UN ASPECTO DEL
ANTICOMUNISMO DEL SIGLO XXI
Por Sergio Daniel Aronas – 26 de marzo de 2018
El anticomunismo es un movimiento
político e ideológico promovido por la burguesía capitalista tendiente a
impedir que los trabajadores y campesinos se conviertan en la fuerza dirigente
de una nación, que se organicen en torno al Partido Comunista y luchen por la
toma del poder, derrocar el capitalismo y construir una nueva sociedad, la
sociedad socialista basada en la propiedad colectiva y estatal de los medios e
instrumentos de la producción. Su origen está relacionado con los intentos de
refutar el Manifiesto del Partido Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels
publicado en febrero de 1848.
Desde esa fecha la burguesía comenzó a movilizar
su poderoso aparato represivo que llenó las cárceles de presos políticos y otros
tuvieron que optar por el exilio obligado tanto por las persecuciones como por
las órdenes de expulsión decretadas por esos gobiernos.
Es increíble y asombrosa la
ferocidad criminal del anticomunismo de las administraciones imperialistas de
los Estados Unidos desde el bombardero Bill Clinton hasta el lunático atómico fascista
de Donald Trump, de sus agencias de desinformación y de los servicios de
inteligencia, de sus comandos militares (especialmente del Comando Sur
ampliamente comprometido en el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro de
Venezuela), de los gobiernos capitalistas asociados en la Organización
Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), de sus instituciones financieras del
tipo Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y del Banco Central
Europeo; de los medios de prensa y de sus ideólogos periodistas, analistas, consultores
y opinólogos defensores fanáticos del imperio.
Así se los ve todos juntos en
santa cruzada lanzándose a la caza destructora de la República Bolivariana de
Venezuela cuyo gobierno nada pero absolutamente nada tiene de marxista y mucho
menos de comunista quienes acusan con ese calificativo con total impunidad-
De ese modo apuntan sus tiros con
Venezuela para ser atacada y acosada por todos los flancos por enemigos tan
poderosos sedientos de repugnante venganza, amenazándola con la invasión
militar directa, con la aplicación de sanciones económicas, con el llamado a
romper relaciones diplomáticas para derrocar a su legítimo gobierno que no
asumió como el dictador fascista de Trump y así recuperar el poder de la clase
capitalista saqueadora y explotadora como lo han hecho a lo largo de la
centuria pasada y ahora en pleno siglo XXI vuelven a desplegar la diplomacia de
las cañoneras contra aquellos países que no están en sintonía con la
orientación del militarista y agresiva del imperialismo estadounidense.