El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

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El imponente Cerro de los Siete Colores en Purmamarca, Jujuy (Argentina)

jueves, 3 de septiembre de 2015

COMENTARIO BREVE POR LA FOTO
QUE DIO VUELTA AL MUNDO

Por Sergio Daniel Aronas – 03 de septiembre de 2015

Ninguna persona en el mundo no puede conmoverse por la terrible imagen de la foto del niño ahogado en las costas de Turquía y que ha vuelta al mundo, ya que en ningún medio de comunicación se explica sus causas y el origen de esta tragedia.
Ésta viene, sin lugar a dudas, por la guerra de agresión desatada contra Siria y Libia en marzo de 2011 por orden directa del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama quien dio la autorización para que la OTAN (la Organización Terrorista del Atlántico Norte) y la más asesina que existe, iniciara los bombardeos que cínicamente los llaman “bombardeos sanitarios”.

En esta guerra están implicados los estados del golfo (arabia Saudita, Qatar, los emiratos árabes Unidos), la misma Turquía e Israel, que junto a los Estados Unidos y los civilizados gobiernos de la vieja y podrida Europa han formado, financiado y armado a las bandas terroristas y mercenarias que las forman parte integrante de lo que la diplomacia estadounidense denomina “oposición moderada”.

Hay que decir que la diferencia con Libia (país que fue salvajemente destruido, su país demolido y su líder asesinado en octubre de 2011) es que Siria aun resiste pese al embate del Estado Islámico y los bombardeos de otras naciones interesados en liquidar a Siria.

En cuanto al Estado Islámico, debemos decir que es una organización creada por los Estados Unidos para derrocar al gobierno sirio según las declaraciones de la arrepentida Hillary Clinton, secretaria de Estado del primer gobierno de Obama y promocionaron su irrupción en el país, como forma de evitar que no hubiera tropas estadounidenses en la guerra. Y como consecuencia de esta política de destrucción masiva, para huir de esta  guerra monstruosa, estalla esta crisis humanitaria y como ahora el asunto de la inmigración desesperada se les va de las manos, pretenden los muy imperialistas no hacerse cargo de esta crisis que ellos provocaron porque ni Siria ni Libia representan una amenaza a los intereses vitales ni a la seguridad nacional de los Estados Unidos.

Ya lo decía el viejo Lenin: “Hay que explicar a la gente lo grande que es el secreto que se esconde en el surgimiento de las guerras”. Y este conflicto es un claro ejemplo de esta idea porque se da en un contexto donde la vorágine de los problemas geoestratégicos, político-militares, económicos y religiosos no permiten ver con claridad su génesis y desenlace futuro.


Hoy no hay guerra en el mundo donde no esté la mano visible y criminal del imperialismo. Y si no se entiende este concepto, veamos la opinión del profesor Chalmers Johnson, un eximio estudioso de la historia de la política exterior de su país: “La guerra y el imperialismo son hermanos siameses: crecen juntos reforzándose el uno con el otro y es imposible separarlos. El imperialismo es la principal causa de la guerra y la guerra es la comadrona de las nuevas adquisiciones imperialistas”. (Chalmers Johnson, Las amenazas del imperio (2004), Ed.Crítica, Barcelona, pág. 209)