El 30 de marzo de 1982 una poderosa y grandiosa manifestación de los trabajadores se lanzó en forma masiva a protestar en varias ciudades del país (Capital Federal, Mendoza, Tucumán, Rosario, Córdoba, Neuquén y muchas más) ante la convocatoria de la CGT bajo la consigna por “Por Paz, Pan y Trabajo”, para terminar con la sanguinaria dictadura militar que tambaleó ante la contundencia de la presencia del pueblo en las calles. La respuesta de la banda criminal que gobernaba la Argentina fue aplicar lo único que sabía hacer: el santo oficio de la represión y aquel día fue terrible, salvaje y de una ferocidad y violencia pocas veces vista. Terminó con un muerto en Mendoza, el obrero jubilado José Benedicto Ortiz, miles de heridos por las golpizas y los balazos del ejército y la policía; 4.000 personas detenidas entre las cuales se encontró la dirección de la CGT con su Secretario General, Saúl Ubaldini, del gremio cervecero y el Premio Nobel de la Paz 1980 Adolfo Pérez Esquivel. El centro de la Capital Federal fue escenario de duros choques porque las fuerzas represoras hicieron lo imposible para impedir que la movilización popular llegara hasta la Plaza de Mayo. Ese 30 de marzo se le perdió el miedo al terror de la dictadura por cuya trascendencia fue una jornada memorable en los anales de las luchas del pueblo argentino cuya historia merece y debe ser recordada.
"La libre investigación científica tiene que luchar en la economía política con enemigos que otras ciencias no conocen. El carácter especial de la materia investigada desencadena contra ella las pasiones más violentas, más mezquinas y más repugnantes que anidan en el pecho humano: las furias del interés privado". Karl Marx, El Capital. Crítica de la economía política. Prólogo a la primera edición alemana (1867).