El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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viernes, 13 de octubre de 2017

NOBEL DE ECONOMIA 2017: CONTINUIDAD CONDUCTUAL

Por Sergio Daniel Aronas – 13 de octubre de 2017-10-13

El premio Nobel de Economía 2017 que todos los años otorga el Banco Central de Suecia, ha sido para el estadounidense Robert Thaler, uno más de la Universidad de Chicago, tristemente célebre porque de ahí nació la corriente monetarista de Milton Friedman con su siniestra historia para poner en práctica sus “ideas” económicas, con el golpe de estado fascista de Augusto Pinochet para derrocar el gobierno socialista y constitucional de Salvador Allende en Chile el 11 de septiembre de 1973. Vale la pena esta aclaración para que se sepa de dónde viene y cuál es el origen de los “hallazgos” y “aportes del nuevo Nobel de este año.
Al profesor Thaler lo premiaron por su contribución al estudio de la “economía del comportamiento”, llamada “economía conductual” al que se lo considera un precursor en esta materia por incluir los aspectos psicológicos de las personas cuando a la forma de decidir una compra o una inversión.
Su enfoque es totalmente subjetivista y del lado de la microeconomía ubicando a las decisiones de los consumidores como un elemento vital para el enriquecimiento de las empresas, como el autor así lo deja planteado. A eso apunta sus doctrinas y pueden comprobarlo leyendo alguno de sus artículos.

Este punto de vista no tiene nada nuevo ni especial ni mucho menos revolucionario como lo han tildado porque es una continuidad de las viejas escuelas del pensamiento económico burgués que vienen del análisis de la utilidad marginal de Herman Gossen (Desarrollo de las leyes del intercambio entre los hombres, 1854); el marginalismo de Karl Menger (Principios de Economía Política, 1870); de las curvas de indiferencia de John Hicks (valor y Capital, 1939); la soberanía del consumidor de Wiilian Hutt (1934); la teoría de la preferencia revelada de Paul Samuelson (Notas sobre la teoría pura del comportamiento del consumidor, 1938); la “idea de la libre elección del consumidor de Milton y Rose Friedman (La libertad de elegir, 1979); las relaciones humanas de Gary Becker.

Por anunciar su teoría del “empujón” se hará acreedor de 1,1 millones de dólares porque según el premiado es lo que se necesita para tener salud, dinero y felicidad. Un genio este hombre por lo que puede decirse que cumplió su gran sueño. Y algunos autores y economistas suscriptores de sus conceptos lo elevan a la categoría de investigación científica sus “brillantes aportes” realizados a la teoría económica, defendiendo la causa de las grandes empresas. Eso es lo que no debe olvidarse no solo del pensamiento de Thaler sino de todos los economistas burgueses de todos los países.

Si eso así, que nos explique porque existe tanta miseria y pobreza en el mundo y el hecho de que unos poquísimos concentren el 80% de la riqueza del planeta en sus arcas. Nunca podrá explicar porque sucede eso por el simple hecho de es alguien que trabaja y escribe para ellos. Habría que darle un empujón a todos estos enfoques ridículos y tomarse alguna vez la economía en serio.

Con esta entrega número 49 desde 1969 los economistas que más Nobel recibieron fueron los de Estados Unidos con 49 como si fuese el único lugar del mundo donde se escribe, publica, trabaja y se crean conceptos y teorías económicas. Y a decir verdad, son muy pocos los que verdaderamente ejercieron un papel preponderante en el desarrollo de la economía porque hoy en medio de la crisis que afecta al imperialismo en su conjunto parece que ni su poderoso ejército de 120.000 economistas profesionales de los Estados Unidos pueden salvarla.