IV).
Objetamos los programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que
pretenden, a través de mesas de diálogo y medidas voluntarias, invisibilizar la
responsabilidad de los crímenes cometidos por las corporaciones y donde éstas
reemplazan al Estado en sus funciones públicas con políticas privadas
asistencialistas. Nos oponemos al
proyecto neocolonial de dominación por parte de los agronegocios, que
sistemáticamente tergiversan de manera perversa muchos de nuestros propios
discursos, y denunciamos ese maquillaje verde con que las corporaciones
internacionales disputan los mercados calificados de certificaciones.
Recordamos que en marzo del año
2005, organizaciones campesinas y ecologistas de nuestros países, incluyendo la Vía Campesina de
Argentina, Paraguay y Brasil, marchamos juntas hasta Foz de Iguazú para
denunciar la 1era Reunión de Soja Sustentable (V). Simultáneamente activistas
holandeses se solidarizaron protestando frente a la sede de la industria de
piensos PROVIMI en el puerto de Rótterdam (VI). En el 2006, los movimientos
sociales paraguayos, organizaciones urbanas y campesinas se manifestaron
repudiando la 2da Mesa de Soja Responsable en Asunción (VII). Recientemente, la Vía Campesina del
Paraguay rechazó públicamente el intento de involucrarlos en campañas
maquilladas por la
Soja Responsable (VIII).
Por eso ahora volvemos a rechazar este proyecto
corporativo liderado por la WWF,
Fondo Mundial de la
Naturaleza, los grupos sojeros de agronegocios AAPRESID (IX)
de Argentina, ABIOVEx, MAGGI y APROSOJA de Brasil, DAP de Paraguay, Bunge y
Cargill de Estados Unidos, la banca ABN-AMRO BANK de Holanda y las ONG´s
FUNDAPAZ de Argentina, GUYRA (Birdlife) de Paraguay, Solidaridad de Holanda,
entre otras.
Ratificamos una vez más nuestro
compromiso de marchar juntos en procura de recuperar la Soberanía Alimentaria
de nuestros pueblos y de enfrentar las maniobras de desinformación y seducción
del agronegocio. ¡Exigimos la liberación de nuestros territorios de estos
agronegocios criminales y justicia para todas las víctimas del modelo sojero!
¡DONDE HAY
MONOCULTIVO NO PUEDE EXISTIR SUSTENTABILIDAD!
¡DONDE HAY
AGRO NEGOCIOS NO PUEDEN EXISTIR CAMPESINOS!
I) http://www.responsiblesoy.org/
II)
Iniciativa para la
Integración de la Infraestructura Regional
Suramericana (IIRSA) esta construyendo hidrovías de 4200km desde Bolivia a
Uruguay Para la exportación de materias primas incuyendo la soja. Carreteras y
sistemas ferroviarios están planificados dentro de este sistema. Toda esta
infraestructura afectara masivamente ecosistemas, comunidades indígenas y
campesinas.
III) Esto
se verifica con la nueva presencia en la mesa redonda de Shell International;BP
International LtD;Carrefour Brasil;Greenergy International;Glencore Grain
B.V.;Neste Oil;COOP;ED&F Man France;US Soybean Export Council;Wheb
Biofuels;Cert ID Certificadora, LTDA; Royal Dutch Grain and Feed Trade
Association
http://www.responsiblesoy.org/eng/index.htm
IV) Open Letter to Support the Iguazú Counter Conference: No Greenwash
for the soy industry! 28
Febrero 2005. ASEED, XminY
http://prod.biotech.indymedia.org/es/topic/soy2005/archive.shtml
V) Contra
encuentro de Iguazú. 16-18 /03/ 2008. http://www.grr.org.ar/iguazu/
VI) Acción
en la sede de Provimi - Empresa de forraje animal, No a la soja para la
ganadería intensiva!' Holanda, Marzo 16 2005.Convocada por ASEED.
http://prod.biotech.indymedia.org/es/2005/03/4101.shtml
VII) El
Modelo de Desarrollo Irresponsable, Insustentable y Antidemocrático en el
Paraguay actual. Junio 2006, Paraguay. http://www.grr.org.ar/ceparaguay/
VIII) 28 de
Febrero 2008. En contra de las Mentiras de la Mesa de Soja Sustentable. Vía Campesina en
Paraguay manifiesta.
IX)
Iniciada en 1988 con fondos de Monsanto,
http://www.cababstractsplus.org/fts/Uploads/PDF/20023109946.pdf
y
http://www.aapresid.org.ar/
X) Abiove
representa a 17 compañías aceiteras entre ellas se incluye el grupo Andre
Maggi, Bunge Alimentos S.A. Cargill Agrícola S.A: Louis Dreyfus e Incopa.
4) UN ESTUDIO REALIZADO EN EL
AÑO 2001 POR MIEMBROS DEL
PESTICIDE ACTION NETWORK QUE REFUTA ASEVERACIONES DE MONSANTO ACERCA DE LOS
EFECTOS DEL GLIFOSATO EN LA
SALUD.
Aseveraciones de Monsanto | Hallazgos de Investigaciones Independientes |
El Roundup posee un bajo potencial irritativo para ojos y la piel y además no constituye un riesgo para la salud humana. | • El Roundup está entre los pesticidas más
denunciados por ocasionar incidentes de envenenamiento en varios países. • El Roundup ocasiona un espectro de síntomas agudos, incluyendo eczema recurrente, problemas respiratorios, hipertensión arterial y reacciones alérgicas. |
El Roundup no ocasiona ningún efecto adverso reproductivo. | • En ensayos de laboratorio sobre conejos el glifosato efectos dañinos duraderos sobre la calidad del esperma y el recuento espermático. |
El Roundup no es mutagénico en mamíferos. | • En experimentos de laboratorio se observó daño en el ADN de órganos y tejidos de ratones. |
El Roundup es ambientalmente seguro. | • En el medioambiente agrícola, el glifosato es
tóxico para organismos benéficos del suelo y artrópodos predadores benéficos,
e incrementa la susceptibilidad a enfermedades de los cultivos. • El uso de glifosato en forestación y agricultura genera efectos indirectos perjudiciales en pájaros y pequeños mamíferos al dañar su provisión alimenticia y su hábitat. • El contenido de POEA en el Roundup es letal para los renacuajos de tres especies de sapos terrestres y arbóreos en Australia. El gobierno australiano prohibió es uso de estos productos cerca de aguas. • Dosis sub-letales de glifosato provenientes de la deriva dañan las comunidades de plantas silvestres y pueden afectar algunas especies situadas hasta a 20 metros del fumigador. • El uso de glifosato en zonas arables ocasiona acronecrosis o gangrena regresiva en árboles perimetrales. • El glifosato promueve el crecimiento poblacional de un caracol acuático que es el huésped intermedio de fasciolosis hepática en mamíferos. • La degradación del glifosato por microorganismos en el agua puede estimular los efectos eutroficativos |
El Roundup es rápidamente inactivado en el suelo y el agua. | • El glifosato es muy persistente en el suelo y
los sedimentos. • El glifosato inhibió la formación de nódulos fijadores de nitrógeno en trébol durante 120 días luego de su aplicación. • Residuos de glifosato fueron hallados en lechuga, zanahoria y cebada cuando fueron plantados un año después de la aplicación de glifosato. • Los fertilizantes en base a fosfatos pueden inhibir la degradación en suelo del glifosato. |
El Roundup es inmóvil y no percola en los suelos. | • El glifosato puede desorberse fácilmente de
las partículas del suelo en un amplio espectro de tipos de suelos. Puede ser extensivamente móvil y percolar hacia capas más profundas del suelo. • El glifosato puede ser transportado por partículas del suelo en forma de deriva secundaria. |
El Roundup no contamina el agua potable cuando es utilizado por autoridades locales sobre superficies duras. | • En Inglaterra, la Welsh Water Company detectó niveles de glifosato superiores al límite establecido por la Unión Europea todos los años desde 1993. El Inspectorado de Agua Potable recomienda que el glifosato sea monitoreado, especialmente en áreas donde es utilizado por autoridades locales sobre superficies duras. |
Es virtualmente imposible que se desarrolle resistencia a glifosato en malezas. | • En 1996, se descubrió una gramínea forrajera
resistente al glifosato en Australia. El desplazamiento de genes desde cultivos transgénicos a especies convencionales o malezas y la transferencia horizontal ocurren a corta distancia y pueden manejarse con facilidad. • En aquellos cultivos que han sido examinados, las densidades de polen son mucho más altas y sus patrones de dispersión difieren de los de campos grandes en comparación con aquellos constatados en lotes experimentales. La dispersión de polen por el viento sucede a distancias mucho mayores y a concentraciones más altas que las predichas por extrapolaciones a partir de cultivos experimentales. |
La transferencia genética desde cultivos de
oleaginosas transgénicos es inevitable. Los cultivos Roundup Ready reducirán los niveles de utilización de herbicidas. |
• Los cultivos tolerantes a herbicidas intensificarán e incrementarán la dependencia del uso agrícola de herbicidas más que conducir a reducciones significativas. Una variedad de herbicidas tendrá que ser reintroducida para controlar voluntarios glifosato-resistentes y malezas resistentes. |
(Fuente:
Impactos sanitarios y ambientales del glifosato: Las implicaciones del aumento
en la utilización de glifosato en asociación con cultivos genéticamente
modificados. Julio de 2001. Informe realizado por David Buffin y Topsy Jewell,
miembros del Pesticide Action Network, UK. Tabla basada en datos de: Monsanto
Company, 1985, Toxicology of Glyphosate and Roundup Herbicide. Monsanto
Company, Department of Medicine and Environmental Health, Missouri, USA;
Monsanto Company, Web Site: www.monsanto.com.,
18th January 1998; Monsanto Advertising Supplements in Farmers?s Weekly,
Roundup 91, 7 June 1991, and Roundup 92, 5th June 1992; Pesticide Outlook, Dec.
1997, Royal Society of Chemistry, Vol. 8, No. 6, pp3-4.)
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NOTAS
[1] Datos
tomados de David Cufré. Los gordos de 20.000 hectáreas,
Página 12, 13/07/2008, Suplemento de Economía Cash.
[2] Sociedad Argentina de Nutrición. Soja,
propiedades nutricionales y su impacto en la salud. Buenos Aires, 2006, pág. 29, 1º Ed. (http://www.sanutricion.org.ar/pdf/soja.pdf).
[3] Monsanto, una
empresa criminal que tiene presencia en 64 países, es la misma que proveyó al
ejército imperial de los EE.UU. del agente naranja con el cual bombardearon
durante años los campos de arroz en Vietnam dejando estas tierras con tal grado
de contaminación que no están aptas ni para la agricultura y la ganadería.
[4] El Banco de Germoplasma es una colección
de material vegetal vivo, en forma de semillas y esporas. Sus objetivos
generales son:
1. Localizar, recolectar y
conservar plantas consideradas de interés prioritario para nuestra sociedad. 2.
Trabajar para el conocimiento científico orientado a la optimización de la
conservación y uso de los recursos fitogenéticos. Es el catálogo donde se
guardan todos los tipos de semillas que existen con el objeto de preservarlas
para el futuro.
[5] Un ejemplo de la grave situación en la
provincia del Chaco lo brinda Mariela Zunino en su artículo Argentina: Lo que
la soja se llevó. Desnutrición y hambre en el país de los alimentos, 21-09-07 (http://www.ecoportal.net/content/view/full/72703.)
[6] Ver G. Botta, y D. Selis. Diagnóstico
sobre el impacto producido por la adopción de la técnica de siembra directa
sobre el empleo rural. Una recopilación. Universidad Nacional de La Plata..
http://www.unlu.edu.ar/~maqagro/Sd%20Botsels.pdf
[7]Ver Alberto J. Lapolla: Sojización: Retorno
al mundo agroexportador (“agroindustrial”), latifundio y dependencia,
17-12-2005.
[8] Pueden consultar a Tolkatlian Juan,
Globalización, Narcotráfico y Violencia. Siete ensayos sobre Colombia, Capítulo
III, pág. 91. Ed. Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2000.
[9] Ver el estudio de Silva María A. Los
desafíos de la Argentina
en torno al crecimiento rural a espaldas del medio ambiente y la salud, pág.
12. En Observatorio de la Economía Latinoamericana, Enero 2008.
(www.eumed.net/cursecon/ar/index.htm)
[10] Ver Domínguez
Néstor y Orsini Germán. Crecimiento
de la producción de soja en Entre Ríos, impacto económico, especialización y
concentración. Asociación Argentina de Economía Agraria. Facultad de Ciencias
Económica, Entre Ríos, Octubre de 2007, pág. 14.
(www.fceco.uner.edu.ar/docentes/deconhum/publicdoceh/sojadominguezorsini.pdf)
(http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=41962)