El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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sábado, 25 de junio de 2016

LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL: SU IMPACTO EN LOS ESTADOS UNIDOS-PARTE II

Por Sergio Daniel Aronas -


Nota: Presentamos la segunda y última parte de este trabajo de investigación sobre la crisis financiera de 2007/2009 donde analizamos el impacto en los Estados Unidos en los aspectos económicos y especialmente los sociales puesto que el objetivo de la política de regulación estatal-monopolista fue descargar todo el peso de la crisis sobre los trabajadores con el fin de salvar a los bancos y a sus multinacionales.

VII) Los rasgos de la crisis financiera: Los Estados Unidos en cifras

            Con ayuda de las herramientas estadísticas aportaremos datos concretos acerca de las  distintas situaciones y procesos que se están dando en Estados Unidos: la vertiginosa concentración de la riqueza, los ingentes gastos militares del gobierno, el aumento de las desigualdades de raza y género, el problema de la vivienda y los préstamos subprime, la exclusión de una importante porción de la población del sistema sanitario, el preocupante déficit comercial, etc.

Riqueza del 1% más rico de la población con respecto a la
riquezapromedio en los Estados Unidos. [IM1]



1) El incremento de los gastos militares

            Estados Unidos dedica más de 700.000 millones de dólares anuales a gastos militares que representan el 50% de todo mundial en armas. El presupuesto para 2008 destina 506.900 millones de dólares al Departamento de Defensa y a las actividades relacionadas con las armas nucleares del Departamento de Energía, además de 189.400 millones de dólares a operaciones militares en Iraq y Afganistán. Otra parte de la financiación militar se contabiliza en el Departamento de Seguridad Nacional y otros organismos.

            El Congreso ha aprobado cerca de 700.000 millones para las guerras de Afganistán e Iraq. Se trata sólo de la cifra asignada, y no incluye los costes sociales: pérdida de vidas, heridas, etc. El monto gastado en las citadas dos guerras de Afganistán e Iraq excede ya a lo gastado en la guerra de Vietnam, ajustado a la inflación. Según algunos métodos de cálculo, más de la mitad del gasto federal discrecional va destinado a fines militares. La degradación económica y social es agravada por el fracaso de la estrategia militar del Imperio centrada en la conquista de una extendida franja territorial eurasiática que va desde los Balcanes hasta Pakistán pasando por Turquía, Irak, Arabia Saudita, Iran, los países de Asia central hasta llegar a Afganistán. En el centro de dicha franja se encuentran las            zonas del Golfo Pérsico y de la Cuenca del Mar Caspio que albergan cerca del 70 % de las reservas globales de petróleo.     Los Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría fueron cubriendo ese espacio con bases militares y ocuparon algunos de sus países. Su victoria les habría permitido avanzar sobre Rusia, seguramente realizando una mega tarea de desmembramiento, réplica a gran escala de lo obtenido en la ex Yugoslavia, para luego acorralar y someter a China. No se trataba solo de objetivos energéticos sino a través de los mismos reasegurar su dominio sobre el sistema financiero internacional.
2) La concentración de la riqueza

            La riqueza se está concentrando de manera vertiginosa y tanto es así que, en realidad, es difícil mantenerse al día estadísticamente. Según Sam Pizzigati, del prestigioso boletín informativo Too Much, en 2004 el 1% más rico de la población estadounidense poseía por encima de 2,5 billones de dólares netos más que todo el 90% más bajo de esta misma población.

            La concentración de riqueza e ingresos refleja un cambio radical de las últimas tres décadas en cómo se comparte el ingreso en EE UU: en 1976, el 1% más rico de la población recibía el 8,83% del ingreso nacional; en 2005, este porcentaje era del 21,93%. En el último cuarto de siglo los Estados Unidos sufrieron una profunda transformación de carácter elitista y parasitario. La concentración de ingresos fue decisiva, el 1 % más rico de la población concentraba entre el 7 % y el 8 % del Ingreso Nacional a comienzos de los años 1980, dicha cifra se eleva actualmente a cerca del 20 %, por su parte el 10 % más rico pasó en el mismo período del 33 % al 50% del Ingreso Nacional. Pero las clases altas no convirtieron sus mayores ingresos en mayor ahorro e inversión sino en la base de una desenfrenada carrera consumista.

            El ahorro personal medio (originado en su mayor parte en las clases medias y superiores) representaba a comienzos de los años 1990 entre 7 % y 8 % del ingreso medio disponible, actualmente y desde hace algo más de un lustro está muy próximo de cero. En el polo opuesto de la sociedad los salarios de los más pobres fueron perdiendo velocidad hasta declinar en términos reales a lo largo de la década actual, ello acompañado por una creciente precarización laboral. Como resultado de eso el ingreso real medio de los norteamericanos es hoy inferior al del año 2000. El consumismo avanzó paralelo a la financierización generalizada, en primer lugar de las grandes empresas que hacia mediados de los años 1980 obtenían de sus negocios financieros cerca del 16 % de todos sus beneficios logrados en el territorio estadounidense, veinte años después esa cifra se había elevado al 40 % (6).

Distribución de la riqueza según los distintos sectores socioeconómicos.


3) Los beneficios de los altos ejecutivos de las multinacionales

            Las compensaciones a los altos ejecutivos y los financieros de Wall Street se han disparado en los últimos años de manera escandalosa. El alto ejecutivo medio de una empresa de las que figuran en el Fortune 500 recibe 364 veces el salario que recibe un trabajador, según informa el Institute for Policy Studies. En 1980 la proporción era de 40 a 1.
           
            Sin embargo, los gerentes de empresas manufactureras y de servicios no financieros no son los que ganan más dinero hoy día. En la actual economía hiperfinanciera, son los gurús de las finanzas los que se están haciendo realmente ricos. Y lo están consiguiendo a pesar de las enormes pérdidas que está acumulando Wall Street. Los incentivos de los ejecutivos de Wall Street alcanzaron los 33.200 millones de dólares en 2007, sólo un 2% menos que el año anterior, según la oficina del Controlador financiero del Estado de Nueva York. Las compensaciones y beneficios globales en siete de las principales empresas financieras alcanzaron los 122.000 millones, un 10% más respecto a 2006, a pesar de que los ingresos netos globales de estas empresas se redujeron en un 6%.
           
            Sin embargo, ni siquiera los bancos de inversión tradicionales pueden pagar las escandalosas compensaciones que reciben los gestores de fondos de capital privados y hedge funds, algunos de los cuales consiguen más de 1.000 millones de dólares en un sólo año. Además, gracias a una estratagema fiscal, estos individuos pagan unos impuestos sobre sus ingresos que equivalen a menos de la mitad de lo que debe pagar un dentista que ingrese 200.000 dólares por año.

Valor de los recortes impositivos de Bush por clases sociales, 2006.




4) Las ganancias de las grandes empresas multinacionales

            Las grandes corporaciones se están haciendo con una parte mayor de la riqueza nacional de los Estados Unidos cuyos alcanzaron el 8% del PBI durante la última década, según informa Business Week, en lugar de un 6,5% a comienzos de la década de 1990. Las ganancias globales de EE UU, tienen un fuerte y creciente componente de las ganancias de las empresas estadounidenses en el resto del mundo, que son remesadas a Estados Unidos. Lo anterior se observa claramente en la gráfica que considera información desde 1998 al segundo trimestre de 2008. En el segundo trimestre de este año, las ganancias anualizadas recibidas del exterior, fueron de 577 mil millones de dólares. 





            En los últimos trimestres de 2007, que corresponden a la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, las ganancias remesadas a Estados Unidos de las empresas estadounidenses que operan en el resto del mundo se incrementaron. En tanto, las ganancias enviadas al exterior por las empresas extranjeras que operan en Estados Unidos disminuyen en forma significativa entre el II trimestre de 2007 y el I trimestre de 2008.
           
La creciente importancia de las ganancias provenientes del exterior en las ganancias globales de las empresas de Estados Unidos, les ha permitido enfrentar en mejor forma la crisis inmobiliaria. 
           
Sigue teniendo una importancia el creciente peso de las ganancias provenientes del exterior en las ganancias globales de las empresas estadounidenses. 
           
Con la globalización de la economía mundial, EE UU ha reestructurado su propia economía interna y ha logrado una gran presencia en el resto de los países, lo que le permite obtener a sus empresas en el resto del mundo grandes ganancias. 




            En 1998 las ganancias recibidas del exterior correspondían al 18% de las ganancias totales. En 2005 dicha participación se incrementa alcanzando un 27%. Como las ganancias globales en los últimos trimestres disminuyen y las ganancias provenientes del exterior continúan creciendo, la participación de las ganancias provenientes del exterior en relación a las ganancias totales se incrementa a un 37% en el segundo trimestre de 2008.
            Comparados con las ganancias de las empresas que funcionan al interior de Estados Unidos, - empresas de la industria doméstica-, las ganancias recibidas del exterior que eran un 21 % en 1998, se incrementan a  32% en 2005.  El impacto explicado en el punto anterior es mucho mayor aún, ya que las ganancias recibidas desde el resto del mundo en relación a las ganancias de la industria doméstica llegan a ser un 49 % en el segundo trimestre de 2008.
           
Las ganancias recibidas de las empresas estadounidenses en otros países son tan elevadas, que son más del doble del total de las ganancias de la industria manufacturera de Estados Unidos en el primer trimestre de 2008. En la industria manufacturara están entre otras, las empresas productoras de maquinaria y equipo, computación y electrónica, automotrices, de bebidas y alimentos, etc, etcétera.  
           
La importancia creciente de las ganancias de las empresas estadounidenses en el exterior, en relación a las ganancias globales y de las ganancias de la industria doméstica, como hemos señalado, le da a la economía de Estados Unidos una fortaleza para enfrentar crisis de sectores orientados fundamentalmente hacia el interior, como es caso del sector inmobiliario, que agrupa al sector construcción habitacional y al sistema financiero.
           
Por todo lo anterior, reiteramos lo señalado en la primera nota: “Desde el punto de vista teórico y metodológico, la crisis inmobiliaria de Estados Unidos debe ser analizada teniendo como marco global de análisis: Primero, la existencia de la economía mundial; segundo, el funcionamiento de la economía mundial en la actual etapa de globalización; tercero, las principales transformaciones de la economía mundial a inicios del siglo XXI.”
           
Relacionado con estas últimas  apreciaciones, en la próxima nota analizaremos cómo en la distribución de la producción o del ingreso, disminuyen los salarios globales, los  que se transforman en un incremento de las ganancias, en los diferentes países y regiones, como resultado de la globalización.

5) El desastre inmobiliario

            La burbuja inmobiliaria y el colapso de las hipotecas de alto riesgo (subprime) están expulsando a millones de familias de sus hogares. El Center for Responsible Lending (Centro para un Endeudamiento Responsable) considera que 2,2 millones de préstamos hipotecarios de alto riesgo concedidos durante los últimos años han terminado ya en quiebra o acabarán en ejecución hipotecaria. Los propietarios de las viviendas perderán 164.000 millones de dólares con estas operaciones ejecutivas, según previsión del citado Center for Responsible Lending.    
En total, las pérdidas derivadas de la caída de precios de la vivienda pueden alcanzar los 2 billones de dólares (2.000.000.000.000). Una de cada cinco hipotecas de alto riesgo suscritas durante los últimos dos años acabará probablemente en ejecución hipotecaria.

6) Las diferencias entre blancos y negros

            La brecha de riqueza entre blancos y negros no tiene visos de cerrarse, y de hecho está ensanchándose. Si tomamos como referencia la evolución de esta brecha durante el periodo 1982-2004, los ciudadanos estadounidenses de origen africano sólo alcanzarán la paridad con sus compatriotas blancos dentro de 594 años, según la asociación United for a Fair Economy. Pero la catástrofe de las hipotecas de alto riesgo se está cebando especialmente en las comunidades minoritarias, y está provocando lo que United for a Fair Economy estima como el mayor empobrecimiento de la gente de color en la moderna historia de Estados Unidos.

7) La desigualdad hacia las mujeres

            Las mujeres siguen teniendo más bajos salarios que los hombres. La relación de los salarios femeninos respecto a los salarios masculinos, en promedio, es de 80,8%, para trabajadores a tiempo completo, según el Institute for Women’s Policy Research. Los avances en la equiparación entre sexos se han frenado considerablemente desde 1990, pasando de 11,4% de 1980 a 1990 a sólo 5,4% en los quince años siguientes.

8) Aumento de la pobreza entre los niños

            Más de uno de cada seis niños vive en la pobreza. ¿Se puede hacer acaso una acusación peor a la sociedad más rica de la Historia? En 2006, la tasa de pobreza en Estados Unidos era de 12,3%, que en el caso de los niños ascendía a 17,4%. Además, el umbral oficial de la pobreza es absurdamente bajo. Tal como lo define la Office of Management and Budget, el umbral de la pobreza para una familia de cuatro miembros, en 2006, fue de 20.614 dólares, y para una persona sola de 10.294.

9) Aumentan las personas sin seguro de salud

            Más de 45 millones de personas no tienen seguro de enfermedad. Según la Oficina del Censo (Census Bureau), 47 millones de personas no tenían seguro de enfermedad en 2006, lo que representa el 15,8% de la población. El 33 por ciento de los 47 millones de personas que carecen de seguro médico en Estados Unidos son latinos, reveló este domingo el vicepresidente ejecutivo del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), Eliseo Medinam, Por su parte, Jehmy Greene, presidente de la organización Rock the Vote, subrayó que el pasado año casi 800 mil jóvenes perdieron su seguro médico.
           
A su vez, el líder del SEIU, Andrew L. Stern, afirmó que cada día más familias no pueden pagar su póliza médica en Estados Unidos, pese a ser un país rico. Durante la marcha trascendió que unos 47 millones de personas no tienen seguro médico en la Unión, mientras que millones más ni siquiera cuentan con ningún tipo de protección, precisó La Opinión.
           
Asimismo, se conoció que bajo la administración del presidente George W. Bush, unos cuatro millones de estadounidenses han perdido su seguro médico. Además, los costos por el cuidado de la salud se incrementaron casi 50 por ciento mientras las primas subieron hasta tres veces más que el promedio salarial. El SEIU, Rock the Vote, la organización Trabajos con Justicia y el proyecto Americanos por el Cuidado de la Salud, anunciaron en el mitin la formación de una coalición para buscar una solución a la crisis en el sector.
           
Los seguros de salud están cada días más caros, y esa es la razón por la que muchos empleadores están abandonando los programas que les permitían ofrecer este beneficio.

10) El fuerte incremento del déficit comercial

            El déficit comercial estadounidense representa más del 5% del PBI. En 2006, dicho déficit alcanzó la cifra de 763.600 millones de dólares. En algún momento este déficit comercial deberá equilibrarse, y según parece ahora ello sucederá más temprano que tarde. A medida que el dólar sigue perdiendo su valor, es de esperar una mayor inflación y más altos tipos de interés a medio plazo. Y en consecuencia, el nivel de vida real, en términos económicos, descenderá.

11) La crisis energética se acentúa

            La eficiencia energética está hoy día peor que hace dos décadas. El consumo en promedio de la flota de automóviles y camiones estadounidenses es hoy 9,40 litros/100 km, más alto que el de 1987, que era de 9,08 litros/100 km. La normativa no ha cambiado, salvo en una pequeña cantidad impuesta por la ley energética de 2007, y cada vez hay más vehículos todo terreno y monovolúmenes en las carreteras.

12). La crisis de la infraestructura básica

            La infraestructura se está viniendo abajo. La American Society of Civil Engineers (Asociación de Ingenieros Civiles) estima que harán falta 1,6 billones de dólares, a lo largo de un periodo de cinco años para devolver las infraestructuras del país a un estado aceptable.
13) Los datos de la crisis social
            El desempleo en la región occidental de Estados Unidos superó el 10% en mayo pasado, la primera vez en 25 años que una región del país tiene ese porcentaje de desocupación.
Ocho estados alcanzaron cifras de desempleo sin precedente y sólo dos - Nebraska y Vermont - no reportaron aumento alguno.

            El Departamento del Trabajo informó en junio pasado que 48 estados y el Distrito de Columbia sufrieron aumento en el desempleo en mayo. La peor situación es en Michigan, donde las empresas automotrices se han visto obligadas a eliminar miles de empleos. La tasa de desocupación allí ascendió a 14,1%.

            La región occidental del país fue la que tuvo mayor desempleo, con 10,1%. La última vez que una región tuvo esa cifra fue en septiembre del 1983, cuando el país apenas se recuperaba de una recesión.

            En esa región se encuentra California, donde el desempleo ascendió a un récord de 11,5% el mes pasado, Nevada, donde ascendió a otro récord con 11,3% y otros estados golpeados por la crisis de vivienda y donde han descendido el empleo y los ingresos.
California es el mayor Estado del país por población (36,75 millones de habitantes) y por PIB (con 1,84 billones de dólares supone el 13,3% de todo EEUU, según datos de 2008). Si fuera un país independiente estaría entre las diez primeras potencias del mundo.

            La debacle de la construcción (tanto residencial como terciaria) ha sumido a California en la mayor recesión desde la Gran Depresión. Así, el Estado ha perdido 904.300 puestos de trabajo desde diciembre de 2007.

            La Casa Blanca indica que California es el tercer estado con más créditos fallidos. Además, en lo que va del año 391.611 propiedades inmobiliarias han comenzado el proceso de ejecución hipotecaria, la cifra más alta de EEUU, que supone un alza del 15% respecto al mismo periodo de 2008. Esta coyuntura está afectando a la banca de EEUU, sobre todo a Bank of America, el primer banco del país, que tiene una gran exposición a la costa oeste.

            Los otros seis estados que tienen una tasa de desempleo inédita desde 1976 son Carolina del Norte, Oregón, Rhode Island, Carolina del Sur, Florida y Georgia. En cuanto a despidos, Arizona y Florida fueron los que más sufrieron, seguidos por Oklahoma, Arkansas, Kentucky y Michigan.
14) La situación de los trabajadores
            La precarización laboral en las clases trabajadoras sumado al clima consumista-parasitario proveniente de las clases altas degradó severamente la cultura productiva, lo que hizo cada vez menos competitivo al sistema industrial. El resultado fue un déficit comercial crónico que llegó en 2007 a los 800 mil millones de dólares, un factor adicional (y decisivo) del problema es el déficit energético que se fue acentuando desde comienzos de los años 1970 cuando empezó a declinar la producción petrolera de los Estados Unidos que actualmente importa cerca del 65 % de su consumo. Dicho deterioro fue acompañado por un déficit fiscal permanente y creciente. En consecuencia el Estado, las empresas y las familias fueron acumulando deudas mientras el dólar declinaba, así se resquebrajaba el pilar central de la posición financiera internacional de los Estados Unidos.

15) El país de los encarcelados

            Más de dos millones de personas están encerradas en prisiones. ¡Qué despilfarro tan colosal de talento humano! A finales de 2006 había 2.258.983 reclusos en las cárceles federales, estatales o locales de EE UU, un 2,9% más que en 2005. La población reclusa ha crecido un 3,4% anual desde 1995. El grupo de varones afroamericanos sufre prisión a razón de 6,5 veces más que el de varones blancos, y el de varones de origen latinoamericano 3 veces más que éstos. El avance parasitario impulsó un proceso de degradación de la integración social y del cumplimiento de las normas de convivencia, la transgresión y la criminalidad penetraron en los más diversos sectores de la población cuya dinámica elitista generó la criminalización de los sectores inferiores.

            Actualmente las cárceles norteamericanas son las más pobladas del planeta, hacia 1980 alojaban unos 500 mil presos, en 1990 cerca de 1.150.000, en 1997 eran 1.700.000 a los que había que agregar 3.900.000 en libertad vigilada (probation, etc.), pero a fines de 2006 los presos sumaban unos 2.260.000 y los ciudadanos en libertad vigilada unos 5 millones; en total más de 7.200.000 norteamericanos se encontraban bajo custodia judicial (7). En abril de 2008 un artículo aparecido en el New York Times señalaba que los Estados Unidos con menos del 5 % de la población mundial alojan al 25 % de todos los presos del planeta, uno de cada cien de sus habitantes adultos se encuentra encarcelado; es la cifra más alta a nivel internacional. Y el dato más horroroso es que hay más negros en prisión que estudiando en la universidad.

 Prisioneros totales [bajo jurisdicción estatal y federal] a finales de año,
desde 2000 a 2006. Incremento anual en porcentaje. [IM4]




VIII) Casos particulares de la crisis financiera en los Estados Unidos

1) La caída de la banca de inversión Lehman Brothers

            El trágico panorama de estos días de crisis financiera internacional es radicalmente diferente a la efervescencia que vivía hace poco más de medio año el banco de inversión más antiguo de los Estados Unidos. Efervescencia como cierre de un crecimiento imbatible que ha caracterizado a la entidad a lo largo de sus 164 años de existencia.

            Hasta hace poco más de un mes, Lehman era la cuarta financiera más grande de Wall Street por valor de mercado. Ha sobrevivido a todas las crisis económicas de los siglos XIX, XX y XXI, y ha sabido aprovechar los profundos cambios que ha experimentado la economía norteamericana durante todo este tiempo para impulsar con éxito su negocio financiero.

            En el 2007 y por cuarto año consecutivo, la “Financiera más Admirada” según la revista Fortune, registró niveles récord en su beneficio neto por acción; en el 2006, ocupó el primer puesto en el ranking anual de Barron’s 500 (que mide el rendimiento de las corporaciones más importantes de Estados Unidos y Canadá); y en el 2005, Standard & Poor’s, la agencia de calificación de riesgo, subió el rating de la deuda de Lehman a largo plazo de AAA+, citando la efectiva diversificación de sus ganancias y la buena gestión del riesgo.

            Pero la euforia ha sido la principal enemiga de la previsión. Mientras otros bancos se anticipaban al tsunami financiero que estalló en el verano del 2007, Lehman seguía disfrutando de la abundancia acumulada en el transcurso de casi dos siglos de victoria. Tras el esplendor, sin embargo, los activos basura se multiplicaban como un cáncer. Lo acontecido con Lehman Brothers ha sido la crónica de casi una muerte anunciada.

            Lehman Brothers, que estaba en el ojo del huracán se hundió un 45% tras anunciar el fracaso de las conversaciones para dar entrada en su capital a la entidad coreana KDB, que era la gran esperanza de salvación del banco.

            El derrumbe se interrumpió pese a anunciar unas escalofriantes pérdidas trimestrales de 3.900 millones de dólares. Sin embargo, el mercado acogió inicialmente con optimismo el anuncio de una batería de medidas para enderezar su rumbo: recorte del dividendo por un importe de 450 millones, la venta masiva de activos tóxicos inmobiliarios y la de algunas unidades como la gestora Neuberger Berman, que cuenta con el 70% de los 280.000 millones de dólares de patrimonio gestionado del banco.

            Pero la alegría duró poco. Semanas después volvía a desplomarse más del 40% después de que Moody´s anunciaba que rebajaría su rating si no encontraba un socio financiero más fuerte. Además, Merrill Lynch echaba más leña al fuego diciendo que Lehman podía venderse por el precio de una acción. La situación estaba fuera de control, lo que obligaba a las autoridades a tomar cartas en el asunto para buscar un comprador. Y en ésas estamos.

            El problema era la elevada exposición inmobiliaria del banco, sobre todo en el sector comercial -32.600 millones de dólares- y menos en el residencial -17.200 millones-. Casi toda esta exposición son créditos y activos (edificios, participación en centros comerciales, etc.), no derivados de crédito, ni titulizaciones, ni CDOs. Aunque la mayor parte de esos créditos no son morosos, Lehman tenía que valorarlos al precio de mercado (el famoso mark to market) y en muchos casos el tipo de interés al que se concedieron esos préstamos es inferior al coste de financiación actual del banco. En el tercer trimestre, las provisiones por esta valoración fueron de 6.400 millones de dólares, que se comieron todo el beneficio ordinario y provocaron esas pérdidas de 3.900 millones.

            Las prisas por salvar Lehman respondieron al desplome de la cotización y al riesgo de que los clientes huyan del banco y de que sus acreedores le corten el crédito. Y, al igual que ocurría con Bear Stearns, la participación del Tesoro y la Fed en la operación trata de evitar un efecto dominó que arrastre al conjunto del sistema financiero por su exposición directa a Lehman o por el riesgo de contrapartida en su operativa como broker. Aunque su situación de liquidez es más sólida que la de Bear, como certifica Standard & Poor’s (tiene 40.000 millones en caja), la espiral en la que ha entrado le aboca sin remedio a la venta.

            Lehman no pudo ser rescatado directamente por el Gobierno norteamericano por dos razones: 1º) Porque Bush acaba de gastarse 140.000 millones de dólares (como mínimo, porque seguramente será mucho más) en salvar a Fannie Mae y Freddie Mac, con una economía al borde de la recesión y con un déficit público galopante. 2) Porque en este caso no hay un interés social de salvar el mercado hipotecario que justifique una medida tan intervencionista y contraria a la cultura norteamericana.

            Así que la única opción era repetir la jugada de Bear Stearns. Aunque el valor de Lehman tras el derrumbe en bolsa apenas supera los 2.000 millones de dólares, los potenciales compradores querían que el Gobierno les dé una garantía contra potenciales pérdidas derivadas de la operación, al igual que hizo entonces con JP Morgan. Y ése parece que fue el principal escollo para alcanzar un acuerdo: aunque no sea el comprador, la Administración Federal es muy reticente a conceder este tipo de avales por el peligroso mensaje que está lanzando de que va a rescatar a cualquier entidad con problemas.

            Según el Wall Street Journal, el objetivo de las autoridades norteamericanas era anunciar un acuerdo antes de la apertura asiática del lunes. Estas prisas reducen notablemente el número de potenciales compradores, puesto que quedan excluidos los bancos con grandes diferencias horarias como los japoneses (se ha hablado de Nomura) o que tienen que obtener una aprobación de su regulador para una operación de este tipo.

            Las entidades con tamaño y capacidad suficientes para absorber Lehman son un grupo muy reducido. En EEUU, aparte de Bank of America, aparece Goldman Sachs, que desmintió estar interesado el jueves. En Europa sólo el británico Barclays aparece en las quinielas, puesto que BNP Paribas, HSBC, Deutsche Bank –que ayer cerró la compra de Postbank- y Santander no parecen tener interés.

            Si no se encuentra un comprador individual, el Tesoro y la Fed podrían optar por trocear Lehman y venderlo en pedazos a un consorcio, al estilo de ABN Amor: banca de inversión, gestión de activos y negocio inmobiliario (a precios de ganga, claro).

2) La quiebra de la General Motors

            Todo el planeta (globalizado y nivelado por el sistema capitalista "único") está aquejado de los mismos síntomas: deflación de los precios internacionales de las materias primas, devaluación de las monedas y revaluación del dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis crediticia con achicamiento del consumo, y oleadas de despidos laborales constantes en EEUU y en las potencias centrales. En ese escenario, la quiebra de General Motors anunciada este lunes no solamente agrava la situación en EEUU, sino que además profundiza la crisis a escala global. El gobierno de EEUU anunció que la trasnacional  General Motors, que durante 77 años fue la número uno mundial del sector imperial automotriz, se tuvo que acoger a la ley de quiebras para emprender una severa reestructuración con fondos públicos aportados por el Estado USA.

            La caída del gigante automotriz marca la profundización del colapso financiero industrial imperial USA (como emergente de la crisis financiera recesiva) y  señala el tercer gran caso de bancarrota en la historia de EEUU, tras la caída del pulpo financiero Lehman Brothers y del gigante de las telecomunicaciones WorldCom.

            El Estado federal aportará US$ 50.000 millones y controlará el 60% del capital de la nueva empresa, mientras que el Estado canadiense y la provincia de Ontario desembolsarán 9.500 millones de dólares y se quedarán con el 12% de las acciones. De esta manera, la administración Obama continúa la tendencia -comenzada en la era Bush- de salvar entidades quebradas del sector privado con fondos estatales de los impuestos aportados por toda la sociedad estadounidense.

            Mediante la operación de "salvataje" estatal, GM blanqueará (con fondos públicos) más de US$79.000 millones en deuda, ahorrará miles de millones despidiendo fuerza laboral, cerrará más de una docena de fábricas y reducirá su red de concesionarios en un 40%, a 3.600. GM confirmó que el grupo va a pasar de 62.000 obreros sindicalizados en 2008, a 38.000 en 2011. La crisis hipotecaria, primero, la irradiación de la crisis a los mercados financieros, después, la baja de exportaciones e importaciones con caída del consumo, luego, terminaron  de configurar un proceso inflacionario-recesivo que amenaza con arrasar los cimientos de la primera economía imperial del planeta

            De acuerdo con los expertos, la desocupación es el problema más profundo de la economía y la sociedad estadounidenses.

            Según un reciente informe oficial, durante el último trimestre se perdieron en este país más de 220 mil empleos, lo que elevó a 9,9 millones el número de personas sin trabajo.

            La tasa de hispanos desocupados residentes en Estados Unidos se mantuvo entre las más elevadas y en abril de 2009 alcanzó un 8,9 por ciento, llegando a la cifra de casi 1.980.000 desocupados.

            Por estas horas, medios y analistas norteamericanos coinciden en que la desocupación (como emergente de la recesión financiera industrial) se ha convertido en la prioridad absoluta de la agenda de Obama y su equipo.

            La crisis social (consecuencia de la caída del consumo y los despidos laborales) ya se perfila como un potencial emergente de la crisis recesiva- laboral que detonó escalonadamente como consecuencia de la crisis financiera en EEUU.

            Lo que hace unos pocos meses sonaba  como un panorama fantástico para el Imperio norteamericano (las huelgas y los conflictos sociales) es un escenario de corto plazo que ya están manejando entre líneas analistas y medios norteamericanos a la luz de la crisis del sector automotriz y de las quiebras empresariales que están desatando una creciente ola de despidos en EEUU.

            El estallido de la "burbuja inmobiliaria", la crisis financiera  y la crisis del sector automotor en EEUU han dejado a cientos de miles de trabajadores buscando empleos en los mismos sectores, en los mismos lugares y al mismo tiempo, coinciden medios norteamericanos.

            Algunos de estos empleos -señala The Wall Street Journal- no retornarán incluso tras el fin de la recesión, porque los estadounidenses probablemente no adquieran tantas casas o vehículos nuevos como lo hacían durante el auge de los días del crecimiento económico con consumo masivo.

            El resultado es que podrían pasar muchos años antes de que EEUU retorne al empleo pleno, y aun entonces la tasa de desempleo podría no volver al bajo nivel del 4,9 por ciento en el que estaba cuando empezó la recesión, en diciembre del 2007, según el Journal.

            James Galbraith, un economista que da clases en la Escuela LBJ de Asuntos Públicos de la Universidad de Texas, cree que el desempleo podría permenecer "cercano al 10 por ciento por un tiempo bastante largo". Por su parte, el economista de Moody's Economy.com Joseph Brusuelas -citado por Reuters- cree que pasará el 2013 ó el 2014 antes de que la economía retorne al empleo pleno. La mayoría de los analistas otorgan un papel clave al sector automotriz como detonante de la crisis social y el desempleo en EEUU.              

            Según los datos oficiales, el empleo en el sector automotriz y el de las partes de vehículos ha caído en más de 400.000 en los últimos tres años, y probablemente baje más lueo de que General Motors Corp solicite protección de bancarrota. Una proyección de los economistas del sondeo Blue Chip estima  la tasa de desempleo elevándose a un 10 por ciento el año próximo, lo que produciría la mayor alza en el desempleo en los registros del Departamento de Trabajo de EEUU, que datan desde 1948. Lo peor de los recortes de empleos del sector automotor -estiman los economistas-  está en la región central de EEUU y una gran porción de los obreros y empleados desocupados se encuentra en Florida y California. Las áreas con bajo desempleo incluyen a estados poco poblados como Wyoming y Dakota del Sur. Cada jornada de la economía norteamericana (de finales de 2008 y en lo que va del 2009) se convirtió en un vértigo marcado por una dinámica inevitable: Crisis financiera, y recesión industrial y comercial con baja del consumo y desempleo masivo. En un orden secuencial, para que la crisis se convierta en "social"  (el desenlace) tiene que haber una convergencia interactiva de la "crisis financiera" (los mercados del dinero), la "crisis estructural" (la economía real) y la "crisis social" (el impacto de la crisis económica-financiera en la sociedad). De acuerdo con los expertos, la confluencia interactiva de estos tres factores es lo que va a posibilitar, a corto plazo, el desenlace de la "crisis social" con posibles huelgas y conflictos sociales en EEUU, lo que parecía impensable poco tiempo atrás.

            No obstante el desembolso sin precedentes de US$ 4 billones realizados por el Estado USA para salvar al sistema capitalista privado de la quiebra, los "rescates" -tanto los de Bush como los de Obama- no han tenido hasta ahora ningún resultado para solucionar la crisis financiera recesiva que, como efecto más inmediato, contrae el crédito, desacelera la economía y el consumo, e impacta en la economía real con quiebra generalizadas de empresas y despidos masivos de trabajadores.

a) Atornillar a los trabajadores del automóvil

            Puede que hoy [4 de junio] haya llantina general por la quiebra de GM. Pero enterrar en masa 40.000 de los últimos 60.000 puestos de trabajo con afiliación sindical no le estropeará el día a Jamie Dimon. Dimon es el presidente del consejo de administración del banco JP Morgan. Mientras que los trabajadores de GM pierden sus beneficios de asistencia sanitaria en la jubilación, sus puestos de trabajo, los ahorros de toda una vida; mientras que los accionistas se quedan sin nada de nada, y muchos acreedores, con un palmo de narices; un puñado de privilegiados acreedores de GM –encabezados por Morgan y Citibank—, en cambio, esperan recuperar el 100% de sus préstamos a GM, por un estupefaciente monto de 6 mil millones de dólares.

            La vía por la que estos bancos conseguirán su premio de 6 mil millones de dólares es de todo punto ilegal. Huele a rata. A Stevie la Rata, para ser precisos. A Steven Rattner, el “Zar-Zar” de Barak Obama, el hombre que esta mañana ha asumido esencialmente la responsabilidad de ordenar la quiebra de GM.

            Cuando una compañía va a la quiebra, todos resultan perjudicados: justa o injustamente, los trabajadores pierden contratos salariales, los accionistas son borrados del mapa y los acreedores se hacen, a lo sumo, con algunos fragmentos. Es la ley. Lo que los trabajadores no pierden nunca son las pensiones (incluidos los fondos para asistencia sanitaria en la vejez), que ya han sido descontadas de sus salarios y retenidas a su nombre.

            Pero esta vez no. Stevie el Rata tiene un plan diferente para GM: servirse de los fondos de pensiones para pagar a Morgan y a Citi. He aquí el esquema: lo que Rattner pide al tribunal de quiebras es, sencillamente, que incaute el dinero que GM debe a los trabajadores en concepto de seguro de asistencia sanitaria en la jubilación. El dinero en efectivo del fondo de seguros sería reemplazado por acciones de GM. El porcentaje estaría entre el 17% y el 25% de las acciones. Sea lo que fuere lo que valgan el 17% o el 25% de las acciones, bueno… a ver quién es el guapo que paga su diálisis con 50 participaciones en el accionariado de una compañía automovilística en bancarrota. Sin embargo, Citibank y Morgan, dice Rattner, deberían cobrar todo el pastón –6 mil millones de dólares ya, y en efectivo— de una compañía que no puede pagar ni los componentes automovilísticos ni las facturas oftalmológicas de sus trabajadores.

b) Detención preventiva para las pensiones

            Y bien, ¿qué hay de malo en servirse del dinero de los fondos de pensiones en una quiebra? La respuesta, señor Obama, señor profesor de Derecho, es que es ilegal.

            En 1974, tras una serie de escandalosas  evaporaciones de fondos de pensiones y de retiro acontecidas en la era Nixon, el Congreso aprobó la Ley de Jubilación y de Seguridad Social del Empleado (ERISA, por sus siglas en inglés). ERISA dice que no se pueden tocar los fondos de pensiones de los trabajadores (ni los pagos mensuales, ni el seguro de asistencia sanitaria), del mismo modo que no se puede tampoco tocar el dinero de las cuentas bancarias particulares de los trabajadores.

            La ley es jodidamente explícita al respecto: de ningún modo se puede tocar el dinero de las pensiones. Los ejecutivos de la compañía deben guardar esos fondos de jubilación en calidad de “fiduciarios”. Eso es lo que dice la ley, profesor Obama, según queda expuesta en el propio sitio web del Gobierno bajo el epígrafe “Planes y beneficios sanitarios”.

            Cualquier empresa norteamericana que vaya corta de dinero en efectivo podría estar tentada de meter la mano en los fondos de jubilación, pero no es su dinero; es lo mismo que el banquero cuando va corto de dinero: no puede tocar tu cuenta bancaria. Los activos de un plan de pensiones son solo para los miembros del plan, no para el señor Dimon, ni para el señor Rubin.

            Ello es que ahora, en efecto, la administración Obama está pidiendo que el dinero destinado al bazo envejecido de un trabajador del automóvil sea bombeado para alimento de las criaturas del Programa de Alivio para los Activos en Dificultades (TARP, por sus siglas en inglés). Los trabajadores se quedarán sin trasplantes pulmonares para que Dimon y Rubin puedan seguir zascandileando. Este es otro momento “Guantánamo” para la administración Obama: sintonizar a Nixon para aceptar la detención preventiva de los seguros de salud de los jubilados.

            Trocar los dineros en efectivo del fondo por acciones de GM no convierte en legal la acción de ratear los activos destinados a pensiones de GM. Porque el Congreso, preveyendo trucos de este tipo, dejó sentado que las compañías, en tanto que fiduciarias, deben “actuar prudentemente y están obligadas a diversificar las inversiones del plan, a fin de minimizar el riesgo de grandes pérdidas”.

            Por “diversificar” en aras a la seguridad no entiende la ley colocar el 100% de los fondos de los trabajadores exclusivamente en las acciones de una compañía quebrada.

            Mal y peligroso negocio: el plan de Rattner abre las compuertas para que cualquier compañía bien conectada políticamente –o en trance de desgracia— entre a saco en los fondos de asistencia sanitaria para los jubilados.

c) La Casa de Rubin

            Resulta que se entra a saco en las pensiones, ¿y los bancos, de rositas? ¿Por qué no se pidió a los bancos, como se hizo con los trabajadores y con otros acreedores, que aceptaran acciones de GM?
Como dijo Butch a Sundance, ¿Y quiénes son estos tíos? Recuerden, Morgan y Citi. Son las reinas corporativas del bienestar que se han tragado ya cerca de un tercio de un billón de dólares en ayudas del Tesoro norteamericano y de la Reserva Federal. No por azar, Citi, el gran ganador, ha pagado más de 100 millones de dólares a Robert Rubin, el antiguo secretario del Tesoro. Rubin fue el hombre que le hizo el puente a Obama con los bancos, para atraerse la aceptación y las donaciones de los mismos a su campaña electoral (es, con diferencia, la mayor fuente de las ayudas empresariales que recibió).

            Con los últimos céntimos de GM a punto de caer en un bolsillo y con el Tesoro de Obama en el otro bolsillo, lleva razón Jamie Dimon, el hombre de Morgan, al decir que los últimos doce meses probarán que los bancos “están mejor que nunca”.

            Lo que nos lleva a una cuestión: ¿no será que la quiebra forzada de GM y la consiguiente eliminación de decenas de miles de puestos de trabajo no son sino una acción de recolecta para financieros favorecidos?

            Y ha sido un gran año para Rattner. Mientras que la administración Obama lograba un buen acuerdo merced a toda una juventud de Rattner dedicada a los Sindicatos de Trabajadores del Acero, trataban de ocultar bajo el chasis que Rattner era uno de los privilegiados del selecto grupo de inversores en Cerberus Capital, los propietarios de Chrysler. “Propietario” es aquí un término vagaroso, porque Cerberus era “propietario” de Chrysler en el mismo sentido en que puede decirse que un caníbal es tu “anfitrión” en el almuerzo. Cerberus no pagó nada por Chrysler; al contrario, recibió miles de millones que la empresa alemana Daimler pagó para desprenderse de Chrysler. Cerberus se hizo con el efectivo, para luego cargar al contribuyente norteamericano el muerto de la quiebra de Chrysler. (“Cerberus”, dicho sea entre paréntesis, es un nombre elegido en honor del perro tricéfalo que, en la mitología romana, guarda las puertas del infierno, el Can Cerbero. Sutiles no son estos tíos.)

            Aunque Stevie la Rata, al tomar posesión de su cargo como Zar del automóvil, vendió los intereses que tenía en el Can Cerbero, guardián del infierno, nunca renunció a puesto en el negocio de buitres llamado Quadrangle Hedge Fund. La fortuna personal neta de Rattner se estima en unos 50 mil millones de dólares. Tal es el héroe obrero de Obama.

            Si diriges un negocio y juegas a toda leche perdiendo los fondos de tus trabajadores, puedes terminar en la cárcel. El plan de Stevie la Rata no es otro que el del Gran Robo de las Pensiones de los Trabajadores del Automóvil. Y no es menos delictivo por el hecho de que sea el mismísmo Presidente quien está al volante del automóvil en fuga.
3) El impacto mundial de la crisis del imperio

            La crisis recesiva con desempleo masivo que azota con dureza extrema a la primera potencia imperial, EEUU, ahora ya arrasa también con las economías centrales de la zona del euro donde se registran huelgas y protestas sociales que barren con la estabilidad de los gobiernos desde Francia, Reino Unido, España, hasta Bélgica e Islandia. Todo el planeta (globalizado y nivelado por el sistema capitalista "único") está aquejado de los mismos síntomas: deflación de los precios internacionales de las materias primas, devaluación de las monedas y revaluación el dólar, colapso financiero con quiebra de bancos, crisis crediticia con achicamiento del consumo, suba de precios internos de los alimentos y la energía y oleadas de despidos laborales constantes en EEUU y las potencias centrales.

            Los billonarios paquetes de "rescate bancario" estatal con dinero de los impuestos (pagado por toda la población de los países donde se han instrumentado) no han servido de antídoto y han fracasado estrepitosamente como medida para enfrentar la crisis mundial, que ha devenido de financiera a recesiva a escala global. El creciente empleo de fondos públicos para salvar al capitalismo privado provenientes de los impuestos pagados por toda la sociedad, hasta ahora solo ha conseguido agravar la crisis paralela que desató en la economía real tanto de EEUU como de Europa, y que ya se expande como un virus por la periferia del mundo emergente o subdesarrollado. En este escenario, Naciones Unidas redujo, según un informe del  miércoles 13 de mayo, su previsión sobre la economía mundial y ahora espera una crisis financiera más profunda que podría llevar en 2009 el desempleo por encima de los 50 millones de personas. Según una actualización de mediados de año de su informe sobre la situación económica mundial emitido en enero, la ONU espera ahora una contracción de la economía mundial este año del 2,6 por ciento, frente a la previsión anterior de una caída de hasta el 0,5 por ciento.

            “Si los mercados financieros no se destraban pronto y si los estímulos fiscales no ganan suficiente tracción, la recesión se prolongará en muchos países, con la economía global estancada en niveles de bienestar menores hasta bien entrado 2010", dijo el informe.

             Asimismo, el número total de desempleados en todo el mundo podría alcanzar entre "210 y 239 millones de personas" a finales del año, marcando así un récord absoluto, señala por su parte  el responsable de la OIT.

            Esta última cifra corresponde a un porcentaje de desempleo mundial del 7,4%, cifra muy superior al 6,5% registrado en 2003, el porcentaje más elevado desde 1991.
Las estadísticas en tanto, revelan brutales tasas de desempleo en los países centrales: 14,4% en España, 8,1 en Francia, 8,1 en Estados Unidos, 7,2 en Alemania (la primera economía del euro), 6,9 en Suecia, 6,7 en Italia, 6,1 en Gran Bretaña. La Unión Europea tiene 17,5 millones de desocupados, y se prevén 3,5 millones más para 2009.

            Durante una reciente entrevista con el diario español El País, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick señaló: "Lo que empezó como una gran crisis financiera y se convirtió en una gran crisis económica, ahora está derivando en una gran crisis del desempleo. Si no tomamos medidas, hay riesgo de que llegue a ser una grave crisis humana y social, con implicaciones políticas muy importantes".

            Según el Banco Mundial, a finales de 2010 la Unión Europea podría sumar 26,5 millones de desempleados, que no contribuirán a los sistemas fiscales y que deberán recibir compensaciones por desempleo. La crisis de los países centrales ya se proyecta, por otro lado, en las economías subdesarrolladas y emergentes de Asia, Africa y América Latina donde crisis social con desocupación surge como efecto inmediato de la crisis recesiva con baja de la s exportaciones y retracción del consumo. Con un agravante:  Así como las potencias centrales (con EEUU a la cabeza) son las grandes exportadoras de crisis mundial, los bancos y empresas transnacionales imperiales son los grandes exportadores de desocupación masiva a escala global. De manera tal, y ante el derrumbe del modelo de explotación capitalista "globalizado" en los países centrales, esos bancos y trasnacionales del Imperio (que hegemonizan el control sobre el comercio y los sistemas productivos a escala global)  descargan la crisis sobre las espaldas de los obreros y sectores más humildes de la población.

La desocupación sigue una línea claramente definida: Nace en los sectores financieros, de servicios o industriales de Europa y EEUU (los exportadores imperiales de la recesión) y se proyecta a los países "emergentes" o periféricos mediante las filiales de las empresa y bancos trasnacionales (con casa matriz en los países centrales) que empiezan a despedir, suspender o recortar horas a sus planteles de trabajadores. Un ejemplo ya se está dando con los planes de despidos masivos que las multinacionales automotrices, caso de Ford y General Motors, tienen previsto en las naciones periféricas para aliviar el impacto de la crisis en la naciones centrales.

4) ¿A dónde fue a para el dinero perdido con la crisis financiera?

            Durante la crisis de los mercados financieros, el dinero no se evapora. Sólo pasa de unas manos a otras mediante un mecanismo de oferta y demanda (manejado por los súper grupos controladores del mercado) que primero desvaloriza el precio de las acciones para comprarlas y luego las revaloriza para venderlas.
           
En cuatro semanas continuadas de "crisis bursátil", de Wall Street hasta Tokio pasando por Londres, Frankfurt y París, los principales mercados de acciones internacionales muestran caídas vertiginosas, entre el 30% y el 50% en relación a su nivel un año atrás, señalan medios especializados.
           
Solamente en el curso de una semana, Wall Street llegó a perder USA 2.5 billones en valores de cotización en el mercado. No hay cifras precisas sobre las pérdidas que sufrieron las bolsas mundiales desde el agravamiento de la crisis financiera, pero hay quienes sostienen que los números superarían los US$ 20 billones, que se "perdieron" en valores accionarios (más adelante veremos que no es literalmente así).

a) Dinero "potencial"

Cuando se refieren a la baja de acciones bursátiles los analistas del sistema hablan de "pérdidas", dejando la sensación de una "evaporación del dinero" que en la realidad no existe.
Las acciones son "dinero de papel" (acciones de empresas o bancos) que adquieren su valor de mercado en la dinámica del sube y baja de las bolsas.  De manera tal, que en las bolsas no se pierde dinero en forma directa, sino que se pierde valor de mercado de las acciones empresariales.
           
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, considera que "muchos miles de millones de dólares o de euros eran artificiales antes de la corrección" bursátil, los economistas relativizan las cantidades que se manejan y dicen que el dinero está aún ahí.
           
"Cuando decimos que miles de miles de millones se perdieron, se trata de un abuso de lenguaje. Lo que deberíamos decir es que el valor en el mercado accionario bajó varios miles de miles de millones de dólares, lo que es totalmente diferente", dijo el británico John Sloman, de la Universidad de Bristol citado por AFP.
           
Para los economistas los mercados bursátiles no tienen una valorización absoluta. "El valor de un activo depende siempre de la relación entre la oferta y la demanda. Es el precio que usted obtiene tal día, si usted decide vender, y sólo concierne las acciones negociadas, no las que siguen en cartera", subrayó John Sloman.
           
El norteamericano Robert Shiller, de la Universidad de Yale, hace el mismo análisis. "Imagínese que un día usted le pide a una agencia que le calcule el valor de su casa si quiere venderla. Al día siguiente va a otra agencia y ésta le da un valor inferior en 10 por ciento.            
¿Perdió usted dinero? Pues no, usted tiene todavía los billetes en el bolsillo o en su cuenta de banco", explicó a la agencia Associated Press.
           
"Los Estados contabilizan el dinero disponible sumando billetes y piezas en circulación, así como los depósitos que la gente tiene en el banco. Esta medida no refleja para nada las fluctuaciones cotidianas de los mercados bursátiles", argumentó Robert Shiller, quien reconoce que es "difícil y controvertido" distinguir riqueza y valor del mercado. Es parecido con las bolsas. Nadie pierde dinero en el sentido estricto del término. No hay misterio, el dinero está ahí todavía. Es el mercado el que pierde valor", agregó.
           
Robert Shiller lo resume así: la noción de que uno pierde un montón de dinero siempre que baja la bolsa es una "falacia". Aclara que el precio de una acción nunca ha sido lo mismo que el dinero. Es simplemente "la mejor presunción" de lo que vale la acción.

El problema empieza cuando piensa que ese dinero potencial es lo mismo que el dinero en su cartera o en su cuenta corriente. "Eso es un gran error", dijo el profesor de economía de la Universidad de Harvard Dale Jorgenson.
Esto da la razón al ex magnate norteamericano Robert Sarnoff, muerto en 1997, para quien las finanzas son sólo "el arte de pasar el dinero de mano en mano, hasta hacerlo desaparecer".

b) Nada se pierde, solo se recicla

            En resumen, en  las jornadas "negras" que vienen experimentando los mercados del dinero, billones de dólares no se evaporaron sino que solamente se pasaron de unas manos a otras (y siempre según el valor que determina el mercado, y no en forma directa) mediante el mecanismo de compra y venta de acciones.  El dinero (duramente las "crisis" o las "burbujas" capitalistas) no desaparece, solo pasa de un bolsillo a otro,  y se concentra cada vez más porque cada vez son menos los grupos ganadores que controlan todo el capital circulante.
¿Que quiere decir esto, extrapolado a la crisis financiera? Que cuando las acciones de empresas o bancos se desvalorizan sus activos y carteras de clientes no desaparecen, solo pierde valor de cotización en el mercado por su desvalorización bursátil. Una vez que las compran a precio de remate, los súper grupos  "recompran" sus acciones y le restituyen su valor perdido de mercado. De esta manera, en el sistema capitalista nada se pierde: Solo se recicla y cambia de dueño. Es como si una vivienda cotizase sus acciones en bolsa: Su precio se desvaloriza o sube, pero la vivienda sigue estando. Lo que cambia y fluctúa es su  valor de mercado conforme a la "capitalización" o "descapitalización" bursátil.
           
O sea que las las empresa y bancos, con sus activos físicos y financieros, que cotizan en bolsa no desaparecen, solo cambian sus valores de mercado que pueden subir o bajar, conforme la compra o la venta de sus acciones.
           
Una "crisis financiera" como la que estamos viviendo, es antes que nada un reciclamiento de la rentabilidad capitalista: Lo que estaba en un casillero, se traslada a otro. Lo que estaba en Merrill Lynch se recicló en el tablero contable de Bank Of América que compró a la entidad semiquebrada.
           
Mediante el "rescate financiero", los Estados imperiales USA-UE reciclaron una nueva "burbuja" ganancial  no ya con dinero especulativo proveniente del sector privado, sino que ponen compulsivamente los recursos públicos al servicio de un nuevo ciclo de rentabilidad capitalista al margen de una ascendente crisis de la economía real que marcha por vía paralela. Mediante el juego del "sube y baja" en las bolsas, los grupos súper concentrados  que controlan  el mercado, primero "desvalorizan" el valor de mercado de empresas y bancos para comprarlos baratos, y luego los "revalorizan" para quedarse con la diferencia. Es decir, los  grupos súper concentrados que compran  las acciones en baja, no pierden dinero con su precio devaluado, sino que las compran barato para luego venderlas caras. Hay un sector pequeños inversores (los llamados "ahorristas" o especuladores privados menos diversificados) que sufren el embate de la desvalorización  con menor paraguas de contención que los grandes grupos de especuladores que controlan el mercado, a los que la descapitalización les afecta como una devaluación de su dinero con menos capacidad para recuperarse. Cuando se habla de una pérdida teórica de US$ 8,300 billones  en base a las cifras del Indice Compuesto Wilshire 5000 de Dow Jones (que observa las acciones de unas 5,000 empresas estadounidenses), o en las bolsas europeas o asiáticas, hay que tener en cuenta que más del 80% de las operaciones de las plazas globalizadas de especulación financiera están concentradas por los super-grupos que se degluten entre sí desvalorizando las acciones, comprando barato, y luego uno de ellos absorbe al otro.

c) La falacia de la "oferta" y la "demanda"

            Según la teoría oficial, las acciones en los mercados bursátiles bajan o suben, según la dinámica de la "oferta" y la "demanda". Y, de acuerdo con esa teoría, los términos del inter-juego entre "oferta" y "demanda" son "libres", como corresponde a las reglas funcionales del "libre mercado".
           
Pero, en realidad esto es falso por una razón principal: La "oferta" y la "demanda" está manejada por grupos financieros súper concentrados que manejan los mercados bursátiles por medio de la "compra" o la "venta masiva" de acciones: Cuando "compran" masivamente las acciones suben, y cuando venden masivamente las acciones bajan.
           
Los mercados bursátiles se manejan como las casas de remate público:  Sólo un pequeño grupo hegemónico (que se disputa las compras) controla la totalidad de las "ofertas" y establece sus bases, actuando como un cartel formador del precio de las acciones.
           
La dinámica del "sube y baja" de las bolsas está determinada y regulada por una relación matemática entre la masa de capital que "compra" (sube)  y la masa de capital que "vende" (baja), por lo cual el proceso está controlado por los grupos con mayor capacidad financiera que concentran la mayoría de las operaciones bursátiles en Wall Street y el resto de las bolsas mundiales. Las bolsas, son una "superestructura" (por fuera de la economía real) de competencia ínter capitalista entre grupos súper concentrados que se disputan una masa circulante de acciones bursátiles cuyo precio está fijado por la ley de la  "oferta" (compra de acciones) y la "demanda" (venta de acciones). En conclusión, la dinámica del "sube y baja" de las bolsas no está regulada por la ley de la "oferta" y la "demanda" sino por la masa de concentración capitalista-financiera que compra o vende acciones, direccionando las bajas o las subas en los mercados. Los mercados bursátiles no son "libres" (como establece el mito del "libre comercio") sino instituciones mercantiles que funcionan sujetas a la ley de la oferta y la demanda manejada por los grupos que hegemonizan el control y la información sobre su funcionamiento. En consecuencia, en las bolsas solo se "oferta" (se vende) o se "demanda" (se compra) aquello que los grupos hegemónicos y controladores quieren.
           
Las bolsas (y las acciones) suben o bajan atendiendo a una dinámica marcada por los intereses de los controladores del mercado financiero.

d) La dinámica de la "compra" y "venta"

            Por lo tanto, los mercados bursátiles no son regulados por la oferta y la demanda, sino por la competencia capitalista entre los súper grupos que hegemonizan la compra y venta de acciones en Wall Street (que concentra la mayoría de las operaciones mundiales y marca tendencia)  y en los mercados bursátiles. Para dar un ejemplo: En Wall Street se cotizan acciones por un monto superior al conjunto de las bolsas europeas. Su objetivo es preciso y determinado: Generar un proceso de quiebras y, consecuentemente una crisis del sistema financiero, que posibilite la depreciación a niveles límites de los activos y acciones empresariales que luego los grupos más súper concentrados (los operadores de la "crisis") comprarán a precio de remate. En consecuencia, si que hay quebrar a Lehman Brothers o a Merrill Lynch para concentrar súper activos en Ban Of América o Morgan Chase, se hacen bajar (mediante rumores e información manipulada)  las acciones de estos dos gigantes, y luego de su quiebra (como consecuencia de la depreciación de sus acciones) serán comprados a precio de remate o se fusionarán en otra sigla.  
           
La dinámica de los mercados bursátiles, las "pérdidas" y las "ganancias" se rigen por dos movimientos esenciales:

            1) Desvalorización: Los grandes grupos "inversores" (especuladores institucionales)  "desvalorizan" las acciones de empresas y bancos  (y consecuentemente su precio en dinero) para compra sus activos financieros y físicos a precio de ganga.
           
2) Revalorización: Luego de deglutirse a los quebrados mediante fusiones o compras, los súper grupos "ganadores" (que manejan a través de rumores y de información manipulada, el "sube y baja" de los mercados) "revalorizan" las acciones de la empresa o el banco comprado, restituyendo y superando su valor de capitalización original. El dinero desvalorizado de las acciones de Merrill Lynch, cuando las mismas se revaloricen, pasarán a los bolsillos de Bank Of América. De manera tal, que las pérdidas de capitalización por baja de acciones en el marcado accionario, duran el tiempo que dura la baja y se reanuda la tendencia alcista (manipulada por los que también manipulan las bajas). Las acciones empresariales y bancarias se compran desvalorizadas y luego se las revaloriza, mediante el mismo mecanismo (de manipulación bursátil) con que se las desvalorizó. O sea que, durante la crisis de los mercados financieros, el dinero no se evapora. Solo pasa de unas manos a otras mediante un mecanismo de oferta y demanda (manejado por los súper grupos controladores del mercado)  que desvaloriza el precio de las acciones para comprarla y luego las revaloriza para venderlas. Pero en esta dinámica nada se pierde, sino que se recicla. En otras palabras, cambian las denominaciones pero los accionistas y los gerenciadores (que son "anónimos") continúan con una mayor concentración de acciones en sus bolsillos.

            En primer lugar, y como concepto central: La llamada "crisis financiera", es una crisis activada y controlada en todos sus resortes esenciales por medio del "rumor" y la información manipulada que hacen subir o bajar las acciones en Wall Street y las principales plazas financieras del Imperio. La quiebra en cadena de bancos o de instituciones financieras es inducida, manipulada y estratégicamente operada para producir un reciclamiento de la rentabilidad financiera (en crisis con el colapso subprime) y una reconversión del sistema financiero que centralice el control y el funcionamiento del sistema capitalista mediante una mayor concentración de la riqueza (ley darwiniana del capitalismo). O sea que el dinero no se perdió en descapitalización de mercado, solamente pasó de unas manos a otras.

            En segundo lugar, las acciones empresariales y bancarias se compran desvalorizadas y luego se las revaloriza, mediante el mismo mecanismo (de manipulación bursátil) con que se las desvalorizó. Es decir que, durante la crisis de los mercados financieros, el dinero no se evapora. Solo pasa de unas manos a otras mediante un mecanismo de oferta y demanda (manejado por los súper grupos controladores del mercado)  que desvaloriza el precio de las acciones para comprarla y luego las revaloriza para venderlas. De esta manera se cumple el axioma número uno del sionismo financiero que controla Wall Street: Comprar barato y vender caro.

5) Las consecuencias más graves de la crisis laboral (Abril 2009)

           
            La crisis sigue siendo noticia, y en este caso no deja de afectar al ámbito laboral. Esta vez llega de la mano de un anuncia del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, quien informó esta mañana el retroceso que se produjo durante marzo. Se trata de otro nivel histórico en la caída del empleo.
a) Una crisis que afecta a todo el mundo
            Los datos coinciden con las estimaciones de los analistas y condicionan a los inversores bursátiles. Más precisamente, el gobierno de los Estados Unidos informó que la tasa de desempleo se incrementó hasta 8,5% en marzo, un índice desconocido en más de un cuarto de siglo. Durante ese período, se perdieron 663.000 puestos de trabajo, según detalló e el Departamento de Comercio norteamericano. En enero, mes en que la economía tuvo una pérdida neta de 651.000 puestos de trabajo, el índice de desempleo se ubicó en el 8,1% de la fuerza laboral, el más alto en 25 años.

            Vale recordar que desde que comenzó la recesión en diciembre de 2007, la economía de los Estados Unidos han perdido unos 4,7 millones de puestos de trabajo. Las eliminaciones de empleos en enero y febrero afectaron tanto al sector de servicios como al fabril.

            Algunos días atrás, el Departamento de Comercio informó que la cifra semanal de solicitudes de subsidio por desempleo aumentó en 12.000 la semana pasada y que llegó a 669.000, el nivel más alto desde octubre de 1982.

            El promedio de las solicitudes en cuatro semanas subió en 6.500 y llegó a 656.750, que es también el puesto más alto desde octubre de 1982.

            En la semana anterior, la cifra de personas que percibían el subsidio, pagado por los gobiernos de los Estados, subió en 161.000 y llegó a la cifra sin precedentes de 5,73 millones, 96% más alta que el año anterior.

            El promedio en cuatro semanas del número de personas que seguían recibiendo los cheques de desempleo subió en 163.500 y llegó a la cifra sin precedentes de 5,5 millones, según el informe del gobierno.

            El dato semanal de solicitudes refleja el ritmo de pérdida de puestos de trabajo y la cifra de quienes continúan recibiendo el subsidio muestra cuán difícil es conseguir un empleo nuevo.

b) Índices records e históricos

            Con la pérdida del empleo, empiezan a surgir otros problemas lógicos que son las consecuencias más directas de una inactivación de la liquidez. Básicamente lo que acurre es que quienes han incurrido en créditos se ven en la imposibilidad de solventarlos, ya que muchos jefes de familia se han quedado sin empleo, o deja ser una prioridad antes la recesión.

            Más puntualmente, con un retraso de al menos 30 días subió en 3,22% en el último trimestre de 2008, desde 2,29 del trimestre anterior.

            Más consumidores norteamericanos se retrasaron en los pagos de sus préstamos que en el pasado y el problema podría empeorar, ya que millones de estos se encuentran sin trabajo.

            De acuerdo a la Asociación de Banqueros de Estados Unidos, que representa a la mayoría de los bancos y compañías de tarjetas de crédito de los EEUU, el porcentaje desestacionalizado de los préstamos de los consumidores con un retraso de al menos 30 días subió en 3,22% en el periodo de octubre a diciembre desde 2,29 del trimestre anterior.

            La ABA (siglas en inglés de la asociación) dijo que la tasa del cuarto trimestre era la más alta desde que empezó la medición en 1974, con la mora en ascenso en casi todas las categorías.

            Según la asociación, es poco probable que estas tendencias de crédito mejoren antes del 2010. Las pérdidas de empleos realmente lastiman a la economía y continuarán infligiendo dolor por varios meses más, según dijo en una entrevista James Chessen, economista jefe de ABA. También agregó que entre más grandes son las pérdidas de empleo, más severo es el impacto en los mercados crediticios. En el caso de los créditos hipotecarios, se presenta la situación más preocupante; Una baja sostenida de los intereses es necesaria para sofocar la oleada récord de ejecuciones y, a la vez, detener la caída de precios de las propiedades.

            Las tasas hipotecarias en los Estados Unidos cayeron a mínimos históricos durante la semana pasada. La tasa hipotecaria a 30 años promedio cayó 0,07 puntos porcentuales en la semana terminada el 2 de abril a un 4,78%, el resultado más bajo desde que Freddie Mac empezó a registrarlas semanalmente en 1971. Esta tasa es 1,10 puntos porcentuales más baja que en la misma semana del año anterior. Las tasas hipotecarias siguieron otras bajas de tasas de interés esta semana en medio de reportes de crecimiento económico más lento, según indicó Frank Nothaft, economista jefe de Freddie Mac, en un comunicado.

            Sirviendo como un estímulo para las ventas, la capacidad de acceso a una vivienda alcanzó máximos históricos en febrero del 2009, basado en un sondeo de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, que también data de 1971, agregó. Una baja sostenida en las tasas hipotecarias es necesaria para sofocar la oleada récord de ejecuciones hipotecarias que recortó los precios y las ventas de las casas. Freddie Mac informó que la tasa de interés promedio en un préstamo a 15 años cayó a un 4,52% desde un 4,58% de la semana previa y desde un 5,42% de un año anterior.

c) Crisis laboral mundial y lucha de clases: La compleja mecánica del despertar obrero

            “Durante los último días hemos sabido que Microsoft, Intel, United Airlines, Home Depot, Sprint Nextel, y Caterpillar están eliminando cada una miles de puestos de trabajo. No son sólo números sobre una página. Como en el caso de los millones de puestos de trabajo perdidos en 2008, se trata de hombres y mujeres trabajadoras cuyas familias han sido desestabilizadas y cuyos sueños han sido postergados”

            La revista inglesa The Economist acaba de dedicar su última edición (19/3) al tratamiento de la evolución del empleo a nivel mundial. Bajo el título “La crisis del trabajo” de lo que se está dando cuenta es del más reciente desenvolvimiento de la crisis: “La próxima fase del derrumbe económico mundial está tomando forma: una crisis laboral global. Sus contornos están recién definiéndose, pero la severidad, ritmo y amplitud de la recesión, junto con el cambio en la estructura de los mercados laborales, tanto en los países ricos como en los emergentes, sugieren que el mundo está a punto de vivir el mayor incremento en el desempleo en décadas”, Su mecánica ha venido siendo la siguiente: de una crisis “originada” en el terreno del quebranto hipotecario, luego trasladada por la vía de la restricción crediticia a un retroceso del producto mundial, e inmediatamente a una grave reversión en materia de comercio internacional, la preocupación comienza a transportarse al impacto de todos estos desarrollos en el “mercado laboral” internacional. “El mes pasado el desempleo en EEUU llegó al 8.1%, el más alto en 25 años. Para aquellos que acaban de ser despedidos, las chances de encontrar uno nuevo son las peores desde que comenzó a medirse este índice hace 50 años.

En China, 20 millones de trabajadores migrantes (posiblemente el 3% de la fuerza laboral) han sido despedidos. La industria textil de Camboya, su principal fuente de exportaciones, ha despedido un trabajador sobre diez. En España, la caída en la construcción ha llevado la tasa de desempleo al 14.8% en enero. Y en Japón decenas de miles de personas con contratos temporarios están perdiendo no solo sus trabajos, sino incluso las casas provistas por sus empleadores”. En estas condiciones, las razones para la creciente preocupación entre los poderosos acerca de las posibles consecuencias de esta realidad son obvias: la crisis mundial del empleo plantea la posible emergencia de un salto de envergadura en las luchas obreras a nivel mundial. Sin embargo, y a pesar de lo anterior, es un hecho que ante la magnitud de la crisis en curso, la respuesta de los trabajadores se está expresando todavía de una manera desigual, tan desiguales cómo lo son también las circunstancias políticas diversas en las cuales la crisis impacta y que tienen que ver con la configuración específica de cada clase obrera “nacional” en lo que tiene que ver con sus dimensiones de “clase en sí” como de “clase para sí”. Como alertara agudamente Trotzky: “los efectos de una crisis sobre el curso del movimiento obrero no son todo lo unilaterales que ciertos simplistas imaginan. Los efectos políticos de una crisis  (no solo la extensión de su influencia sino también su dirección) están determinados por el conjunto de la situación política existente y por aquellos acontecimientos que preceden y acompañan la crisis, especialmente las batallas, los éxitos o fracasos de la propia clase trabajadora anteriores a la crisis. Bajo un conjunto de condiciones, la crisis puede dar un poderoso impulso a la actividad revolucionaria de las masas trabajadoras; bajo un conjunto distinto de circunstancias puede paralizar completamente la ofensiva del proletariado, y en caso que la crisis dure demasiado y los trabajadores sufran demasiadas pérdidas, podría debilitar extremadamente no solo el potencial ofensivo sino también defensivo de la clase”.  Calibrar la medida de la respuesta de la clase trabajadora a la crisis requiere de una análisis concreto del “ambiente” en el cual la crisis está impactando y que es el que permite ir metabolizando y traduciendo esta misma crisis en acciones de lucha y organización. Esto es lo que pretendemos hacer en el presente trabajo.

d) La emergencia del desempleo de masas

            Partamos de un muy somero repaso de la evolución de la crisis económica en las últimas semanas. La misma no ha hecho más que profundizarse. El Banco Mundial acaba de emitir un sombrío panorama de las perspectivas del año 2009. Por primera vez desde la Segunda Guerra el producto mundial caerá al menos en uno o dos puntos. También informó que la producción industrial se derrumbaría respecto del 2008 la friolera de un 15%. Como la sombra al cuerpo, el comercio mundial también está en una caída libre que la aproxima a índices similares 80 años atrás. No por nada el presidente de la entidad, Robert Zoellick (puesto en su cargo nada más y nada menos que por el mismísimo G. W. Bush) ha señalado que “no se veían números de este tipo desde la II Guerra Mundial, o desde los años ‘30”.  En síntesis: la economía mundial está balanceándose entre una crisis recesiva inédita en los últimos 50 años o la cada vez más probable Segunda Gran Depresión del capitalismo contemporáneo. Es esta dinámica la que está impactando ahora, en tiempo real, sobre el mercado de trabajo mundial.
           
En este contexto, se está viviendo el dramático salto en los índices de desempleo mundial. Como dice The Economist, los índices más graves en décadas sobre todo en los países capitalistas centrales. Hay que recordar que el índice de desempleo es otro de los indicadores de la tendencia a la depresión mundial. Porque si bien en términos absolutos todavía se está relativamente “lejos” de los picos de la Gran Depresión, la aceleración que está tomando el despido de cientos de miles y millones de trabajadores muestra una dinámica similar a la de los años ’30. En aquella oportunidad es sabido que en 1929 el desempleo apenas se situaba en el 3% en EEUU y se disparó al 8% en 1930 y rozó su peor momento alcanzando el 25% en 1933.
           
En estas condiciones y amen del ya conocido informe de la OIT acerca de que en 2009 se produciría la destrucción absoluta de 50 millones de puestos de trabajo, el tema es ver, región por región, cómo está afectando esta crisis. Su dimensión “teórica” es sencilla: a la destrucción de los capitales sobrantes (exceso de capacidad instalada y cierre de plantas) le sigue la destrucción de los puestos de trabajo que quedan sin razón de ser…
           
“EEUU sufre un exceso de capacidad. Las señales de exceso de capacidad son fáciles de divisar. El número de casas vacías llegó a los 19 millones en el cuarto trimestre del 2008: un alza de 6% frente al mismo periodo del año anterior. Las tasas de ocupación hotelera han caído de 65.5% hace un año a 55.2% a principios de marzo. Las plantas manufactureras operaron en febrero a un promedio de 67.4% de su capacidad, el nivel más bajo desde que la FED empezó a seguir estos datos en 1948”. Y agrega específicamente respecto de la industria automotriz (la rama industrial más afectada por la crisis): “La gran pregunta para el sector automotriz europeo es ‘donde cerrar fábricas’. En EEUU, el rescate a la industria automotriz está tomando una forma diferente al de Francia. En vez de concentrarse en la protección de empleos, las autoridades estadounidenses han ligado los préstamos a un requisito que ha obligado a GM y Chrysler a desarrollar planes que resultarán en miles de despidos más y recortes de sueldo, servicios de salud y otras prestaciones. Francia ejemplifica el dilema que enfrenta la industria automotriz Europea continental: cómo resolver la enorme sobrecapacidad cuando ningún gobierno está dispuesto a dejar que las fábricas cierren. Los analistas del sector temen que el proteccionismo atrase la profunda reestructuración que creen que hace falta en todo el mundo (…). ‘Entiendo que sea un problema político, pero no hay futuro en mantener todas las fábricas abiertas”
           
Así funciona entonces la mecánica material de la crisis: al abaratamiento de la masa del capital constante fijo le sigue también la del capital variable tanto por la vía del desempleo liso y llano como por la de un correlativo aumento de la productividad del trabajo: más mercancías serán producidas –cuando pase la crisis– con menos trabajadores en condiciones de una mayor tasa de explotación.
Recordar respecto de EEUU el dato que acabamos de dar más arriba: si la tasa de desempleo ya es la más alta en 25 años, ¡la recuperación de un nuevo empleo es la más difícil en 50 años!: “los despidos masivos de obreros y empleados en EEUU son un barómetro y marcan el momento en que la crisis comienza a salir de la ‘superestructura’ económico financiera y a meterse dentro de la sociedad estadounidense. La desocupación, ya ocurra en el mundo subdesarrollado como en el Imperio, es una instancia límite, donde la prioridad es el riesgo de la supervivencia del individuo y su familiar. Ya no se trata de una devaluación de su salario por aumento de los precios, sino de la desaparición del salario y de la capacidad del consumo con la disgregación de la conducta social que conlleva. Un desocupado (que ha perdido su universo de consumo y de supervivencia, incluido el de su familia) no puede ser contenido con ‘inyecciones financieras’ con ‘asistencialismo’, requiere de una solución estructural (la restitución del empleo y el salario). Precisamente esta realidad se expresa en una tendencia de orden “metabólico–social”: siempre a la clase obrera la ha resultado más difícil enfrentar situaciones de despidos en masa. Por lo menos en un primer momento; es que cuesta hacerse una composición de lugar y encontrar puntos de apoyo cuando el mundo se derrumba a ojos vista a su alrededor; además, en el lugar de trabajo, esto coloca materialmente a la clase obrera “a la defensiva” a diferencia que las situaciones dónde lo que predomina es el pleno empleo que habitualmente facilita la presión por la recuperación del salario o las condiciones de trabajo.
           
El metabolismo social de desempleo funciona así –inicialmente– como un factor paralizador: psicológicamente se trata de la idea de que “a mi no me va a tocar” o que la misma “solo será pasajera”: “(…) es inevitable que todavía haya, a pesar de la severidad de la caída, una aquiescencia residual en el ‘mercado’, inclusive entre los trabajadores. Muchos están paralizados por el colapso económico. Hay inclusive una visión ingenua entre muchos trabajadores de que la crisis va a ser ‘temporaria’, que terminará sobre el final del año”

e) La posible emergencia de un nuevo movimiento obrero

            “Por primera vez en toda mi vida, estoy viendo algunos líderes sindicales [de EEUU] que toman la cuestión racial. Esto es muy inusual. Generalmente no les interesa; de hecho, le tienen miedo. Ellos tienen que hablar para sus bases blancas, muchos de los cuales son perfectos racistas”
           
            Estructuralmente, ya hemos hecho referencia a las condiciones de atomización y fragmentación en toda una serie de condiciones contractuales, amen del hecho del rol que cumple la inmigración, el factor étnico o la lisa y llana “exportación” a otro país [los EEUU] de toda una clase obrera cómo ocurre en el caso de Centroamérica.
           
            Pero a este elemento “estructural” se le está comenzando a “sobreimprimir” otro de orden revolucionario en el terreno de la “subjetividad”. Por ejemplo, en los EEUU está colocada la eventualidad de una re–sindicalización masiva de la clase: sí en la década del ’50 el 35% de la clase obrera estaba sindicalizada, ahora a duras penas alcanza el 8%. Hoy para formar un sindicato en el lugar de trabajo hay que pasar por un plebiscito secreto que autorice tal cosa, plebiscito la más de las veces es manipulado por la patronal. Sin embargo, hoy, al calor de la crisis, parecen estar abriéndose grietas en esta situación, grietas por donde podría pasar un concreto proceso de reorganización sindical de los trabajadores estadounidenses un poco como ocurrió también en los años ’30. “El 10 de marzo pasado United Tecnologies, golpeada por la crisis económica, se transformó en el último gigante industrial en anunciar despidos masivos, recortando la fuerza de trabajo en 11.600, alrededor del 5%. El desempleo alrededor del mundo desarrollado está alcanzando niveles no visto por décadas. Sin embargo, incluso sí los períodos de alto desempleo son una desgracia, parece que podrían ser buenos para los derechos de los trabajadores.

            La crisis capitalista ha fortalecido las perspectivas de los sindicatos, los cuales son vistos más positivamente en EEUU de lo que ocurrió desde que Jimmy Carter ocupó la presidencia”. Inhibiendo estos posibles desarrollos en materia de lucha y organización está, por supuesto, el decisivo rol de las burocracias sindicales en mediar todo posible proceso de lucha y la reorganización. Ver por ejemplo el caso de Francia, donde entre una y otra convocatoria a jornada nacional de lucha de un día pasaron prácticamente dos meses!
           
            Esto se puede apreciar también hoy EEUU. Ver el “cipayo” rol de la burocracia en las automotrices entregando una a una las conquistas de los trabajadores sin llamar a una sola medida de lucha.

            En síntesis, lo que está en juego en esta nueva situación mundial abierta por la crisis es que en los países más característicos de la dominación capitalista mundial parecen está acumulándose condiciones para una ruptura del equilibrio social de las clases de enormes proporciones: amén de Francia (con toda su tradición de lucha), es el caso de los mismísimos EEUU, de la propia China, de Japón, de Inglaterra, etc.; naciones centrales de la dominación capitalista mundial que podrían vivir un auge de las luchas obreras que terminara dando una vuelta de página marcando un mojón histórico en la lucha de clases mundial.

IX) Conclusiones generales sobre la crisis

            1) La actual crisis económica internacional demuestra a todas las luces por las evidencias que se han demostrado en este trabajo en qué grado el proceso mundial de la economía capitalista está influenciado por capital financiero invertido en títulos valores, acciones, bonos, letras de cambio en todos los rincones del mundo. Pero dada su gravedad, profundidad, dimensión y expansión, se trata de una crisis que supera lo meramente financiero o bancario, porque cuando se estudia la economía capitalista nunca debe perderse de vista el sistema productivo sobre la que se asienta y se desarrolla.

            2) Se trata de una crisis de superproducción, de subconsumo, el mecanismo periódico de “purificación” de capitales típico del capitalismo. No por casualidad estalló en los Estados Unidos porque este país hace más de treinta años que vive artificialmente del ahorro y del crédito externo, y estas dos cosas no son infinitas ni inagotables: las empresas se endeudaron por encima de sus posibilidades y se lanzaron a realizar riesgosas operaciones especulativas; el Estado se endeudó irresponsable y demagógicamente para hacer frente no a una sino a dos guerras, no sólo sin aumentar los impuestos sino que reduciéndolos y, además, los particulares han sido sistemáticamente impulsados, vía la publicidad comercial, a endeudarse para sostener nivel de consumo desorbitado, irracional y despilfarrador. Era sólo cuestión de tiempo para que esta espiral de endeudamiento indefinido se detuviera catastróficamente. Y ese momento ya llegó.

            3) El papel desestabilizador que desempeña el capital financiero en la economía mundial es sumamente grande porque es gigantesco el volumen de las operaciones que se realiza con ese capital y que supera toda la capacidad de emisión de todos los bancos centrales que tengan que pagar todo ese capital por la divisa nacional en que está emitido.

            4) Un aspecto poco analizado por los estudiosos del tema es la necesidad de que los Estados Unidos termine con su política de militarización de la economía donde los gastos de defensa consumen más del 50% de su producto bruto interno. El desarrollo de los Estados Unidos apunta a la creación de un poderoso estado militarista promotor de una política exterior expansionista. Para sostener un gasto de semejante envergadura destinado a los medios de destrucción masiva, es necesario encontrar nuevos argumentos que justifiquen la inversión armamentista, buscar nuevos métodos para probar la eficacia de la política de defensa y de la capacidad de movilidad de su diplomacia para convencer a su país y al mundo que el gobierno de los Estados Unidos está en el rumbo correcto. Los hechos demuestran totalmente lo contrario y esta nación es está embarcando en un viaje sin retorno.

            5) Contra las opiniones alocadas de ciertos comentaristas que vociferan con suma alegría el fin del capitalismo norteamericano y hasta de la propia nación, toda estimación científica de corto, mediano o largo plazo debe partir de la base de que los Estados Unidos posee reservas económicas, financieras, energéticas y alimenticias muy poderosas y considerables. Pero esa inmensa riqueza está siendo utilizada en una ofensiva contra los derechos e intereses del pueblo norteamericano que, provocándole un brutal deterioro en sus condiciones de vida, debe pagar con el desempleo, el aumento de la pobreza, la caída de sus salarios y la ausencia de un seguro de salud mínimo para sus familias, la locura y desmesura de los banqueros y financistas que reclaman urgentemente la salvadora acción del Estado para evitar sus quebrantos.

            6) Los economistas ortodoxos defensores a ultranza de la economía de mercado, han sufrido una severa condena profesional en el estudio de las causas que desataron la actual crisis financiera y pretenden seguir interpretando las relaciones sociales y económicas entre los hombres como si se comportaran con la perfección de las derivadas e integrales. Al utilizar estos instrumentos para explicar la evolución y el funcionamiento de las variables económicas, no es que lo hacían por saber que es lo que estaban haciendo sino por pura fe. Y han escrito tantas toneladas de libros de texto de economía basándose en el abuso de los métodos matemáticos que han sido víctimas de sus propios engendros analíticos por no saber explicar ni el origen ni las causas de la crisis. 

            7) Habitualmente, los economistas ortodoxos y la mayoría de los dirigentes políticos nos quieren hacer creer que las medidas económicas que toman son siempre las más acertadas y que responden a criterios “científicos” y “técnicos” indiscutibles que no hay que poner en tela de juicio. Pero cuando las cosas no salen bien, como ahora, cuando todos los datos se desmadran, cuando las economías casi saltan por los aires, callan como si nada ocurriera. Su silencio está dirigido a que nos creamos que lo que sucede es algo normal, que no pasa nada de relieve y que todo deber seguir, por tanto, exactamente igual que estaba. Evitan plantearlo como un problema “político” (que es lo que en realidad es) para los ciudadanos no nos pronunciemos sobre sus causas, responsabilidades y soluciones. Ellos los responsables directos de esta situación y no sólo no se hacen cargo de nada sino que de nada tampoco se arrepienten.

            8) Encontrar una salida urgente a esta crisis de imperiosa necesidad y por el lugar que ocupa y el papel que desempeña, le toca encabezar esta lucha por nuevo orden económico internacional más justo y democrático al pueblo norteamericano, a sus sindicatos y organizaciones de masas que representan a millones de trabajadores para exigir medidas socio-económicas que ponga fin al deterioro de sus condiciones de vida e impulsar el resurgimiento económico en interés de su pueblo y no de los banqueros y de los integrantes del complejo militar industrial universitario.

            9) Es evidente que la mayoría abrumadora del pueblo norteamericano se pronuncia contra la política de gobierno de destinar millones de dólares para salvar a una banca en quiebra – causante de la crisis – para que en su lugar dediquen toda esa multimillonaria masa de dinero para salvar a los pobres, a los desocupados, a los que perdieron sus hogares, a los que no tienen seguro de salud.

            10) El intento de hace tres años de la Casa Blanca y de destacados congresistas republicanos y demócratas de “privatizar” la Seguridad Social –volcando esencialmente en Wall Street la administración e inversión de miles de millones de dólares de fondos de la Seguridad Social-, con el argumento de que los inversores privados obtendrían mayores ganancias, habría llevado a la bancarrota de toda la financiación de la Seguridad Social. La privatización habría permitido que los bancos de inversiones privadas más importantes apalancaran y especularan incluso con los instrumentos financieros de más alto riesgo, con los desastrosos resultados que estamos presenciando en estos momentos. Aunque los fondos privados de pensiones se han ido a pique, la Seguridad Social sigue en pie. Son las pensiones privadas las que están en bancarrota, no los fondos de la Seguridad social administrados públicamente, contrariamente a las opiniones de expertos y críticos de la Seguridad Social. La actual debacle privada sirve, claramente, para defender el control y la administración públicos de los programas de pensiones. Esta es una política que de continuar puede llevar a la inminente bancarrota de la Seguridad Social de los Estados Unidos.

            11) En el marco de esta dura crisis financiera, el pueblo trabajador norteamericano se ha manifestado contra sus efectos negativos por las consecuencias que están sufriendo por el cierre de empresas de todos los sectores de la economía. En estas condiciones esta lucha ha sido un laboratorio, un test para medir la consciencia de la clase obrera y como las diferentes tendencias políticas hacen frente a esta realidad. Dada la noche oscura del neoliberalismo, sería enteramente utópico no esperar que elementos de nacionalismo e incluso de racismo estuviera presente en la conciencia de algunos trabajadores, en algunos casos quizás de la mayoría. Este, sin embargo, no fue el caso en esta oportunidad. Fue, en esencia, una lucha contra el intento capitalista de imponer condiciones laborales de esclavitud”

            12) Para evitar las crisis financieras una auténtica regulación financiera internacional que hiciera saltar por los aires los mecanismos que transmiten la especulación y la volatilidad a todas las actividades económicas. Quizá baste con incorporar, como dijera hace años James Tobin, algo de arena en las ruedas de las finanzas internaciones para desincentivar ese tipo de lógica financiera. Una arena que deberían tener la forma de impuestos y tasas internacionales, erradicación de los paraísos fiscales, transparencia y control y, sobre todo, de la creación de fuentes de crédito públicas que garanticen el funcionamiento de la actividad económica con independencia de los desequilibrios y la volatilidad de los mercados.

            - Para evitar las crisis de solvencia bancaria y para limitar el irracional y excesivo poder bancario que provoca crisis y desequilibrios constantes es preciso establecer un sistema basado en la plena cobertura de las reservas bancarias.

            - Para evitar que crisis localizadas se conviertan peligrosamente en crisis globales es preciso, sobre todo, acabar con el régimen de plena libertad de movimientos de capital. un régimen que solo es necesario y está justificado para garantizar mayores beneficios a los propietarios de capital, puesto que no hay razón científica alguna que permita asegurar que de esa forma se logran mejores resultados en la producción de bienes y servicios y en la actividad económica en general.

            - Para evitar los efectos de las crisis financieras sobre la economía real lo necesario es, lógicamente, evitarlas aplicando los mecanismos que vengo señalando y, sobre todo, controlar la hipertrofia de los flujos financieros, y garantizar fuentes de financiación en la vida económica que no estén al albur de la lógica del beneficio sino en función de las demandas sociales.

            - Para evitar que estas crisis aumenten las desigualdades produciendo millones de afectados y muy pocos beneficiarios es preciso restablecer el valor social de los impuestos, crear un auténtico sistema fiscal internacional y mecanismos internacionales de redistribución de la renta.

            - Para evitar que lo bancos centrales sigan estando al servicio exclusivo de los más poderosos y esclavos de una retórica económica equivocada que coadyuva a la aparición de recesión y crisis económicas, es preciso modificar su naturaleza, someterlos al control público y de las instituciones representativas y garantizar que la política monetaria se comprometa efectivamente con objetivos económicos como el pleno empleo, la equidad y el bienestar social efectivo.

            Esta crisis debe llevar a un proceso de cambio estructural en el pensamiento de todas las personas para que comprendan y entiendan acerca de la necesidad de terminar con los mandatos del mercado, en obligar a los gobernantes a modificar de raíz el rumbo de su política económica y social para imponer la voluntad del pueblo y no perder más nuestros derechos y que esto no sólo es plenamente posible, sino que debe producirse. Es decir, que las mayorías ciudadanas pueden hacer justo lo que desde tiempos inmemoriales vienen haciendo solamente los más ricos y poderosos. 

ANEXO DOCUMENTAL Y ESTADISTICO

1) Las 10 mayores bancarrotas en los Estados Unidos 1980-2009

            El gigante estadounidense de la industria automotriz General Motors pidió protección por bancarrota este lunes en Nueva York. Se trata de la mayor quiebra industrial en la historia de Estados Unidos y de la cuarta a nivel general. Estas son las diez mayores bancarrotas en Estados Unidos desde 1980:

            1) El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversiones Lehman Brothers se declaró en quiebra en medio de la crisis financiera, con 691.000 millones de dólares USA en activos y 613.000 millones de dólares en deudas.

            2) El 26 de septiembre de 2008, el mayor grupo de empresas estadounidense de servicios de ahorro y préstamo, Washington Mutual, entró en bancarrota con 327.000 millones de dólares en activos, que fueron vendidos de inmediato al gigante bancario JP Morgan Chase & Co. por 1.900 millones de dólares.

            3) El 21 de julio de 2002, el gigante estadounidense del sector de las telecomunicaciones, WorldCom, pidió protección por bancarrota ante la gran suma de deuda y el escándalo por irregularidades contables. A fecha del 31 de marzo, WorldCom registraba unos activos por valor de 107.000 millones de dólares, frente a unas deudas de 41.000 millones de dólares.

            4) El 2 de diciembre de 2001, el gigante energético estadounidense Enron entraba en bancarrota con 63.400 millones de dólares en activos, tras perder su credibilidad en el mercado por la ocultación ilegal de deuda por parte del ex director financiero de la compañía.

            5) El 17 de diciembre de 2002, la compañía aseguradora y financiera estadounidense Conseco solicitó la protección de la Carta 11 al enfrentarse a una deuda de 6.500 millones de dólares y una investigación federal por sus prácticas contables. Sus activos antes de la bancarrota ascendían a 65.500 millones de dólares.

            6) El 30 de abril de 2009, el fabricante de automóviles estadounidense Chrysler LLC se eclaró en quiebra con unos activos de 39.300 millones de dólares, y formó una alianza con el fabricante de automóviles italiano Fiat.

            7) El 1 de mayo de 2009, la empresa hipotecaria Thornburg Mortgage se declaró en bancarrota con unos activos de 36.500 millones de dólares.

            8) El 6 de abril de 2001, la compañía de electricidad y gas natural Pacific Gas and Electric entró en bancarrota con unos activos de 36.000 millones de dólares.

            9) El 12 de abril de 1987, el gigante estadounidense de la industria petroquímica Texaco se declaró en quiebra con unos activos de 34.900 millones de dólares, provocando turbulencias en el mercado energético.

            10) El 9 de septiembre de 1988, la compañía de servicios financieros, ahorros y préstamos Financial Corp. of America entró en bancarrota con unos activos de 33.900 millones de dólares.

1) Hoja de Balance de la Crisis Financiera

Entidad Gubernamental
Suma en Miles de
Millones de Dólares
Reserva Federal

(TAF) Term Auction Facility
900
Préstamos Ventana de Descuento

Bancos Comerciales
99.2
Bancos de Inversión
56.7
Préstamos para comprar AABCP
76.5
AIG
112.5
Bear Stearns
29.5
(TSLF) Term Securities Lending Facility
225
Líneas de Swap
613
(MMIFF) Money Market Investor Funding Facility
540
Commercial Paper Funding Facility
257
(TARP) Treasury Asset Relief Program
700
Otros:

Fabricantes de Autos
25
(FHA) Federal Housing Administration
300
Fannie Mae/Freddie Mac
350
Total
4.284.5

2) DIAGRAMA SOBRE LA EVOLUCION DEL CAPITALISMO Y SUS CRISIS


3) Relación de los bancos más importantes de Estados Unidos (En millones de dólares)


Posición
Nombre (ciudad, estado)
Activos consolidados
1. Citigroup (New York, N.Y.) $2,199,848
2. Bank of America Corp. (Charlotte, N.C.) 1,743,478
3. J. P. Morgan Chase & Company (Columbus, Ohio) 1,642,862
4. Wachovia Corp. (Charlotte, N.C.) 808,575
5. Taunus Corp. (New York, N.Y.) 750,323
6. Wells Fargo & Company (San Fransisco, Calif.) 595,221
7. HSBC North America Inc. (Prospect Heights, Ill.) 493,010
8. U.S. Bancorp (Minneapolis, Minn.) 241,781
9. Bank of the New York Mellon Corp. (New York, N.Y.) 205,151
10. Suntrust, Inc. (Atlanta, Ga.) 178,986
11. Citizens Financial Group, Inc. (Providence, R.I.) 161,759
12. National City Bank (Cleveland, Ohio) 155,046
13. State Street Corp. (Boston, MA) 154,478
14. Capital One Financial Corp. (McLean, Va.) 150,608
15. Regions Financial Corp. (Birmingham, Ala.) 144,251
16. PNC Financial Services Group, Inc. (Pittsburg, Pa.) 140,026
17. BB&T Corp. (Winston-Salem, N.C.) $136,417
18. TD Bank North, INC. (Portland, Maine) 118,171
19. Fifth Third Bankcorp (Cincinatti, Ohio) 111,396
20. Keycorp (Cleveland, Ohio) 101,596
21. Northern Trust Corp. (Chicago, Ill.) 77,480
22. Bancwest Corp. (Honolulu, Hawaii) 74,808
23. Harris Financial Corp. (Wilmington, Del.) 69,172
24. Comerica Incorporated (Dallas, Tex.) 67,167
25. M&T Bank Corp. (Buffalo, N.Y.) 66,085
26. Marshall & Ilsley Corp. (Milwaukee, Wis.) 63,432
27. BBVA USA Bancshares, Inc. (The Woodlands, Tex.) 59,953
28. Unionbancal Corporation (San Fransisco, Calif.) 57,933
29. Huntington Bancshares, Inc. (Columbus, Ohio) 55,985
30. Zions Bancorporation (Salt Lake City, Utah) 53,597
NOTA: 30 de mayo 2008. Fuente: Federal Reserve System, National Information Center
  
4) Subempleo por grupo étnicos a Octubre de 2009



                Blancos                     Negros                   Latinos

5) Subempleo por nivel educativo a Octubre de 2009
Para trabajadores mayores a 25 años


6) TASA DE DESEMPLEO EN LOS ESTADOS UNIDOS - OCT.1980 A OCT.2009
PERIODO
TASA %
Oct-80
7,50
Oct-81
7,90
Oct-82
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7,00
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6,00
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4,40
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6,60
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10,20


Fuente: Elaboración propia a base de datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos


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Diario Página 12
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Diario El País de Madrid
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Camacho Santiago. Las cloacas del Imperio. Editorial El Ateneo, Bs.As. 2004

Scowen Peter. El libro negro de América. Ediciones B, Bs. As., 2003.

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