El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

miércoles, 2 de septiembre de 2015

LA INVASIÓN YANQUI A SUDAMÉRICA

Por Sergio Daniel Aronas – 03 de septiembre de 2015

En el día de hoy arribó a las costas de Lima en la capital de la República del Perú, el poderoso portaaviones USS Washington con 3.200 marines a bordo, según lo estipulado en el acuerdo militar firmados por los gobiernos de los Estados Unidos y el Perú.

Comenzó silenciosamente la invasión de América Latina con llegada al Perú de 3.200 marines de los Estados Unidos a bordo del portaaviones USS Washington y que ningún medio hizo referencia. Parafraseando al Libertador Gral. San Martín justamente cuando se retiraba del Perú en 1822 debemos decir hoy con más claridad posible que la presencia de esta fuerza militar invasora es temible para las nuevas naciones que se constituyen y más cuando vienen no a "combatir" sus negocios predilectos como el terrorismo y el narcotráfico sino a fortalecerlos. Prueba de ello son las ocupaciones en Afganistán, la demolición de Libia, la guerra salvaje contra Siria donde nació esa criatura llamada ISIS, un engendro del imperialismo del que ahora se limpian las manos y se "conmueven" con la crisis migratoria que ellos causaron.

Para los Estados Unidos, América Latina sigue siendo una región de tremenda importancia a pesar de lo que muchos piensan en cuanto a que el imperialismo se la “olvidado” de su patio trasero. Nunca dejaron de mirar a nuestros países incluso cuando su estrategia invasora a partir de los atentados de septiembre de 2001 se dirigió hacia Medio Oriente, Asia y el golfo Pérsico. Y es así como diversas fundaciones e instituciones pedían el reforzamiento de la presencia de los Estados Unidos en América Latina, especialmente con la derrota del proyecto del Área de Libre Comercio en América (ALCA) en noviembre de 2005 que fue un duro golpe a los intereses imperialistas.

El acuerdo al que arribaron los gobiernos de Perú y Estados Unidos forman parte de la estrategia global de dominación del imperialismo y el permanente objetivo para tener una presencia activo en la región. Bajo el pretexto de los nuevos fantasmas que recorren el mundo, el gobierno de los Estados Unidos se cree autorizado para imponer sus doctrina y puntos de vista en materia de seguridad hemisférica, el crimen organizado que vendría del narcotráfico, el terrorismo internacional y local, que en el país andino sigue latente en la zona del VRAE (acrónimo para el valle del río Apurimac y Ene), y el peligro que para la seguridad representan los yacimientos de uranio que existen en su territorio. Esta es la clave del entendimiento bilateral USA-Perú y decimos pretextos porque no existe un socio más inseguro y peligroso para la paz mundial que los Estados Unidos porque cuando se hablan en nombre de la democracia, lo hacen para garantizar el desenvolvimiento de sus empresas multinacionales que al contar con apoyos militares de esta envergadura, pone en peligro la paz del país que los recibe.

En América Latina durante los años que el gobierno de Ronald Reagan combatió a la revolución sandinista y a los movimientos insurgentes como el Frente Farabundo Martí para Liberación Nacional (FMLN), los países limítrofes con Nicaragua y de El Salvador fueron convertidos en bases militares estadounidenses debido a los numerosos asesores y oficiales de la marina y del ejército USA que entrenaban a ejércitos de la región en contrainsurgencia y sembraron de narcóticos los campos destinados a la agricultura.

¿Para qué van al Perú? El estado peruano es un inmenso país sudamericano con fronteras en varios puntos calientes de la región como ser la frontera con Ecuador con el que fue a la guerra en 1995 en la disputa por la cordillera del Cóndor; con Colombia por el problema de la guerrilla de las FARC que utilice territorio peruano como base de operaciones, del modo en que lo hizo con Ecuador y una incursión aérea colombiana terminó con la vida de Raúl Reyes, el responsable de las relaciones internacionales del grupo armado colombiano; con Chile mantiene un centenario conflicto derivado de la derrota militar en la guerra del Pacífico entre 1879 y 1884 porque aun no se han puesto de acuerdo en la limitación de las fronteras marítimas y frente a Bolivia con quien tuvo alianzas durante varios años en el siglo XIX es actualmente una plaza muy importante para las inversiones de las empresas peruana y dada la mediterraneidad boliviana, el Perú le ofrece una salida al Pacífico según el Convenio de Ilo de 1992. El problema lo tiene Estados Unidos con el gobierno boliviano de Evo Morales con el cual tuvo muchos encontronazos, especialmente por la decisión de sus gobierno de expulsar al embajador de los Estados Unidos y a sus tropas instaladas por las mismas razones por las que arribaron al Perú. No sería ninguna temeridad pensar que las tropas de marines USA inciten actos provocativos en la frontera entre estas dos naciones. Y cuando hay ruido en las fronteras, los tambores de guerra amenazan la paz de nuestros países.

Aquí la única amenaza a Nuestra América son las tropas imperialistas y criminales de los Estados Unidos que nadie las quiere, no las necesitamos y repudiamos vivamente su presencia en Sudamérica porque representan la barbarie, la degradación de la vida en sociedad, son la muerte y eso lo que siempre han sembrado en todos los países que han invadido, destruido y demolido.

Son las fuerzas imperialistas y genocidas de los Estados Unidos juntos con las de la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN) las únicas culpables y responsables directas de la agravación de los problemas que existen en el mundo. Para el imperialismo la única opción siempre ha la guerra porque tiene una ideología militarista y agresiva de su política exterior elevada a la categoría máxima de estrategia como nación más allá de quien gobierne sea los demócratas o republicanos. Y en esto hay infinidad de ejemplos acerca de cómo la diplomacia de las conversaciones fue reemplaza por la diplomacia de las cañoneras. Recordemos todo el proceso que llevó a la invasión de Iraq en marzo de 2003 cuando Estados Unidos rechazó toda posibilidad de encontrar una salida negociada y ni aceptó reuniones bilaterales con el gobierno iraquí y directamente fue a la guerra en una acción punitiva y unilateral.

América Latina no necesita que los Estados Unidos nos mande un portaaviones lleno de criminales e invasores como son estos marines cuya foja de servicios están manchadas con sangre de ciudadanos de muchos países. En los últimos años, hemos podido darnos instituciones y mecanismos de integración regional en toda América sin contar con la tutela o protección del socio mayor que son los Estados Unidos y aun con las diferencias que existen entre los gobiernos, se ha podido mantener un nivel de relaciones, un nivel de intercambio comercial como nunca se vio desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Esta es la primera expresión concreta de los motivos por los cuales el Alto Mando Militar de los Estados Unidos decidió restablecer a la IV Flota para surcar los mares australes y no olvidemos jamás de que la principal base militar de la OTAN es la fortaleza Malvinas que cuenta con el apoyo político y militar estadounidense y de la Unión Europea.