EN EL CENTENARIO DE LA GRAN
REVOLUCION RUSA DE 1917-NOTA I
Por Sergio Daniel Aronas - 03 de octubre de 2017
El triunfo de la Revolución
Socialista de Octubre de 1917 que este año celebra su primer centenario, marcó
el inicio del camino de la humanidad del capitalismo hacia otro sistema de vida
y desarrollo que fue el socialismo, de gloriosa memoria. Cada año que
transcurre se pone en evidencia con gran fuerza, la colosal grandeza de esta
victoria, su influencia sobre la evolución del proceso revolucionario mundial y
sobre los destinos de los pueblos. Esta fue la esencia del contenido de esta
primera revolución dirigida por Vladimir Lenin al frente del Partido Comunista
(b) de Rusia ("b" de bolchevique).
Hay que decirlo sin miedo porque
la Revolución Rusa de 1917 fue una gran revolución, un acontecimiento
extraordinario, un hecho inaudito en la historia de los pueblos, un suceso que
conmocionó y conmovió al mundo como escribió el comunista estadounidense John
Reed en su magnífico libro: “Diez días que conmovieron al mundo”. Y fue
revolución en todos los sentidos y para darse cuenta de su importancia
internacional fue la respuesta inmediata del imperialismo para lanzar sus
fuerzas militares invasoras contra la naciente República Soviética que movilizó
a los ejércitos de 14 naciones capitalistas, incluyendo un poderoso contingente
de los Estados Unidos que fueron derrotados. Quizás ese haya sido el único
enfrentamiento militar entre soviéticos y estadounidenses en toda la historia
de las relaciones diplomáticas entre ellos porque luego la guerra fría fue la
disputa por la carrera de armamentos, la
emulación económica, la lucha ideológica entre los dos sistemas, pero nunca
llegaron a enfrentarse en el campo de batalla como durante la guerra civil
rusa-
Su terrible final -advertido por
el genio del camarada Fidel Castro- fue el resultado de una decisión tomada por
una camarilla de traidores cuyo culpable principal fue el señor Mijail
Gorbachov sobre el cual algún día se sabrá si fue un agente del imperialismo
por su declarada amistad con conspicuos dirigentes imperialistas como Margaret
Thatcher cuyo discurso en Houston en noviembre de 1989 precipitó la ofensiva
secreta del imperialismo para derrocar al sistema soviético. Y no solo eso sino
que es conocida la alegría manifestada por la Dama de Hierro británica al
enterarse del nombramiento de Gorbachov en marzo de 1985 como nuevo Secretario
General del Partido Comunista de la Unión Soviética y Presidente del Presidium
del Soviet Supremo de la URSS.
Todavía no se han desclasificado los documentos
secretos acerca del derrumbamiento de la Unión Soviética, pero estoy plenamente
convencido de que aquella acción ultrasecreta de la CIA contra el departamento
internacional del PCUS en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado bajo el
código “Operación Solo” habrá tenido alguna influencia en la formación de los
futuros cuadros que seguían en la línea sucesoria tras la muerte de Konstantín
Chernenko. Ahí estaban Mijail Gorbachov, Grigoty Romanov, Mijail Ziamanin, Iván
Kapitonov, Nikoali Rizhkov y la elección recayó en el "joven" ascendente miembro del Buró Político Gorbachov, responsable nacional de la estrategia agrícola soviética y sobre la cual venía trabajando hace varios años.
Varias veces escribí sobre este tema y es algo que seguiré insistiendo porque ni siquiera el propio Gorbachov jamás se arrepintió de su traición, nunca explicó porque tiró la toalla cuando meses antes una elección nacional de los pueblos de la Unión Soviética habían refrendado y sostenido mantener la unidad del estado soviético tal como estaba hasta su final. Y hay que decir que el imperialismo realizó una operación de demolición de la URSS como una obra macabra del terror magníficamente planificada-
Lo que siguió a esta derrota de
la aun no se ha recuperado el movimiento comunista internacional, fue el saqueo
más despiadado de un país poderoso por más de 500 mil millones de dólares, fuga
de cerebros, privatizaciones de las grandes empresas estatales soviéticas,
entrega de patrimonio, de secretos militares, científicos y tecnológicos; de
recursos y riquezas inmensas para que el capitalismo salvaje -que nunca dejó de
conspirar contra la URSS- pudiera regresar reconquistando el poder y
destruyendo una unidad multinacional y multétnica de más de 100 naciones.