NUEVOS DATOS SOBRE LA
SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA ARGENTINA
Por Sergio Daniel Aronas – 26
de mayo de 2017
Nota importante: Todos los
gráficos son elaboración del trabajo del IPYPP. Lo único que hicimos fue
numerarlos
El Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) ha publicado
su primer “Boletín estadístico sobre la situación social” al mes mayo de este
año donde brinda nuevos e importantes datos sobre el estado de los trabajadores
de la Argentina, momento muy difícil y complicado porque se ha agravado en
forma alarmante a partir de la asunción del gobierno derechista antiobrero y
antipopular de la Alianza Cambiemos encabezada por Mauricio Macri como
presidente de la Nación, un empresario multimillonario que llegó a la primera
magistratura del país con 240 causas judiciales, caso único en la historia
constitucional mundial.
El trabajo del IPYPP está conformado por seis capítulos: el mercado
laboral (sobre la composición y cantidad de trabajadores), los salarios (cuánto
ganan los trabajadores en el marco de la estrategia del empresariado y gobierno
de reducirlo), el costo laboral (acerca del peso que tienen el salario en la
estructura de producción de las empresas), distribución del ingreso y jornada
laboral (la parte más importante del trabajo porque aporta datos substanciosos
sobre la parte que se apropian los empresarios en una jornada de ocho horas y
cuánto reciben los trabajadores); la distribución del ingreso (donde analiza la
participación del salario en el PBI, es decir, cuánto se llevan los
trabajadores en relación de dependencia), las condiciones de vida (donde
analiza los efectos de la pobreza en la familia trabajadora) y por último, un
capítulo para resolver la pobreza que como flagelo principal que afecta a las
personas más humildes no sólo es necesario sino que debe producirse. Y la Argentina
cuenta con recursos suficientes para solucionarlo definitivamente.
1) Sobre el mercado laboral
La tasa de empleo mide la cantidad de personas que están ocupadas con
relación a la población económicamente activa (PEA), es decir, el total de
personas que pueden trabajar. Según el IPYPP es actualmente del 41,9% al cuarto
trimestre según el informe del INDEC. Esto significa que existen 16.909.225
personas ocupadas y la tasa de desempleo es del 7,60% afectando a 1.382.664
personas que están sin trabajo.
El estudio del IPYPP afirma que “el
52% de la fuerza laboral atraviesa
alguna forma de precariedad en su empleo, ya sea por ausencia de una ocupación
o modalidad precaria en su contratación (35,1%)
o bien, porque teniendo condiciones de contratación o inserción adecuadas sus
ingresos se ubican por debajo del salario mínimo (16,9%). En términos poblacionales, en la Argentina hay 9,3 millones de trabajadores que están
precarizados”.
De ahí extrae dos conclusiones importantes a tener en cuenta:
1) Que la
precariedad laboral aumentó del 46,6% al
52%, es decir, hay 1.366.022 de trabajadores más que están
precarizados en su actividad laboral, medición que el IPYPP reaizó comparando
el II Trimestre de 2015 y el III Trimestre de 2016 ante la falta de datos del
III Trimestre de 2015.
2) Resulta
muy oportuno mencionar la situación laboral de las mujeres porque pocos
estudios las tienen en cuenta. De ahí que el IPYPP dice: “Las trabajadoras mujeres y particularmente los jóvenes (de entre 18 y
24 años) son los que sufren con mayor intensidad la precarización laboral. Al
año 2016, 8 de cada 10 jóvenes
tienen una inserción precaria en el mercado laboral”.
Gráfico I: Precarización de la
fuerza laboral total, en mujeres y en
jóvenes. 2º Trimestre 2015 y 3º
Trimestre 2016. Total Nacional
Gráfico II: Desagregación de la
precarización laboral
total del 52% (3er trimestre
2016).2) El problema salarial
En el tema salarial, parte fundamental del informe, lo que caracteriza
la inserción de los trabajadores son “niveles salariales deprimidos”, es decir,
que las empresas pagan salarios muy bajos cuando una persona entra a trabajar
en ellas. Esto es así porque a mí me ha pasado y no creo que sea una tendencia
de este gobierno: es una constante histórica por parte de las empresas pagar lo
menos posible, algo que en países de Europa Occidental no se le ocurriría
hacerlo por la fuerte presión sindical, hecho que en la Argentina no sucede
porque los sindicatos dirigidos por popes empresarios se convierten en aliados
de la clase capitalista y no de los trabajadores a los que deben defender.
Según el informe que analizamos, en el III Trimestre de 2016, “el
ingreso medio de los ocupados (que incluye a los asalariados, cuentapropistas,
etc.) fue de apenas $10.757. Poco
más de 10 millones de trabajadores,
el 60%, fueron retribuidos por su
actividad laboral por debajo de este nivel.” No debería sorprender, si se ha
determinado como salario mínimo $8.060 y el INDEC –se le crea o no- hoy para no
estar en la pobreza debería tener un ingreso de $13.000.
Esta situación de precarización laboral implica que hoy en la
Argentina, “el 35,5% de los ocupados
ganan por debajo del SMVM” (salario mínimo vital y móvil).
Gráfico III: Canasta de
trabajador sin carga familiar
3) El famoso costo laboral
empresario (medidos en dólares)
La teoría económica vigente en los manuales afirma que la materia
prima, los costos indirectos de fabricación (carga fabril) y salarios integran
los costos fundamentales de una empresa. Y en sentido, la clase empresaria
exige al gobierno medidas de reducción del costo laboral, entendido como tal,
que no aumentar los salarios porque reduce la tasa de ganancias de las
empresas- Por eso, este gobierno pro empresario prohíbe las discusiones
paritarias beneficiando a la burguesía, porque si todo aumenta menos los salarios,
éstos van perdiendo terreno y perjudicando seriamente al ingreso del conjunto
de la población-. Y esta reducción de ingresos es una de las fuentes
principales de la expansión de la pobreza en la Argentina y no la inflación
como dice el analfabeto que preside nuestro país, porque la inflación la
impulsan ellos mismos con su política de tarifas, el despido fácil y las
medidas que ayudan a mejorar las ganancias empresarias, como la devaluación.
Así lo entiende el informe: “Las devaluaciones de la moneda local
resultan ser, por lo tanto, mecanismos de depresión del costo laboral que
mejoran sustancialmente los márgenes de rentabilidad del sector exportador”.
Para el IPYPP, “hasta el 2016 se
verificaba un aumento del costo laboral sostenido por la apreciación del tipo
de cambio” de modo tal que el costo laboral aumentó “en un 11,8% desde enero a noviembre 2015, por las distorsiones de la
política económica”. El otro punto a considerar es la importancia de la
devaluación como medida de contención del aumento del salario real ya que cayó
en un 30,6% entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 y al finalizar 2016 la
pérdida salarial fue del 20,2% como costo de producción de las palabras. Esto
traducido al salario real, al poder de compra de los trabajadores, la pérdida
fue del 9.4%. A estos datos llega el estudio del IPYPP.
4) Análisis de la distribución
del ingreso y de la jornada laboral
Este es a nuestro modo de ver, la parte fundamental y más destacada de
todo el estudio del boletín del IPYPP porque pone de relieve el grado de
explotación de la mano de obra de los trabajadores argentinos por la clase
capitalista en su conjunto. Esto debe ser reproducido en su totalidad
“¿Cómo se reparte el ingreso entre salario y excedente empresario?
Si dividimos el PBI por la cantidad total de horas trabajadas resulta que el rendimiento de la hora trabajada es de $256,8. Por otro lado, el salario promedio indica que el valor de la hora trabajada fue de $59,4. Por lo tanto, la diferencia entre un valor y otro; entre lo que rinde la hora laboral y el precio que se paga por su uso, no es ni más ni menos, que el excedente económico que se genera por hora y que apropian en primera instancia los empresarios en su conjunto. Este monto asciende, por hora, a nada menos que $197,3, es decir, que el excedente empresario por hora es de prácticamente 3,3 veces lo que se paga al trabajador.”
Este excedente no es más que la plusvalía descubierta por Karl Marx y
que lógicamente estos economistas nunca van a utilizar esos términos pero sí la
metodología diseñada por el genio alemán.
“¿Cómo se reparte la jornada laboral entre tiempo de trabajo pago
(salario) e impago (excedente)?
Lo anterior, en términos de una jornada laboral de 8 horas, implica que los ocupados destinan 1 hora y 51 minutos para producir el equivalente al valor de su salario mientras el resto de las 6 horas y 9 minutos producen para generar el excedente apropiado por el empresario.” Aquí tenemos el caso de la plusvalía relativa (reduce el tiempo de trabajo necesario y aumenta el tiempo de trabajo adicional no pagado)- Esto significa que el trabajador con trabajar 2 hora y 51 minutos obtiene el salario que le pagan por ocho horas, de las cuales 6 horas no recibe nada y todo lo que fabrica en ese tiempo se lo roba el capitalista. Este concepto muestra el grado de explotación de la fuerza de trabajo”.
Lo anterior, en términos de una jornada laboral de 8 horas, implica que los ocupados destinan 1 hora y 51 minutos para producir el equivalente al valor de su salario mientras el resto de las 6 horas y 9 minutos producen para generar el excedente apropiado por el empresario.” Aquí tenemos el caso de la plusvalía relativa (reduce el tiempo de trabajo necesario y aumenta el tiempo de trabajo adicional no pagado)- Esto significa que el trabajador con trabajar 2 hora y 51 minutos obtiene el salario que le pagan por ocho horas, de las cuales 6 horas no recibe nada y todo lo que fabrica en ese tiempo se lo roba el capitalista. Este concepto muestra el grado de explotación de la fuerza de trabajo”.
Si los trabajadores reclamáramos que solo debemos trabajar, en términos redondos, 2 horas para obtener nuestro salario, nos tomarían por locos. Pero dado que vivimos en el capitalismo bajo el régimen de propiedad privada de los medios e instrumentos de producción, estamos obligados por ley a trabajar 8 horas ya que de no hacerlo perdíamos nuestro empleo y nos quedaríamos en ala calle. Aquí se revela el secreto de la producción capitalista, oculto en las marañas de la legalidad burguesa cuyo sistema jurídico está hecho para beneficio de la clase capitalista que es la que gobierna la Argentina y el mundo.
Estos datos son una clara demostración y un gran ejemplo de que la
producción capitalista tiene como objetivo y finalidad la creación de
plusvalía, que los trabajadores trabajen casi toda su jornada laboral gratis,
carácter que está oculto, tapado y escondido por el tipo de relaciones que se
establecen entre las partes del contrato laboral: entre el capitalista y el
trabajador. La empresa capitalista solo produce los bienes que se pueden vender
con ventaja con el fin de obtener el máximo nivel de plusvalía porque
constituye la principal fuente de ingresos de los productores y no solo de
ellos sino también de los comerciantes, banqueros y de los grandes propietarios
de tierras.
Señores economistas del IPYPP: Ustedes sin ser marxistas gracias por
este brillante aporte que demuestra que a 150 años de su muerte, Karl Marx
sigue más vivo y presente más que nunca y que con sus análisis se puede
entender cómo funciona este sistema de producción y cuán necesario que resulta
abolirlo por completo. Es un dato de suma importancia y revelador estimar el tiempo de trabajo necesario y el tiempo de trabajo excedente (el que se trabaja gratis generando la plusvalía para beneficio del sector empresario/capitalista).
Gráfico IV: Tiempo de trabajo
pago e impago, en jornada
de 8 horas diarias. 2º
Trimestre 2016. Total Nacional.
Dada la extraordinaria magnitud de la apropiación del excedente
generado por los trabajadores una vez que la maquinaria capitalista entra a
funcionar, se deduce entonces la viabilidad de efectuar aumentos salariales sin
necesidad que éstos tengan un impacto en los precios.
5) Distribución del ingreso
La distribución del ingreso en la Argentina es una de las variables más
polémicas y discutidas que existen en nuestro país. Hubo una época que lo
elaboraba una oficina específica del Banco Central, luego pasó a ser tema del
Ministerio de Economía y ahora forma parte del sistema del INDEC. Como se trata
de mostrar qué parte del PBI se lleva cada clase social que contribuyen a su
formación, durante muchos años fue secreto estadístico y en otras épocas se
dejaron de publicar porque directamente la orden fue dejar de medir esta variable
trascendente ya que puede revelar cosas que a la burguesía no le gusta mostrar,
vale decir, cuánto ganan, y sobre esa base cuánto pueden pagar de impuestos y
cuánto pueden aumentar los salarios. Este punto el informe lo analiza desde dos puntos de vista: desde la
producción y en términos globales.
Desde el lado de la producción, es decir, el lugar que ocupa dentro del
PBI, el estudio indica que pese al crecimiento registrado entre 2003 y 2015, la
participación salarial en el PBI no superó el 25%, siguiendo una tendencia
descendiente llegando apenas al 23% del PBI. Y pensar que un trabajo muy
conocido del Banco Central la participación salarial era del 48% en 1974.
De acuerdo con sus cálculos, trabajo considera que como consecuencia de
la pérdida salarial, la transferencia que recibió el sector empresario de los
trabajadores ascendió a la astronómica suma de 68 mil millones de pesos que
surge del gráfico cuadro I.
Gráfico V: Transferencia de
ingresos de la masa salarial
al excedente bruto de
explotación. 2015-2016.
El otro punto de vista (en términos generales), muestra la brecha de
ingresos entre el decil o nivel más bajo con el decil o nivel más alto y donde
se puede ver mejor la disparidad de los ingresos que mide la estadística donde
se comprueba la regresividad de ésta entre los más pudientes y los más pobres.
Así el informe indica que: “La brecha ingresos entre el decil más rico respecto
al más pobre ha escalado a un nivel aún más alto. Este pasó de 17,66 veces a 22,17 veces lo cual indica que la brecha se extendió en un 25%.”
Casi todos los estudios sobre distribución del ingreso se amplían con
la estimación del coeficiente de Gini que mide su grado de desigualdad entre 0
(que expresa la mayor igualdad) y 1 (que expresa mayor desigualdad). En la
Argentina, este coeficiente ha pasado de 0,43 a 0,46. La conclusión para el
estudio del IPYPP es este punto es que: “a pesar de los programas sociales de
transferencia de ingresos como las jubilaciones y pensiones, las asignaciones
familiares y el grueso de los programas de asistencia social, la distribución
del ingreso generado a lo largo del último año ha ido en desmedro de los
sectores populares.”
Gráfico VI: Evolución de la
brecha de ingresos
y el coeficiente de Gini.
2015-2016.
6) Condiciones de vida de
los trabajadores
El mayor flagelo social que viene afectando a los trabajadores es sin
duda la pobreza que hoy afecta al 30,3% de la población que abarca a 13.276.730
personas, de las cuales el 6,1% pasa hambre porque están en la miseria. Hablar
de hambre en la Argentina, el país que puede alimentar a 400 millones de
habitantes (10 veces más de las personas que la habitan) es una terrible
contradicción, una increíble verdad que no puede ser que ocurra. Y si ocurre la
culpa debe ser echada a los gobiernos que nada hacen por el pueblo.
Tal como lo decimos siempre, la pobreza en la Argentina reconoce dos
causas fundamentales: la falta de trabajo y la caída salarial y no el aumento
de la inflación como dice el gobierno para desentenderse del tema y así
pretender demostrar que este problema no tiene nada que ver con el ajuste
salvaje puesto en marcha desde diciembre de 2015 que provocó salto del 29,5% al
terminar el 2015 al 32,2% a junio de 2016 que llevaron a este estado a
1.262.245 personas con un fuerte aumento de la indigencia.
El nuevo aspecto relevante que llama la atención el informe en el
problema de la pobreza es lo que llaman su “infantilización” debido a que los datos
que afectan a las personas menores de 18 años son “alarmantes” pues el 48% de
esta franja poblacional es pobre al II Trimestre de 2016 con respecto al 43,8%
que dio un año antes.
Esto es toda la descripción de la situación de pobreza. Ahora veremos
que se propone para resolverla.
Gráfico VII: Tasa de pobreza e
indigencia en
la población total e
infanto-juvenil. 2015-2016.
7) Una propuesta para resolver
la pobreza
La República Argentina es un inmenso y rico territorio que no puede
admitir ni pobres ni personas que pasen hambre porque tiene capacidad de
producir alimentos para 500 millones de personas y le sobra capacidad
productiva. El problema de la pobreza es una cuestión de resolución política,
de estar decididos y predispuestos la clase gobernante a solucionar
definitivamente esta cuestión que nadie quiere solucionarlo. Y esta solución
para por tocar los intereses económicos que mantienen y sostienen este cuadro
dantesco.
Uno desearía la solución revolucionaria: abolir el capitalismo,
derrocar a las clases capitalistas, nacionalizar la banca, el comercio
exterior, las fábricas y la propiedad de la tierra. Mientras esta vía no pueda
llevarse a cabo por no tener el poder para gobernar, solo queda la vía
impositiva que también es una forma revolucionaria dentro del marco capitalista
si se logra domesticar a las grandes empresas en su comportamiento fiscal.
La propuesta del IPYPP para resolver el problema de la pobreza consiste
en una redistribución del PBI en dos situaciones. La primera a nivel global con
el fin de eliminar los 13,3 de pobres que hay en la Argentina se basa en
destinar el 6% del PBI con fin de atender este cuadro. La segunda también
implica destinar el 0,5% del PBI para eliminar el hambre en la Argentina.
Ello implica políticas fiscales y monetarias expansivas que destinen
recursos del Estado hacia estos sectores muy necesitados con el consiguiente
choque y fuerte oposición de los economistas del capitalismo salvaje que
pondrán su máquina propagandística contra estas medidas porque según ellos
aumenta el déficit fiscal. Lo que no dicen es que necesitan de esta situación
se sostenga eternamente en el tiempo para usarlos como fuente de votos como ha
sido la constante de los gobiernos burgueses en la Argentina.