El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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domingo, 25 de marzo de 2018


EL DISCURSO DE MACRI EN LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

Por Sergio Daniel Aronas – 10 de marzo de 2018

Como todos los años y a partir de la reforma Constitucional de 1994, el presidente de la Nación inaugura el período de sesiones anuales del Congreso del correspondiente año que termina el 30 de septiembre. Ahí las dos Cámaras, la de diputados y senadores, escuchan el discurso del Jefe de Estado en que presenta el informe de su gestión, el balance de los objetivos y planes cumplidos o no, traza el panorama actual y da a conocer los planes futuros de gobierno. Todo está está muy bien y muy lindo si nos tuviésemos un gobierno auténticamente popular, con una amplia base de masas y que ponga en acción planes para resolver los problemas que afectan al pueblo. En la Argentina esto no sucede porque nos gobierna un señor que representa a los intereses de los monopolios y de la clase capitalista en su conjunto.

El presidente de la Argentina, Mauricio “Marioneta” Macri se presentó ante la Asamblea Legislativa este 1º de marzo donde habló en la Asamblea Legislativa para decir todo tipo de formulaciones de su gestión que los hechos de la vida diaria demuelen esa imagen idílica de su nefasto gobierno: “que estamos en el país de las maravillas”, “que vivimos en la prosperidad”, “que el país está creciendo”; ”que la inflación está bajando”; “que volvimos al mundo para no volver al pasado”; “que se viene una era de felicidad para todos”; “que bajó la pobreza y el desempleo”. Y sobre todo su caballito de batalla: “que la Argentina es un país creíble, confiable” y como dicen ahora que tiene “previsibilidad” y que gracias a su gestión “llueven las inversiones”. Si estamos tan bien como piensa en su nube tóxica ¿porque te grita todo el país hasta en los programas de televisión: MAURICO MACRI, LA PUTA QUE TE PARIÓ?

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El espantoso discurso en la Asamblea Legislativa de Macri y la presentación de un panorama económico y social que solo puede ser visto y concebido por quienes viven en una nube galáctica que no reconoce las profundas dimensiones de la crisis que están provocando sus planes en el conjunto del pueblo y que solo favorecen a los dueños de la Argentina, no pueden ocultar el papel determinante que juega en la política oficial los intentos por crear supuestamente una “sociedad de prosperidad para todos” con sus efectos devastadores en cada rincón de la República. Es así como se les derrumba como un castillo de naipes los aspectos centrales de sus objetivos que están forman un “cuadrado mágico” de su economía política que tanto difunden los medios y defensores del mundo del capital. Ese cuadrado está integrado por el alto nivel de empleo, el rápido ritmo de crecimiento económico, la estabilidad de los precios y el equilibrio de las cuentas exteriores.

En el desempleo, por más que la acrobacia de la estimación del cálculo de la medición de los indicadores y variables económicas, intente mostrar una leve reducción, la lista de conflictos gremiales en las grandes empresas que amenazan con cierres en toda la Argentina y los despidos que se produjeron en lo que va de este primer trimestre del año ha sido tan grande que es una situación de tal gravedad que la medición oficial no asume, no registra ni la toma en cuenta porque es poco creíble que pueda hablarse de un aumento del empleo o disminución de la desocupación. El INDEC, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censoa, es decir, el ente nacional encargado de medir toda la información sobre los números de la economía tanto de la producción, como del empleo, salarios, deuda externa, PBI, balance de pagos, pobreza, etc., quiere presentar el nuevo cuadro del frente laboral -que la economía política burguesa llama "mercado de trabajo"- como un "éxito" de la política económica y social del gobierno. Habría que medir la tasa de plusvalía en las principales ramas productivas para darse cuenta del grado de explotación de la fuerza de trabajo en nuestro país. Es el mejor indicador para derribar la suprema belleza del modo de producción capitalista,

Sobre le crecimiento de la economía, la gestión macrista ha sido paupérrima y ni siquiera llegó ni a la mitad de los registros de los primeros dos años de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Los números de las estadísticas tiene la increíble virtud de ser analizados según los intereses que se defienden y más en la ciencia económica donde mejor se reflejan las contradicciones irreconciliables del modo de producción capitalista. Si en 2016 el PBI cayó el -1,8%, la economía burguesa celebra que el año siguiente con una tasa del 2,9% de crecimiento afirmen que “alcanzó” a compensar la disminución del año anterior, agregando que fue el “más alto” desde 2011. Pero no se molestan en comparar esos dos primeros años de Cristina Fernández cuando en 2007 el PBI creció el 8,7% y en 2008 avanzó un 6,8%.

La estabilidad de los precios es otra de las grandes mentiras de este gobierno, aunque ellos reconocen la problemática de la inflación, el responsable de combatirla, el Ministro de Hacienda, ese que tiene toda su riqueza en bancos extranjeros y por el que fue denunciado, afirma no tener herramientas para frenar el proceso inflacionario. Si bien la medición refleja una disminución en el 2017 respecto a 2016, nada hace prever que la proyección de este año sea la calculada por el gobierno en el 15%. Los tarifazos, los aumentos de los servicios públicos, los aumentos de precios de las grandes empresas oligopólicas y monopólicas apoyadas por este estado burgues-empresario, coadyuvan a que la inflación se sostenga en el tiempo. Y no pueden echarle la culpa a los aumentos salariales la principal causa de la inflación porque precisamente se trata de obligar a los sindicatos para que negocien magros incrementos de sueldos, de modo que la pérdida del poder de compra de los ingresos de los trabajadores continúa en el tobogán. Al gobierno esto no lo importa, solo le interesa el menor aumento de sueldo posible, lo cual significa mayores beneficios a la clase capitalista.

Por último, las cuentas exteriores de la Argentina de Macri evidencian un desbarajuste que alarma a los propios economistas burgueses porque que esta gente se preocupe del excesivo endeudamiento de las cuentas públicas, cuando toda la vida fueron partidarios de la emisión de deuda o de pedir créditos tanto a la banca comercial como a las instituciones financieras, es un claro indicio de que el peligro de un estallido o crisis de la deuda es posible y si esto no sucede es porque la Argentina está atada de un hilo muy delgado a las potencias del G-20 que tratan de sostenerla como pueden y porque la política de Macri de favorecer a las grandes multinacionales es un poderoso factor que actúa como acicate para seguir aprovechando de las ventajas que la actual administración le da a los grandes capitalistas y a los mal llamados “inversionistas” internacionales, a lo que solo les importa el estado de sus tasas de ganancias. Además de la deuda, el creciente déficit comercial por la enorme proliferación de mercancías provenientes del exterior, es decir, en una avalancha importadora, ha provocado el cierre de muchas empresas, el despido de trabajadores, el aumento del desempleo y ante esta situación varias empresas fabricantes, deciden cambiar sus orientaciones estratégicas de sus negocios para convertirse en importadoras de los artículos que antes fabricaban para armarlos; otras directamente importan el producto entero y lo venden al mercado interno. ¿Cómo le responde el gobierno? Les dice a estos empresarios industriales, muchos de ellos, pequeños y medianos, “que dejen de llorar”. En cambio, con los terratenientes, los verdaderos llorones de siempre, el gobierno les brinda apoyo, créditos baratos y a plazos más extensos, los beneficia con exenciones impositivas, con moratorias y toda una batería de medidas que fortalecen la alianza fundamental del gobierno empresario de Macri con los grandes productos agrícolas y ganaderos, hoy afectados por una fuerte sequía, sobre la cual, solo esgrimen como argumento a los factores climáticos. Nadie se atreve a cuestionar el modelo productivo de la soja transgénica a base de la siembra directa, del agrotóxico asesino del glifosato y la deforestación de los campos.

Las cuentas externas estallan por los aires cuando se analiza la fuga de capitales, los depósitos en cuentas de bancos en países extranjeros y la composición de la deuda externa que ya supera los 300 mil millones de dólares, Este es el problema más crucial que enfrenta la economía argentina y la única manera de terminar con la cuestión de la deuda perpetua es repudiarla, una decisión que nadie se atreve a tomar y que sin embargo, toda la legislación y la jurisprudencia del derecho internacional público nos favorece y está de nuestro lado porque veremos si los banqueros imperialistas pueden probar la licitud y legitimidad de los créditos otorgados. Además la justicia argentina tiene un fallo histórico del año 2000 que demuestra el entramado, entrelazamiento y los negociados que llevaron al endeudamiento exponencial de la Argentina.   
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Nada de esto sucede y es evidente el desastre al que están llevando a nuestro país el gobierno actual porque con todas las medidas que toman para fortalecer la posición del dólar en “los mercados” (con el fin de mejorar la situación financiera de los llorones del campo y los exportadores) no hace más que recaer todo el peso de la crisis sobre los salarios de los trabajadores.

De ahí la enorme confrontación que se viene dando por aumentar nuestros salarios frente a la clasista posición de Macri de no dar ninguna tipo de aumento conforme a la caída que se ha registrado en su poder de compra desde el 10 de diciembre de 2015 cuando asumió la presidencia y empezó el drama de millones de argentinos.

Mientras la bestia de Macri hablaba que "lo peor ya pasó", en el Ministerio de Hacienda de la Nación despedían a 150 empleados con sueldo de $20.000 que al mes le reportaba un gasto de $3.000.000. Sin embargo, nombran a 75 energúmenos que no llevan a los 30 años de edad que son tropa propia del gobierno que no saben ni leer ni escribir con salarios de $80.000, que al mes el Ministerio deberá pagarles $6.000.000. Son unos genios. Una magistral y creativa forma de bajar el gasto público. Lo peor se está viviendo. Y lo escribo de muy buena y fidedigna fuente. 

La parte más increíblemente grave, ya sea por error, por desconocimiento o por creerse estar viviendo en el paraíso y el reino de la abundancia, Macri inventó una teoría que haría temblar a Adam Smith en su tumba: enumerando una serie de factores de la economía bajo su conducción que nunca se dieron, terminó afirmando que “ese crecimiento invisible se dio”. Una frase para la historia de la infamia, Una más para su administración fraudulenta.

Podemos dar algunos ejemplos del “crecimiento invisible” que tanto entusiasma a Macri, a su gobierno y partidarios, sobre todo de los medios de comunicación, que inventan todo tipo de falacias para justificar los desastres de este gobierno:

1) Los depósitos en paraísos fiscales

 2) El endeudamiento público

3) Los millones de dólares que tienen guardados los exportadores

4) Los millones de dólares que se fugan al extranjero

5) La extranjerización de la economía argentina

6) Los miles de despidos que Macri y su pandilla no registran.

7) Los cierres de empresas de todas las actividades.

8) El robo descarado a los jubilados y pensionados. La mayor vergüenza de este gobierno.

9) La corrupción de los funcionarios del gobierno, empezando por el mismo presidente.

10) Las multimillonarias ganancias de los bancos por los negocios financieros 

11) La fabulosa transferencia de ingresos de la clase trabajadora a la clase capitalista. 

12) Los campos inundados e intoxicados con el glifosato de la empresa criminal de Monsanto-

Pero hay un crecimiento muy visible, muy palpable y muy sentido que es la bronca masiva en el pueblo argentino, hecho irrebatible que se manifiesta, por el momento, en el cantito que recorre todo el país con el merecido insulto al presidente porque muchos de a poco se van dando cuenta de qué clase de gente nos está gobernando, qué intereses de clase defiende y adónde conduce. Si tuviéramos otro tipo de consciencia política, otro tipo de organizaciones populares, otro tipo de conducciones sindicales y de unidad entre las decenas de partidos de izquierda y de los trabajadores, esta gente multimillonaria jamás hubiera llegado a gobernar a la Argentina-.

Ahí está una de las consecuencias más notables que dejó la dictadura militar-empresaria: la destrucción de toda una generación de cuadros militantes y revolucionarios venidos de distintas formaciones políticas y experiencias que se empezó a forjar desde la resistencia al golpe de 1955, alcanzando en el Cordobazo de 1969 el mayor nivel de unidad y combatividad llamando a la lucha por una “patria socialista”. Este vacío generacional aun se siente en la Argentina por la forma de votar y por quienes hoy dirigen el proceso político en nuestro país.