SOBRE LOS ATENTADOS EN FRANCIA
Por Sergio Daniel Aronas – 14 de noviembre de 2015
La noticia sobre los atentados sucedidos ayer
13 de noviembre en Francia, sacudieron no sólo la capital francesa, sino que
golpeó en todas las rotativas de los diarios, revistas, periódicos, noticieros
de la radio y la televisión mundial. También las llamadas “redes sociales” de
internet se conmovieron por este hecho sorpresivo e inesperado.
Los atentados en Francia son el resultado de su
política exterior, con su larga historia de intervenciones militares en Asia y
África. Bombardean Siria, Iraq y Afganistán, invaden el Congo y los muertos que
ellos provocan no salen en los diarios ni lo lamentan la caterva de miserables
que ahora lloran por los muertos de París y proclaman venganza sagrada.
Junto a los Estados Unidos dentro de la OTAN,
han reclutado, entrenado y formado las unidades de combate de esa banda
criminal y asesina que con el paso del tiempo pasó de llamarse ISIS (Estado
Islámico en Siria e Irak) para convertirse en EI (Estado Islámico) que enviaron
para derrocar al gobierno de Libia y Siria en el marco de la estrategia global
de “cambio de régimen”. Con Libia pudieron cuyos desastroso resultados no dicen
ni una palabra los mentores de los 120.000 civiles muertos por la acción de los
ataques aéreos de la que Francia participó activamente, ataques aéreos que el
criminal de guerra y Secretario General de la OTAN en 2011, Anders Rasmussen
los calificó cínicamente como “bombardeos humanitarios”.
El problema que se presenta ahora a los
directores de esta orquesta asesina sentados cómodamente en sus palacios de
Europa y de los Estados Unidos, es que como la resistencia siria exacerba los
nervios del imperialismo porque no pueden derrotar al gobierno de Bachir Al
Assad y con la entrada de Rusia en el conflicto, se ven obligados a cambiar sus
planes operativos.
Las razones para entender lo que pasó en París
hay que buscarlas en las consecuencias que tiene este intervencionismo recurrente
y en el fomento de guerras imperialistas contra países que no representan
ninguna amenaza a la seguridad ni de Francia ni de los Estados Unidos ni de
nadie. Son esas políticas de seguir los planes globales de los Estados Unidos
las que generan contragolpes o represalias por parte de los mismos grupos que
ellos contribuyeron a forjar debido a que estos logran desarrollarse de tal
forma que entran en competencia en los negocios y en el saqueo de las riquezas que
el imperialismo pretende defender para sus multinacionales. Esto se verifica en
los territorios que EI tiene bajo su control donde existen grandes reservas de
petróleo que utilizan para financiar sus guerras de conquista. Y esas
exportaciones a precios ilegalmente bajos, tiene como contrapartida que
aquellos países que les compran ese crudo, son tan ilegales y cometen todo tipo
de violaciones a las normas del derecho y del comercio internacional. Esa es la
principal fuente de los recursos económicos y monetarios de esta banda
terrorista genocida y si nadie les comprara ese petróleo se quedarían sin su
fuente principal de ingresos. Pero esos países no lo hacen y siguen les
comprando.
Francia está cosechando lo que ha sembrado y
es su pueblo inocente como los que ellos matan con sus bombardeos en otros
países, los que caen víctimas de este terrorismo bestial. Las acciones del
gobierno de Francia al meterse en los asuntos sirios está recibiendo la respuesta
no deseada de sus propias decisiones internacionales que apuntan al
derrocamiento del actual gobierno de Assad, a la eliminación de sus principales
dirigentes y poner en sus manos todos los medios económicos que la nación siria
posee. Y la OTAN en lugar de invadir con sus soldados, es que utiliza el
mecanismo empleado contra la ex Unión Soviética en la guerra afgana de 1979 a 1988,
de emplear fuerzas mercenarias de países musulmanes dispuestos a combatir por
una causa que tiene una base religiosa. Y ahora hicieron lo mismo con la
terrible diferencia para los imperialistas, que la monstruosa criatura que
ellos crearon se les volvió en su contra-
Para realizar un ataque de semejante nivel de
coordinación y que ninguno de los servicios de inteligencia y seguridad franceses
pudiera detectarlos, es que tiene que haber algún eslabón del sistema que está
funcionando mal o directamente no funciona.
El pueblo francés pagará con el recorte de
libertades y la sanción de su propia ley patriótica, por la brutal política
exterior de su gobierno, a su arrogancia agresiva, a su militarismo
desenfrenado y a su intento de recuperar una estirpe imperial que no tiene nada
que ver con el verdadero significado que tiene Francia para el mundo con sus
consignas de libertad, igualdad y fraternidad que hace rato han sido sepultadas.