El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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viernes, 30 de junio de 2017

LA “NUEVA” POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA CUBA

Por Sergio Daniel Aronas – 1º de julio de 2017

La política anunciada por el fascista y racista de Donald Trump, un analfabeto total en cuestiones de política exterior, contra la República de Cuba, es una vuelta al lenguaje de la guerra fría asesorado por su grupo de militaristas, lunáticos y fanáticos que sueñan con destruir, aplastar y demoler las grandes conquistar de la revolución y la decisión de los cubanos de seguir defendiendo su soberanía, integridad territorial, independencia y su sistema socialista. Trump se muestra como un hombre completamente inseguro en el manejo de los temas internacionales, como se vio reflejado en la cumbre de la OTAN en Bruselas, como una persona que puede borrar con el codo lo que sus antecesores firmaron con la mano; sigue con la política de agresión, de injerencia que ha demostrado su fracaso total y no cumple el llamado de la ONU de levantar el bloqueo y todo el sistema con el que han pretendido poner de rodillas a Cuba. Esta nueva situación nos hace retomar aquellas palabras que escribiera el Gral. José de San Martín en 1814: “Los enemigos se creen autorizados para exterminar hasta la raza de los revolucionarios” y más adelante agregaba que “creen como creen que aun tenemos el azote de los viejos amos”.
No es lo mismo decir “política hacia” que “política contra” porque en la primera forma se puede aspirar a la posibilidad de establecer una relación basada en la diplomacia, en el respeto mutuo y esto quiere decir reconocer su sistema político, económico y social y sobre esa base intentar mejorar los vínculos que tienen ambas naciones. Los Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución de 1959 ha sido inalterablemente una política contra Cuba en toda la línea, aplicando medidas de terrorismo como los atentados, asesinatos, la agresión abierta y encubierta, la infiltración y las amenazas a los dirigentes, al gobierno, a la obra de la Revolución y al pueblo cubano; aplicaron medidas económicas que constituyen delitos de lesa humanidad que tiene como principal exponente el bloqueo a todas las operaciones comerciales y financieras que puede hacer Cuba y contra los países del mundo que quieran comerciar con la isla. A todo esto debe unirse a la implantación de las “leyes” de extraterritorialidad, las del ajuste Cuba y las promovidas por senadores y representantes del Congreso estadounidense para ahorcar, derrumbar y destruir el proceso revolucionario cubano.
Es el típico y tradicional doble rasero del imperialismo. Veamos cómo se aplica contra Cuba de acuerdo con las bravuconadas del Sr. Trump-oso- Por un lado, el ahora presidente Trump grita con tono delirante que quiere una “Cuba libre”, lo cual es una pérdida de tiempo reclamarle algo que ya es: Cuba es auténticamente libre de toda injerencia e intromisión imperialista; ha roto las cadenas de la dominación neocolonial y ha construido una sociedad sobre nuevas bases,  nuevas normas jurídicas, de convivencia y de relaciones con el mundo. No pierdan el tiempo señores imperialistas pidiéndole a Cuba la libertad que ha sabido conseguir y disfrutar, aun con todos sus problemas, errores e inconvenientes.
El Trump-oso se atrevió a exigirle al gobierno cubano que libere a los presos políticos, implante la libertad de expresión, que se respete los derechos humanos y lo más disparatado de su discurso fue que se tolere los grupos disidentes, como forma de establecer el “pluralismo político”. Muy cómica toda esta catilinaria imperialista del magnate de los casinos que se cree capaz de meter miedo en el pueblo de Cuba. No conoce la historia ni el temperamento ni la voluntad y decisión firme de todos los cubanos y cubanos de defender hasta la última gota de sangre su patria porque no hay pueblo más valiente, más combatiente y más internacionalista y revolucionario que el pueblo de Cuba.
El señor imperialista cuando visitó Arabia Saudita, el principal aliado de los Estados Unidos en Medio Oriente, no dijo ni palabra contra el régimen fascista, terrorista y criminales de la teocracia petrolera, gobernada por un criminal que tiene a las mujeres sometidas como en los tiempos de la esclavitud porque en ese país la esclavitud no terminó; además de que no pueden votar ni presencias actos públicos, aplica con rigor hitleriano todos los métodos para reprimir a su pueblo. Así si que no existen ni derechos humanos, ni libertad de prensa y de expresión; ni nada de las cuestiones que le reclamaba a Cuba para que cumpla con las leyes que garanticen las libertades de los ciudadanos.
Recordemos las palabras de Fidel en su vibrante discurso del 7 de diciembre de 1989 para refrescarles la memoria a los imperialistas que hoy gobiernan los Estados Unidos acerca de lo que es Cuba, un pueblo de valientes, de patriotas e internacionalistas:

“En Cuba llevamos a cabo nuestro proceso de rectificación. Sin un partido fuerte, disciplinado y respetado, es imposible desarrollar una revolución o una rectificación verdaderamente socialista. No es posible llevar a cabo semejante proceso calumniando al socialismo, destruyendo sus valores, desprestigiando al Partido, desmoralizando la vanguardia, renunciando a su papel dirigente, liquidando la disciplina social, sembrando el caos y la anarquía en todas partes. Así se puede promover una contrarrevolución, pero no cambios revolucionarios. (…) Cuba no es un país donde el socialismo llegó tras las divisiones victoriosas del Ejército Rojo. En Cuba, el socialismo lo forjamos los cubanos en auténtica y heroica lucha. Treinta años de resistencia al más poderoso imperio de la tierra que quiso destruir a nuestra Revolución, dan testimonio de nuestra fortaleza política y moral. 

Los que estamos en la dirección del país no somos un grupo de advenedizos inexpertos, recién llegados a cargos de responsabilidad. Salimos de las filas de los viejos luchadores antimperialistas de la escuela de Mella y de Guiteras, de las filas del Moncada y del "Granma", de la Sierra Maestra y de la lucha clandestina, de Girón y de la Crisis de Octubre, de 30 años de resistencia heroica a la agresión imperialista, de grandes hazañas laborales y de gloriosas misiones internacionalistas. Hombres y mujeres de tres generaciones cubanas se reúnen y asumen responsabilidades en nuestro aguerrido Partido, en la organización de nuestra maravillosa vanguardia juvenil, en nuestras poderosas organizaciones de masas, en nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias y en nuestro Ministerio del Interior. En Cuba, Revolución, socialismo e independencia nacional, están indisolublemente unidos. A la Revolución y al socialismo, debemos hoy todo lo que somos. Si a Cuba regresara alguna vez el capitalismo, nuestra independencia y soberanía desaparecerían para siempre, seríamos una prolongación de Miami, un simple apéndice del imperio yanki, el cumplimiento de aquella repugnante profecía de un presidente de Estados Unidos en el siglo pasado cuando pensaban anexar nuestra isla y dijo que esta caería en manos de ese país como una fruta madura. Para impedirlo hoy, mañana y siempre, habrá todo un pueblo dispuesto a morir. De nuevo cabe repetir aquí ante su propia tumba la frase inmortal de Maceo: "quien intente apropiarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha. Los comunistas cubanos y los millones de combatientes revolucionarios que integran las filas de nuestro heroico y combativo pueblo, sabremos cumplir el papel que nos asigne la historia, no solo como primer Estado socialista en el hemisferio occidental, sino también como inclaudicables defensores en primera línea de la noble causa de los humildes y explotados de este mundo. Nunca hemos aspirado a que nos entreguen la custodia de las gloriosas banderas y los principios que el movimiento revolucionario ha sabido defender a lo largo de su heroica y hermosa historia, pero si el destino nos asignara el papel de quedar un día entre los últimos defensores del socialismo, en un mundo donde el imperio yanki lograra encarnar los sueños de Hitler de dominar el mundo, sabríamos defender hasta la última gota de sangre este baluarte.”


Hoy a casi treinta años de ese discurso extraordinario y profético, Cuba sigue siendo el baluarte más poderoso del socialismo, la antorcha de los pueblos libres y que ha sabido cumplir con el programa de los combatientes del Moncada colocando en lo más alto del Turquino la bandera de la estrella solitaria para que la vea todo el mundo.

jueves, 29 de junio de 2017

IDEAS PRINCIPALES DEL  LIBRO DE EL CICLO DE LA ILUSIÓN Y EL DESENCANTO DE PABLO GERCHUNOFF Y LUCAS LLACH (III)

Por Sergio Daniel Aronas – 07 de junio de 2017

Presentamos la tercera y última parte del libro que estamos resumiendo con la formulación de los punto de los enfoques más relevantes. En una próxima entrada pondremos las conclusiones y nuestro parecer general de la obra.   

CAPÍTULO IX: LA DEMOCRACIA Y EL DIFÍCIL GOBIERNO DE LA ECONOMÍA (1983-1989)

1) El drama de América Latina

El gobierno de Alfonsín esta caracterizado por la crisis de la deuda y sus secuelas. Lo que en algún momento pudo considerarse una frontera categórica entre la Argentina y América latina fue borroneándose poco a poco. Esta suerte de “latinoamericanizacion”de la Argentina, tuvo su argumento principal en la equiparación de los niveles de ingreso por habitante. Además de la convergencia en las cifras hubo un acercamiento en ciertos rasgos de la estructura y la política económicas.

2) De herencias y condicionamientos

La economía que Alfonsín recibía de los militares pasaba por un momento decididamente problemático. El gobierno radical, no dejo de resaltar el “peso de la herencia”, con toda razón.

Los problemas económicos eran vistos como cuestiones subalternas, destinadas a rendirse en poco tiempo más a la omnipotencia de la democracia. Pasado apenas más de un año de administración radical, se cayó en la cuenta de que ese optimismo era en realidad una subestimación.

El impacto de la crisis de la deuda fue muy violento. Los pagos al exterior por intereses y utilidades habían crecido de un 2,2% a un 9,4% del PBI entre 1980 y 1983. Era un problema de insolvencia estructural. El ajuste obligo, en los primeros años de la década del 80, a obtener superávit comerciales por la vía de una contracción de importaciones, al costo de una caída pronunciada de la inversión bruta interna.
Sobre el escenario de esta crisis de crecimiento se iban acumulando presiones sociales a favor de un rápido cambio en el nivel de vida, que florecieron con el advenimiento de la democracia en 1983.

La expansión de las demandas cuya satisfacción dependía directamente del presupuesto general (bienes públicos, gasto social, inversiones en infraestructura, etc.) ponía en grave riesgo a un estado estructuralmente deficitario. Cada vez más debía recurrirse a formas de financiamiento extraordinarias y poco aconsejables. Agotados el sistema de seguridad social y la deuda externa como fuentes de fondos, quedaban como única salida el endeudamiento interno y la emisión monetaria.
Cinco factores:

·         Endeudamiento externo;
·         Estancamiento;
·         Cierre de una economía con escaso grado de competencia interna;
·         Desequilibrio fiscal;
·         Inflación.

Estos factores se agudizaron durante el último tramo de gobierno militar. Con el objetivo de evitar una quiebra generalizada de empresas, el estado se hizo cargo a través de diversos mecanismos del endeudamiento externo privado, expandiendo en una proporción significativa el gasto público y convirtiendo el problema de la deuda en un problema de naturaleza fiscal.

La Administración de Alfonsín se iniciaba con un predominio absoluto de los temas políticos sobre los económicos.

El juego de presiones al que estaría expuesto el gobierno de Alfonsín se acababa allí donde empezaba a percibirse un riesgo para las instituciones democráticas. Esta era la consecuencia de un celo excesivo en la defensa de la democracia, para Alfonsín era un precio que bien valía la recompensa.

Viejas formulas, nuevos problemas.

La política económica radical siguió una evolución ya conocida: una administración algo improvisada de la economía, sin un plan claro, precedió a un elaborado intento de estabilización, que concluiría en una tercera etapa de deterioro.
Con Alfonsín, la primera de esas etapas duro alrededor de 15 meses, desde el comienzo de su gestión hasta febrero de 1985.

El radicalismo no había tenido la necesidad de formular un programa económico. Sumando que el resultado electoral de 1983 fue bastante inesperado, resulta comprensible que el flamante gobierno no tuviera claro que hacer con la economía. Alfonsín adopto una salida lógica. Decidió recostarse sobre las mismas políticas que en tiempos de Illia, un periodo más que aceptable en materia de crecimiento del producto y de los salarios reales.

Pero durante los 15 meses iniciales de Alfonsín se fue tomando conciencia de que la economía requería medidas mucho más drásticas que las que se habían implementado. La estrategia original de Grinszpun era mantener un alto nivel de empleo con los típicos instrumentos de estimulo a la demanda (crédito barato y gasto publico), mientras se combatía la inflación gradualmente, con una política de ingresos que además diera lugar a una recuperación de los salarios reales. Así, después de un aumento inicial de sueldos, se estableció un sistema de pautas para dirigir su evolución y la de los precios, el tipo de cambio y las tarifas de los servicios públicos.

Pero pronto aparecieron problemas: las directivas de precios eran ignoradas por los sectores que estaban fuera del control gubernamental que obligo a nuevos aumentos, esta vez retroactivos, de los salarios. El mecanismo luego se automatizo para evitar ese tipo de descompensaciones y se paso a un esquema de indexación salarial completa. Pero con ello se abandonaba también cualquier aspiración de contener la inflación.
Con políticas de ingresos pasivas no había ni siquiera una fuerza de contención temporaria.

Durante 1984, los aumentos de precios se hicieron más intensos trimestre a trimestre: 58% en enero-marzo, 63% en abril-junio y 85% en julio-septiembre.

Las negociaciones por la deuda externa tomaban un cariz combativo. La ayuda externa seguía dependiendo del éxito de un programa de ajuste (que se concentrara) en reducir el déficit fiscal, bajar la tasa de inflación, controlar la oferta monetaria y con el tiempo alentar el crecimiento económico interno”.
Grinszpun no parecía demasiado dispuesto a aceptar condiciones. Esa actitud estaba complicando aun mas unas cuentas externar en estado de emergencia. La apretada situación obligo a un pronto acuerdo con el FMI.

Las políticas de Grinszpun no estaban consiguiendo sus objetivos. En 1984 cerraría con un aumento del salaria real de 35% y una inflación de 626%. La luna de miel entre Alfonsin y la ciudadanía se iba eclipsando. Al mismo tiempo, la reevaluación de la moneda que había permitido la recuperación salarial era una carga para el sector agropecuario. Se convoco a los distintos sectores a una concertación económica y social. El resultado, previsible, se limito a una enumeración de criticas y propuestas de medidas sectoriales, denunciándose: “si el gobierno no dice como se propone  concretar tan loables proposiciones es sencillamente porque no lo sabe”.

Hasta Alfonsín parecía alejarse de la estrategia de Grinszpun al afirmar que la expansión de la economía por la vía del consumo tenia “patas cortas”. Tras la firma de un inevitable acuerdo con el FMI a fines de 1984 el gobierno hizo explicita se decisión de priorizar la lucha contra la inflación. Con ese objetivo, devaluó la moneda, incremento las tarifas publicas y restringió la oferta monetaria. Junto a algunas medidas de recorte del gasto publico (principalmente en materia de salarios, jubilaciones y erogaciones militares) ello modero un poco el déficit fiscal y el aumento de precios..
 
En junio 1985 se anunció el Programa de Reforma Económica llamada Plan Austral. El austral sería la nueva unidad monetaria, cuyo tipo de cambio seria de 0,80 centavos de austral por dólar. Quedaban congelados todos los precios de la economía. El BCRA dejaba de emitir dinero destinado financiar los desequilibrios del Tesoro Nacional. La recuperación fiscal se basaba en impuestos adicionales a la exportación, un esquema de “ahorro forzoso”, el aumento en algunos gravámenes específicos y la reducción del periodo de pago de IVA. Para evitar ganancias inesperadas de acreedores y propietarios, se introdujo el “desagio”: los contratos pactados en la antigua moneda se transformaban automáticamente a australes a través de una tabla de conversión que mantenía el valor real esperado de los pagos futuros. El plan fue recibido con alivio y paso un primer test de credibilidad. No se había alcanzado el objetivo de máxima (la inmovilidad del nivel general de precios) pero si una rotunda estabilización. El congelamiento y las medidas fiscales ayudaron a disminuir la inflación. El aumento de gravámenes al comercio exterior y a los combustibles, el producto del “ahorro forzoso” y la contención de los salarios de la administración publica también ayudaron a que el déficit fiscal se mantuviera dentro los márgenes previstos en el plan. Se revirtió además la huida de la moneda nacional. La estabilización consiguió ganancias concretas para la población, como el aumento del salario real y la reaparición de créditos para consumo. Esas mejoras ayudaron a tonificar la demanda y estimular la producción.  

Al comenzar 1986, el Plan Austral era un éxito económico, político y también intelectual. Había que tener en cuenta que la guerra contra la inflación apenes comenzaba. La reactivación de la demanda empezaba a impactar sobre los precios de venta de los productos con precios libres y esa moderada inflación se transmitía a otros sectores de la economía, activando los mecanismos de indexación. Entonces se planteo la necesidad de pasar a una segunda etapa. La cuestión era revertir y evitar en el futuro esos desfasajes consolidando al mismo tiempo la estabilidad de precios.

Un Estado sin financiamiento.

Que el relativo equilibrio en las cuentas publicas conseguido en el año que siguió al Austral resultase tan precario era todo un síntoma de que algo mas profundo estaba fallando en el funcionamiento de estado. El estado, sumido en una crisis de financiamiento, no podía cumplir plenamente con el múltiple papel que se le había ido asignando durante las últimas décadas. Esa incapacidad era conceptualizada en el segundo lustro de los 80 como la erosión del contrato fiscal” o la “desarticulación del pacto fiscal”que existía entre el estado y la sociedad.
Es necesario estudiar el proceso de acumulación de funciones por parte del estado argentino. Esas funciones pueden clasificarse en tres. En primer lugar, están las exigidas del “estado gendarme”, que se refiere a la provisión de defensa exterior, de seguridad interior, de justicia, de administración general. Luego encontramos al “estado bienestar” que puede describirse como una garantía para toda la población de un consumo mínimo de ciertos bienes o servicios (salud, educación, vivienda), tendiendo al bienestar general de la población y lograr asegurar un nivel de vida digno.

Por ultimo encontramos al “estado productor”, es estado interviene en el mercado libre buscando corregir ineficiencias. La convicción de que solo con la participación del estado podían generarse altos niveles de actividad, de empleo y crecimiento económico. El estado manejaba esa influencia de manera directa (haciéndose cargo de ciertas actividades productivas) o indirectas (estimulando la producción privada). Las empresas estatales de servicios públicos, los subsidios a la instalación de fabricas en ciertas regiones, las exenciones impositivas a determinadas actividades, los prestamos de los bancos oficiales a tasas subsidiadas, todo esto formaba el “capitalismo asistido” de fines de la década del 80. Este tipo de estado productor era cuestionado y fue en parte una consecuencia natural de los que había sido su costosa y frustrada expansión a partir de los años 70.

Hacia 1987, un 43% del gasto público total correspondía al estado, cifra que incluya una gama de subsidios de diversas formas y con variados fines a la producción privada. Por ello surgió la idea de privatizar empresas públicas y reducir los beneficios fiscales con que se asistía al sector privado.

Otro problema era la incapacidad del gobierno para obtener recursos. Los ingresos por tributación clásica nunca alcanzaron la envergadura que tuvieron en otros países. En compensación, el estado contó con dos fuentes: se creo un esquema de impuestos a exportaciones e importaciones que brindaban recursos al estado y en segundo lugar a un cuantioso superávit, porque los aportantes eran muchos mas que los beneficiados. Una por una, estas fuentes fueron agotándose. Entonces se acentuó el recurso a la emisión y el endeudamiento. Por una o por otra vía era cada vez mas difícil conseguir recursos. Llego un unto (la crisis de la deuda) en que el estado no pudo endeudarse en el exterior ni siquiera a tasas altas, y paso a depender de la ayuda de organismos oficiales como el FMI y el Banco Mundial. Sepultada la esperanza de una corrección sin traumas que fue el Plan Austral, las dificultades para financiar un estado estructuralmente deficitario se transformaron en un urgente problema de “caja”.

Prolegómenos de una reforma estructural 

En julio de 1987, los ministros de Economía y Obras y Servicios Públicos anunciaron una serie de medidas para lograr una reforma integral del sector publico. Algunos cambios que se querían llevar adelante eran: un cambio en la forma de financiamiento de las empresas publicas, que pasarían a obtener recursos de un único Fondo de Infraestructura Publica, una política de desregulación petrolera, limitación de los regímenes de promoción industrial, la desregulación de algunas tarifas el área de transporte, la privatización de un 40% del capital de ENTEL y de Aerolíneas Argentinas, la privatización de Somisa y alentar las inversiones privadas en áreas reversas anteriormente para el estado. Pero muchas de estas medidas no lograron concretarse. El gobierno buscaba encontrar medidas con resultados inmediatos. Se dieron algunos pasos hacia la liberalización del comercio exterior. El modelo estaba en medio de una gran crisis y todas las circunstancias parecían empujar al poder ejecutivo y al partido oficial por la ruta de una reestructuración económica global muy alejada de sus ideas tradicionales pero emparentadas con la ola reformista que estaba creciendo en otros países de América Latina.
En la dialéctica entre las políticas de estabilización de corto plazo y las iniciativas de reforma estructural, las últimas iban ganando en importancia. Lo que no fue muy distinto entre ambos planes fue su corta duración. La tasa de inflación bajo en los últimos meses de 1987 gracias al control de precios y de una política monetaria relativamente restrictiva. Pero en la semana final del año el congelamiento debió ser abandonado. El peso fue devaluado, pero esta vez no se establecieron pautas para la evolución futura, ni tampoco para la de los precios y los salarios. Se iniciaba así 1988 con la inflación librada a su propia suerte (ello fue decisión del gobierno que fuera así).

Tampoco podía predecirse ningún cronograma cambiario creíble, porque la escasez de divisas se estaba volviendo desesperante. La posición de la Argentina llegaba a un punto critico que no podía ya superarse y así fue que en abril de 1988 el país dejo de pagar los servicios de la deuda, ingresando a una moratoria. La crisis externa se sumaba a la crisis fiscal para montar un escenario de alto riesgo. Durante la primera mitad de 1988, el índice de inflación creció casi ininterrumpidamente. Allí fue que se monto la operación de salvataje que le llamo Plan Primavera, anunciado a fines de Agosto. El golpe a la inflación no consistió en un congelamiento sino en un acuerdo desindexatorio con las empresas lideres (agrupadas en la UIA) y con la Cámara de Comercio, quienes a cambio de su apoyo se beneficiaron en una baja del IVA. Ya que era difícil lograr un ajuste fiscal basado en nuevos impuestos, se intento una corrección a través del BCRA, por dos vías: primero se diseñó un nuevo régimen cambiario por el cual la autoridad monetaria compraba dólares a los exportadores de productos tradicionales en el mercado oficial y los vendía a los importadores en el mercado financiero, quedándose con la diferencia, además se refinancio parte de la deuda interna con el sistema financiero privado.

La política estabilizadora del nuevo esquema estaba en el tipo de cambio. En 1988 entraban capitales para obtener la alta y creciente tasa de interés. El Plan Primavera tenia dos amenazas: la escasez de reservas y la incertidumbre política y económica ante las inminentes elecciones para el recambio presidencial.

Aunque la inflación había bajado, seguía siendo mayor que el ritmo de devolución y pronto el tipo de cambio acumulo un claro atraso. Entrando en el verano nadie creía en ese plan. La confirmación no oficial de la sospecha de que el Banco Mundial suspendería la ayuda a la Argentina era una señal de que la situación estaba empeorando. En febrero se creo un tercer mercado de cambios y ello significaba el final del Plan Primavera y también el derrumbe del último dique de contención a la hiperinflación.

La hiperinflación Argentina de 1989 se debió básicamente al tipo de cambio: es la previa fuga hacia las divisas y el consecuente aumento de su valor lo que genera la explosión inflacionaria, a través de los bienes comerciables y de la practica mas o menos generalizada de fijar precios siguiendo el tipo de cambio. La transmisión desde el valor del dólar hacia los precios internos quiso evitarse con sucesivos sistemas cambiarios, seis en total entre principios de año y la asunción de Menem en junio. Pero ello generaba a veces mayores problemas. Con la economía funcionando y en un régimen hiperinflacionario cada sector ideaba estrategias defensivas que terminaron agravando la situación general: Por ejemplo, los trabajadores exigían pagos adelantados y aumento de sus remuneraciones, los empresarios se cubrían aumentando los precios o acumulando inventarios, entre otras cosas.

La renuncia de Sourrouille y su equipo en el mes de marzo no bastó para calmar las agras, y el 14 de mayo Menem fue elegido presidente con mayoría absoluta. La sucesión de los otros dos ministros de economía fue inútil. La Argentina convulsionada asistía al espectáculo de la desintegración de un Gobierno del que había esperado casi todo pero  que forzado por las circunstancias tuvo que retirarse anticipadamente.
Quedaba en manos de la nueva administración la responsabilidad inmediata de encontrar salida a la hiperinflación y la tarea tan largamente postergada de guiar al país por un sendero de crecimiento.

CAPÍTULO X: GRANDES EXPECTATIVAS, GRANDES DECEPCIONES (1989-2001).

La Década del 90

Así llegaba 1989, el año en que confluyeron dos hechos inéditos en la historia argentina: el desborde inflacionario y la transmisión de mando entre dos presidentes de distinto partido elegidos limpiamente. Había que salir de la hiperinflación. Menem demostró que estaba decidido a seguir la vía de las reformas estructurales, como condición para alcanzar la estabilidad y restablecer el orden económico. Pero es necesario introducir también consideraciones estrictamente políticas para comprender por que pudo Menem llevar adelante las trasformaciones, cuando un par de años atrás el peronismo había bloqueado lo que habían sido apenas insinuaciones de esos mismos cambios. Con las sucesivas victorias de Menem, el peronismo se había unificado en torno a un liderazgo aceptado por todas las corrientes, por primera vez luego de la muerte de Perón. Por ello, Menem llego al gobierno con el capital político necesario para legitimar sus opciones políticas. Las innovaciones que produjo en la política y las alianzas tejidas una vez en la presidencia difícilmente hubieran tenido la misma favorable acogida. El exitoso viraje de Menem probo que un presidente de origen populista podría lanzar una estrategia económica no populista y salir airoso en el intento.

Desde la política se abría así la luz de libertad necesaria para adaptar transformaciones acordes con lo que una importante mayoría de la opinión ilustrada y en buena medida también la propia economía estaban reclamando.

Período desde 1990


Improntas para la política económica de los 90


En 1989 hay 2 hechos inéditos: el desborde inflacionario y la transmisión de mando entre dos presidentes de distinto partido elegidos limpiamente. En 1983 el mandato popular había sido de naturaleza institucional, el que recibía Menem era ante todo económico: había que salir de la hiperinflación.

Dominaba una visión que incorporaba ciertas proposiciones que se asociaban al liberalismo, entre las cuales sobresalía la idea de reducir el ámbito de acción del estado.

La Argentina de 1989, se elaboraba una visión abarcativa presentada como un todo coherente capaz de explicar no solo el infortunio de la hiperinflación, sino también la percepción generalizada de un estancamiento de largo plazo. Se enfatizaba que, a partir de la posguerra, el estado había introducido “distorsiones”, a través de las empresas publicas y las políticas de estímulos fiscales y comerciales a sectores favorecidos.

Además, el déficit fiscal persistente, había resultado en la alta inflación primero luego en la hiperinflación, que acentuaban la decadencia Argentina. Durante los 15 años que siguieron a 1975 fue erosionándose la situación financiera del estado, que se convirtió en el conflicto distributivo de una economía estancada y de suma cero. Las empresas públicas y el sistema de seguridad social imponían su creciente costo fiscal justo en que la capacidad de obtener recursos estaba en declinación. En ese contexto, en el que fue ganando la emisión monetaria, la economía argentina paso de un régimen de inflación moderada a otro de inflación excepcionalmente alta durante los 80. La hiperinflación de 1989 significaba que el ultimo recurso a disposición del estado para afrontar sus pagos (emitir dinero) se había agotado por la velocidad de la fuga de capitales ya que el estado argentino carecía de credibilidad como deudor. Menem demostraría que estaba decidido a seguir la vía de las reformas estructurales, como condición para alcanzar la estabilidad y restablecer el orden económico.

Pero el porque Menem pudo llevar veloz e intensamente esas transformaciones, cuando en el radicalismo había solo insinuaciones de esos mismos cambios. Con sus victorias, el peronismo había formado un liderazgo aceptado por todas las corrientes por lo que Menem llego al gobierno con el capital político necesario para hacer sus opciones políticas. El exitoso viraje de Menem probo que un presidente de origen populista podría lanzar una estrategia económica no populista y salir airoso en el intento, por lo que desde la política se abría una luz de libertad para las transformaciones.

Bajo el signo de la globalización

La economía internacional durante los 90 pueden entenderse como una prolongación y una intensificación desde la posguerra.

El proceso de interrelación creciente entre los varios mercados nacionales de bienes y capitales, había sido una de los rasgos definitorios de la economía mundial desde mitad de siglo. El tercio de siglo que abarco las dos guerras mundiales y el tumultuoso periodo de entreguerras aparece como una larga pausa dentro de un cuadro general de creciente internacionalización de la economía.

Como en la belle epoque, los avances tecnológicos que reducían costos de comunicación y transporte facilitaban la expansión comercial. Entre 1950 y 1980, el valor del trasporte aéreo de pasajeros disminuyo en dos tercios y el precio de una llamada de Londres a Nueva York paso de 53,2 a 4,8 dólares. Tanto 1870-1914 como 1950-73 fueron épocas de aranceles decrecientes y bajos, los años de guerra y entreguerra se caracterizaron por un ascenso del proteccionismo, inspirado en la preocupación por las balanzas de pagos o en los propios conflictos bélicos. En la desaceleración del comercio de los 10 o 15 años posteriores a 1973, atribuible al menor ritmo de expansión de la economía mundial, también impactaron las políticas económicas, no solo comerciales sino también monetarias. Pero por otro lado ya había empezado a configurarse un mercado de capitales auténticamente internacional.

En los 90, la internacionalización del comercio y de las finanzas se intensifico. La tasa de crecimiento de las exportaciones mundiales, 4% anual en 1973-89, reacciono al 6% anual en 1989-1996. En esos años, el aumento del comercio duplico al aumento de la producción mundial.
El renovado vigor del intercambio fue un evento global, pero se concentro sobre todo en países menos desarrollados. El mercado internacional de capitales fue mutando rápidamente. En 1996, los flujos de capital privado hacia países en desarrollo alcanzaron  los 200mil millones, un valor que era seis veces mayor al del periodo 1983-89. En los 90 el principal motor fue la inversión extranjera directa.

El paso a regímenes comerciales y financieros mas abiertos hizo realidad la tendencia estructural cimentada en los avances tecnológicos hacia posible. En el orden comercial, se profundizaron o iniciaron procesos de integración regional, con la Unión Europea como caso líder en el mundo y el Nafta y el MERCOSUR en América. El regionalismo ha facilitado los recortes recíprocos de aranceles, también se consolidaron los mecanismos de coordinación a nivel global tendientes a reconstruir jun orden mas liberal de comercio; la sucesión de ocasionales acuerdos arancelarios característica del GATT dejo paso a la OMC.
Una realidad bien captada por el termino globalización: los 90 se distinguen de otras épocas menos por la intensificación de lazos económicos entre países ya abiertos a esas influencias que por la veloz incorporación de nuevos integrantes al circuito económico internacional. Un indicador es el incremento de países-miembros del FMI de 35 a 137. La caída del comunismo acelero la globalización no solo porque proveyó buena parte de los nuevos participantes del capitalismo; además, derribo de jun golpe el fantasma de una revolución capaz de afectar los derechos de propiedad.

¿Que inspiró a muchos gobiernos a adoptar políticas que aceitaban la globalización, entendida como la paulatina integración de los mercados de bienes y de capitales?

Las economías se abrían para aprovechar las oportunidades que la propia globalización brindaba: expansión comercial y atracción de los capitales que estaban a la búsqueda de oportunidades de inversión más rentables. Los organismos internacionales, valoraron los beneficios del librecambio y condicionaron el otorgamiento de créditos a la adopción de políticas de apertura.

La experiencia anterior venía mostrando que era viable un modelo de desarrollo “hacia fuera” en el que las ventas al exterior impulsaran un crecimiento alto y con un peso cada vez mayor de productos de elaboración compleja.

En cuanto a las importaciones, su crecimiento era no solo la consecuencia natural de querer exportar más, sino una precondición para ello, en tanto se hacían mas accesibles bienes de capital e insumos necesarios para las actividades de exportación.

Era difícil pensar en una apertura comercial con barreras fuertes a la movilidad de capitales. Las entradas de capital eran la vía de escape a esa verdad. El ordenamiento macroeconómico pasaba así a ser una condición necesaria para financiar externamente los aumentos en la inversión. La caída del riesgo país, capaz de conceder el ansiado status de “mercado emergente”, fue uno entre otros objetivos de la relativa prudencia fiscal en los países en desarrollo. En América latina el déficit del gobierno cayo de 3.9 a 1.1% del PBI entre principios de la década y 1996, y la tasa de inflación paso del 13 al 7% anual.

En la Argentina, la naturaleza exacta de las oportunidades, desafíos y riesgos planteados por la globalización fue ganando importancia a medida que se iban dando respuestas satisfactorias. El problema de cómo contener la inflación no perdió el protagonismo que había ido ganando durante los 15 o 20 años anteriores, todo lo contrario, la experiencia de la hiperinflación relajaba a otros grandes temas a una oposición de dominar los índices de precios. La búsqueda de la estabilidad de debe ser un hito de la política económica del gobierno justicialista.

Una nueva macroeconomía

La hiperinflación era una profunda crisis del estado, el gobierno de Menem hizo sus primeras armas en la lucha contra la inflación bajo el supuesto de que la estabilidad de precios seguiría de manera automática a la solución de esa crisis. La formulación de una política de reforma del estado pasaba así a ser no ya una condición necesaria para la estabilización sino, una condición suficiente para ello.

La convocatoria al grupo Bunge y Born para que se hiciera cargo de la economía puede entenderse como un paso político, tuvo sus primeras manifestaciones en las leyes de emergencia económica y de reforma del estado. La primera de ellas un golpe frontal al capitalismo que imperaba en Argentina, al suspender por jun plazo de 180 días luego indefinidamente, los regímenes de promoción industrial, regional y de exportaciones y las preferencias que beneficiaban a las manufacturas nacionales en las compras del estado; se autorizaron los licenciamientos de empleados públicos poniendo fin a esquemas saláriales de privilegio en la administración. La Ley de reforma del estado, al fijar el marco normativo para la privatización de empresas publicas, se anunciaban los objetivos en materia de apertura comercial, reformas estructurales continuo luego de que a fines de 1989 un cambio ministerial pusiera fin a la participación directa del empresariado en el diseño de la política económica.

Durante el año 1990 se concretaron las primeras privatizaciones importantes, se acelero la apertura comercial y se suprimió el tratamiento fiscal diferencial que brindaba a las empresas nacionales cierta ventaja sobre las extranjeras.
En el área específica de la estabilización de precios el avance fue mínimo durante 1989 y 1990. Un primer periodo de tipo de cambio fijo duro apenas unos meses y acabo en un segundo episodio hiperinflacionario en el verano de 1989-1990. Durante 1990 la política antiinflacionario siguió bajo un régimen de flotación cambiaria.. Previamente se había refinanciado forzadamente la deuda del Banco Central por la vía de una conversión de los depósitos a plazo fijo en títulos de deuda publica de largo plazo. Pero los precios seguían en ascenso: en octubre de ese año el índice de inflación minorista es de 7.7%. Cuando la situación fiscal obligo a apartarse de la restricción monetaria, la inflación recrudeció y hubo otro cambio en el Ministerio de economía pasando a manos de Domingo Cavallo.
Menem no había cosechado ningún éxito duradero. Desgastado por dos tentativas de estabilización. La privatización de jun buen numero de empresas públicas y la conversión de la deuda de corto plazo en obligaciones menos apremiantes permitían pensar de equilibrio fiscal. Por otra parte, el Banco central contaba con varios miles de millones de dólares en reservas.

En presidente y su principal ministro entendieron que las condiciones estaban dadas para una estabilización, orientada no ya a reducir inflación sino sencillamente a anularlos. La sanción de la Ley de Convertibilidad, en abril 1991, fue algo mas que el tipo de cambio fijo. La mayor diferencia estaba en la obligación impuesta al Banco Central de mantener reservas en divisas capaces de comprar toda la base monetaria, al tipo de cambio que establecía la ley, el hecho de que el valor del dólar estuviese fijado por ley daba cierta credibilidad. La experiencia de una hiperinflación estaba lejos.

El Plan de convertibilidad tuvo un éxito inusual en su fin de acabar con la inflación. Aunque en los primeros meses el índice de precios al consumidor creció a fines de 1991 ya se registraron tasas mensuales menores al 1%. El índice mayorista fue mas rápidamente disciplinado por la combinación de competencia externa y tipo de cambio fijo. El apaciguamiento de los precios probaría ser un logro duradero. Entre 1992 y 1996, el índice alcanzaría un valor nunca muy superior a la mitad del correspondiente al año previo.

La reparación del crédito a tasas mas accesibles y el aumento del poder de compra de los salarios reales derivado de la desaparición del impuesto inflacionario resultaron ser poderosas fuerzas de expansión puestas en marcha por la estabilidad. A ellas se sumaban los efectos de otras políticas, como el abaratamiento de los bienes de importación. La reacción de la demanda estimulo el nivel de actividad, que creció a razón del 8.8% anual entre 1990 y 1994. Ni siquiera esa expansión inédita fue suficiente para abastecer a una demanda interna en recuperación. El consumo y la inversión aumentaron un 50% en el mismo lapso. La situación de exceso de demanda tuvo como resultado un cambio en la balanza comercial: de un superávit de 8275 millones en 1990 se paso a un déficit de 5751 en 1994.

El crecimiento de 1990-94 consolidó económica y políticamente el esquema estabilizador. Mientras se cosechaban los frutos de la recaudación en el IVA y el impuesto a las ganancias, y se combatía la evasión, el aumento del producto garantizaba ingresos crecientes al fisco y mejoraba la solvencia del sistema financiero. Ayudado por el dinero de las privatizaciones, el estado argentino redujo su déficit transformándolo en un pequeño superávit. Esta mejora sirvió para alcanzar un acuerdo con los acreedores externos, por la vía del Plan Brady, lo que retroalimento la entrada de capitales y la demanda agregada.

La eliminación del impuesto inflacionario tuvo un efecto progresivo sobre los estratos de la sociedad. Los hogares de pobreza habían alcanzado un 38% a fines de 1989, cayeron al 14% en 1993. La desocupación generada por la liberalización comercial, la reorganización del sector publico y las privatizaciones fue mas que compensada por el impacto que sobre el empleo tuvo el aumento del producto. Por fin se atenuó la mortandad empresarial que la apertura externa trajo consigo.

Sin embargo, hacia mediados de 1994 proyectaban una sombra de duda sobre el mejorado escenario macroeconómico. Uno de ellos venia acompañando al Plan de Convertibilidad: el creciente déficit de comercio que, sumado a los intereses de la deuda externa, demandaba cada año cuantiosos pagos al exterior. Existía el temor de que ese déficit externo acabaría también con el Plan de Convertibilidad, como había ocurrido planes anteriores basados en un tipo de cambio fijo.

El gobierno relativizaba la alarma causada por el déficit enfatizando el aumento de la inversión y la ampliada participación de los bienes de capital en las importaciones. Se razonaba que el déficit no era esta vez expansión del consumo sino un aspecto típico de un periodo de crecimiento. Pero por otro lado daba muestras de problemas el efecto de la apreciación cambiario sobre la competitividad. Descartada la devaluación como mecanismo corrector. La desregulación de varios mercados, la reducción o anulación de un sinnúmero de impuestos internos, específicos y laborales y la eliminación de aranceles a las importaciones de bienes de capital fueron todos capítulos de una misma política, destinada a mejorar la competitividad de la producción nacional. La reimplantación de incentivos fiscales a las exportaciones apuntaban mas explícitamente a mejorar la balanza comercial. Se paso de un régimen jubila torio de reparto a un sistema de capitalización individuales también esperaban las autoridades un efecto saludable sobre las cuentas externas, porque llevaría a un aumento del ahorro privado. La gran apuesta del gobierno era que el proceso de inversión que se había  iniciado tendría un incremento de productividad una vez considerados los incentivos fiscales, las empresas podrían competir sin desventaja con las del resto del mundo.

La mejora en la productividad fue muy intensa. Creció a razón del 7.3% anual entre 1990 y 1994. Los rasgos definitorios de ese aumento n la productividad fueron: Por jun lado, la ampliada participación del capital extranjero, que en el primer lustro de los 90 tuvo, por otro lado, su énfasis en la introducción de cambios en la organización del trabajo.
El aumento de la productividad tenía una amarga contracara: el desempleo. Si bien en un principio (año 1991 y 1992) la reactivación había creado una gran cantidad de empleos, el número de puestos aumento (0.5%anual) entre 1992-94, a pesar de la continuada expansión productiva  (6.5% anual). A ello se sumo la población dispuesta a trabajar. El resultado fue un aumento de la tasa de desocupación del 7% en octubre 1992 a 12.2% octubre 1994.

La gran pregunta era por que tan poco trabajo. Algunos enfatizaban de que el trabajo estuviera demasiado caro en relación a los bienes de capital, ahora mas accesibles gracias al abaratamiento que siguió a la apertura comercial externa y a la reaparición del crédito a tasas de interés razonables; otros ponían el acento las regulaciones que dificultaban la contratación de trabajadores en época en la que la tecnología de producción requería normas mas flexibles en el mercado laboral. Pero había una realidad: el rápido proceso de modernización desencadenado por las reformas estructurales expulso empleo del sector publico y de otras actividades que en los años anteriores habían actuado como refugio laboral, que podían adaptarse a las nuevas condiciones y en gran numero, fueron desapareciendo.

¿En que habían consistido esas reformas estructurales que actuando en combinación con el plan de estabilización, estaban provocando una dinámica de cambio que se reflejaba tanto en el despegue de la economía como en la intensificación del desempleo y de las quiebras?

Dos conjuntos de políticas se complementaron para redondear un movimiento global hacia el laissez faire. Los cambios operados en el estado y la apertura comercial y de capitales fueron los pilares de los que resultó ser una de las mayores mutaciones del capitalismo argentino en todo el siglo.



IDEAS PRINCIPALES DEL  LIBRO DE EL CICLO DE LA ILUSIONEL Y EL DESENCANTO DE PABLO GERCHUNOFF Y LUCAS LLACH (II)

Por Sergio Daniel Aronas – 07 de junio de 2017

Va la segunda parte del contenido fundamental de las ideas del libro “El ciclo de la ilusión y el desencanto”. Ahora corresponde a los capítulos V/VI/VII.

CAPITULO V: DEL PARAISO PERONISTA A LA CRISIS DEL DESARROLLO 1949-1958

PRIMERA PARTE (1949-1955)

AÑO 1948

Durante 1948 crece la gravitación de Eva Perón, que continúa con su labor de ayuda social, preside actos en representación de su marido y cuyas decisiones pesan en el seno del gobierno. Al mismo tiempo, la inminente reforma de la Constitución se cierne sombríamente sobre la oposición, que no duda que esta medida se toma para hacer posible la reelección del Presidente Perón a pesar de que éste se ha pronunciado terminantemente contra esa posibilidad.  
El 7 de Marzo se realizan elecciones en la Capital Federal y en >diez provincias para renovar 83 bancas de la Cámara de Diputados. Entonces, se registra no abrumador triunfo del peronismo. Después, la Cámara de Diputados expulsó al legislador radical Ernesto Sanmartino por considerar que ha ofendido en un discurso a Evita.
Los diputados aprueban la necesidad de una reforma constitucional y las elecciones de constituyentes se realizan en diciembre. Nuevamente, ganan los peronistas que obtienen 1.600.000 votos contra 850.000 de los radicales. Todo indica que el propósito reeleccionista presidirá la reunión de la Convención Constituyente cuyo inicio ha sido fijado para enero del año próximo.  
En Septiembre, el gobierno anuncia que ha descubierto una conspiración para asesinar a Perón. Se detiene a una docena de opositores, entre ellos Cipriano Reyes, que serán condenado a la máxima pena que establece la ley.
En el radicalismo, el triunfo del Movimiento de Intransigencia y Renovación hace posible que la Convención Nacional elija como su Presidente a Ricardo Rojas. 
Este año siguen las huelgas: hay una de bancarios y otra de ferroviarios. 
Pero el acto que enfervoriza a los argentinos ocurre el 1º de marzo cuando se anuncia formalmente la compra de los ferrocarriles británicos. Se hace un multitudinario acto en Retiro, al que no asiste Perón, afectado por una apendicitis. Además, en Mendoza, se inaugura el dique El Nihuil y, en Salta, el ferrocarril que llega a Chile pasando por Socompa. En San Isidro ocurre una de las peores tragedias del año: un tren embiste a un camión que llevaba excursionistas y hay 41 muertos.  
En el radicalismo, el triunfo del Movimiento de Intransigencia y Renovación hace posible que la Convención Nacional elija como su Presidente a Ricardo Rojas. Este año siguen las huelgas: hay una de bancarios y otra de ferroviarios. 

AÑO 1949

Este año se reúne la Convención Constituyente con la presencia del gobernador bonaerense, coronel Domingo Mercante. Después de un largo cuarto intermedio se realizan las sesiones que deberán aprobar el nuevo texto constitucional.
Al admitir el miembro informante de la comisión redactora que la reforma de la Constitución se realiza con el propósito de posibilitar la reelección del Presidente Perón, el jefe de la bancada radical, Moisés Lebenhson, anuncia que su bloque se retira definitivamente de las sesiones. 
Después del desconcierto que provoca esta declaración y el tumulto que le sigue, la Convención continúa con sus sesiones y finalmente aprueba el nuevo ordenamiento constitucional que incluye la reelección presidencial, los derechos del niño, del trabajador y de la ancianidad y la nacionalización de todas las fuentes de energía y de los servicios públicos. 
Por otra parte, renuncia el ministro de Hacienda, Miguel Miranda, promotor de la política estatista del gobierno desde 1946. También deja su cargo el canciller Juan Atilio Bramuglia. 
La cámara baja designa una comisión, que también integrarán miembros del Senado, para investigar las reiteradas denuncias de la oposición sobre torturas. Esta comisión bicameral está presidida por el diputado peronista José Emilio Visca y sus primeras medidas consisten en allanar las secciones administrativas de los diarios La Nación, La Prensa y Clarín, las agencias de noticias United Press y Asociated Press, el Jockey Club, el Automóvil Club Argentino y el Banco de Londres. La prensa también es afectada por una prolongada huelga de obreros gráficos que deja al país sin diarios durante febrero. En diversas sesiones, la Cámara de Diputados expulsa a los legisladores radicales Agustín Rodriguez Araya, por un pedido de informes sobre el IAPI, y Atilio Cattáneo, por expresiones contra el Presidente que son consideradas ofensivas. Además, se le quitan los fueros al titular del bloque radical, Ricardo Balbín. En 1949 se inauguran el gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires, el aeropuerto internacional Ministro Pistarini en Ezeiza (en Abril) y la nueva sede de la Facultad de Derecho, cuya construcción había sido iniciada por el Presidente Ramón Castillo. El Estado adquiere la empresa de navegación Dodero y nacionaliza las sociedades mixtas de aeronavegación Zonda, ALFA, FAMA y Aeroposta. Se sanciona una ley que suspende el respaldo oro a la moneda nacional porque las reservas del Banco Central están a punto de agotarse. Y termina la vigencia del convenio ANDES con lo que se reducen los envíos de carne a Gran Bretaña.

AÑO 1950

Desde el 1º de Enero, se declara el Año del Libertador General San Martín, al conmemorarse el centenario de su muerte. Ese año se produce la clausura de más de 40 diarios opositores, entre ellos La Hora, Orientación La Nueva Provincia y Los Andes, por no incluir en sus ediciones la frase Año del Libertador General San Martín. Además, el gobierno ordena la expropiación de todas las existencias de papel de diario y la que sea importada en adelante. De esta manera, regula el tiraje de los medios gráficos. Otra disposición establece que la mitad de la música que se pasa por radio y que acompaña los espectáculos debe ser de origen nacional. Esta medida permitió la difusión de autores hasta entonces casi desconocidos, como Alberto Ginastera, que luego alcanzó fama mundial. También se clausura el Instituto Massone, alegando falta de higiene pero se asegura que la sanción ha sido decidida por haberse negado a contribuir a la fundación que preside Eva Perón. Esta fundación recibe diversos privilegios económicos por del Congreso. En marzo es detenido el diputado Ricardo Balbín, al que se le siguen doce procesos por desacato. Después de ser llevado ante diversos jueces, el dirigente radical es recluido en la cárcel de Olmos, mientras su partido reclama su libertad. Por su parte, 20 diputados radicales renuncian a sus bancas por considerar que es ilegal la prórroga de sus mandatos, otorgada por la nueva Constitución. Con esta actitud, el bloque opositor reduce sus integrantes a la mitad. En tanto, Eva Perón sufre una indisposición y debe ser operada. El ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, renuncia después de asegurar que existe la posibilidad de que Evita sufra una dolencia grave. Durante un Congreso Extraordinario, la C.G.T. deja sin efecto la declaración de principios de la central obrera, votada en 1936. Se crean la Confederación de la Producción, la Industria y el Comercio (C.A.P.I.C.), promovida por José Ber Gelbard, y el 31 de Mayo se crea por decreto la Comisión Nacional de Energía Atómica. También se bota el ballenero Juan Perón y llega a Buenos Aires el trasatlántico Eva Perón. Este año, se declaran huelgas en el sector bancario y, hacia fin de año, en casi todas las líneas ferroviarias. Ambos conflictos tienen rápida solución. La política internacional del país se condiciona por la guerra que ha estallado en Corea.  En un primer momento, el Presidente Perón parece decidido a enviar tropas a esa región para ayudar a las de las Naciones Unidas. Pero al percibir que esta perspectiva ha provocado malestar y algunas manifestaciones populares proclama en un discurso: “Haré lo que el pueblo quiera”. Luego, se limita a mandar alimentos. 

AÑO 1951

Es un año tenso y lleno de alternativas, condicionadas por la elección presidencial. En los primeros días de Enero, el Presidente Perón indulta por decreto a Ricardo Balbín, quien rechaza la medida pero igual queda en libertad. En el mismo mes se producen paros en diversas líneas ferroviarias y ni siquiera la presencia de Eva Perón en algunas estaciones logra el levantamiento de la protesta, que continúa varios días. Poco después, el sindicato de los canillitas provoca un entredicho con el diario La Prensa. Tras varios episodios, en uno de los cuales muere baleado un obrero del diario y una docena de trabajadores gráficos resulta herida, la C.G.T. solicita al gobierno la expropiación del diario. La Prensa es clausurado y reaparece meses después, editada por la central obrera. En tanto, la Unión Cívica Radical proclama sus candidatos presidenciales: Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, que realizan intensas giras por todo el país. A su vez, la CCT organiza un enorme acto el 22 de Agosto en la Avenida 9 de Julio para proclamar la fórmula Juan Perón - Eva Perón. A pesar de la insistencia entusiasta de la multitud, Evita se muestra reticente ante la proclamación de su nombre, pide unos días para decidirse y finalmente renuncia a la candidatura. Se atribuye esta decisión a la percepción del Presidente en el sentido de que sectores de las Fuerzas Armadas no aceptarían la postulación de su esposa a la vicepresidencia. El 28 de Septiembre, el general retirado Benjamín Menéndez encabeza una sublevación contra el gobierno que es rápidamente sofocada. Es juzgado por el Consejo de Guerra a 14 años de prisión y se dictan otras condenas. Luego, el Poder Ejecutivo pasa a retiro a numerosos militares. El 11 de Noviembre, se realizan las elecciones presidenciales. El peronismo lleva a su líder como candidato, acompañado por su antiguo compañero de fórmula de 1946, Juan Hortensio Quijano, por entonces gravemente enfermo. Es la primera vez que votan las mujeres y la concurrencia a las urnas es masiva. El resultado de las elecciones es: Gana el oficialismo que obtiene 4.600.000 votos contra 2.330.000 de Balbín-Frondizi. Por su parte, Eva Perón debe emitir su voto en el policlínico donde está internada, aquejada de un mal al que la propaganda oficial le resta importancia pero que, según los rumores generalizados, es muy grave e incurable. Semanas antes, aparecía su libro La razón de mi vida. El Presidente anuncia con enorme despliegue publicitario que el físico alemán Ronald Richter ha logrado una reacción nuclear mediante métodos nuevos en su laboratorio de Isla Huemul (Bariloche). La Universidad Nacional de Buenos Aires condecora a Richter y se le otorgan grandes sumas de dinero para que siga sus investigaciones. Pero en los medios científicos y académicos surgen grandes dudas sobre la seriedad del anuncio presidencial. En 1951 se inaugura un primer alto horno de Fabricaciones Militares en Zapla (Jujuy), se realizan los primeros vuelos del Pulqui, diseñado por el alemán Kurt Tank en Córdoba, y se envía una misión a la Antártida para instalar allí una base permanente. El Congreso sanciona una ley electoral que instala el sistema de circunscripciones pero su diseño, realizado por el Poder Ejecutivo, tiende a reducir al mínimo la representación de las minorías. Además, despoja de sus fueros a los diputados radicales Mauricio Yadarola, Silvano Santander y Miguel A. Zavala Ortiz. En Octubre, comienzan las transmisiones del Canal 7 de televisión, el primero del país.



AÑO 1952

Este es un año marcado por la enfermedad y muerte de Eva Perón y las restricciones al consumo. Además, la máquina política y de propaganda del régimen es cada vez irás resistirla por algunos sectores de la sociedad. En los primeros meses de 1952, los rumores sobre la salud de Eva Perón aumentan en todos los sectores. En tanto, el dirigente socialista Enrique Dickman visita al Presidente Perón y le pide la libertad de sus compañeros presos. Aunque el Partido Socialista expulsa a Dickman por esta gestión inconsulta, el Poder Ejecutivo libera a 35 militantes. Además, Evita recibe el Gran Collar de la Orden del Libertador General San Martín y se dispone erigir un monumento en su honor. Eva Perón acompaña a su marido en el acto del 1º de Mayo y habla al público desde la Casa de Gobierno. También está a su lado el 4 de Junio, cuando Perón jura como Presidente por segunda vez. Se la ve demacrada pero entera. El gobierno toma medidas para paliar la crisis económica. El Presidente exhorta a consumir menos, se racionaliza la nafta, estableciendo un cupo de 30 litros semanales por auto, se restringe el consumo de aluminio, se prohíbe vender carne un día por semana, se congelan los precios de algunos artículos y se modifica el horario de los comercios para hacer frente a la escasez energía. También se establece que los sábados no se dictarán clases en los colegios. Ante la gravedad de la salud de la esposa del Presidente aumentan los homenajes: La Plata se llamará Ciudad Eva Perón y los territorios de La Pampa y Chaco, Provincia Eva Perón y Provincia Presidente Perón, respectivamente. También mueren este año el Vicepresidente electo, Juan Hortensio Quijano, y el escritor Macedonio Fernández. Frente a Puerto Bermejo se hunde una lancha y mueren ahogados once pasajeros. El Presidente Perón anuncia el 4 de Junio su Segundo Plan Quinquenal, que incluye algunas modificaciones en su política económica, y en el acto tradicional del 17 de Octubre, José Espejo, secretario general de la C.G.T. es abucheado. Espejo renuncia y lo reemplaza Eduardo Vuletich.

PERON: OBRA DEL PRIMER GOBIERNO

Entre sus primeras medidas Perón modificó los mecanismos de gobierno del poder ejecutivo, para optimizar la coordinación de los trabajos y controlar personalmente los organismos claves. Para ello creó el Consejo Federal de Coordinación, encargado de vincular las actividades en las provincias, sistematizó las informaciones que debían brindar las reparticiones públicas mediante el Consejo Coordinador de Investigaciones, Estadísticas y Censos creado en julio de 1946. Creó también los ministerios de Asuntos Técnicos y Asuntos Políticos, reorganizó los viejos ministerios y creó nuevas secretarias dándoles a sus responsables rango ministerial. Para estas reformas utilizó su experiencia como Vice presidente, Ministro de Guerra, Secretario de Trabajo y Previsión y Presidente del consejo Nacional de Posguerra en la gestión presidencial anterior. Allí había trabajado con José M. Figuerola, jefe de estadísticas del Departamento Nacional del Trabajo hasta 1944. Ya en ese momento Perón había empezado a diseñar un plan general de industrialización con Figuerola que incluía medidas para intensificar la producción agrícola, promover la minería, proteger algunas industrias manufactureras, fomentar la investigación, generar estabilidad económica y reactivar la industria de posguerra.
Este plan constituyó el programa de gobierno que le permitió a Perón acceder al poder en 1946.Una vez en el gobierno le encargó a Figuerola la redacción y graficación clara del programa de gobierno, actividad que concluyó en octubre de 1946; como restaban cinco años de gobierno decidieron llamarlo Plan Quinquenal: 1947 - 1951. Este fue presentado el 21 de octubre de 1946 ante el poder legislativo y se informó de su puesta en marcha desde el 01 de enero de 1947. Constaba de cuatro aspectos fundamentales para su éxito:
Prever las necesidades de materia prima de origen nacional, combustibles, energía eléctrica (hidráulica y térmica) maquinarias y transportes.
Conocimiento y verificación del estado y eficiencia de los sistemas de explotación, producción y distribución de esos elementos.
Desarrollar el programa mínimo de inversiones y obras necesarios para asegurar los suministros de materias primas, energía y combustible y desarrollar así la industria y agricultura.
Descentralizar la industria, diversificar la producción, crear fuentes de energía, vías de comunicación, medios de transporte y aumentar los mercados consumidores.
Se incluyeron también una serie de medidas para reformar la educación en todos los niveles, organizar la sanidad y los servicios públicos.Otro hombre clave durante esta etapa fue el presidente del Banco Central, nombrado durante la gestión de Farrel, Miguel Miranda. Desde su cargo y con el banco recién nacionalizado obtuvo el control de cambios, la emisión de 250 millones de pesos en bonos del Tesoro y la creación del IAPI (Instituto Argentino de Promoción de Intercambio). Medidas todas realizadas para obtener la financiación del plan quinquenal.En mayo de 1947 y con el objetivo de actualizar los datos nacionales para hacer más eficiente la aplicación del proyecto de gobierno se realizó el Cuarto Censo Nacional que contó una población total de 15.893.827 habitantes.Otro aspecto importante que caracterizó el primer gobierno peronista fue la nacionalización de los Servicios Públicos.Una de las primeras operaciones fue la compra de los ferrocarriles a Gran Bretaña. Esta ofreció al gobierno argentino venderle la red ferroviaria a cambio del saldo en libras esterlinas acumulado en cinco años de exportaciones. La operación se realizó constituyendo una sociedad mixta en septiembre de 1946, el estado argentino incorporó a la sociedad 500 millones de pesos para modernizar las obsoletas unidades y le aseguró a los británicos un rendimiento del 4%, garantizándole una ganancia líquida de 80 millones de pesos anuales. También se prorrogó indefinidamente la cláusula octava de la Ley Mitre, que exceptuaba a los ferrocarriles de todo impuesto nacional, provincial o municipal.El total pagado por el estado a los británicos fue alrededor de 2.700 millones de pesos (tres veces el precios inicial), este precio fue considerado excesivo por la oposición que criticó duramente la operación.También en septiembre de 1946 pasó a manos del estado la empresa de teléfonos subsidiaria de la ITT y conocida popularmente como la Unión Telefónica, por la suma de 319 millones de pesos. También se constituyó como una sociedad mixta llamada Empresa Mixta Telefónica Argentina (EMTA).Otro problema a resolver lo constituyeron los transportes urbanos, se encontraban monopolizados desde 1936 por empresas británicas (la Anglo-Argentina, la Lacroze y la Chadopyf) y eran conocidas como la Corporación de Transportes. La Corporación tenía un importante déficit comercial que fue salvado en reiteradas oportunidades por el gobierno. El estado se convirtió así en su principal accionista y en 1946 las líneas de colectivos y troles fueron expropiadas.Durante 1946 y 1947 Perón trató de resolver la crisis del transporte originada en el aumento de usuarios y la falta de insumos por la guerra comprando nuevas unidades. En junio de 1948 se creó la Secretaría de Transportes que adquirió con la Constitución de 1949 el rango de ministerio. Estas medidas no solucionaron el problema y el déficit originado por los transportes siguió aumentando, por lo que se decidió iniciar la privatización de algunas líneas desde 1951. Se liquidó definitivamente en 1952 y se creó una nueva empresa, Transportes de Buenos Aires.La política energética fue dirigida desde la Dirección Nacional de Energía, creada en 1943, por el coronel Bartolomé Descalzo, quien coordinó la creación en 1946 de cuatro entidades: Gas del Estado, Combustibles Sólidos y Minerales, Centrales Eléctricas del Estado y Combustibles Vegetales y Derivados.Durante 1947 se fusionaron Centrales Eléctricas del Estado y la Dirección General de Irrigación para dar nacimiento a Agua y Energía Eléctrica, cuyo director, Juan Eugenio Maggi, ejecutó desde allí los proyectos aprobados por el Plan Quinquenal que eran necesarios para industrializar el país y obtener energía barata. Esto solo sería posible si se suplía la energía termoeléctrica por la hidráulica y se generaban transportes baratos. para ello se construyeron diques con sus respectivas centrales hidroeléctricas como el Escaba en Tucumán, el Nihuil en Mendoza, Los Quiroga en Santiago del Estero y seis diques con usinas en Córdoba, seis en Catamarca, cuatro en Río Negro y tres en Mendoza, usinas térmicas en Mar del Plata, Mendoza, Río Negro y Tucumán. En 1943 Argentina tenía una potencia instalada en centrales de 45.000 kilovatios pasando en 1952 a producir 350.000 kilovatios.

Otro de los proyectos energéticos fue la explotación del yacimiento carbonífero de Río Turbio, que se inició en 1947. Para que la explotación fuera posible debieron construirse caminos, puentes, usinas, viviendas, traerse maquinarias y tenderse líneas férreas para unir Río Turbio con el puerto de Río Gallegos.
También se construyó entre 1947 y 1949 el gasoducto que unió Comodoro Rivadavia con Buenos Aires. Permitió aprovechar el gas que escapaba de los pozos petroleros y suspender la compra de carbón de hulla importado para fabricarlo. Costo 50 millones de dólares y fue en ese momento el más largo del muno, con el la distribución de gas aumentó de 300.000 metros cúbicos por día a 15.000.000 de metros cúbicos y abarató su costo considerablemente.

En materia de explotación petrolera se renovó la flota de buques tanque para transporte comprando 18 barcos al extranjero y se construyó uno nacional, el Figueroa Alcorta. Se exploraron nuevas zonas y se descubrió petróleo en Neuquén, Salta, Tierra del Fuego y Mendoza. También se puso en funcionamiento la destilería de La Plata.

En 1946 se inició la renovación de la Flota Mercante del estado con la compra de tres buques a Italia y la compra de la Compañía de Navegación Dodero. La flota Argentina llegó a 1.200.000 toneladas de desplazamiento, lo que le permitió que un importante porcentaje del comercio costero se realizara con la flota argentina.
En 1950 se creó una empresa estatal de vuelos, Aerolíneas Argentinas, que monopolizó el cabotaje y realizó viajes a Nuevas York Europa. Poseía 36 aviones Douglas DC 3 para cabotaje y nuevos DC 4 para vuelos internacionales y se construyó el aeropuerto internacional de Ezeiza Ministro Pistarini.

Se desarrolló un importante plan de obras públicas cuyas actividades fueron coordinadas por el ministro de Obras Públicas general Juan Pistarini y por el Banco Hipotecario Nacional. Su actividad se centró especialmente en la construcción de viviendas ya que según el último censo el déficit habitacional del país era de 650.000 unidades. Se implementó para solucionarlo un sistema de préstamos de dinero en efectivo con un bajo interés anual y garantizados mediante una hipoteca. Otra de las funciones del BHN fue la Administración Nacional de la Vivienda, encargada de la construcción de monobloques. Las obras realizadas fueron las de Curapaligue y Avenida del Trabajo, Ricchieri y Avenida General Paz, el barrio San Martín en Merlo, el de Villa Concepción en San Martín, el de Martín Rodríguez en la Boca, el de Camino de Cintura, la autopista a Ezeiza, la Ciudad Evita en Ezeiza y otros núcleos habitacionales en las provincias.

También se construyó el aeropuerto de Ezeiza y una zona de esparcimiento compuesta por tres hoteles y seis piscinas. En una segunda etapa se realizaron hoteles turísticos en Corrientes, Paso de los Libres, Comodoro Rivadavia, Bariloche y San Luis, dos colonias de vacaciones con seis hoteles en Chapadmalal y Embalse de Río Tercero. Impulsado por la Fundación Eva Perón se construyeron 1.000 escuelas en todo el país y otras importantes obras.
También se ocupó de la legislación social, tarea que ya había iniciado en la Secretaría de Trabajo durante su gestión con Farrell.
Se completó el sistema de jubilaciones beneficiando a trabajadores independientes, empresarios y profesionales. Se estableció en 1948 un fondo para pensionar a personas sin recursos no acogidas en el sistema jubilatorio y también se legisló sobre la pensión para viudas. En el curso de 1946 se consiguió por primera vez la efectivización del pago del aguinaldo (decreto 33.302 de 1945) que fue muy resistido por los empresarios.

Se crearon y se pusieron en funcionamiento los primeros juzgados laborales. Inicialmente inclinaron la balanza en favor del obrero pero luego mejoraron su funcionamiento y adquirieron respetabilidad.

Se legisló sobre el peón rural y se reglamentaron las convenciones colectivas de trabajo reconociendo así el grado de evolución en la organización sindical del proletariado.
En materia de asistencia social desarrollo una destacada labor la Fundación Eva Perón.

En política internacional el objetivo primordial fue reconquistar una posición internacional satisfactoria para la Argentina y mantener una postura equidistante de los bloques que lideraban Estados Unidos y la Unión Soviética a la que se llamó Tercera Posición.
El punto de partida de esa rehabilitación lo constituyó la firma por parte de Argentina del Acta de Chapultepec (1945) por medio de la cual se reanudaban las relaciones con los países americanos.
George Messermith fue nombrado embajador norteamericano en remplazo de Braden. El nuevo embajador fue partidario de una política conciliatoria con Perón, a diferencia del anterior que desarrollo durante su gestión una dura oposición.

Se reanudaron también las relaciones con la Unión Soviética, interrumpidas desde 1917 y se nombró embajador a Cantoni.

En 1947 sesionó en Río de Janeiro la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores, conocida como Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad del Continente. Allí se firmó el Tratado de Río de Janeiro conocido como TIAR, Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, con la participación de todos los estados americanos excepto Ecuador y Nicaragua. Fue un pacto de defensa hemisférica por el cual cualquier ataque a una de ellas sería considerado contra todas y castigado con sanciones diplomáticas y comerciales, las sanciones militares serían optativas. Para su aplicación era necesario el voto de los dos tercios de los signatarios (posición contraria a la Argentina que mocionó el voto unánime). También se estableció la zona de seguridad continental desde el Polo Norte hasta el
Polo Sur incluyéndose las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. En abril de 1948 sesionó en Bogotá la IX Conferencia Interamericana que buscaba encontrar estructura de la Organización de Estados Americanos, OEA. La delegación argentina presidida por el canciller Bramuglia se opuso a que la OEA se constituyera en un superestado que limitara la soberanía de las partes. Durante 1948 y 1949 se suscribieron más de veinte convenios bilaterales con Europa, Asia y América, destacándose el convenio ANDES (febrero de 1948) con Gran Bretaña que establecía el pago de los ferrocarriles con exportaciones de ese año y la liberación de los saldos bloqueados en Londres aunque no podían usarse fuera del área de la libra esterlina, la compra los ingleses de carbón, petróleo, acero y productos químicos. Este convenio fue renovado anualmente hasta 1955. Con España suscribimos en abril de 1948 otro convenio por el que les otorgábamos un crédito de 1750 millones de pesos pagaderos en pesetas con cuatro de plazo y les asegurábamos la provisión de trigo y la compra de barcos mercantes. En 1950 se evidenció una preocupante situación económica causada por la exclusión del plan Marshall, además durante dos años seguidos hubo una gran sequía que redujo el área cultivable, también el desmesurado aumento del gasto público fruto de las nacionalizaciones agotaron las divisas. Se hizo necesario recurrir a un préstamo de Estado Unidos por 125 millones de dólares. En agosto de 1951 el Congreso sancionó la ley que incorporaba con el carácter de provincias a los territorios nacionales del Chaco, La Pampa y Misiones.

AÑO 1953

El Presidente Perón viaja a Chile con el propósito de concertar con su colega trasandino, general Carlos Ibáñez del Campo, diversos convenios que hagan posible una suerte de unión aduanera. Aunque es recibido con expresiones de calor popular, el Presidente de Chile visita Buenos Aires meses después y se firman algunos acuerdos, la deseada unión no se concreta. Al regresar a su patria, el Presidente Perón se encuentra con un malestar generalizado, producto de la escasez y carestía de la carne. Entonces, nombra una comisión investigadora cuyas conclusiones implican a Juan Duarte, secretario privado del Presidente y hermano de Eva Perón. Duarte renuncia y el 9 de Abril aparece muerto en si casa.

Aparentemente, se ha suicidado. En un acto en Plaza de Mayo en apoyo del Presidente y mientras éste se dirige a la multitud explotan bombas que causan siete muertos y casi 100 heridos. Enardecidos, algunos sectores del público se dirigen a la Casa del Pueblo (sede del Partido Socialista), la Casa Radical, las oficinas del Partido Demócrata y el Jockey Club. Causan destrozos e incendian sus instalaciones, ante la pasividad de la policía y de los bomberos. Después de estos hechos se producen centenares de detenciones de dirigentes opositores, entre ellos Arturo Frondizi, Alfredo Palacios y Federico Pinedo. En los meses siguientes irán quedando en libertad muchos de ellos y a fines de año el Congreso aprueba una ley “de amnistía” para dejar en libertad a los detenidos que considere oportuno. Luego la Cámara de Diputados disuelve el Jockey Club e incauta los hipódromos. El Congreso sanciona la Ley del Número Vivo que obliga a los propietarios de los cines a incluir artistas de variedades en su programación. También sanciona una ley que declara monumento histórico a una casa de la ciudad bonaerense de Lobos donde se supone nació Perón, que viaja a esa localidad para inaugurar el museo que se instala en la vivienda. Además, se contrata al escultor italiano Leone Tommasi para que construya el monumento a Eva Perón. Este año mueren el dirigente radical Moisés Lebenhson, afectado por la prisión que sufrió, el ex piloto de la primera guerra Vicente Almandos Almonacid y, en Comodoro Rivadavia, donde vivía, la madre del Presidente, Juana Sosa de Perón. 

Ese 17 de Octubre, en el balcón de la Casa Rosada, donde ya no está Evita, recibe una inesperada figura que comparte con Perón los aplausos de la multitud. Es Anastasio Somoza, dictador nicaragüense que está visitando el país. 

AÑO 1954

El 25 de Abril año se realizan elecciones para cubrir el cargo de vicepresidente, vacante debido a la muerte de Juan Hortensio Quijano. El candidato peronista, Alberto Teisaire, obtiene el 62 por ciento de los votos, contra el 32 por ciento del radical Crisólogo Larralde y el 6 por ciento del resto. Así, el peronismo mantiene su caudal de votos a pesar de las dificultades económicas que se advierten desde 1952. Hacia fines de año, aumentará el descontento entre los católicos. Además, viaja a Paraguay para devolver al presidente de ese país, Alfredo Stroessner, los trofeos obtenidos por los paraguayos durante la Guerra de la Triple Alianza. El Congreso dispone la expropiación de diversos bienes de la familia Bemberg y aprueba la intervención al poder judicial de Córdoba. El interventor es el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Felipe S. Pérez, que hacer jurar a los nuevos jueces “por Perón y por Evita”. Se dispone la prisión del físico Richter y el desmantelamiento de sus laboratorios en la isla Huemul, ya que diversos informes científicos aseguran que sus descubrimientos relacionados con la energía atómica son falsos. 

El 4 de Mayo, en el curso de la Décima Conferencia Interamericana de Caracas, la Argentina denuncia la crisis económica del continente y exige terminar con el colonialismo
Una huelga de metalúrgicos que hacen una protesta en varios barrios de Capital Federal es reprimida violentamente y hay cuatro muertos. Arturo Frondizi es elegido Presidente del Comité Nacional de la U.C.R. y en Rosario un grupo de dirigentes de inspiración católica fundan el Partido Demócrata Cristiano. 

CAPITULO V: SEGUNDA PARTE (1955-1958)

LA REVOLUCION LIBERTADORA O FUSILADORA (1955-1958)

Año 1955: El derrocamiento de Perón

Año de tensiones, rencores y violencia. El Congreso suprime la enseñanza religiosa en las escuelas y varios feriados de santoral. También son detenidos curas y laicos católicos. La Iglesia arma su defensa en las parroquias, organizaciones juveniles y sectores de las Fuerzas Armadas. Hay un sordo malestar en el oficialismo, integrado por algunos católicos practicantes. 

Entonces, el Congreso convoca a una reforma de la Constitución, ostensiblemente destinada a disponer la separación de la Iglesia y el Estado. Pero hay rumores de que también se anulará el artículo 40 que prohíbe la concesión de la explotación de hidrocarburos. Las versiones se basan en un anuncio del Poder Ejecutivo que ha hecho público su deseo de ofrecer en concesión vastas zonas de la Patagonia a compañías estadounidenses y estos produce escozor en los sectores del peronismo de origen nacionalista. El 14 de Junio, día de Corpus Christi, se realiza una impresionante marcha opositora que parte desde la Catedral y llega hasta el Congreso. Al día siguiente, el Presidente Perón acusa a los manifestantes de haber quemado una Bandera argentina y expulsa del país a dos altos prelados. Pronto se sabe que la acusación presidencial es un invento del ministro del Interior, Angel Borlenghi

Dos días más tarde, al mediodía, aviones de la Marina atacan la Casa Rosada con la confesada intención de matar al Presidente, quien minutos antes se ha refugiado en el Ministerio de Guerra. El bombardeo provoca centenares de muertos y heridos. En tanto, grupos que operan sin ser molestados por la Policía provocan incendios en una docena de iglesias y hay destrozos en la Curia. 

El ambiente es tétrico en los días siguientes. Semanas más tarde, y de manera inesperada, Perón pronuncia un discurso en el que anuncia una etapa de conciliación y luego destituye a algunos ministros y otros altos funcionarios. 

La nueva actitud del Presidente hace posible que Arturo Frondizi, titular de la UCR, hable por radio. Es la primera vez en diez años se escucha una voz opositora por un medio de difusión. Pero más tarde, Perón produce una impensada maniobra. Anuncia que renuncia a la presidencia. Inmediatamente, se pone en marcha la maquinaria oficial, que organiza una concentración en Plaza de Mayo para disuadir a Perón de su decisión. En esta oportunidad, 31 de Agosto, el Presidente pronuncia palabras casi demenciales y autoriza a cualquier peronista a matar a quien conspire y asegura que “por cada uno que caiga de nosotros, caerán cinco de ellos”.  

Aunque estas declaraciones no tienen ninguna secuela, las palabras de Perón deciden a un grupo de hombres de armas lanzarse a la acción revolucionaria. El general Eduardo Lonardi se hace fuerte en un regimiento de Córdoba el 16 de Septiembre, mientras toda la Armada se subleva. La represión ordenada por el Presidente no es efectiva y en tres días su poder se derrumba. El golpe se autodenomina Revolución Libertadora.

La C.G.T. se declara en huelga general, pero cede ante la presión militar. Perón dirige su renuncia al consejo de generales y se refugia en la Embajada de Paraguay, desde donde se lo llevará a Asunción. En consecuencia, Lonardi asume la presidencia de facto el día 23 y anuncia una consigna de difícil cumplimiento: “Ni vencedores ni vencidos”. Entre los primeros actos de Lonardi, se destituyen magistrados y funcionarios, se anuncia la devolución del diario La Prensa a sus dueños anteriores y se designan comisiones investigadoras. Pero grupos de militares cerradamente antiperonistas (llamados “gorilas”) entienden que Lonardi es demasiado blando y no lleva a cabo la tarea de “desperonizar” al país con suficiente energía. En Noviembre, se lo remueve del cargo y en su lugar ocupa la presidencia el general Pedro Eugenio Aramburu. Comienza así una etapa de Mayor represión. Se disuelve el Partido Peronista y se intervienen los sindicatos.

AÑO 1956

En los primeros meses de 1956 fallece Eduardo Lonardi primer presidente de la revolución libertadora. A principios de Enero el Presidente de facto, Pedro Eugenio Aramburu, anuncia los lineamientos de su gobierno. El 7 de Julio se anuncia el nuevo Estatuto de los Partidos Políticos y se prometen elecciones en cuanto se den las condiciones y afirma que la "Revolución no tiene dueños ni admite herederos". Paralelamente, se da a conocer el Plan Prebisch, elaborado por el economista Raúl Prebisch, que tiende a evitar la inflación y sustituir gradualmente el sistema económico estatista heredado del peronismo.

El 1º de Mayo se vuelve a dar vigencia a la Constitución de 1853, declarándose nulas y sin valor las reformas realizadas en 1949. Al mismo tiempo, se dice que, oportunamente, será convocada una nueva convención constituyente para actualizar el texto constitucional.

Se institucionaliza el apoyo civil al golpe de Estado: la Junta Consultiva del Gobierno está integrada por Oscar Alende, Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo y Nicolás Repetto, entre otros.
Otras medidas del gobierno de Aramburu incluyen la devolución a sus antiguos propietarios del diario La Prensa, la demolición de la futura residencia presidencial construida en Avenida del Libertador y la suspensión de la ley que permitía el divorcio y que había sido anunciada en 1954. El Ministro Alsogaray promete que, en menos de tres años, el país logrará autoabastecerse de petróleo.

El 22 de Febrero estalla un polvorín militar en el Gran Buenos Aires, cerca de la General Paz. Lo suceden una ola diferentes atentados: comienza a hablarse de la Resistencia Peronista. Jorge Luis Borges, en tanto, es designado director de la Biblioteca Nacional. 

Se crea la empresa Ferrocarriles del Estado, de la que dependerán todas las líneas ferroviarias del país y se reconstituye el Consejo Nacional de Educación. Además, se otorga autonomía a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F.), la Argentina adhiere al Fondo Monetario Internacional (F.M.I.) y se crea la Junta Nacional de Granos. A través de un censo, se establece que en el país hay 250.000 establecimientos industriales y que la existencia de vacunos alcanza los 46.000.000 de cabezas. Por otra parte, se dispone un aumento del salario mínimo.

Un levantamiento cívico-militar, que estalla en la noche del 9 de Junio y cuyo jefe es el General Juan José Valle es reprimido severamente. Por orden del Presidente Aramburu, son fusiladas casi 30 personas, entre ellas el jefe del movimiento. Perón, desde el exilio, condena el movimiento y califica despectivamente a sus autores. Además, hay huelgas de obreros gráficos y textiles, a pesar de que sus respectivos sindicatos y que la CGT están intervenidos por delegados del gobierno de facto.

En Noviembre, se reúne en Tucumán la Convención Nacional de la U.C.R. A pesar de que el sector que responde a Ricardo Balbín ha pedido que la elección del candidato presidencial se realice mediante el voto directo de los afiliados, la Mayoría del cuerpo, adicta a Arturo Frondizi, resuelve aplicar las normas tradicionales de la carta orgánica y con quórum estricto, ya que se retiran los delegados balbinistas, sabattinistas y unionistas, proclama la fórmula Frondizi-Alejandro Gómez. La designación del candidato radical provoca una grieta en la unidad partidaria que pronto provocará una división. Casi sobre fin de año, el gobierno de Aramburu lleva a cabo una amplia "purga" en el Ejército, donde casi 20 generales son pasados a retiro y son detenidos los generales León Bengoa y Uranga. En tanto, un severo flagelo azota al país en los meses de verano: la poliomielitis, que causa casi 3.000 muertes, unos 2.200 se registran en Buenos Aires. 

AÑO 1957

El gobierno de facto convoca a elecciones de constituyentes para reformar la Constitución de 1853. Estos comicios se llevan a cabo el 28 de Julio y su resultado sorprende a todos. Respondiendo a las órdenes de su jefe, los peronistas han votado en blanco (24,3 por ciento de los votos); la U.C.R. del Pueblo, que apoya a Balbín, obtiene el 24,2 % y la U.C.R. Intransigente, el 21,2 %. Esto significa que el resultado de las elecciones generales dependerá de la actitud que tome el justicialismo o mejor dicho, Perón.

En tanto, la división del radicalismo es irreversible. Arturo Frondizi no renuncia a su candidatura y forma la U.C.R. Intransigente. Por su parte, los partidarios de Balbín, Sabattini y los unionistas se unen en la UCR del Pueblo, que proclaman la fórmula Ricardo Balbín-Santiago del Castillo. Cuando se reúne en Santa Fe la Convención Constituyente el 30 de Agosto, los delegados intransigentes impugnan la reunión y se retiran, dejando al cuerpo con quórum estricto. La Convención apenas alcanza a sancionar un artículo que contiene derechos sociales y luego, al retirarse, el sector radical que responde a Sabattini, queda sin quórum. 

El gobierno pone en libertad a numerosos detenidos políticos y gremiales, al tiempo que convoca al congreso de la C.G.T. De esta reunión surge la organización de 62 sindicatos netamente peronistas que meses más tarde convocará a una huelga general. Esta se suma a movimientos de fuerza que realizan los telegrafistas y empleados telefónicos. Aramburu ha convocado a elecciones generales para el 23 de Febrero de 1958 y todos los partidos, en especial las dos fracciones del radicalismo, se mueven febrilmente para obtener el triunfo. Los seguidores de Frondizi realizan activas solicitudes a diversas jerarquías del peronismo para obtener su apoyo.
            Los dirigentes de la UCR del Pueblo acentúan su aproximación al gobierno de facto. En tanto, en su exilio de Caracas -que pronto deberá cambiar por Ciudad Trujillo, por el derrocamiento del dictador venezolano Pérez Giménez - Perón escucha ofertas, estudia proposiciones y trata de que sus huestes permanezcan homogéneas y no se pronuncia en ningún sentido. En la Argentina, se dispone el remate de las joyas y obras de arte que pertenecieron a Perón y a Evita.
           
AÑO 1958: FIN DE LA LIBERTADORA: FRONDIZ PRESIDENTE

Es un verano caliente debido a la campaña electoral. Cuatro días antes de los comicios del 23 de Febrero, se transmite una orden de Perón dirigida a sus partidarios. Les dice que deben votar por el candidato de la U.C.R.I., Arturo Frondizi. Luego se denuncia que esta decisión es producto de un pacto entre el ex Presidente y Frondizi. Pero éste siempre negará que haya firmado ese acuerdo. La cuestión es que el triunfo de Frondizi es arrollador: gana en todos los distritos y sus votos duplican los conseguidos por Ricardo Balbín, el candidato de la UCR del Pueblo.

OBRA DE GOBIERNO DE LA LIBERTADORA

  1. Se emprendió el juicio por "traición a la Patria" contra Perón y figuras de su gobierno. Un tribunal militar separó al líder de sus rangos castrenses.
  2. El diario LA PRENSA fue restituido a sus propietarios y fueron clausuradas publicaciones que simpatizaban con el Presidente derrocado.
  3. El Partido Peronista fue proscrito, la Fundación Eva Perón fue disuelta y sus bienes fueron liquidados.
  4. Los restos de Eva Perón, que se encontraban en la C.G.T., fueron retirados y transferidos a un lugar desconocido por años.
  5. Pesó la prohibición de toda canción, emblema y nombre asociado al peronismo.
  6. La Comisión Nacional de Investigaciones acentuó su acción allanando y deteniendo.
  7. El gobierno se autodefinió liberal y democrático, al tiempo que ponía en práctica un plan para "desperonizar" el país para el cual contó con el apoyo de partidos políticos que reclamaron un endurecimiento del régimen.
  8. Las universidades fueron intervenidas. Los docentes comprometidos con el peronismo fueron expulsados y se propició el regreso de aquellos exiliados en la década anterior.
  9. Se estableció un nuevo Estatuto Universitario que estableció el gobierno tripartito: docentes, estudiantes y egresados.
  10. La C.G.T. y casi todos los sindicatos fueron intervenidos.

MEDIDAS ECONOMICAS DE LA LIBERTADORA

  1. El General Lonardi nombró Ministro de Economía a Raúl Prebisch, técnico de las Naciones Unidas, quien aconsejó adoptar medidas para evitar la inflación ante la pérdida de divisas y la descapitalización provocada por la gestión de Perón.
  2. Argentina se sumó a los Convenios de Brettón Woods y se convirtió en miembro del Fondo Monetario Internacional. ESTE HECHO FUE SIN DUDAS, LA CAUSA FUNDAMENTAL DEL DERROCAMIENTO DEL GOBIERNO DE JUAN DOMINGO PERÓN. Y A PARTIR DE ESTE INGRESO COMIENZA EL DEBACLE, LA DECADENCIA Y EL DESASTRE QUE SOPORTÓ LA ARGENTINA EN MÁS DE SESENTA AÑOS DE PERTENECER A ESTA SINIESTRA INSTITUCIÓN DEL IMPERIALISMO ESTADOUNIDENESE.
  3. El IAPI desapareció, pero no significó esta medida la liberación por completo del comercio exterior de cereales.
  4. Se restablecieron la JUNTA NACIONAL DE CARNES y la JUNTA NACIONAL DE GRANOS, reguladoras de estos productos.
  5. La CAP (Corporación Argentina de Productores de Carne) fue entregada a los productores.
  6. Fueron concretadas en este período obras que emprendió el gobierno peronista. Algunas de ellas fueron: inauguración en 1957 de la Superusina de San Nicolás, en el Paraná, proveedora de energía para Buenos Aires y sus alrededores; instalación de la industria automotriz KAISER INDUSTRIES CORP en Córdoba.
  7. En Río Turbio se creó un ente estatal para explotar los yacimientos de carbón.
  8. Se construyó el oleoducto Campo Durán - San Lorenzo y se descubrieron nuevos yacimientos de hidrocarburos en Mendoza.
  9. En Zárate comenzó la producción de poliestireno.

            En líneas generales las medidas adoptadas resultaron insuficientes para revertir la situación del país en lo económico, político y social..
CAPITULO VI: EL IMPULSO DESARROLLISTA 1958-1963

1) UN GOBIERNO ACOSADO

El marco político institucional al que Frondizi se enfrenta al llegar al gobierno.

Las condiciones políticas que permitieron la llegada de Frondizi a la presidencia estuvieron sesgadas por la fuerte presión militar que no querían saber nada de restauración de elementos peronistas y con rumores que aseguran que algunos sectores de las Fuerzas Armadas se oponen a la entrega del mando.
Perón ordena votar por Frondizi quien presenta una plataforma aceptable para el electorado peronista que estaba proscripto. Entre las amenazas militares que cuestionaban su política sindical y una lunática infiltración comunista en el gobierno y la presión del sindicalismo peronista por recuperar los derechos conseguidos va a desarrollarse la presidencia de Frondizi que desde sus inicios se encontró con un muy campo de maniobra.
            En 1961 una rebelión del general Montero que fue sofocada, la visita del Che, la actitud tolerando hacia Cuba en la OEA fueron hechos que condenaron al gobierno dado el furibundo anticomunismo de las FF.AA. y que terminaron por derrocarlo
Frondizi se había comprometido en levantar la proscripción del peronismo pero no cumplió con su palabra sino recién en 1961.

2) LOS PROBLEMAS DE ENTONCES

Este punto trata de los problemas económicos de acuerdo al informe de la Cepal de 1959.

En 1959 la CEPAL publicó un estudio sobre la economía argentina donde analiza los resultados de la economía del gobierno de Perón, hablaba de la crisis estructural de la argentina: todo estaba lo hecho por Perón estuvo mal y a raíz de eso el país estaba atravesando una crisis estructural. Esta consistía en falta de divisas, sistemas de transportes malos, baja acumulación de capital, insuficiencia energética, escasez de materias primas, servicios básicos de mala calidad y una agricultura declinante poco tecnificada. La contradicción era que la Argentina se expandía, las importaciones crecían y agravaban el problema de la balanza comercial. Sólo 3 años entre 1949 y 1958 hubo superávit, del cual en 1953 se destacó por su importancia. Frente a las limitaciones al crédito la única forma de evitar una fuga de divisas era comprimiendo las importaciones. La dictadura aplicó un plan de corrección cambiaria consiste en tener un tipo de cambio alta para impedir las importaciones y estimular las exportaciones. Pero igualmente siguió siendo deficitario por los bajos precios de las materias primas. Todo lo que la Argentina compraba del exterior había pasado del 50% en 1928 a ser el 10% treinta años después: muchos productos de consumos que se importaban ahora se fabricaban en el país, gracias a la política de sustitución de importaciones. Esta se basaba en industrias livianas pero las maquinarias, equipos e insumos para permitir el funcionamiento de esas empresas debían ser importados. El problema surgió cuando se requirió de divisas para que la industria funcione y se desarrollara sobre una base más avanzada. Para esto, la única alternativa vista y analizada fue la de convocar al capital extranjero.

3) LA PROPUESTA DESARROLLISTA

Habla sobre el plan de desarrollo para la Argentina 

El desarrollismo fue un gran intento para convertir a la Argentina en un país industrializado con las regiones integradas en polos productivos. Se trataba de completar la industrialización que había iniciado en la década anterior.
Su punto de partida era transformar las manufactureras para convertir al país en una nación industrializada. El camino recorrido mostraba el carácter desbalanceado de la estructura industrial argentina que se basaba en las ramas livianas y el objetivo era pasar de tener una economía agroexportadora a una economía industrial. Había que unir las fábricas de insumos y bienes de capital a las ramas más expandidas. Las líneas de la propuestas desarrollistas eras las siguientes:

1) Multiplicar la producción de petróleo y gas. El 20% de las importaciones equivalentes a 300 millones de dólares correspondía a recursos energéticos. Ahorrar esas divisas era imprescindible para desarrollar otros rubros.

2) Su fórmula petróleo + carne = acero + industrias químicas significaba conseguir el capital de las exportaciones del primera término para impulsar el despegue con la instalación de ramas químicas.

3) El desarrollo siderúrgico necesitaba de la explotación de carbón y de hierro que podía ser provisto por SOMISA

4) Impulsar la producción de la energía eléctrica para terminar con su ineficiencia.

5) En menor escala considerar las industrias del papel, cemento, maquinarias y equipos.

6) El problema agropecuario era una cuestión de atraso tecnológico que podía resolver con un programa de inversiones adecuado. Para ellos, el problema no era ni la concentración de la tierra ni de la tenencia.

7) Un plan de obras públicas para la construcción de rutas y autopistas, aeropuertos, vías férreas con el fin de terminar con el atraso en materia de transportes para integrar al país y descentralizar las actividades económicas

8) Crear centros de consumos y producción en las provincias para lograr un mercado interno integrado y no concentrado en Buenos Aires.

9) Todos estos objetivos tenían que conseguirse rápido y en todos los frentes al mismo tiempo. La Argentina tenía que romper con la trampa de la pobreza según la cual, ha medida que se desarrollaba un país, fuerzas opuestas a la tendencia del gobierno empujan en sentido contrario para mantener a un país pobre en la pobreza y no se puede salir por falta de inversión y capitales.

10) Fuerte participación del estado en el desarrollo, control y marcha del plan de desarrollo.

Como sucede a lo largo de la historia argentina el problema determinante es la ausencia de divisas suficientes para desarrollarse. Tenemos que extraer petróleo, levantar puentes, construir carreteras, autopistas y ferrocarriles; aumentar la producción de acero, hierro, implantar industrias químicas, petroquímicas, celulósicas, del papel, instalar aeropuertos, modernizar los puertos marítimos. El gobierno que quería desarrollarlo todo de una vez pensaba que la única fuente de financiamiento era el capital extranjero. Esta propuesta provocó un debate en toda la República y al presidente le cayó una lluvia de críticas tanto de la oposición como de su propio partido. Frondizi hizo lo que el criticó en su momento y lo dejó plasmado en su libro Petróleo y Política donde rechazaba la entrada del capital extranjero para la exploración petrolera pues afirmaba que YPF por sí sola podía lograr el autoabastecimiento de combustibles.

La entrada de capitales extranjeros estaba condicionada a que el clima político interno no genere preocupación en las empresas que iban a venir a invertir ya que ellos consideran prioritario la existencia de un ambiente favorable a los negocios y sin conflictividad social. Lo primero fue sancionar una ley de inversiones extranjeras

4) 1958: ¿CLIMA PARA LA INVERSION?

La actitud frente a los sindicatos y al peronismo

El mal llamado clima para las inversiones significa nada de actividad sindical, nada de aumentos de salarios, nada de leyes laborales que restrinjan la “libertad” de maniobra de las empresas. Frondizi apoyado por los votos peronistas no estaba dispuesto a tomar medidas represivas contra los sectores que lo votaron tal como querían las multinacionales. La CGT logró que le aprobasen una ley de asociaciones profesionales, se revocaron los decretos anti CGT, se aprobó una ley que reconocía al mayor gremio por rama de actividad; aumentó en un 60% los salarios congelados desde febrero de 1956.

A la rápida expansión de la economía se produjo un aumento de importaciones y un fuerte incremento de precios que devoró todo el aumento salarial. Con balanzas de pago y comercial deficitarias la Argentina estuvo a punto de caer en cesación de pagos y para evitarlo obtuvo un préstamo del FMI para cubrir el déficit fiscal.

5) LA BATALLA DEL PETROLEO

La cuestión del petróleo en el marco de los contrato firmados con las multinacionales

Se firman contratos para la exploración y explotación de los recursos petrolíferos para sustituir con producción local el gasto de importación de hidrocarburos. Al nuevo Presidente le esperan años difíciles. Hay huelgas de médicos, de petroleros y Ferroviarios. El anuncio, realizado el 24 de Julio, de que empresas privadas contratarán con YPF la exploración y extracción de petróleo desata una batalla desde la oposición y en el propio partido del Presidente.

La UCR del Pueblo asegura que los contratos que se suscriben son insanablemente mitos. Sin embargo, el gobierno inicia lo que denomina "la batalla del petróleo" que en dos años hará posible el autoabastecimiento en este rubro. 

En tanto, se deroga la ley de residencia, se sanciona la ley de asociaciones profesionales y es promulgado el Estatuto del Docente. Además, la C.G.T., deja de estar intervenida, se crea Yacimientos Carboníferos Fiscales y la Universidad de Buenos Aires abre su propia editorial: EUDEBA. Los antiguos territorios nacionales, convertidos en provincias, inician su vida institucional sin mayores problemas. 
           
6) EL ESFUERZO POR LA ESTABILIZACION

Vasto programa de ajuste para contener la inflación, recuperar reservas del BCRA, obtener divisas, eliminar el déficit fiscal y comercial, atender el pago de los servicios de la deuda externa e impulsar la inversión para apuntalar el desarrollo económico. El Presidente Frondizi anuncia el 31 de Diciembre su plan de estabilidad y desarrollo, el cual incluye la cancelación de todo tipo de cambio y de subvenciones y la desregulación de la economía. Durante algunos meses, estas medidas traerán una vertiginosa alza del costo de vida y un aumento de la cotización libre del dólar. Fue un fuerte ajustazo salvaje al consumo público y privado muy resistido cuyas medidas principales fueron

1) Se liberaron las restricciones al comercio exterior y las divisas
2) Se unificó el mercado cambiario.
3) Se establecieron retenciones a las exportaciones de carnes y cereales
4) Se abolieron los controles y permisos a las importaciones.
5) Para los bienes de lujo se impuso un arancel del 300%
6) Se gestionaron préstamos al exterior por 329 millones de dólares firmándose acuerdos con el FMI, el Eximbank y el Tesoro de los EE.UU. la mayor parte destinados a proyectos de inversión y desarrollo
7) Con se creó un fondo de estabilización para regular el comercio exterior
8) Se lanzó un plan de reducción del personal del estado, de suspensión de obra pública y limitación de aumentos de salarios para el sector público.
9) La política monetaria implicó altos encajes y fue restrictiva limitándose sólo al 2% la emisión sin respaldo.

Los resultados de la nueva política económica acorde con el plan de estabilización sugerido por el FMI y aplicado por el Ingeniero Alvaro Alsogaray, que fue uno de sus ministros de Economía. Las medidas principales de la política económica estuvieron constituidas por:

  • Contención de la emisión monetaria y lucha contra la inflación.
  • Un fuerte estímulo a la radicación de capitales extranjeros, para lo cual se liberalizaron todas aquellas medidas de política económica que podían presentar algún obstáculo.
  • Aceleración en el proceso de privatización de las empresas estatales.
  • Estímulo al desarrollo de industrias básicas como el petróleo, carbón, acero, petroquímicas, etc.
  • Utilización del déficit fiscal como instrumento para el estímulo de la actividad económica.
  • Racionalización de las empresas públicas y la burocracia estatal.
  • Eliminación del proteccionismo y modernización compulsiva de la empresa privada por medio de la competencia.

Los efectos de este conjunto de medidas sobre la economía fueron:
  • El costo de la vida, a pesar de las medidas antiinflacionarias, subió un 100% en 1959.
  • Se produjo una fuerte “desnacionalización” del aparato productivo.
  • Una fuerte concentración de la propiedad agraria e industrial en manos de corporaciones multinacionales.
  • Se redujo el nivel de empleo, el ingreso real de los asalariados, y por lo tanto el consumo global.
  • Se observaron problemas crecientes de la balanza de pagos.

El resultado global fue un fortalecimiento de la gran burguesía monopolista, la profundización de la dependencia, una redistribución regresiva del ingreso nacional, y un desarrollo de las fuerzas productivas, particularmente de la industria automotriz y la energética a través de la penetración de las multinacionales que van a copar el mercado interno.

Frondizi con su plan económico había enfrentado directamente al movimiento obrero que había hecho posible su triunfo electoral. La respuesta fue una creciente ola de huelgas, entre la que se destaca la del Frigorífico Lisandro de La Torre, en 1959. La respuesta gubernamental fue el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), implantando la militarización del aparato del Estado. Con el se puso bajo jurisdicción militar las acciones policiales dirigidas a reprimir y juzgar “el peronismo”, persiguiendo activista peronistas y comunistas. Es en esta época desaparece el activista peronista Felipe Vallese.

7) EL INVIERNO YA PASO

En este punto se analizan 4 variables macroeconómicas: la inflación, la inversión, y salarios y empleos.

Inflación: Las turbulencias en la economía hacia mediados de 1959 logran ser tranquilizadas por la llegada de capitales externos y a la confianza que los inversionistas tienen en el gobierno y su plan de desarrollo. El dólar baja un 20% y los precios acompañan esa caída debido a la política monetaria restrictiva del Banco Central que también permitió reducir el déficit fiscal. Aumentó la recaudación impositiva; las empresas estatales pudieron pedir préstamos al exterior y el propio gobierno firmó el primer acuerdo stand by con el FMI de la historia económica argentina. Todos estos hechos crearon un colchón de divisas como para encarar las transformaciones que el gobierno de Frondizi tenía pensado. La economía argentina creció en 1960 y 1961 a un promedio del 8% una tasa altísima que se registraba desde hace 10 años. Los movimientos de precios en la Argentina estuvieron ligados no sólo al comportamiento de la demanda sino a la acción de las políticas cambiarias, monetarias, fiscal y salarial que ayudaron a que cuando los precios bajaban, los consumidores tuvieran más dinero en su poder, pudieran consumir más y se revalorizan sus ingresos. Sucedía lo contrario cuando los precios aumentaban.

Inversión. Fue el motor del crecimiento del gobierno desarrollista que en 1961 fue un 66% mayor que en 1959 y 47% más que en 1958. El boom inversor estuvo respaldado por la llegada de empresas extranjeras que ingresaron 322 millones dólares. Esta masiva entrada de capitales permitió aumentar las reservas del Banco Central a pesar de la salida de divisar en concepto de pago de intereses. La inversión extranjera fue posible porque el gobierno las alentó con políticas impositivas y cambiarias que favorecieron tanto a empresas nacionales y a extranjeras. La ley de inversiones extranjeras 14780 y la de promoción industrial 14781 sentaron las bases para la transformación industrial argentina.

Salarios y Empleos: Hacia 1960 los salarios habían aumentado un 12% gracias al auge industrial. Sin embargo, pese a ese aluvión inversionista, las empresas no generaban empleos de acuerdo al crecimiento registrado. La industria crecía pero destruía empleos por la incorporación de tecnología que restaba personal a las empresas. Entre 1959 y 1961 se perdieron 150 mil puestos de trabajo.

8) LUCES Y SOMBRA DE LA NUEVA INDUSTRIA

Acá explica los resultados de la industrialización con ayuda del capital extranjero.

El 84% de las inversiones extranjeras autorizadas por la ley 14780 y el 94% del valor agregado fue dado por el desarrollo industrial impulsado por Frondizi.
Energía: lo más importante fue el aumento de la producción petrolera que permitió lograr el autoabastecimiento energético. Se creó la empresa SEGBA, se obtuvo financiamiento para la construcción de la usina de Dock Sud y se iniciaron los estudios para la construcción de la represa el Chocón.

Siderurgia. Gracias a Somisa la producción de acero se triplicó. Comenzaron a extraerse mineral de hierro de Sierra Grande.

Petroquímica: la inversión en 70 millones de dólares fue una de las industrias claves de este gobierno.

Cemento: Se multiplicaron las construcciones por la extensión de rutas, autopistas, caminos por la intervención estatal que permitió al sector ampliarse un 32%.

Automóvil. Fue uno de los principales destinos de la inversión extranjeras a punto tal que se instalaron 25 multinacionales en el sector. Las falencias de este rubro fue la baja de producción de alguna de ellas que aprovechaban la facilidad del mercado protegido y los incentivos fiscales que generan plantas con un bajísimo perfil exportador. Al gobierno le importaba sólo el aumento de la producción y no se fijó mucho en la eficiencia y calidad: importaba el mercado interno y no tanto la exportación.
                  
9) UN DIAGNOSTICO PARA EL SECTOR RURAL

En este acápite los autores evalúan los resultados del desarrollismo en el sector agropeciario

Para el desarrollismo el agro no era un sector considerado para liderar el crecimiento. Como parte de un proceso integrador, el agro se uniría a la modernización desde un segundo lugar. Lo mejor para ellos fue la constitución del INTA y el auge de las inversiones. Existía un bajo nivel de inversiones en la producción agropecuaria por los altos costos de equipos y maquinarias y su función era la exportación para generar divisas. Para ello se impuso una política basada en el manejo cambiario, la monetaria por la devaluación y las retenciones que les favorecieron. La clave era la mecanización agrícola como sistema para aumentar la producción, pero los productores ante la falta de perspectivas no estaban convencidos de que las medidas del gobierno podía ser beneficioso para ellos. Como la industria abastecía el mercado interno, las exportaciones agrícolas se mantuvieron alrededor de los 1000 millones de dólares igual que en 1929. Esto despertaba incógnitas sobre el futuro productor del país.

10) RACIONALIZANDO AL ESTADO

El papel del estado durante el proceso desarrollista

El papel del estado en el gobierno de Frondizi. Entre las corrientes de pensamiento se debatía el papel que debía jugar el estado en la economía se enfrentaron el desarrollismo y el liberalismo. El gobierno optó por una fuerte intervención estatal fomentando el desarrollo industrial, al empresariado, el control sobre la balanza de pagos y la comercial, el manejo de las cuentas públicas y los proyectos de desarrollo.
Sobre esta base se crea el Comité Ejecutivo de la Racionalización encargado de eliminar empleados públicos sea por retiro voluntario o despidos. El gobierno se propuso reducir la cantidad de empresas estatales privatizando el sistema de transporte colectivo de la Capital Federal y pidiendo la colaboración de un militar norteamericano para diseñar un plan de restructuración de los Ferrocarriles. Todas medidas lograron que lo largo del período el déficit público vaya desciendo año tras año.

11) FIN DE UN PROGRAMA; FIN DE UN GOBIERNO

En este punto se detiene a ver analizar los dos últimos años del gobierno desarrollista que no pudo sostener el ímpetu inicial. Con la salida de Alsogaray y la llegada de Roberto Alemann refuerza el rumbo liberal de Frondizi donde persistía un fuerte déficit comercial, un crecimiento de precios y un poder de presión sindical para recuperar sus derechos y que se aumenten los salarios deteriorados por la inflación y su congelamiento. Los sindicatos llevan la lucha política del movimiento obrero ante la ausencia de Perón y resisten los planes del gobierno quien se ve permanentemente acosado por los militares para impedir que el peronismo reconquiste posiciones.

El nuevo plan de ajuste tiene como objetivo reducir el gasto público y reducir la cantidad de empleados en el estado, para lo cual, el gobierno contrata al norteamericano General Larkin para estudiar un plan para echar a 75.000 agentes de los ferrocarriles. La respuesta del gobierno a la resistencia de los trabajadores es la implantación del plan Conintes donde los militares pasan a tener jerarquía superior a los gobernadores, se declara el estado de sitio en todo el territorio. La situación se agrava que lleva a la renuncia de Alemann. Tras las elecciones del 18 marzo de 1962 en que triunfa Andrés Framini en la provincia de Buenos Aires es visto por los militares como un peligro de restauración peronista que no piensan permitir. El día 29/03 es derrocado Frondizi y se inicia otra etapa desastrosa de la historia argentina.

12) EL AGITADO INTERREGNO DEL PARTIDO MILITAR

En este punto se estudia la interna de los militares, sus problemas internos, sus enfrentamientos y sus posiciones políticas. Lo más destacado en la lucha entre azules (legalistas) que deseaban una  vuelta al orden constituciones con participación peronista restringida. Los colorados (gorilas antiperonistas) no querían saber nada con el peronismo y eran partidarios de una dictadura eterna. La lucha se resolvió a favor de los azules cuyo jefe Onganía se convertiría en el árbitro de la política en la Argentina. Una sublevación de la marina sofocada en abril de 1963 fue un intento de impedir la aplicación de un proyecto democrático de los militares azules. Nuevas proscripciones impidieron la presentación de candidatos peronistas para las elecciones presidenciales de julio de 1963. La victoria de Arturo Illia con el 25% de los votos abría la posibilidad de retornar a la legalidad democrática aunque la temible presencia militar iba a constituir un factor de desestabilización y de limitación al nuevo gobierno. Illia llegaba absolutamente condicionado pero logro manejarse con cierta soltura.

13) UNA TAREA IMPOSIBLE: LA POLITICA ECONOMICA DE GUIDO

Guido asume la presidencia bajo la presión de los militares quienes se consideran herederos de la fusiladora de 1955 y como expresión de los intereses oligárquicos nombra a Federico Pinedo como ministro de economía cuya medida principal fue implantar una brutal devaluación para favorecer a las empresas exportadoras. A Pinedo le sigue Alvaro Alsogaray quien con sus medidas provoca de una las recesiones más terribles en la historia económica argentina entre 1962 y mediados de 1963. Otra vez con el ajuste típico de achicar el estado, recortar el gasto público, contener la inflación y la emisión del empréstito 9 de julio forma parte del paquete de medidas que contribuyen a profundizar la crisis con caída en la ocupación, en la demanda y en los ingresos de la población.

14) UNA TORTUGA ENTRE MUCHOS AQUILES

Se refiere a la situación internacional en la que asume Illia en 1963.

Los años de los 50 el crecimiento argentino fue peor comparado con varios países como Brasil, México y Chile. Ni hablar de Europa, Canadá o los Estados Unidos. Era una palpable demostración de que el modelo agroexportador había caído en desgracia y su reemplazo por otro modelo no estaba claro. La industrialización fue distinta en Argentina que en México y Brasil (no teníamos un gran mercado interno, mano de obra ilimitada. Estábamos lejos de los centros económicos del mundo y parecía que lo conseguido hasta 1930, treinta años después se hubiera perdido todo).

La respuesta llegó con el desarrollismo y su plan de industrialización forzada que permitió conseguir un crecimiento sostenido por la inversión extranjera directa determinado por esa razón que los años sesenta sea un de los de mayor expansión en la historia argentina.

CAPITULO VII: UNA PRIMAVERA ECONOMICA (1963 – 1973)

1) OTRA DEMOCRACIA A MEDIAS: Punto de partida

Arturo Illia accedió a la presidencia en 1963 por una vía solo parcialmente democrática. La administración de Ilía no fue precisamente de aquellas que comienzan con viento a favor.  El Gobierno debió enfrentar la amenaza sindical y manejar la presión militar.

Los males económicos y políticos, aparecieron de nuevo juntos, la secesión de 62-63 golpeo a los sectores populares con mas intensidad. El problema es que se extendió el desempleo a un 8,8% entre los mas castigados estaban los empleados públicos.

En la discusión pública, se hablaba de la iliquidez que aquejaba a  la economía argentina.  La restricción del crédito se originaba en la reversión de los flujos de capital desde el exterior. No era fácil para los empresarios argentinos obtener créditos en el extranjero y cuando los conseguían eran a una tasa de interés bastante alta. El gobierno de la UCRP tendría como prioridad irrenunciable la reactivación de la economía y el equilibrio fiscal o la estabilidad de precios.

La incógnita principal era si había manera de librar a la economía Argentina del cepo que durante 15 años, venía trabando su crecimiento económico. A ese cepo los economistas lo llamaron Stop and go (frenar y andar) ya que no se distinguía una tendencia de crecimiento como en el resto del mundo.

Entre 1948 y 1963 el producto per cápita de la argentina había aumentado apenas el 4%, una performance decepcionante frente al promedio mundial de alrededor del 50%.
A principios de los 60, la sustitución de bienes importados por producción nacional, se había completado para la mayor parte de las ramas industriales. Seguía dependiendo del exterior la provisión de maquinarias y equipo para inversión que representaban más del  90% del total de las compras al exterior. Las exportaciones permanecían estancadas.

Las necesidades de divisas para importaciones excedían a las que podían conseguirse por exportaciones. Era entonces cuando debía recurrirse a la devaluación de la moneda que tenia el doble efecto de alentar las exportaciones y disminuir las importaciones que provoco disminución del consumo interno porque a medida que aumentaban los precios de los bienes comerciables internacionalmente, el salario real caía. Ese Stop ayudaba a contener la demanda por importaciones y revertir el déficit externo.

3) GO AND GO


Para el Ministro Blanco había que hacer todo lo posible por sacar a la economía de la recesion que había iniciado junto con el gobierno de Guido. La conducción de Blanco tenia una política Keynesiana: Expansión fiscal a través de aumentos en las compras del estado mas estimulo al crédito vía emisión monetaria. Ese año el gasto aumento un 25% y un déficit del sector publico del 6%. Record de la base monetaria: un 40% en un solo año. El incentivo financiero se administró con un ojo puesto en el índice de desempleo.

4) FANTASIA Y REALIDAD DE UNA REVOLUCION NACIONAL


Acá habla de la dictadura militar del General Juan Carlos Onganía un oficial formado en los Estados Unidos, de ideología pro norteamericana, anticomunista, antiperonista que derrocó al gobierno radical de Arturo Illia con el fin de quedarse eternamente y encima tuvo la osadía de llamar a su golpe fascista “Revolución Argentina” cuando en realidad una dictadura feroz y salvaje que continuó el proceso de decadencia argentina iniciada en 1955 con la revolución fusiladota y cuya expresión más patente de su locura política fue la noche de los bastones largos cuando intervino la UBA golpeando, arrestando y expulsando a miles de docentes, estudiantes, profesores: destruyó toda la inteligencia del pensamiento argentino: proyectos de investigación, laboratorios, equipos e instrumentos que aun hoy estamos padeciendo. Todo el capítulo habla de esta “presidencia” que intervino sindicatos, prohibió los partidos políticos, cerró el congreso, las cárceles se llenaron de presos políticos y muchos debieron exiliarse.

 

5) MUNDO FELIZ


Habla de la situación internacional entre 1963 y 1973 que está consideraba la edad de oro de la edad de oro que se inicia con el fin de la Segunda Guerra Mundial y comienza su fin con la ruptura del sistema monetario mundial de Bretton Woods en agosto de 1971 hasta que la guerra de 1973 desata una estampida del precio del barril del crudo (petróleo) con lo cual una nueva crisis (la energética) emerge con gran fuerza poniendo en peligro la estabilidad del capitalismo como sistema mundial. Habla de las economías de EE.UU, Japón, Europa y de los países socialistas cuyas tasas de crecimiento son variadas.

Los cuatro elementos que caracterizaron la época de oro del capitalismo fueron la revolución tecnológica, el auge del comercio mundial, los movimientos de capitales y la cooperación internacional a nivel de países y de bloques regionales. Después desarrollo cada punto. Y se destaca el papel preponderante de los Estados Unidos como primera potencia mundial tanto económica, como política y militar que estaba embarcada en la guerra sangrienta con el pueblo de Vietnam quien les dará una glorioso paliza provocándole al imperio americano su primera derrota militar en el siglo XX.

6) LA ARGENTINA EN CARRERA


Los autores del libro hablan sobre la evolución del PBI Argentino en esos años y siguió a la tendencia mundial ya que el país entre 1960 y 1974 creció como nunca antes lo había hecho y cuestionan las interpretaciones de ciertos intelectuales según los cuales la Argentina entre 1963 y 1973 vivió un período de largo estancamiento económico como consecuencia del subdesarrollo. Este se explicaba por la teoría de la dependencia que sostenía que la situación subalterna o de subordinación a las políticas de los países centrales era funcional sus necesidades debido al poder que estos tenían sobre los países menos desarrollados e impedían cualquier cambio o intento de desarrollo autónomo.

Es la época del inicio del milagro brasileño que en la Argentina despertaba envidia y temor. La Argentina tuvo un crecimiento del PBI del 6.7% anual

7) AGRO: LA MODERNIZACION


El renacimiento de las pampas fue un logro de la agricultura más que de la ganadería.  Entre los años 1960/64 y 1970/74 la producción de trigo, maíz, soja, sorgo y girasol aumento un 5,1 % al año. La clave de la recuperación pampeana fue tecnológica. La revolución mecánica en el agro por fin se concreto a gran escala. Paulatinamente se fue difundiendo el uso de semillas mejoradas, el uso de las híbridas, en el empleo de tractores y una mecanización creciente de las tareas. Los diversos gobiernos impulsaron incentivos al sector y de acuerdo a los precios registrados combinaron políticas cambiarias e impositivas para no perjudicar a los productores. La recuperación de la agricultura se reflejo en un mayor volumen de exportaciones. De los años 60 datan los primeros acercamientos a los piases socialistas como destinos de los productos argentinos.

8) EL ALIVIO EXTERNO

La recuperación del agro permitió mejorar las exportaciones. En los años 1963-1973, hubo 9 de superávit  y sólo 2 de déficit (1963 y 1971). La Argentina retornaba así a la combinación de superávit de comercio y déficit en los servicios financieros.

El excedente en el comercio exterior vino por el aumento de las exportaciones y la baja de las importaciones gracias a que los términos del intercambio fueron favorables al país.

En esos años comenzaron a exportarse productos a nuevos mercados como los de los países socialistas de Europa Oriental que sería un gran objetivo del tercer gobierno peronista.

Lo principal que se consiguió es la diversificación de los productos exportados donde por primera vez se vendieron bienes industriales cuyo constante aumento entre 1962 y 1972 le correspondió pasar del 10% al 20% de todas las exportaciones argentina de la década, fruto del proceso de industrialización iniciado en los gobiernos de Perón y Frondizi.

9) EN BUSCA DE UNA INDUSTRIA MADURA


A pesar de la mejora en la balanza durante los años 60 persistía la preocupación por la restricción externa de la argentina. Se fue haciendo evidente que el margen para reemplazar producción importada por producción nacional era muy pequeño. Cada vez más se coincidía en la necesidad de exportar productos industriales, ya que con ello se dejaría de depender del sector agropecuario para obtener divisas. A la vez que se buscaba la competitividad de la industria argentina, se alentaba por la vía fiscal, cambiaria y crediticia impulsar la exportación de bienes industriales, que tenían como destino generalmente el mercado interno y se precisa vender productos con alto valor agregado. Pero a pesar del creciente peso que tenía la industria dentro del PBI y en la economía en general, sólo el 3% se dirigió a los mercados externos. Sonaron voces reclamando un modelo de país industrial exportador basado en las industrias naturales, es decir, aquellas en las que el país tiene ventajas comparativas.

El crecimiento industrial luego de la recesión de 1962/63 fue muy importante cuya tasa fue superior a la registrada en el gobierno de Perón y durante la etapa de Frondizi. Y a diferencia de este último, la industria fue generadora de empleos contribuyendo casi con el 60% en 1965 en los nuevos empleados creados entre 1951 y 1970 porque las empresas principalmente de trabajo intensivo más que de capital intensivo.

Esto vino acompañado del aumento del empleo y de los salarios que permitió mejorar la participación de los trabajadores en el ingreso nacional a pesar de la alta inflación.

10) VIVIR CON INFLACION


Aquí se habla de las causas y orígenes de la inflación en la Argentina. Se analizan las concepciones monetaristas y estructuralistas como los enfoques principales sobre el problema de la inflación como así también su comportamiento entre 1950 y 1970.

Al finalizar los años 60 la argentina ya se perfilaba a candidata a récord mundial de inflación sostenida en el siglo XX.

Entre sus perjuicios se enumeraba por lo general alguna combinación de estos: la incertidumbre respecto a los precios futuros, la intensificación de las múltiples pujas distributivas derivadas de la necesidad de redefinir los precios continuamente, el deterioro de las ctas. Publicas, el desaliento al crédito en moneda local y los costos asociados al menor uso del dinero.

La explicación tradicional de la inflación era la monetarista.  Nutrida en la teoría cuantitativa del dinero, señalaba a la rápida expansión de la cantidad del dinero como causa única de la inflación. En esencia, la inflación estructural no era otra cosa que la cara monetaria del stop and go. Con la revolución argentina iba a llegar después de alguna vacilaciones, un ataque mas frontal a la inflación.

11)  UN PLAN MOVIDO

Se trata el plan de estabilización de Krieger Vasena de Marzo de 1967 que en resumidas cuentas fue un violento ajuste antipopular y que puso el acento en mejorar la situación de las grandes empresas multinacionales extranjeras, al sector bancario financiero y a las empresas del estado.

La resistencia del pueblo este plan de la dictadura de Onganía llegaría en su mayor expresión con el Cordobazo de Mayo de  1969 que implicó la salida del ministro de economía y su reemplazo por Dagnino Pastore, quien lleva a cabo la primera reforma del signo monetario argentino en el siglo XX con la sanción de la ley 18.188 que crea el peso ley quitándole dos ceros al peso nacional vigente desde 1881.

El Cordobazo fue el comienzo del fin de la dictadura militar de Onganía quien es removido por los militares asumiendo el encargo militar en los Estados Unidos, Roberto Marcelo Levingston. Este nombra a Aldo Ferrer en economía quien impulsa un plan favorable a las empresas de capital nacionales frente a la voracidad de las multinacionales

12) SIN RUMBOS

Aquí habla del período que va de 1970 a la convocatoria a elecciones nacionales de 1973, es decir, de Lanusse a Cámpora. Estamos en los últimos 3 años de la dictadura militar que dejó un país empobrecido, endeudado, con una altísima inflación record en el siglo que ninguno de los ministros de economía nombrados pudo dominar ni aun eliminando al mismo

OBRA DE GOBIERNO DE ILLIA

Una de las primeras medidas del gobierno fue la anulación de los contratos petroleros con las empresas extranjeras, firmados durante el gobierno de A. Frondizi. Esta decisión, que formaba parte de la plataforma electoral, provocó graves problemas de abastecimiento. Fue necesario importar combustible y el país sufrió una considerable pérdida de divisas en concepto de indemnizaciones por la forma indiscriminada en que se llevó a cabo la anulación. Además aumentó la desconfianza internacional por el no cumplimiento de los compromisos asumidos por la Argentina.

Cuando los radicales llegaron al gobierno el panorama económico era desalentador. Se vivía una gran recesión; la tasa de desempleo era del 8.8% y el conjunto de la capacidad productiva instalada estaba trabajando al 55%. Todo esto provocó una fuerte caída de los ingresos fiscales porque muchas empresas dejaron de pagar los impuestos y los aportes jubilatorios.

El sector bancario tenía una situación muy comprometida. Durante la época de Frondizi y después de Pinedo, Alsogaray, Méndez Delfino y Martínez de Hoz, en nombre de la libertad económica no se aplicaron desde el Banco Central las normas que existían para la vigilancia de los créditos que otorgan los bancos. Así, los bancos privados y del Estado, especialmente el Banco Nación, habían otorgado créditos por encima de la capacidad prestable de las empresas. Al contraerse la actividad en el año 1962, las empresas se encontraron imposibilitadas de pagarles a los bancos los créditos que les habían dado para importar maquinaria. En muchos casos esta se encontraba arrumbada en el puerto de Bs. As. El gobierno decidió aplicar una estrategia de corto plazo, basada en el estímulo de la demanda y elaboró un Plan Nacional de Desarrollo para el quinquenio 1965 - 1969. Una buena cosecha permitió elevar el nivel de las exportaciones con saldo positivo en la cuenta corriente del Balance de Pagos.

Se logró incrementar el PBI en el orden del 8% entre 1964-965 con el correspondiente efecto sobre el empleo. Sin embargo no se pudo controlar el alza de los precios internos que pasaron la barrera del 30% anual entre 1965 y 1966. El gobierno trató de reaccionar con controles de precios que fueron resistidos por los empresarios.

La deuda externa constituía otro problema serio. El 56.2% de ella vencía en los próximos tres años, es decir, en 1966 por lo cual se decidió renegociar la misma con el Club de París.

El 15 de enero de 1964 el Parlamento consideró el proyecto de Ley de Medicamentos que señalaba el carácter de bienes sociales al servicio de la salud pública de los medicamentos. En su articulado se facultaba al Poder Ejecutivo para la regulación de los precios ya que, por estar la venta de medicamentos condicionada por las necesidades de la población, su proceso económico escapaba a la ley de la oferta y la demanda, de la libre competencia y de la libertad contractual.

A pesar de las presiones internacionales la ley fue aprobada. En marzo del mismo año de dio a conocer el nuevo Estatuto de los Partidos Políticos que posibilitaba la incorporación del peronismo a la vida cívica; establecía un control preciso sobre el patrimonio de los partidos; normas sobre proselitismo electoral y dejaba sin efecto las inhabilitaciones de los dirigentes gremiales, tanto obreros como empresarios.

RELACIONES INTERNACIONALES

El gobierno debió resolver con Chile un problema limítrofe conocido como "cuestión Palena" suscitada entre los hitos 16 y 17 de la frontera argentino-chilena. Como el país trasandino se negó a la solución bilateral se recurrió al arbitraje de la corona británica. Lo mismo sucedió con el paraje llamado Laguna del Desierto.

Las relaciones con EUA fueron buenas, a pesar de la anulación de los contratos petroleros. El 10 de mayo de 1964 la Argentina firmó un convenio de cooperación militar con los Estados Unidos. Este convenio se basaba en un nuevo concepto de la seguridad continental, cuyo núcleo consistía en reemplazar la doctrina del peligro extracontinental por otra que consideraba que la amenaza estaba dentro de América Latina. De acuerdo con esto las Fuerzas Armadas del continente cambiaban su rol de defensoras contra el enemigo exterior por el de fuerzas encargadas de la seguridad interna, destinadas a combatir la subversión y el comunismo.

En 1962 se había creado el Colegio Interamericano de Defensa que trató de vincular en forma regular a los oficiales de todas las fuerzas armadas del continente y difundió nuevas prácticas de "contrainsurgencia" para enfrentar la acción guerrillera, considerando necesario poner al día la doctrina, el armamento, el entrenamiento y la organización de los ejércitos.

Cuba constituía en esa época el factor desestabilizante de la política norteamericana. Se le acusaba de exportar la ideología marxista por medio de la acción guerrillera. La IX Reunión de Consulta de Cancilleres de la O.E.A. estuvo destinada a tratar ese tema. Los EUA hicieron sentir su presión para que los países del continente aislaran diplomática y comercialmente a Cuba. Nuestro canciller, el doctor Zavala Ortiz, aceptó repudiar el régimen comunista cubano pero se pronunció en contra de una acción compulsiva inmediata.

En septiembre de 1964 comenzó una nueva ofensiva diplomática de la Argentina ante la ONU por el reconocimiento de su soberanía sobre la Islas Malvinas. El 08 de ese mes, el piloto civil argentino de ascendencia irlandesa, Miguel Fitzgerald, descendió en una pista de carreras cuadreras en las cercanías de Puerto Stanley con un avión monomotor. Una vez en tierra clavó una bandera argentina y emprendió el regreso. El 12 de septiembre una muchedumbre lo recibió en el Aeroparque de Bs. As. y lo acompañó con una caravana de automóviles hasta el centro de la ciudad. Esta acción simbólica no fue avalada por el gobierno nacional que continuó sus reclamos por la vía diplomática.

En abril de 1965, tropas de infantería de marina de los Estados Unidos desembarcaron en Santo Domingo (República Dominicana) con el objetivo de "restablecer el orden democrático". Nuestro país justificó la intervención y condenó las interferencias castrocomunistas en los asuntos internos de los países americanos. Un argumento verdaderamente estúpido e inaceptable.

Stop and go (Contenido económico de esta política)

Ese cepo tuvo su bautismo: los economistas lo llamaron ciclo de marchas y contramarchas, o menos solemnemente, stop and go (frenar y andar). Así se trataba de describirse a una economía que parecía condenada al desesperado destino de Sísifo. Ya era una regularidad evidente que a los picos alcanzados en las expansiones seguían recesiones que arrojaban a la economía a un valle no mucho mas alto que el del ciclo anterior “NO distinguía, entre onda y honda, una tendencia definitiva al crecimiento, como la que se observaba en el resto del mundo. Entre 1948 y 1963 el producto per CAPITA de la Argentina había aumentado apenas 4%, una perfomance decepcionante frente el promedio mundial de alrededor del 50%.

Esa mecánica tenía bastante que ver con las características del desarrollo que, voluntaria o involuntariamente, había adoptado la Argentina a partir de la Gran Depresión Desde hacia un tiempo, el aislamiento respecto a las corrientes internacionales de comercio – al principio forzado por la crisis del 30 y por la Segunda Guerra, y a partir de los 40 consolidado por la voluntad de la política económica - venía trayendo como resultado paradójico una extrema vulnerabilidad exterior. Al comenzar la década del 60, la sustitución de bienes importados por producción nacional , orientada al mercado interno, se había completado para la mayor parte de las ramas industriales, seguía dependiendo del exterior, sin embargo, la provisión de algunos insumos y, sobre todo, de maquinarias y equipos para inversión Estos rubros representaban mas del 90 % del total de las compras al exterior .Las posibilidades de producción quedaban así fuertemente determinadas por la capacidad para importar. Pero el monto de importación estaba a su vez limitado por lo que el país pudiera exportar. A pesar de que las políticas económicas habían intentado desde la década del 50 revertir el sesgo antiexportador de los primeros anos del peronismo, las exportaciones permanecían estancadas en alrededor de 1000 millones de dólares.

En esas condiciones no había forma de evitar que las tendencias expansivas de la economía fueran de corto aliento ya que en algún momento las necesidades de divisas para importaciones excedían a las que podían conseguirse por exportaciones. Era entonces cuando debía recurrirse a la devaluación de la moneda que tenía el doble efecto de alentar las exportaciones y disminuir las importaciones, aunque con una mecánica muy particular, determinado por el carácter semiindustrializado de la economía Argentina. Más que estimular la producción de bienes exportables -la reacción tradicionalmente asociada a una devaluación de la moneda- la devaluación provocaba una disminución del consumo interno, porque a medida que aumentaban los precios de los bienes comercializables internacionalmente, entre los cuales se contaban primordialmente los alimentos, el salario real caía.

La contracción del consumo era mas intensa en los encarecidos bienes de exportación y, aun con la producción rural estática, esa declinación se reflejaba en un aumento de los saldos exportables Aunque en menor medida también disminuya la demanda por bienes no comercializables -entre los cuales se contaban la mayoría de los productos industriales, fuertemente protegidos- desencadenando una recensión. Ese stop ayudaba a contener la demanda por importaciones y revertir el déficit externo.

Solo cuando los salarios nominales empezaban a reaccionar, acarreando consigo a los costos y precios industriales, se reavivaba el consumo, la producción y las importaciones, pero en esa recuperación estaba la semilla de una nueva caída. Esa fatal cadena de causas y efectos podía quebrarse si el déficit de comercio se prolongaba por un tiempo mas largo, utilizando para ello financiamiento exterior, mientras se alteraba la estructura productiva de manera de revertir la tendencia al desequilibrio. La experiencia de Frondizi había sido un intento a gran escala de capitalizar el país por la vía de préstamos e inversiones externas, dando prioridad a las actividades productoras de los bienes que hasta entonces se importaban. Esa estrategia, sin embargo, debió interrumpirse antes de lo esperado. La recesión de 1962-63 se había iniciado de manera similar a las otras dos grandes recesiones de la posguerra. En 1962, como en 1952 y 1959, la escasez de divisas había hecho inevitable una restricción a las importaciones y una consecuente caída de la actividad económica interna. Era natural esperar que las intenciones reactivantes del gobierno de Illia acabaran chocando, tarde o temprano, contra la perversa mecánica del stop and go. Pero no fue así. La expansión productiva durante el breve gobierno radical fue la primera etapa de un período de crecimiento sostenido que no se daba en la Argentina desde tiempos anteriores a la Gran Depresión.