UN ANALISIS SOBRE LOS RESULTADOS DE LAS
ELECCIONES PRIMARIAS EN LA ARGENTINA
Por Sergio Daniel Aronas – 25 de agosto de 2013
Introducción
Las elecciones
primarias realizadas en la Argentina el pasado domingo 11 de agosto arrojó
varios resultados que evidencia un estado de disconformidad de amplios sectores
de la población, especialmente de las capas medias y de grupos de trabajadores
de altos ingresos que con su voto castigaron la política del gobierno. Los
primeros fundamentalmente por las trabas e impedimentos a ahorrar y comprar dólares
que es el paraíso y refugio de acumulación originaria de esta burguesía que no
tendría ningún prurito en votar a un fascista o apoyar una dictadura terrorista
con tal de garantizarle su economía de despilfarro. Las movilizaciones
callejeras de protesta que convocaron en los últimos meses a través de los
llamados “cacerolazos” tanto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como en
otras capitales provinciales, pusieron de manifiesto una especie de cansancio,
bronca y fastidio contra las políticas del gobierno y con un particular
ensañamiento hacia la Presidenta de la Nación con calificativos impropios para
una mujer.
En cuanto a los sectores
populares que esta vez le quitaron su apoyo como en otras elecciones, se trata
de trabajadores, que por increíble que parezca, que tienen salarios que superan
el mínimo no imponible de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias y
las empresas están obligadas a descontarles de sus recibos la parte
proporcional del impuesto. La voracidad impositiv9)a del actual gobierno cuya
recaudación apunta a los pagos de la deuda y compromisos externos, hace que la
máquina recaudadora no respete a quienes vienen de un único ingreso por el
trabajo que realizan y considerar al salario como ganancia es una aberración
jurídica inadmisible. El gobierno se ha negado reiteradamente a suprimir la
norma que obliga a las empresas a descontar a sus trabajadores el aberrante
impuesto a las ganancias. En cambio, no hace absolutamente nada para imponer
este tributo a todas las rentas financieras que están completamente libre de
pagar impuesto alguno. En un sentido más académico e histórico, leyendo
escritos de Karl Marx, cuánta razón tenía él cuando afirmaba que la política
financiera de los gobiernos burgueses se realizaba a costa de los trabajadores
y en siempre vigente “El Capital” da una definición contundente y que es la
fuente y explicación de porqué sucede esto cuando decía que “la sobrecarga de
los impuestos no es una incidencia sino un principio”.
Nuestro estudio de
las elecciones tendrán cuatro puntos centrales: en primer lugar, vamos a dar a
conocer qué son las PASO; en segundo lugar, los resultados generales y su
repercusión en el gobierno; en tercer lugar, el voto de la oposición de
derecha; el cuarto punto será analizar la elección de la izquierda en general y
en particular y por último brindaremos unas conclusiones acerca de las
tendencias que se abren en la Argentina a partir de este momento político.
1) ¿Qué son las PASO?
Las “PASO” es la
sigla de elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias por las
cuales el voto de la ciudadanía define las candidaturas de los postulantes de
los partidos políticos que van a participar en elecciones generales para la
renovación del 50% de la Cámara de Diputados (127 sobre un total de 257) y un
tercio de la Cámara de Senadores (24 sobre un total de 72), ya que de acuerdo a
la Constitución Argentina los diputados se renuevan cada 2 años por mitades y
su elección se basa en proporción a la población que lo vota sobre la base de
distribución de Dont. Pero los senadores se renuevan cada tres años cuyos
mandatos duran 6 años (antes de la reforma de 1994 duraban 9 años en el cargo y
solo era 2 por provincia). Por primera vez se realizan para la renovación de
las bancas de las dos cámaras del Congreso Nacional, ya que la anterior de 2011
solo se hizo para determinar los candidatos a presidente y vice.
De acuerdo a la
Constitución Nacional, en la Argentina, el diputado se lo define como
representante del pueblo y al senador lo son de las provincias. A partir de la
reforma de 1994 se establecieron 3 senadores, ya que la idea del tercero es que
sea elegido por la minoría.
Por otra parte, los
cargos a renovarse en todas las provincias son: 2 gobernadores y vice (en
Santiago del Estero y Corrientes); 323 diputados provinciales y 76 senadores.
Las primarias en la
Argentina tienen el carácter de ser una votación en la cual los ciudadanos
confirman las listas de los candidatos de los partidos que se van a elegir en
elecciones generales del 27 de octubre. Esta es la característica principal de
este tipo de votación que no se circunscribe a los afiliados de cada agrupación
política sino que todos pueden elegir la mejor opción que considere. Para eso
los propios partidos tuvieron su propia elección de candidatos aunque mucho ya
vino digitado desde las esferas más altas de esos. El primer antecedente de
esta modalidad la realizó el Partido Comunista con el Movimiento al Socialismo,
integrantes de la coalición Izquierda Unida, en diciembre de 1988 para determinar
los candaditos a presidente y vice en las elecciones que tuvieran lugar en
1989. Ahí se propició que podía votar todos los ciudadanos estén o no afiliados
a esos partidos y la jornada fue exitosa por el alto grado de participación.
Luego otras agrupaciones hicieron lo mismo cuyo ejemplo más recordado fue la
interna abierta que se realizó para establecer las candidaturas del Frente
Grande con motivo de las presidenciales de 1999.
En el cuadro que
presentamos a continuación mostramos en la primera columna los cargos a renovar
en diputados en todos los distritos electorales de la Argentina y la segunda la
cantidad total que aporta cada provincia.
Fuente:
Elaboración propia.
2) Resultados generales de las elecciones
Los resultados de
las elecciones han provocado un fuerte cimbronazo en la cúpula del gobierno
porque confiaban en repetir los números de los comicios de 2011 donde
consiguieron el famoso 54% al lograr más de 11 millones de votos y aventajando
por más de 25 puntos al segundo. En esta oportunidad se produjo una huida del
oficialista Frente para la Victoria en más de 4,7 millones de votos alcanzando
apenas el 26% del electorado, lo cual implica para el gobierno una caída
porcentual del 52%. Visto así se puede decir que esta pérdida es una catástrofe
y una durísima derrota electoral del gobierno porque perdió en provincias muy
importantes donde era un bastión imbatible. El impacto de esta derrota es un
serio llamado de atención porque este gobierno había logrado un alto consenso
mayoritario gracias a sus políticas económicas y sociales que beneficiaron a
muchos sectores de la población, sobre a los trabajadores por los aumentos de
sueldos, a los jubilados por los aumentos en sus haberes; en la asignación
universal por hijo y en toda una serie de leyes referente a cuestiones civiles,
educativas, de medios de comunicación y sobre derechos humanos.
No cabe duda que un
factor decisivo en la caída de la simpatía del electorado por el oficialismo
fueron sus medidas económicas como el cepo cambiario, el personalismo de la
propia Presidenta y reiterados casos de corrupción denunciados contra su
vicepresidente y otros funcionarios del gobierno. Los accidentes en los medios
de transportes por falta de políticas estatales que aseguren un servicio de
calidad, eficiente y seguro, provocaron la ira en muchos ciudadanos por la
desidia del gobierno cuya indiferencia significa que no le importa la vida de
los demás. Por supuesto, que el gobierno puede decir todo lo contrario. Pero el
pueblo juzga, toma examen y aprueba o castiga por los hechos cotidianos donde
se verifica la ausencia absoluta del estado y que nada hace para mejorar este
servicio vital para millones de personas.
La política
económica de este gobierno a nivel estructural sigue sosteniendo el modelo
monoproductivo de la soja como principal mercancía de exportación con todos los
efectos destructivos y perniciosos que este tipo de producción agropecuaria
está provocando en la Argentina: despoblación, pauperización del campesinado,
deforestación, tala de bosques. Es decir un cuadro dantesco que se ha
fortalecido gracias a la crisis en los Estados Unidos y Europa y a la creciente
demanda de la locomotora china. A eso se suman los proyectos de la megaminería
a cielo abierto que un país como el nuestro que no es precisamente un país
minero como Bolivia o Perú, desarrollar este tipo de emprendimiento atenta
contra el medio ambiente, los recursos hídricos y la protección del suelo. La
historia de la Argentina está llena de muchas de siniestra aventuras que
terminaron en un espantoso fracaso. Y como si esto fuera poco, la firma de los
acuerdos con la multinacional petrolera de los Estados Unidos, Chevron para la
explotación y exploración de los recursos energéticos en la zona de Vaca Muerta
en la riquísima provincia de Neuquén, es escandaloso por los métodos de producción
que se autorizan a aplicar donde el método del fracking es terriblemente
peligroso por las concesiones que se le dan a la empresa privada y por las
ventajas impositivas y de seguridad que se le brindan a Chevron para
garantizarle ganancias fabulosas que superan en varios puntos los que se
aprobaron marcha cuando se realizaron las privatizaciones de las empresas públicas
en los años noventa del siglo pasado. Lo más llamativo de ese acuerdo es el
carácter secreto que derivó en la publicación del decreto 929/13 para dar
rienda suelta a la puesta en marcha de este proyecto. Además está lo que ya
nombramos más arriba referente a la liquidación de ganancias para los empleados
en relación de dependencia, lo cual puso furioso a buena parte de ellos que por
ganar esos sueldos merecidamente que superan el mínimo no imponible y no por
ser una especie de “casta” o “aristocracia obrera” tienen que sufrir la
imposición de un impuesto que no nació para gravar salarios. Ahí es como se ve
con claridad la política de clase de esta burguesía dominante que dice defender
los intereses de los trabajadores. ¿Y adónde la recaudación de este impuesto de
los bolsillos de los trabajadores? Va a parar al total de la recaudación fiscal
que se junta con otros dinerillos que necesitan para pagar los compromisos de
los intereses de la deuda externa que sigue teniendo la Argentina.
Fuente: www.elecciones.gob.ar
El partido gobernante, el Frente
para la Victoria, tiene la particularidad de ser un partido con presencia en
los 24 distritos nacionales y obtuvo resultados dispares: perdió en la Ciudad
de Buenos Aires, en la Provincia de Buenos Aires, en Córdoba, Catamarca, Santa
Fe, Mendoza, Misiones, Corrientes, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Salta, Santiago
del Estero, La Rioja, San Juan y San Luis (total 16). En las provincias que
triunfó fueron: Entre Ríos, Jujuy, Río Negro, Tucumán, Tierra del Fuego, Chaco,
Formosa (total 7). En la provincia de La Pampa, la lista del Partido
Justicialista no llevó candidatos proclives a la Casa Rosada.
Fuente: www.elecciones.gob.ar
Así y todo la dura
derrota para el gobierno en cuanto a la pérdida de votos, quizás no repercuta
tanto en la pérdida de cargos electivos, ya que la proyección estimada le
permitiría ganar más diputados que cualquier otra agrupación del país. El Frente
para la Victoria se presentó a esta elección primaria como una agrupación
formada por 12 partidos políticos que pasamos a enumerar: el Partido
Justicialista, el Frente Grande, Partido de la Victoria, Intransigente,
Comunista, Conservador Popular, Humanista, Partido Solidario, Partido Corriente
de Liberación e Integración Nacional (Kolina), Movimiento Justicia y Libertad,
Encuentro por la Democracia y la Equidad y el Partido por la Soberanía Popular.
Es un conglomerado de partido de izquierda y de centroizquierda que se unieron
al proyecto lanzado por Néstor Kirchner en 2003 y continuado por su esposa
Cristina que va a terminar su segundo mandato en 2015.
En el cuadro siguiente se presenta una simulación acerca de la
asignación de bancas a los partidos que obtuvieron votos para acceder a la
cámara de diputados. Sabiendo que se renuevan 127, el Frente para Victoria si
en octubre consigue los mismos votos que en las primarias, tendría 39
diputados, es decir, un tercio de las bancas en disputa. En total serían 31
agrupaciones las que llegarían a la Cámara de Diputados, de los cuales 24 (73%)
serían provinciales y apenas 7 son partidos nacionales, en el sentido que se
presentaron en más de 2 distritos. De los 257 diputados del Congreso, el
gobierno posee 112 legisladores propios más otros 23 de partidos aliados con lo
que tiene la mayoría de la Cámara (135) y el quorum suficiente para sesionar. En las elecciones del 27 de
octubre renovará 47 bancas, de las cuales 34 son propias y 13 de sus grupos
afines. De mantenerse la tendencia de los resultados de las Primarias, el
Frente para la Victoria podría llegar a alcanzar unas 40 bancas propias y 8 de sus
aliados, lo cual significa que obtendría una banca más el próximo 27 de
octubre.
Mientras, en la Cámara de Senadores, el Frente para la Victoria tiene 40
bancas, de las cuales 33 son propias y 7 de partidos aliados. En octubre pondrá
en juego 12 escaños propios y 3 de aliados (15). Y si la tendencia de las Paso
sigue firme, el gobierno mantendría las bancas que arriesga e incluso podría
sumar una más.
Fuente: Elaboración
propia sobre datos de: www.elecciones.gob.ar
3) El voto de la oposición
Toda la oposición de derecha y centro derecha que se presentó en estas
primarias, basó su campaña electoral en criticar al gobierno por todas las
medidas que ha tomado y que está tomando en todas las cuestiones que preocupan
al pueblo. Es decir, que desarrollaron una campaña pensada para las
presidenciables de 2015 y no en los proyectos de leyes que debería presentar en
caso de ser elegidos. Y tanto la publicidad como las “ideas” que presentaron
fueron paupérrimas con un grado tal de incoherencia que nadie sabía distinguir
uno de otros, salvo por las caras de los candidatos. En la mezcla de partidos
opositores al gobierno, aparece triunfante el Frente Renovador por su victoria
sobre el partido del gobierno en varios distritos importantes, especialmente en
el reducto donde se originó que es la provincia de Buenos Aires, la más importante
de la República Argentina. Su principal figura, Sergio Massa es un intendente
del partido de Tigre, un lugar poblado de barrios cerrados, clubes deportivos,
countries, quintas, casa quintas, que la dan una configuración altamente aristocrática y con una población
que destila un odio pestilente al gobierno en general y a la presidenta en
particular. Este intendente al igual que el riojano Carlos Menem obtuvo una
victoria sin decir absolutamente nada de los proyectos de leyes que iba a
presentar. Nunca se definió en cuestiones claves de la política económica y
social cuando era entrevistado en los miles de reportajes televisivos, radiales
y gráficos. Y fueron estos medios de comunicación fueron su principal fuente de
sostenimiento para una candidatura que le viene como anillo al dedo a nuestras
clases dominantes que buscan un político joven, vivaz y con iniciativa. Lo de
iniciativa estuvo ausente por la falta total de ideas sobre que se propone
legislar. Es un candidato absolutamente insípido, que utiliza un lenguaje
extremadamente simple, sin rigor analítico y que sola habla y no dice nada.
Los sectores dominantes de la Argentina han participado con fuerza en
esta elección y festejan con alegría más la derrota del gobierno que su propio
triunfo según como se lo mire. La derecha está muy dispersada en varios
partidos, frentes y agrupaciones que si sumamos a todos ellos alcanzan el 55%
de los votos para la elección de diputados. Por lo tanto, hay una migración del
54% de la elección de 2011 a este sector que a través de sus principales
partidos y referentes buscan recuperar el terreno perdido. No es casual que el
intendente de Tigre haya lanzado su verdadero discurso de campaña ante los
empresarios, esos furibundos patriotas que su mirada de país está en relación
directa con los negocios y beneficios que puedan obtener y si a eso se agrega
la posibilidad de retornar a ciertas actividades que fueron liquidados por este
Gobierno, harían todo lo posible para apoyarlo. De ahí que Massa sea un
candidato ideal para la defensa de los intereses de los grandes grupos de
empresas de la Argentina y si eso le sumamos sus buenas relaciones con la
embajada de los Estados Unidos, estamos ante un hombre que encuadra
perfectamente con los perfiles que el imperialismo busca en cada a la hora de
seguir influenciando en la política de cada país.
Esta la versión bien derechista y pro neoliberal que necesita las clases
dominantes, el tristemente célebre establishment, para recuperar posiciones
perdidas, impulsando detrás de la figura de Massa, pesos pesados como
empresarios al estilo De Mendiguren, partidario de la devaluación, a Martín
Redrado, antiguo golden boy y que conoce mucho del mercado de capitales de la
Argentina y con vínculos en los Estados Unidos porque estudió y trabajó allí,
al economista Roberto Lavagna, el cerebro del canje de los títulos de deuda de
2005. El peronismo que encarna Massa con sus aliados y sus apoyos nada tiene de
renovador, sino que va a significar una regresión del capitalismo neoliberal
más terrible y que tantos desastres causó a la Argentina. Otros de los
acompañantes de Massa es el ex secretario de Agricultura del gobierno de Carlos
Menem, el ingeniero agrónomo Felipe Solá, ex gobernador de la provincia de
Buenos Aires y uno de los responsables del proceso de sojización de la
agricultura argentina. También cuenta con el apoyo del ex Jefe de Gabinete de
los gobiernos Kirchner, Alberto Fernández que ha convertido en un fuerte
opositor a la actual administración gobernante y todos estos dirigentes se le
unen burócratas sindicales de dudosa trayectoria en defensa de sus
trabajadores. Este el conjunto de los principales cuadros políticos que rodean
al mejor candidato de las clases dominantes (el llamado establishment) y que
cuenta con poderosos aportes de medios de comunicación, con lo cual su
presencia en dichos medios se hace insportable pero es efectivo a la hora de
ganar votos. El problema es que este partido no habla, ni dicen que van a hacer
porque seguramente si dicen lo que van a hacer nadie los votaría. Esta es la
trampa y el secreto que se esconde detrás de este candidato porque si no tiene
nada que ocultar, si no tiene nada secreto, pues entonces, que hable y diga no
sólo que proyectos de leyes planteará en el Congreso sino quiénes son sus vínculos
políticos.
En cuanto a la otra fuerza tradicional de la Argentina, la Unión Cívica
Radical logró un bajísimo caudal electoral a nivel nacional y aunque consiguió
un primer puesto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no deja lugar a dudas
de su pobre elección. Ahí presentaron cuatro listas con una ensalada ideológica
de lo más variado que terminaron peleándose entre ello. Su sigla UNEN fue una
típica expresión de todo lo que los des-UNEN a estas agrupaciones porque esta
fue una alianza en la que no sabemos que tienen que ver el Movimiento Libres
del Sur con el gentleman de la banca J.P. Morgan, Alfonso Prat Gay cuya unión
comentamos en enero pasado. Este es uno de los sectores que más celebró la
derrota del Gobierno y no se preocupó tanto por analizar su propia actuación. El
sector radical de Elisa Carrió que en la elección de 2011 se presentó sola con
su Coalición Cívica y tuvo un resultado catastrófico, en esta oportunidad se
alió con Proyecto Sur de Fernando Pino Solanas que apenas un año atrás estos
dos personajes se decían de todo y ahora se juntaron en un movimiento que
provocó una división en Proyecto Sur retirándose Claudio Lozano para formar su
propia fuerza en Camino Popular, como nueva alternativa para la
centroizquierda. Este es un ejemplo de las maniobras de todo tipo que hubo
antes del comicio y que también llevó confusión a mucha gente porque no
entendían esta clase de acuerdos electoralistas. Aun así el Frente Progresista
Cívico y Social que se había formado en torno al socialista Hermes Binner y
peses a la salida de sectores radicales se convirtió en la tercera fuerza
nacional electoral al conseguir el 8,27% de los votos a diputados y quedando
muy rezagados en el voto para el Senado. El FPCS es una continuación del
anterior Frente Amplio Progresista que se formó con el Partido Socialista, el
Partido GEN (Margarita Stolbizer), el Partido Nuevo de Córdoba (Luis Juez),
Movimiento Libres del Sur (Humberto Tumini), Buenos Aires para Todos de Claudio
Lozano, Unidad Popular (Víctor De Gennaro) y Solidaridad e Igualdad de Eduardo
Macaluse. Ahora para las primarias del 2013, las salidas y entradas de nuevos
partidos conformaron el Frente Progresista Cívico y Social que sustentado en la
buena elección en Santa Fe, participaron el Partido Socialista, el Partido Solidaridad
e Igualdad, el Movimiento Libres del Sur, el Partido Demócrata Progresista y la
Alianza por una República Igualitaria (ARI).
La derecha más recalcitrante con aspiraciones presidencialistas como el
partido de Mauricio Macri en la Cuidad de Buenos Aires como del “empresario
peronista” y millonarios Francisco de Narváez estuvieron muy por de debajo de
sus expectativas, lo cual los pone en grandes dudas para el 2015 dada la
imposibilidad que tiene para construir sus partidos a nivel nacional. Salvo que
toda la derecha salvaje argentina, que tiene mucho peso y muchos pesos, se
decida por construir una poderosa fuerza capaz de disputarle seriamente el
gobierno tanto al Frente para la Victoria y sus aliados como a la
centroizquierda. Para eso buscarán alianzas con sectores afines, lo cual no es
nada imposible en este sector político que cuando tienen que juntarse para
derrotar un proyecto y reemplazarlo por el suyo, tiene la habilidad y la
inteligencia de suprimir rápidamente sus diferencias para lanzarse con todo a
la batalla electoral poniéndose énfasis en tres o cuatro ideas que, usando el
aparato infernal de los medios de comunicación, logran imponerlas como ideas de
la clase dominante y convertirlas en temas de debate nacional y ganarse las
mente y las voluntades de miles de ciudadanos. Jamás debe subestimarse a estos
representantes del pensamiento pro imperialista porque ya han gobernado y
aunque sus experiencias fueron desastrosas, en la Argentina hay una población
marcadamente decidida a votarlos, porque
la derecha tiene muchos adeptos y simpatizantes. Y si llegaran a formar
una alianza con el Frente Renovador pueden disputarle seriamente las
presidenciales de 2015 a quien suceda a la actual presidenta Cristina
Fernández.
4) El voto de la izquierda
El voto conseguido por la izquierda en estas elecciones fue la más
importante que ha conseguido en estos 30 años de democracia desde el 30 de
octubre de 1983. Hubo un solo momento de gloria, si se permite este término,
cuando la Izquierda Unida (alianza
formada por el Partido Comunista-PC y el Movimiento al Socialismo-MAS) logró
colocar en el Congreso Nacional en calidad de diputado, al abogado por los
derechos humanos y líder del MAS, el Dr. Luis Zamora, siendo al mismo tiempo el
primer dirigente trotzkysta de la Argentina en
llegar al Parlamento y Silvia Díaz llegó a entrar como diputada
bonaerense. Y hay que decir con toda
justicia que en sus dos años realizó una formidable labor porque además de
estar en todas las sesiones de la Cámara, no dejó de dar la cara en las luchas
de los trabajadores. Se lo recuerda protestando y defendiendo la dignidad del
pueblo argentino, cuando el presidente de los Estados Unidos George Bush Sr era
agasajado por sus pares pronorteamericanos, en un horroroso acto de bajeza
político y moral. Por ese hecho, hubo quienes plantearon expulsar del Congreso.
La otra gran actividad que tuvo fue denunciar los infames acuerdos de Londres
firmados con Inglaterra en febrero de 1990, tratados que fueron la base de las
futuras privatizaciones en la Argentina. Desgraciadamente este experiencia duró
muy poco porque las volvieron a emerger sus típicas disputas que eternizan la
división histórica de la izquierda.
La segunda gran oportunidad que tuvo la izquierda de afianzarse no solo
en lo electoral sino en lo estrictamente político, territorial y estructural a
nivel de todo el país fue en las elecciones presidenciales de octubre de 2001
cuando alcanzaron 1.200.000 con Luis Zamora en Autodeterminación y Libertad y
la nueva versión de Izquierda Unida entre el Partido Comunista y el Movimiento
Socialista de los Trabajadores (MST). Gracias a esta elección, la izquierda
obtuvo una importante cantidad de diputados tanto en el Congreso Nacional como
en legislaturas provinciales y nuevamente los personalismos de sus dirigentes y
el hecho inaudito de que no se puedan sentar a trabajar juntos para construir
un frente de izquierda llevaron a que se disgregara toda esta posibilidad única
de poder fundar en la Argentina un auténtico de frente de izquierda de masas
como un partido para la revolución. Hablar de revolución para algunos es
todavía en la agenda de sus preferencias políticas porque se sienten a gusto
con las prebendas y beneficios que la democracia burguesa le da con sus suculentas
y atractivas dietas (ingresos de los legisladores) como para pensar en un
futuro argentino sobre nuevas bases.
En estas primarias la izquierda tuvo muy bien representada por el Frente
de Izquierda y los Trabajadores, un buen nombre para representar el sector
ideológico anticapitalista, antiimperialista, internacionalista y por el
socialismo por naturaleza y a clase que le corresponde luchar por un nuevo
orden económico y social no capitalista. Esta alianza supo mantener y sostener
su independencia de clase y no ser furgón de cola y seguidor eterno de los
partidos burgueses como otra vez volvió a realizar el Partido Comunista, un
partido que perdió completamente su brújula revolucionaria por que seguir al
Frente para la Victoria, es una contradicción irreconciliable porque el FPV
nada tiene que ver con la revolución y socialismo que proclaman siempre los
comunistas. Y si creen que el gobierno de Cristina puede llevar a cabo
semejantes objetivo, están completamente equivocados.
El FIT es una coalición formada por el Partido Obrero (PO), el Partido
de los Trabajadores Socialistas (PTS) y la Izquierda Socialista (IS) logró a
nivel nacional casi 1 millón de votos en todo el país. Estuvo presente en 19
provincias y en algunas de ellas lograron resultados impactantes para lo que es
el voto tradicional para la izquierda en la Argentina. Si sumamos los votos de
los partidos de izquierda que no están con el gobierno y sin tener en
consideración a las vertientes de centroizquierda, el total alcanzado supera el
millón de votos en 18 distritos donde se presentaron. De acuerdo al cuadro
sobre el voto conseguid por la izquierda para diputados, las mejores
actuaciones se dieron en la provincia de Salta con el Partido Obrero con más
del 11% y si le agregamos los votos de Autodeterminación y Libertad y el MAS
llegan casi al 9%, lo cual es un indicador de las posibilidades que tienen en
caso de ir unidos a las elecciones. Fueron también muy buenos los resultados
obtenidos en Jujuy con el 8,9% (Si agregamos los voto del Partido Pueblo Unido
y la Nueva Izquierda supera el 15%), el 7,8% en Santa Cruz, el 7,6% en Mendoza,
el 6,6% en Neuquén, el 6,25% en Río Negro y el 5,6% en Córdoba. En el cuadro que
se detalla la elección de la izquierda, podemos ver claramente que casi llega
al 1.200.000 de votos en todo el país, un resultado verdaderamente histórico
con la particularidad que se trata de una izquierda de ideología trotzkysta,
catalogada generalmente por sus posiciones ultras, la logró la mejor actuación
en este comicio. Ahora bien, esta magnífica elección es consecuencia de su
larga participación en luchas obreras, estudiantiles y campesinas que el pueblo
respaldó con su voto porque sus candidatos son parte de esos sectores que están
en la pelea diaria y no funcionarios profesionales, es decir, candidatos que
son conocidos y padecen los mismos dramas que el conjunto de la población.
Vale la pena analizar que en la poderosa provincia de Buenos Aires si
sumamos a los tres principales partidos de izquierda superan los 500 mil votos,
lo cual en este distrito tiene un significado importantísimo, puesto que
corresponde a un 6% del electorado.
Con este caudal de votos alcanzados, esperemos que puedan lograrse
mayores éxitos para la contienda de octubre en la medida que sepan mantener la
unidad política e ideológica frente a los graves problemas que afectan a muchas
franjas de la población y fueron esos sectores precisamente los que votaron a
esta izquierda por su contenido anticapitalista, antiimperialista y de defensa
permanente de los trabajadores.
5) Conclusiones
Los resultados electorales de las Primarias han mostrado una votación
más equitativa entre los diversos partidos y frentes donde no existen mayorías
absolutas. La huida o la pérdida de votos del gobierno se canalizó por un lado
hacia la derecha en sus diversas vertientes tanto partidos nacionales como
provinciales y otro sector que prefirió apoyar las propuestas de la izquierda
para darles una oportunidad si son capaces de ser buenos legisladores.
Entre las conclusiones del comicio podemos decir lo siguiente:
1) La derrota del gobierno en distritos fundamentales está demostrado
por la fuerza de los hechos que ha sido un duro golpe debido a la pérdida de
votos por más que la aritmética ubique al Frente para la Victoria como la
primera fuerza nacional electoral.
2) Se repite como en otros
gobiernos, que cuando se dan elecciones legislativas a los dos años siguientes
de llegar a la presidencia, el partido gobernante sale perdiendo.
3) Es probable que la lucha por el poder dentro del gobierno se agudice
en la medida que no encuentren las razones de la derrota y que negarla no el
hace bien a la Presidenta. Ella aun conserva una buena imagen en líneas
generales y creemos que aun cuenta con fuerza suficiente para superar este
momento complicado.
4) Dentro del propio gobierno, es poco probable que pueda modificar la
situación actual hacia el mes de octubre cuando se realicen las elecciones
legislativas, a menos que algún acontecimiento inesperado pueda mejorar la
posición del partido gobernante. Existe un clima generalizado de furia con esta
administración por las cuestiones de la inseguridad, la corrupción, los
problemas económicos que se manifiestan en las trabas al dólar como moneda de
refugio y de reserva para las empresas y particular, los obstáculos para
importar y exportar, el hecho de no reconocer la inflación realmente existente;
las actitudes del gobierno acerca del modo de reformar el poder judicial que es
visto como una intromisión del ejecutivo y el hecho de que el gobierno no
explique claramente el problema de la deuda externa frente a la amenazas de los
fondos buitres, son suficientes razones que hagan difícil revertir los resultados
de las elecciones de octubre.
4) La derecha envalentonada por su “triunfo” va a jugar y a movilizar
todas sus piezas para provocarle a al gobierno actual una nueva derrota aun más
dura que la que sufrió el 11 de agosto. Ellos tienen el poder económico y los
medios de comunicación a su alcance y tienen mucha experiencia en la
fabricación de nuevos candidatos para catapultarlos para ser presidente.
5) Una mención para la izquierda. La que no está con el gobierno ha
logrado un éxito significativo que muestra que cuando hay voluntad de unirse
con una plataforma política en defensa de los intereses del pueblo
trabajadores, la ciudadanía los apoya, aunque sea con este tipo de votación.
Deberán seguir bregando por sostener esta unidad que la garantía y principal
carta de triunfo. Para la izquierda que está con el gobierno, prácticamente no
existen como entidades políticas y no tienen peso ni en la alianza de la que
forman parte ni tampoco a nivel electoral. Están fuera de órbita porque si
creen que la presidenta Cristina Fernández tiene algún parecido con Rosa
Luxemburgo, están completamente equivocados. Sí, lo único que las une es que
ambas son mujeres. En el caso particular del Partido Comunista, ese partido
nacido en enero de 1918, creemos que difícilmente sean aceptados a participar
en una alianza de izquierda con el actual FIT, ya están en posiciones
diametralmente opuestas y las diferencias ideológicas con relación al gobierno
son terriblemente distintas.
En definitiva, se abre un panorama de fuerte contenido político en todos
los partidos donde seguramente habrá nuevos reagrupamientos, especialmente del
lado del gobierno quien aun no dado a conocer quién será el o la sucesora de la
actual mandataria para las elecciones presidenciales de 2015 cuando termine su
presidencia. Este panorama político la derecha trata de plantearlo como una
transición de resultados impredecibles en el sentido de que pueden venir
tiempos difíciles para la Argentina y si la actual crisis no es contenida con
medidas que favorezcan la producción, el salario y el empleo, las posibilidades
de una continuación de este “modelo” no podrán mantenerse mucho en el tiempo. El
imperialismo tiene a la Argentina en la mira de sus preocupaciones aunque
pareciera que no le importa. La presión que se ejercerá para que nuestro país
“vuelva” al mundo financiero, con relación a los fondos buitres y a los
posibles fallos en contra por el tema de deuda, será una prueba suficiente que
pondrá a prueba el temple de la Presidente y la capacidad de resistencia del
gobierno. El imperialismo puede sacar provecho de esta derrota electoral del
Partido gobernante para provocar un caos generalizado como lo hizo en Chile con
Salvador Allende en 1973 o más cercano a esta época cuando creó las condiciones
que hicieron estallar a la Argentina en mil pedazos en diciembre de 2001. De
ahí la importancia que tiene la izquierda de impedir con su fuerza,
movilización y alta consciencia política e ideológica, que los siniestros
planes imperialistas para la destrucción de los actuales gobiernos de América
Latina, no se lleven a cabo, no puedan realizarse porque sería retrotraer a la
región a los peores tiempos de las dictaduras militares.